El proyecto tiene como objetivo la refuncionalización del Museo de Arte Moderno de la ciudad de Buenos Aires, unificando dos edificios ya existentes, con el objetivo de mejorar la experiencia de los visitantes y aumentar el espacio para la exhibición de las obras. El proyecto arquitectónico consiste en integrar la estructura completa del Moderno: el Museo ubicado sobre la Avenida San Juan –donde antiguamente funcionó la tabacalera Nobleza Piccardo- y el edificio ubicado en la esquina de la Avenida San Juan y Defensa ─que perteneció al Museo del Cine─, cuya fachada ya fue terminada en 2010, durante la primera etapa de la reforma edilicia por el Arquitecto Emilio Ambasz.
Para ello se modificaron ambos edificios con el objetivo de generar una circulación por la parte trasera que los uniera, incorporando en ese trayecto dos nuevos ascensores, espacios de descanso y encuentro con un punto de conjunción en la nueva escalera escultórica que optimiza la circulación del edificio a la vez que interpela al visitante con sus distintos puntos de vistas y el contraste de sus materiales: hierro, mármol y espejos. Se logró así ampliar la superficie de salas a un total de siete salas con unos 4000 metros cuadrados para exhibir el Patrimonio del Museo y las distintas exposiciones de arte moderno nacional e internacional. Se incorporaron también nuevos espacios de encuentro que alternan con las salas de exhibición, una nueva Sala de Educación y también se sumó una cafetería y una nueva tienda en planta baja que permite una gran interacción con el exterior.
La nueva escalera es la gran protagonista de la ampliación. Mediante tramos que se van superponiendo genera un recorrido dinámico que permite conectar las salas en todos sus niveles dando lugar a una circulación más cómoda y accesible al museo. Está compuesta de parapetos negros enmarcando el solado de mármol que componen los distintos escalones a modo de alfombra.
Se incorporaron asimismo ventanas que permiten la entrada de luz natural a las salas y propician las vistas de San Telmo. Es así que el barrio se integra más a la vida del Museo y desde el interior se enmarcan las particulares vistas de las cúpulas de los edificios circundantes. En el exterior se respetó la idea de fachada verde propuesta en el proyecto de Ambasz en la reforma edilicia anterior, mediante un remate arbolado y la presencia de vegetación en las aberturas.