Resultados de búsqueda para la etiqueta [Shigeru Ban ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Mon, 06 May 2024 17:18:12 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Vidrio, papel y tijeras https://arquine.com/vidrio-papel-y-tijeras/ Mon, 06 May 2024 17:18:12 +0000 https://arquine.com/?p=89804 Para celebrar los 75 años de la construcción de las casas de vidrio y ladrillo de Philip Johnson en New Canaan, se construyó frente a ellas una de las casas de papel diseñadas por Shigeru Ban para casos de emergencia.

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Un Andy Warhol de unos 36 años —aún joven, se podría decir— mira hacia afuera, parado detrás del muro de vidrio de la casa de Philip Johnson, a punto de cumplir 60 años, que se ve más atrás, sentado a su escritorio, leyendo o fingiendo leer mientras David McCabe toma la foto. La segunda casa de vidrio más famosa de la historia se construyó entre 1948 y 1949, después de haber dibujado más de 30 variantes, asistido por Landis Gores. El proyecto derivaba de un encargo hecho por la publicación Ladie’s Home Journal: pensar una casa para un millonario sin servidumbre. Casi una casa para él mismo. Johnson vivió ahí hasta su muerte en 2005. O vivió en parte, pues la casa de vidrio es sólo la mitad de la casa, complementada por un pabellón tan opaco como ésta es transparente.

En el espacio sin tiempo de la foto, podemos imaginar a Warhol preguntándole a Johnson: “Philip, ¿qué es eso que están construyendo frente a tu casa?” “Una cabaña de papel, Andy” —respondería Johnson. “Empezaron a armarla ayer y ya casi terminan.” “Sorprendente” —agregaría Warhol—, “aunque dudo resista ni 15 minutos cuando llegue el invierno.”

La cabaña de papel fue diseñada originalmente por Shigeru Ban en 1995 como alojamiento temporal para las personas afectadas por el terremoto de Kobe, quienes pedían “una estructura económica que pudiera ser construida por cualquiera, con un aislamiento satisfactorio y una apariencia aceptable, que fuera fácil de desmontar y reciclar posteriormente. La solución fue una especie de cabaña de madera con una base de cajas de plástico llenas de arena, paredes de tubos de papel y un techo de lonas para tienda de campaña.” La cabaña de papel ha sido rediseñada y transformada varias veces para adaptarse a situaciones locales, sirviendo como refugio temporal tras terremotos y huracanes en distintos lugares del mundo.

Si la casa de vidrio de Johnson empezó como arquitectura de papel —arquitectura dibujada, para ser publicada y sin necesariamente tener en cuenta su construcción material y tridimensional como edificio— para los privilegiados —una casa para un millonario sin servidumbre—, la casa de papel de Ban se coloca en el extremo opuesto, materia e ideológicamente:  “Los arquitectos no estamos construyendo viviendas temporales porque estamos demasiado ocupados construyendo para los privilegiados… No digo que esté en contra de la construcción de monumentos, pero creo que podemos trabajar más para el público”.

Según escribió Tim McKeough en el New York Times, la idea de construir la casa de papel frente a la de vidrio —y la de tabique— surgió mientras Ban visitaba la obra de Johnson acompañado por su amigo Dean Maltz y el director de la organización a cargo de las casas de Johnson. Nada mejor que montar una casa de papel frente a las de vidrio y ladrillo para conmemorar los 75 años de estas últimas. McKeough también apunta que, aunque terminada de montar en dos días por un grupo de alumnos de Cooper Union, con asistencia de sus profesores y de personal de Shigeru Ban, la cabaña no es tan fácil de armar como parece:

Los 39 estudiantes que ensamblaron la estructura, con la supervisión del Sr. Maltz y el instructor de Cooper Union, Samuel Anderson, se sorprendieron de lo desafiante que era, incluso con materiales simples y un manual de instrucciones tipo Ikea. Meztli Castro Asmussen, de 22 años, quien se ofreció como voluntaria para el proyecto, dijo que los estudiantes tuvieron que usar una máquina CNC para cortar los conectores de madera contrachapada, además de solucionar problemas inesperados. Construir su propia casa de tubos de papel, añadió, “requerirá algunas tecnologías y herramientas que pueden no ser accesibles, dependiendo de dónde se encuentre”.

Con todo, la hipotética preocupación de Andy Warhol sobre el tiempo que podría resistir la cabaña de papel la nieve en el invierno, ejemplos construidos de la misma manera han recibido permiso para mantenerse de manera permanente tanto en Alemania como en Japón.

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Sobre el cuidado y el mantenimiento de lo común: “Perfect Days”, de Wim Wenders https://arquine.com/sobre-el-cuidado-y-el-mantenimiento-de-lo-comun-perfect-days-de-wim-wenders/ Tue, 16 Apr 2024 17:31:28 +0000 https://arquine.com/?p=89140 Bajo una primera mirada, Perfect Days (2023, conocida en español como Días perfectos), de Wim Wenders, es una ficción romántica, el retrato de la vida tranquila de su protagonista, Hirayama (Koji Yakusho), un sujeto que, además de llevar una cotidianidad rutinaria, enfrenta sus días de manera casi ascética y es capaz de recibirlos con sus […]

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Bajo una primera mirada, Perfect Days (2023, conocida en español como Días perfectos), de Wim Wenders, es una ficción romántica, el retrato de la vida tranquila de su protagonista, Hirayama (Koji Yakusho), un sujeto que, además de llevar una cotidianidad rutinaria, enfrenta sus días de manera casi ascética y es capaz de recibirlos con sus bemoles y, además, sonreír.

Póster de “Perfect Days”, de Wim Wenders.

Una siguiente lectura parece ser un elogio a la ciudad. Nuestro personaje —a veces en carro, otras a pie o en su bicicleta—, recorre de manera casi desprevenida las calles de Tokio: mira al cielo por entre los árboles, alza la mirada para reconocer la altísima espiral del Tokyo Skytree o simplemente mira a lo lejos. Cuando Hirayama está muy abstraído en su paseo, es el montaje de la película el que nos devuelve tomas panorámicas y largos recorridos por las autopistas, puentes, parques y túneles de la capital japonesa. Pero, a medida que pasan las escenas y la repetición se vuelve iteración, variación de temas, encuentros similares con distintos resultados, emerge otra lectura posible: Perfect Days es una elocuente celebración de las prácticas del cuidado y del mantenimiento sobre lo colectivo.

La simplicidad que Wenders y Yakusho han creado alrededor del personaje es genial: una vida sencilla, pero envidiable, y un overol de limpiabaños; una cámara que le sigue casi a manera de registro documental y etnográfico, como en los recursos de la antropología visual de lo ordinario de Beka y Lemoine (ver: Moriyama-San o Tokyo Ride).

No obstante, muchas personas discutirán, por ejemplo, si un cuidador de baños puede llevar una vida como la de Hirayama. Una queja más simple sería si unos baños como los que aparecen en la película pueden existir en cualquier otra ciudad del mundo (Berlín, Bogotá, Nueva York, Ciudad de México o Tijuana). La película, como proyecto, desafía la no ficción. Somete al espectador a preguntarse por la ciudad perfecta y confrontarla con su propia ciudad. Plantea al público la pregunta de si un futuro perfecto, en este mundo en el que todo está a punto de expirar, puede todavía existir.

Yoyohi Fukamachi Mini Park – Shigeru Ban. Foto: THE TOKYO TOILET PROJECT.

Hirayama, por ejemplo, trabaja para THE TOKYO TOILET PROJECT, una programa de la ciudad para rediseñar los baños de públicos de la mano de renombrados perfiles de arquitectura y así, por medio de esta infraestructura pública, resaltar el valor que la cultura japonesa pone en la hospitalidad y el cuidado. Si uno visita el sitio oficial del proyecto, luego de leer los 16 nombres de las personalidades invitadas a diseñar dichos espacios (Fumihiko Maki, Junko Kobayashi, Kashiwa Sato, Kazoo Sato, Kengo Kuma, Marc Newson, Masamichi Katayama, Miles Pennington, Nao Tamura, NIGO® (pseudónimo de Tamoaki Nagao), Shigeru Ban, Sou Fujimoto, Tadao Andō , Takenosuke Sakakura, Tomohito Ushiro y Toyo Ito), lo siguiente que aparece junto a esos créditos es el apartado “Maintenance” [“Mantenimiento”]. En un breve texto, se confirma la necesidad de que estos espacios sean cómodos, confortables y limpios a lo largo del tiempo. En un seguimiento al asunto se aclara que el proyecto no se trata sólo de “diseñar nuevas instalaciones”, sino también de organizar todos los aspectos que aseguren que estos espacios puedan mantenerse en buen estado y ser utilizados cómodamente por todas las personas todo el tiempo.

Volviendo a la ficción, Hirayama no sólo hace parte del equipo de mantenimiento de los baños más icónicos del Japón contemporáneo, sino que además disfruta y se emociona con su trabajo. Quizá sea el único. En una de las pocas conversaciones que ocurren en la película, su compañero Takashi (interpretado por Tokio Emoto) le pregunta de manera completamente resonante: “¿de verdad te gusta este trabajo?”, para más adelante, en desliz, sentenciar: “¿qué pasa con este mundo de mierda?” Takashi, opuesto a Hirayama, no sabe cómo lidiar con la caca. Ve en esta un reflejo del desgaste de la vida moderna y rehúye de la idea de que él es el responsable de limpiar lo que hacen los demás. Hirayama, por lo contrario, acepta su función con valentía, asume que su rol es el de cuidar y lo hace con completa dignidad. 

Nabeshima Shoto Park – Kengo Kuma. Foto: THE TOKYO TOILET PROJECT.

Cuidar al mundo es mucho más que limpiar baños. Las prácticas de cuidado de Hirayama incluyen: cepillar los pisos, los lavabos y los baños, sí, pero también cuidar a un niño perdido mientras busca a su mamá; explicarle a una desconocida cómo funciona un baño público; compartir sus joyas musicales con las generaciones futuras; cuidar al borracho que se quedó dormido; jugar gato con una persona anónima; esperar afuera mientras alguien pasa por un mal momento; hacerse amigo de quienes no tienen más amigos; saludar y respetar al sin hogar que hace campamento al lado de un baño; celebrar a los niños que juegan inocentes en el parque; recuperar una planta del parque para cuidarla en su propia casa. Todo lo que hace el personaje es cuidar: sin el cuidado y el mantenimiento ningún espacio tiene valor en sí mismo.

En su libro Construir y habitar: ética para la ciudad, Richard Sennett comenta que una de las claves éticas para la construcción y reconstrucción de las ciudades es la responsabilidad que un sujeto pueda tener para con los demás que son, casi siempre, extraños. Es decir, más allá de lo material, la ciudad se configura y transforma cuando medimos las formas y las funciones con el mundo que queremos y la sociedad que deseamos. A la luz de Richard Sennett, Hirayama es un “urbanita competente”: posee un conocimiento acuerpado de la ciudad, sus lugares y habitantes; es un flâneur envidiable; y su silente —casi anónima— presencia le da la facultad dialógica de interactuar con los extraños. Es, en últimas, un cosmopolita, pues ejerce una forma de convivencia inherente a la vida urbana, lo que Ash Amin denomina “indiferencia a la diferencia”. Es precisamente esta indiferencia la que le permite desplazarse del lugar que ocupa para ofrecer hospitalidad.

Este atributo queda aún más claro cuando el personaje cede su espacio vital, su recámara y su cama —aparentemente su única pertenencia— a su sobrina Niko (Arisa Nakano), tras escaparse de casa. Cuidarla es enseñarle que existe otro mundo, lleno de espacios para lo común: la calle, los saunas y las lavanderías, el parque y el bosque. Mientras cruzan un puente en bicicleta, sostienen una conversación valiente: “el mundo está hecho de muchos mundos, algunos están conectados y otros no”. Hay un mundo en el que las cosas no se cuidan y sólo se usan; hay otro en el que el mantenimiento es la clave para sostener y reparar el mundo. El cuidado es el puente. E implica, por necesidad, un esfuerzo colectivo”.

El cuidado es el puente. E implica, por necesidad, un esfuerzo colectivo. Los bienes comunes no existen sin una comunidad que los utilice y los cuide (Lopes, 2018).

Ebisu Park – Masamichi Katayama. Foto: THE TOKYO TOILET PROJECT.

Ahora bien, hay que tener cuidado con la extrema romantización del cuidado y el mantenimiento. En la película hay una escena en particular que muestra el desprecio con el que sistemáticamente descuidamos a las personas que hacen posible nuestra vida diaria en la ciudad. Sobre esto, en su corto ensayo Mantenimiento y cuidado, Shannon Mattern resalta que suelen ser las labores de cuidado, mantenimiento y reproducción social —aquellas vinculadas a la virtud o buena voluntad— las que también suelen estar peor fondeadas y reconocidas. La misma autora sugiere que deberíamos imaginar infraestructuras físicas que apoyen las ecologías del cuidado: ciudades y edificios que, además de espacios físicos, dispongan de recursos adecuados para barrenderos y trabajadores sanitarios, profesores y trabajadores sociales, terapeutas y agentes de divulgación. Mattern se pregunta: “¿cómo podemos posicionar el cuidado como un valor integral dentro de las arquitecturas e infraestructuras de las ciudades, diseñando sistemas y espacios para la restauración?”. Esta es también una responsabilidad, agregaría yo, que debe ser asumida por quienes deciden y diseñan los espacios y la ciudad. 

¿Quién cuida a quien nos cuida? En el caso de la película, Hirayama tiene su propia red de cuidadores (que se parecen mucho a los que nombra Mattern): un monje, un cocinero, una librera, una camarera. Sin embargo, toda esta red de cuidadores se entreteje en el plano privado y no en el plano de lo público —con esta pista validamos que la película es una ficción—. La inquietud permanece.

 

Referencias 

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Meditación en el aire por Shigeru Ban https://arquine.com/obra/meditacion-en-el-aire-por-shigeru-ban/ Wed, 07 Sep 2022 06:00:31 +0000 https://arquine.com/?post_type=obra&p=67666 En el norte de la isla de Awaji, Shigeru Ban fue consignado en diseñar un espacio para la práctica y enseñanza de la meditación. Sobre una ladera accidentada es que se construye este edificio de madera.

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En el norte de la isla de Awaji, Shigeru Ban fue consignado en diseñar un dojo (término japonés para designar un espacio a la práctica y enseñanza de la meditación o las artes marciales tradicionales modernas) en el aire. El emplazamiento fue en una ladera accidentada, un lugar maravilloso para escuchar el canto de varios pájaros, rodeado de espesos árboles. La intención del edificio es poder generar una sensación de inmersión dentro del terreno circundante.

La primera planta contiene alojamientos sencillos de habitaciones privadas y un comedor, si sitúan en pasillo estructurado por madera, de 81 m de longitud, 7,2 m de ancho y 3,5 m de altura, apoyado mínimamente en sólo dos pilares de rejilla de acero, creando un volado pronunciado que visibiliza con mayor importancia la geografía del terreno.

Para maximizar la transparencia y la visibilidad del espacio está la terraza al aire libre de la segunda planta que se usa para la meditación o el yoga. Esta terraza tiene una cubierta soportada por columnas de acero de 12 cm de diámetro con un claro de 3 metros. Al acercarse al edificio desde la carretera, se vislumbra un armado de madera de casi 100 metros frente al bosque creando un fuerte contraste. Al sentarse en la terraza, la presencia del edificio desaparece dejando a los usuarios visualizar desde lo alto las copas de los árboles y el paisaje.

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Compartir experiencia https://arquine.com/compartir-experiencia/ Sat, 28 Oct 2017 18:08:40 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/compartir-experiencia/ El arquitecto japonés Shigeru Ban, premio Pritzker 2014 y reconocido por su trabajo en distintas partes del mundo tras catástrofes naturales y humanitarias, está en México. En una conversación con arquitectos locales, tras afirmar que no ofrecía soluciones sino sus experiencias, explicó sus ideas y lo más importante de su método: empezar a trabajar donde haga falta.

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“No vengo a ofrecer soluciones. Vengo a compartir experiencias.” Así empezó ayer, viernes 27 de octubre, la conversación que sostuvo Shigeru Ban con varios arquitectos mexicanos a invitación del Tecnológico de Monterrey. Ban, nacido en 1957, estudió arquitectura en Tokyo, en SCI_Arc, en Los Angeles, y en Cooper Union, en Nueva York, donde se graduó en 1984. Un par de años después empezó a experimentar con los posibles usos como estructura constructiva de tubos de cartón. Por entonces, dijo Ban, se sintió un tanto decepcionado de una profesión donde se trabajaba primordialmente para gente con poder y con dinero. Tras el genocidio en Ruanda en 1994, Ban se ofreció a trabajar con la Comisión para Refugiados de las Naciones Unidas poniendo a prueba tres prototipos de albergue fabricados con tubos de cartón como estructura. Desde ese momento, Ban ha dedicado parte de su tiempo a atender las necesidades de poblaciones afectadas no sólo por guerras y desplazamientos sino también por catástrofes naturales.

En 1995, Ban diseñó para los damnificados por el terremoto en Kobe, Japón, un refugio de cuatro metros cuadrados hecho con muros de tubos de papel de 108 milímetros de diámetro y techados con una membrana de PVC. Ese mismo prototipo lo volvería a usar después en Turquía, en 1999, y en India, en el 2001. Ban ha diseñado otro tipo de espacios para los damnificados además de refugios. En Kobe una iglesia; en Chenghua, China, aulas para una escuela primaria; en L’Aquila, Italia, una sala de conciertos temporal. Usando variaciones al mismo sistema constructivo, también a Diseñado construcciones permanentes, como la Casa de Arte para niños en Fukushima o la catedral de Christchurch, en Nueva Zelanda.

En su presentación, Ban dijo que las soluciones arquitectónicas son distintas dependiendo del sitio y sus condiciones, así como de los materiales disponibles. Su prioridad es que las estructuras que construye sean seguras y confortables, pues aún los refugios calificados como temporales pueden ser ocupados por más tiempo del previsto o deseable antes de que se construya nuevas casas para los damnificados. Sobre su método de trabajo, Ban dijo que junto con sus estudiantes busca una comunidad afectada donde su ayuda pueda ser útil. “No busco tener la imagen completa del problema para empezar a trabajar. Empiezo trabajando.” Junto con el diseño, la logística para recolectar fondos y materiales para la construcción es igual de importante. Ban afirmó que no hay que esperar que el gobierno o alguien organice los trabajos de ayuda, sino que hay que empezar cada uno en alguna comunidad. La organización, dijo, va surgiendo. Al ser cuestionado sobre la importancia de preservar la identidad constructiva en un sitio, respondió con una pregunta: ¿qué es la identidad?, y remarcó la importancia de trabajar con arquitectos y escuelas de las comunidades afectadas, para entender cómo se debe dar respuesta en un caso de emergencia. Insistió en que “en arquitectura, el problema no es el material con el que se construye sino el cuidado que se pone al construir.” Por lo mismo, no confía en el concreto como material constructivo en algunas situaciones: “es más fácil engañar y no cumplir las normas con estructuras de concreto que de madera,” dijo. Ante otra pregunta de los participantes, Ban volvió a subrayar que lo más importante para él es, también en el caso de los refugios temporales, la solidez estructural de los proyectos que realiza y la comodidad que ofrecen a quienes los ocupan. Dijo que ninguno de los diseños que ha hecho para situaciones de crisis humanitarias tienen derecho de autor protegido y que, por lo mismo, pueden ser copiados, siempre que se investigue lo suficiente y se construya de modo que se cumplan aquellas dos condiciones: solidez y comodidad. También recomendó a los profesores de arquitectura llevar a los estudiantes a ver los daños, incluso si aun no están capacitados para ayudar: ver les servirá para entender para qué tienen que estar preparados.

En estos días Shigeru Ban recorrerá varias comunidades del país para buscar aquella donde piense que su trabajo se necesita y será más útil, y aconsejó a los arquitectos locales hacer lo mismo: “ustedes saben más que yo qué hace falta aquí”, dijo.

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‘Engawa’ arquitectónica https://arquine.com/obra/oita-prefectural-art-museum/ Tue, 28 Feb 2017 16:16:22 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/oita-prefectural-art-museum/ El Museo de Arte de la Prefectura de Oita es una arquitectura abierta al público; su planta baja permite ver desde la calle las actividades que suceden dentro, donde el café y la tienda del museo pueden adaptarse y desplazarse para permitir diferentes configuraciones, caracterizando al museo dentro de la tradición japonesa: un espacio cubierto al aire libre, a medio camino entre el interior y el exterior.

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Proyecto arquitectónico: Shigeru Ban Architects
Ubicación: Ōita, Japón
Fotografía: Hiroyuki Hirai
Año: 2015


 

Los museos suelen ser edificios cerrados que evitan que el público se entere de las actividades que ocurren al interior, privándolos de la oportunidad de disfrutar el arte. Este museo pretende atraer incluso a los que nos son amantes del arte, para visitar y disfrutar el museo como un espacio público de reunión.

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El atrio de la planta baja es un espacio abierto de doble altura completamente cerrado por vidrio que permite ver las actividades que suceden ahí desde la calle. El atrio es un espacio cívico abierto a todo el público. Existe un café y una tienda del museo que están diseñados para ser móviles y así, desplazarse y ajustarse a las disposiciones espaciales de la Sala de Exhibición A. Esta sala está compuesta por muros movibles que dividen el espacio del atrio en pequeñas galerías cerradas, o bien la transforman totalmente en un espacio de exhibición.

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La fachada de la calle sur está compuesta por puertas operables de vidrio bi-plegable que se abren completamente para crear espacio público semi-al aire libre, permitiendo que los visitantes entren libremente. Este espacio público nació de la idea de la tradición japonesa “engawa”, un espacio cubierto al aire libre que rodea la casa tradicional japonesa.

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Una fachada de cristal puede crear una conexión visual entre el interior y el exterior, pero aún así, existe una pared física que divide los espacios. Pero, eliminando esta pared, el museo se transforma en una infraestructura que se comunica con la ciudad. Incluso cuando la ciudad cierra la calle del frente para convertirla una “paraíso peatonal”, la calle se conecta con el espacio público. En combinación con el espacio centro cultural que está frente al museo, es posible organizar eventos concentrados alrededor de estos equipamientos culturales, reforzando aún más la energía y espíritu de la ciudad de Ōita.

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Artesanía y empresa https://arquine.com/obra/artesania-y-empresa/ Mon, 01 Apr 2013 05:19:21 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/artesania-y-empresa/ La primera obra de Shigeru Ban en España es un pabellón temporal financiado desde empresas constructoras que parece reclamar el deseo por otras formas de hacer alejadas de la especulación y las formas de producción que tuvieron lugar durante la burbuja inmobiliaria.

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La obra de Shigeru Ban (Tokio, 1957) ha estado fuertemente asociada por su compromiso y ayuda en labores humanitarias en lugares afectados por el conflicto tales como Haití, Ruanda, Turquía o India; por la reivindicación del gusto por lo artesano y un original uso de materiales cotidianos pero poco usados en construcción. El cartón en forma de cilindro o los contenedores de carga portuarios, materiales generalmente destinados más a un aspecto de embalaje o transporte que a la construcción de espacios. En su primera incursión española, su trabajo llega en forma de un pabellón, pero lo recibe un país en crisis y cuya época de bonanza económica estuvo marcada por el ladrillo como material de construcción. Con este material se ejecutaron miles de viviendas a lo largo de la geografía española, en gran parte realizadas sin estimar las necesidades reales del mercado. Sin embargo, como durante muchos años, la demanda –y con esta la producción– de edificación no paraba de crecer y el ladrillo acabó por convertirse en una de las mayores formas de ingreso de capital del país y de muchas empresas en particular. El estallido de la burbuja no sólo afecto de manera directa a arquitectos y constructoras, sino que también lo hizo con múltiples empresas de materiales que, de repente, se encontraron con un enorme paro en la producción.

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Curiosamente, el pabellón de Shigeru Ban, erigido en el jardín de la escuela de negocios Instituto de Empresa (IE), se encuentra financiado y promocionado desde aquellas mismas empresas de la construcción, mostrando un deseo de vincular las ideas y el discurso sobre sustentabilidad de la empresa con las del propio arquitecto. Una posible búsqueda de renovar la imagen de un sector como el de la construcción, tan mal parado con la crisis y que necesita alejarse de la imagen de especulación a la que ha acabado por asociarse con la crisis. A las empresas constructoras no parece quedarles otra necesidad que apostar por otras formas de producción alejadas del ladrillazo, asociándose a nuevas maneras de hacer, que reivindiquen un mejor e innovador uso de los materiales, de los tiempos de producción y de la calidad de la obra. Algo que en estos tiempos es más que digno de celebrar.

Este pabellón multiusos y temporal cuenta con una estructura de 173 tubos de papel unidos por juntas de madera que descansan sobre columnas de papel. Sin un claro uso definido, más que una propuesta exclusiva y necesaria para la institución educativa que la financia, parece buscar reivindicarse como una mirada hacia otras formas de hacer. Pese a su rápida ejecución –tardó 12 semanas en realizarse– reclama el aspecto artesanal a través de la utilización de mano de obra local, que ha ejecutado los tubos de cartón y las piezas de madera. Los encuentros entre ambos materiales muestran un gusto por la ejecución precisa del detalle. Al mismo tiempo, en la construcción y ejecución han participado estudiantes de arquitectura. Toda una lección a las nuevas generaciones.

El pabellón parece entonces mostrar una nueva forma de hacer las cosas: del ladrillo da paso al cartón, de la empresa a lo artesano. La velocidad en la construcción en la época pre-crisis, y que implicaba una mala ejecución, se sustituye ahora por el gusto de un tiempo lento y artesanal, donde se establece la necesidad de un trabajo bien hecho. Sólo es de esperar que las empresas participantes en su desarrollo no sólo busquen una promoción puntual de ‘arquitectura de marca-empresarial’ sino que adquieran la lección que supone esta obra para el futuro.

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© Mar Agra

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© Fernando Guerra

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