Resultados de búsqueda para la etiqueta [Javier Senosiain ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Mon, 19 Dec 2022 18:53:02 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Elogio de las cuevas https://arquine.com/elogio-de-las-cuevas/ Wed, 30 Nov 2022 19:31:06 +0000 https://arquine.com/?p=72790 La exposición "Elogio de las Cuevas", presentada en el Museo Noguchi, reúne una selección de arquitectura moderna y contemporánea donde se propone una reflexión sobre la naturaleza y la relación, a veces sana, a veces nociva, que tenemos con ella.

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La Fundación Isamu Noguchi y el Museo del Jardín, fundado por el mismo Noguchi en 1985, presenta In Praise of Caves: Organic Architecture Projects from Mexico by Carlos Lazo, Mathias Goeritz, Juan O’Gorman, and Javier Senosiain (Elogio de las cuevas: proyectos de arquitectura orgánica de México de Carlos Lazo, Mathias Goeritz, Juan O’Gorman , y Javier Senosiain), una exposición que abarca múltiples galerías del primer piso del Museo Noguchi.

La muestra combina una selección de proyectos de Carlos Lazo, Mathias Goeritz, Juan O’Gorman y Javier Senosiain que exploran la adaptación de las estructuras naturales a la vida moderna, los beneficios prácticos y ambientales de mudarse bajo tierra, y cómo la humanidad
podría reconectarse con la esencia de la felicidad de vivir
en armonía con la naturaleza.

Bajo la rúbrica amplia de la arquitectura orgánica, estos proyectos e instalaciones específicas del sitio reflejan un paradigma coherente alternativa para abordar la relación entre los entornos naturales y aquellos hecho por obra humana que se desarrolló a mediados del siglo XX. A medida que la crisis climática se acelera, junto con otras señales aterradoras de que hemos destrozado fundamental y quizás irreparablemente nuestra relación con la naturaleza, las visiones de estos artistas-arquitectos nunca han sido más pertinentes.

Vista de instalación, Elogio de las cuevas. Mathias Goeritz, La Serpiente de El Eco (1953, copia 2022).  Foto: Nicholas Knight. © The Noguchi Museum / ARS

 

La exposición comienza en el pabellón al aire libre del Museo que Isamu Noguchi diseñó para sus esculturas totémicas de basalto. Una copia de exhibición de La Serpiente de El Eco de Mathias Goeritz (1915–1990),  de casi 30 pies de largo y 16 pies de alto que el artista diseñó para su museo El Eco (1952–53) en el centro de la Ciudad de México, se instalará en el jardín de rocas. En el trabajo de Goeritz, la serpiente representa un camino a través de la Tierra y un avatar para dirigirse hacia un futuro más ecológico. Como comentó Goeritz sobre la Escuela de Altamira, un movimiento en el que participó justo antes de su traslado a México, “los pintores de la Escuela de París eran lo último de ayer. Los de la Escuela de Altamira, los nuevos prehistóricos, pretendemos ser los primeros del mañana”. La gran serpiente se complementará con un nido de serpientes y una selección de otras especies de cuevas en una galería contigua.

Un tercer espacio, que actuará como la boca de una cueva, contará con obras que evocan lo celestial. En el centro de la galería principal del primer piso del Museo, Javier Senosiain instalará una gran serpiente cubierta de mosaicos. Senosiain, líder de la segunda generación de arquitectos orgánicos mexicanos, es también un erudito importante de la bioarquitectura y el representante principal del legado de sus antecesores. También está a la vista una selección de modelos para proyectosrealizados y no realizados, incluida la primera casa que construyó para sí mismo, Casa Orgánica (1984–85), luego ampliada con la adición de un segundo nivel, El Tiburón (1990); y El Nido de Quetzalcóatl (1998–2007) su vasto parque residencial en la Ciudad de México.

Javier Senosiain, El Nido de Quetzalcóatl (1998–2007). Modelo fabricado por Enrique Cabrera. © Javier Senosiain / Arquitectura Orgánica

Otra galería está dedicada a la casa cueva moderna del arquitecto Carlos Lazo (1914–1955), conocida como la Casa-Cueva de la Era Atómica (1948) en Lomas de Chapultepec, Ciudad de México, presentada a través de fotografías de archivo y un nuevo modelo fabricado por la firma Arquitectura Orgánica de Javier Senosiain. El modelo estará acompañado por una muestra de imágenes de otros esfuerzos de Lazo para llevar la vida moderna al futuro en su proyecto “Cueva Civilizada”, que debía haber incluido 110 casas construidas a partir de cuevas naturales en la pared de un cañón. Trabajando como arquitecto y urbanista en todo México, pero en particular en la Ciudad de México, Lazo reconoció la necesidad de adaptarse a la topografía existente y aprovechar todos los recursos naturales.

Juan O’Gorman (1905–1982) es muy conocido por sus pinturas alegóricas apocalípticas que tratan sobre la relación problemática de la humanidad con la Tierra. Se incluye una selección de estas, centradas en la explotación del medio ambiente. Un nuevo modelo de la casa que construyó O’Gorman para su familia, que fue construida en una cueva de lava en la colonia Pedregal de la Ciudad de México, será el foco principal de esta instalación, junto con planos e imágenes de la casa. Es en Casa O’Gorman donde el artista y arquitecto famosamente afirmó que estaba viviendo en un laboratorio, donde él y su esposa Helen O’Gorman (botánica aficionada e ilustradora botánica) intentaron estudiar de primera mano las viviendas subterráneas.

Vista de instalación, Elogio de las cuevas. Obras de Juan O’Gorman. Modelo por Javier Senosiain. Foto: Nicholas Knight. © The Noguchi Museum / ARS

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Diego Rivero Borrell es el ganador del Concurso del Pabellón El Eco 2020. https://arquine.com/diego-rivero-borrell-es-el-ganador-del-concurso-del-pabellon-el-eco-2020/ Fri, 31 Jan 2020 16:40:57 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/diego-rivero-borrell-es-el-ganador-del-concurso-del-pabellon-el-eco-2020/ El Pabellón Eco es una comisión bianual del Museo Experimental El Eco, un concurso que funciona como plataforma experimental para promover el intercambio, la exploración y la activación pública a partir del binomio arte-arquitectura. El ganador de la octava edición del concurso es Diego Rivero Borrell.

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El Pabellón Eco es una comisión bianual del Museo Experimental El Eco, un concurso que funciona como plataforma experimental para promover el intercambio, la exploración y la activación pública a partir del binomio arte-arquitectura. En su 8va edición, el Pabellón Eco se centra en la reconsideración del espacio arquitectónico como una posibilidad de conciliación entre el medio ambiente y lo simbólico-cultural, a partir del tema de la serpiente propuesto por el curador invitado a esta edición: el arquitecto Javier Senosiain.

El Pabellón Eco 2020 busca fomentar el pensamiento ambiental en la producción arquitectónica contemporánea, que puede estar vinculado a lo mitológico, lo poético y lo socialmente afectivo. Tiene el propósito de animar a reflexionar sobre el lugar que nuestra especie elige ocupar en relación con la naturaleza: la intención no es apelar a una nostalgia por el origen, por el contrario, la arquitectura es un campo idóneo para replantear nuestra relación con el mundo natural.

En una primera etapa se recibieron 90 portafolios procedentes de todo el país de los cuales se seleccionaron cinco portafolios finalistas : Escobedo Soliz + Annik Keoseyan, Departamento del Distrito + Villalobos, Gabriela Álvarez y Sofía Betancur, Roberto Michelsen Engell + Jimena Hogrebe + Eric Valdéz Olmedo y TANAT | Diego Rivero Borrell. Los seleccionados elaboraron un proyecto de intervención para el patio del Museo Experimental El Eco.

La propuesta ganadora luego del fallo unánime del jurado conformado por: Miquel Adrià, Damian Ortega y el Curador del Pabellón El Eco 2020, Javier Senosiain, es la de Diego Rivero Borrell con el proyecto “Cronoboros”.

El pabellón propuesto por Borrell, busca cuestionar los límites definidos entre la arquitectura y el tiempo, entre lo estático y el fenómeno del cambio, un tema que nos remite al símbolo mítico de la serpiente. El pabellón propone ocupar el patio con dos elementos primordiales de la naturaleza, la piedra y el agua, los cuales forman un espejo habitable y en constante cambio a lo largo del tiempo.

El agua transformará la atmósfera del patio. El sonido, la temperatura y los elementos naturales se percibirán diferente, y la experiencia del visitante puede detonarse a través de estas nuevas relaciones íntimas; memorias del cuerpo recuperadas en un espacio y un tiempo presentes. De ahí, dependerá de cada persona en cómo lo quiera experimentar. Algunos entrarán descalzos y jugarán con el agua, otros mirarán desde fuera, y otros decidirán entrar al pabellón por las piedras en seco hasta llegar a la plataforma central y observar. La experiencia del visitante dependerá del fenómeno que surja entre lo que perciben y lo que construya su propio caminar.

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Javier Senosiain en el Museo Nacional de Arquitectura https://arquine.com/javier-senosiain-en-el-museo-nacional-de-arquitectura/ Tue, 13 Sep 2016 01:25:42 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/javier-senosiain-en-el-museo-nacional-de-arquitectura/ El pasado jueves, en el Museo Nacional de Arquitectura, se inauguró la muestra individual 'Javier Senosiain: arquitectura orgánica'. La exposición está compuesta por maquetas y planos de proyectos ya construidos, cada uno explicado por una memoria escrita por el propio Senosiain. El museo busca albergar el proyecto orgánico del arquitecto, una práctica centrada en la convivencia con el paisaje y a través de una inspiración basada en las formas de la naturaleza.

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El pasado jueves, en el Museo Nacional de Arquitectura, se inauguró la muestra individual Javier Senosiain: arquitectura orgánica. La exposición está compuesta por maquetas y planos de proyectos ya construidos, cada uno explicado por una memoria escrita por el propio Senosiain. El museo busca albergar el proyecto orgánico del arquitecto, una práctica centrada en la convivencia con el paisaje y a través de una inspiración basada en las formas de la naturaleza.

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Las estructuras propuestas por Senosiain no demandan una lectura detenida. El proyecto Nido de Quetzalcóatl emula la forma de una serpiente, el frente de la Casa Tiburón es la faz con tráqueas dilatadas de un tiburón, y El Kiss, una caseta de vigilancia cuya silueta remite a la de los chocolates de Hershey’s. Estas obviedades alcanzan cierto matiz en una capilla dedicada a José Alfredo Jiménez. Senosiain modificó un recinto cerrado, “entre grecolatino y renacentista”, para permitirle al peatón un desplazamiento más libre. La capilla está “pretendiendo ser más característica, más mexicana, más acorde con la personalidad del autor [José Alfredo Jiménez]”. ¿El resultado? Una suerte de escultura decorativa de un sombrero y un sarape.

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¿Cómo se puede leer la obra del mexicano? Senosiain mira su obra a través del término “bioarquitectura”. Busca construir espacios que se adapten al cuerpo del hombre, que convivan con  la naturaleza de una manera orgánica y que emulen las apariencias de los animales o la botánica. Su trabajo, lejos de operar en cierta invisibilidad, impone su autoría sobre el paisaje.

14225365_868960626538359_3582874997448446901_nFotografías. Museo Nacional de Arquitectura INBA.






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La cueva: pasado, presente y ¿futuro? https://arquine.com/la-cueva-pasado-presente-y-futuro/ Wed, 24 Aug 2016 16:40:17 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/la-cueva-pasado-presente-y-futuro/ Historiadores afirman que, en la prehistoria, los seres humanos primitivos, nómadas, recurrieron a habitar las cuevas naturales que encontraban por dos posibles razones: para que funcionaran como viviendas o como lugares para sus actividades rituales. La protección que daba este tipo de espacios (contra las inclemencias del clima o la depredación por parte de animales salvajes) hicieron de esas oquedades sitios ideales para conformar clanes y venerar o enterrar a sus muertos.

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Historiadores afirman que, en la prehistoria, los seres humanos primitivos, nómadas, recurrieron a habitar las cuevas naturales que encontraban por dos posibles razones: para que funcionaran como viviendas o como lugares para sus actividades rituales. La protección que daba este tipo de espacios (contra las inclemencias del clima o la depredación por parte de animales salvajes) hicieron de esas oquedades sitios ideales para conformar clanes y venerar o enterrar a sus muertos.

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La teoría de que fueron lugares solo para el rito puede comprenderse en algunas cuevas que resguardan pintura mural donde están presentes chamanes y otras figuras que hacen referencia a la cosmogonía ancestral. Cabe decir que, en el caso de México, se han encontrado numerosas cavernas con ofrendas, enterramientos y pintura mural, que subrayan ese carácter ritual. El uso de la cueva como vivienda está aún presente, sobre todo en la arquitectura vernácula de muchos países del mundo. En lugares como España, Italia, Francia, Túnez, Irán, Turquía, Estados Unidos y México, entre otros, familias enteras desarrollan su vida cotidiana en cuevas, ya sea naturales o artificiales, para generar un espacio de dimensiones y escala humanas. Son obras flexibles que se acomodan al terreno y se adaptan a las necesidades de los usuarios.

Numerosos son los ejemplos vernáculos que se podrían presentar. Vale recordar las cuevas de España, en especial en el sur, que tienen sus orígenes en el siglo XIX y que en la actualidad muchos buscan habitar o conocer como turistas. En los años sesenta se hizo un estudio que mostró que existían 42 provincias españolas con familias,por lo general de pocos recursos, viviendo en cuevas. Estas obras fueron creadas horadando laderas de depresiones del terreno bajo formaciones rocosas, como es el increíble caso de las casas del poblado de Setenil de las bodegas, en Cádiz. Suelen tener pocas habitaciones y destacan por contar con fachadas, por lo general encaladas, con el fin de marcar que no sólo es una cueva, sino que se trata de una casa y, por ende, generar su propia identidad. También son famosas las casas cueva en la zona del Sacromonte, en Granada. Este tipo de viviendas sobresalen por tener un ambiente interior estándar de 18 a 22 grados centígrados todo el año. Algunas han sido renovadas y se ofrecen en renta o venta.

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Turquía también es conocida por las numerosas cuevas habitadas que existen aún en la actualidad. Las más famosas son las de la región de Capadocia, habitadas desde tiempos inmemoriales; algunas de estas unidades enterradas cuentan con varios niveles subterráneos. Existen ciudades enteras con los servicios típicos de una urbe, como la de Derinkuyu, con una profundidad de hasta 85 metros y fundada, a decir de algunas fuentes, por los hititas hacia 1400 a.C. y habitada por diversos grupos a través del tiempo. Este gran refugio secreto contra ataques de otros grupos, tiene más de 15 mil conductos de ventilación y la posibilidad de obtener agua pura a través de diversos pozos.

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La creación de cuevas más allá de lo vernáculo, también está presente en proyectos de notables arquitectos del siglo XX que han encontrado en este tipo de piezas las características idóneas de habitabilidad, aprovechamiento del terreno y sustentabilidad. Entre los numerosos ejemplos recientes de casa-cueva y vivienda subterránea está la realizada por Christian Müller Architects en Vals, Suiza, donde se aprovecha la pendiente existente para generar la obra. Al interior están presentes y controlados todos los aspectos de diseño, habitabilidad y procesos de mecánica de suelos para crear una vivienda resistente. Destaca la terraza desde la cual se tiene una estupenda vista a las colinas boscosas de la zona. También en Suiza se encuentra la obra del arquitecto Peter Vetsch, quien ha realizado una interpretación de la cueva basada en un estudio del ambiente natural con el fin de preservarlo.

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En México varios arquitectos se han acercado a la cueva como fuente de inspiración para sus proyectos. Uno de los primeros en hacerlo fue Carlos Lazo Barreiro, quien en 1945 proyectó una “cueva civilizada” —nombrada así por él— en las Lomas de Chapultepec. Excavó en el terreno para generar una casa subterránea que contaba además con un techo verde, en franca relación con la zona. Otro arquitecto de renombre que hizo su casa en una cavidad, en este caso aprovechando la piedra volcánica de Pedregal, fue Juan O’Gorman; desgraciadamente buena parte de esa obra fue demolida. En los años setenta otro arquitecto ha recreado el mundo de la cueva utilizando un sistema constructivo flexible como lo es el ferrocemento: Javier Senosiain. En algunas de sus obras, como la emblemática Casa orgánica, entrega una dosis de naturaleza en la cual la arquitectura pasa desapercibida por debajo del jardín. Sin duda alguna, la idea de la caverna o de la construcción subterránea seguirá en la mente de muchos constructores en el futuro pues ese manto primigenio que la cubre hace de la cueva un sitio protector por excelencia.

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