Resultados de búsqueda para la etiqueta [Puerto Rico ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Wed, 15 Feb 2023 17:33:54 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Mejor escuchemos a Bad Bunny https://arquine.com/mejor-escuchemos-a-bad-bunny/ Tue, 27 Sep 2022 14:05:18 +0000 https://arquine.com/?p=69237 ¿Han oído a arquitectos intentar explicar de muchas maneras distintas proyectos gentrificadores como si no lo fueran? Algunos acaso tienen buenas intenciones, pero son como antiguos misioneros: te salvo si crees en lo que yo creo. Otros son meros agentes de sus patrones, encomenderos y hacendados. Su discurso la mayoría de las veces es mero camuflaje y peor: engaño. Por eso mejor escuchemos a Blanca Graulau y bailemos con Bad Bunny.

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Cuando los de abajo se mueven, los de arriba se caen

¿Han oído a arquitectos que, mientras proyectan bellos edificios con pequeños departamentos aptos para personas solteras o rentas rápidas y similares, aprovechando para hacerlo las condiciones económicas de una zona urbana marginal, afirman al mismo tiempo que trabajan para mejorar el espacio público y regenerar un barrio? O a otros arquitectos presentar un hotel —uno más—, como una obra tan sustentable que casi no deja rastro, más que la huella que ocupa en un terreno que quizá hasta hace no mucho era todavía parte de un ejido y donde los habitantes locales muy probablemente no podrán pagar el precio de una habitación ni por una noche. O a la empresa filantrópica que construye refinados edificios para fomentar el encuentro e intercambio entre artistas, comunidades locales y la naturaleza, sin reparar en la gentrificación que, aunque no quiera, promueve a corto o mediano plazo. Y, claro, también están los desarrolladores inmobiliarios que recuperan edificios —habitacionales o industriales, abandonados o, peor, aún ocupados— para devolverle vida a una zona de la ciudad que muchas veces ya estaba viva, bien viva y con gente que ahí vive. Bueno, por un momento dejemos de oír eso y mejor escuchemos con atención a Bad Bunny.

“El cantante Benito Antonio Martínez Ocasio, Bad Bunny, ha estrenado este viernes el videoclip de El Apagón, que incluye un reportaje realizado por la periodista puertorriqueña Bianca Graulau en el que, bajo el título Aquí vive gente, se critica cómo afecta a la población la venta de propiedades públicas por parte del Gobierno de Puerto Rico y critica los beneficios fiscales de los inversores estadounidenses, debido a que la isla continúa siendo administrada por Estados Unidos.”

Rodrigo Soriano, El País, 16 de septiembre 2022

Puerto Rico está bien cabrón, ey, canta Bad Bunny. Maldita sea, otro apagón. Entre los coros que se repiten se oye una voz femenina decir: “Puerto Rico sigue sufriendo apagones que dejan a millones sin luz. Todo esto después de que la distribución de energía en Puerto Rico pasara a manos de una compañía privada.” Es la voz de Bianca Graulau. Nacida en Puerto Rico, Graulau estudió Periodismo y Ciencias políticas en la Universidad de Siracusa, en Nueva York. Ahora los apagones son más largos, sigue la voz de Graulau, el pueblo puertorriqueño ha visto siete aumentos consecutivos en la factura de luz. Hay gente que está perdiendo la paciencia y protestando en las calles. ¡Maldita sea, otro apagón! —canta Bad Bunny. El sonido de los motores de motocicletas anuncia el beat y el coro mezcla me gusta la chocha de Puerto Rico con, de nuevo, Puerto Rico está bien cabrón, ey, hasta que otra voz femenina canta: Yo no me quiero ir de aquí, que se vayan ellos.

Y entonces regresa, los 18 minutos restantes del video que dura 22, el trabajo de investigación y denuncia de Blanca Graulau, titulado Aquí vive gente. Con entrevistas y datos, Graulau explica cómo en Puerto Rico “la vida no es igual para todes” y muchos puertorriqueños están siendo desplazados por quienes “llegan con ventajas y beneficios”. La privatización de empresas e instituciones públicas, la expulsión de los habitantes que llevan décadas viviendo en un lugar, los beneficios fiscales que sólo benefician a quienes ya han sido privilegiados por el sistema, todo eso es parte de la maraña que llamamos gentrificación. Pero hay más. Graulau cuenta que el barrio Puerta de Tierra,  —hoy botín de los desarrolladores inmobiliarios— “no fue siempre un lugar codiciado. Puerta de Tierra fue donde vivieron las personas esclavizadas luego de obtener su libertad, porque la clase alta quiso mantenerlos fuera de las murallas de San Juan.” Graulau muestra en su reportaje que la gentrificación no es un fenómeno moderno o reciente derivado del capitalismo —sea liberal o neoliberal— sino la nueva versión de la mentalidad y el ímpetu colonial blanco —mejorada, travestida en “desarrollo” y “negocio”. Bueno, yo les digo invasores colonizadores porque ellos se comportan como tal, dice una de las entrevistadas.

En su libro How to kill a city. Gentrification, inequality and the fight for the Neighborhood, P.E. Moskowitz escribe:

Hay un lado ganador y un lado perdedor en la gentrificación, pero ambos lados juegan el mismo juego, aunque no sean sus diseñadores. No es una coincidencia que ciudades con economías, demografías y geografías disparatadas padezcan simultáneamente de procesos similares.

La gentrificación no se trata de actos individuales; se trata de una violencia sistémica basada en décadas de políticas de vivienda racistas […] que han negado a la gente de color, especialmente a las personas negras, acceso al mismo tipo de vivienda y, por tanto, al mismo tipo de bienestar. La gentrificación no puede tener lugar sin una desigualdad de raíces profundas; si fuésemos todas iguales, no podrían existir el gentrificador ni el gentrificado. La gentrificación es el resultado inevitable de un sistema político enfocado más en la creación y expansión de oportunidades de negocio que en el bienestar de sus ciudadanos —a lo que me refiero como neoliberalismo.

Cuando oímos a alguien hablar como si sólo con diseño se puede evitar la gentrificación, sin atender —y, muchas veces, ni siquiera entender— las causas profundas y complejas de esos fenómenos, estamos oyendo discursos vacíos, poco críticos, ingenuos cuando no cínicos. Se aplaude la composición geométrica del edificio en planta y alzado pero se ignora la descomposición de las estructuras sociales y comunitarias, y también ecológicas, que son realmente las que arman y mantienen un barrio o una región. En San Juan Puerto Rico como en la Riviera Maya o en las costas de Oaxaca, o en la Doctores o Santa María la Ribera, el proceso es el mismo: colonialismo renovado y edulcorado como diseño. Algunos arquitectos acaso tienen buenas intenciones, pero son como antiguos misioneros: te salvo si crees en lo que yo creo. Otros son meros agentes de sus patrones, encomenderos y hacendados. Su discurso la mayoría de las veces es mero camuflaje y peor: engaño. Por eso mejor escuchemos a Blanca Graulau y bailemos con Bad Bunny.

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Sobre el pasado, el presente y el futuro de la disciplina arquitectónica https://arquine.com/sobre-el-pasado-el-presente-y-el-futuro-de-la-disciplina-arquitectonica/ Wed, 31 Aug 2022 06:46:56 +0000 https://arquine.com/?p=67820 Los espacios no son neutros, nos enseñan y nos construyen. El conocimiento debe situarse en las experiencias e iniciativas comunitarias e interseccionales, en una pedagogía inclusiva y multidisciplinar, y en una negociación constante del espacio público ante la precariedad, resultado de un enfoque neoliberal. Implica crear contranarrativas que se enfrenten al estatus quo en el diseño.

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Quisiera iniciar por situarme para que tengan una idea de la posición desde la que hablo. Siguiendo los pasos de las académicas de arquitectura y diseño, la doctora Luz Marie Rodríguez y la doctora Yara Maite Colón, me gustaría decir: “Primero, soy puertorriqueña. Siendo los llamados ciudadanos estadounidenses hispanos que viven en un territorio no incorporado (un eufemismo moderno para “colonia”), habito una de las tantas fronteras trazadas y controladas por los Estados Unidos. Segundo, represento la estadística demográfica actual que ubica al 50% de la comunidad puertorriqueña en el llamado “main-land” y al otro 50% en la tierra “menor”. He sido educada tanto en instituciones privadas como públicas”. En la Universidad de Puerto Rico, la Universidad de Cornell y Harvard GSD. Tercero, enseño y práctico la arquitectura y el diseño desde hace 22 años en/desde los Estados Unidos, España y Puerto Rico. Actualmente soy candidata doctoral de Harvard GSD y GSAS, soy profesora en Harvard GSD —co-enseño el curso Otherness and Canon: Episodes of a Dialogic Reading of the History of Architecture—, soy Catedrática Auxiliar (Assistant Professor) de la Universidad Ana G. Méndez en Puerto Rico, fui Directora del departamento de Arquitectura, Arquitectura Paisajista e Interiores de la Escuela International de Diseño y Arquitectura (2014-2018) y soy co-fundadora del taller Creando Sin Encargos (tCSE). El colectivo de diseño, investigación y activismo está compuesto por las profesoras de arquitectura y diseñadoras comunitarias Yazmín M. Crespo Claudio, Irmaris Santiago Rodríguez y Omayra Rivera Crespo. El mismo se fundó en el 2012 en San Juan, Puerto Rico. Nuestra metodología es horizontal y nos interesan los aspectos sociales de la arquitectura y el diseño desde una perspectiva interseccional, decolonial y crítica. Pretendemos analizar experiencias junto con espacios, imágenes y objetos. 

El tCSE fue seleccionado el pasado 15 de febrero de 2022 para participar en la 13a Bienal Internacional de Arquitectura de São Paulo —Travessias. De 272 participantes de África, Asia, Europa, América y el Caribe eligieron solo 23 propuestas de Producciones Insurgentes. La 13a Bienal Internacional de Arquitectura de São Paulo estará presentando el proceso y resultados finales de los Workshops Arquitecturas Colectivas (WAC) en La Perla (2013), Puerta de Tierra (2017) y Barrio Obrero, San Ciprián (2021). En dichos talleres se desarrollaron proyectos de co-diseño y construcción en espacios públicos, apoyando iniciativas comunitarias existentes. Esto se lleva a cabo en colaboración con los residentes (niños/as, jóvenes y líderes/as) de las comunidades, otros diseñadores, voluntarios, y estudiantes de arte, arquitectura y diseño. El propósito de los WAC es agenciar espacios de equidad, donde todas las voces sean tomadas en cuenta.

Regreso a la Universidad para estudiar un PhD en historia y teoría de la Arquitectura 18 años después de que enseñé por primera vez mi primer curso de diseño en la Universidad de Cornell, 8 años después de haber sido la Diseñadora Asociada del proyecto TKTS Booth en NYC, ganador del World Architecture Award 2009, 4 años de ser directora de departamento de arquitectura y 6 años después de iniciar el taller/plataforma tCSE. 

La arquitectura es nómada, serpentea entre recuerdos e historias que se originan en el espacio; es flâneuse de con·TEXTOS. La arquitectura a veces es un lenguaje inexplicable, pero sensato. Es cómplice de diálogos e historias llenas de referencias. Esta ideología permite una experimentación más amplia e introdujo una cierta poesía en mi proceso pedagógico, una forma de involucrar al lenguaje como un camino alternativo al territorio arquitectónico convencional. Con este lente amplio, abordo democráticamente (Paulo Freire) el tema del con·TEXTO. El contexto no sólo como el lugar de la construcción, sino también como el texto; las texturas de la arquitectura como registros de memoria. Para así estimular a los estudiantes a cuestionar, pensar críticamente, ser analíticos, perceptibles y realizar conclusiones informadas.

 

Sobre el pasado reciente de la disciplina arquitectónica

Los experimentos pedagógicos jugaron un papel crucial en la configuración del discurso y la práctica arquitectónica en la segunda mitad del siglo XX. Experimentos como juegos lúdicos, travesías, actos poéticos, el diseño participativo y el diseño-construcción (design-build) han sido poco examinados a pesar de su proyección en las metodologías de enseñanza. ¿Cómo estas pedagogías experimentales de las décadas de 1960 y 1970 reflejaron cambios sociales/tecnológicos más amplios? ¿Cómo desafiaron estas metodologías la enseñanza y el aprendizaje convencional? ¿Cuál fue la relevancia continua de estas pedagogías para la práctica artística y pedagógica en curso, y cuál es su legado? Esta investigación establece conexiones entre arquitectura, educación y territorio, sintetizadas a través de un concepto que podría llamarse el imaginario espacial, que evoca no solo los problemas prácticos y técnicos de la arquitectura y el arte, sino también problemas epistemológicos y nociones drásticamente alteradas de la experiencia arquitectónica y espacial. Siguiendo las críticas centrales a la educación formuladas por la Pedagogía del oprimido (1970) del educador brasileño Paulo Freire y la noción de desescolarización de Ivan Illich (1971), examino las contranarrativas de la pedagogía arquitectónica situadas en América Latina y el Caribe. Estas operan como currículos, poemas, diarios de viaje por el territorio latinoamericano, pedagogía activista e instalaciones site-specific, creando espacios de posibilidades. Las contranarrativas, por lo tanto, se basan en los recursos culturales de los contradiscursos para proporcionar a los diseñadores/estudiantes la posibilidad de desafiar las narrativas-maestras, dando lugar a formas alternativas de “emergencia y devenir” colectivo y organizativo (Vaara, p. 501). 

Según Foucault, los contradiscursos indican “saberes subyugados” (Power/Knowledge, p. 82) más allá de los saberes oficiales aprobados. Sin embargo, es a través de estos “saberes locales, populares, que la crítica realiza su trabajo” (p. 82). Como explica Lyotard (1984), tales contranarrativas son característicamente “pequeñas historias”: las pequeñas historias de aquellos individuos y grupos cuyos conocimientos e historias han sido excluidos u olvidados en la narración de las narrativas oficiales.

Y así, en el presente-presente regresamos a contrarrestar las metanarrativas dominantes y las narrativas “oficiales” y “hegemónicas.”

 

Sobre el presente de la disciplina arquitectónica

Los espacios no son neutros, nos enseñan y nos construyen. Hacer teorías y proponer una práctica desde la perspectiva feminista del diseño arquitectónico y el urbanismo en Puerto Rico implica un posicionamiento descolonial. El conocimiento debe situarse en las experiencias e iniciativas comunitarias e interseccionales, en una pedagogía inclusiva y multidisciplinar, y en una negociación constante del espacio público ante la precariedad, resultado de un enfoque neoliberal. Implica crear contranarrativas que se enfrenten al estatus quo en el diseño. 

Re-ocupar, 

re-escribir,

des-aprender,

y des-acelerar 

el crecimiento desmedido son algunas de las guías que le dan forma a un nuevo acercamiento basado en la observación pausada y detallada, el intercambio de saberes, el respeto a los recursos naturales, el conocimiento situado (Haraway, 1988) y el romper con construcciones sociales y del espacio asociadas al género, la etnia, la clase, u orientación sexual. Son visiones contrapuestas a una sociedad patriarcal que visibiliza la perspectiva holística de las mujeres. Así, proyectar contranarrativas de la pedagogía arquitectónica insiste en un andamiaje local que objeta la visión global eurocéntrica y afirma la visibilidad y el uso del espacio, puede surgir de las tradiciones, el conocimiento situado, los procesos participativos y el cuerpo en movimiento. Un ejercicio crítico que proyecta la des-jerarquización de la que escribe Arturo Escobar (2016) en su libro Autonomía y Diseño:

“La realización de lo comunal,” para preguntarse “por el papel de la academia en las nuevas visiones del diseño” y “por supuesto a plantear la des-jerarquización y des-elitización del conocimiento, es decir, a la descolonización epistémica como elemento integral de estas visiones.” (Escobar, Automía y Diseño p.248)    

Así, comencé la agenda del curso Othernes and Canon en el GSD considerando la arquitectura con ‘a’ minúscula —la exploración como un pensamiento en movimiento de manera expandida. La pedagogía como medio empuja otros temas a la agenda de la arquitectura y el territorio. En este viaje crítico, un estudio de los experimentos radicales de la educación afirma que la mejor manera de cambiar la disciplina es transformando la forma en que se enseña. Por eso manejo el salón de clases como un espacio de investigación, un espacio horizontal y una comunidad de aprendizaje. No veo el salón de clases como algo separado de otros trabajos sociales. Soy una académica-activista preocupada por la “imaginación revolucionaria.”

 

Sobre el futuro de la disciplina arquitectónica

El futuro parece haberse detenido en el presente y estar preparado para permanecer allí por un período indefinido. Mirar al futuro es comenzar desde este incierto “error.” Como ha señalado Giuliana Bruno, profesora de Estudios Visuales y Ambientales del Departamento de Arte, Cine y Estudios Visuales de Harvard, el error implica un punto de partida de un camino definido; la semiótica del término incorpora la noción de errar o preguntarse. El error —la desviación de una ruta— está ligado a tal asombro, y agregaré el cuestionamiento/discusión. De esta manera errante, investiga diferentes visiones de la producción del espacio y ayuda a los estudiantes a desarrollar y mejorar sus habilidades de pensamiento crítico, enseñarles a hacer preguntas ineludibles/sólidas/críticas para encontrar respuestas alteradoras/radicales/ destiempo. Es decir, desde la indignación y el cuidado, desde una ecología de saberes y abandonando enfoques normativos que buscan resolver tipologías/programas predeterminados. De esta manera, diseñar formas de estar en el mundo, quizás, en contraposición al objeto arquitectónico. El proyecto arquitectónico como agente de liberación a diferentes escalas. Y, la narrativa arquitectónica como autohistoria-teoría (Gloria Anzaldúa) en su multiplicidad de lenguajes.   

 

Sobre la mochila —Carrier Bag Theory

Toma un momento reflexionar sobre la teoría de la mochila de la autora estadounidense Ursula Le Guin; me atraen las preguntas sobre los objetos materiales que fabricamos y compramos y por qué les hacemos sitio. A través del tiempo, el ser humano siempre ha estado acompañado de rastros/vestigios de vida que en definitiva deprecian. Y si uno fuera a desarmar estos objetos de deseo, entonces quizás cada uno apuntaría a preguntas similares: ¿Hay algún valor en el ensamblaje constante del espacio? Y, si lo hay, ¿qué estamos tratando de capturar al hacerlo?

Si las palabras, las imágenes y los objetos materiales que nos rodean sirven como conexiones silenciosas con una fuerza vital fuera de nuestro entendimiento, entonces considero que vale la pena esforzarse por prestar mucha atención a los objetos que uno elige llevar consigo. Quizás estos objetos puedan narrar una historia para aquellos que no encuentran las palabras. Y es justo esta narrativa que forma mi pregunta a los estudiantes graduados de arquitectura, paisajismo, planificación y de arte e historia de Harvard GSD: 

¿Qué experiencia, espacio, imagen y/u objeto cargas en tu mochila?

De vez en cuando reflexiono sobre los objetos, lugares, espacios y su posible aura: como archivo, restos pretéritos y todas esas cosas supuestamente resistentes al cambio. Tal vez, incluso como registro arqueológico constituido por materias (medios, médiums, mediación, ambientes meditativos, materia, materialidad). Las ideas/objetos para la mochila surgieron luego de mi experiencia personal durante el Huracán María (2017), las protestas del Verano del 2019 y las réplicas del 2020 —todavía ocurriendo en Puerto Rico. También, otras Mochilas, por ejemplo: ‘mochila de inmigrantes’, ‘mochila de activistas’, y por supuesto la que estamos empacando actualmente la ‘mochila de ideas’. La Mochila como archivo y como medio es una invitación a reunir saberes situados y diferentes modos de contar el pasado para generar discurso; lo que Gloria Anzaldúa, estudiosa estadounidense de la teoría cultural chicana, la teoría feminista y la teoría queer, llamó haciendo teorías. “Necesitamos teorías que señalen formas de maniobrar entre nuestras experiencias particulares y la necesidad de formar nuestras propias categorías y modelos teóricos para los patrones que descubrimos.” 

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Islas: reflejos de un mundo https://arquine.com/islas-reflejos-de-un-mundo/ Tue, 12 Apr 2022 13:39:01 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/islas-reflejos-de-un-mundo/ La isla es el primer elemento y modelo en brotar en las aguas totalitarias. Hubo de existir después, un viajero; un animal o vegetal trepador que se desprendió de su origen líquido para habitar lo inexplorado, herido de soledad, en nombre de conquistar lo impensable.

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Como un grito y una exclamación jubilosa quiero correr sobre anchos mares, hasta encontrar las islas afortunadas donde moran mis amigos.

Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra

 

Entre agua y sal

Hubo un océano global. De entre sus aguas informes existieron —según vestigios que la ciencia interpreta— insignificantes islas sin vida entre la vastedad de una sola agua. A golpe de asteroides y lava, el caos cedió un día a la calma; y del crujir del fuego y el agua turbia, brotó una tierra, brotó la vida.

La isla, palabra que proviene de ín-sula y que etimológicamente significa: en la sal, es, según parece, el primer elemento y modelo en brotar de entre las aguas totalitarias. Plataforma para la vida. Hubo de existir después un viajero: un animal o vegetal trepador que se desprendió de su origen líquido para habitar lo inexplorado, herido de soledad, en nombre de conquistar lo impensable. 

No por casualidad, de entre todas las palabras elegimos a la isla para nombrar la separación de un ser con su entorno conocido, pues de la isla proviene la palabra a-isla-miento: un andar hacia lo que nos separa. El lugar del primer viaje, del exilio. 

Cuando la filósofa María Zambrano vivió entre las islas de Cuba y Puerto Rico, a causa, justamente, de su exilio por la Guerra Civil Española, reflexionó sobre la pertinencia del poder ir hacia una isla:

La isla es siempre evasión, lugar donde queremos recluirnos cuando el espectáculo del mundo en torno amenaza borrar todo imagen de nobleza humana; cuando nos sentimos próximos a la asfixia por falta de belleza y sobre podredumbre de todas clases. Entonces —¿quién no alguna vez?—, suspiramos por una isla. 1 

En la isla, no solo nos evadimos o refugiamos, también nos reajustamos a una medida distinta con el mundo. Isla: tierra acotada y flotante en una inmensidad que se extiende como vértigo, que me ablanda el ego y me abre a la humildad.  Reducido de mí, me escalo a esa proporción medible de la tierra, mientras mis ojos atestiguan la infinitud del horizonte.

 

La amistad natural de una isla

Dentro de todo lo que podemos percibir en una isla, existe una sensación que es única y que deviene de una relación distinta con la naturaleza. Como señala también brevemente María Zambrano: “La naturaleza en la isla siempre es más dulce, más amiga, más prodigiosa.” 

Tanto Zambrano como Nietzsche atestiguan la relación de amistad con esta diminuta porción de la tierra.  Por un lado: naturaleza amistosa que nos acoge, por el otro: lugar de ensueño para el encuentro de la amistad.

Rastreando el origen de una primera naturaleza, podemos imaginarla como viajera que ascendió de las profundidades y recorrió distancias inconmensurables. Transformándose para ser en tierra, secó mares y pobló las islas. 

El poeta colombiano Santiago Espinosa, escribe a los arboles de Urapán (que llegarían a su país en 1960), y que, bien leído, podría ser la descripción para cualquier naturaleza viajera:

(…) también ellos 

llegaron un día. 

Trataron de ajustar

sus relojes cuando 

el otoño se hizo 

demasiado largo 

(…)

También ellos 

secaron la tierra

para oscuros 

navegantes. 4

Peter Sloterdijk también reflexiona sobre la experiencia en las islas y su excepcional naturaleza, y encuentra una forma única, no solo de vegetación, sino de todo un clima:

“Se puede decir, que la verdadera experiencia de la isla es de naturaleza climática. (…) No es sólo la excepcional situación biotópica, la separación casi de invernadero del proceso de vida en tierra firme, la que proporciona su colorido local a las islas, es también la diferencia atmosférica la que aporta lo decisivo a la definición de lo insular.” 3

La isla es pues, un lugar de clima, atmosfera y naturaleza única. Naturaleza que arribó de las profundidades, que nos acoge amistosamente en su bastedad y nos enseña la idónea hermandad con los otros. Más juntos, más vivos. 

 

La isla como un mundo propio

Si las islas son —como nos dice Sloterdij—- “prototipos de un mundo” es debido justamente a un suficiente aislamiento, a una notoria soledad, que permite construir la “presentación de una totalidad en formato reducido”, “capaz de construir un mundo.” 4

En la novela Seda, de Alessandro Baricco, Hervé Joncour, el personaje principal, viaja en tiempos remotos a Japón para conseguir gusanos y huevos de seda, en esa isla, en esos viajes, su vida cambiará para siempre. A lo largo de la historia aparece una breve descripción de lo que las islas de Japón significaban para todos: 

“Era una isla hecha de islas y por doscientos años había vivido completamente separada del resto de la humanidad, rechazando cualquier contacto con el continente y prohibiendo el acceso a cualquier extranjero”. 5

Un conjunto de islas como totalidad. Totalidad solitaria, sí, pero que separada de lo otro, crea mundo propio, residuo del mundo que, enajenado y puesto sobre la bastedad, ha de responder con fuerza y vida propia.

 

La isla en nuestro espejo

Regresé (…)

a la pequeña isla 

que se repite flotante 

desde la distancia

-Angel M. Díaz 5 

No sólo es su capacidad de recepción, fuerza o vida, lo que apreciamos de las islas. Zambrano dice que, a las islas, las queremos como a una “persona viva”, justo por su fragilidad, por su soledad:

“Soledad reforzada por su ligereza, por ese ocupar tan poco espacio, ese estar en la superficie del planeta pidiendo tan poco y ofreciendo tanto.” 

Zambrano nos entrega aquí una forma de entender a las islas como “persona viva”, dupla de nuestra soledad: reflejo no solo sobre el agua que confina mientras nos duplica, sino reflejo también sobre la tierra pequeña y precaria que nos sostiene, reflejo de nuestra dualidad de que, siendo tan poco, estemos posibilitados a abrirnos para dar. De que, siendo fragmentos, podamos llegar a sentirnos completos.  

No por casualidad, José Saramago, en su poema titulado: En la isla a veces habitada, menciona que, “hay noches, mañanas y madrugadas”, en que el mundo se nos aparece “explicado definitivamente”. Como una totalidad. Y a pesar de vivir delimitados “podemos, en ese momento, decir que somos libres”. 6

Así la isla, que es isla por estar exiliada de la basta tierra. Isla que crea un mundo propio, y que cercada, se completa a si misma hasta llegar a conseguir su libertad. 

 

El viaje como isla

Este diminuto texto, brotó dentro de una tierra extensa de palabras, condensando en un breve viaje: aislador de la vida cotidiana; como esas viejas piezas de cristal que colocaba la abuela entre las patas de los muebles y los pisos: aisladores redondos, transparentes, que hacen levitar al sofá y a la repisa. Así el viaje: separador que nos levita, que nos aísla. Todo viaje tiene algo de isla: lugar acotado donde se puede conseguir -brevemente- un pequeño mundo propio.

 


  1. ZAMBRANO, María, Isla de Puerto Rico, Nostalgia y esperanza de un mundo mejor, Vaso Roto; México-España, 2017
  2. SLOTERDIJK, Peter, Insulamientos: para una teoría de las capsulas, islas e invernaderos. Rescatado de: https://bibliodarq.files.wordpress.com/2015/06/sloterdijk-p-insulamientos.pdf
  3. SLOTERDIJK, Peter, El imperativo estético, Akal; Madrid, España, 2020
  4. ESPINOZA, Santiago, El movimiento de la tierra, Valparaíso; Madrid, España, 2016
  5. BARICCO, Alessandro, Seda, Anagrama, México, 2014
  6. SARAMAGO, José Poema: En la isla a veces habitada, Portugal, Rescatado de: https://poemas.yavendras.com/probablemente-alegria.htm 
  7. DIAZ M, Ángel, Poema: Aibonito, Puerto Rico, Rescatado de: https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/31/AngelDiaz/

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Casa flores https://arquine.com/obra/casa-flores/ Mon, 01 Feb 2021 15:32:56 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/casa-flores/ Casa Flores está ubicada en un área suburbana en Naguabo, un pueblo pesquero a lo largo de la costa sureste de Puerto Rico . La vivienda de fin de semana se encuentra en una loma cubierta de hierba que desciende hacia el Mar Caribe.

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Casa Flores está ubicada en un área suburbana en Naguabo, un pueblo pesquero a lo largo de la costa sureste de Puerto Rico. La vivienda de fin de semana se encuentra en una loma cubierta de hierba que desciende hacia el Mar Caribe.

Para empezar, la casa necesitaba poder resistir tormentas tropicales, particularmente dada la devastación que el huracán María trajo al área en 2017. Casa Flores está ubicada cerca del punto donde el mortal huracán tocó tierra en Puerto Rico.

Los arquitectos también tenían como objetivo crear una vivienda energéticamente eficiente que ofreciera una fuerte conexión visual con el océano.

En respuesta, la firma concibió una vivienda austera, de un solo nivel, ligeramente hundida en el suelo. Se elevan desde un techo plano ocho chimeneas de aire caliente que proporcionan luz y ventilación natural.

Los volúmenes que sobresalen, que también funcionan como tragaluces, están dispuestos de manera que sus aberturas estén orientadas hacia los vientos dominantes. Esto crea un efecto de succión qué hace circular el aire de forma continua, al tiempo que ilumina los espacios interiores.

De planta rectangular, la casa totalmente blanca presenta una fachada frontal que parece opaca desde la calle. La vivienda se abre en la parte trasera, donde grandes tramos de vidrio brindan vistas panorámicas del mar.

Para ayudar a proteger la casa de los daños causados ​​por tormentas, las aberturas están cubiertas con cortinas exteriores hechas de un material similar a una lona que es resistente a los huracanes.

Las resistentes cortinas permiten que la luz del día entre en la residencia y su color claro les permite mezclarse con las fachadas blancas de la casa.

Las contraventanas para huracanes suelen ser un accesorio de construcción no deseado, dijo la firma. En este caso, sin embargo, sirven como parte integral de la principal expresión arquitectónica.

Para construir la casa, el equipo utilizó un sistema de hormigón aislado con un alto valor R, que ayuda a garantizar que el edificio se mantenga fresco por dentro. Las paredes están revestidas con un “mortero estructural” que proporciona un mayor aislamiento.

Abarcando 270 metros cuadrados, la casa contiene una suite principal, dos dormitorios y una cocina, comedor y sala de estar de planta abierta. Los espacios interiores parecen tener una estética que coincide con el exterior de la casa.

Las habitaciones orientadas al este desembocan en una terraza cubierta que está sostenida por delgadas columnas de acero. Mas allá de la terraza hay una plataforma de madera revestida con una barandilla de listones.

Construida en una esquina triangular de la terraza hay una pequeña piscina que conecta el interior de la casa con las vistas extensas al horizonte y al océano.

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