Resultados de búsqueda para la etiqueta [benjamin romano ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 08 Jul 2022 07:36:35 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 La idea de Torre Reforma https://arquine.com/la-idea-de-torre-reforma/ Wed, 23 Feb 2022 23:00:15 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/la-idea-de-torre-reforma/ En uno de nuestros viajes, en un restaurante en Zúrich, me dijo: “te voy a enseñar lo que estoy pensando hacer para un edificio en Paseo de la Reforma”. Entonces dibujó la torre en una servilleta y me preguntó mi opinión.

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Hay mucha gente que puede hablar solo de Torre Reforma pero yo creo que lo más interesante de Benjamín, mi amigo y colega, es que es una persona completa. Entre los arquitectos es muy común que algunos sólo diseñen o sólo proyecten, construyan o promuevan obras; en cambio, la vida de Benjamín habla de una totalidad: él es promotor, proyectista, ejecutor, vendedor. Ofrece el paquete completo y eso lo distingue de los demás. Con Benjamín, la arquitectura está en relación con la sociedad. Su trabajo no sólo parte de los aspectos ecónomicos sino que aporta algo más a la ciudad, a sus habitantes. Es una persona culta en todos los sentidos.

Desde mi punto de vista, ciertos hitos de su experiencia profesional marcaron cambios que lo llevaron a expresarse de otra manera; por ejemplo, la Torre Chapultepec, además de otras obras trascendentes que mucha gente no sabe leer y que a mí me parecen estupendas, conociendo su trabajo. El edificio Tres Picos y el Centro de Cómputo de Tizayuca dicen mucho de él. Su arquitectura es completa. No es forma, no es función, no es negocio. Es todo junto.

Por otro lado, muy pocos arquitectos son buenos maestros y están dispuestos a hablar de todo como él. Al contrario del ingeniero que aburre cuando da cálculo o el arquitecto que enseña a componer pero no cómo se construye, con Benjamín la enseñanza es global, y creo que ha transmitido su quehacer con éxito. Por eso, hace algunos años, cuando por fin logramos traer la Cátedra Blanca de España a México, pensé en él para que la impartiera.

A raíz de esta experiencia académica entablamos una amistad que no puedo dejar de lado al hablar de su trabajo. Hemos hecho varios viajes por el mundo para conocer arquitectura, y todas esas vivencias me han puesto en contacto con su manera de ser: es siempre él mismo, está
interesado en lo mismo, se emociona al ver una buena obra, se disgusta cuando nuestros puntos de vista no coinciden, y me quiere convencer. Es tan necio como yo. Juntos hemos tenido la oportunidad de conocer arquitectos de renombre mundial, que nos han permitido ver sus obras y de alguna manera nos han formado, porque lo hemos buscado. No es fortuito. No todos los arquitectos están dispuestos o tienen las posibilidades para viajar por el mundo, para informarse, para discutir, para ver.

Los viajes son la mejor manera de conocer a las personas, pero también entre arquitectos es una buena manera de saber qué es lo que realmente nos mueve. Benjamín se emociona cuando ve una obra, pero no se deja impresionar por la escala o por una estructura interesante. Ve el todo y después discute qué es bueno y qué no. Me parece que su lectura de las obras es objetiva, con fundamentos. Hemos visto varios edificios en obra, por ejemplo de Rudy Ricciotti, Zaha Hadid o Jean Nouvel, y la lectura de Benjamín es muy particular. Él se fija en lo que las empresas de construcción hacen bien, o no, e incluso piensa en cómo se va a rentar. Hay un interés por el proceso, donde la única manera de llegar a una forma no es a base de un mock-up formal.

En uno de nuestros viajes, en un restaurante en Zúrich, me dijo: “te voy a enseñar lo que estoy pensando hacer para un edificio en Paseo de la Reforma”. Entonces dibujó la torre en una servilleta y me preguntó mi opinión. Me explicó el proceso —en ese momento no hablaba del
libro— y me comentó que haría un triángulo en escuadra para que en medio quedara la casa, lo cual, desde el punto de vista constructivo, es soportable. Resalto esto porque Benjamín comparte sus ideas; las comparte para que lo apoyes o para que lo critiques, no para aumentar su ego o presumir lo que está haciendo, y esta actitud me parece propia de un buen arquitecto. En este caso, fue una demostración de amistad, pero en el fondo buscaba el camino para hacer lo mejor dentro de su capacidad, y esto no es común en el medio.

Para la Torre Reforma, se compró un terreno con una ubicación inmejorable pero con la existencia de una casa catalogada. Distinto a lo que cualquier arquitecto hubiera hecho, demoler la vieja casona para levantar el edificio, Benjamín analizó las posibilidades y prefirió conservar la casona no solo por ser un reto constructivo singular, porque habría que cortar, mover, etcétera; sino porque significaba mucho para la ciudad conservar un pequeño recuerdo de cómo era antes el Paseo de la Reforma. En mi opinión, la casa no es una buena obra de arquitectura, pero en general así eran todas las casas en esa avenida, y su conservación me parece un hecho cultural significativo para la ciudad.

El edificio tiene muchos detalles interesantes que me tocó ver de cerca porque Benjamín me invitaba a acompañarlo. Estuve presente desde el primer garabato hasta en una reunión con ARUP en Nueva York. Entonces me di cuenta de que Benjamín no se dejaba opacar por el prestigio de la empresa, tampoco ésta le dictaba qué hacer. Buscó a los mejores para hacer la obra y resolverla juntos, eso es todo. Recuerdo muy bien que en esa reunión hubo una discusión sobre las ventanas y salimos muy molestos con la propuesta de ARUP. En una ocasión similar, cuando participé en un concurso con Norman Foster —que perdimos—, me había tocado sostener una discusión parecida, hasta que Foster dijo: “Serrano está diciendo algo mucho más lógico que lo que hemos estado discutiendo”. Lo que quiero decir es que muchas veces no opinas, porque piensas que el otro es un genio, y aceptas todo lo que él diga aunque no estés de acuerdo. Sin embargo, Benjamín no tenía miedo, pero sí le preocupaba la inversión. Por eso, ya con el cálculo del edificio completo, pidió una segunda opinión a un estructurista de WSP, a quien yo conocía por el proyecto con Foster. Benjamín estaba en la búsqueda de lo mejor, lo mejor del proceso y del todo, y quería una garantía; no lo hacía por arrogante.

También pude seguir el proceso de obra, durante el cual el interés del arquitecto se concentró en que la construcción fuera la mejor: la más económica, en el buen sentido; no la más barata, sino la más eficaz. Al mismo tiempo, cuidó la expresión arquitectónica, y esto es muy claro en la estructura. Discutimos todo el proceso, un par de veces inclusive, hasta con los ingenieros. Benjamín insistía en forrar la estructura con mucha elegancia, como en la torre de Foster en Nueva York, pero le dije que no, porque la expresión del forro en Hearst Tower se entiende muy bien, independientemente de las razones técnicas, le da sentido a todo el edificio, mientras que en la Torre Reforma era innecesario. Al final me dio la razón.

La inexistencia de columnas es algo que llama mucho la atención en esta obra. Se trata de un hecho único, en el sentido que hay de setecientos a mil metros cuadrados libres, sin columnas, sujetos por esa estructura que expresa la forma: no está oculta, tiene un gran claro y se nota. Además, están los clusters, que en México ningún otro edificio tiene. Cada determinado número de niveles hay un espacio común que da a las oficinas posibilidades de crecer. El único antecedente similar en nuestro país es el edificio La Mitra, de Augusto H. Álvarez, en el que cada cierto número de pisos hay un patio. Esta idea me parece interesante porque habla de un concepto de la sociedad actual: la flexibilidad. Como arquitecto, no puedes crecer el edificio al infinito, entonces conectas tres niveles en un punto y con una escalera das la oportunidad de subir o bajar un piso, de tal manera que doblas la superficie. También está el famoso sitio común, que no tiene ventanas:
la mejor terraza urbana de la ciudad. Benjamín propuso esta idea en su taller y todos lo cuestionaron porque la fachada perdería continuidad. Entonces me habló para preguntar mi opinión. Le dije: “ábrela y ya, tú mandas”. Por último, la cancelería del edificio se deforma. Esto se logró con un módulo de 1.05+×+2.10 m, que se debe al fabricante, que puede armar paneles de esta medida y guardarlos para cuando se rompa un cristal o cuando se requiera. Lo que deja ver que hay una perspectiva por parte de Benjamín, no nada más hace la obra y ya, sino que se preocupa por la vida que vayan a tener esos edificios, la operatividad y el mantenimiento. También me gustaría
mencionar el tratamiento de la fachada, que quita asoleamiento y eleva la estética. Casi ningún arquitecto hace algo así, por el dinero que implica. Pero Benjamín, además de ser el arquitecto, es el promotor, y en este caso, el negocio cedió la prioridad a la arquitectura.

Otra cualidad de la Torre Reforma es su sistema de estacionamiento. El edificio robotizado es una estructura pensada para convertirse en otra cosa si el mundo cambia y en un futuro la gente ya no requiere tantos lugares de estacionamiento. En el momento en que Benjamín lo planeó, era visionario; ahora parece que esta fórmula es de obligado cumplimiento.

La Torre Reforma no es un edificio más, no es una caja con adherencias o deformaciones. Tiene una forma única, por el terreno y por la normativa. La Torre Reforma nunca se confundirá con la torre de a lado, pero al mismo tiempo hace que sus vecinas se vean bien, en un buen contexto. Para mí, una buena obra empieza con un buen partido, y en este caso, empezó con una servilleta: ahí estaba todo  desde el principio. Benjamín dijo: “en este terreno, le hago de esta forma, me emplazo así porque quiero voltear a Chapultepec, le hago huecos de este lado porque tengo colindancia, me remeto en la pequeña calle y luego en la avenida principal me enchueco para no molestar”. Ése es
el partido. Estuvo en esa servilleta, luego se desarrolló y dio vueltas. Pero la servilleta sólo era el soporte para la expresión del partido, porque el partido propiamente dicho ya había sido resuelto por el arquitecto. Benjamín es un arquitecto completo, un personaje único, y la Torre Reforma tiene que ser el inicio de más proyectos ejemplares.

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El proyecto del Bosque de Chapultepec https://arquine.com/el-proyecto-del-bosque-de-chapultepec/ Mon, 17 Aug 2020 06:52:30 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/el-proyecto-del-bosque-de-chapultepec/ Ante esta presentación de proyectos y promesas para Chapultepec, surgen algunas preguntas. La primera tiene que ver con la pertinencia de concentrar más equipamientos culturales en la zona mejor dotada del país. Sin duda, en un momento de gravísimas crisis sanitarias, ecológicas, sociales y económicas, sorprende que se privilegie invertir en nuevos equipamientos. 

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Los proyectos hay que celebrarlos. Bienvenido un proyecto que conlleve mejoras al  mayor pulmón de la capital mexicana. Sin embargo, ante la presentación de un proyecto público de gran impacto, tras dieciocho meses de gestación, es procedente analizar, cuestionar y criticar una propuesta encaminada a ejecutar miles de millones del erario público en un momento de extrema crisis económica, ecológica, sanitaria y social, sin que necesariamente la crítica conlleve a alentar la polarización, sino poner sobre la mesa una discusión que atañe a todos los ciudadanos. 

Estos días, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, la Secretaria de Cultura Federal, Alejandra Frausto y el artista plástico Gabriel Orozco, encabezaron la presentación del Plan maestro general del proyecto denominado “Bosque de Chapultepec: Naturaleza y Cultura”, uno de los programas prioritarios de la actual administración que implica la restauración de varias áreas de las cuatro secciones del Bosque para generar recintos culturales y ambientales y la construcción de nuevos inmuebles. La Secretaria de Cultura indicó en la presentación, que el Gobierno de México ha destinado “una inversión histórica para el rescate natural y cultural del bosque, y no vamos a hacer nada por ponerlo en riesgo, por el contrario es un rescate y un proyecto de promoción del Bosque de Chapultepec como área natural”. A su vez, el artista Gabriel Orozco, que recibió el encargo directamente del Presidente de la República, señaló que “no hemos parado de trabajar, hemos seguido avanzando en planes, estudios, conversaciones con el Consejo Rector y con las Secretarías implicadas”.

En la presentación se definieron varias áreas de actuación. Fundamentalmente se trata de la restauración de la flora, desde criterios de sustentabilidad que privilegien las especies autóctonas y requieran poco mantenimiento; la creación de nuevos equipamientos culturales; y la conexión entre las distintas secciones, con los proyectos de puentes diseñados por el arquitecto Benjamín Romano, el primero de los cuales será un amplio puente en curva de más de cuatrocientos metros de largo, que pasará entre los dos niveles del Periférico, quizá como un homenaje al presidente, que siendo Jefe de Gobierno, inició los segundos pisos. De los nuevos equipamientos culturales, el primero será el Museo del Maíz, ubicado en el antiguo Molino del Rey de Los Pinos, remodelado por el arquitecto Oscar Hagerman. En la segunda sección se prevé la construcción de un jardín botánico y, ocupando el espacio del orquidiario del actual jardín botánico de la primera sección, se propone el Pabellón Mexicano de Arte Contemporáneo. La cuarta sección, que actualmente pertenece a la Secretaria de Defensa, se incorporará al bosque de Chapultepec con nuevos equipamientos: uno de ellos es el rescate y restauración de la Ermita Vasco de Quiroga, del siglo XVI, para albergar un centro de medicina tradicional. A su vez, se rescatará la Antigua Fábrica de Pólvora para albergar exposiciones sobre la cultura, historia y educación militar mexicana desde sus orígenes prehispánicos hasta nuestro días. Es decir, un museo del Ejército. También será sede de la Bodega Nacional de Arte, un espacio expositivo y de conservación de las colecciones públicas y de los museos históricos del país, que actualmente están repartidas en distintas sedes, supuestamente en mal estado. También se prevé en la cuarta sección una nueva sede de la Cineteca Nacional.

Queda por conocer las características de cada proyecto, los costos, los alcances y los tiempos previstos, pues el Plan Maestro presentado, no es más que un documento preliminar sin mayor detalle, ni partidas presupuestales, ni planos de ejecución. Tampoco queda definida la relación con las colonias adyacentes, ni la conexión con los sistemas de transporte, ni la transformación de las barreras perimetrales (como Constituyentes, que imposibilitan el acceso al parque desde colonias hasta ahora marginadas) en avenidas para ciudadanos. 

Ante esta presentación de proyectos y promesas surgen algunas preguntas. La primera tiene que ver con la pertinencia de concentrar más equipamientos culturales en la zona mejor dotada del país y en la ciudad que probablemente cuenta con mas museos del mundo, aunque la inmensa mayoría de ellos carecen de presupuesto suficiente para su operación y programación. No tienen dinero. Sin duda, en un momento de gravísimas crisis sanitarias, ecológicas, sociales y económicas, sorprende que se privilegie invertir en nuevos equipamientos. 

También cabe cuestionar la autoría del proyecto, el encargo directo al artista Gabriel Orozco —en el mejor estilo de Napoleón III y su barón Haussmann, o de Adolfo López Mateos y su arquitecto Pedro Ramírez Vázquez— confiando en el valor de cambio que se delata hasta en el tamaño de su nombre en el encabezado del proyecto presentado. Un artista que expresó públicamente que, al no tratarse de un proyecto de construcción sino de rescate, no requería la incorporación de arquitectos e ingenieros en la fase de conceptualización, pues no se necesita inyectar más concreto al bosque (sin duda una reducción a mínimos de las profesiones que hasta ahora han sido capaces de orquestar grandes transformaciones urbanas, sin que ello implique inyectar concreto, por cierto). Mas que confiar en la “marca Orozco” (como acuñó Jose Castillo en el programa radiofónico Al Aire, aunque el término apareció desde la exposición Oxxo en la Galería Kurimanzutto), un proyecto de este tamaño debería considerar el camino andado en las últimas décadas por excelentes profesionales e incluir también en la gestación de un proyecto tan vasto a equipos multidisciplinarios, que emergieran de un debate social. Colaboraciones que deberían surgir del resultado de concursos y no de asignaciones a dedo. Algunos llevamos mas de veinte años convocando anualmente concursos abiertos, interdisciplinares e internacionales, convencidos que las mejores ideas surgen de la confrontación de propuestas y que la democracia emerge del debate y no de las asignaciones directas propias del despotismo (eventualmente) ilustrado. Por ello, aunque el artista vaya añadiendo a algunos destacados arquitectos, arqueólogos o paisajistas en el elenco de colaboradores, sigue faltando una discusión pública que avale la pertinencia de un proyecto que concentre tanto programa y presupuesto público.

A su vez, para los que pensamos que el trabajo dignifica y que debe ser justamente remunerado, vemos con cierta sospecha que los autores sean unos superprivilegiados que puedan regalar su trabajo (quizá a cuenta de las regalías de los derechos, en el mejor estilo de Christo, ya que “las maquetas, planos, fotografías, documentos del ámbito artístico-conceptual y demás obras que el Maestro Orozco produzca directamente, son considerados como obras de arte originales y serán de su autoría y propiedad de conformidad al artículo 12 de la Ley Federal de Derechos de Autor, siendo aplicable lo pactado en la cláusula séptima del Convenio de Colaboración SC/UAF/COLAB/164” según reza a pie de página en el proyecto publicado).  No hay mejor contrato —transparente y democrático— y motivo de orgullo, que cobrar justamente por el trabajo. Hasta el Requiem de Mozart, que estoy oyendo, fue un encargo pagado.

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Conversación con Benjamín Romano https://arquine.com/conversacion-con-benjamin-romano/ Thu, 05 Dec 2019 15:00:05 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/conversacion-con-benjamin-romano/ Conversamos con Benjamín Romano sobre la Torre Reforma.

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La Torre Reforma, ganadora del International Highrise Award 2018 https://arquine.com/la-torre-reforma-ganadora-del-international-highrise-award-2018/ Thu, 01 Nov 2018 15:45:36 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/la-torre-reforma-ganadora-del-international-highrise-award-2018/ La Torre Reforma ha sido premiada como el mejor rascacielos del mundo para la reciente edición del International Highrise Award 2018. La premiación, realizada cada dos años desde el 2004, se ha encargado de otorgar la mención a los mejores rascacielos a nivel global, fomentando estructuras que con una sustentabilidad ejemplar en su forma exterior […]

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La Torre Reforma ha sido premiada como el mejor rascacielos del mundo para la reciente edición del International Highrise Award 2018. La premiación, realizada cada dos años desde el 2004, se ha encargado de otorgar la mención a los mejores rascacielos a nivel global, fomentando estructuras que con una sustentabilidad ejemplar en su forma exterior y en la calidad espacial de su interior. Conocido también como el “Pritzker de los rascacielos”, en esta ocasión contó con 36 nominados de 15 países y la organización estuvo a cargo nuevamente de la ciudad de Frankfurt en conjunto con el Museo Alemán de Arquitectura y el Banco DekaBank.

La Torre Reforma, en la Ciudad de México, es un proyecto de Benjamín Romano. Catalogado como el segundo edificio más alto de México (con unos 246 metros), este rascacielos fue elaborado bajo un concepto estructural tecnológico innovador para resistir movimientos sísmicos. Su construcción fue finalizada en noviembre de 2016, con un costo de 130 millones de dólares. Durante el mismo año le fue otorgado el premio Obra del Año 2016 entregado por la revista Obras, y el premio Obra CEMEX 2017.

El jurado del premio, conformado por Sean Anderson, Knut Stockhusen, Horst R. Muth, Peter Cachola Schmal, Jette Cathrin Hopp, Kai-Uwe Bergmann, Ina Hartwig, Ulrike Lauber y Thomas Schmengler describe de esta manera el proyecto: “En medio de una región con riesgo de terremotos, la característica fachada de la Torre Reforma tiene más que sólo propósitos estéticos. Las dos paredes exteriores masivas de concreto expuesto y el tercer lado vítreo no sólo generan una extraordinaria planta triangular, sino que también proporcionan un máximo de resistencia al sismo. Los muros de concreto se hunden 60 metros en el suelo como un cimiento sólido. Además, el edificio puede moverse con las fuerzas sísmicas ya que grandes aberturas en las paredes masivas sirven como ‘zonas de deformación’ y dado que los tensores de acero que cargan los pisos funcionan como bisagras flexibles para la fachada de vidrio. Durante el severo terremoto de septiembre de 2017, este concepto ya ha demostrado ser altamente efectivo.”

La Dra. Ina Hartwig, Sub Alcaldesa de Cultura de la Ciudad de Frankfurt, expresó su entusiasmo: “La Torre Reforma sobresale por su extraordinaria arquitectura casi escultural y su huella triangular. La fachada futurista abre la vista a uno de los parques más grandes del mundo. Su diseño sensible e intuitivo es una impresionante respuesta a los retos topográficos locales. El nuevo edificio no sólo personifica el desarrollo en progreso de México, sino también integra cuidadosamente un edificio patrimonial en un distrito histórico. Este proyecto, que es una delicia visual, además de ecológico, es un merecido ganador del Premio Internacional Highrise 2018 y demuestra que, en comparación con otros países, México se vanagloria de ofrecer soluciones arquitectónicas pioneras”.

Torre Reforma fue un edificio inspirado en igual medida por ingenieros estructurales y por arquitectos como una magistral demostración de un nuevo enfoque en los rascacielos, y fue por tanto un merecido ganador. Todo el jurado sintió que el edificio personificaba la misión de Benjamín Romano: “arquitectura sustentable, estructura arquitectónica, alta tecnología e integración artística”.

“Este reconocimiento es especialmente valioso porque viene de mis colegas – arquitectos, ingenieros y desarrolladores – quienes aprecian no sólo el edificio en sí, sino los retos financieros, estructurales, ambientales y normativos inherentes al proyecto.  La mejor arquitectura es la que encuentra respuesta a estos retos. Es la que emana de las necesidades, el contexto y la realidad, y no sólo de la inspiración o el gusto estético de alguien”, expresó el arquitecto ganador, Benjamín Romano, al conocer la decisión del jurado.

Los demás proyectos que fueron nominados este año son: MahaNakhon, en Bangkok, de OMA, con una altura de 314 metros, finalizado en agosto del 2016; Beirut Terraces, en Beirut, de Herzog & de Meuron, con una altura 119 metros, finalizado en junio de 2016; Chaoyang Park Plaza, en Beijing, de MAD Architects, con una altura de 142 metros y cuya construcción fue finalizada en agosto de 2017; y, por último, Oasia Hotel Downtown, en Singapore, de WOHA, con una altura de 199 metros, también finalizado en 2016.

Te dejamos acá la entrevista realizada por Arquine anteriormente :

 

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