El proyecto consiste en la restauración del edificio llamado “Il Faro” ubicado entre la Vía Aurelia y la playa en el Municipio de Bergeggi en la Provincia de Savona para uso mixto. El objeto de la intervención consiste en un cuerpo prismático principal y un volumen secundario que se adhiere a la elevación sureste, reducido a un estado de ruina, ya destripado internamente y sin techos. La solución arquitectónica adoptada propone el respeto riguroso de la forma existente. y tiene como objetivo mantener la dimensión escultórica de la estructura y el diseño de las ventanas existentes.

En el volumen secundario, muy modificado a lo largo del tiempo, el proyecto propone ligeros desalineamientos y se hace una hendidura profunda en el lado del mar en la línea de conexión entre el cuerpo principal y el más pequeño, para crear algunas logias.

Toda la estructura está cubierta en cada parte visible en bloques de piedra natural de varios tamaños, incluidas las capas de cobertura, logias y algunos ambientes internos.
La solución arquitectónica propuesta busca una relación formal y cromática con el paisaje costero para configurar una nueva dimensión de identidad contemporánea, ligera.

La solución arquitectónica propuesta busca una relación formal y cromática con el paisaje para configurar una nueva imagen de identidad que consista en un monolito generado directamente a partir de la arena y las rocas sobre las que se apoya.

El cargo Una casa en el mar apareció primero en Arquine.

“… Ellos juegan frente al río que, finalmente, ha sido redescubierto. El agua fluye lentamente. El eco de los niños que suena desde cancha. La calle duerme en el sol. Las manos se mueven furtivamente en la luz de fondo. Un gato corre a lo largo de la gran pared. Es verano en Ariane … “

Programa

En algún momento en la ciudad de Niza, el representante electo decretó que el depósito de autos abandonado ya no se convertiría en una escuela de baile como se tenía planeado, sino que ahora sería una cancha de fútbol techada. Durante el concurso para este proyecto se contaba con un programa ambiguo: la cancha de fútbol debía poder transformarse en una gran sala de deportes polivalente durante el ciclo de estudios.

Queríamos que esta instalación forjara el vínculo entre la ciudad y el río, entre lo artificial y lo natural. Por ello, el edificio se colocó perpendicularmente al río y la calle. Se ganó el concurso por un punto muy ambiguo, la propuesta de una cancha de fútbol complementaria que aprovecha la cubierta del edificio sin modificar el programa original ni su uso.

Sinuosidad

Para crear el vínculo entre ciudad-río y artificial-natural, se hundió una parte de la estructura para acercarse lo más posible a los taludes. La planta baja se extiende hacia la orilla del Paillon, un río lleno de grandes piedras expuestas sobre su lecho. La infraestructura del río, con sus taludes, entra en diálogo con el proyecto.

En el edificio escapamos de la ciudad —estamos en el lecho del río—. Se puede decir que ésta es la única instalación pública en Niza que tiene una relación real con el río, incluso a pesar de que se entra al nivel de la calle por un mezzanine.

Desde la entrada principal de cristal que da hacia el vecindario, se puede observar a los jugadores que están abajo y, a su manera, participan en la vida del vecindario.

Transversalidad

Niza es un lugar atrapado entre la mineralidad y la naturaleza. En los valles, el “corredor” urbano que va a lo largo de las carreteras, oculta de nuestra vista el paisaje inmediato del río. Mientras que este edificio, colocado de manera perpendicular al río y la calle, invita a mirar desde la acera al río y desde el río a las colinas.

Resonancia

A lo lejos, la carretera que va cruzando alegremente los valles y se adapta a la pendiente del terreno mediante columnas. En la cubierta, la cancha funciona como un patio rodeado de columnas en conversación con las colinas circundantes. La estructura de concreto de este complejo deportivo pone a los jóvenes jugadores en diálogo con su tierra y el cielo.

Marcando la acción

La pieza de concreto, que comienza desde la planta baja, ha sido moldeada para abrazar fuertemente el sol en verano y los rayos bajos del invierno. Uniforme por fuera y libre al interior, forma un escenario apacible para esta nueva instalación que se ubica en el vecindario. Las vigas pretensadas, fuertes y ligeras al mismo tiempo, liberan el espacio y permiten apreciar el paisaje circundante.

Materia y piedra

Nacido de la tierra, el concreto aspira a convertirse en piedra, consolidando así, su lugar en el paisaje. Una materia derivada del río Paillon, con una relación inseparable del lecho del río.

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