Resultados de búsqueda para la etiqueta [Museo Rufino Tamayo ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 08 Jul 2022 07:21:19 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 El museo y el bosque https://arquine.com/obra/pabellon-museo-tamayo/ Wed, 30 Oct 2013 15:26:50 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/pabellon-museo-tamayo/ Esta intervención busca un diálogo entre museo y bosque; entre materialidades naturales y sus lenguajes propios que no busca unir ambos mundos, pero sí generar que la experiencia del espacio permita observar y respirar el uno desde el otro. Se busca la oposición, y al mismo tiempo el encuentro entre la masividad y la calidez del Museo Tamayo y la ligereza de la intervención.

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Pabellón Museo Tamayo, ciudad de México, 2013

Arquitectura: Tatiana Bilbao, David, Vaner, Catia Bilbao
Diseño: Paola Toriz, Alba Cortes, Alec Perkins
Cliente: Design Week Mexico Society
Diseño estructural e ingeniería: Ingeniero Ricardo Gavira
Superficie: 168 M2

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El proyecto comienza con la invitación por parte de la organización de Design Week México para construir su primera intervención en uno de los edificios más representativos de la arquitectura mexicana del siglo XX: el Museo Tamayo de Arte Contemporáneo, construido entre 1979 y 1981, por Teodoro Gonzalez de León y Abraham Zabludovsky.

El Museo Tamayo es un claro ejemplo del ejercicio de integración con el lugar, por medio de la construcción de volúmenes ciegos en forma de paralepípedos escalonados , que emplean como referencia las pirámides prehispánicas (materialidad, luz y entorno). Encontramos que la separación entre el Museo Tamayo y el Bosque de Chapultepec no era ni demasiado estrecha como para que uno fuera la prolongación del otro ni demasiado amplia como para que existiera un espacio “entre” con un carácter propio. Éste hubo que leerlo, respirarlo y ponerlo en valor. Con esta intervención buscamos un diálogo entre museo y bosque; entre materialidades naturales y sus lenguajes propios. No quisimos llegar a unir ambos mundos, pero sí generar que la experiencia del espacio permita observar y respirar el uno desde el otro. Buscamos la oposición, y al mismo tiempo el encuentro entre la masividad y la calidez del Museo Tamayo y la ligereza de la intervención.

Creamos una estructura y la resolvimos en madera por ser un material con el que logramos todos los retos que el proyecto tenía: temporalidad, ligereza, presupuesto y tiempo de contrucción. Consideramos que la madera utilizada como cimbra tradicional mexicana nos daba todo ello. Es entonces una estructura que se materializó de acuerdo con los requisitos de diseño.

El ventanal original del museo, cerca del patio de esculturas, posibilitaba la vista a distancia de la vegetación, pero sin llegar a tocarla o a vivirla. Era un espacio estático de contemplación que impedía el diálogo y la aproximación entre el entorno y el edificio. Quisimos poner en valor la fachada posterior del museo y sus taludes, apenas reconocidos en la memoria del visitante. De esta forma la ventana se abre y el espacio se prolonga dando inicio a la experiencia espacial del visitante (recorrido, encuentro y contemplación dinámica).

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Miradas cruzadas en el Tamayo https://arquine.com/miradas-cruzadas-en-el-tamayo/ Sun, 20 Oct 2013 16:25:00 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/miradas-cruzadas-en-el-tamayo/ Coinciden estos días en el Museo Tamayo de la ciudad de México una exposición y un montaje que trabajan sobre el espacio, especulando, dialogando, proponiendo nuevas lecturas a partir del soporte museístico que los alberga: la exposición de Rita Mcbride en el interior y el pabellón temporal de Tatiana Bilbao en el patio posterior.

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Uno de los territorios más fértiles de la cultura arquitectónica contemporánea se encuentra en el cruce entre disciplinas, en la condición híbrida de esculturas habitables y arquitecturas escultóricas, en la relación ambivalente entre paisaje y artefacto y en el mestizaje disciplinar.

Coinciden estos días en el Museo Tamayo de la ciudad de México una exposición y un montaje que trabajan sobre el espacio, especulando, dialogando, proponiendo nuevas lecturas a partir del soporte museístico que los alberga: la exposición de Rita Mcbride en el interior y el pabellón temporal de Tatiana Bilbao en el patio posterior, que se junta además con la exposición del Design Week de México.

Para la arquitecta Tatiana Bilbao, el objetivo del pabellón es generar un diálogo entre el edificio y el bosque. A su vez, a Rita Mcbride–según afirmaba en una entrevista reciente con Alejandro Hernández Gálvez– le interesa “la percepción periférica de la visión donde se tienen diversos elementos a la vez”. Su trabajo trata del movimiento a través del espacio, de los paisajes y del contexto urbano, capturando la complejidad de todo lo que percibe.

Reciclar materiales para construir ideas nuevas o crear objetos efímeros para reconocer la cara oculta de templos permanentes, son otros rasgos comunes entre ambas propuestas. La estructura de polines de madera de Tatiana Bilbao es suficiente para responder a las condiciones de temporalidad, ligereza, presupuesto y tiempo de construcción. El ventanal original del patio de esculturas del museo Tamayo posibilitaba la vista a distancia de la vegetación del parque, pero sin llegar a tocarla. Hasta ahora sólo era un encuadre estático de contemplación que impedía la aproximación entre el entorno y el edificio. Como narra la memoria del proyecto, “con esta intervención, Bilbao pone en valor la fachada posterior del museo y sus taludes, apenas reconocidos en la memoria del visitante. De esta forma la ventana se abre y el espacio se prolonga dando inicio a la experiencia del espectador.”

Rita Mcbride también dialoga con el espacio del contenedor que la alberga. Una de las piezas más elocuentes es la retícula de perfiles de aluminio que eventualmente es el soporte de cualquier plafón practicable en un edificio de oficinas. Aquí, sin embargo, está a media altura de la sala, obligando al espectador a penetrar la instalación en cuclillas, emergiendo parado, en cualquier cuadrado del entramado. El parásito –de Bilbao nuevamente- que se adhiere a la cara exterior menos conocida del museo genera plataformas, posibles escenarios, ágoras potenciales, de manera análoga a la de otros pabellones temporales (como la última intervención de Sou Fujimoto en la Serpentine Gallery londinense), invita a un paseo arquitectónico corbusiano, que permite reconocer la condición telúrica del edificio de Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky, escalonado como pirámide prehispánica en medio del bosque de Chapultepec.

Tanto la artista como la arquitecta trabajan sobre la escala 1:1, con el cuerpo a cuerpo entre el objeto y el visitante/usuario, entre los nuevos escenarios que permiten una percepción dis/locada -fuera de lugar habitual- añadiendo nuevas perspectivas y mayores complejidades. Mcbride trabajó anteriormente con modelos a escala 1:1 de la villa Savoye de Le Corbusier. Bilbao lo hace ahora con una estructura anexa que se agrega a la mole expresionista:

homenaje de González de León a la fluidez espacial –el paseo arquitectónico corbusiano por excelencia- que proponía su maestro franco suizo. Ahora Mcbride -junto con la museografía de Productora- sube de categoría a los elementos más corrientes de las edificaciones contemporáneas, como son los ductos de ventilación o las jardineras de oficinas, mientras que Bilbao convierte en auditorio al aire libre unos andamios temporales. Ambas incorporan complejidad a la arquitectura que las recibe. Ambas dialogan y proponen nuevos cruces de miradas, en un contexto liderado por otra mujer, Carmen Cuenca (activadora de InSide, un fenómeno artístico que transgredió géneros y traspasó fronteras) actual directora del Tamayo convertido en uno de los museos más interactivos del panorama global.
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Recordando a Abraham Zabludovsky https://arquine.com/recordando-a-abraham-zabludovsky/ Mon, 09 Apr 2012 16:13:05 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/recordando-a-abraham-zabludovsky/ El legado de los arquitectos tiene trayectorias disímiles. Unos repuntan con rescates póstumos y otros se diluyen en el anonimato de nuestras metrópolis caníbales. Las obras de Zabludovsky ni repuntan –quizá por demasiado recientes– ni se diluyen ante la fuerza de su contundente gestualidad expresionista.

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El legado de los arquitectos tiene trayectorias disímiles. Unos repuntan con rescates póstumos y otros se diluyen en el anonimato de nuestras metrópolis caníbales. Las obras de Zabludovsky ni repuntan –quizá por demasiado recientes– ni se diluyen ante la fuerza de su contundente gestualidad expresionista.

Abraham Zabludovsky nació el 14 de junio de en 1924 en Bialystok, Polonia. Estudió en la Escuela Nacional de Arquitectura, en la ciudad de México. Ya como estudiante apuntaba a lo que sería más tarde: arquitecto, constructor y empresario, todo a la vez. De su primera época son más de cien obras alrededor del tema de la vivienda. Residencias en Las Lomas, edificios de viviendas en la Condesa y Polanco, torres y conjuntos habitacionales, siguieron las ideas y los preceptos que tendieron a perpetuar los principios de la modernidad y su internacionalización.

En una segunda época, asociado con Teodoro González de León, construyeron un nuevo lenguaje, masivo y monumental, basado en el uso exclusivo del concreto cincelado, que vistió buena parte de los edificios emblemáticos de la sociedad mexicana, monumentalizando la ciudad. El edificio para el Infonavit inauguró esta fértil etapa que culminó con la remodelación del Auditorio Nacional, donde el material único permitió cierto sincretismo entre modernidad y arquitectura prehispánica, no sólo desde los taludes y los muros ciegos sino desde la tosca gravidez de sus edificios escenográficos. En buena medida, su éxito proviene de la monumentalización de la ciudad, dotando los nuevos centros del poder civil con signos de identidad colectiva, como el Colegio de México, la Delegación Cuauhtemoc o el Museo Rufino Tamayo.

En sus últimos años, Zabludovsky diseñó auditorios y centros de convenciones con soltura y desenfado formal, lejos de la contención geométrica que rigió los años de colaboración anteriores. Sus obras póstumas —la Torre Quadrum, el Auditorio de Guanajuato, el Museo Interactivo Papagayo, los auditorios de Hidalgo y Celaya, y el Centro de Convenciones de Chiapas— quedaron varadas como buques atemporales. La intuición y gestualidad del arquitecto generaron relaciones espaciales complejas a partir de intersecciones entre figuras simples. La plasticidad y la abstracción del concreto, como único material, le permitieron pasar del proyecto a la obra sin solución de continuidad, desde un discurso que entrecruzó las enseñanzas del Movimiento Moderno con una lectura personal de las culturas autóctonas. Abraham Zabludovsky decía, parafraseando a Le Corbusier, que “el arquitecto es un organizador; no un estilista del tablero de dibujo”.

Zabludovsky murió en la Ciudad de México el 9 de abril de 2003.

 

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