Resultados de búsqueda para la etiqueta [Internet ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 01 Dec 2023 15:35:38 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Metaversos: construyendo experiencias en la vida digital https://arquine.com/metaversos-construyendo-experiencias-en-la-vida-digital/ Thu, 03 Nov 2022 20:53:55 +0000 https://arquine.com/?p=71297 Con la aparición de las redes sociales y blogs hace décadas, ha sido posible crear relaciones entre individuos y marcas de forma rápida, desarrollar diferentes identidades, interactuar con gente de otros países y que habla diferentes idiomas con mayor facilidad. Actualmente, estas plataformas han aumentado en volumen y en tráfico de usuarios, como lo es […]

El cargo Metaversos: construyendo experiencias en la vida digital apareció primero en Arquine.

]]>
Con la aparición de las redes sociales y blogs hace décadas, ha sido posible crear relaciones entre individuos y marcas de forma rápida, desarrollar diferentes identidades, interactuar con gente de otros países y que habla diferentes idiomas con mayor facilidad.

Actualmente, estas plataformas han aumentado en volumen y en tráfico de usuarios, como lo es Instagram, Tiktok y BeReal, aunque Facebook sigue por arriba de éstas con 2.9M de perfiles. En cada una de estas redes también se desarrollan experiencias persona a persona como poder jugar, tener videollamadas, mensajes de texto y compartir contenido. Estas oportunidades de conectar son parte de una web que se está transformado, especialmente con la adopción de blockchain, criptomonedas, finanzas descentralizadas (DeFi) y tokens no fungibles (NFTs).

Se trata de un espacio que integra tecnologías como la Inteligencia Artificial, la realidad aumentada y mucho más. Todo esto para brindar una mejor experiencia de usuario, descentralizada y con más posibilidades: mejor conexión, más privacidad, menos censura y la monetización directa de las redes sociales, esto sin contar el potencial de desarrollo que traen consigo los metaversos, cambiando la forma en que las personas consumen y se relacionan. Cabe resaltar que la descentralización y la transparencia es una de las características más importantes de esta nueva era.

Repensando las redes sociales

Una red social se define como como sitio en internet donde personas pueden interactuar entre sí, compartir contenido y generar comunidades. Las redes que conocemos forman parte de una época donde las empresas están detrás: Meta con Facebook, Whatsapp e Instagram; la diferencia con proyectos que replantean la forma en que convivimos a través de internet trabajan con tecnología blockchain, son descentralizadas, la mayoría forma parte de una DAO u organización descentralizada, que busca el bien mayor para su comunidad.

Un ejemplo es Lens Protocol, como su nombre lo indica, es un protocolo que le pertenece a los usuarios, que está enfocado en en la construcción de un grafo social descentralizado y no custodiado; donde puedes mintear (acuñar) tu perfil, seguir a personas y coleccionar publicaciones. Este proyecto trabaja bajo el lema de: “Sea dueño de su contenido. Sea dueño de su gráfico social. Sea dueño de sus datos.” Lens es fundado por Stani Kulechov, quien es el creador de AAVE, uno de los mayores protocolos DeFi que existen en el mundo cripto. El objetivo de la iniciativa es devolver a los usuarios el control sobre sus experiencias sociales en internet. 

 

Perfil en Lens Protocol

Subsocial es otro ejemplo de un proyecto descentralizado y red social que busca que las personas sean dueñas del contenido que comparten, tiene su token nativo llamado SUB, con el cual se puede votar y tomar decisiones respecto a la plataforma, generar ganancias, brindar recompensas a tus creadores favoritos y pagar por tus transacciones dentro de esta red social. 

 

 

Timeline de subsocial

La posibilidad de generar contenido y que sea monetizado es real y es viable a través de estos proyectos innovadores que buscan mayor libertad para los creadores y consumidores, al mismo tiempo que disminuir la censura; en los próximos años veremos una mayor adopción de estas alternativas que se encuentran en desarrollo, otros ejemplos son: Phaver, Odysee, Iris y Clipto.

Exploración de las nuevas formas de convivencia humana

Entre las experiencias inmersivas que ofrece el metaverso es realizar ciertas actividades que hacemos en la vida diaria, desde momentos de ocio como ver películas, hacer turismo virtual, tener reuniones de trabajo, visitar museos, hacer ejercicio, tener consultas médicas, visitar tiendas y hacer compras, entre otros.

Si bien no hay un metaverso principal y falta tiempo para que el término se formalice, actualmente con tecnologías como realidad aumentada (AR) o realidad virtual (VR) cada vez estamos más cerca de recrear más actividades de forma realista, donde nuestros avatares son capaces de tener expresiones faciales en tiempo real, y con guantes especiales también es posible conectar el sentido del tacto.

Meta Horizon Workrooms

Los metaversos son un entorno que sigue en desarrollo, y que en los próximos años veremos una mayor adopción por parte de los usuarios y de las empresas, como Mastercard o Samsung quienes ya han dado su primer salto hacia estas experiencias digitales con éxito. 

En plataformas como Sandbox o Decentraland, que son de los más populares en el ecosistema de la tecnología blockchain y NFT (Non Fungible Token) es posible crear tus propias experiencias ya sea un proyecto independiente o una empresa.

Por un lado, Decentraland es un proyecto que comenzó en 2015 y tiene su propio token (ficha o moneda que funciona en esta plataforma) que lleva el nombre de MANA. Está conformado por miles de parcelas o terrenos que se pueden comprar o rentar, en ellas se construyen toda clase de edificios y eventos, como lo han sido partidos de fútbol, conciertos y exposiciones de arte. Uno de sus espacios más importantes es el casino interactivo, donde puedes ganar y apostar tus criptomonedas.

 

Casino en Decentraland

La semana de la moda es de los eventos más importantes de esta industria y por primera vez, en marzo de 2022, se realizó el Metaverse Fashion Week en el Luxury District de Decentraland, un evento para celebrar el diseño y la moda virtual. Varias marcas ampliamente reconocidas participaron, entre ellas Dolce&Gabbana, Hogan y Tommy Hilfiger, Jacob&Co, Gary McQueen. En esta ocasión no importó si era en Nueva York, Milán, Londres o París, sólo con tener acceso a internet pudiste haber asistido.

Pasarela en Metaverse Fashion Week

En el margen de esta temporada del día de muertos, varios proyectos y colectivos han desarrollado sus propios festivales para celebrar y recordar a nuestros seres queridos de forma virtual. Tal es el caso de Calaverse, el primer festival con esta temática en Decentraland (trailer)

En este encuentro de 3 días, vamos a poder disfrutar de un lineup de artistas internacionales que abarcan música, diseño y artes visuales. También este proyecto lanzó sus propios wearables, que son artículos coleccionables en blockchain y que puedes usar para personalizar a tus avatares dentro de la plataforma. También contarán con una exhibición de arte NFT conformada por más de 30 artistas, entre ellos Ananá, Dan Santino, Aiira Mérida, Karen Medina, Mavi Prado, Mikita, y varios más que están aún por anunciarse. Entre los artistas musicales que podremos encontrar se encuentran Nortec Collective, El Dusty, Yung Dupe, Sol Siete y MERCEDES, entre muchos otros. 

Por otro lado, Sandbox es una plataforma que utiliza de igual forma blockchain y NFTs para empoderar a sus usuarios de manera descentralizada, y tiene su token nativo SAND que permite comprar y vender las tierras o assets dentro de su mundo.

Sandbox ha colaborado con artistas como Paris Hilton y marcas como Gucci y Adidas.Uno de los artistas y coleccionistas de NFTs más posicionados es Snoop Doog, quien ha sacado su propia colección de avatares no fungibles y también el primer video musical grabado totalmente en un metaverso no centralizado.

Fotograma del video musical “House I Built” de Snoop Dog

Otros metaversos populares en blockchain son Cryptovoxels, Axie Infinity, Otherdeed for otherside, Oncyberg y Spatial. Cada uno pertenece a un proyecto diferente donde puedes tener acceso a diferentes beneficios teniendo ya sea tokens o NFTs. En Oncyber y en Spatial es muy común ver exhibiciones de arte, como lo realizó la casa de subastas Christie’s con una inauguración de la exposición individual de la artista Diana Sinclair.

Galería en Spatial

Así como Sotheby’s que desde el año pasado cuenta con su propuesta “Sotheby’s Metaverse” y con un gran círculo de coleccionistas y artistas NFTs, ahora Christie’s se suma hacia el futuro con su equipo especializado en criptoarte. 

Sección de Mundos virtuales en OpenSea, el mayor marketplace de Tokens No Fungibles

Las experiencias digitales nos siguen impresionando conforme pasan los días. Y el metaverso y las plataformas de redes sociales descentralizadas tienen un pape sumamente importante para reinventar las dinámicas de convivencia, generación de contenido, monetización, marketing, publicidad y engagement.

No podemos estar seguros de cómo serán los metaversos en 3 o 5 años. Pero lo que sí tenemos que tener en cuenta, es que estos serán colaborativos, nos permitirán estar en mayor conexión, más flexibles y una tecnología accesible.

El cargo Metaversos: construyendo experiencias en la vida digital apareció primero en Arquine.

]]>
Ciudades futuras ante el peligro del Internet of Everything https://arquine.com/ciudades-futuras-ante-el-peligro-del-internet-of-everything/ Wed, 21 Apr 2021 13:41:41 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/ciudades-futuras-ante-el-peligro-del-internet-of-everything/ En medio de los problemas más graves como el cambio climático y el crecimiento incesante de las áreas urbanas se articulan nuevos proyectos y propuestas para hacer frente a ellos. Las Smart Cities, basadas en el Internet of Everything, prometen soluciones a mediano y largo plazo, pero en ellas yacen los riesgos prolongados de una realidad desigual contemporánea.

El cargo Ciudades futuras ante el peligro del Internet of Everything apareció primero en Arquine.

]]>
Publicado en colaboración con Este País

En medio de los problemas más graves como el cambio climático y el crecimiento incesante de las áreas urbanas se articulan nuevos proyectos y propuestas para hacer frente a ellos. Las Smart Cities, basadas en el Internet of Everything, prometen soluciones a mediano y largo plazo, pero en ellas yacen los riesgos prolongados de una realidad desigual contemporánea.

El internet es más que un browser al que damos clic; este va más allá de una visualización en nuestras pantallas de smart phones, laptops o tablets. El internet es una red, la interconexión comunicativa entre un sinfín de puntos sueltos que producen un nuevo espacio de interacción y de creación. Tal espacio no solamente está en un mundo inmaterial o ficticio, sino incluso es capaz de extenderse hacia lo material, hacia el mundo en que vivimos y de interferir en él.

Eso es el concepto del Internet of Everything (IoE), la creación de una red entre seres humanos,  cosas y datos dentro de procesos basados en el internet, con la intención de facilitar de manera eficaz la elaboración de soluciones para problemas contemporáneos. En este sentido, tanto seres humanos como objetos llevarían sensores que transmitirían datos acerca del estado de sus portadores. Así, los datos transmitidos podrían ser evaluados durante el proceso y podrían optimizar tanto este mismo como otros o incluso redes enteras, tal como el transporte público, por ejemplo.

Nace la llamada Smart City y con ella la tecnología misma se convierte en un actor, dejando atrás su condición pasiva. Entendido así, el IoE es la expresión de una construcción social de la tecnología ya que su desarrollo e innovación suceden de manera flexible e interpretativa. Sin embargo, en ello yacen ciertos riesgos para la convivencia democrática en el futuro a mediano plazo.

Tecnología indica progreso y este muchas veces es sinónimo de futuro. La vida colectiva del futuro se realizará en ciudades; por ende, hoy ya se están elaborando los planes para las ciudades del futuro. Así surgió el concepto de la Smart City, la interconexión digital de ciudades entendida como un aporte técnico que las llevará a un cambio estructural en su organización urbana. Aquí, las empresas tecnológicas se posicionan cada vez más como servidoras de herramientas técnicas para soluciones de los desafíos urbanos.

Los actores principales hoy en día son empresas como Cisco International Limited (Cisco), International Business Machines Corporation (IBM) o Siemens Aktiengesellschaft, líderes mundiales en el desarrollo de soluciones tecnológicas. Todas ellas diagnostican y problematizan un crecimiento permanente de las zonas de aglomeración urbana, retomado de los análisis de la Naciones Unidas acerca del futuro de las ciudades. Aunado al argumento del crecimiento, se menciona el aspecto del cambio climático y la necesidad de un planeamiento urbano sustentable.

Cabe mencionar que las grandes ciudades en el planeta se encuentran en una situación de competencia incesante a nivel global; soluciones innovadoras de corte tecnológico representan un factor importante para lucir y transcender mejor en esta dinámica viciosa de la competencia. En este sentido, el concepto de Smart City puede ser entendido también como consecuencia de la crisis financiera del 2008 después de la cual los mercados están buscando nuevos espacios (en nuestro caso: ciudades) para generar ganancias económicas.

En nuestros días son todavía raros los proyectos concretos de la Smart City; los más avanzados se encuentran en Asia, respectivamente en China y en Corea. No obstante, debido a la intensificación de los problemas actuales y al deterioro paulatino tanto del ambiente natural como de la vida social en dichas zonas de aglomeración urbana, propuestas organizativas basadas en las innovaciones tecnológicas que recurren al internet como plataforma para ser aplicadas se vuelven cada año más factibles e incluso imaginables.

Así por ejemplo, bajo el nombre de “Smart+Connected Communities”, Cisco desarrolló el concepto para la implementación del IoE en las ciudades, para mejorar el manejo de los procesos urbanos típicos mediante el uso de datos digitales conectados. A nivel regional y municipal, se menciona el mejoramiento de la administración de edificios, el aumento en la eficiencia del tránsito, servicios básicos como iluminación de las calles, suministro de agua, gestión de basura, etc. (Mitchell et al. 4).

Las palabras claves que aparecen en todos los proyectos de la Smart City son sustentabilidad, productividad y eficiencia. Las ideas alrededor de la Smart City pueden resumirse bajo dos categorías: a) un planeamiento y un control urbano que cuentan con una función central de Information and Communication Technologiescomo sistema neurológico digital que contiene datos de sensores heterogéneos; b) un sistema más complejo que “percibe y actúa” y en el cual una mayoría de las informaciones de tiempo real son transferidas. El desarrollo concreto a su vez se realiza en procesos, sistemas, organizaciones y cadenas múltiples para optimizar las operaciones y para avisar a las autoridades acerca de irregularidades (Neirotti et al. 26).

Vale la pena indagar un poco más sobre la relación entre tecnología, economía y política (1) y entre tecnología y población (2). Juntos definen y determinan el surgimiento de nuevas formas de políticas en el contexto del internet (3); es este último el que principalmente nos interesa. En este sentido lo importante y decisivo es aquella mirada que toma en cuenta la reciprocidad entre la tecnología, o sea el software del Internet of Everything con la vida urbana, tal como lo puntualizó Kitchin: “My argument […] is about the need for a sustained programme of research on the nature of software and contemporary urbanism, and in particular an analysis if the two core interrelated aspects of the emerging programmable city: (a) translation: how cities are translated into code; and (b) transduction: how code reshapes city life.”

(1) Percibido originalmente como algo exógeno ante procesos económicos y políticos (Barry y Slater, “Introduction” 179), son justamente los instrumentos e innovaciones tecnológicas los que hacen posible la organización de mercados, es decir, el lugar central más estratégico en las sociedades hoy en día (Barry y Slater“Technology”291). Mientras tanto, la implementación de dispositivos tecnológicos en procesos económicos y prácticas sociales, así como su activación, producen “zonas tecnológicas” (Barry “Technological”). Surgen nuevos índices y parámetros para medir la calidad de objetos, de procesos o de prácticas implementados a partir del Internet of Everything (Barry “Technological” 240). En aquellos fenómenos ahora calculables proliferan contextos antipolíticos; es decir, contribuyen a un vaciamiento de procesos políticos creando una realidad pospolítica. Son procedimientos técnicos cuyo enfoque y diseño están caracterizados por los parámetros de estandarización antes acordados en relaciones y contextos de public-private partnership y que para los actores no involucrados —población y sociedad civil— no dejan ningún espacio para categorías políticas como conflicto, discusión y enfrentamiento (Barry “Anti-political” 270; 279), nuevas condiciones, pues, que se va a explicar bajo el tercer punto.

Aquella interconexión orgánica entre tecnología y economía ejerce, a su vez, una influencia hacia espacios y relaciones, que ahora son organizados bajo nuevos paradigmas que materializan por un cierto tiempo una nueva cohesión social hegemónica que se tiene que reproducir constantemente (Jessop, 2005).

(2) Aunque la sustentabilidad, productividad y eficiencia son los objetivos mencionados, al final es justamente la población como tal y cada uno de los sujetos que la conforman quienes tendrán que servir como plataforma y ejecutor de estos nuevos instrumentos tecnológicos de la Smart City. Durante este proceso, nuevas subjetividades y tecnologías de sí mismo brotarán mediante el uso y contacto con las herramientas, los sensores y dispositivos del Internet of Everything (Foucault, “Subjektivität” 74; “Technologien” 289; Ludwig 93; Bröckling et al. 29).

(3) Los obstáculos y desafíos del cambio climático o del crecimiento poblacional de las grandes urbes con que se enfrentan los Estados, las ciudades y las sociedades son usados por aquellos actores de la política, la economía y los llamados expertos de la sociedad civil —o simplemente en forma de public-private partnership(Gabrys 33)— como fundamento legitimador para difundir y promover sus ideas y conceptos sobre la Smart City. En este sentido, ya no se niega los factores subyacentes del cambio climático pero tampoco se les resuelve. Más bien se encuentran en el centro de la estrategia de crecimiento y giran alrededor de la pregunta de cómo pueden ser integrados en el sistema (Müller et al. 55). En esta dinámica, el papel del mercado experimenta una creciente acentuación que no más ni menos significa que la solución para el problema yace en este mismo, capaz para una estabilización exitosa del cambio climático (Jankovic et al. 238). De ahí salen losenvironmental fixes entendidos como propuestas lógicas para la práctica. Lógicas en el sentido de que nacen desde la misma mercantilización para poder regular el clima (Castree 146). Ocurre, desde luego, un cambio de perspectiva y actuación, que previamente había modificado la estructura ontológica de los actores involucrados y afectados (Jankovic et al. 247). La mencionada dislocación ahora actúa como catalizador para una nueva gobernanza del clima junto con nuevas posibilidades económicas que la acompañan. Paralelamente, se articula un nuevo (supuesto) consenso entre aquellos actores involucrados que, no obstante, se subordinan bajo estrategias, discursos y soluciones compatibles con el mercado (Gibbs et al. 2151). Ese consenso alberga la tendencia de eliminar procesos políticos de negociación y sustituir el debate por un enfoque meramente técnico sobre lo formal y lo eficiente. A partir de ahí, ya no se considera si los procesos políticos ocurren de manera democrática, sino solamente se mira la calidad de los resultados de aquellos procesos calificados desde luego como democrático (Buchstein et al. 475; Steber 13).

Al mismo tiempo, se inicia con ello un cambio del Estado; este se convierte en un “Estado negociador” que obedece una nueva “regularización política” (Hirsch 187) y que asume formas de estructuras de gobernanza (Jessop et al. 89; 2005: 159s.). Además, sucede una dislocación de tareas concretas de obligaciones originalmente estatales hacia esferas de la economía privada, lo que paulatinamente puede contribuir a una mayor comodificación de la vida pública y también privada (Crouch 29, 57, 127). En aquel escenario, los procesos legislativos y de decisión poco a poco pierden su importancia, ya que estos son trasladados hacia comisiones de expertos (Hirsch 190), en donde la transparencia (y por ello también la participación) se vuelve cada vez más complicada según criterios democráticos.

Tendrá como consecuencia la ausencia de algunas características centrales para las sociedades democráticas: lo político y sus procesos de negociación. Ambas ahora se encuentran bajo la coerción de las llamadas necesidades económicas y del dominio creciente de la ley determinando la vida pública y social (Rancière Politik 143), principios indispensables para alcanzar los objetivos antes postulados. Normalmente, este desarrollo o cambio se suele caracterizar como pospolítico, una mezcla entre gestión empresarial y tecnocracia, dirigido hacia medidas orientadas en el mercado. El estado pospolítico invisibiliza la desigualdad de poder, en la medida en que esta ya no será mencionada; surge una ilusión falsa de un balance e igualdad entre los diferentes grupos sociales. Lo pospolítico en contraste ante lo político. Según el filósofo francés Jacques Rancière, la democracia es la premisa para la existencia de la política (Zehn 19), en donde la primera puede ser caracterizada como la ausencia de oposición, es decir, como “el dominio de lo no dominante” (Zehn 16). Democracia y, por ende, también la política no son un estado fijo, sino más bien una relación: una relación política de enfrentamiento y negociación, de buscar acuerdos (también Barry “Anti-political” 270). La política en lo político es, entonces, la instancia o aquel conjunto de “prácticas e instituciones que organiza un cierto orden” (Marchart 41).

Lo pospolítico busca —para ser exitoso— ocultar la contingencia de lo actual, el poder de las instituciones y los conflictos excluyentes (Kenis et al.). Puesto que se presenta a sí mismo como la única opción y como última ratio de nuestras sociedades (Marchart 15, 42, 59.); incluso se podría hablar de una fundamentalismo neoliberal pospolítico.

Las nuevas formas mencionadas de las estructuras de gobernanza como una novedosa política y economía del clima buscan caminos alternativos para solucionar las tareas y problemas a nivel sociedad y en donde el Estado es responsable para garantizar un marco estable que funcione para las metas postuladas (Barry y Walters 317). En este transcurso del ascenso de nuevas tecnologías informativas y comunicativas, la tecnología o el Internet of Everything podría volverse la razón de Estado.

El internet por mucho tiempo y desde muchos lados ha sido alabado por su horizontalidad, por su falta de restricciones, por ser un espacio donde no importan las divisiones sociales artificiales entre las personas —aunque plataformas como Facebook o Twitter demuestren lo contrario— el internet es mucho más vasto. Sin embargo y a pesar de esa libertad y  de esta descentralización del poder, el internet tiende a perder estos rasgos fundamentales en el momento de ser ‘llevado’ o ‘extendido’ a la vida real, tal como fue descrito en estas líneas. Así, el Internet of Everything será colonizado por las dinámicas y también por las relaciones que estructuran y predominan en nuestras realidades.

El avance tecnológico es imparable como lo ha evidenciado la historia de la humanidad. No obstante, las tecnologías nunca son neutrales si no cumplen con las funciones que les damos, con las que diseñamos. Un sistema implementado para ayudar a dirigir, ordenar, administrar y gobernar la vida colectiva —como lo puede lograr el Internet of Everything en forma de las Smart Cities— no puede ser percibido, hasta ahora, como herramienta disponible para todos o como una ayuda para democratizar nuestras ciudades y sociedades. A fin de cuentas, con el Internet of Everything podrán surgir nuevos espacios reñidos entre intereses sociales opuestos, se establecerán nuevas dinámicas para una cultura política, nuevas relaciones entres las personas y otras que también nacerán de dominación. Aquello queda más claro que el agua. Pero lo que sucederá después, no está escrito aún. La única certeza que tenemos es la incertidumbre sobre la realidad concreta de nuestros futuros.


Bibliografía

Barry, Andrew. “The anti-political economy”, Economy and Society, no. 31, 2002.

____. “Technological Zones”, European Journal of Social Theory, no. 9, 2006.

Barry, A. y Slater, D. “Introduction: the technological economy”, Economy and Society, no. 31, 2002.

____. “Technology, politics and the market: an interview with Michel Callon”, Economy and Society, no. 31, 2002.

Barry, A. y Walters, W. “From EURATOM to ”Complex Systems”: Technology and European Government”, Alternatives, no. 28, 2003.

Bröckling, Ulrich, Krasmann, S. y Lemke, T. “Gouvernementalität, Neoliberalismus und Selbsttechnologien. Eine Einleitung” en (ed.) Gouvernementalität der Gegenwart. Studien zur Ökonomisierung des Sozialen. Frankfurt am Main: Suhrkamp, 2009.

Buchstein, Hubertus. y Jörke, D. “Das Unbehagen an der Demokratietheorie”, Leviathan, no. 31, 2003.

Castree, Noel. “Neoliberalising nature: the Logics of Deregulation and Reregulation”, Environment and Planning A, no. 40enero, 2008.

Crouch, C. Postdemokratie. Frankfurt am Main: Suhrkamp, 2008.

Foucault, Michel. “Subjektivität und Wahrheit” en Ästhetik der Existenz. Schriften zur Lebenskunst. Frankfurt am Main: Suhrkamp, 2007.

____. “Technologien des Selbst”, Ästhetik der Existenz. Schriften zur Lebenskunst. Frankfurt am Main: Suhrkamp, 2007

Gabrys, Jennifer. “Programming environments: environmentality and citizen sensing in the smart city”, Environmental and Planning D: Society and Space, no. 32, 2014.

Gibbs, David; Krueger, R. y MacLeod, G. “Grappling with Smart Citiy Politics in an Era of Market Triumphalism”, Urban Studies, no. 50, 2013.

Hirsch, Joachim. “Postfordismus: Dimensionen einer neuen kapitalistischen Formation” en Hirsch, J.; Jessop, B. y Poulantzas. N. (ed.) Die Zukunft des Staates. Hamburg: VSA-Verlag, 2001.

Jancovic, Vladimir. y Bowman, A. “After the green gold ush: the construction of climate change as a market transition”, Economy and Society, no. 43 abril, 2014.

Jessop, Bob. “Cultural political economy, the knowledge-based economy and the state“, en Barry, Andrew y Slater, Don (ed.): The Technological Economy, Rouledge: London, New York, 2005.

Kenis, Anneleen y Lievens, M. “Searching for ‘the political’, Environmental Politics, no. 23 enero 2014. PDF

Kitchin, Rob. “The programmable city”, Environmental and Planning B, no.38, 2011.

Ludwig, Gundula. “Performing Gender, Performing the State. Vorschläge zur Theoretisierung des Verhältnisses von modernem Staat und vergeschlechtlichter Subjektkonstitution” en Ludwig, G.; Sauer, B. y  Wöhl, S. (ed.) Staat und Geschlecht. Grundlagen und aktuelle Herausforderungen feministischer Staatstheorie. Baden-Baden: Nomos, 2009.

Marchart, Oliver. Die politische Differenz. Zum Denken des Politischen bei Nancy, Lefort, Badiou, Laclau und Agamben. Frankfurt am Main: Suhrkamp, 2010.

Mitchell, Shane.; Villa, N.; Stewart-Weeks, M. y Lange, A. The Internet of Everything for Cities. Connecting People, Proccess, Data, and Things to Improve the ‘Livability’ of Cities and Communities. San Jose Cisco. 2013. PDF

Müller, Tadzio, y Passadaki, A. “Green capitalism and the climate: It’s economic growth, stupid!” en Dag Hammarskjöld Foundation (ed.): Contours of Climate Justice. Ideas for shaping new climate and energy politics, critical currents, no. 6, Uppsala, 2009.

Neirotti, Paolo, et al. “Current trends in Smart City initiatives. Some stylised facts”. Cities, no. 38, 2014.

Rancière, Jacques. Zehn Thesen zur Politik. Zürich: Diaphanes, 2008.

Rancière, J. “Demokratie und Postdemokratie”, en Badiou, A. y Rancière, J. (ed.) Politik der Wahrheit. Wien: Turia + Kant, 2010.

Steber, Michael. “Legitimität und politische Partizipation. Zur Frage der Vereinbarkeit von Volkssouveränität und Kapitalismus im 21. Jahrhundert”, en Biegi, M.; Förster, J.; Otten, H. Ri. y Philipp, T. (ed.) Demokratie, Recht und Legitimität im 21. Jahrhundert. Wiesbaden, 2008.

 

El cargo Ciudades futuras ante el peligro del Internet of Everything apareció primero en Arquine.

]]>
Occupy Facebook! https://arquine.com/occupy-facebook/ Thu, 02 Jul 2020 01:29:17 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/occupy-facebook/ Los críticos de arquitectura deben acercares a las redes sociales como espacios de comunicación listas para ser ocupados y secuestrados.

El cargo Occupy Facebook! apareció primero en Arquine.

]]>
en colaboración con

 

Nuevos espacios para la crítica de arquitectura


“Las revoluciones siempre han estado vinculadas a los nuevos medios
y formatos de comunicación “.
Beatriz Colomina[1]

Lo que me convence de seguir haciendo lo que hago —que es explorar nuevas formas de crítica de arquitectura experimentando con las herramientas de comunicación que proveen las redes sociales— es que, dentro de veinte años, aparentemente, la mayoría de las publicaciones basadas en un pensamiento no crítico, de las noticias a la narrativa, serán escritas por robots.[2] Desde el punto de vista de la producción de contenido, eso no cambiará mucho en relación al panorama actual de comunicación de arquitectura, dominado como está por editores freelance que copian y pegan (o, en los mejores casos, reelaboran) comunicados de prensa enviados por futuros arquitectos famosos.[3] Pero en términos de ocupación, parafraseando a Thomas H. Davenport y Julia Kirby, ser “capaces de tener una imagen más amplia y un nivel de abstracción más alto que una computadora” probablemente será la única opción en un el trabajo de escribir de arquitectura, que es más o menos lo opuesto a lo que sucede hoy.

De hecho, desde la última década del siglo XX, el pensamiento crítico en el más amplio marco de la cultura arquitectónica ha sido marginado, un proceso que se puede rastrear a varias causas interconectadas. Entre ellas está el surgimiento de las llamadas “prácticas postcríticas”,[5] que se enfocan en el pragmatismo profesional en vez de en la especulación teórica; la aceleración de los procesos de urbanización en todo el mundo, que desalientan el disentimiento favoreciendo el elogio oportunista de los productos más notorios de starquitects; y la proliferación de blogs, webzines y plataformas de auto publicación, que han puesto al ecosistema editorial de cabeza al encoger dramáticamente el mercado de las revistas de arquitectura, donde tradicionalmente se ejerce la escritura crítica —y se paga.

Sin embargo, tras la crisis financiera del 2008, un sentimiento mezclado de culpa y enojo por la manera como la arquitectura se subyugó a las leyes del mercado inmobiliario —básicamente comportándose como un asociado acrítico en la producción de la burbuja— parece haber estimulado una nueva hola de cuestionamientos sobre la necesidad, el papel y la condición de la crítica de arquitectura en nuestros días. A su vez, esto llevó a la proliferación de artículos, revistas, libros, seminarios, cursos académicos y otro tipo de iniciativas que buscaban explorar ese asunto urgente desde una variedad de puntos de vista. Es en el contexto de esta renovada atención a la crítica de arquitectura como objeto de investigación que, desde 2010, he investigado de manera independiente las condiciones para su reproducción en plataformas sociales como Facebook, Tumblr e Instagram.

Hay varias razones por las que he seguido dicha línea de investigación. Primero, comparto un interés sincero por todas las manifestaciones de la contemporaneidad, lo que me permite aproximarme al fenómeno de las redes sociales, que Umberto Eco criticó por “darles a una legión de idiotas el mismo derecho de hablar que un premio Nobel”[6], de la misma manera como Robert Venturi y Denise Scott Brown se aproximaron a Las Vegas: suspendiendo el juicio para ser capaces de aprender de eso. Más aún, como usuario frecuente de estas plataformas, tengo experiencia directa de sus funciones, lo que me permite fundamentar mi investigación tanto en la especulación teórica como en la observación empírica.

Anuncios de arquitectura — To appreciate architecture you need to commit a murder. ©Davide Tommaso Ferrando

Una segunda razón, más pragmática, tiene que ver con los números. De acuerdo al reporte Digital in 2016, [7] hay más de 2,300 millones de usuarios de redes sociales alrededor del mundo (319 millones tan solo en Europa), que pasan un promedio de dos horas al día en esas plataformas. No sólo hablamos de un número enorme —y en constante crecimiento— de lectores potenciales, sino que estas cifras también muestran cómo la comunicación en las redes sociales es un fenómeno importante globalmente, transformando nuestra rutina diaria y redefiniendo la manera como consumimos contenido digital. En ese contexto, tiene sentido considerar la posición de la crítica arquitectónica y su capacidad de lidiar con esta condición cambiante.

Una tercera razón es que las redes sociales están tomando progresivamente a los sitios en la red como acceso principal al internet. Gracias al hecho de que su contenido llega directamente a los lectores mediante la información que alimenta sus redes, en vez de requerir que se le busque, la relación tradicional entre sujeto y objeto de información ha divergido, si no es que se ha invertido por completo.[8] Esto marca un punto de quiebra en la historia de la producción de contenido y su consumo: no sólo porque, como escribe Emily Bell, “las redes sociales no sólo se comieron al periodismo, se comieron todo”,[9] sino porque “estamos empezando a explorar los medios de la arquitectura aventurándose en territorios poco familiares”,[10] como dice Jeff Jarvis.

Una última razón es que publicar en redes sociales le da a los críticos de arquitectura la oportunidad de comunicarse no sólo con académicos, estudiantes y arquitectos practicantes —algo de suyo ya significativo, dado el supuesto rechazo de éstos últimos a leer[11]— sino también a gente extraña a la disciplina. Debido a la habilidad de las redes sociales de hacer que su contenido viaje por redes de usuarios relacionados mediante likes y shares, hay un campo, hasta ahora desconocido, de posibilidades que se abren y facilitan la polinización cruzada de imaginarios y discursos. Después de todo, ¿qué se supone que debe hacer la crítica si no establecer un diálogo con la sociedad en general?

Si es cierto que las plataformas sociales se han convertido en el principal entorno de comunicación, entonces pienso que plantean un reto urgente a los críticos de arquitectura. Los críticos debieran tratar de entender su potencial para ser capaces de sacar ventaja de él —no sólo porque de otra manera su audiencia está condenada a reducirse, sino también porque las redes sociales funcionan de acuerdo a reglas específicas, que hace que no puedan acoger muchos de los productos tradicionales de la crítica arquitectónica, como un ensayo largo. El hecho de que aun debemos descubrir lo que se puede hacer con estas herramientas, y lo que no, sugiere que vivimos en un periodo en el que los métodos de producción y diseminación de la crítica arquitectónica pueden redefinirse desde cero, lo que de hecho es muy excitante.

¿Pero cómo pueden eficazmente convertirse las redes sociales en instrumentos para la crítica de arquitectura, dado que están evidentemente diseñadas para propósitos diferentes, como “comunicarse con otra gente y hacer amigos”?[12] Desde el inicio de mi investigación, he experimentado con diversos formatos y procesos en mis propias cuentas, que me han permitido identificar un primer conjunto de estrategias que ofrecen una respuesta temporal y parcial a esta pregunta. Estas son:

Evita el uso personal

Puede parecer paradójico, dada la naturaleza de estos medios, pero en mis cuentas de redes sociales publico exclusivamente contenido relacionado con la arquitectura. No vacaciones, no selfies, no chistes, no gatos… nada ligado a mi vida fuera de la arquitectura llega a ellas. Esto se debe a dos razones muy simples: primero, no caer en la trampa del narcisismo y la indulgencia, que distancia al crítico de su tarea real; segundo, no proveer datos sensibles que puedan analizarse, procesarse y eventualmente venderse a compañías privadas, que es como Zuckerberg y compañía hacen dinero con sus usuarios.[13]

Displacements, mayo 2012, ©Davide Tommaso Ferrando

 

Piensa en términos de un proyecto editorial

Displacements, junio 2012. ©Davide Tommaso Ferrando.

La comunicación común en las redes sociales es fragmentada, inconsistente y con firma. Generalmente no logra durar más que el instante en el que ocurre. Lo que hago, al contrario, es desarrollar proyectos editoriales en esos medios, controlando todos los aspectos de producción y distribución de mis contenidos, comportándome como escritor, editor y editorial al mismo tiempo. Para conseguirlo, me he dado un protocolo detallado del uso de cada plataforma, estableciendo rutinas en términos del número de entradas por semana, la organización del texto y de la imagen para cada entrada, las relaciones temáticas entre ellas, etc. [14] Esto con el objetivo de darle orden y un carácter reconocible en la manera en que subo cosas a las redes. En otras palabras, he inventado un estilo editorial definiendo los límites de mis redes sociales.

Sintetiza

La crítica de arquitectura en las redes sociales no tiene otra opción que ser rápida y efectiva dado que, de acuerdo a una encuesta del 2012, Imagining the internet, [15] los teléfonos inteligentes nos han catapultado a un mundo de “gratificación instantánea y arreglos rápidos [que nos llevan a] la pérdida de la paciencia y la falta de pensamiento profundo”.[16] Sólo textos breves pueden sobrevivir a una audiencia cuyo promedio de atención es más corto que el de un pez dorado. Si es cierto que la longitud ideal de una entrada en Facebook es de menos de 40 caracteres,[17] no se puede evitar preguntarse si la posibilidad de producir crítica arquitectónica en estas plataformas de consumo rápido siquiera existe.

Cinco puertas cubanas que me gustaron mucho, puerta 4. ©Davide Tommaso Ferrando.

Una estrategia que adopto para resolver este acertijo es escribir textos que se organizan en párrafos de 100 a 200 palabras, que pueden aislarse y subirse por separado como una secuencia de fragmentos en serie de artículos más largos. Esto no sólo garantiza una audiencia mayor para las entradas, dado el tiempo reducido de lectura, sino que estimula la curiosidad y, por tanto, la atención[18] en los fragmentos que faltan de publicarse.

Left & right: My humble tribute to Ai Weiwei. ©Davide Tommaso Ferrando

Regresa al lenguaje visual

En el rápido y distraído entorno de las redes sociales, ser capaz de trabajar con imágenes se ha vuelto fundamental, dado que el contenido visual tiende a procesarse más rápido, atrapando la atención del lector de mejor manera, y con el potencial de viajar mucho más lejos que la palabra escrita. Esa condición se ajusta perfectamente con la estructura del conocimiento arquitectónico, que siempre ha estado basado primordialmente en imágenes y, por tanto, es apto para ser comunicado en redes sociales. Además de acompañar sistemáticamente mis textos con dibujos o fotografías, comúnmente adopto la técnica del collage para producir imágenes que buscan expresar el mensaje crítico de manera autónoma o, de menos, en asociación con los textos que las acompañan, para experimentar con el potencial del lenguaje visual. Más recientemente, también he empezado a producir pequeños videos[19] que cruzan la crítica arquitectónica con una corriente que, de acuerdo con Cisco, llegará a ser el 69% de todo el consumo de tráfico en internet para 2017.[20]

UHNWICity – London. @Davide Tommaso Ferrando

Construye tu comunidad

Las plataformas de redes sociales permiten a los críticos de arquitectura la posibilidad de diseñar no sólo la manera como su contenido se produce y distribuye, sino también la gente con la que se comunican. En este sentido, seleccionar cuidadosamente los contactos de mis redes sociales se ha vuelto parte esencial de mi labor crítica, pues define la comunidad científica a la que pertenezco —o, en otras palabras, los pares de mi labor crítica. Al mismo tiempo, asegurándome de que lo que publico en mis redes sociales sólo reciba actualizaciones de usuarios que publican contenido interesante ha transformado mis redes sociales en fuentes de información útil continuamente actualizada: una revista de arquitectura espontánea y colectiva. Sin dejar de mencionar la intrínseca intencionalidad e informalidad de las redes sociales, que en varias ocasiones me ha permitido colaborar con gente interesante que aun no he conocido en la vida real: gente que comparte conmigo más referencias y objetivos que la mayoría de mis amigos o colegas en Turín, Italia. ¡Cuán prometedor es eso!

Para resumir: las personas que hacen crítica de arquitectura deben adoptar las redes sociales como espacios de comunicación[21] que están listos para ser ocupados y secuestrados. No es sólo un asunto de visibilidad y alcance, sino más bien la necesidad de explorar nuevas maneras como el discurso crítico puede construirse en nuestros días. Las plataformas de redes sociales no serán sustitutos de libros, revistas, fanzines o webzines; simplemente no pueden, pues están estructuradas para albergar distintos tipos de formatos y contenidos. Con todo, existen y llegaron para quedarse, por lo que necesitamos incluirlas en el ecosistema de medios que conforma la cultura arquitectónica, asegurándonos de que sean útiles y no un desperdicio. En el 2013, Beatriz Colomina afirmó que “la mayor parte de lo que sucede en los blogs y similares no es muy crítico”[22]: es cierto, pero pienso que el problema tiene que ver con el hecho de que el mensaje no se ha adaptado al medio, aún.


Notas:

  1. Ethel Baraona Pohl, César Reyes, “From Xerography to HTML”, en MAS Context #9, primavera 2011, p.14-25
  2. Steven Levy, Can an algorithm write a better news story than a human reporter? en Wired, 24, abril 2012.
  3. Sam Jacob, How to become a famous architect, en Strange Harvest.
  4. Thomas H. Davenport, Julia Kirby, Beyond automation, en Harvard Business Review, junio 2015.
  5. Mark Jarzombek, Critical or Post-Critical?, en Architectural Theory Review, vol. 7, n.1.
  6. Umberto Eco, Con i social parola a legioni di imbecilli, en La Stampa, 10 de junio 2015.
  7. Digital in 2016.
  8. QUe es la razón por la que un creciente número de revistas web se están transformando en artículos instantáneos, un servicio que permite publicar contenido complejo (textos largos, videos, imágenes, etc.) directamente desde el entorno Facebook, con un diseño específico para la pantalla de un teléfono inteligente.
  9. Emily Bell, Facebook is eating the world, en Columbia Journalism Review, 7 de marzo 2016.
  10. Jeff Jarvis, What if Content could Come to You Rather than Making You Go to Content?, en Observer, 14 octubre 2014.
  11. Allison Arieff, Why don’t we read about architecture?, en The New York Times, 2 de marzo 2012.
  12. Según el diccionario Cambridge.
  13. Por supuesto sigo recibiendo anuncios, pero todos se relacionan con arquitectura.
  14. Nicolas Cole, The 1 Painful Obvious Reason Nobody Follows You on Social Media, en Inc., 7 de julio 2016.
  15. The 2012 Survey.
  16. Christopher Hooton, Our attention span is now less than that of a goldfish, Microsoft study finds, en Independent, 13 mayo 2015.
  17. Kevan Lee, The Proven Ideal Length of Every Tweet, Facebook Post, And Headline Online, en Fastcompany, 4 de julio 2014.
  18. Sobre la importancia de la atención para la comunicación en redes sociales, es necesario citar a Artie Vierkant, según quien “para las nuevas jerarquías de la producción de muchos-a-muchos, el estatus cultural de los objetos está hoy totalmente bajo la influencia de la atención que les dedicamos, la manera como los transmitimos socialmente y la variedad de comunidades que llegan a habitar.” Véase Aetie Vierkant, The Image Object Post-Internet, 2010.
  19. Davide Tommaso Ferrando, Keeping it (un)real. Behind the facade of starachitect video marketing, en uncube, 12 de abril 2016.
  20. Cisco Visual Networking Index: Forecast Methodology, 2015-2020.

Davide Tommaso Ferrando es un crítico de arquitectura, editor, curador y educador interesado particularmente en la intersección entre la arquitectura, la ciudad y los medios. Es editor en jefe de 011+ y editor en Viceversa. También enseña como profesor adjunto en las escuelas de arquitectura de Turín, Ferrara y Madrid, y es conferencista invitado en varias instituciones europeas.


Archifutures combina las posibilidades de la edición crítica, la impresión innovadora y la intervención activa del usuario. La colección hace un mapeo de la práctica arquitectónica y la planeación urbana contemporáneas, presentadas a través de las palabras y las ideas de algunos de sus actores clave y factores del cambio. Desde instituciones, activistas, pensadores, curadores y arquitectos hasta blogueros urbanos, polemistas, críticos y editores, Archifutures presenta a las personas que están dando forma a la arquitectura y las ciudades futuro y, por tanto, también a las sociedades del futuro.

Archifutures es editado por &beyond y publicado por dpr-barcelona, y presentado en español en colaboración con Arquine.

El cargo Occupy Facebook! apareció primero en Arquine.

]]>
La falibilidad de la memoria https://arquine.com/la-falibilidad-de-la-memoria/ Wed, 27 May 2020 02:52:25 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/la-falibilidad-de-la-memoria/ La falibilidad de la información o la falta de ella ha afectado nuestra capacidad de reflexionar, clasificar, olvidar y, en última instancia, pensar libremente. Hemos sido moldeados y desgastados gradualmente, y un número alarmante de personas hoy en día muestran síntomas que se parecen a los de las víctimas de trauma.

El cargo La falibilidad de la memoria apareció primero en Arquine.

]]>
en colaboración con

revista académica publicada por SCI_Arc

Investigaciones sugieren que las experiencias con un alto grado de impacto emocional tienen una mayor probabilidad de ser codificadas en nuestros recuerdos a largo plazo. Los recuerdos que exceden drásticamente el umbral de lo que nuestro marco de referencia registra como un evento normal a menudo permanecen con nosotros durante toda nuestra vida. Estos mecanismos en nuestro cerebro presentan una poderosa puerta de entrada para la manipulación emocional y han sido explotados por gobiernos y corporaciones desde los primeros días de la propaganda y la publicidad.

Con el surgimiento de Internet, una explosión de dispositivos conectados y los recientes desarrollos en tecnologías de extracción de datos, la capacidad de los gobiernos y las corporaciones para recopilar, analizar y usar información personal se ha convertido en un armamento a una escala sin precedentes. Con el uso de la inteligencia artificial, están recortando grandes conjuntos de datos de información marcada con tiempo, geográficamente, etiquetada —desfamiliarizándola, remezclándola, empacándola otra vez y proyectándola de nuevo en forma de anuncios personalizados y fragmentos de información. Al hacerlo, tomaron el control de nuestros hábitos de compra individuales y utilizaron su poder no regulado para dar forma a nuestras creencias y estados emocionales que constituyen nuestra vida política y emocional, tanto en línea como fuera de ella.

Estos objetivos a corto plazo tienen efectos a largo plazo. Nuestros cerebros se muestran incapaces de hacer frente al bombardeo repetitivo de información emotiva, lo que ha causado inestabilidades emocionales y una sensación de desapego tanto de nosotros mismos como de los demás. Resulta cínico que la investigación de inteligencia artificial se haya dirigido hacia la capacidad de olvidar como una solución para aumentar la eficiencia de sus sistemas, sólo para apuntar y perjudicar esa capacidad en nosotros. A menudo es difícil de absorber la información que ilustra problemas complejos, requiere tiempo para comprender y no puede competir con la información que desencadena nuestras sinapsis a alta frecuencia e intensidad. La falibilidad de la información o la falta de ella ha afectado nuestra capacidad de reflexionar, clasificar, olvidar y, en última instancia, pensar libremente. Hemos sido moldeados y desgastados gradualmente, y un número alarmante de personas hoy en día muestran síntomas que se parecen a los de las víctimas de trauma.


Curime Batliner es un artista y educador que trabaja en la convergencia de la arquitectura, la animación 3D, el diseño de interfaces y la robótica, tratando de capturar en parte las relaciones cambiantes entre lo humano y lo artificial en la creación de la cultura. En el contexto de la globalización y el cambio climático, siente curiosidad por las posibles nuevas relaciones y protocolos entre la automatización, el espacio y la naturaleza.

La práctica de Batliner entrelaza la enseñanza y la investigación, así como los proyectos comerciales y culturales. Enseña en SCI-Arq, donde también coordina el laboratorio de robótica. Ha trabajado con Oblong Industries, TWBA, Falkeis Architects, Greg Lynn y Creative Artist Agency. Sus obras de arte han sido expuestas en Design Miami, Museo Nacional de Arte México, Museo A + D y Mextrópoli.


Publicado en colaboración con Offramp, revista académica de SCI_Arc.

El cargo La falibilidad de la memoria apareció primero en Arquine.

]]>
Vidas en línea https://arquine.com/nuestras-vidas-en-linea/ Mon, 23 Mar 2020 08:00:53 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/nuestras-vidas-en-linea/ Cuando el coronavirus finalmente sea erradicado probablemente será recordado por su alto nivel de contagio así como por los estragos económicos que haya dejado a su paso por el mundo, pero seguramente también pasará a la historia como el momento de la consolidación de las redes sociales como un fenómeno de transformación social. 

El cargo Vidas en línea apareció primero en Arquine.

]]>

Del Coronavirus sabemos que es mas peligroso por su nivel de contagio que por su tasa de mortalidad, y que lo mejor que podemos hacer es aplanar la famosa curva de infectados y evitar el colapso del sistema sanitario, de manera que se puedan tratar poco a poco a todos los contagiados. Ante este panorama una de las principales recomendaciones a nivel mundial ha sido el distanciamiento social. 

Durante las últimas semanas, diversos países del mundo han tomado medidas que van desde el cierre de fronteras hasta el aislamiento obligatorio, en un intento por mitigar la propagación de SARS-Cov-2. La lucha contra el virus tiene ahora un doble propósito: por un lado limitar el número de personas contagiadas al quedarnos en casa y, por otro, combatir los efectos que supone el confinamiento para el ser humano.

Mientras los científicos se apresuran en entender cómo funciona el coronavirus, varios investigadores han entendido, desde hace mucho tiempo ya, el alto costo que supone el aislamiento social y la soledad en la salud del ser humano.

Connecting people around the world is the most important thing”, había dicho el fundador de Facebook, Marc Zuckerberg, y otros empresarios que han venido incursionando en el mercado de la tecnología, las aplicaciones y las redes sociales. Pero es posible que hasta el 2020 no hubiéramos vivido una necesidad tan grande de conectar a la gente alrededor del mundo y una oportunidad igualmente grande para transformar la sociedad.

Estudiar, trabajar, ir al museo o a un concierto, compartir con tus amigos, familiares o vecinos, ir de compras, de copas, ejercitarse, meditar, son actividades cotidianas que algunos dábamos por sentadas y que de momento no suceden en escuelas, museos, anfiteatros, plazas comerciales, discotecas, gimnasios o capillas, sino que han sido teletransportadas al mundo virtual, donde estaremos a salvo de ser contagiados.

Son tantas las personas que se han mudado al mundo virtual durante la pandemia del coronavirus, que cabe preguntarse si el internet, como hoy lo conocemos, será capaz de sustentar el mas grande cambio en el comportamiento de masas que naciones como Estados Unidos haya experimentado hasta hoy.[1]

Mientras tanto, Zoom, Microsoft y Google tratan de arreglárselas para acomodar la creciente demanda de usuarios que ahora hacen homeoffice, teletrabajo o trabajo remoto facilitando al mismo tiempo su software de manera gratuita. En China, Microsoft’s Team, ha tenido, de acuerdo a uno de sus portavoces, un aumento del 500% en reuniones, llamadas y videoconferencias desde finales de enero. Zoom ha aumentado el tiempo limite de sus videollamadas en su version gratuita porque “realmente quieren hacer lo correcto, y la oportunidad de tener a mas personas expuestas a Zoom puede traer beneficios en el futuro”.[2] La popularidad de crecimiento de estas aplicaciones es incluso evidente en la data de descargas, que cerró esta semana con Zoom como la app más descargada en Estados Unidos, y Hangouts Meet de Google y Slack en número diez y once respectivamente.

Otros que sufren de sobrepoblación virtual son las aplicaciones de delivery de víveres, alimentos y productos de higiene. Las plataformas de compra en línea de Walmart, Target y Amazon, que en Estados Unidos incluye Amazon Fresh y Wholefoods, han alcanzado nuevos records de descargas diarias y demanda durante la crisis sanitaria. Algunas de estas aplicaciones promueven el método de repartición sin contacto, medida también popular entre las aplicaciones de entrega de comida preparada, como Rappi o Uber Eats en Latinoamérica. 

Para combatir la soledad, FaceTime, Skype, o una videollamada de WhatsApp con tus seres queridos hará las veces. Pasar tiempo “juntos” por videollamada difícilmente será tan satisfactorio como estar verdaderamente juntos, pero es más seguro y mejor que nada. Los franceses, por ejemplo, han llevado la socialización virtual a otro nivel con sus Skypéro o Coronapéro, el arte de ir de fiesta quedándote en casa. Tal como sucede en las fiestas de la vida real, entre personas que se conocen bien y un par de desconocidos hacen una videollamada por Skype, Zoom o Messenger, un verre à la main. En España, Portugal e Italia el app HouseParty se ha convertido en la aplicación más descargada para iOS y la quinta en Andorid. Esta aplicación ofrece el mismo servicio —chat, videollamadas— que otras pero con un plus de minijuegos para compartir con los usuarios en tiempo real. Para un mood de Quarantine and chill, Google Chrome propone una extensión llamada Netflix Party que permite a los usuarios de Netflix ver películas en grupo y comentarlas en tiempo real.

Nadie quiere estar solo y sin embargo estamos todos confinados en nuestras casas. Tanto tememos a la soledad que se han registrado creaciones de grupos de Facebook entre vecinos en comunidades francesas donde típicamente se ignoraban unos a otros.[3] En España celebran los cumpleaños de sus vecinos cantando desde los balcones. A las 20:00 sin falta ciudades enteras se congregan desde sus balcones para aplaudir todos juntos como muestra de agradecimiento a los integrantes del sistema sanitario que se exponen cada día para salvar vidas. En Italia Andrea Bocelli ofrece un concierto gratuito vía streaming por sus redes sociales para “acompañar y entretener” bajo la consigna #IoRestoACasa. Artistas como Chris Martin, Neil Young, Keith Urban, Pink, y Ben Gibbard de Death Cab for Cutie y the Postal Service se han unido a una serie de conciertos Together at Home a través de sus redes sociales, para no perder el contacto con sus fans en cuarentena. Museos como el Metropolitan Museum of Art, el Musée d’Orsay, el Museum of Modern Art (MoMA), la National Gallery en Washington, D.C., el Tate y al Art Institute of Chicago han hecho disponibles sus galerías online para que puedan visitarse desde cualquier parte del mundo.[4] Así mismo, el último acto en vivo de la orquesta en la Sinfónica de Vancouver,el 15 de marzo, se transmitió en vivo y sigue disponible online. La Filarmónica de Berlín, la Royal Opera House en Londres, la Metropolitan Opera en Nueva York e incluso algunos shows de Broadway se han unido a esta iniciativa de democratización de contenido cultural. 

Desde casa y través de las redes sociales cada quien comparte sus conocimientos de panadería, acuarelas, idiomas, fitness, meditación, mindfulness en un intento por mantener la salud mental en tiempos de aislamiento, y por ser mejores el día de mañana. Cuando el coronavirus finalmente sea erradicado probablemente será recordado por su alto nivel de contagio así como por los estragos económicos que haya dejado a su paso por el mundo, pero seguramente también pasará a la historia como el momento de la consolidación de las redes sociales como un fenómeno de transformación social.

¿Se adaptarán nuestras ciudades a estos cambios en el futuro inmediato?


Notas

1.Davey Alba y Cecilia Kang. “So We’re Working From Home. Can the Internet Handle It?”. New York Times (2020), https://www.nytimes.com/2020/03/16/technology/coronavirus-working-from-home-internet.html

2. Rani Molla “Microsoft, Google, and Zoom are trying to keep up with demand for their now free work-from-home software”. Vox, (2020), https://www.vox.com/recode/2020/3/11/21173449/microsoft-google-zoom-slack-increased-demand-free-work-from-home-software

3. Michelle Gilbert, Directora de Comunicaciones de Facebook para el sur de Europa.

4. Visita la sección de Arte y Cultura de Google para una guía fácil de todos los museos https://artsandculture.google.com/partner

El cargo Vidas en línea apareció primero en Arquine.

]]>
La arquitectura como discurso. Conversación con Nick Axel https://arquine.com/la-arquitectura-como-discurso-conversacion-con-nick-axel/ Thu, 24 Aug 2017 13:00:17 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/la-arquitectura-como-discurso-conversacion-con-nick-axel/ La creación de contenidos referentes a la arquitectura implica la construcción de diversos frentes que, finalmente, terminan formando una línea editorial cohesionada. En el panorama global, ¿cuáles son las acciones concretas que los medios especializados en arquitectura han tomado?, ¿cuál es la imagen que se ha comunicado respecto a esta disciplina?

El cargo La arquitectura como discurso. Conversación con Nick Axel apareció primero en Arquine.

]]>
 

La creación de contenidos referentes a la arquitectura implica la construcción de diversos frentes que, finalmente, terminan formando una línea editorial cohesionada. En el panorama global, ¿cuáles son las acciones concretas que los medios especializados en arquitectura han tomado?, ¿cuál es la imagen que se ha comunicado respecto a esta disciplina?

Nick Axel, uno de los editores de la plataforma e-flux architecture, comenta la postura que ha articulado este medio. “A grandes rasgos, e-flux architecture es una rama de e-flux, un medio que ha existido desde 1999, un medio que siempre ha producido proyectos artísticos con Anton Vidokle y Julieta Aranda, quien se unió unos años después. En 2008 iniciaron un diario, una publicación que rápidamente se convirtió en una de las voces con mayor calidad y rigor crítico que activamente difuminó los límites entre la teoría del arte, la filosofía y el pensamiento crítico”, menciona Axel sobre los orígenes de e-flux architecture. “Yo no estuve involucrado en la fundación, yo fui contratado el día en que fue fundado. Pero la decisión fue que se formara una plataforma, una infraestructura que mantuviera el mismo ethos de pensamiento crítico y extenderlo al campo de la arquitectura. Creo que eso sucedió por varias razones. Según mi interpretación, desde el inicio de los noventa surgió una suerte de, digamos, no una variación sino una desviación de la arquitectura como práctica meramente espacial, que pudo verse a través de los trabajos de Beatriz Colomina y, más recientemente, Eyal Weizman, quienes entendieron el espacio y la arquitectura como un lado en el cual la política y las normas sociales se construyen. Ha existido un campo emergente que ha sido cultivado en otros lugares, en otras publicaciones, en otros formatos. Nosotros hemos intentado capitalizar esto, o no capitalizarlo, sino más bien traer a este campo emergente la infraestructura de un medio y exponer esta forma de pensar a un público nuevo. El público de e-flux architecture es el de e-flux, o sea, artistas, curadores, galeristas, profesionales institucionales, críticos, filósofos, etcétera”.

Una de las características de e-flux architecture es la cantidad de lectores que albergan, lograda a través de dos plataformas: los anuncios y los textos críticos. “El núcleo de las operaciones en e-flux es la distribución de contenidos. Tenemos anuncios diarios sobre eventos, exposiciones, simposios que suceden alrededor del mundo. En los pasados 20 años, nuestra lista de suscriptores ha crecido fijamente hasta llegar a cien mil personas. Puedes leer el diario y no suscribirte al newsletter, pero la base es esta plataforma noticiosa en la que los anuncios reúnen lo que está ocurriendo. Construyes una audiencia global, en la que las personas pueden formar parte de una discusión mucho más amplia”. Los proyectos editoriales, entre los que se pueden citar Superhumanity o Artificial Labor, y bajo los que publican los textos más largos, están formados entre e-flux architecture como medio e instituciones de diversa índole. “Los proyectos editoriales son colaborativos. Esto tiene que ver con la línea editorial, que se trabaja en forma colaborativa. Cuando nos unimos con instituciones, sí, es para fondear los contenidos, pero también para nosotros es una oportunidad para tener una retroalimentación con sus propias actividades, esfuerzos, proyectos, exhibiciones, simposios, etcétera. Nosotros podemos ofrecer algo a las instituciones, y también podemos obtener algo, como oportunidades para experimentar con ideas críticas, conocer autores nuevos o traer autores que ya queríamos”. También, Nick Axel ahondó en los procesos editoriales de e-flux architecture: “No coescribimos todo. Lo que ocurre es que alguien toma la iniciativa. Si un compañero con el que estemos trabajando ya tiene un borrador de la editorial, nos lo manda a todos, lo trabajamos y llegamos a un consenso. La autoría no es necesaria. Creo que todo rol editorial necesita un sello de aprobación, algo que diga ‘estoy dispuesto a poner mi nombre en esto, estoy dispuesto a asumir esta posición como la mía’. Hay ocasiones en que no todos los autores que están enlistados en la editorial han escrito, ni siquiera, un sexto de las palabras. Claro que existe un proceso colaborativo, pero eso no implica que todos hagan lo mismo. En términos de coedición (selección de autores, desarrollo de temas) por lo general se desarrolla en paralelo con la gente que nos presenta ideas y con nosotros, que trabajamos en esas ideas hasta que conseguimos algo más cohesionado. Lo mismo pasa con la lista de colaboradores. Digamos que hay dos instituciones involucradas: ellos invitan a la mitad de los colaboradores, nosotros invitamos a la otra mitad. Pero, a menudo, esto es un vaivén. No es que, de una lista de 12 colaboradores, nosotros hayamos propuesto a 6 y la institución invitada haya propuesto 6. Más bien, entre ambas partes rebajaríamos una lista de 30 colaboradores hasta llegar a 6 propuestas por cada quien”.

¿Cómo se inscribe e-flux architecture en las prácticas comunes de los medios de arquitectura, a menudo centradas en la publicación de imagen? “El Internet ciertamente ayudó a esta circunstancia. Previamente, en los medios impresos y durante los 90, cuando una revista quería hablar de un edificio, comisionaba a su propio fotógrafo. Pienso en la revista Archis, predecesora de Volume (mis previos empleadores), donde se tiene esta reseña sobre un edificio en Ámsterdam, una de las construcciones tempranas de Koolhaas, que está muy cerca del parque central de Ámsterdam. Para ser honestos, no es un edificio muy bueno. Y creo que él mismo lo desconoce. Las fotografías que salieron por el fotógrafo de Archis, le dieron una interpretación muy distinta al edificio. Ni siquiera muestran tanto el edificio, más bien se enfocan en los entornos. Creo que hay algo que decir sobre la posición de la fotografía arquitectónica. La fotografía no está tomada como si fuera escritura, no implica un compromiso formal con el edificio, está tomada más bien para los portafolios. La fotografía no está tomada de tal manera que interactúe con el edificio o haga un comentario al respecto”. Sobre los medios que actualmente se consideran los líderes de la comunicación de arquitectura, Axel reflexiona: “También tengo que decir que muchas de las fotos que vemos en sitios como ArchDaily o Dezeen vienen acompañadas de mucho texto, y creo que es importante reconocer eso. Sitios como ArchDaily en verdad han estado trabajando muy duro en mejorar la calidad del texto. Tuvieron, en sus inicios, demasiada basura, sólo porque buscaban publicar comunicados de prensa hechos por los mismos arquitectos. Pero creo que hay un esfuerzo de varios sitios para mejorar la calidad del texto, para moverse más allá de publicar lo que todos estén diciendo y presentar contenidos a través de una voz editorial, aunque también es importante saber que tampoco les interesa posicionarse ante cualquier edificio del que estén hablando. No existe una posición crítica. Esto tiene que ver con una suerte de invisibilidad de una agenda editorial en plataformas como ArchDaily. En relación con esto, e-flux es exactamente lo contrario. Primero que nada, no publicamos reseñas de edificios. Todo lo que hacemos es publicar el comunicado que el arquitecto entrega, y publicamos una sola fotografía. Hacemos esto por varias razones. Una es que notamos una inexperiencia en la profesión arquitectónica y en la manera en que habla de sí misma. Es algo general que en e-flux editamos mínimamente los textos que nos mandan, a lo más les hacemos corrección de estilo. No los juzgamos, creemos que es importante mostrarle a nuestra audiencia cómo estas instituciones o profesionales piensan sobre sí mismos, cómo se autorrepresentan. Por eso es que planteamos que se debe publicar sólo una fotografía, ya que representa un reto para los arquitectos. En el lanzamiento de la nueva filarmónica de Herzog y de Meuron en Hamburgo, creo que ArchDaily publicó cerca de 200 fotografías. Estas exuberancias provocan una decadencia en la imagen arquitectónica: se vuelve un espectáculo en el sentido más tradicional de Guy Debord, donde la imagen se vuelve capitalismo, planteamiento que básicamente define lo que es actualmente la fotografía arquitectónica. Para nosotros, solicitar al arquitecto que nos entregue una sola imagen es un reto, y los hace pensar un poco más sobre lo que, de hecho, sí es importante en sus edificios. O bien, nos mandan varias imágenes y de todas formas nosotros sólo escogemos una”.

 

Si bien, publicar fotografías es el patrón común, existe una tendencia cada vez más constante en publicar contenidos mucho más rigurosos : “Esta es una cuestión que e-flux architecture intenta definir. Nosotros siempre hemos concebido a e-flux architecture como un experimento cuyos calibres y sensores, que ya se han puesto en un campo, ahora se prueban en otro. Nunca sabemos qué va a ocurrir. Creo que el mercado del conocimiento en la arquitectura tiene dos formas de entenderse: una es el surgimiento de los think tanks. Uno fue, por ejemplo, el de Hawkins Brown, que se posicionan a sí mismos como los líderes del conocimiento en arquitectura. Por otro lado, hay un mercado no monetario en el que cosas como el capital y la reputación son comercializados, y ni siquiera entre lectores. La cantidad de simposios, la cantidad de presentaciones, de conferencias, de exhibiciones, la cantidad de discusiones críticas… Particularmente, si las miras a través de Michel Foucault y de su Arqueología del saber, donde se define qué implica crear un discurso, podemos encontrar que esta clase de intercambios definen la constitución de la arquitectura como un discurso, como una disciplina. Aunque este frente se encuentra más en la academia, si es que queremos dividir academia y práctica. Este es un mercado donde prevalece la economía de las ideas, y por el que muchas vidas dependen. Mucha gente obtiene trabajos por los buenos ensayos que escriben. Si muestras que eres un experto en el campo, o que aportas unas interpretación inusitada en un tema, eso te conseguirá un empleo en una plaza docente, por ejemplo. Creo que nosotros estamos intentando, más que profesionalizarla, formalizar esa economía de las ideas, ya que suele operar a puertas cerradas, detrás de la Torre de marfil de la academia. Encontramos que existe un interés de las instituciones por promover estas discusiones a través de la publicación, de difundirlo más allá de su propio contexto”.

Se suele pensar que la revista impresa funciona como una caja de resonancia de su época, pero, ¿cómo funciona el factor de la temporalidad en los medios digitales, que operan en un presente permanente? “Nos suelen preguntar cuánto tiempo durarán las publicaciones y la respuesta es que hasta que el internet se extinga. Creemos que e-flux está creando un archivo. Creemos que tenemos un deber con nuestros lectores de mantenerlos actualizados sobre lo que está ocurriendo, de si el nuevo premio Pritzker tendrá una exposición, de si un nuevo libro es publicado. Aunque también entendemos que esta acumulación noticiosa cumple funciones archivísticas. Nosotros entendemos qué son estos comunicados de prensa y qué implica publicarlos. Pensemos sólo en nuestra sección de anuncios: la vemos a través de su función y de su valor histórico. Si alguien quiere encontrar la información de alguna muestra que esté ocurriendo, e-flux es el sitio que puedes visitar. Es un repositorio de información y de conocimiento”.

El cargo La arquitectura como discurso. Conversación con Nick Axel apareció primero en Arquine.

]]>