Resultados de búsqueda para la etiqueta [soriano ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Tue, 18 Jul 2023 14:56:17 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Nuevos espacios culturales en Morelos https://arquine.com/libros-de-morelos/ Thu, 10 Jan 2019 14:30:05 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/libros-de-morelos/ La ciudad de Cuernavaca, como tantas otras zonas metropolitanas contemporáneas en Latinoamérica, padece los perjuicios de una urbanización no planeada: densificación masiva de viviendas que conforman casi la totalidad del entorno construido y la consecuente insuficiencia de equipamiento.

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La ciudad de Cuernavaca, como tantas otras zonas metropolitanas contemporáneas en Latinoamérica, padece los perjuicios de una urbanización no planeada: densificación masiva de viviendas que conforman casi la totalidad del entorno construido y la consecuente insuficiencia de equipamiento. De todos los tipos de equipamiento que requiere una ciudad, generalmente los espacios culturales se subordinan por debajo de otros que, al menos en apariencia, se requieren con mayor apremio.

De este modo, el espacio público en el siglo XXI funciona de acuerdo con una cultura que, ante la falta de territorio destinado a equipamiento, demanda espacios multipropósito; es decir, edificios con la capacidad de alojar varias actividades de acuerdo con los intereses de una comunidad específica.

Entendiendo estas condiciones, se propusieron cinco proyectos culturales para Cuernavaca: intervenciones en el Jardín Borda y la Antigua Estación del Ferrocarril; la construcción del Centro Cultural Teopanzolco, el Centro de Desarrollo Comunitario Los Chocolates y el Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano. Éstos últimos fueron documentados en tres publicaciones que compilan el desarrollo de cada proyecto desde su etapa conceptual, pasando por el desarrollo arquitectónico y el edificio en uso, analizando su impacto en la vida urbana de Cuernavaca y en la escena de la arquitectura contemporánea.

Centro Cultural Teopanzolco

18 x 23 cm | 120 páginas | Textos de PRODUCTORA, Isaac Broid y Go Hasegawa

 

[…] me sentí sumamente impresionado por el sentido de la existencia que tiene este edificio, que luce casi como una renovación de la superficie. Noté que, tanto la línea de la tierra como la del techo, funcionaban como parte de la Tierra. Francamente, para mí no era tan importante verificar los contenidos de este proyecto sino más bien entender el contexto, la planificación, el diagramado del programa, el material, los detalles, etc., cosas que me interesan siempre al visitar un edificio. Desde luego, el proyecto frente a una zona arqueológica ha sido bien resuelto, pero desde ya, y como se da en la mayoría de edificios de hoy, éste es un proyecto más para sugerir preguntas que para resolver cuestiones. Tenemos que hablar más sobre proyectos que nos puedan traer de vuelta a las cosas fundamentales. Éste es un edificio que nos trae de vuelta y nos muestra el momento en que el único delineado de esta tierra se divide en dos líneas”.

Go Hasegawa

 

Centro de Desarrollo Comunitario Los Chocolates

18 x 23 cm | 112 páginas | Textos de TALLER | Mauricio Rocha + Gabriela Carrillo, Juan Carlos Cano y Julio Castro

 

La arquitectura solo sucede en un lugar y un momento, donde lo más importante es comprender las condiciones por la que surge la necesidad de construir un nuevo edificio y los fundamentos para establecer las estrategias y decisiones sensatas que puedan abordar los problemas planteados.

En su contexto, el Centro de Desarrollo Comunitario Los Chocolates retoma esta apuesta, que a través del espacio común se puede transformar a la sociedad. Una apuesta donde se es consciente de que la arquitectura solo cumple una función secundaria, o más bien, es la acción inicial de un proceso más largo cuyo éxito depende de muchos otros factores. La contundencia tectónica del conjunto hace más evidente la neutralidad de los espacios, neutralidad necesaria para la flexibilidad del programa, y la centralidad de la cancha de futbol con los puentes que la techan parcialmente […].

Hay proyectos que llegan en el lugar y el momento correctos. Se desconoce su futuro, pero eso es irrelevante. La arquitectura usualmente intenta sintetizar problemas complejos, programas intrincados, condiciones económicas adversas. Es un oficio que debe tomar en cuenta demasiados factores y muchas veces las soluciones se pierden en ese laberinto. Rocha y Carrillo han logrado mantener la claridad proponiendo una estrategia de honestidad tectónica y contundencia volumétrica para albergar el futuro de una colonia. Los problemas sociales sobrepasan la capacidad de cualquier individuo o cualquier iniciativa y es aquí donde la arquitectura debe ser tan sintética, tan sensible al tema para no proponer cosas innecesarias. Como decía el arquitecto indio Charles Correa: “Esto es lo más fascinante para los arquitectos en los países en desarrollo. No la magnitud o el valor de los proyectos, sino la naturaleza de las cuestiones que estos plantean y que nosotros debemos enfrentar. Una oportunidad para crecer: la virtud duradera de un lugar al sol”.

Juan Carlos Cano

 

 

Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano

18 x 23 cm | 124 páginas | Textos de JSa, José Luis Barrios, Pablo Landa Ruiloba, Sebastián Mariscal, Juan José Kochen y Jimena Hogrebe Rodríguez

 

Los museos, como los mercados, son sitios donde se concentran distintos itinerarios en el tiempo y espacio. Juan Soriano fue un artista rebelde por no participar del realismo socialista pregonado por Siqueiros —“la Revolución siempre le cayó mal, y peor los revolucionarios”, escribió alguna vez Poniatowska— ni de la abstracción como resistencia y bandera generacional promovida por la Ruptura. Soriano construyó su propio camino. A partir de las colecciones del Museo se pueden trazar los trayectos del artista de su natal Guadalajara a la Ciudad de México, con escalas en Roma y París. Quizás se pueden esbozar también los fines de semana que pasó en Cuernavaca durante su época dorada. ¿Qué le sucederá a la obra de Soriano, a sus alcances y rubores, al encontrarse con la de otros artistas y con la historia de la ciudad? […]

Muchas obras recientes de regeneración urbana apuestan por la capacidad de la arquitectura por dar visibilidad a los barrios o ciudades en los que se ubican y por representar sus identidades. En la visión de Sánchez y Ballesteros, para contribuir a que una ciudad recobre su vitalidad, más que íconos en el paisaje conviene construir encrucijadas. El Museo Soriano puede ser un punto de partida para trayectos que implanten en Cuernavaca una nueva lógica urbana.

Pablo Landa

  


Puedes descubrir en estos enlaces el libro del Centro Cultural Teopanzolco, el del Centro de Desarrollo Comunitario Los Chocolates y del Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano.

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Ornamentos invisibles (IV) https://arquine.com/ornamentos-invisibles-iv/ Fri, 16 Nov 2018 15:00:45 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/ornamentos-invisibles-iv/ El 20 de octubre fue inaugurada Constelaciones de la audio-máquina en México, en el Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano.

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El 20 de octubre fue inaugurada Constelaciones de la audio-máquina en México, en el Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano. Curada por Carlos Prieto Acevedo –no se confunda un Carlos Prieto que es chelista clásico con quien, junto a actores como Eric Namour o Rogelio Sosa, ha generado plataformas y construido conocimiento en torno al arte sonoro, la música contemporánea y la música electrónica nacional–, la muestra inicia declarando que el sonido también funcionó como una herramienta que construyó la identidad moderna de México. Podría decirse que, de la misma manera que la arquitectura dibujó la faz de una ciudad que progresaba, las expresiones musicales y sonoras también configuraron una imagen del progreso, o bien, representaron evidencias del fallo de ciertos proyectos ideológicos. La música nacionalista de Carlos Chávez y Manuel M. Ponce, cuyas obras recogieron algunos de los rasgos distintivos con que el arte y el Estado definieron al cuerpo indígena, la apología a las máquinas enunciada por el estridentismo y los escritos sobre el Sonido 13 de Julián Carrillo establecen un diálogo curatorial con la pintura de Antonio Luquin, cuyas imágenes capturan el resquebrajamiento de monumentos como el Hemiciclo a Juárez, o las fotografías de Enrique Metínides, un retrato del accidente que remite al sonido: por ejemplo, los accidentes automovilísticos y las descargas eléctricas que dejan cadáveres a su paso. En conjunto, la exposición busca proponer al ruido no sólo como una variación estético, sino como un síntoma de lo social.

 

 

Pero, ¿por qué el ruido? Serconversion, colectivo sueco que ha generado un cruce entre las identidades no-normativas y la aparición del ruido, menciona en A queer noise manifesto que el ruido comparte un espectro semántico con aquello que no es deseado, una interferencia que irrumpe en una espacialidad que busca la toma de turno ordenada o el silencio. Bajo esta mirada, protestar es encarnar al ruido, un aturdimiento dirigido a la normatividad. Por otro lado, David Novak en un artículo titulado Noise (Duke University Press, 2015), consigna que el ruido, cuando opera en un contexto urbano, se relaciona más hacia la segmentación urbana que evitara la entrada del ruido en los territorios de la domesticidad: “Cuando el ruido comenzó a aparecer más en la consciencia social, el reconocimiento de su existencia contribuyó a la inexorable fragmentación y privatización del espacio a través de la zonificación, la vigilancia sónica y el aislamiento acústico del ruido público. Pero aunque haya proyectos que busquen abatir el ruido y que estén fundamentados en medidas científicas y estándares legales de lo que es demasiado alto, las regulaciones comúnmente fallan o no pueden llevarse a cabo.” Aquí, vuelve a leerse una noción sobre el ruido como aquello que busca ser limpiado –y no hay nada más moderno que la higienización  de los espacios que habitamos, práctica que hace de lo público algo lo suficientemente ruidoso como para intentar erradicarlo– aunque sin éxito. El ruido urbano y social es inevitable.

¿Por qué Constelaciones de la audio-máquina en México no termina de narrar al ruido como una grieta de la modernidad? La pieza inicial es Memorias del hierro del artista Félix Blume, una instalación que hace que el ruido quede impreso sobre el espacio. Sobre placas de hierro aparecen las resonancias que recogieron micrófonos colocados en las barricadas de la policía durante las protestas de 2013 por la Reforma Energética. El gesto de registrar a la protesta en algo tan corporal y abyecto como el sonido –David Novak consigna que la palabra noise tiene su raíz en la palabra griega nausea– se transforma en una revisión canónica de la música experimental de México. La exposición termina diciéndonos que aquí también existieron nuestras equivalencias del experimentalismo occidental, representadas por Julio Estrada o Roberto Morales, y que aquí también nos apropiamos de las máquinas musicales y de las novedades de la ingeniería. Si bien no las producimos, nuestro consumo enunció un cosmopolitismo que regeneró los códigos del arte nacional, un dispositivo que ya se ha activado en otras exposiciones que revisan la modernidad. Nuevamente, se nos dice que formamos parte de una discusión mucha más amplia. Y sí, pero reconocernos como internacionales es querer limpiarnos de nuestras identidades ruidosas. La muestra sanitiza al ruido bajo ciertos conceptos de lo avant-garde, cuando se tendría que partir del hecho de que aquí también se ha puesto en crisis a las formas musicales, y de que aquí el ruido es un discurso tan fuerte como lo fue para los atonalistas.

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