Milena Villalba archivos | Arquine https://arquine.com/fotografo_obra/milena-villalba/ Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 08 Jul 2022 07:36:45 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 La Balma https://arquine.com/obra/la-balma/ Thu, 17 Mar 2022 07:00:29 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/la-balma/ Teniendo en cuenta los recursos disponibles, el foco está en el costo inicial de construcción y uso del edificio en su vida útil, considerando el impacto económico final para el usuario. Además, el edificio pretende evitar la pobreza energética reduciendo el coste del confort del hogar en más de un 50%.

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La Balma es un proyecto de la cooperativa Sostre Cívic, que se adjudicó la parcela de Poblenou en el primer concurso público de suelo municipal para viviendas de alquiler cooperativo. El proyecto busca ampliar el stock de viviendas asequibles para hacer frente a la subida de precios de los últimos años. Teniendo en cuenta los recursos disponibles, el foco está en el costo inicial de construcción y uso del edificio en su vida útil, considerando el impacto económico final para el usuario. Además, el edificio pretende evitar la pobreza energética reduciendo el coste del confort del hogar en más de un 50%. Durante la fase de concurso se realizó un diagnóstico socioeconómico del grupo poblacional y un proceso participativo para trabajar y llegar a una propuesta consensuada, en la que el usuario y la comunidad juegan un papel protagónico; y el edificio es la infraestructura que los acompaña y les permite evolucionar libremente desde tres esferas sociales: el barrio, la comunidad, el hogar.

Relación con el barrio
El edificio está situado en la esquina de las calles Espronceda y Camí Antic de València. Este último es un eje verde repleto de equipamientos en el barrio. La cooperativa ha querido colaborar como un equipamiento más en este eje, compartiendo espacios con el barrio y expresando la riqueza de la vida comunitaria interior. Por ello, cuenta con el acceso principal, todos los espacios comunes y las circulaciones verticales en la fachada norte, abriéndose al espacio público del Camí Antic de València. En la calle Espronceda hay un local comercial, que ahora es utilizado por una ONG, colaborando para activar la planta baja de la calle.

 

Circulaciones y espacios comunitarios
Del proceso participativo inicial surge un programa de espacios comunitarios. Estos se distribuyen en altura en todas las plantas del edificio, adquiriendo un carácter diferente en función del uso de cada espacio. Queríamos espacios comunitarios y circulaciones para mejorar las relaciones humanas, los encuentros espontáneos y las actividades cooperativas en todo el edificio. En la planta baja encontramos la cocina-comedor común, espacio para bicicletas y taller abierto al barrio, además del vestíbulo y dos locales comerciales con vistas a la calle Espronceda que serán gestionados por la cooperativa. En el resto de plantas el programa se distribuye en pequeñas estancias, potenciando la circulación interior (sala polivalente, espacio de lectura, habitaciones de invitados, espacio asistencial y lavandería). Finalmente, la cubierta, totalmente accesible, se entiende como el espacio exterior de la cooperativa, operando como una terraza de más de 300 m2 que los vecinos podrán dotar de huertas productivas, espacio de sombra y esparcimiento. Las circulaciones acompañan siempre a los espacios comunitarios. Son espacios abiertos, ventilados y soleados que buscan dignificar lugares muchas veces minimizados.

 

Casas
El edificio cuenta con 20 unidades, una de las cuales será utilizada como piso puente para familias en proceso de reinserción social. Las viviendas se diseñan a partir de una retícula de piezas abiertas de 16 m2 que coinciden con la estructura de madera laminada. Estas piezas permiten divisiones y distribuciones muy diversas, permitiendo al usuario decidir sobre sus espacios. Cada casa parte de una base de 50 m2 totalmente equipada, correspondiente a las tipologías pequeñas (S). Esta unidad básica se amplía con una o dos piezas, pasando a ser de tipo Mediano o Grande. Las piezas que permiten esta ampliación son espacios gestionados por la cooperativa. Esta gestión permite una flexibilidad real del sistema, y ​​las viviendas se las apropian de forma individual o compartida.


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Casa Era https://arquine.com/obra/casa-era/ Sat, 22 Jan 2022 07:00:21 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/casa-era/ Se trata de un entorno rural con un fuerte arraigo a la agricultura. Con los años, la trama urbana del pueblo ha ido desdibujando la huella agrícola del territorio.

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El proyecto se localiza en Overa, una pequeña pedanía de Huércal-Overa, situada al norte de la provincia de Almería, junto al río Almanzora. Se trata de un entorno rural con un fuerte arraigo a la agricultura. Con los años, la trama urbana del pueblo ha ido desdibujando la huella agrícola del territorio. La densa trama de acequias encargada de abastecer de agua a los abundantes bancales que había en la zona, ha ido dejando paso a una red de caminos alquitranados que ha urbanizado el pueblo. A pesar de ello, todavía pueden distinguirse antiguas eras. Al día de hoy, con una imagen renovada alejada de aquellos espacios donde las bestias trillaban, todavía se deja entrever la estructura rural y primigenia. Ésta se basaba en una disposición concéntrica en torno a estos espacios de trabajo colectivo que, con el tiempo, adquirieron un carácter vinculado al ocio y las relaciones sociales.

La parcela, un antiguo bancal de naranjos segregado del fondo de un solar familiar, carece de intimidad y visuales, ya que ha sido engullida por el crecimiento urbano. Medianeras de diferentes alturas y materialidades delimitan su contorno. La principal preocupación de los jóvenes propietarios era disponer de un espacio exterior con total privacidad. Debido a esta necesidad se decide invertir la situación hasta ahora común en el resto del pueblo con viviendas alineadas y abiertas a las calles. Se reinterpreta el concepto de era típica del lugar, generando una en el interior cuyo disfrute sea exclusivo de los habitantes de la casa. Esta “era” condiciona la circulación interior de la vivienda, construyendo un recorrido circular que divide el programa en dos mitades, la zona de día y la zona de noche, conectados lateralmente por dos espacios híbridos, los cuales asumen la función de vestidor general de los dormitorios y de sala polivalente. Ésta puede funcionar como porche exterior en verano, salón auxiliar, sala de juegos o biblioteca. Al mismo tiempo, el espacio libre central permite recorridos alternativos de forma transversal que garantizan una ventilación cruzada de forma natural. Cuando el buen tiempo acompaña se convierte en el espacio de relación principal de la casa, pudiendo ser usado como cine al aire libre.

También, la necesidad de intimidad deriva en la búsqueda de una fachada ciega que garantice la privacidad del interior. Para ello, se construye una falsa fachada elaborada con piezas cerámicas, que tamiza la relación con la calle y actúa como protección pasiva de la fachada sur generando, así, un espacio colchón que puede ser utilizado como tendedero o terraza.


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Museo Casa Ayora https://arquine.com/obra/museo-casa-ayora/ Tue, 08 Jun 2021 06:00:37 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/museo-casa-ayora/ El edificio data del barroco, en cuya época fue un convento dominico. Fue luego en la época de la desamortización cuando se convirtió en vivienda particular, cuya moradora más conocida fue la Sra. Dolores Ayora Olcina (1878-1958), proveniente de una familia de comerciantes del petróleo de finales del siglo XIX, y que con el “boom” de la Revolución Industrial vio enriquecer su fortuna.

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Se trata de un edificio de dos plantas entre medianeras que ocupa una parcela rectangular de 16 m x 45 m, aproximadamente. En la parte trasera de la parcela se sitúa el patio de la vivienda. El edificio data del barroco, en cuya época fue un convento dominico. Fue luego en la época de la desamortización cuando se convirtió en vivienda particular, cuya moradora más conocida fue la Sra. Dolores Ayora Olcina (1878-1958), proveniente de una familia de comerciantes del petróleo de finales del siglo XIX, y que con el “boom” de la Revolución Industrial vio enriquecer su fortuna. A la misma familia perteneció el conocido Palacio Ayora y los jardines que llevan el mismo nombre en Valencia.

El proyecto tiene como objetivo la rehabilitación del edificio y su acondicionamiento para otorgarle un uso museístico. En la fachada trasera se anexa un volumen exterior al edificio principal como nuevo núcleo de comunicaciones y servicios. La intención es modificar lo menos posible la distribución interior de espacio, por lo que la actuación se centra en la rehabilitación y puesta en valor de lo existente.

De especial valor, son los papeles pintados Art Decó ya que, además del indudable valor patrimonial que tienen por sí mismos −dado que forman parte de un conjunto perfectamente conservado, sin intrusiones ni modificaciones posteriores, algo que se da en muy escasas ocasiones−, son una muestra importantísima de la incorporación a las arquitecturas domésticas de las nuevas tendencias europeas en cuanto a recurso decorativos, lo que resulta muy novedoso en el estado actual del conocimiento de los espacios domésticos en medios rurales. Cabe destacar también los suelos de baldosa hidráulica, que se encuentran en perfecto estado de conservación y con los papeles anteriormente descritos, forman un conjunto de gran armonía cromática.

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Reforma para Eduardo, Laura y Enzo https://arquine.com/obra/reforma-munoz-paya-arquitectos/ Tue, 04 Dec 2018 17:22:47 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/reforma-munoz-paya-arquitectos/ Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas. Esto significa que vives, dijo Kafka en 1915, en su obra La metamorfosis. La arquitectura en numerosas ocasiones pasa por procesos similares, por una revitalización cuando ya parecía haberse agotado, renaciendo y llenándose otra vez de vida.

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Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas. Esto significa que vives, dijo Kafka en 1915, en su obra La metamorfosis. La arquitectura en numerosas ocasiones pasa por procesos similares, por una revitalización cuando ya parecía haberse agotado, renaciendo y llenándose otra vez de vida.

La metamorfosis no sólo se refiere a cambios en la apariencia de algo, sino que también implica alteración en su condición, función y hábitos. Meta (más allá), morfé (forma), osis (cambio de estado). El proyecto de Reforma para Laura, Eduardo y Enzo del estudio de Pablo Muñoz Payá representa este proceso de la arquitectura. Este proyecto consiste en la rehabilitación integral de una vivienda en Petrer, Alicante. El concepto de un hogar que se sucede de una familia a otra implica transformaciones profundas. Los modos de habitar son cambiantes, tanto generacionalmente como por la propia personalidad de los moradores.


La edificación existente, sin ningún tipo de valor arquitectónico, ocupaba una superficie de 138 metros cuadrados construidos (19 de los cuales corresponden a un porche) de un terreno con olivos junto a otras viviendas cercanas. Por normativa, esta superficie no se podía ampliar, por lo que el proyecto debía basarse en una alteración de lo previo exacta, ni un metro más, ni un metro menos. El perímetro rectangular pasará de una distribución en planta sin mayor interés, a una flexible estructurada en tres franjas longitudinales, y a su vez, tres transversales. Este orden no rígido de los espacios se consigue situando como piezas centrales y exentas los baños y parte del mobiliario de la cocina, haciendo que los movimientos se reproduzcan como círculos alrededor de ellos, y delimitando ya de esta manera el resto de espacios.

Al igual que Frank Lloyd Wright liberaba elementos como la chimeneas, normalmente condenados a estar adheridos a un lateral, para situarlos en medio de los salones y así articular los espacios alrededor de esta pieza, Muñoz Payá lo hace con los baños y cocina. Longitudinalmente, las tres franjas se corresponderán con una primera zona de día en contacto con el porche (principal entrada de luz de la vivienda) que contiene salón, comedor y cocina, una intermedia con baños y dos dormitorios, y una final con el dormitorio de matrimonio, baño y despacho. A pesar de este orden implícito, los espacios dialogan unos con los otros marcados por una unidad interior, una materialidad amable que responde a la serenidad perseguida por los propietarios, y un cuidado trabajo con la luz tanto natural como artificial.

La vivienda en su interior es prácticamente bicromática, entre un blanco intenso y el tono café de la madera y el pavimento, logrado al emplear el número mínimo de materiales necesarios. Y es que otra de las búsquedas de la nueva vivienda era la simplicidad. Y lograr esta limpieza de espacios partiendo de una estructura existente tan contundente no es tarea sencilla. La cubierta es inclinada en su frontal de la marquesina, a dos aguas para la zona de día, y de dientes de sierra para las dos franjas de dormitorio y baños. Este juego de cubierta consigue una optimización de la luz y un control bioclimático. El potente frontal del porche, cerrado por parteluces en paneles móviles, permite un control de la incidencia solar, así como un control de las visuales. La relación entre interior y exterior es constante pero controlada, así como ocurre con el diálogo interior de las piezas de usos.

La casa de Eduardo, Laura y Enzo habla por sí sola de un modo de habitar, pero también de un modo de intervenir sin límites a pesar de partir de condicionantes y preexistencias, en busca de la calidad arquitectónica y la sostenibilidad.

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Casa Tino https://arquine.com/obra/casa-tino/ Sat, 25 Aug 2018 05:30:08 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/casa-tino/ Como un faro guía, el proyecto "Casa Tino" en Sagunto, del estudio valenciano EMAC, se convierte en el ejemplo perfecto de estos conceptos antropológicos en la intervención arquitectónica.

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El hombre puede ser de un lugar, estar en un lugar, o pertenecer a él. Se puede vivir en un sitio, habitar o morar. Algunas diferencias entre términos son claras; otras, más sutiles; y en las leves particularidades entre ellas se encuentra la manera que uno tiene de relacionarse con el territorio que lo sostiene y el espacio que lo abriga.

“Se ha usado la palabra morar para indicar la relación total entre el hombre y el lugar. Para entender totalmente lo que la palabra morar implica, es útil retornar a la distinción entre ‘espacio’ y ‘carácter’. Cuando el hombre mora, él está simultáneamente localizado en un espacio y expuesto a un cierto carácter del ambiente”, escribía Christian Norberg – Schulz en su texto “Aproximación a una Fenomenología de la Arquitectura”, tratando de crear una teoría arquitectónica entorno al genius loci que hoy forma parte de todo intento de acercamiento al paisaje, desde que hace tres siglos un poeta recitara la necesidad de tener en cuenta la naturaleza y el contexto en toda obra de paisajismo, extrapolando así a la mítica deidad romana protectora del lugar al plano del diseño y la creación.

Sin embargo, el concepto es en muchas ocasiones obtusamente interpretado, considerando ese lugar esencialmente desde la estética, lo inalterado o la belleza poética de donde se pueden leer de manera palpable ese “espacio” y “carácter” de los que hablaba Norberg-Schulz. Pero qué ocurre entonces con aquellos entornos que ha sufrido grandes transformaciones en el tiempo, esos territorios en los que a la topografía natural se le superpone la antropizada, y sobre ésta el tul de un crecimiento urbanístico que opaca la lectura del territorio… qué ocurre con el genius loci cuando la identidad edificada de un lugar ha sido transformada, sin haber definido claramente una nueva todavía.

Como un faro guía, el proyecto “Casa Tino” en Sagunto, del estudio valenciano EMAC, se convierte en el ejemplo perfecto de estos conceptos antropológicos en la intervención arquitectónica. La vivienda se sitúa en la playa de Almardá, una extensa franja litoral de casi 2km dentro del término municipal que comenzó a ocuparse en los años 60 por pescadores, así como por saguntinos y turistas extranjeros que se construyeron segundas residencias con fuerte presencia de los espacios privados exteriores. La Almardá aún conserva su aspecto virgen, pero con el paso del tiempo el entorno construido ha sufrido una profunda alteración, proliferando pretenciosas viviendas familiares que contrastan con el paisaje dunar de una playa que aún no se puede considerar urbana.

Los límites entre lo rural y lo urbano son borrosos, y en su categorización siempre hay grises; más aún si hablamos  en concreto del Mediterráneo, donde la metropolización o la reurbanización, con su ocupación difusa del espacio, tienen tanta potencia como la identidad y el imaginario de lo mediterráneo per se, haciendo que el contraste rural-urbano o popular-contemporáneo sea tan potente como confuso.

Marcado por este contexto, que no es sólo una construcción física sino también mental, la vivienda nada entre dualidades, proyectada de manera desapercibida, acotada por una tapia periférica, pero con fuerte presencia del espacio exterior. La casa de una sola planta que apenas supera la altura de la permeable tapia de bloque de hormigón, se rodea de este modo de un sencillo jardín que “la envuelven y protegen de miradas, donde se recupera la relación con el paisaje, donde se vive la vida al aire libre”, explican los arquitectos.

Dentro de este perímetro, la casa se conforma como dos piezas independientes pero articuladas, cada una de ellas con su propio acceso desde la calle a través de un pequeño patio frontal en sendos extremos poniente y levante, en los que se sitúa un banco y una jacaranda que le da sombra. La primera pieza funcionará como una vivienda, contando con los usos principales (dormitorio, baño, cocina, salón), mientras que la segunda acoge los dormitorios y baños para los hijos y nietos del propietario durante las temporadas de visita y vacaciones.

Y es que “El Mediterráneo es también la familia. Es la familia grande, la familia extensa. Es la familia-clan. Es la familia soporte y apoyo. […] Esta estructura familiar contribuirá, con mucho, a dar forma a los espacios habitables, pero también a la relación espacial entre ellos e incluso entre estos espacios y la calle. El hombre mediterráneo habita en general su casa”.[1]

Las dos piezas se dan la mano a través de un patio central, y principal al que abre el salón-comedor de la vivienda principal, extendiendo sus dimensiones y percepción. El patio se convierte en médula del organismo de la casa, atrayendo toda la atención hacia sí.

“Más allá de sus valores técnicos vinculados al uso, a la iluminación y la ventilación de la casa o a su capacidad para generar un orden a las diferentes estancias, el patio aporta valores sustanciales, perceptivos y emocionales, que permiten cualificar el espacio doméstico.” [2]

Una galería, en unos tramos interior y en otros exterior, atraviesa ambas piezas de manera transversal, conectándolas de nuevo y al mismo tiempo dividiendo cada una de ellas de nuevo en dos, según usos más nocturnos (al norte), o más diurnos en mayor relación con el patio principal. La planta, en forma de “H” ofrece numerosos rincones, conexiones, escondites, sombras, luces, en una promenade architecturale rica pero perfectamente organizada.

Los espacios exteriores gradan además la incidencia solar, regulan las necesidades de ventilación y de relación de la vivienda con su complementario exterior: numerosos paneles correderos con tamiz de caña transforman el espacio, abriendo y cerrando las cajas, y contrastando con los muros (unos ciegos y otros no) de bloque gris de hormigón. Del mismo modo, los pavimentos, gris duro de cemento o blando de grava, dividen, transforman, alteran la disposición exterior.

La estructura familiar construye físicamente el espacio, marcado por un genius loci mediterráneo que comienza por la búsqueda de intimidad y tamización de las visuales con la calle, así como por la instintiva necesidad de la relación con el verde de sus plantas, el azul de su cielo, y su blanca luminosidad. “La vivienda recupera el patio mediterráneo como generador de vida y organizador de funciones. Todas las estancias principales miran a levante y tienen continuidad en el exterior mediante patios con distintos grados de intimidad”; es en efecto una magistral interpretación de esta tipología popular de espacio doméstico, sí; pero también es una relectura de numerosos obras de la arquitectura moderna, desde Le Corbusier y Mies, hasta José Luis Sert.

La Casa Tino es una casa patio; pero también es un pabellón. Dos principios ampliamente explorados por la arquitectura moderna, que podríamos ver como opuestos, y que sin embargo en este proyecto adquieren todo el sentido en su disolución. Es patio, buscando la introversión y abriéndose hacia el cielo, un gesto cenital que edifica la arquitectura alrededor de él, se deja abrazar por ella. Es pabellón, una arquitectura de piezas ligeras que instan a recorrer de forma centrífuga el espacio exterior alrededor de ellas, que otea el horizonte y transpira por toda su piel[3].

“El pabellón como espacio irradiante, abierto por sus cuatro costados, no puede presentarse de modo descarnado y exponerse al mundo sin ninguna mediación, sino que debe amortiguar su contacto directo con el exterior a través de un muro que define una marca y una acotación del espacio. Pero este recinto habrá de ser parcial para no poner en entredicho la voluntad de la pieza de proyectarse al exterior y confrontarse con la visión del horizonte como intentos de formular el principio del pabellón con la máxima radicalidad que, paradójicamente, dan lugar a la aparición del recinto y, por lo tanto del patio, como elemento capaz de reequilibrar la situación”[4]

La Casa Tino es una casa popular; pero también moderna. Es bien sabido que la modernidad asentada buscó de forma recurrente en la arquitectura popular el vínculo con el carácter propio, así como respuestas a conceptos que inicialmente se habían marginado, como  el lugar y la memoria. El lazo de la contemporaneidad es en este proyecto la especial interpretación que hace del lugar, entendida tanto desde parámetros físicos de lo construido, como desde la psicología del territorio.

EMAC en este proyecto define lo doméstico con la herramienta de la arquitectura y el lenguaje de la poesía. Quienes moran en este nuevo hogar pueden entender en esos espacios y ese carácter, la historia de su familia, de su calle, de su pueblo y del Mediterráneo, pueden leer al tiempo un proyecto radicalmente contemporáneo que nunca renunció a comprender las entrañas del lugar, donde hoy sin lugar a dudas, un pequeño genius protege el hogar.


[1] Extracto del libro “Arquitectura tradicional mediterránea”, del Proyecto CORPUS, capítulo 2.

[2] Extracto de “un deseo moderno todavía pendiente. La casa patio, una posible técnica de agrupación de vivienda colectiva vertical” de Natalia López Escribano.

[3] Extracto de “Pabellón y patio, elementos de la arquitectura moderna”, por Carles Marti Arís.

[4] Extracto de “Pabellón y patio, elementos de la arquitectura moderna”, por Carles Marti Arís.

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