Resultados de búsqueda para la etiqueta [Juan Rulfo ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 08 Jul 2022 07:29:47 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Agresión a Sayula, a Rulfo, a la arquitectura https://arquine.com/agresion-a-sayula-a-rulfo-a-la-arquitectura/ Mon, 28 Oct 2019 07:50:31 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/agresion-a-sayula-a-rulfo-a-la-arquitectura/ Puede ser el caso más escandaloso de barbarie urbana y arquitectónica en Jalisco desde 1980, cuando la Universidad de Guadalajara perpetró el indeleble crimen de tumbar la Escuela de Música de Tolsa y Vallarta. Puede ser. Lo que seguramente es el caso de la demolición del Centro Cultural El Páramo, frente a la parroquia y la plaza de Sayula.

El cargo Agresión a Sayula, a Rulfo, a la arquitectura apareció primero en Arquine.

]]>

Puede ser el caso más escandaloso de barbarie urbana y arquitectónica en  Jalisco desde 1980, cuando la Universidad de Guadalajara perpetró el indeleble crimen de tumbar la Escuela de Música de Tolsa y Vallarta. Puede ser. Lo que seguramente es el caso de la demolición del Centro Cultural El Páramo, frente a la parroquia y la plaza de Sayula, es algo extremadamente obsceno: la prepotencia, la ignorancia, la majadería y la corrupción, todo junto.

La historia es más o menos así: para festejar los 100 años de Juan Rulfo se dispuso por parte del Gobierno del Estado, junto con la Secretaría de Cultura federal y los municipios involucrados, realizar una celebración física a través de la erección de una cierta arquitectura dedicada a conmemorar la vida y la obra del  poeta de Sayula. Por lo menos San Gabriel y Sayula se sumaron. Nada se puede llamar “Juan Rulfo” gracias a las abominables costumbres de la Fundación Rulfo. Pero en fin. Por lo menos los sayulenses discurrieron un buen nombre alterno.

El ayuntamiento pasado de Sayula hizo su chamba. Le otorgó el proyecto a Francisco Orozco, fácilmente el más talentoso arquitecto del pueblo. Después, junto con Myriam Vachez, entonces Secretaria de Cultura, le otorgaron su apoyo incondicional a un  proyecto  de avanzada, a pesar del de repente echo bolas arquitecto y de cierta oposición con bases  en chismes de lavadero.

Total, el proyecto comenzó a construirse. Tuvo todos los permisos necesarios. El sitio consistía en la Escuela de Párvulos del pueblo, finca cargada de significaciones para los sayulenses y de la autoría del gran, gran Rafael Urzúa. Se dejaba la escuela, levemente intervenida, se hizo un subterráneo como el corazón  de misterio rulfiano. Y un gran jardín, con fuentes, plazas y escaleras. Todo a lo largo de la fachada que da a la plaza del pueblo se dispuso una pérgola formando un portal que reinterpreta los célebres portales de Sayula.

Todo iba muy bien hasta que llegó el cambio de administración municipal. Según parece,  enemiga jurada de El Páramo. Y así, hace unos días, en la madrugada, todo fue arrasado. Pérgola, subterráneo, escuela, jardines. Es que no lo podemos tolerar. Es que sería más que tiempo que la bienalera Academia de Arquitectura dijera esta boca es mía. O las escuelas de arquitectura, principalmente el Iteso y la UdeG.

Esto no se puede dejar pasar. La ley es muy clara: toda la escuela debe ser reconstruida fielmente, junto con pérgola, jardines y etcétera. ¿Quién pagará eso? El responsable: el Alcalde y su cabildo. Y si no, la ley también dice que habrá consecuencias penales. Vamos siendo, por una vez, valientes. Hagamos lo necesario para desfacer el entuerto. Vamos uniendo por una vez voces que afirmen categóricamente que Jalisco no es el gallinero de ninguna refundación, de ninguna “4T”, de ninguna revolución. Ya se verá quien levanta la mano, quien milagrosamente hace algo.

El cargo Agresión a Sayula, a Rulfo, a la arquitectura apareció primero en Arquine.

]]>
Cartografías del abandono: a 51 años de ‘Pedro Páramo’ https://arquine.com/cartografias-del-abandono-a-51-anos-de-pedro-paramo/ Fri, 14 Jul 2017 15:04:18 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/cartografias-del-abandono-a-51-anos-de-pedro-paramo/ Antes de que empezara la guerra contra el narcotráfico, el FCE publicaba 'Pedro Páramo', primera y única novela de Juan Rulfo. La fragmentación formal hizo del texto un artefacto novedoso en la producción de las letras mexicanas. 'Pedro Páramo' también es la historia de un asedio geográfico, de una tierra cada vez más esterilizada por el rencor y la megalomanía de un cacique. Son muchos los que han trazado semejanzas entre el cacique y el narcotraficante: ambas figuras secuestran la productividad de los pueblos.

El cargo Cartografías del abandono: a 51 años de ‘Pedro Páramo’ apareció primero en Arquine.

]]>
 

El inicio del año 2006 fue el comienzo de una corrosión territorial, del resquebrajamiento físico del progreso simbólico y económico que llegaron a encarnar las carreteras. El proyecto alemanista de trazar vías obedecía a diversas necesidades: una mejor comunicación entre estados para estimular el turismo, la facilitación del traslado de materias primas, la conexión de lejanías geográficas con puntos céntricos del país. La guerra contra el narcotráfico supuso (y sigue operando de esa manera) una suspensión del libre tránsito.

En un reportaje de la BBC Mundo titulado El nuevo mapa del narcotráfico, publicado en 2012, fecha de término del sexenio gubernamental de quien inició el conflicto bélico, se señaló que “la guerra que emprendió el gobierno contra el tráfico de drogas y las luchas entre grupos por el control de rutas” había “provocado divisiones y el nacimiento de organizaciones nuevas”. Ese trabajo periodístico hablaba de un síntoma que apenas comenzaba a esparcirse por la región. De los cuatro grandes carteles que existían  (el de Sinaloa, el de Juárez, el del Golfo y La Familia Michoacana) estos se fragmentaron para formar siete organizaciones y 20 grupos locales, situación que ha construido una nueva cartografía del país y, por ende, una manera enrarecida de mirarlo y de recorrerlo. El turismo, una de las prácticas que todos los gobiernos modernos y contemporáneos han planteado como un estímulo para la economía nacional, se transforma en riesgo y en el subsecuente abandono tanto de una industria como de una forma de arquitectura: los hoteles. Una cifra que resulta particularmente dolorosa durante los veranos o los fines de semana largos es la de los bajos índices de reservación de habitaciones en Acapulco, Guerrero, Estado que ha sido uno de los nodos más conflictivos en la actual desaparición de diferencias entre lo legal y lo ilegal, entre la democracia y el terrorismo. También, el simple hecho de transportarse puede ser modificado por la economía del crimen. En el reportaje Secuestros en autobuses: otra forma de actuar del crimen en México, de 2016, VICE News difundió que “en los últimos dos años el secuestro y el robo a pasajeros que se transportan en autobuses comerciales entre una y otra ciudad de México se ha reportado cada vez más en los medios locales y nacionales”.

Captura de pantalla 2017-07-14 a las 10.02.35 a.m.

Ahora bien, podemos decir que recorrer el país, mirarlo a través de la ventana turística, funciona en términos panorámicos. La mirada nota un paisaje enrarecido, pero no por ello deja de desplazarse. Pero la guerra contra el narcotráfico ha modificado también a la vivienda y ha arrojado una nueva concepción de lo doméstico. La casa es una imposibilidad si se la imagina en ciertas zonas nacionales. En Desplazados en México: El Triángulo Dorado, investigación también de 2012 en la que participó el medio mexicano Animal Político, se puede leer la historia de un antiguo habitante de la Sierra de Sinaloa: “Jorge y sus vecinos intuyeron que a diferencia de los homicidios ocurridos en los últimos cuatro años, en esta ocasión [el objetivo] era intimidar a todos, aunque no tuvieran injerencia en la siembra o transporte de drogas, rompiendo el ‘orden’ que hasta ese tiempo se vivía y que consistía en respetar los rangos de las personas vinculadas con el negocio y las que no tenían ningún tipo de relación con las actividades”. Más tarde, se apunta: “Ese mismo día, Jorge, con su familia y 100 familias más, abandonaron el pueblo”. En Pueblos fantasma por culpa del narco, nota de Amalia Escobar publicada en El Universal, se nos dice que “la violencia que se recrudece y el éxodo provocado por el narco escala. En este municipio de nombre Plutarco Elías Calles, cuya cabecera municipal es Sonoyta, familias enteras del área rural y urbana huyen con los zapatos y la ropa que traen puesta. Cualquier lugar es mejor que vivir entre el fuego cruzado de bandas criminales”. La violencia ha despojado casas, uno de los reductos espaciales que en México continúa representando ideas de estabilidad y patrimonio familiares, y que además, junto al turismo, es el emblema de la propaganda política que habla de garantías.

51 años antes de que empezara la guerra contra el narcotráfico, el Fondo de Cultura Económica publicaba Pedro Páramo, primera y única novela de Juan Rulfo. El desmontaje de la anécdota narrativa y la fragmentación formal hicieron del texto un artefacto novedoso en la producción de las letras mexicanas que, hasta ese momento, se encontraban establecidas en las claves del costumbrismo. Pero también Pedro Páramo es la historia de un asedio geográfico, de una tierra cada vez más esterilizada por el rencor y la megalomanía de un cacique (y son muchos los que han trazado semejanzas entre el cacique y el narcotraficante mexicano: ambas figuras secuestran la productividad de los pueblos). La historia comienza con la llegada a Comala de Juan Preciado, quien le promete a su madre moribunda ir en la búsqueda de su progenitor para reclamarle aquello que les pertenece. ¿A qué se está refiriendo el texto cuando menciona pertenencia? ¿Cómo funciona este acto (o esta subjetividad) en las inmediaciones de Comala? La clave para entender el sentido de pertenencia que opera en la novela se encuentran en la acumulación de objetos abandonados, en las casas derruidas, en una tierra sobre la que no se puede volver a construir o cosechar. La falta de pertenencia, obviamente, está relacionada con la falta de una casa y de un territorio.

La Comala con la que se encuentra Juan Preciado es una arqueología de la que le narró su madre, una en la que “los niños juegan en las calles de todos los pueblos, llenando con sus gritos la tarde. Cuando aún las paredes reflejan la luz amarilla del sol”, un pueblo en el que los campos de trigo parecían estragos de las últimas luces de la tarde. La región que encuentra Preciado expone las huellas de un éxodo, cuyos paralelismos con los desplazamientos provocados por el narcotráfico no permiten las dudas sobre una posible sobreinterpretación:

“—¿Qué es lo que hay aquí? —pregunté.

—Tiliches –me dijo ella–. Tengo la casa toda entilichada. La escogieron para guardar sus muebles los que se fueron, y nadie ha regresado por ellos”.

En un reportaje titulado Los pueblos fantasma que crea el narco en México, también armado por la BBC Mundo, se lee:

“Una tienda de víveres luce anaqueles vacíos, peluches regados por los pisos y una cerveza a medio tomar. Este es el paisaje que encuentra un visitante hoy en San Luis de la Loma, un pequeño pueblo en el estado mexicano de Guerrero, tradicionalmente dedicado a la producción de mango, leche y ganado. Ubicado a dos horas de Acapulco, en sus alrededores existen cientos de caseríos a la entrada de la Sierra Madre del Sur, los cuales han sido totalmente abandonados por sus habitantes”.

Después del éxodo, el único habitante de los espacios domésticos es la violencia:

“—Iré con usted. Aquí no me han dejado en paz los gritos. ¿No oyó lo que estaba pasando? Como que estaban asesinando a alguien. ¿No acaba usted de oír?”

—Tal vez sea algún eco que está aquí encerrado. En este cuarto ahorcaron a Toribio Alderete hace mucho tiempo. Luego condenaron la puerta, hasta que él se secara; para que su cuerpo no encontrara reposo”.

Comala, además, alberga la fantasmagoría de una ciudadanía desplazada:

“—Este pueblo está lleno de ecos. Tal parece que estuvieran encerrados en el hueco de las paredes o debajo de las piedras. Cuando caminas, sientes que te van pisando los pasos. Oyes crujidos. Risas. Unas risas ya muy viejas, como cansadas de reír (…). Hubo un tiempo en el que estuve oyendo durante muchas noches el rumor de una fiesta. Me llegaban los ruidos hasta la Media Luna. Me acerqué a ver el mitote aquel y vi esto: lo que estamos viendo ahora. Nada. Nadie. Las calles tan solas como ahora”.

Pedro Páramo es la narración de una corrosión territorial, del resquebrajamiento físico de una población. También, es el retrato de la vivienda abandonada ante condiciones imperantes de hostilidad. Trazando una línea entre la publicación de la novela y el año 2006, podemos preguntarnos qué significa la tierra y la construcción desde que Felipe Calderón Hinojosa iniciara su mandato. Los geógrafos contemporáneos consideran también como crisis ecológicas los abandonos humanos, cuyo impacto es mucho más severo cuando se trata de regiones agrarias, como lo fue Comala o San Luis Loma. Ante esta circunstancia, la crisis de vivienda adquiere otros matices que tal vez no estén siendo contemplados por organizaciones urbanísticas o por la práctica arquitectónica comprometida con resolver condiciones de desigualdad pero no de desplazamiento. Particularizando el caso mexicano, las posibilidades de autoconstrucción eran mucho más probables (es común que la gente comience a trazar su patrimonio en terrenos heredados o adquiridos por sus esfuerzos agrarios), y ante el dominio del narcotráfico se ven nulificadas. Por otro lado, como sucedió con el abandono de las fábricas ante la llegada del capitalismo posindustrial, la industria del turismo comienza a abandonar sus arquitecturas. No sólo en México existen esos casos. Hay registros de los negocios abandonados en los perímetros de las pirámides de Egipto, uno de los lugares más visitados por extranjeros antes de la creciente intensificación del conflicto en Medio Oriente. Las casas, los hoteles y los negocios comienzan a ser meramente utilitarios únicamente para la violencia, a su manera una forma de capitalismo. Estos espacios no son del todo abandonados. Las noticias podrían seguirse citando: complejos hoteleros transformados en casas de seguridad, unidades habitacionales usadas como el campo de tiro del crimen organizado, carreteras tomadas. Así el crimen se apropia ciertas formas de arquitectura y produce su propio territorio ante su cada vez más complejo dominio.

El cargo Cartografías del abandono: a 51 años de ‘Pedro Páramo’ apareció primero en Arquine.

]]>
La lenta cancelación del futuro https://arquine.com/la-lenta-cancelacion-del-futuro/ Tue, 30 May 2017 19:04:14 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/la-lenta-cancelacion-del-futuro/ Con ciudades como las que vivimos, amenazadas por la contingencia ambiental, la falta de recursos básicos como el agua, la creciente desigualdad  o el problema de la exclusión social  , nos enfrentamos no sólo a un reto económico y político sino también arquitectónico y espacial. Como arquitectos es nuestra obligación crear proyectos que pongan en cuestión aquellos modelos ideológicos injustos de los que somos conscientes que no funcionan.

El cargo La lenta cancelación del futuro apareció primero en Arquine.

]]>
 

El llamado progreso, el desarrollo expansionista, el predominio de lo humano sobre el mundo natural y otras tantas teorías que nos podamos imaginar, son en realidad construcciones. Por ello, influyen en el medio y en la vida de los seres vivos, humanos y no humanos, que habitan un territorio. Una idea es primero una construcción ideológica, para luego definirse como espacial, material y social. Así, por ejemplo, podemos entender que la creación de carreteras, autopistas, puentes, presas, la destrucción de ecosistemas, la multiplicación de estaciones de gas, la explotación de recursos para conseguir materiales, etc. ponen de manifiesto que el auge del automóvil durante el siglo XX no sólo fue debido a la multiplicación de los mismos, sino que ésta se apoyó en la transformación económica de toda una nación — o de varias — que dirigió todo su forma de ser hacia ese camino. Volviendo al caso del automóvil como una de las forma de expresión del siglo pasado, veremos, además, que no sólo fue gracias a la necesaria elaboración de una nueva infraestructura y de una cultura que apoyara todo ese desarrollo — desde la construcción de carreteras y autopistas a la industria del caucho para los neumáticos — , sino que implicó la necesidad de elaborar un discurso que sustentara dichas ideas y que las diera a conocer.

Así, las autopistas de Estados Unidos son impensables sin un mensaje propagandístico que vinculara la construcción de carreteras con la del propio país. La expansión de modelos suburbanos y el ideal de individualidad de aquel país no eran sino la perfecta expresión tanto física como simbólica de su modelo capitalista. La transformación que la llegada del automovil y el apoyo a la movilidad particular tuvieron sobre la vida, fueron sólo una parte de un plan que veía en el progreso la forma de vencer, por fin, a la carga del pasado: atrás quedaba el mundo rural y se abrazaba el territorio de lo urbano, más rápido, más veloz y más potente.

1--q0DNqozUlNp4ujX3xZ5_gConstrucción de la carretera Panamericana

 

Como EUA, México anduvo en la misma dirección y sufrió, desde directrices políticas marcadas por el propio Estado, todo un plan de remodelación: carreteras, viviendas e infraestructuras que habrían de introducir al país en la consabida modernidad. Como apunta Cristina Rivera Garza en su reciente libro Había mucha neblina o humo o no se qué, no se pueden entender el llamado milagro mexicano o la llegada del turismo al país sin construcciones como la Carretera Panamericana. Concebida como un eje que vertebra el país de norte a sur y que conecta México con todo el resto del continente, su desarrollo está ligado de forma directa a esa tan deseada transformación económica que permitiera a país abandonar el místico y empobrecido mundo rural. Toda ese cambio es analizado por Rivera Garza desde la figura de Juan Rulfo — que aparece más como excusa para trazar las propias ideas de la autora que como tema en sí — y, en particular, a partir de los textos del propio escritor mexicano. Rulfo vivió en su propio cuerpo ese cambio territorio, pues llegó a trabajar en la fábrica de llantas de Goodrich-Euzkadi, en la elaboración de guías turísticas, en la Comisión del Papaloapan y en el Instituto Indigenista; todos trabajos que, de una u otra manera, serán esenciales para entender los cambios sufridos por el país en aquel momento. Para ello, Rivera Garza compara la figura de Rulfo es con el Angelus Novus de Walter Benjamin, el Ángel de la Historia cuyo “rostro está vuelto hacia el pasado. Donde nosotros percibimos una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única que amontona ruina sobre ruina y la arroja a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado, pero desde el Paraíso sopla un huracán que se enreda en sus alas, y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. Este huracán le empuja irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras los escombros se elevan ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos progreso.”

La preocupación de Rulfo en su obra será entonces, y de acuerdo a Rivera Garza, la de dar cuenta de ese mundo rural e indígena que desaparece bajo la avasalladora acción del progreso. Sus textos, por ello, no intentarán dar cuenta de la Historia (así, con mayúscula) de México, como sí hacía la literatura hasta entonces, sino que se va a centrar en contar la precaria vida de aquellos que han quedado excluidos de la misma. Esa es la razón de que en la obra del mexicano habiten seres fantasmales que se mueven en mundos completamente muertos. A ellos, nos parece decir, sólo les pertenece eso: los escombros del proceso, la nada.

Más allá de cualquier polémica que haya suscitado la publicación del libro, es cierto que la lectura de Rivera Garza permite establecer paralelismos con la propia contemporaneidad, que, para la escritora mexicana, pasa por establecer un acercamiento a la cultura indígena — por otra parte, uno de los temas que más le interesó a Juan Rulfo en textos y fotografías — así como a la explotación laboral y a la mala gestión de los recursos de la tierra existentes hoy en día. Con esa misma lectura, Irmgard Emmelhainz se aventura en un muy buen texto aparecido en e-flux hace poco — Fog or Smoke? Colonial Blindness and the Closure of Representation — con una lectura postcolonial y referida al cambio climático que haría aún vigente, y más allá de lo literario, una lectura de Juan Rulfo en su conjunto. En cualquier caso, la preocupación que puede abrir para nosotros, arquitectos, no es tan distante. Dado que el doble vinculo que proponen estas lecturas de la modernidad — de progreso y amenaza al mismo tiempo — aún puede establecerse como vigente y dado que las políticas e ideologías que se están construyendo hoy tienen repercusiones arquitectónicas y espaciales muy concretas en las que participa de forma directa el diseño, podemos pararnos a reflexionar sobre cómo las actuales políticas medioambientales, económicas y sociales dan forma a nuestro territorio, y establecer entonces si son justas o no, a fin de apuntar dónde se encuentran hoy los excluidos de la Historia.

El recientemente fallecido Mark Fisher, en una conversación que sostuvo con el pensador italiano Franco Bifo Berardi publicada en 2013 en la revistaFrieze, comenta reiteradamente que nos enfrentamos a la “lenta cancelación del futuro”, consecuencia de la expansión del neoliberalismo desde finales de la década de los 70 del siglo pasado. De igual manera, Marina Garcés apuntaba en el reciente MEXTRÓPOLI 2017, que el acceso al futuro es imposible, al menos a la vista de cómo el planeta que habitamos está siendo sobreexplotado y de cómo la desigualdad y la precariedad de la vida crece más y más cada día. Por tanto, todos nosotros corremos el riesgo de quedar fuera del tiempo. Ello puede derivar en un movimiento hedonista que hace del presente el único destino posible y en que las continuas descripciones de la Ciudad de México como un “nuevo Berlín” esquematizan esa línea de pensamiento: el futuro no importa, la vida ha de disfrutarse sólo en el ahora a través con buena comida, buena moda, buena música y buenas fiestas. Sin embargo, esta forma de ver las cosas no lleva a cambiar nada, suspende el problema, si no es que lo agrava. Sin acceso al futuro, estamos a un pequeño paso de caer presas de ese mundo muerto que ya había avanzado Rulfo.

1_antropocenoarticulo_620x413

Frente a esa posibilidad, tanto Garcés como Bifo y Fisher se plantean cómo recuperar el control de nuestro futuro perdido: es necesario reorganizar la acción colectiva y la solidaridad política. Es decir, es necesario actuar, definir un nuevo marco de lo común y afectar directamente a las políticas que se están produciendo hoy en día. Con ciudades como las que vivimos, amenazadas por la contingencia ambiental, la falta de recursos básicos como el agua, la creciente desigualdad — como muestra El País con los muros que dividen y separan las zonas privilegiadas de las marginadas — o el problema de la exclusión social — o la expulsión, como afirma Saskia Sassen en uno de sus últimos libros —, nos situamos no sólo frente a un reto económico y político sino también arquitectónico y espacial, pues la forma y la arquitectura que hoy aparecen en nuestras ciudades no es sino la materialización de las visiones –con sus faltas y sus fallas– de determinadas políticas. Como sociedad en general, y como arquitectos en particular, nuestra obligación debe de pasar por crear proyectos que pongan en cuestión modelos ideológicos injustos que ya somos conscientes que no funcionan. Dicho de otro modo, frente a tanta estética hará falta más ética. Decidir qué modelo de futuro queremos es una decisión ideológica que se está tomando hoy en día, con o sin nosotros. De nosotros depende si queremos dirigirla en alguna línea política de cambio concreto o si, como muchas veces nos pasa, sólo nos preocuparemos por hacer diseños meramente estéticos, es decir, diseños que sólo suplan nuestro hedonismo presente y que nos alejen, como al Angelus Novus, irremediablemente lejos de los problemas.






El cargo La lenta cancelación del futuro apareció primero en Arquine.

]]>