Resultados de búsqueda para la etiqueta [Incendio ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 08 Jul 2022 19:26:14 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.3 Mercado La Libertad, Guadalajara https://arquine.com/mercado-la-libertad-guadalajara/ Thu, 31 Mar 2022 17:22:55 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/mercado-la-libertad-guadalajara/ Varios medios de noticias informaron que, poco después de las 3 de la mañana, se inició un incendio en el mercado San Juan de Dios o Libertad, en la ciudad de Guadalajara y que para las 6 de la mañana ya había sido controlado. El mercado Libertad, considerado el mercado techado más grande de América Latina, fue inaugurado en diciembre de 1958 y es un diseño de Alejandro Zohn.

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Varios medios de noticias informaron que, poco después de las 3 de la mañana, se inició un incendio en el mercado San Juan de Dios o Libertad, en la ciudad de Guadalajara y que para las 6 de la mañana ya había sido controlado. El mercado Libertad, considerado el mercado techado más grande de América Latina, fue inaugurado en diciembre de 1958 y fue diseñado por Alejandro Zohn.

Zohn nació en Viena el 8 de agosto de 1930. Su familia llegó a México en 1939, huyendo de la persecución nazi, estableciéndose en Tlaquepaque, Jalisco. Zohn entró a estudiar ingeniería pero al poco tiempo se cambió a arquitectura, donde tuvo como maestro, entre otros, a Mathias Goeritz. El Mercado Libertad fue su primer proyecto, realizado incluso antes de recibirse como arquitecto.

En el número 61 de la revista Arquitectura México, publicado en marzo de 1958 y dedicado a la ciudad de Guadalajara, se publicó un artículo firmado por Zohn, “El nuevo mercado Libertad (en construcción),” en el que afirmaba que esa obra resolvía “uno de los problemas urbano-sociales más importantes y urgentes de Guadalajara.” En el número 84 de la misma revista, publicado en 1963 y dedicado a los mercados, volverá a aparecer el proyecto del Mercado Libertad.

 

 

 

 

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Notre Dame de París en llamas https://arquine.com/notre-dame-de-paris-en-llamas/ Thu, 09 May 2019 13:00:58 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/notre-dame-de-paris-en-llamas/ La ubicuidad de las imágenes de la catedral ardiendo y la manera instantánea en que la noticia se esparció, constituyeron en conjunto un asalto a los sentidos y a nuestras ideas de racionalidad.

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El pensamiento arquitectónico de Georges Bataille

y la banalización de la arquitectura histórica

 

El 15 de abril de 2019, alrededor de las 18:20 horas tiempo de Francia, se desató un incendio en alguna parte de la techumbre de la Catedral de Notre Dame de París. De manera instantánea, las pantallas de televisiones, computadoras y celulares difundieron en vivo las imágenes del emblemático edificio gótico envuelto en llamas. A lo largo de doce horas, el incendio consumió la estructura de su techumbre, compuesta de vigas y largueros de roble, revestimiento de tejas de plomo, partes de sus bóvedas de mampostería y provocó también el colapso de su emblemática flecha o aguja central, “la flèche”, diseñada por Viollet-le-Duc, la cual pudimos ver colapsarse una y otra vez en streaming. Durante el incendio y las horas subsecuentes, se produjeron una infinidad de mensajes en redes sociales que anunciaban —de manera anticipada y fatalista— la total destrucción del inmueble, así como todo un catálogo de expresiones de asombro, dolor, sorpresa, así como también de desprecio o desdén por la que resultó a final de cuentas ser una destrucción parcial del inmueble que a todas luces confirmó —a través de su incendio— su relevancia en términos simbólicos, históricos e incluso económicos para París, para Francia y para occidente. 

Gran parte del desconcierto se localizó en la insólita realización de que la catedral medieval, protagonista y testigo de la historia de Francia y su capital, pudiera ser la víctima de un vulgar incendio que, sorprendentemente, no pudo ser evitado ni controlado fácilmente. Si bien surgieron inmediatamente reflexiones en torno a cómo restaurar la catedral de París y de su importancia en la historia y cultura francesa y europea, en este breve texto interrogo las repercusiones que tiene el incendio de la catedral de París en la concepción de la arquitectura como fenómeno cultural, del simbolismo de la catedral gótica, y de las lecturas del incendio como hecho histórico —a la sombra de algunas ideas del escritor Georges Bataille acerca de la arquitectura, el medioevo europeo y el significado de la historia.

 

El fuego y la catedral gótica

La ubicuidad de las imágenes de la catedral ardiendo y la manera instantánea en que la noticia se esparció, constituyeron en conjunto un asalto a los sentidos y a nuestras ideas de racionalidad. No es de extrañarse, y es que en este sentido y para ahondar aunque sea un poco en la fenomenología de los incendios, se requiere considerar al fuego como uno de los elementos primordiales que continúan alimentando la imaginación humana, junto con el aire, el agua y el aire —aún después de haber superado esa idea de los cuatro elementos primigenios como base de la concepción fisiológica del universo. En efecto, a pesar de tener hoy en día un sofisticado panorama científico del mundo, el fuego, innegablemente, sigue ocupando un lugar muy importante en la imaginación humana, a tal punto que continúa siendo un elemento tan añorado, como también es temido, admirado y deseado. En el caso del incendio de Notre-Dame de París y como catedral gótica, una de sus características más representativas, su verticalidad, fue la primera cualidad que se vio comprometida al colapsarse su flecha. A este respecto, como escribió Gaston Bachelard, “el fuego es el perpetuo antagonista de la gravedad, lejos de estar sujeto a ella.”(1)

El fuego, indudablemente, tiene la capacidad de alterar nuestro entorno de manera instantánea y de forma contundente. Citando de nuevo a Bachelard, “el fuego es entonces un fenómeno privilegiado: si todo lo que cambia lentamente puede ser explicado por la vida, todo lo que cambia rápidamente se explica por el fuego. [El fuego] brilla en el Paraíso. Arde en el Infierno. Es gentileza y es tortura.”(2)

 

Georges Bataille y la arquitectura
Y a propósito de incendios de catedrales góticas, el escritor Georges Bataille (1897-1962), conocido surrealista rejego, libertino excelso y erotómano consumado, escribió unos cien años antes del incendio de Notre Dame de París, un texto cuando estudiaba en el seminario de Saint-Fleur, en Reims cuando tendría unos 20 o 21 años. Se trata de un poema a verso libre en el cual lamentaba la destrucción de la catedral de esa ciudad, Notre Dame de Reims, debido a un incendio que comenzó a raíz de un ataque alemán a la ciudad durante la primera guerra mundial:

No existe agitación y confusión más dolorosa que cuando arde una ciudad. Por tanto, todos aquellos que vieron arder a la catedral, se sintieron tan sopesados de angustia que la visión que contemplaron fue aquella de una herida que dejó una cicatriz al mundo entero, desesperadamente rasgando todo lo que constituía nuestras vidas y nuestra felicidad. […]

Pero hay una luz más fuerte que la muerte: Francia. […] Desmantelada, vacía, desfigurada, la catedral sigue siendo parte de Francia. La desesperanza no se refleja en sus ruinas y el único sufrimiento está en la agonizante espera del Te Deum, el cual exaltaría una gloriosa liberación y renovación.(3)

Bataille escribe este texto durante un periodo de intenso fervor católico —y nacionalista— en el cual se imagina a sí mismo como sacerdote, sólo para declarar años después que habría perdido la fe y el interés por la vocación sacerdotal.(4) Pero a pesar del alejamiento de Bataille de la fe católica, la sombra del medievalismo y las interrogantes acerca de la naturaleza de la religión, la fe y la sacralidad —y cómo transgredir todas y cada una de estas categorías— van a formar parte medular de sus escritos. Según Michael Richardson, el libertinaje de Bataille no fue producto de un deseo por buscar la corrupción total de su ser, más bien, Bataille se propuso sumergirse en el libertinaje para medir las fuerzas de la transgresión, de la paradoja y del inconsciente, todos ellos temas por los cuales es recordado hoy en día.(5)

Además del medievalismo europeo, la arquitectura continuará siendo también importante marco referencial para Bataille. Su escrito de juventud sobre el incendio de la catedral de Reims deberá ser contemplado tan sólo como un evento inaugural que marcará el interés de Bataille sobre estos temas, y es que, como argumenta Denis Hollier, el medioevo europeo contiene un juego de referencias contrastantes y de significaciones profundas difíciles de rivalizar. Este periodo histórico, afirma Hollier, es la era de la victoria inobjetable del cristianismo, pero también de guerras, cruzadas, y ortodoxia religiosa; la luminosidad de la catedral medieval, dice el autor francés, convive lado a lado con los “crímenes más sorprendentes.”(6) Y en lo que concierne a las catedrales góticas en específico, Hollier afirma que aquellas contienen el potencial de ser metáforas de un sistema histórico total como ningún otro objeto arquitectónico nunca antes ni después. “La arquitectura en sí misma”, escribe Hollier, “tal vez nunca ha satisfecho su potencial metafórico a tal grado” como lo ha hecho con la catedral gótica.(7) Específicamente, a lo que se refiere Hollier es lo que Erwin Panofsky alguna vez afirmó en su obra La arquitectura gótica y la escolástica (1953), en la cual Panofsky apuntó: “En su imaginería, la catedral del gótico clásico buscó personificar la totalidad del conocimiento cristiano, teológico, moral, natural e histórico.”(8) Panofsky, para ponerlo de otra forma, equipara en ese ensayo a la catedral gótica del siglo XIII con la Summa theologica de Tomás de Aquino, pináculo de la escolástica medieval, suma total de un sistema de conocimiento -aquella del universo cristiano del siglo XIII europeo. Existía, según Panofsky, un cierto arreglo que seguía un sistema de partes de partes de partes análogas, tanto en la escritura escolástica como en la estructura de una catedral gótica. El resultado era un sistema de “niveles lógicos”, que se daban analógicamente tanto en la catedral gótica como en un tratado teológico.(9)

Regresando a Bataille y su relación con la arquitectura, hay que mencionar otro escrito suyo, corto pero revelador, que escribió cuando era editor de la famosa revista DOCUMENTS, caracterizado por su abierta rebelión contra el movimiento surrealista ortodoxo liderado por André Breton. DOCUMENTS era una revista dedicada a discusiones eruditas pero disidentes sobre el arte y la cultura artística en general en la Francia de la década de los 1920s y 1930s. Se encontraban en él artículos dedicados tanto al jazz como al arte chino, tanto al trabajo de Dalí, Picasso o Klee, como a manuscritos medievales iluminados o numismática griega, otorgándoles lecturas renovadas por parte de Bataille y un círculo de colaboradores entre los que se encontraban el mismo Erwin Panofsky, André Malraux, Michel Leiris y otros.(10) En el segundo número de DOCUMENTS, de mayo de 1929, Bataille inaugura un “Diccionario Crítico”, cuyo propósito no iba a ser el de proveer los significados de las palabras, sino más bien de las tareas de las palabras.(11) La primera entrada en este diccionario surrealista era el de “Arquitectura”. En esa definición aparecen ciertas ideas cruciales para interpretar el pensamiento de Bataille con respecto a la arquitectura, a poco más de diez años de haber escrito su texto sobre el incendio de la catedral de Reims:

La arquitectura es la expresión del alma misma de las sociedades […] De hecho, los grandes monumentos son erigidos como diques, oponiendo la lógica y majestuosidad de la autoridad contra todo elemento que la perturbe: es en la forma de una catedral o un palacio que la Iglesia o el Estado les habla a las multitudes y les impone silencio. […] Es obvio, por tanto, que la organización matemática impuesta en piedra no es otra cosa que el logro de una evolución de las formas terrestres, cuyo significado está dado, en el orden biológico, por el paso de lo simiesco a la forma humana, esta última ya presentando todos los elementos de la arquitectura. […] Así pues, el orden humano desde el origen, está sólidamente ligado con el orden arquitectónico, el cual no es más que su desarrollo.  […] De esta forma, por extraño que parezca tratándose de un ser tan elegante como el ser humano, se abre un camino -indicado por los pintores- hacia la monstruosidad bestial; como si no hubiera otra posibilidad de escapar la esclavitud arquitectónica.(12)

En este texto, que pudiera leerse de entrada como un tanto obscuro, se encuentra según Hollier, toda una explicación sobre el devenir histórico del ser humano, en la cual Bataille utiliza, a la usanza de la escolástica medieval, la analogía o metáfora (similitudo en Latín) para explicar un concepto. En este caso la arquitectura actúa como metáfora de la historia. De entrada, Bataille considera a la historia como la narrativa máxima que envuelve todo fin del quehacer humano y que establece su fin último una vez que el ser humano se haya apropiado o controlado del mundo en su totalidad. “La terminación de la historia por el hombre, la terminación del hombre por la historia”, como lo explica Hollier.(13) Junto a esta versión moderna de la historia, Bataille propone la subversión, la transgresión de la historia (“de la matemática impuesta en piedra”), a través de roturas en el continuo histórico unidireccional y apunta hacia el arte moderno para tratar de explicar cómo se dan estas roturas. En la pintura moderna, el quiebre de las cánones clásicos, controlados estos por la arquitectura y la arquitectura a su vez hecha a imagen y semejanza del cuerpo humano (“el orden humano desde el origen está sólidamente ligado con el orden arquitectónico”), se rompen en el momento en que el arte no obedece más a estos cánones. “La monstruosidad bestial” se refiere a la deformación del paradigma del arte como espejo del ser humano y sus ideales de proporcionalidad, balance, simetría, etc., y en su lugar abriendo ese camino que menciona Bataille, el cual, por definición, no tuvo un trazado claro ni un desenlace que haya sido capaz de ser previsto.

El texto de juventud de Bataille sobre el incendio de la catedral de Reims y su entrada en el diccionario crítico se aprecian extremadamente alejados uno del otro. El uno empapado de fervor católico y nacionalista, el otro empapado de fervor transgresor y deconstructivista, pero ambos operan con la arquitectura en el medio, utilizándola como analogía de las estructuras sociales, políticas y religiosas, ambos haciendo uso de la arquitectura como summa del universo occidental. En el texto del diccionario, sin embargo, Bataille se propone, como en toda su obra posterior a su periodo religioso, anular ese texto de juventud, como apunta Hollier. En el texto de la catedral de Reims, la catedral es carne viva, luminosidad, el joyero de Cristo. En la definición de arquitectura del diccionario crítico la catedral es un esqueleto, es estructura osificada, es dogma que debe quebrarse.

Otro concepto de Bataille ligado a la arquitectura que vale la pena citar, es el del dépense o ‘gasto sacrificial’, cuya idea expuso en su obra “La part maudite” (1949). Este concepto, como veremos, fue ilustrado por Bataille también a través de la arquitectura. Bataille argumentaba que el gasto sacrificial se manifestaba en el gasto dedicado a las joyas, por ejemplo, o a rituales de duelo, a los juegos, espectáculos, las artes, la actividad sexual pervertida, el sacrificio de una víctima, o la construcción de una catedral. El concepto del consumo del sacrificio se puede definir como la idea de que en una sociedad de consumo existen diferentes órdenes o tipos de consumo. Está el consumo que busca satisfacer las necesidades básicas, el consumo que perpetúa el lugar del individuo dentro del marco del capitalismo, y un tercer tipo de consumo, el cual busca redimir o restaurar la categoría del mundo sagrado, la cual el ser humano ha perdido en su condición de modernidad.(14) Para ilustrar su concepto del consumo sacrificial, Bataille recurrió a los aztecas, una cultura que estaba diametralmente opuesta a la cultura moderna occidental, orientada esta última a las actividades ‘útiles’. La sociedad azteca, pensaba Bataille, era tan orientada al consumo como la nuestra, pero de diferentes maneras. Los aztecas “estaban tan interesados en sacrificar, como nosotros lo estamos en trabajar.”(15) La víctima sacrificial en el universo azteca, escribió Bataille, “era el valor excedente sacado de la masa de la riqueza utilitaria”, la cual sólo podía ser tomada para ser consumida sin recibir una ganancia física o material a cambio, para poder consagrar y perpetuar el universo religioso azteca.(16)

De igual forma, el concepto de gasto sacrificial se veía perfectamente ilustrado en la construcción de catedrales en el mundo medieval: “la posibilidad de las buenas acciones que satisficieran a Dios (la satisfacción en el mundo medieval no podía nominalmente ser la del hombre), generalmente determinaba el modo de consumo de los recursos disponibles.”(17) La urgencia de denunciar la pérdida del concepto de gasto sacrificial se tornaba urgente para Bataille dadas las consecuencias de la devaluación de dicho concepto en la modernidad. Una catedral gótica se erigía para explotar un tipo de consumo que radicaba en la expresión de sentimientos de intimidad. “Desde el inicio”, escribe Bataille, el propósito del edificio lo absuelve de la utilidad pública.”(18) “La intimidad”, continúa, “no se expresa a través de una cosa excepto bajo una condición; que sea el opuesto de un producto, de una mercancía -un consumo y un sacrificio.”(19) La preocupación de Bataille, a final de cuentas, era que en el marco de una sociedad capitalista en la que el concepto de gasto sacrificial cesaba de existir o se volvía absurda, el capitalismo se tornaba entonces en “una rendición sin reservas a las cosas, despreocupada de las consecuencias y sin ver nada más allá de ellas,” es decir, una sociedad capitalista eventualmente “reduce lo que es humano a la condición de una cosa (de una mercancía).”(20)

 

El incendio de Notre Dame de París y sus ramificaciones históricas 

El incendio de la catedral de París se presenta como una oportunidad para despolvar las ideas de Bataille relativas a la arquitectura como metáfora de la historia, y también para pensar nuestra relación con la historia a través de la arquitectura. Existen varios apuntes que deducir. Uno de ellos tiene que ver con el incendio como espectáculo mediático. Las escenas del inmueble envuelto en llamas, tanto en vivo durante el evento, como los cientos o miles de videos e imágenes que viven ya en la nube, nos presentan la oportunidad de ver, de re ver y de fetichizar el evento ad infinitum. Este evento, así como otros sucesos históricos recientes mediatizados, como el atentado a las Torres Gemelas, se inscriben en el repertorio de la producción de representaciones históricas que se producen en la esfera pública para consumo y fabricación de narrativas históricas alternativas y populares. 

En este sentido Bataille, considerado ya de por sí un post-estructuralista avant la lettre, en su definición de la arquitectura en el diccionario crítico anticipa la ruptura de la continuidad histórica como teleología, el ‘fin de la historia’ al fin y al cabo, en su acepción baudrillardesca. Estas rupturas históricas bien se pueden localizar en eventos como el incendio de Notre Dame, los cuales sirven para definir nuestros intereses por la lectura de la historia y del papel que en esta juega la arquitectura histórica. En este caso, el incendio de la catedral de París se vuelve relevante por verse centrado en la que es la catedral gótica por excelencia, suma epistemológica del sistema histórico de la cultura cristiana occidental, reificación de la cultura francesa y sus ideales, los mismos términos, finalmente, en los que Bataille se refiere a la catedral de Reims en su texto de juventud. El incendio de la catedral de París generó un alto nivel de ansiedad acerca de la posible pérdida de un símbolo de la cultura francesa y occidental. 

Pero para entender las repercusiones del incendio más a fondo habría que reflexionar el papel que la catedral juega en el presente como artefacto histórico y arquitectónico. Sin duda, la categoría cultural que Bataille definió como gasto sacrificial, la idea de que una catedral o iglesia fuera erigida desde la idea de gastar o sacrificar recursos disponibles “útiles” en aras de satisfacer sentimientos de intimidad espiritual, se antoja en el 2019 como una idea cada vez más difícil de reconciliar con nuestra condición tardo-capitalista. Más bien, hoy en día la catedral se aprecia como una mercancía que fue reclamada por la implacable sed del ‘turismo histórico’ y ‘cultural’, así como el de la industria de la memoria histórica. Notre Dame de París opera, al lado del resto de la ciudad histórica de París y otras ciudades europeas, como escenografías para el esparcimiento de las burguesías mundiales. En este sentido, su incendio provocó ansiedad no sólo por haber significado una pérdida de la continuidad del pasado material, que así fue, sino que para la gran mayoría significó un momento de ansiedad por tratarse de la pérdida de orientación a la que se refería Frederic Jameson como la “nostalgia por el presente”; ese sentimiento de ansiedad producido por la inhabilidad del presente para volverse una fuente de estabilidad, familiaridad y predictibilidad del presente y hacia el futuro.(21)

El incendio de Notre Dame de París, convertido por las tecnologías de la información en un hecho inescapable, se trató de un acto de sacrificio, pero no en el sentido que Bataille articuló hace 100 años en su texto de juventud, es decir, para Bataille el incendio de la catedral de Reims significó la oportunidad de reivindicar la identidad colectiva de una comunidad, con respecto a su fe y su identidad regional y nacional a través de su reconstrucción-restauración. El incendio de Notre Dame de París hay que interpretarlo de forma diferente, como un hecho no sólo francés sino global, el cual reivindicó la hegemonía de occidente. Tan sólo hay que recordar que mientras Notre Dame ardía, un incendio en la Mezquita de la Roca, en Jerusalén ocurrió al mismo tiempo, mereciendo, sin embargo, poca cobertura mediática.(22) El incendio de Notre Dame fue trágico por tratarse de la pérdida de una parte del patrimonio histórico-cultural de occidente, y ciertamente los medios no dudaron en interpretarlo bajo esa luz. Sin embargo, hay que reconocer cómo los hechos históricos populares como el incendio de Notre Dame tienen la capacidad de opacar otras acciones en la agenda político-social del momento. A nivel regional, por ejemplo, a pocas horas del incendio, las familias más ricas de Francia, los Arnault, los Bettencourt Meyer y los Pinault, juntos prometieron donar 500 millones de Euros para la reconstrucción-restauración de Notre Dame, causando malestar en el movimiento de los Chalecos Amarillos -el cual lleva meses protestando el declive de la calidad de vida de la clase media francesa- dado que la donación instantánea y millonaria nulificó el sufrimiento y la pobreza mundana, de por sí ya bastante relegada e ignorada por las clases burguesas.(23)

Por otro lado, la popularidad de símbolos arquitectónicos como la catedral de París y su presencia en las representaciones mediáticas-históricas en la esfera pública, dio lugar a propuestas arquitectónicas post-incendio preparadas al vapor por arquitectos como Foster and Partners, las cuales no dudaron en banalizar la catedral, ignorándola como artefacto histórico y como símbolo cultural de un país, así como tampoco dudaron en desdeñar totalmente las convenciones mundiales sobre la conservación y restauración de los inmuebles arquitectónicos históricos. Lejos de poder apreciar a la catedral de París como esa suma del conocimiento del pasado medieval o como vínculo con el pasado material del medioevo, la propuesta de Foster and Partners propuso una techumbre y una flecha de vidrio transparente, proponiendo a la vez una plataforma alrededor de la base de la aguja para crear un mirador.(24) Así, la mercantilización de la catedral gótica se torna cínica y su incendio se convierte en un acto que da paso a la banalidad y la instrumentalización de la arquitectura como atractivo turístico-comercial. 

Para respaldar esta lectura, habría también que recordar el comportamiento del Presidente de Francia, Emmanuel Macron, el cual insiste en que la restauración de Notre Dame se dará en un tiempo récord de cinco años, a pesar de que decenas de expertos en restauración de inmuebles históricos han asegurado que semejante pronóstico se antoja ya no difícil de cumplir sino irresponsable por querer acelerar procesos que normalmente tardarían una década por lo menos, de esta forma, Macron relega el patrimonio histórico de su país a su propia agenda política.(25)

En conclusión, hace unos 80 años Georges Bataille estuvo completamente consciente de la voracidad del capitalismo para cosificar y mercantilizar al ser humano y sus productos culturales, incluyendo, por supuesto, a la arquitectura histórica. La utilización que Bataille hace de la idea de la arquitectura como metáfora de las instituciones -en su momento el Estado, el ejército, la Iglesia- sigue siendo vigente, aún cuando el rostro de esas instituciones en la época neoliberal haya cambiado. La arquitectura del tardo-capitalismo se refleja en las fachadas de vidrio de los grandes corporativos transnacionales, y lo mismo sus tentáculos alcanzan a comercializar, cosificar y turistificar las ciudades y sus arquitecturas históricas, como en el caso de París y su catedral. 

El incendio de la catedral de Notre Dame de Reims, escribió Bataille en su texto de juventud, había abierto una herida que expuso cuestiones sobre la vitalidad y la posibilidad de la continuación histórica y cultural de esa ciudad y de Francia en general, en su momento, herida que sanaría, metafóricamente hablando, una vez que la catedral fuera reconstruida. El incendio de Notre Dame de París de 2019 igualmente abrió una herida que expuso no solo el precario estado de la memoria arquitectónica que en un instante puede desaparecer para siempre, sino que también expuso otro peligro latente que agregar al de la preservación de la arquitectura histórica: el nivel de mercantilización demoledora del patrimonio construido y la banalización por parte de la esfera pública de dicha arquitectura histórica. En su momento, Bataille apuntó a lo que él llamó ‘monstruosidad’, la transformación o transgresión de las instituciones que rigen la sociedad, simbolizadas estas por la arquitectura que las representa, a través de formas alternas de pensar el universo humano a través del arte, como camino alterno para crear espacios de intimidad sentimental o introspección. En este sentido, y dada la vigencia de ese mensaje, habría que reflexionar acerca de qué caminos se pueden abrir para contrarrestar la implacable cosificación del ser humano en la era neoliberal. La necesidad de encontrar esas vías alternas es tan urgente ahora como lo fue en la época de Bataille.


Notas:

  1. Gaston Bachelard, The Psychoanalysis of Fire, trad. Alan Ross (London: Routledge & Kegan Paul, 1964), 81. 
  2.  Bachelard, 7. 
  3.  Bataille, Georges, Notre-Dame de Reims, incluido en: Denis Hollier, Against Architecture (Cambridge, MA: MIT Press, 1989), 15. 
  4.  Michael Richardson, Georges Bataille (New York: Routledge, 1991), 26; Hollier, Against Architecture, 21.
  5.  Richardson, Georges Bataille, 26.
  6.  Hollier, Against Architecture, 37.
  7.  Hollier, 37.
  8.  Erwin Panofsky, Gothic Architecture and Scholasticism (New York, NY: Meridian, 1957), 44–45.
  9.  Panofsky, 45–47.
  10.  Dawn Ades and Simon Baker, eds., Undercover Surrealism: Georges Bataille and DOCUMENTS (London : Cambridge, Mass: The MIT Press, 2006), 12–15.
  11.  Ades and Baker, 12.
  12.  Georges Bataille, “Dictionnaire Critique: Architecture,” DOCUMENTS 1, no. 2 (May 1929): 117.
  13.  Hollier, Against Architecture, 54.
  14.  Georges Bataille, The Accursed Share. Volume I: Consumption, trad. Robert Hurley (New York: Zone Books, 1988).
  15.  Bataille, 46.
  16.  Bataille, 59.
  17.  Bataille, 120.
  18.  Bataille, 132.
  19.  Bataille, 132.
  20.  Bataille, 149.
  21.  Frederic Jameson, citado en: Geoff Eley, “The Past Under Erasure? History, Memory, and the Contemporary,” Journal of Contemporary History 46, no. 3 (July 2011): 556.
  22.  Tom O’Connor, “Jerusalem’s Al-Aqsa Mosque Fire Burns at the Same Time as Flames Engulf Notre Dame Cathedral in Paris,” Newsweek, visitado May 5, 2019, https://www.newsweek.com/notre-dame-fire-aqsa-mosque-1397259.
  23.  Samuel Petrequin, “Donations for Notre Dame Anger Yellow Vest Protestors,” Public Broadcasting Service (PBS), April 19, 2019, https://www.pbs.org/newshour/world/donations-for-notre-dame-anger-yellow-vest-protestors.
  24.  Jonathan Hilburg, “Foster + Partners Pitches New Notre Dame Spire as Competition Heats Up,” The Architect’s Newspaper, visitado May 5, 2019, https://archpaper.com/2019/04/foster-partners-pitches-notre-dame-spire-competition/. 
  25.  Hannah McGivern, “Notre Dame: Former Met Director Philippe de Montebello among 1,000 Experts Urging Macron Not to Rush Restoration,” The Art Newspaper, April 24, 2019, https://www.theartnewspaper.com/news/leading-conservators-petition-notre-dame.

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Nuestra Señora de París https://arquine.com/nuestra-senora-de-paris/ Tue, 16 Apr 2019 04:26:28 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/nuestra-senora-de-paris/ La construcción de Nuestra Señora de París empezó en 1163. El lunes 15 de abril de 2019 un incendio destruyó buena parte del techo, incluyendo la flecha que diseñó Viollet-le-Duc en el siglo XIX. La historia aun no ha terminado.

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Nuestra Señora de París, 1838. Foto de Louis Daguerre.

 

«Es una vieja dama en peligro: Nuestra Señora de París viene de festejar sus 850 años con gran pompa pero, si bien la fachada continúa siendo majestuosa, el traspatio está en condiciones penosas. A tal punto que el arzobispo alerta a los franceses y lanza un llamado pidiendo donativos para reunir al menos 100 millones de euros en los próximos 20 años. “Se han constatado graves degradaciones (caída de las gárgolas, pináculos arruinados) resultado de un lento proceso que no respeta ninguna parte de la catedral, según se puede leer en el sitio del monumento. El estado de la catedral de Nuestra Señora ha llegado a un punto en el que sus estructuras pronto no podrán cumplir con su papel y amenazarán la estabilidad misma del monumento, sin hablar de la pérdida definitiva de las decoraciones escultóricas.»

Así iniciaba una nota de Le Point publicada el 1º de junio del 2017. Casi 200 años antes, cuando Victor Hugo publicó Nuestra Señora de París en 1831, escribió:

«Sin duda, aun hoy la iglesia de Nuestra Señora de París es un edificio majestuoso y sublime. Pero, por bello que se conserve al envejecer, es difícil no suspirar, no indignarse frente a la degradación, las demasiadas mutilaciones a las que simultáneamente el tiempo y los hombres han hecho sufrir a este venerable monumento, sin respeto por Carlo Magno, quien colocó la primera piedra, ni por Felipe Augusto, quien colocó la última. Sobre la cara de esta vieja reina de nuestras catedrales, junto a una arruga hay una cicatriz. Tempus edax, homo edacior. Lo que me atrevo a traducir así: el tiempo es ciego, el hombre es estúpido.”

 

 

El orden seguido en la construcción de Nuestra Señora de París.

 

Según la cronología elaborada por Caroline Bruzelius, tras la colocación de la primera piedra al rededor del año 1163 —fecha probablemente apócrifa o simbólica, dice—, la obra inició con la construcción del coro, de afuera hacia adentro. En 1177 el coro se había completado, a excepción de las bóvedas. “Una vez que las columnas y las bóvedas de las naves del coro estaban en su sitio, se prosiguió con las tribunas. Por lo que sabemos de otros monumentos, se construía el muro exterior antes que el interior.” De la construcción de la nave, Bruzeluis dice que hay cierto grado de experimentación en el lado sur de la nave, por lo que es anterior al norte. Se debe haber comenzado cuando ya se avanzaba en la construcción del coro. “Para avanzar lo más rápidamente posible en la construcción de la iglesia, es probable que a los constructores se les encargara disponer el desplante de la nave desde un principio.” La construcción de la fachada inició cuando aun no se concluía la nave. “La fecha más segura para la fachada la proporciona la destrucción de varias casas que pertenecían al Hôtel-Dieu, en la esquina sureste del atrio, en 1208.” La galería del nivel superior al rosetón se empezó a construir entre 1235 y 1240. La construcción de las torres terminó en1240, para la sur, y 1245, para la norte. La fachada norte del transepto es de 1258 y la sur de 1256. El techo sobre las bóvedas de piedra, construido con una estructura de postes de madera de roble y recubierto al exterior con 1326 láminas de plomo, de medio centímetro de espesor, se construyó alrededor del año 1170 y, por segunda vez, entre 1220 y 1240.

Pero la construcción, reconstrucción y, también, la destrucción de un edificio como una catedral no terminan acaso jamás. En 1771, Soufflot quita el pilar que dividía el acceso del portal central pues estorbaba las procesiones. En 1792, tras la Revolución, se desmonta la flecha que coronaba el transepto. Entre 1812 y 1830, antes de la publicación de Nuestra Señora de París, se realizan varias intervenciones y poco después se emprende una amplia restauración del templo, a cargo de los arquitectos Jean-Baptiste Lassus y Eugène Viollet-le-Duc. En 1843, Lassus y Viollet-le-Duc publican un Reporte al Ministro de Justicia y Cultos, anexo al proyecto de restauración. “Al encargarnos la redacción del proyecto de restauración de la catedral de París, nosotros no disimulamos ni la importancia de la tarea que tuvo a bien conferirnos ni la gravedad de las cuestiones y dificultades que tendremos que resolver.” Los arquitectos dicen aceptar los principios vigentes para la conservación de monumentos: “no hay que restaurar; sostengan, consoliden, remplacen, como en el arco de Orange, la piedra enteramente gastada por piedra nueva, pero guárdense de tallar molduras o esculturas.” Pero los aceptan sólo para “una ruina curiosa sin destino y sin utilidad actual,” no para “un edificio cuya utilidad es aun tan real, tan incontestable hoy como el día en que fue terminado.”

 

Nuestra Señora de París, 1851. Fotografía de Henri Le Secq.

 

La restauración se inició en 1845 y se terminó nueve años más tarde. Viollet-le-Duc repuso la flecha derribada a finales del siglo XVIII. O, más bien, una nueva, producto como todos sus ejercicios de restauración tanto de su conocimiento como de su invención. En la fachada remplazó más de 60 estatuas dañadas. Uno de los mayores problemas con los que según los mismos arquitectos se enfrentaron fue la restauración de las ventanas de las galerías. Ahí no se trataba sólo de reparar daños causados por el tiempo o los hombres tras la construcción sino durante la misma: “esas ventanas no pertenecían a ningún estilo”, se trataba de “una construcción provisional” que ya a los arquitectos del siglo XIV “habían chocado por su fealdad.” Por tanto, dicen, pensaron “que en nuestros diseños era conveniente remplazar esas feas aberturas por ventanas en armonía con el estilo general de las fachadas, si no fuera más que para facilitar la solución a esta difícil cuestión.” Viollet-le-Duc restuaraba así una lógica ideal antes que una construcción material existente.

Es probable que Le Corbusier hubiera pensado que ese proceder no era suficientemente radical. En el texto que cierra su libro L’Art décoratif d’aujourd’hui, publicado en 1925, escribió:

«Tuve el fervor de la “construcción”. Pasaba tarde enteras en Nuestra Señora de París, cargando un enorme llavero del Ministerio de Bellas Artes. Conocí los menores rincones de la catedral hasta la extremidad de las torres, los pináculos y los arcos botantes. Fue para mí la epopea gótica. Pero la admiración que gustoso tuve por la forma y la poética góticas se replegaron a la estructura. Hoy, me siento conmovido ante la belleza aparente del plano de una catedral, y estupefacto ante la pobreza aparente de la obra misma. La planta y la sección góticas son magníficas, destellos de ingenio. Pero su verificación no la aporta el control de los ojos. Deslumbrante apogeo del ingeniero, derrota plástica.»

Unos años antes, cuando en 1914 la catedral gótica de Reims sufrió un incendio debido a los ataques alemanes durante la guerra, Le Corbusier le escribió a William Ritter, su mentor y confidente:

«Estoy profundamente perturbado por el espectáculo de esas piedras caídas. Reims destruida. Todo lo que tuve que hacer fue consultar imágenes de esta única, inefable nave de gloria en la fantástica estructura de sus piedras para sentir un odio decidido, de algún modo equivalente a la tristeza que usted debe sentir. ¡Le prometo que mi alma de arquitecto sufre!»

 

El lunes 15 de abril un incendio destruyó gran parte del techo de Nuestra Señora de París, incluyendo la flecha del transepto que repuso Viollet-le-Duc. Durante varias horas muchos en muchas partes seguimos el avance del fuego, en vivo, en múltiples vistas. El desplome de la flecha fue grabado desde varios ángulos. Vimos a los parisinos gritar, llorar y rezar. Muchos los acompañaron desde el otro lado del mundo. Algo que seguramente haría replantear a Victor Hugo su ceci tuera cela, esto matará aquello, en referencia a que el libro impreso había sustituido el poder de la arquitectura como registro y, sobre todo, medio de comunicación. Pero ese es otro asunto. Durante el incendio, se esperaba lo peor. Algunos declaraban ya una pérdida total. Cuando por fin logró controlarse el fuego, se dijo al contrario que la estructura de piedra seguía en pie prácticamente en su totalidad y no en malas condiciones, pese a la gravedad del daño. Emmanuel Macron, presidente de Francia, y Anne Hidalgo, alcalde de París, ya anunciaron la inminente reparación. François-Henri Pinault, que con su familia ocupa el sexto lugar entre los más ricos de Francia, con una fortuna que supera los 30 mil millones de euros, anunció que donará 100 millones para el fondo de la reconstrucción. La historia de este edificio que empezó en 1163, o antes, no ha terminado.

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Se registra importante incendio en la Catedral Notre-Dame de Paris https://arquine.com/se-registra-importante-incendio-en-la-catedral-notre-dame-de-paris/ Mon, 15 Apr 2019 18:00:04 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/se-registra-importante-incendio-en-la-catedral-notre-dame-de-paris/ El fuego, cuya gravedad aún estaba por determinarse, asaltó el ático de la catedral, el monumento histórico más visitado de Europa, dijeron los bomberos.

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El fuego, cuya gravedad aún estaba por determinarse, asaltó el ático de la catedral, el monumento histórico más visitado de Europa, dijeron los bomberos. La policía desaloja el edificio, en el que se acometían unas obras en las que supuestamente se originó el fuego. Algunas secciones de la iglesia estaban bajo andamios, mientras que las estatuas de bronce fueron removidas la semana pasada debido a las obras.

Según El País de España, “funcionarios de la ciudad indican que el incendio, que comenzó alrededor de las 7 pm hora local, podría estar vinculado a los trabajos de renovación que se están llevando a cabo en la catedral“.

Notre Dame, cuya construcción se remonta al siglo XII y es famosa, entre otras cosas, por estar presente en la novela clásica de Victor Hugo, Nuestra Señora de París, atrae a millones de turistas cada año.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha pospuesto su esperado discurso debido al suceso.

La noticia sigue en desarrollo, pronto actualizaremos la información.

 

 

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