Resultados de búsqueda para la etiqueta [Pierre Jeanneret ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Tue, 21 Feb 2023 04:08:56 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Jeanneret vs. Jeanneret: el boxeador de Le Corbusier https://arquine.com/jeanneret-vs-jeanneret-el-boxeador-de-le-corbusier/ Tue, 21 Feb 2023 04:08:56 +0000 https://arquine.com/?p=75634 ¿Cuánto mides? Tengo que saber de antemano lo que tengo que retroceder cuando caigas, dijo Muhammad Ali. Le Corbusier hizo un dibujo con un boxeador entrenando, con unos shorts que relativamente representan movimiento en su pierna izquierda y una camiseta sin mangas. Le Corbusier se retrató como un quijote que luchaba contra los órdenes clásicos.

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¿Cuánto mides? Tengo que saber de antemano lo que tengo que retroceder cuando caigas

 Muhammad Ali

 

Un dibujo en blanco y trazos en lineas negras, de una proporción casi cuadrada con un punto de fuga central. Posiblemente fechado entre 1931 y 1946, entre la construcción de la Villa Savoye y la Unidad Habitacional de Marsella, años en los que su autor, Le Corbusier, desarrollo la idea de los inmuebles villa, quince años para perfeccionar esa idea y su materialización. Un dibujo sin horario, aunque entendemos que por lo blanco del dibujo es de día, las representaciones no tienen hora, solo se dibujan de día o de noche.

Un dibujo sobre un espacio, el jardín suspendido del proyecto Wanner con un área de recreo. ¿Cuánto mide? Aproximadamente 6.30 metros de alto por 10.08 metros de ancho y 8.82 metros de largo ventilado a través de un gran patio de otros aproximadamente 14.28 metros cuadrados, la terraza a doble altura, el jardín interior, la planta libre, el pilotis, la fachada libre, la naturaleza en el hogar, la ventana alargada, el espacio exterior articulador de la escala del contexto, la vista hacia la ciudad, la célula de vivienda y los cincos puntos de la arquitectura en toda su representación interior. Pero hay un sexto punto implícito en toda la obra arquitectónica de Le Corbusier, la activación: tomar el sol y hacer ejercicio en esa terraza jardín, “la casa es ante todo, máquina para la salud, una forma de terapia” [1]

Un dibujo donde se representa la materialidad del concreto en muros, losas y columna con un ashurado en diagonal de derecha a izquierda dirección de arriba hacia abajo, pisos modulados posiblemente de 1.26 x 1.26 metros (de ahí los cálculos de lo que mide el espacio representado), 8 módulos en el sentido transversal por 7 módulos en el sentido longitudinal, una pequeña curva en el muro se asoma en el extremo inferior izquierdo donde aparece una especie de mat, alfombra o tapete donde encontramos a uno de los personajes, al boxeador.

Un dibujo con ese par de tapetes, dos sillas y una mesa de aproximadamente 3.78 de largo por 0.63 metros de ancho en dirección longitudinal hacia el punto de fuga, sobre ella un libro o una bitácora y un objeto ininteligible en la representación, una silla mas en el fondo izquierdo superior de la imagen tentativamente para apreciar la doble altura, vegetación en un par de contenedores semicirculares para reforzar la idea del jardín y al fondo otro barandal solido en un par de módulos y transparente en la mayor parte de su sección.

Un dibujo con un par de elevaciones naturales de terreno de gran altura, en la elevación izquierda algo que parece o una columna de humo, ¿procedente de una cabaña? o un árbol sobre un área rocosa, la ventana, vano alargado para ver el contexto, un arquitectura de paisaje sin definir para extender el jardín o para articular la vista.

Un dibujo con dos escalas humanas, un hombre y una mujer, ella en la planta superior (en el área de las recámaras y baños) con un vestido largo con los brazos descubiertos (quizá subiendo al área privada para tomar un baño después de hacer ejercicio) apoyada en un barandal transparente mediante perfiles metálicos de aproximadamente 1.397 metros mirando a su compañero hacer ejercicio; sobre ese barandal un lienzo rectangular, algo parecido a una alfombra con una textura inversa a la materialidad del concreto, este dibujo es un dibujo de una alfombra o un tapete contra un mat. 

No sabemos si hay un diálogo entre ella y él, aunque podemos intuir que algo va a suceder, un desayuno o una comida saludable en el espacio del vano que se abre mediante una puerta quizá corrediza (como en los vagones de los trenes) en la parte inferior.

Un dibujo con un personaje masculino, mas allá de la representación de la escala humana, es un modulor activado, haciendo ejercicio, saludable, es un boxeador seguramente de 1.83 metros de altura y un peso corporal entre 77.3 y 85.7 kg., de complexión mediana y un IMC (indice de masa corporal) de 24.78, por lo tanto de peso saludable, que ocupa el jardín colgante, tirando un jab o un recto (golpe con la misma trayectoria pero de diferente fuerza, en el dibujo no está representada la velocidad), el boxeador está trasladando su fuerza y movimiento hacia una pera anclada al muro de concreto, la pera y su sistema de sujeción de dos brazos está en el mismo eje estructural de la columna, es el eje vertical de la activación, del sexto punto de la arquitectura de Le Corbusier y en es mismo eje para reafirmar la importancia del ejercicio una cuerda para escalar.

Un dibujo con un boxeador entrenando, con unos shorts que relativamente representan movimiento en su pierna izquierda y una camiseta sin mangas, ambos color blanco representado tal cual filmó en 1929 con ayuda de Pierre Chenal cuerpos en L´Architecture d´aujourd´hui (the architecture of today / la arquitectura hoy / la arquitectura de nuestros días), un modulor musculoso en posición de pelea por que la arquitectura es un deporte de combate.[2]

Un dibujo síntesis de su libro vers une architecture (1923) donde “la salud es el grito de batalla”. Un dibujo que puede decir eso, puede descubrir un sexto punto de la arquitectura o nada de todo lo anterior.

Le Corbusier se retrató como un quijote que luchaba (o mejor dicho boxeaba) contra los órdenes clásicos de la arquitectura, “contra el ser sedentario, contra la casa que nos corroe de nuestra inmovilidad”;[3] en una foto de él, de Charles Eduard Jeanneret contra su primo Pierre Jeanneret boxeando en la playa de Piquey en 1933 confirma su pasión por la máquina de su cuerpo.

Le Corbusier murió de un infarto agudo al miocardio nadando en el Mar Mediterráneo haciendo ejercicio, no murió combatiendo una enfermedad, podemos decir que venció al desorden de la ciudad contra la que boxeaba.

Le Corbusier, ¿cuánto habría que retroceder contra ese jab o recto de tu boxeador?

Charles Eduard Jeanneret vs. Pierre Jeanneret boxeando en la playa de Piquey en 1933.

 

El boxeador de Le Corbusier, pera y jab, detalle a doble altura.

 

Notas:

1. Colomina, B y Wigley, M. 2021. ¿Somos humanos?. México. Arquine

2. Rucciotti, Rudy (2014). La arquitectura es un deporte de combate, México, Arquine.

3. Colomina, B y Wigley, M. 2021. ¿Somos humanos?. México. Arquine

 

 

Este texto forma parte del proyecto de investigación de “ciudad cuerpo y deporte urbano” del Sistema Nacional de Creadores de Arte en Arquitectura (diseño arquitectónico). 

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El otro Jeanneret https://arquine.com/el-otro-jeanneret/ Thu, 05 Aug 2021 15:55:16 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/el-otro-jeanneret/ Pierre Jeanneret, el primo y socio de Le Corbusier, fue pieza fundamental durante prácticamente toda la vida profesional del héroe moderno. Le Corbusier siempre dio crédito a su primo, ya que todos los proyectos aparecen firmados por ambos, pero para el universo mediático la figura y personalidad de Charles Edouard aportaban el sello de glamur que requiere la fama.

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En la historia, no siempre aparecen los créditos “al final de la película”. Los seres humanos necesitamos generar personajes míticos individuales en los que colocamos un conjunto de valores colectivos. Estos “héroes” aparecen en todas las épocas y en todas las historias, incluso en nuestro ilustrado y cientificista mundo contemporáneo. De hecho, puede ser que ahora aparezcan más que nunca, ya que el individualismo es el sello cultural de un mundo hiperglobalizado y sobrepoblado.

Pero atrás del gran héroe, siempre hay personajes esenciales que quizás no sufran las penas de la crítica histórica, pero tampoco gozan de la gloria, y sin los cuales, el cuento no tendría protagonista.

Así pasa con Pierre Jeanneret, el primo y socio de Le Corbusier, que fue pieza fundamental durante prácticamente toda la vida profesional del héroe moderno. Le Corbusier siempre dio crédito a su primo, ya que todos los proyectos aparecen firmados por ambos, pero para el universo mediático la figura y personalidad de Charles Edouard aportaban el sello de glamur que requiere la fama.

En Chandigarh, la nueva capital del Punjab indio que ya he comentado en las tres anteriores publicaciones es donde finalmente llega la separación de la prolífica sociedad entre primos. Para dar seguimiento a la construcción de la ciudad, se requería la presencia permanente de los autores, pero la personalidad de Le Corbusier no podía quedar atrapada en un solo sitio, así que es Pierre quien, por voluntad propia y acuerdo con su primo, decide quedar como residente permanente del gran proyecto.

La decisión culminó con una enfermedad y la muerte de Pierre, pero durante su estancia, además de consolidar en físico los planes de la ciudad, produjo una arquitectura habitacional de mucha calidad y que deja ver claramente cómo las ideas siempre se producen colectivamente y la búsqueda de originalidad es sólo un prejuicio absurdo de nuestra racionalidad desencantada actual, ya que los elementos de lenguaje arquitectónico llevan el sello de toda la historia previa. ¿Cómo habrán sido las sesiones de trabajo de los Jeanneret y su equipo? ¿Quién aportaba qué y cuándo cedía uno u otro a ideas y alternativas? Quizás hoy en día esas serían los verdaderos relatos que deberíamos publicar para entender la historia de la arquitectura como lo que es: un fenómeno colectivo que deriva en formas de habitar. 

En Chandigarh, la gran retícula urbana va organizando en diferentes barrios el espacio habitable. En su utopía social, no hay barrios de acuerdo con un estrato social, el diseño pretende que cada uno cuenta con viviendas para diversos niveles socioeconómicos que interactúan a partir de las dinámicas que se traducen en espacios de comercio, estudio, recreación, abiertos y cerrados, privados y públicos. En el dibujo de la ciudad, cada barrio es una pequeña población que, sumada, forma la organicidad de un sistema complejo. En el dibujo, las arterias de flujo y movilidad se destinan según su escala y longitud, a distintas dinámicas que van de la motorizada para las grandes distancias, hasta la peatonal para las conexiones más locales.

Del dibujo, se pasa al habitar y suceden otras cosas, algunas similares a las imaginadas y otras opuestas o diferentes y, además, evolucionan en el tiempo. Chandigar no se habitó tal cual se tenía pensado en su momento, pero estando ahí y dialogando con los actuales habitantes, se percibe un sentido de pertenencia y orgullo. No es igual quien se muda, a quien ya nace en el sitio.

En el diseño de las viviendas y comercios originales de estas grandes super manzanas, participaron un gran número de arquitectos, y entre ellos, el mismo Pierre, mientras que su primo se enfocaba a los edificios gubernamentales, él era responsable de la cotidianeidad.

En homenaje, hoy comparto en las primeras 6 fotos un bello dúplex de su autoría en Chandigarh, de fina factura y coherente con los principios que durante toda su vida siguió en sociedad con Le Corbusier. Noten el manejo de la celosía, a la orientación de mayor asoleamiento. La expresión directa del material principal: el tabique de barro rojo. El volumen que se recorta para generar acento en el acceso, para bajar la escala tras dar la vuelta en esquina hacia en jardín privado, para crear la logia que mira a dicho jardín. Las pequeñas bardas que forman el atrio.

 En las otras fotos, la interesante escala peatonal en los espacios internos de estos barrios, que, a diferencia de los edificios institucionales, no forman parte de la “peregrinación” usual de arquitectos a la ciudad. Los juegos en el jardín colectivo, el grueso muro de tabique que cierra el espacio de la vivienda de un solo nivel (detalle que me ayudó a ver en su comentario, Juan Carlos Tello) el umbral para pasar de un barrio a otro. La barda ondulante de edificios colectivos o la gran celosía del edificio comercial. Es importante ver todo, no solo la obra del individuo, también de aquellas y aquellos profesionales que, por empatía con la visión, aportan con lenguaje similar sus propias ideas.

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Colaboración https://arquine.com/colaboracion/ Wed, 02 Mar 2016 06:20:47 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/colaboracion/ La naturaleza colectiva de la arquitectura, desde su concepción hasta su uso, pasando por su construcción, es algo que unos cuantos siglos de insistir en la ficción del arquitecto como autor heroico pueden esconder pero no borrar: una arquitectura producida toda, desde la idea hasta la ventana, por un sujeto autónomo y aislado es algo tan poco creíble como un lenguaje privado.

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Detrás de todo gran arquitecto hay otro u otra o más. Detrás es un decir, más bien: al lado. La naturaleza colectiva de la arquitectura, desde su concepción hasta su uso, pasando por su construcción, es algo que unos cuantos siglos de insistir en la ficción del arquitecto como autor heroico pueden esconder pero no borrar: una arquitectura producida toda, desde la idea hasta la ventana, por un sujeto autónomo y aislado es algo tan poco creíble como un lenguaje privado.

En un ensayo titulado Collaborations, the private life of Modern Architecture, Beatriz Colomina escribió que “los críticos y los historiadores están dirigiendo su atención del arquitecto como figura singular y el edificio como un objeto a la arquitectura como colaboración.” La colaboración se da entre arquitectos, ingenieros, paisajistas, constructores, críticos y fotógrafos, editores e historiadores. Incluso el cliente se entiende como un colaborador, dice Colomina. También habla de colaboraciones mucho más cercanas. Algunas reconocidas, como Ray y Charles Eames, Alison y Peter Smithson o Robert Venturi y Denise Scott Brown. Otras conocidas aunque su peso no siempre bien determinado, como Lilly Reich y Mies van der Rohe o Charlotte Perriand y Le Corbusier o el mismo Charles Edouard Jeanneret Gris y su primo, Pierre.

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Pierre Jeanneret nació en Ginebra, Suiza, el 22 de marzo de 1896 —aunque algunas fuentes anotan, equivocadamente, el 2 de marzo. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Ginebra y en 1920 se fue a París, donde trabajó en el estudio de los hermanos Perret, por recomendación de su primo, Charles Edouard, que había trabajado con ellos diez años antes. En 1922, los primos Jeanneret empezaron a trabajar juntos. Un año después, tras el encargo de las casas para obreros de Pessac, abrieron su propio taller en el 35 de la calle de Sevres y siguieron trabajando juntos hasta que los nazis invadieron Francia. Le Corbusier intentó conseguir encargos del gobierno de Vichy mientras Jeanneret regresó a Suiza. Terminada la Segunda Guerra regresó a París. En 1950, los primos volvieron a trabajar juntos en Chandigarh. Victor Hugo Velázquez escribió:

La construcción de una nueva capital para el estado del Punjab significó para Le Corbusier la oportunidad largamente anhelada de ver realizadas muchas de sus teorías urbanísticas; mientras que Pierre Jeanneret acepta hacerse cargo de la supervisión de las obras. Pero Chandigarh abrió también para Pierre un vasto horizonte de nuevos proyectos personales.Efectivamente, mientras da forma real al trazado urbano de la nueva ciudad y dirige las obras para el Capitolio, el Palacio de Justicia o el de la Asamblea, Jeanneret comenzó a realizar un considerable número de proyectos por cuenta propia y edificios de la más variada índole.

Velázquez cita a Alfred Roth, otro arquitecto suizo que trabajó en el estudio de Le Corbusier y Jeanneret y quien decía que el papel de éste último había sido triple: un socio dinámico con el cual Le Corbusier discutía todos los problemas y detalles y que, a un tiempo, criticaba e impulsaba sus ideas; el jefe del estudio, quien estaba al tanto del desarrollo de cada proyecto; y su amigo más cercano. En Precisiones, Le Corbusier dijo de “la idea arquitectural” que “es un fenómeno perentoriamente individual, inajenable,” y agregó que “cada uno de nosotros asigna a la idea una expresión personal: lirismo individual. Cada uno tiene derecho de observarse, de juzgarse, de conocerse y de obrar con clarividencia.” Inmediatamente, Le Corbusier pasa de ese elogio de la individualidad expresiva —o de la expresividad individual— en primera persona del singular, a la primera del plural: “hemos construido, Pierre Jeanneret y yo, gran número de casas. Leyendo en nuestra propia producción, llego a discernir la intención general que ha determinado la actitud de la obra.”

Cabe, tal vez, preguntarse si, como decían Deleuze y Guattari, al producir una obra a cuatro manos lo primero que se produce es un tercero: otro que no es ninguno de los autores por sí mismos. Se puede decir que en La ópera de tres centavos la letra es de Bertold Brecht y la música de Kurt Weil —quien sí nació el 2 de marzo, en 1900—, pero no se puede imaginar esa obra sin uno y el otro, sin esa colaboración, como tampoco, en el caso de las obras que los primos Jeanneret hicieron en conjunto. Velazquez cita también a Le Corbusier diciendo: “mi obra arquitectónica existe sólo por un trabajo en equipo entre Pierre Jeanneret y yo. Es una obra común hasta el momento cuando las circunstancias de la vida (y de amigos buenos) nos separaron.”

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