Resultados de búsqueda para la etiqueta [Torreón ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 08 Jul 2022 07:36:29 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.3 Corporativo Simsa, un espacio digno para el trabajo  https://arquine.com/corporativo-simsa-un-espacio-digno-para-el-trabajo/ Mon, 31 Jan 2022 14:56:08 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/corporativo-simsa-un-espacio-digno-para-el-trabajo/ Cristina Treviño ha sabido poner el ejemplo de cómo hacer buena arquitectura en la región lagunera, con frescura, audacia y plasticidad, resultado de una valiosa y rigurosa metodología. El corporativo Simsa de la zona Industrial de Torreón es una de sus obras más logradas y representativa de su carrera profesional.

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La profesión de arquitecto ha sido difícil no sólo en México sino en todo el mundo. Se complica más en provincia y siendo mujer aún más, ya que la profesión tradicionalmente ha sido dominada por el género masculino, aunque esto va cediendo ante la calidad de la obra de mujeres como Cristina Treviño. Ella ha sabido poner el ejemplo de cómo hacer buena arquitectura en nuestra región con su frescura, su audacia y su plasticidad, resultado de una valiosa y rigurosa metodología. Su obra es un verdadero oasis en el desierto lagunero.

Laura Cristina Treviño Díaz nació en la ciudad de México el 19 de agosto de 1972. Esta lagunera por adopción estudió Arquitectura en la Universidad La Salle (antes ISCYTAC, hoy desaparecido) y un Master en Arquitectura, Crítica y Proyecto en la Universidad Politécnica de Catalunya, España. Entre sus profesores y amigos se pueden nombrar a Carme Pinós, Enric Miralles, Miguel Morey, Josep Quetglas, Salvador Pruneda Solé, Carlos Gómez Palacio, Enrique Arroyo, Otto Schott, Lilia de la Peña, Adán Lozano, Agustín Landa, Ricardo Ortiz, Antonio Camacho y Jesús Tovar. Ha trabajado en Barcelona con Eva Prats y Ricardo Flores, en Monterrey con Fernando López y Adán Lozano, y en Torreón con Jaime Gutiérrez. Gracias a todo lo anterior ha creado una obra tan personal y auténtica que Cristina Treviño no es sólo una arquitecta, sino también una verdadera artista.

El corporativo Simsa de la zona Industrial de Torreón es una de sus obras más logradas y representativa de su carrera profesional. Esta empresa de origen local y ya con presencia nacional, le externó su deseo de contar con un edificio de oficinas que pudiera proyectar su nueva imagen integrada. Después de que su despacho realizó un profundo análisis de su sistema corporativo existente, se propuso un proyecto que añadiera valor y que se integrara a la comunidad sin dejar de ser, al mismo tiempo, un espacio para el trabajo colaborativo. Para lograrlo se decidió utilizar un lenguaje accesible, sencillo y con identidad.

Originalmente en el terreno se encontraba una bodega industrial que fue demolida. La lectura del sitio incluyó entender el carácter industrial del lugar, economizar en los materiales y utilizar responsablemente los recursos disponibles. Todos estos objetivos los logró sin lugar a dudas. Por ejemplo, se decidió recuperar toda la estructura de acero previa para aprovecharla en el nuevo proyecto y para ser utilizada en elementos estructurales y del diseño interior. La solución final incluyó esta misma estructura de acero aparente que fue pintada de color negro para marcar líneas, referencias y enfatizar el orden del diseño gracias al uso de planos junto con las líneas como muros y techos “flotados”, por ejemplo. En conjunto todos los elementos utilizados generaron dos tipos de contraste; un primer contraste “frío” con el color blanco de muros y el concreto de los pisos y un segundo contraste “cálido” que se dio entre la madera rojiza del mobiliario y de los barandales en los espacios servidores.

El proyecto arquitectónico refleja un carácter fuerte, limpio, contundente, luminoso y estructurado. El recorrido interior comienza con el acceso principal por la esquina del terreno. Luego se van desarrollando una serie de módulos de oficinas cúbicos y con doble altura orientados de norte-sur llenos de luz natural y amplitud espacial. Entre cada módulo se encuentra sus respectivos servicios y además fue conectado por un pasillo distribuidor que cuenta con su respectivo remate visual.  Además, creó una conexión y un continuo flujo visual en todos los ejes de circulación y en los niveles de ambas plantas del edificio creando una atmosfera transparente. Grandes ventanales iluminan los espacios de piso a techo y rematan hacia jardines desérticos que permiten el contacto visual con el cielo azul. La intención de lo anterior es generar una sensación de estar en el exterior con amplitud. El uso de la escala responde al entendimiento de la integración de las personas con su espacio de trabajo buscando una que brindara libertad y “aire”. Finalmente, una de las características que le dan gran valor a esta obra es su profundo énfasis en los detalles, en la estructura metálica, plafones, cancelería, su fuente exterior, barandales, su escalera que es como “escultura en el espacio”, entre otros. Sin duda, esta es otra de las obras que es obligatorio visitar en Torreón.

Entre otras de las obras más relevantes de Cristina Treviño se encuentran: Corporativo Gas Natural Industrial, Corporativo Diesel y Gasolina, Euroarte Laguna, Conjunto Residencial La Cantera, Viviendas en Residencial Palma Real, Oficinas ARE, Tiendas Extra, Signexpress, Autoshop, Remodelación Rocksport Diagonal, Segundo Lugar Concurso Arquine Pulmón Metropolitano de Oriente, Penthouse en Torreón, Casa Trojes, Departamento Obispado, Casa de Huéspedes TJ junto con Arq. Jaime Gutiérrez, Casa Kualé (con Territorial), entre otros. También ha tenido una relación profesional importante con Territorial con quienes ha desarrollado proyectos de Arquitectura social.

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El colegio Cervantes, un hito lagunero https://arquine.com/el-colegio-cervantes-un-hito-lagunero/ Wed, 12 Jan 2022 03:52:56 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/el-colegio-cervantes-un-hito-lagunero/ En los años noventa y tomando en cuenta la herencia de nuestra cultura y la identidad regional, el arquitecto Antonio Edmundo Méndez Vigatá, nacido en la ciudad de Torreón el 24 de noviembre del 1959, diseñó y construyó el conjunto del Colegio Cervantes, una obra hija del ladrillo cocido.

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La Laguna es heredera de muchas culturas que conforman un verdadero collage. Este conjunto de obras siempre es visto con rapidez, pero si se observan con más tiempo y con mucha paciencia, enseñan y enseñan mucho. Un componente de este legado es el uso magistral del ladrillo del que prácticamente no hemos investigado a fondo en esta región de México. El ladrillo es un material eterno y siempre que lo evoco recuerdo los diálogos de Louis I. Kahn con él y las maravillosas obras de Carlos Mijares Bracho, dos monstruos de la arquitectura mundial. Quienes usan el ladrillo con maestría generalmente aman los detalles.

En nuestra región norteña de Durango y de Coahuila contamos con un amplio conjunto de obras hechas con ladrillo cocido y crudo. Tenemos pendiente elaborar un amplio catálogo que las contenga. Todas ellas son lecciones congeladas de Arquitectura que esperan por ojos curiosos e investigadores que las valoren. El ladrillo lagunero está presente en muchas losas, en fachadas, en cornisas, en molduras y en pisos. Muchas de estas obras están abandonadas, derruidas y poco conservadas, por desgracia. En los años noventa y tomando en cuenta esta herencia de nuestra cultura e identidad regional, el arquitecto Antonio Edmundo Méndez Vigatá, nacido en la ciudad de Torreón el 24 de noviembre del 1959, diseñó y construyó el conjunto del Colegio Cervantes, una obra hija del ladrillo cocido.

El colegio Cervantes es un conjunto de edificios que incluyen un jardín de niños, una primaria, una secundaria y una preparatoria, junto con sus áreas complementarias, que conforman uno de los proyectos más bellos e importantes de la región lagunera. Su base conceptual, como lo promueve Alberto Campo Baeza, surge del uso inteligente de la razón. Cuando se visita y se analiza este proyecto se tiene la sensación de que nos permite entender perfectamente nuestro entorno. Se utilizó una paleta limitada de recursos donde se privilegió el uso del ladrillo —traído de Matamoros, Coahuila y utilizado con el mínimo de desperdicio—, el acero, el concreto, con jardines coloridos y con el uso de la “piedra azul” que también forma parte de nuestro desierto.

El uso de los materiales y de sus formas no es rebuscado ni complejo, tiende a una simplicidad. Las mejores obras de arquitectura siempre son simples. La planta de conjunto me recuerda aquellos juegos de plástico de formas y colores básicos con los que jugué de niño. Su arquitectura es lúdica, divertida, fresca e inteligentemente resuelta hasta en los mínimos detalles. Dios siempre está en los detalles, decía Mies van der Rohe.

Dos manzanas trapezoidales componen este proyecto arquitectónico que tiende a la horizontalidad que se rompe con su ya famosa torre del reloj, hito urbano del sector y que lo ha dignificado ampliamente en la ciudad. La calzada División del Norte, la calle Antonio Vigatá Simó y la avenida José Vasconcelos forman una H que permite la comunicación entre cada uno de sus edificios, que cuentan con una personalidad única.

Podemos encontrar diversas lecciones en este proyecto que ya ha sido publicado en la Laguna y en el extranjero. El uso del ladrillo, de manufactura local, genera un dialogo urbano con el resto de la ciudad y casi se mimetiza con ella. Las cubiertas fueron inspiradas por el diseño de alas del avión “Junkers”, que también evocan el recuerdo del gran piloto lagunero Francisco Sarabia del Conquistador del cielo. Su arquitectura también surge de las postales antiguas que tanto le gustan a Méndez Vigatá y que tomó como sólida base para entender la historia de Torreón a través de esas fotografías que capturaron nuestra memoria para siempre. Hoy el colegio Cervantes no sólo es un conjunto arquitectónico digno de un estudio más profundo sino que también es un espacio educativo de primer nivel que nos complace tener. Arquitectura y educación que forman y mejoran el nivel de vida de los laguneros.

Méndez Vigatá realizó sus estudios en México, Suiza, Estados Unidos y Reino Unido. Esta formación le ha brindado una amplia visión. También ha creado una red de relaciones profesionales —a veces como alumno— que incluyen a Andrés González Arquieta, Héctor Domínguez, Manuel Rodríguez Vizcarra, Mark Cousins, Nicholas Bullock, Micha Bandini, Royston Landau, Zaha Hadid y Don Bates. Amigo de Rodolfo Barragán Schwartz, Carlos Mijares Bracho, Agustín Landa, Macario Aguirre, Edward Burian, Rodolfo Barragán Delgado, Len van der Graaf y Jesús Tovar. Entre sus obras más relevantes se encuentran: Graphimart, residencia Shade-Otaduy, la casa DLGM y la Galería de Arte Contemporáneo de Torreón. Hace algunos días fue nombrado Jefe de Cultura y Educación de la ciudad de Torreón.

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La búsqueda de un todo arquitectónico https://arquine.com/la-busqueda-de-un-todo-arquitectonico/ Wed, 15 Dec 2021 16:42:55 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/la-busqueda-de-un-todo-arquitectonico/ La ciudad de Torreón ha tenido un crecimiento urbano arbitrario y poco ordenado en algo más de 100 años. La ciudad apenas comienza a madurar. Se debería de estar construyendo un Torreón contemporáneo respetando al mismo tiempo el Torreón antiguo.

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La ciudad de Torreón ha tenido un crecimiento urbano arbitrario y poco ordenado en algo más de 100 años. No nos hemos acostumbrado mucho al orden y al respeto de la ley, pero la ciudad apenas comienza a madurar. Aunque estamos en pañales, como coloquialmente se dice, los laguneros empezamos a ser más conscientes de la importancia de respetar un Plan de Desarrollo Urbano. Lo ideal es que se respetara al pie de la letra y sin excepciones, pero tendríamos que terminar con la corrupción. Torreón no es excepción a la regla, padece de los mismos problemas urbanos de las ciudades del resto de México.

Cuando hablamos de ciudad siempre hay una dicotomía. La ciudad que es y la ciudad que debería de ser. Por lo tanto, hay dos Torreones. Uno en el que vivimos y otro en el que quisiéramos vivir. Me enfocaré en imaginar el segundo conforme a lo propondría como arquitecto y urbanista con la esperanza de que alguien importante lo tome en cuenta y lo ponga en obra.

Se necesita un arquitecto de ciudad capaz de coordinar los esfuerzos del Plan de Desarrollo Urbano. Un arquitecto que sienta suya la ciudad y la trabaje con proyectos viables, cuidando su integridad y su identidad. Con el catálogo de edificios históricos que ya se tiene respetarlos al máximo antes de intervenirlos con inteligencia. Es necesario el estudio profundo y la aplicación de los principios de las ciudades que tiene las mismas condiciones y características que la nuestra. Existen muchos ejemplos en los desiertos de Sonora, de Chihuahua, de Arizona y en el resto del mundo. Uno de mis favoritos es el caso de Shibam, en Yemen, la llamada Manhattan del desierto. Ahí tenemos toda una escuela de Arquitectura pasiva y de tierra por investigar. Nuestra arquitectura y nuestro urbanismo deberían de abrevar de esas fuentes y no tratar de inventar el hilo negro que ya fue inventado en otros sitios.

El Torreón antiguo se ha venido destruyendo con una serie de remodelaciones muy desafortunadas así que pronto nos quedaremos sin la poca historia que tenemos. Lo anterior debido a que muchos contratistas e incluso arquitectos sin la debida preparación en el campo de la restauración, amputan y modifican obras a diestra y siniestra. La mayoría de estas modificaciones han dejado las edificaciones peor de cómo se encontraban en un principio. Estas “remodelaciones” han sido cirugías plásticas mal hechas en una paciente que es muy bella.

Se debería de estar construyendo un Torreón contemporáneo respetando al mismo tiempo el Torreón antiguo, pero se pretende “modernizar” todo con muy poco talento y por meros intereses comerciales. Nuestra visión debe de ir más allá de eso. Además, es necesario que los encargados de estas obras sean realmente profesionales (y no me refiero a que cuenten con un título profesional, aunque sería muy deseable) y con sentido común.  El gremio de arquitectos laguneros carece de obras importantes. ¿Cómo promover la cultura del respeto por nuestro pasado? ¿Cómo poner la arquitectura y al urbanismo en un lugar preponderante de la sociedad? ¿Cómo hacer que los mejores arquitectos con los que contamos impacten la ciudad?

Por otro lado, tenemos un enorme déficit de áreas verdes en la ciudad. Habría que privilegiar la presencia de mayor cantidad de flora endémica de la región. Propongo la creación de jardines secos de calidad que tengan como referencia los jardines zen del Japón, pero adecuados a nuestra realidad y a nuestro entorno. Mezclar vegetaciones verdes y secas (en un 80% y un 20% respectivamente) para promover la reconciliación con el desierto. También es recomendable contar con una fauna endémica controlada dentro y fuera de la ciudad para el goce frecuente de sus habitantes. Todo lo anterior redundaría en muchísimos beneficios para los torreonenses.

Cambios de paradigma como la importancia definitiva del peatón sobre el automóvil, reducir el valor del automóvil en pos del uso de un transporte público digno, reducir la cantidad de asfalto y el concreto para sustituirlas por superficies más humanas, poblar la ciudad con vegetación introducida (siempre como segunda opción), privilegiar la belleza arquitectónica y urbana de la ciudad, rescatar todas sus obras con valor arquitectónico y urbano que están en completo abandono, promover el sentido de pertenencia y de ciudadanía en todos sus habitantes, revalorar el papel del arquitecto y del urbanista, promover la cultura arquitectónica y la cultura urbana, crear más espacios comunitarios de primer nivel que sean más democráticos, aprovechar al máximo las cualidades de cada rincón disponible, resaltar los símbolos de identidad de la ciudad, estudiar y aplicar las prácticas de las mejores ciudades, traer el agua para que vuelva a vivir entre nosotros, compactar la ciudad y prohibir su expansión, crear más espacios sombreados, promover el uso de azoteas verdes, fomentar el uso de la arquitectura pasiva (en lo posible), promover el uso del adobe, entre muchos otros temas específicos. Los ciudadanos también deben apoyar estos cambios y no esperarlos.

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Una mirada desde Torreón https://arquine.com/una-mirada-desde-torreon/ Thu, 11 Nov 2021 15:34:45 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/una-mirada-desde-torreon/ Torreón es una ciudad porfiriana y expandida, todo un mosaico de arquitecturas. Tan plural como los ciudadanos que la conforman, no es para nada una ciudad homogénea. Se veía mejor a principios del siglo XX, pero se cuenta con todos los elementos para recuperar y embellecer a esa ciudad.

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La mejor forma de conocer las ciudades y su arquitectura es caminando. En Torreón te debes cuidar de nuestro amigo el sol. Si caminas mucho tiempo por sus calles puedes terminar derretido. Más cuando vienes del sur. Acá debes de tener la piel de cocodrilo o tener temple de acero. Torreón es una ciudad porfiriana y expandida, todo un mosaico de arquitecturas. Nuestros padres y madres son los americanos, los árabes, los holandeses, los alemanes, los ingleses, los tlaxcaltecas y el resto de México. Aunque tenemos un pasado que no va más allá de 1888 hemos acumulado historias dignas de contar —ya lo iré haciendo. Torreón no es Madrid, Barcelona, Nueva York o la ciudad de México, pero tiene una historia igual de alegre, triste o dramática, a otra escala.

Lo primero que debes hacer antes de caminarla es cuidarte de no salir entre las once de la mañana y dos de la tarde, ya que en ese periodo sentirás todo el rigor del astro rey. Si lo haces y sobrevives tendrás todo mi respeto. Para aliviarte, deberás de buscar la sombra como cuando un beduino busca un oasis en medio del desierto más hostil. Polvo, viento y luz solar excesiva por casi once meses al año nos permiten conocer solamente dos estaciones: el verano y el invierno extremos. La lluvia en el desierto lagunero es una bendición y la amamos cuando llega porque solamente moja nuestras calles una o dos veces por año.

Recuerdo que cuando era niño y vivíamos en un departamento sobre la calle Ildefonso Fuentes, mi madre nos sacaba por las tardes a la banqueta para sentarnos en unas sillitas de madera para “tomar el aire fresco”. Ahí, sin darme cuenta, recibí mis primeras lecciones de arquitectura. Disfruté frente a mis ojos de la Casa Mudéjar. Esta casa es una rara joya que fue recientemente restaurada y forma parte de nuestro legado arquitectónico. Todas sus texturas, sus acabados, su escala, sus arcos lobulados, sus cornisas y sus vitrales fueron para mí inolvidables. Este recuerdo fue para mí muy significativo ya que años después lo comprendí todo cuando visité la Alhambra en Granada y descubrí los vasos comunicantes existentes con la obra de Luis Barragán. Todas estas experiencias de la vida se han venido hilvanando para formar tejido complejo y maravilloso que soporta toda nuestra obra de arquitectura y nos ha hecho muy felices.

En mi ciudad predominan diversos estilos, como el Art Nouveau, el mudéjar, el neoclásico, la arquitectura alemana, inglesa, moderna, contemporánea y otras que no vale la pena comentar. Torreón es tan plural como los ciudadanos que la conforman y no es para nada homogénea. Se cuenta con más de un centenar de edificios históricos que esperan una restauración inteligente. En los últimos años se han realizado en estos edificios intervenciones desafortunadas en pos de una falsa “modernidad”. En esto nos estamos equivocando. Deambular por sus calles es toda una aventura y muchas veces con más de 40 grados centígrados es necesario cargar con una botella de agua, una libreta para hacer croquis y un celular con buena resolución para documentar los cientos de detalles que podrías encontrar —como enrejados, balcones, pisos, fachadas, cornisas e incluso ruinas de tiempos idos y chispazos del presente. La ciudad es joven y vive todavía. El desierto lagunero es bello, sólo que debemos verlo con otros ojos, con ojos de cariño. Torreón promete ser una ciudad única que ya merece transformarse no sólo con restauraciones impecables sino con obras de arquitectura de primer nivel. Nuestra arquitectura debería de reflejar fielmente el paso de las épocas adecuándose a los tiempos que corren. Es imperativo el uso de la razón, como lo recomienda Alberto Campo Baeza. Remodelar por remodelar es simplemente inaceptable. Lo nuevo no siempre es lo mejor.

Si algún día se les ocurriera demoler la Casa Mudejar, se irían entre sus escombros todo mi corazón y parte de mi vida. El valor del recuerdo que tan maravillosamente nos ha legado Marcel Proust aquí también lo vivimos intensamente. En cada obra de Arquitectura siempre vive una parte de nosotros. Una ciudad que se destruye es una sociedad que se destruye. Francamente, Torreón se veía mejor a principios del siglo XX. Hoy es vieja y descuidada. Aunque siempre fue una ciudad bella, deberíamos ayudarla para que vuelva a presumir todos sus encantos. Cada ciudad tiene sus historias dignas de contar. Afortunadamente, hoy vivimos en una etapa de mayor conciencia de lo que es el buen urbanismo y la buena arquitectura. Torreón merece una sociedad y un gremio de arquitectos que la prepare para afrontar el siglo XXI con orgullo y dignidad. Estoy seguro que contamos con todos los elementos para recuperar y embellecer a esta ciudad, sólo es cuestión de organizarnos, trabajar en equipo y ponerlo en obra. Aquí nos tocó nacer y somos hijos del polvo.

Después de todo vivir en el desierto no es tan malo. Ya es hora de poner el ejemplo lagunero.

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