Resultados de búsqueda para la etiqueta [Gabriel Orozco ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Mon, 20 Feb 2023 19:43:12 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Distancia crítica https://arquine.com/distancia-critica/ Mon, 20 Feb 2023 15:11:39 +0000 https://arquine.com/?p=75585 Según escribió Walter Benjamin en 1928, "hoy" la crítica no puede ser objetiva, pues hemos perdido esa distancia frente a las cosas y al mundo. La crítica y quienes la ejercen, formal o informalmente, están situados en un contexto y son parciales. Eso no les exime de la obligación de aportar argumentos al tomar partido.

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“Insensatos quienes lamentan la decadencia de la crítica. Porque su hora sonó hace ya tiempo. La crítica es una cuestión de justa distancia. Se haya en casa en un mundo donde lo importante son las perspectivas y visiones de conjunto y en el que antes aún era posible adoptar un punto de vista. Entretanto, las cosas han arremetido con excesiva virulencia contra la sociedad humana. La «imparcialidad», la «mirada objetiva» se han convertido en mentiras, cuando no es la expresión, totalmente ingenua, de la pura y simple incompetencia.”

Walter Benjamin, Dirección única

 

Uno

En su libro The Benjamin Files, Frederic Jameson dice que “Benjamin jamás escribió un libro tradicional (y nunca pudo o quiso hacerlo). O, si decir eso parece apresurado (o duro), digamos que escribió sólo uno, titulado Calle de dirección única (Einbahnstraße, 1928)”. Dirección única tampoco es un libro tradicional. Es una colección de breves textos encabezados con títulos que no necesariamente les hacen referencia o que lo hacen como una imagen, como una alegoría —algo propio de la manera de pensar de Benjamin. El libro es una calle —lo dice el título y lo aclara la dedicatoria: “Esta calle se llama Calle Asja Laascis, nombre de aquella que como ingeniero la abrió en el autor”— y los títulos son como los anuncios y carteles que nos salen al paso; los textos las ideas que se nos vienen a la cabeza al leerlos. Es un libro apropiado para la manera de pensar o de intentar pensar en esa saturación de estímulos que condiciona la vida nerviosa en la gran Metrópoli, como un par de décadas antes de Benjamin había diagnosticado el sociólogo Georg Simmel.

En otra sección del mismo libro, Benjamin presenta La técnica del crítico en trece tesis y afirma que “quien no pueda tomar partido, debe callar” y que “la «objetividad» debe sacrificarse siempre al espíritu de partido cuando la causa por la cual se combate merezca la pena.” Eso, que a algunos pareciera contradecir el espíritu de la crítica —y más viniendo de uno de los espíritus más críticos de la primera mitad del siglo XX— es, de hecho, una constatación tan irónica como trágica —crítica, pues— de los tipos de respuesta intelectual que requiere la época en que vivimos —si nuestra época es aún el desarrollo extremo de lo que vivió Benjamin a inicios del siglo pasado. A continuación del párrafo citado como epígrafe, Benjamin dice:

La mirada hoy por hoy más esencial, la mirada mercantil, que llega al corazón de las cosas, se llama publicidad. Aniquila el margen de libertad reservado a la contemplación y acerca tan peligrosamente las cosas a nuestros ojos como el coche que, desde la pantalla del cine, se agiganta al avanzar, trepidante, hacia nosotros. Y así como el cine no ofrece a la observación crítica los muebles y las fachadas en su integridad, sino que sólo su firme y caprichosa inmediatez es fuente de las sensaciones, también la verdadera publicidad acerca vertiginosamente las cosas y tiene un ritmo que se corresponde con el del buen cine.

Este texto de Dirección única tiene como título Se alquilan estas superficies.

 

 

 

Dos

Hace unos días se inauguró en el Palacio de Iturbide, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, la exposición Transformación urbana. Sordo Madaleno Arquitectos, dedicada al trabajo de dicha firma desde la obra de su fundador, Juan Sordo Madaleno, hasta los proyectos recientes. Uno de ellos el centro comercial Artz Pedregal, “un desarrollo de uso mixto que abrió sus puertas el 9 de marzo de 2018” y que “se enfoca en tiendas de lujo”, además de contar con 100 mil metros destinados a oficinas, entre las marcas que tienen tiendas ahí están Louis Vuitton, Dior, Prada y Cartier, todo esto según Wikipedia. En su propio sitio en la web el centro comercial se presenta así:

“Entre roca volcánica, arte contemporáneo, diseño integrado a la naturaleza, alta gastronomía y una comunidad única, somos un destino creativo e inspirador con perspectiva global y brillante en el sur de la Ciudad de México”.

A las tiendas de lujo y las oficinas se suma la propuesta Arte abierto:

“Una asociación sin fines de lucro dedicada a la creación y promoción culturales y obras de arte de sitio específico, a través de la implementación de un modelo ambicioso, integral e innovador que toma como punto de partida las características físicas del complejo arquitectónico Artz, propiedad del Grupo Sordo Madaleno.”

Pese a la rimbombante descripción, de lo que se trata es de colocar obras de arte en el centro comercial —y en una época en la que los vestíbulos de grandes museos en todo el mundo se llenan de tiendas y amenidades, el acto recíproco, nada novedoso, no sorprende tanto.

Sí sorprende una breve cita que en uno de los muros del Palacio de Iturbide acompaña una fotografía aérea de dicho centro comercial:

Artz Pedregal tiene una relevancia cultural que va más allá de su función como centro comercial, pues permite influir culturalmente en toda la ciudad.

La frase está firmada por el crítico e historiador Kenneth Frampton, autor, entre otras reconocidas obras, de Arquitectura moderna: una historia crítica, Estudios sobre cultura tectónica. Poéticas de la construcción en la arquitectura de los siglos XIX y XX, y del famoso ensayo Hacia un regionalismo crítico: seis puntos para una arquitectura de resistencia. En la exposición la frase no tiene referencia ni contexto, así que es difícil saber realmente a qué se refiere Frampton con su comentario, aunque es evidente que, por donde se le vea, es un juicio superficial y exagerado que deja dudas sobre qué puedan querer decir los términos relevancia cultural o influir culturalmente y qué considera “toda la ciudad”, pensando no sólo en la dificultad de acceso al centro comercial sino también en el porcentaje de la población al que van dirigidas las tiendas de lujo en dicho lugar. Frampton visitó la Ciudad de México a finales de octubre del 2019, pero lo que se afirma en esa frase citada no deja adivinar si también visitó el centro comercial Artz Pedregal y si esa cercanía fue suficiente para aminorar la distancia crítica. La frase, sí, parece un eslogan publicitario, pero dudo que se acerque a la visión que Benjamin proponía hace ya casi cien años.

 

 

 

Tres

El 16 de febrero el periódico Universal publicó una nota en su sitio web titulada “La calzada flotante, un proyecto con defectos”, con el subtítulo “Aunque Gabriel Orozco la definió como escultura pública, la obra es cuestionable para el reconocido arquitecto Alejandro Rivadeneyra, quien en un recorrido señaló varios errores.” La “Calzada flotante” es parte del proyecto general del Bosque de Chapultepec que coordina también Gabriel Orozco y que ha sido una de las varias obras polémicas emprendidas por el actual Gobierno Federal —en este caso en conjunto con el Gobierno de la Ciudad de México.

Mucho se ha dicho y escrito al respecto, casi nunca con objetividad. Y eso, si recordamos a Benjamin, no es un defecto de la crítica, al contrario: es su condición. La crítica es parcial, partisana, pues. El problema es cuando en la crítica esa parcialidad no se hace explícita, no se aclara y no se acompaña con argumentos que la sustenten. Los varios reproches de Rivadeneyra al proyecto de Orozco, inician con uno de carácter general, diciendo que “en el mejor de los casos, lo que hace este proyecto es mejorar lo que ya estaba bien” —lo que, tratándose de un paso sobre una avenida de alta velocidad que no se podría cruzar anteriormente, es una afirmación no sólo inexplicable sino insostenible— para luego reflexionar —según la nota y sin entrecomillado— en que “pudieron revisarse los parques en mal estado que hay en las zonas marginales, como Ciudad Neza o Iztapalapa, para meterlos en un plan con una inversión igual de ambiciosa que la que tuvo la Calzada Flotante.” No hace falta invertir demasiado tiempo investigando para encontrar que, durante los últimos años, para poner el caso de Iztapalapa, el Gobierno de la Ciudad de México ha presentado proyectos en al menos dos parques —el Cuitlahuac, del que se han rehabilitado 82 de 145 hectáreas y que se anuncia como el segundo más grande de la ciudad, después de Chapultepec, o el Parque lineal Periférico Oriente—, sin contar lo realizado por el gobierno de la propia alcaldía en su programa Utopías  —como el parque Lucio Blanco. Ninguno de esos proyectos es bueno sólo por estar en Iztapalapa —donde la inversión de los gobiernos federal, de la ciudad y local para mejorar la zona y paliar muchos problemas, empezando por el abasto de agua, sigue siendo insuficiente— y tampoco salvan lo hecho en el Bosque de Chapultepec de sus probables defectos, pero la crítica sin contexto a éste último proyecto no es suficiente sin plantear ni entender tanto las condiciones reales en las que se encontraba el bosque ni el conjunto de intervenciones que se han venido realizando en la ciudad —desde el Parque Ecológico Lago de Texcoco, hasta los ya mencionados y otros que son parte del programa del gobierno de la ciudad Sembrando parques, como el Bosque de Aragón y el Parque Cantera. Por supuesto, hace falta una crítica informada y con datos y argumentos que ponga en contexto todas estas acciones y otras, a nivel del Gobierno de la Ciudad de México y del Gobierno Federal, valorando aciertos e innegables fallas y defectos, pero sobre todo haciendo el balance general de acciones que, en términos territoriales, urbanos e incluso arquitectónicos, sí apuntan a un cambio de dirección respecto a tiempos pasados. Esa crítica, insisto, debería ser informada y con argumentos, pero supongo que no podrá ser sino parcial y partisana, y eso más allá de lo planteado por Benjamin. Hoy, cuando leamos una crítica sobre arquitectura o proyectos urbanos públicos en México, habrá que preguntarle a quien la firme, como en estación de radio, y usted, ¿por cual vota?

Nota: por si hiciera falta, advierto que yo voté por los gobiernos federal y local actuales, y probablemente volveré a votar por el mismo partido en próximas elecciones. Ninguna parte de este texto depende directamente de ese hecho, pero todo el texto, como cualquier otro, depende de una postura ideológica. 

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El teleférico en Chapultepec. Ideas y notas https://arquine.com/el-teleferico-en-chapultepec-ideas-y-notas/ Tue, 14 Jun 2022 16:03:00 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/el-teleferico-en-chapultepec-ideas-y-notas/ La idea de unir las diferentes secciones del Bosque de Chapultepec a través de un teleférico no es nueva. La propuesta de la línea 3 del Cablebús se percibe lógica en cuanto enlace y apoyo de diferentes nodos de transporte, además de su gran potencial turístico. Sin embargo, la posible afectación a las vistas desde la Casa Barragan, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, ha generado polémica.

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La idea de unir las diferentes secciones del Bosque de Chapultepec a través de un teleférico no es nueva. En 1971, durante la gestión de Octavio Sentíes como Jefe del Departamento del Distrito Federal, se propuso que para fortalecer y revitalizar algunas zonas del bosque, se construyera un teleférico, el tramo piloto articularía el Museo de Antropología con el Castillo de Chapultepec y, a partir de este primer tramo, se daría inicio a la integración de una red de comunicación aérea complementaria de carácter turístico entre diferentes atractivos contenidos en las dos secciones con las que contaba en aquella época el bosque.

Recientemente, a poco más de tres años de que se dio a conocer el primer planteamiento de Plan Maestro conceptual a cargo de Gabriel Orozco, que pretende de igual manera revitalizar la oferta de atractivos contenidos en el bosque como la Tercera Sección y articular las dos nuevas reservas incorporadas al patrimonio como la superficie de la ex-residencia oficial de Los Pinos, con alrededor de 74.8 hectáreas, y la denominada Cuarta Sección del Bosque de Chapultepec antigua fábrica de pólvora, destacamento militar y sitio de almacenamiento y manufactura de pertrechos militares que, al ser parcialmente desmantelada y trasladada a otros sitios como la Base Militar de Santa Lucia o a la ciudad de Puebla, libera parcialmente una superficie de alrededor de 88 hectáreas, parte de la zona contenida en el Decreto por el que se declara como área verde de valor ambiental del Distrito Federal, con la categoría de barranca, a la denominada “Barranca de Tacubaya”, de noviembre de 2012.

Desde la conceptualización de este ambicioso plan sobre las 690 hectáreas, se ha considerado una amplia cartera de intervenciones en todas las secciones del Bosque. La conectividad, sin embargo, no había sido abordada de manera clara, a pesar de constituir uno de los aspectos más relevantes para que la estrategia de revitalización e integración pudiera ser considerada integral. Al inicio de los trabajos para la formulación del Plan Maestro, se determinó que la SEDATU estuviera a cargo de la realización del plan. Durante 2019, se llevaron a cabo diversos análisis entre ellos el de la movilidad, determinándose a partir de la demanda estimada y las condiciones físicas y de operación de las redes vial y de transporte que sirven a esta amplia porción de la ciudad, que sería necesario emprender un amplio programa de proyectos para fortalecer la conectividad no sólo entre secciones sino del Bosque con el resto de la ciudad, pues a partir de los estudios realizados, se determinó que la afluencia de los atractivos contenidos en el Bosque es de índole regional y metropolitano y a ellos se suman los viajes atraídos por las instalaciones en los alrededores.

En esta primera intención por articular la Cuarta Sección con las otras tres secciones del Bosque, se identificaron una serie de posibilidades para el mejoramiento de la conectividad en los diferentes modos de transporte, desde las más económicas y fáciles de instrumentar como la prolongación de un ramal del Metrobús de la Línea 7, hasta acciones que reclamarían mayor análisis e inversión en el mediano y largo plazo como la instrumentación de un sistema de teleférico, la incorporación de nuevos cruces peatonales a desnivel, sin dejar de lado la urgente complementación del tren interurbano México Toluca con sus estaciones previstas en Santa Fe y Observatorio y vislumbrando la posibilidad de incorporación de una nueva estación dentro del polígono de la Cuarta Sección, se sumarían la prolongación de las líneas 12 y 2 del metro hasta la estación terminal Observatorio, lo que contribuiría en gran medida a vincular Chapultepec en su conjunto, a nivel metropolitano.

A partir de finales de 2019, la responsabilidad en la conducción del Plan Maestro fue trasladada por el Gobierno Federal a la Secretaría de Cultura designando a Gabriel Orozco como el coordinador del Plan, sumado al grupo de trabajo del Gobierno de la Ciudad a través de diferentes entidades como la SEDEMA, la SEDUVI, SEMOVI y la SECRETARÍA DE OBRAS, entre otras.

Algunas de las acciones identificadas inicialmente fueron incorporadas en el cuerpo del documento denominado Plan Maestro Integral 2021 Bosque de Chapultepec: Naturaleza y Cultura, así como algunas otras propuestas en el seno del nuevo grupo de trabajo, como el mejoramiento integral de los corredores Constituyentes y Vasco de Quiroga, la construcción de nuevos puentes y pasos peatonales, como la Calzada Flotante mediante la cual se pretende articular la oferta recuperada en la sección Los Pinos con la Segunda Sección del Bosque, el Paseo de la Cañada mediante la cual se conectarían la Tercera y Cuarta secciones, así como otros pasos y conexiones que en su momento tendrán que ser evaluadas tanto en su viabilidad técnica y económica, como ambientalmente.

Fuera de este Plan se anunció recientemente la propuesta de instrumentación de un sistema de comunicación vía teleférico o cablebús, sobre la avenida Constituyentes con una longitud de alrededor de 5 kilómetros, que vincularía en el sentido oriente poniente las cuatro secciones del bosque desde la estación del metro Constituyentes, perteneciente a la línea 7, hasta la estación Cineteca —atractivo ancla, contenido en la Cuarta Sección, y que seguramente influyó en esta nueva consideración de movilidad.

Esta línea estaría acompañada en un inicio por cinco estaciones y la construcción o modernización de puentes que vincularían el sistema, salvando el cruce con la avenida Constituyentes, particularmente, el puente que vincula el Bosque con la Casa Luis Barragán, un puente a la altura del Skate Park de la Segunda Sección del Bosque, el puente ubicado a la altura del Panteón de Dolores, el puente en la proximidad a las instalaciones del SAT y, finalmente, el puente a la altura de la Tercera Sección en donde se ubica la denominada Plaza Cri Cri.

La inversión prevista para la construcción del sistema se estimó en alrededor de 1,800 millones de pesos. 

No obstante, a partir del anuncio, la polémica respecto a la instrumentación de este sistema se ha incrementado bajo el argumento de que ésta podría afectar al patrimonio cultural y ambiental de la Casa Barragán, cuya administración se mostró preocupada por la posible afectación que tendría si desde su interior pudieran verse las catenarias del sistema o bien, que desde el sistema pudieran observarse las instalaciones. Al respecto, las autoridades acordaron se revisaría la trayectoria del trazado para evitar afectar —independientemente de que se tratase de una propiedad pública o privada— la imagen urbana, los sitios patrimoniales bajo protección de la UNESCO, así como el entorno natural y construido.

Por otro lado, habría que recordar que este sistema de comunicación además de ser uno de los menos contaminantes en invasivos, ofrecerá beneficios que se orientarán no sólo a los visitantes a alguna de las secciones del Bosque, sino a múltiples usuarios que hacen uso de las diversas rutas de transporte público concesionado que circulan sobre Constituyentes, siendo esta vía una de las más congestionadas de la ciudad por constituir una arteria de enlace de largo itinerario y por el altísimo componente de vehículos pesados que transitan a través de este corredor. La instrumentación del teleférico seguramente se reflejará en la disminución de presiones sobre esta arteria, posibilitando la puesta en marcha las acciones de mejoramiento físico, como las que han visualizado muchos, entre ellos, Alberto Kalach.

Es indudable también el gran potencial turístico que este sistema reviste pues las visuales obtenidas desde el sistema serían unas de las más atractivas de la ciudad y constituirían motivo de visita en sí mismas.

Sin duda, lo que ha levantado la polémica es el súbito anuncio de la medida, el no estar contenida en el Plan Maestro divulgado y el acelerado proceso de realización del estudio costo beneficio para el cual se asignaron no más de un par de meses, lo que hace suponer que la propuesta se efectuaría independientemente de los resultados que pudieran ser obtenidos a partir del estudio.

La propuesta se percibe lógica en cuanto participaría como enlace y apoyo entre diferentes modos de transporte: el tren Interurbano México Toluca, diferentes estaciones del sistema metro, así como del Metrobús bajo una estrategia de gran visión y largo plazo y no únicamente como una acción emergente para salvar la controvertida estrategia de construcción de una segunda Cineteca Nacional en un sitio que se caracteriza por su escasa y deficiente accesibilidad.

Habrá que vigilar estrechamente la propuesta de trazado; la selección tecnológica del sistema que, dicho sea de paso, deberá contar con una imagen y calidad superiores a las otorgadas al sistema cablebús en otras zonas de la ciudad; el emplazamiento y características de las estaciones del sistema teleférico, pues por la escala que suelen tener estos elementos y la alta demanda que se espera tengan, según propios datos emitidos por el Gobierno de la Ciudad, pudieran constituir nuevos polos de comercio informal, sitios de transferencia modal improvisados o elementos que pudieran afectar la calidad espacial de los lugares en los que se insertarán.

Esperemos entonces que las autoridades nos brinden en breve mayor información para enriquecer el debate sobre un tema que nos atañe a todos y de cuya modernización esperamos obtener los mejores resultados.

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El proyecto del Bosque de Chapultepec https://arquine.com/el-proyecto-del-bosque-de-chapultepec/ Mon, 17 Aug 2020 06:52:30 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/el-proyecto-del-bosque-de-chapultepec/ Ante esta presentación de proyectos y promesas para Chapultepec, surgen algunas preguntas. La primera tiene que ver con la pertinencia de concentrar más equipamientos culturales en la zona mejor dotada del país. Sin duda, en un momento de gravísimas crisis sanitarias, ecológicas, sociales y económicas, sorprende que se privilegie invertir en nuevos equipamientos. 

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Los proyectos hay que celebrarlos. Bienvenido un proyecto que conlleve mejoras al  mayor pulmón de la capital mexicana. Sin embargo, ante la presentación de un proyecto público de gran impacto, tras dieciocho meses de gestación, es procedente analizar, cuestionar y criticar una propuesta encaminada a ejecutar miles de millones del erario público en un momento de extrema crisis económica, ecológica, sanitaria y social, sin que necesariamente la crítica conlleve a alentar la polarización, sino poner sobre la mesa una discusión que atañe a todos los ciudadanos. 

Estos días, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, la Secretaria de Cultura Federal, Alejandra Frausto y el artista plástico Gabriel Orozco, encabezaron la presentación del Plan maestro general del proyecto denominado “Bosque de Chapultepec: Naturaleza y Cultura”, uno de los programas prioritarios de la actual administración que implica la restauración de varias áreas de las cuatro secciones del Bosque para generar recintos culturales y ambientales y la construcción de nuevos inmuebles. La Secretaria de Cultura indicó en la presentación, que el Gobierno de México ha destinado “una inversión histórica para el rescate natural y cultural del bosque, y no vamos a hacer nada por ponerlo en riesgo, por el contrario es un rescate y un proyecto de promoción del Bosque de Chapultepec como área natural”. A su vez, el artista Gabriel Orozco, que recibió el encargo directamente del Presidente de la República, señaló que “no hemos parado de trabajar, hemos seguido avanzando en planes, estudios, conversaciones con el Consejo Rector y con las Secretarías implicadas”.

En la presentación se definieron varias áreas de actuación. Fundamentalmente se trata de la restauración de la flora, desde criterios de sustentabilidad que privilegien las especies autóctonas y requieran poco mantenimiento; la creación de nuevos equipamientos culturales; y la conexión entre las distintas secciones, con los proyectos de puentes diseñados por el arquitecto Benjamín Romano, el primero de los cuales será un amplio puente en curva de más de cuatrocientos metros de largo, que pasará entre los dos niveles del Periférico, quizá como un homenaje al presidente, que siendo Jefe de Gobierno, inició los segundos pisos. De los nuevos equipamientos culturales, el primero será el Museo del Maíz, ubicado en el antiguo Molino del Rey de Los Pinos, remodelado por el arquitecto Oscar Hagerman. En la segunda sección se prevé la construcción de un jardín botánico y, ocupando el espacio del orquidiario del actual jardín botánico de la primera sección, se propone el Pabellón Mexicano de Arte Contemporáneo. La cuarta sección, que actualmente pertenece a la Secretaria de Defensa, se incorporará al bosque de Chapultepec con nuevos equipamientos: uno de ellos es el rescate y restauración de la Ermita Vasco de Quiroga, del siglo XVI, para albergar un centro de medicina tradicional. A su vez, se rescatará la Antigua Fábrica de Pólvora para albergar exposiciones sobre la cultura, historia y educación militar mexicana desde sus orígenes prehispánicos hasta nuestro días. Es decir, un museo del Ejército. También será sede de la Bodega Nacional de Arte, un espacio expositivo y de conservación de las colecciones públicas y de los museos históricos del país, que actualmente están repartidas en distintas sedes, supuestamente en mal estado. También se prevé en la cuarta sección una nueva sede de la Cineteca Nacional.

Queda por conocer las características de cada proyecto, los costos, los alcances y los tiempos previstos, pues el Plan Maestro presentado, no es más que un documento preliminar sin mayor detalle, ni partidas presupuestales, ni planos de ejecución. Tampoco queda definida la relación con las colonias adyacentes, ni la conexión con los sistemas de transporte, ni la transformación de las barreras perimetrales (como Constituyentes, que imposibilitan el acceso al parque desde colonias hasta ahora marginadas) en avenidas para ciudadanos. 

Ante esta presentación de proyectos y promesas surgen algunas preguntas. La primera tiene que ver con la pertinencia de concentrar más equipamientos culturales en la zona mejor dotada del país y en la ciudad que probablemente cuenta con mas museos del mundo, aunque la inmensa mayoría de ellos carecen de presupuesto suficiente para su operación y programación. No tienen dinero. Sin duda, en un momento de gravísimas crisis sanitarias, ecológicas, sociales y económicas, sorprende que se privilegie invertir en nuevos equipamientos. 

También cabe cuestionar la autoría del proyecto, el encargo directo al artista Gabriel Orozco —en el mejor estilo de Napoleón III y su barón Haussmann, o de Adolfo López Mateos y su arquitecto Pedro Ramírez Vázquez— confiando en el valor de cambio que se delata hasta en el tamaño de su nombre en el encabezado del proyecto presentado. Un artista que expresó públicamente que, al no tratarse de un proyecto de construcción sino de rescate, no requería la incorporación de arquitectos e ingenieros en la fase de conceptualización, pues no se necesita inyectar más concreto al bosque (sin duda una reducción a mínimos de las profesiones que hasta ahora han sido capaces de orquestar grandes transformaciones urbanas, sin que ello implique inyectar concreto, por cierto). Mas que confiar en la “marca Orozco” (como acuñó Jose Castillo en el programa radiofónico Al Aire, aunque el término apareció desde la exposición Oxxo en la Galería Kurimanzutto), un proyecto de este tamaño debería considerar el camino andado en las últimas décadas por excelentes profesionales e incluir también en la gestación de un proyecto tan vasto a equipos multidisciplinarios, que emergieran de un debate social. Colaboraciones que deberían surgir del resultado de concursos y no de asignaciones a dedo. Algunos llevamos mas de veinte años convocando anualmente concursos abiertos, interdisciplinares e internacionales, convencidos que las mejores ideas surgen de la confrontación de propuestas y que la democracia emerge del debate y no de las asignaciones directas propias del despotismo (eventualmente) ilustrado. Por ello, aunque el artista vaya añadiendo a algunos destacados arquitectos, arqueólogos o paisajistas en el elenco de colaboradores, sigue faltando una discusión pública que avale la pertinencia de un proyecto que concentre tanto programa y presupuesto público.

A su vez, para los que pensamos que el trabajo dignifica y que debe ser justamente remunerado, vemos con cierta sospecha que los autores sean unos superprivilegiados que puedan regalar su trabajo (quizá a cuenta de las regalías de los derechos, en el mejor estilo de Christo, ya que “las maquetas, planos, fotografías, documentos del ámbito artístico-conceptual y demás obras que el Maestro Orozco produzca directamente, son considerados como obras de arte originales y serán de su autoría y propiedad de conformidad al artículo 12 de la Ley Federal de Derechos de Autor, siendo aplicable lo pactado en la cláusula séptima del Convenio de Colaboración SC/UAF/COLAB/164” según reza a pie de página en el proyecto publicado).  No hay mejor contrato —transparente y democrático— y motivo de orgullo, que cobrar justamente por el trabajo. Hasta el Requiem de Mozart, que estoy oyendo, fue un encargo pagado.

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El programa para Chapultepec. Conversación con Gabriel Orozco https://arquine.com/programa-chapultepec-orozco/ Thu, 08 Aug 2019 11:00:03 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/programa-chapultepec-orozco/ Con motivo de su nombramiento como coordinador del proyecto para el Centro Cultural Bosque de Chapultepec, en esta conversación Gabriel Orozco explica el programa que propone y sus características.

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Con motivo de su nombramiento como coordinador del proyecto para el Centro Cultural Bosque de Chapultepec, en esta conversación Gabriel Orozco explica el programa que propone y sus características.

Alejandro Hernández: El primer cuestionamiento acerca de Chapultepec, sobre todo entre arquitectos, es el tipo de encargo: por qué no a un arquitecto o urbanista. ¿Qué opinas de esto?

Gabriel Orozco: La respuesta a esta pregunta, articulada desde una perspectiva arquitectónica, sería otra pregunta: ¿por qué tendría que ser un arquitecto o un urbanista el que desarrollara el Programa Maestro de un centro cultural y ambiental como Chapultepec? Pregunto esto a sabiendas de que sin el desarrollo de un programa de necesidades o propuestas no puede haber plan maestro arquitectónico —mucho menos plantear concursos a desarrollarse. Desde un principio tuvimos muy claro que era prematuro elaborar un plan maestro sin desarrollar un programa cultural y ambiental para Chapultepec. Desde el anuncio en la mañanera con el presidente de la República el 2 de abril de este año, hablamos de un Programa maestro. En eso hemos estado trabajando, en el desarrollo de un programa bien planeado, que involucre a todas las partes, organismos, estratos y plataformas de intereses que se suceden en un lugar como Chapultepec. Lo que los arquitectos insisten en llamar el plan maestro en mayúsculas dóricas, nosotros lo vemos como varios planes maestros ecológicos que se desarrollan entrelazados y paralelamente dentro del desarrollo del programa cultural.

En términos generales, dividimos el programa maestro de Chapultepec en cuatro estratos entrelazados: el ambiental, el cultural, el urbano-social y el sustentable. Para establecer este programa estamos trabajando con varios especialistas en cada ramo, con múltiples asesores y vamos tomando decisiones e iniciativas paso a paso junto con la Secretaría de Cultura que coordina este proyecto, pero al mismo tiempo con los funcionarios de todas la Secretarías de Estado involucradas en el bosque (incluyendo la Sedena y la Semarnat) y principalmente con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México y su Secretaría de Medio Ambiente y de Obras Públicas, que son los encargados de cuidar el Bosque. Hemos recorrido mucho y recopilado mucha información de los cuatro estratos que menciono, que hasta ahora pasaron desapercibidos o de plano eran desconocidos. Consideramos que han que surgido buenas ideas que se implementarán muy pronto.

En este rubro en particular que preguntan, ha sido muy interesante revisar los planes maestros de arquitectos precedentes. Por ejemplo, el plan maestro desarrollado por los arquitectos de la Sedatu para la Secretaria de la Defensa en la ahora cuarta sección, los varios planes arquitectónicos hechos en distintas épocas para la Tercera sección, el plan maestro de la segunda sección que sigue desarrollándose y que se puede re-orientar hacia el nuevo programa. También revisamos planes mas específicos. Nos entregaron recientemente un plan maestro, arquitectónico también, para el Panteón de Dolores realizado a principios de este año. Se han dado muchos intentos a lo largo de los años de proyectos dirigidos por arquitectos. Hay proyectos fallidos para un Museo de la Biodiversidad, otro reciente para el Museo de Historia Natural, hay varios proyectos para intervenir avenida Constituyentes, el Circuito Interior y Reforma, por arquitectos. Lo que descubrimos tras estudiarlos es que, en todos los niveles, se tienen que replantear y orientar cuestiones de índole urbano, histórico y ecológico que eran consideradas de segunda importancia anteriormente. Con el programa maestro —que estamos avanzando a buen paso— iremos esclareciendo el camino para vislumbrar el posible horizonte para desarrollar los varios planes maestros, todos sustentables, posibles en lo ambiental, lo cultural y lo urbano.

 

AH: ¿Cómo has hecho para configurar los grupos y equipos que te sirven de asesores y garantizar que sean amplios, plurales y a la vez los mejores?

GO: Preguntando. En mi práctica artística trabajo con muchos medios, distintas escalas y en varios países. Siempre he trabajado formando equipos para cada obra, colaborado con biólogos, escritores, artistas y arquitectos. He tenido la afortunada experiencia de trabajar con los mejores del mundo. Chapultepec no será la excepción en este sentido. Dependiendo del proyecto se invitan a los especialistas que puedan ayudarnos a realizar ese trabajo. Chapultepec se trata de una escultura social en la que hay que considerar lo ambiental y cultural con el contexto histórico, urbano, vecinal y turístico. En nuestros recorridos nos hemos entrevistado tanto con trabajadores como con expertos. Hemos revisado decenas de planes maestros específicos tanto urbanos como arquitectónicos —los ancestrales, los de los meses pasados. Eso nos ha dado una idea de los puntos que falta afinar o que hay que impulsar. Hay biólogos que llevan 15 años trabajando en Chapultepec pero nunca habían tenido acceso al panteón de Dolores para catalogar sus árboles y planificar una restauración. Ahora estamos colaborando con la Alcaldía Miguel Hidalgo y ya tenemos ese apoyo y acceso. Igual con la de Alvaro Obregón estamos trabajando mucho. Tampoco había acceso a la cuarta sección y ese trabajo hace falta. Conacyt nos está ayudando recopilando información, generando la base de datos de los distintos estratos que menciono así como de los estudios de suelo, hídricos, topográficos y arbolado. También estamos emprendiendo el levantamiento de los edificios en todo el bosque. En la cuarta sección hay mucha infraestructura y debemos entender qué tipo de plan maestro urbano necesitamos para ese caso en particular, que es distinto al caso de la tercera sección. Es muy sabido que hay que atender problemas de movilidad en Constituyentes, así como en varios cruces de Reforma. Pero aún más imperante es el impacto que va a generar el tren interurbano que atraviesa la cuarta sección. El aspecto ecológico de los planes maestros existentes ha sido revisado y actualizado. Por eso estamos trabajando con asesores nacionales e internacionales que nos están ayudando a diseñar un plan maestro de restauración ambiental propositivo, esencial, prioritario, y no como ornato arquitectónico, sino con una propuesta que va desde la agroforestería hasta la ortodoxia ambientalista y que puedan ayudar a establecer este tema en el desarrollo de la biocultura del país.

 

AH: En estos meses se ha hablado de ciertos conflictos entre, digamos, el valor otorgado al conocimiento de los expertos y el que se le da a otros tipos de saberes. ¿Cómo lees esto en relación al encargo que se te hace?

El hecho de que la coordinación de este proyecto cultural se le encarga a un artista responde claramente al tipo de expertos que se intenta convocar. Digamos que el presidente Lopez Obrador junto con su secretaria de Cultura hicieron de facto la primera poda cultural ambiental del país al no tecnocratizar el proyecto. Podríamos verlo como un cambio interesante en la mentalidad política cultural del país, o como una actitud prácticamente inédita desde la época de los muralistas. Tanto a nivel político, económico, como cultural, las doctrinas adoptadas eran decirle a la gente (incluso a los artistas) que paisajes pintar o que sembrar en sus tierras y eso también influye en la manera cómo se produce arte y arquitectura. Yo no ignoro temas de ecología política, de arquitectura, de escultura pública, no desconozco sobre jardines o parques, pero tampoco sobre geopolítica. No acepté este reto actuando como un neófito. Por supuesto busco asesorías y estoy conversando con las personas informadas y, sobre todo, con los sabios y sabias que se han acercado generosamente a compartir sus saberes. Me han depositado su confianza también, al escuchar mis propuestas iniciales y compartir nuestras ideas y así lograr coordinar este proyecto en su balance ecológico, social, económico, y hasta si quieren estético y filosófico en los cuatro puntos que mencioné.

 

AH: ¿Hay alguno de esos puntos que en principio pese más que los otros? 

GO: La parte ambiental se trata de un tema de supervivencia pulmonar básica. La cultura ambiental se está insertando con mayor intensidad en la mente y el discurso de los políticos del mundo, no sólo de México. Todavía las ideas sobre desarrollo, bienestar o  progreso no incluyen necesariamente conceptos o acciones reales que nos permitan respirar en términos ambientales. Sabemos que el balance entre lo cultural —lo cultural podríamos pensarlo como el corazón— y lo ambiental —los pulmones— es vital en Chapultepec para que irrigue su sangre, el agua. De hecho, intentaremos dar un paso más allá: intentar que los términos ambientales empiecen a permear los términos culturales y económicos del proyecto. Hablamos de permacultura en campo expandido. Proponer una filosofía ambientalista que genere acciones y desarrollos sustentables en lo urbano, en lo arquitectónico, en lo económico. Hacer de Chapultepec una plataforma biocultural sustentable, exitosa. Cada una de las acciones constructivas que se implementarán deberán cumplir al menos con las cuatro funciones: ambiental, cultural, social y sustentable.

En concreto, a nivel arquitectónico, para regresar al tema que les atañe, queremos aplicarle este uso agricultural: aplicar sistemáticamente una poda arquitectural. Por supuesto que no buscamos demoler como hace la arquitectura de roza, tumba y quema —esa que provoca detonantes de incendios inmobiliarios y que degenera nuestro suelo. Pero sí vamos a establecer un criterio de poda y composta cultural en sitio, tanto para la vegetación como para los inmuebles invasivos y obsoletos y así rescatar las semillas endémicas, las estructuras y objetos casi arqueológicas que contiene este bosque como joya cultural y ambiental.

 

AH: En el Bosque de Chapultepec están algunos de los museos más importantes del país, centros de espectáculos, y también se dan manifestaciones culturales de diversos tipos. ¿Cómo trabajará esto con tu programa?

GO: Justamente entendiendo en términos de restauración y reforestación cultural todos los diferentes estratos del arte que se desarrollan en Chapultepec. Pensando que ahora se suman Los Pinos y las zonas antes pertenecientes al Ejército, entendiendo que podemos duplicar, incluso triplicar a largo plazo, la oferta cultural del territorio ampliado que es  ahora el Bosque de Chapultepec. En algunas zonas está francamente atrofiada porque hay mucha sombra, en otras está sobre desarrollada y hay mucho ruido, demasiado sol,  y en otras la vegetación cultural ha quedado abandonada inhibiendo la participación comunitaria y vecinal, generando inseguridad y temor a nuestra cultura social contemporánea. Buscamos desarrollar el potencial de cada una de las cuatro secciones de este bosque cultural. Lo importante es que Chapultepec funciona como el gran bosque de nuestra memoria histórica, como un laboratorio ambiental, pero también como un organismo cultural contemporáneo sano.

 

Miquel Adrià: ¿En qué momento termina la fase del programa y se definen los planes y el proyecto?

GO: Al plantear el presupuesto y calendario entendimos que hay partes que pueden terminarse a un año del arranque, otras en tres y otras que esperaremos estar vivos para verlas. El programa sucede en el tiempo y debe aceptar los cambios de planes, lo impredecible de un desarrollo de planes maestros sometidos al juicio del tiempo y que se irán ajustando a lo imprevisto —o a las temporadas de lluvia. No es un proyecto impositivo, estático desde las alturas o desde la computadora. Es un proyecto orgánico que, de hecho, ya ha comenzado. Y, regresando a su lenguaje arquitectónico, no estamos produciendo anuncios publicitarios ni vendiendo desarrollos inmobiliarios con esos infames horrenders. Buscamos primero que la comunicación sea fluida entre la enorme cantidad de personas que están participando en el desarrollo del programa maestro, desde nuestros jardineros hasta nuestro presidente. Por eso, preferimos generar mapas, calendarios y planes, mas que diseños prematuros plantear mapas que tracen las líneas y diseñen la estrategia de juego en este tablero cultural del bosque. Parte de la manera como funciona la idea de un programa es dejar canales abiertos a lo impredecible para irlo afinando. Por ejemplo, la restauración ambiental de la tercera sección se está programando y diseñando de acuerdo a las estaciones y temporadas de lluvias, para lograr resultados hídricos y forestales que no requieran de irrigación artificial y depender en lo mas mínimo de esa ingeniería dura y costosa. En la cuarta sección el calendario depende de la manera como se vaya desocupando la zona militar y como vaya integrándose la comunidad a restaurarla. Es una zona muy distinta a las otras secciones, con barrancas profundas, con agua corriente de manantial vivo y un río con flujo permanente. Funciona más como una isla. Hay mucha infraestructura que se podrá utilizar para la comunidad vecinal y para los visitantes balanceando los cuatro aspectos de los que hablamos. Digamos que la poda en la ex-zona militar será de índole distinta: la restauración arbórea consistiría en que dejen de tener la copa cúbica y ya no parezcan arquitectura. También tenemos un sitio histórico a proteger, en un momento de suma fragilidad, la ermita Vasco de Quiroga. Haremos hasta lo imposible por salvarlo. También tenemos los museos de la primera sección que hay que revitalizar implementando la oferta artística, histórica y contemporánea.

 

MA: Cuando hablas de poda arquitectónica y reciclaje, ¿cómo interviene en el caso de esas construcciones?

GO: Entender la economía en la producción de un proyecto siempre ha sido muy  importante en todo proceso creativo. Aplicar los criterios de poda y composta a la arquitectura tanto como al paisaje es un trabajo complementario. Lo que ahora tenemos en la cuarta sección urbanizada es una poda de vegetación severa, que proyecta una disciplina militar, mientras que en la Primera sección la jardinería es más europea pero con un desarrollo acumulativo de árboles que irrumpe con el tiempo la traza cartesiana. La segunda sección tiende más hacia un modernismo tecnológico occidental, clásico de la segunda mitad del siglo XX. Todas las secciones necesitan sanearse y re orientarse en algún lugar de algún modo —digamos que entonarse en términos musicales, para incorporarse a esta nueva sinfonía de 800 hectáreas— para que el ruido invasivo del entretenimiento ingenierista tecnocrático se matice con la poda que, repito, sin ser de roza, tumba y quema —y empobrezca nuestro suelo—, logre fertilizar “composteando” los estratos inhibidos por el impacto del cemento y de la sombra.

 

MA: ¿Cuales son las ideas específicas en el lado del Bosque que toca avenida Constituyentes? ¿La cuarta sección será un espacio aparte o se integrará de algún modo?

GO: Estamos pensando en conectarlas, pero ahí es importante de nuevo entender el tema de los tiempos. Estamos haciendo un programa en el sentido de movilidad sin pretender que todo estará funcionando el día de mañana. Hay que ver lo que podemos hacer con el tiempo de aplicación de cada estrategia urbana. Tenemos cosas bastante claras desde hace tiempo. Sabemos de antemano que necesitamos controlar el tráfico vehicular desmesurado de Constituyentes y re establecer el derecho peatonal. Sabemos que no queremos mandar al subsuelo al ciudadano con túneles peatonales y también sabemos que queremos inocular la epidemia que se propaga de puentes peatonales aptos más para el ganado que para las personas. Queremos pensar en los pasos como paseos que conectaran las cuatro secciones como destinos en sí mismos, como paseos o parques flotantes.

 

MA: Por último, en relación al presupuesto, ¿está planteada la propuesta de modo que sea viable, en términos de la austeridad en la administración pública, y que no corra el riesgo de quedar sólo en buenas ideas?

GO: Planteamos ya un primer presupuesto bastante detallado. Tanto el presidente como la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheimbaum, lo revisaron con cuidado y fue aceptado. Lo seguimos afinando. Planteamos ese presupuesto conscientes de que no se trata de un proyecto que se pueda presupuestar como si fuera un proyecto inmobiliario, sino esencial, cultural y ambiental. Les pareció bien, les gustaron las ideas ahí vertidas las cuales estamos comenzando a aplicar. Por eso, insisto, todavía no estamos presentando horrenders publicitarios, sino dibujando a mano un programa de ideas concretas que deberán ser capaces de aplicarse y lograr su objetivo, realizarse. Es consecuente al plantear que podemos duplicar la oferta cultural del Bosque de Chapultepec, así como implementar su restauración ambiental de una manera fundamental, bien consolidada. Por supuesto estamos preparados para reducciones en el presupuesto tanto como para lo que posiblemente viene: que exista un entusiasmo cada vez mayor y se refleje económicamente en la manera de sumarse a todos los sectores involucrados en esta iniciativa del presidente, en la que si todo se desarrolla como lo estamos creando a nivel ambiental, cultural, social y sustentable, lo poético pueda sucedernos.

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La promesa de Chapultepec https://arquine.com/la-promesa-de-chapultepec/ Thu, 04 Apr 2019 14:45:30 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/la-promesa-de-chapultepec/ Lo que se plantea para el Bosque de Chapultepec no es un proyecto y ni siquiera un anteproyecto, lo reconoció Gabriel Orozco. Pero ni siquiera es por ahora una propuesta. Es, apenas, una promesa. Una promesa que, para saber cuándo y cómo se cumplirá, habrá que definir claramente en sus términos. Y pronto.

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Se hizo el anuncio: con 800 hectáreas, el proyecto de Chapultepec será el espacio artístico y cultural más importante del mundo. Bien, en principio. Que los terrenos de la Secretaría de la Defensa que, tanto en el sexenio anterior como al inicio de este, se había planteado parcialmente para desarrollo inmobiliario se sumen al Bosque de Chapultepec es buena noticia para la Ciudad de México. Pero el anuncio abre muchas interrogantes que durante la presentación no aclaró la explicación ofrecida por Gabriel Orozco, encargado del proyecto. Planteo sólo algunas.

 

Jardín de la South London Gallery, Gabriel Orozco.

 

La primera sería, justamente, ¿por qué Orozco? Sí, Orozco es uno de los artistas mexicanos contemporáneos con mayor reconocimiento nacional e internacional y, entre muchos otros trabajos, ha diseñado ya un jardín para la South London Gallery. Pero un jardín no es equivalente al Bosque de Chapultepec. Y no sólo por obvias razones de tamaño y complejidad, sino por las condiciones que Orozco esbozó en la presentación. Los museos y espacios culturales, el zoológico, el cárcamo del río Lerma, la Feria, el Panteón de Dolores, Los Pinos, que dejaron de ser la residencia oficial para sumar sus espacios a los del bosque urbano. Todo eso y más: el Paseo de la Reforma y Periférico que lo atraviesan, Constituyentes que lo bordea en parte; colonias de lujo de un lado y barrios populares del otro. Esas condiciones implican necesariamente la colaboración entre expertos en diversas materias. Lo sabe Orozco; lo dijo. Pero no dijo si ya sabe qué papel jugará específicamente y cuál será su posición como director de ese proyecto: ¿será el gestor de todos esos grupos de expertos, será el autor de las ideas centrales, será el impulsor de un proyecto colaborativo, abierto y horizontal? Y, en cualquier caso, ¿por qué Orozco será el gestor, autor o impulsor de las ideas y las obras necesarias para Chapultepec?

 

Otra pregunta relacionada a las anteriores e ineludible es, si ya Orozco ha sido elegido como la cabeza del proyecto, ¿cómo se decidirá quiénes colaboran con él? ¿Serán sus amigos y conocidos? ¿Se harán licitaciones abiertas para encontrar a los diversos contratistas? ¿Se organizarán concursos abiertos para proyectos específicos? ¿Se trabajará de manera participativa con vecinos y ciudadanos en general? Por supuesto, en un bosque urbano de 800 hectáreas hay lugar para todos esos modelos, ¿son todos igualmente válidos? Desde hace tiempo he opinado que la única manera válida de asignar la realización de proyectos de obra pública son los concursos abiertos, aunque puedan tener ciertas restricciones: geográficas —para personas trabajando en cierta región—, de experiencia —para quienes hayan realizado algún tipo de proyecto similar— o de edad —para jóvenes—, entre otras. Hay, sin embargo, los que piensan que no todo debe ser concursos —y no hablo de quienes han sido beneficiados por asignaciones directas y las consideran, evidentemente, un método aceptable.

El arquitecto ingles Jeremy Till, por ejemplo, varias veces ha explicado que los concursos generalmente exigen mucho trabajo que no está necesariamente dirigido a entender ni el sitio, ni el programa ni los requerimientos de los futuros usuarios, sino a producir resultados previsibles y estereotipados juzgados con criterios no siempre claros. Entonces, si no es mediante concursos, ¿cómo realizar los proyectos que ser requerirán en Chapultepec? La respuesta gusta a nuestros gobernantes aun menos que lo que les gustan los concursos, método que rehuyen.

Si no hay concursos entonces hace falta un trabajo más largo y lento de estudio y análisis, de comparación de diversas propuestas consensuadas en mesas de trabajo y discusión, de talleres de diseño participativo y presentaciones públicas en un proceso que, si resulta virtuoso, satisface a la mayoría pero nunca a todos y que jamás tomará menos tiempo que un concurso. Y, de cualquier manera, la pregunta vuelve al inicio: ¿cómo se eligen a los profesionistas y especialistas que tomarán parte en ese proceso de diseño? ¿Se piensa conformar un oficina pública especializada, contando con la asesoría y supervisión de grupos colegiados, de instituciones educativas y de investigación? ¿O ese trabajo participativo será desarrollado por particulares cuya elección, de nuevo, supone algún tipo de concurso o licitación?

 

Si las preguntas sobre por qué y cómo se elige a quien encabeza este proyecto y quienes serán sus colaboradores no resultan de poco interés, lo principal, tal vez, sería entender, claramente, ¿qué es lo que realmente se plantea y por qué ahí y ahora? Insisto: sumar los terrenos de la SEDENA al Bosque de Chapultepec me parece que es una buena decisión. Buscar continuidad peatonal para recorrer toda la extensión del bosque, también lo es. Abrir el bosque a las zonas que lo rodean y a las que ahora da la espalda es justo y necesario. Pero, ¿ya se han valorado los efectos a distintas escalas de esas acciones? A mediano plazo, una mejor conexión con el bosque sobre avenida Constituyentes, ¿provocará el aumento del precio de la tierra y de la construcción en esa zona, expulsando a quienes ya viven ahí? Ese es un proceso “natural” en muchas ciudades, ¿qué medidas se tomarán para evitarlo o, de menos, controlarlo? Y a una escala mayor, ¿qué relación tendrá este gran bosque urbano con espacios como Ciudad Universitaria, el parque ecológico que ahora se propone construir en el lecho de Texcoco o con zonas como Xochimilco, que nos dicen padece hoy condiciones críticas en cuanto a su viabilidad hídrica y ecológica? Calificar a Chapultepec como un espacio “artístico y cultural”, nada más, con todo lo amplio que puedan resultar esos conceptos, ¿basta? Sumado a sitios como los antes mencionados, ¿puede Chapultepec concebirse como parte de un modelo para el desarrollo urbano, ecológico e hidrológico de la región entera?

Estas son algunas de las interrogantes en que hace pensar el anuncio reciente de lo que se plantea para el Bosque de Chapultepec. Algo que aun no es un proyecto y ni siquiera un anteproyecto, lo reconoció Orozco. Pero ni siquiera es por ahora una propuesta. Es, apenas, una promesa. Una promesa que, para saber cuándo y cómo se cumplirá, habrá que definir claramente en sus términos. Y pronto.

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Arquitectura en México: 1900-2010 https://arquine.com/arquitectura-en-mexico-1900-2010/ Wed, 04 Dec 2013 16:38:22 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/arquitectura-en-mexico-1900-2010/ La exposición 'Arquitectura en México: 1900-2010', curada por Fernanda Canales, recorre ciento diez años de arquitectura en México y se enfoca en la relación de esta con el diseño, el arte y la ciudad. La exhibición se conforma a través de fotografías, dibujos, maquetas, mobiliario, esculturas, pinturas y planos urbanos y ofrece el panorama más amplio jamás reunido sobre arquitectura moderna de México.

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La exposición ‘Arquitectura en México: 1900-2010′, curada por Fernanda Canales, recorre ciento diez años de arquitectura en México y se enfoca en la relación de esta con el diseño, el arte y la ciudad. La exhibición se conforma a través de fotografías, dibujos, maquetas, mobiliario, esculturas, pinturas y planos urbanos y ofrece el panorama más amplio jamás reunido sobre arquitectura moderna de México.

Se presenta el trabajo de más de 160 autores: desde los nacidos a mediados del siglo XIX hasta quienes actualmente rondan cuarenta años de edad. Por medio de material inédito, obras emblemáticas y proyectos utópicos se aporta una lectura para explorar las ideas detrás de las formas. El enfoque está en los distintos procesos de creación en torno a la arquitectura, que impactan en la forma en que vivimos y desarrollamos nuestras ciudades. Casi 500 piezas, además de entrevistas y videos, acercan las reflexiones de los auditores y hacen posible recorrer las obras que han hecho de México un emblema de lo moderno, como el conjunto de Ciudad Universitaria, el Centro Urbano Presidente Alemán de Mario Pani y la casa de Diego Rivera y Frida Kahlo de Juan O’Gorman. La exhibición se estructura en orden cronológico a través de seis periodos que definen arquitecturas distintas: Los inicios (1900-1924), Primera modernidad (1925-1939), Periodo heroico (1940-1968), Nueva monumentalidad (1969-1989), Fin de siglo (1990-1999) y primera década del siglo XXI (2000-2010). El recorrido destaca momentos clave: como el funcionalismo de la época posrevolucionaria, el proyecto de los Juegos Olímpicos en 1968, la corriente de integración plástica, así como el surgimiento de una nueva colonia, revista o concurso.

Los seis bloques históricos tienen su contrapeso en la última sección, destinada a publicaciones sobre arquitectura, en la que obras, autores y épocas se mezclan. La exhibición incluye obra plástica de arquitectos que han trascendido los límites de la profesión, como Juan O’Gorman, Teodoro González de León, Alberto Kalach y Mauricio Rocha, así como espacios realizados por artistas como Diego Rivera, Mathias Goeritz y Gabriel Orozco. Objetos de Emiliano Godoy y Ariel Rojo que abanderan en el extranjero el diseño contemporáneo se conjugan con la gran escala del urbanismo, en donde destacan proyectos en Acapulco, Monterrey, Guadalajara, Mérida y Cuernavaca. En esta época en que se ha olvidado la importancia del patrimonio histórico, la exhibición propicia una transformación de los discursos desde obras pasadas que se convierten en actuales.

La exposición se inaugura mañana 5 de diciembre en el Palacio de Iturbide y cuenta con la participación de Fomento Cultural Banamex.

131127 PR Arquitectura en Meìxicobaja-1Federico Mariscal, Inspección de Policía, 1916. Ciudad de México. Archivo Fernanda Canales | Adamo Boari y Federico Mariscal, Palacio de Bellas Artes, 1934. Ciudad de México. Archivo Manuel Toussaint Instituto de Investigaciones Estéticas UNAM
131127 PR Arquitectura en Meìxicobaja-B2Mario Pani, Enrique del Moral y Salvador Ortega. Torre de Rectoría, 1952. Juan O’Gorman, Juan Martínez de Velasco, Gustavo Saavedra. Biblioteca Central, 1952. Ciudad Universitaria, Ciudad de México. Archivo Manuel Toussaint Instituto de Investigaciones Estéticas UNAM
131127 PR Arquitectura en Meìxicobaja-3Legorreta Arquitectos. Camino Real Ixtapa, Ixtapa, Guerrero, 1981. Archivo Fundación Armando Salas Portugal
131127 PR Arquitectura en Meìxicobaja-4Abraham Zabludovksy y Teodoro González de León. El Colegio de México, 1976. Ciudad de México Archivo Fundación Armando Salas Portugal

131127 PR Arquitectura en Meìxicobaja-4bAugusto Álvarez y Enrique Carral. Concurso para el Heroico Colegio Militar (proyecto), 1971

131127 PR Arquitectura en Meìxicobaja-5Mauricio Rocha y Gabriela Carrillo – Taller de Arquitectura. Escuela de Artes Plásticas de Oaxaca, Oaxaca, 2008. Archivo Taller de Arquitectura
131127 PR Arquitectura en Meìxicobaja-6Tatiana Bilbao SC Auditorio del Jardín Botánico, Culiacán, Sinaloa, 2010-11. Archivo Tatiana Bilbao

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Objetos imposiblesObjetos imposibles https://arquine.com/objetos-imposibles/ Fri, 16 Nov 2012 17:03:23 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/objetos-imposibles/ Gabriel Orozco identifica la realidad como medio de trabajo y donde los objetos son la provocación o el residuo de un evento.

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por Alejandra Gámez | @ale_gameza

La ecuación entre arte y realidad nos recuerda la tradición del readymade iniciada por Marcel Duchamp y trasformada por los artistas de posguerra. Gabriel Orozco (Jalapa, 1962) identifica la realidad como medio de trabajo y los objetos como provocación o el residuo de un evento. Jacques Lacan decía que  lo real es eso que existe fuera de la representación, por tanto, trabajar en la realidad da lugar a “objetos imposibles”. Orozco hace esos “objetos imposibles” cultivando una dimensión del readymade: su naturaleza como un encuentro entre artista y objeto, como un simple gesto de validación estética conferida a artículos ordinarios.

A partir del 9 de noviembre y hasta el 13 de enero del próximo año, el Museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York presenta Gabriel Orozco: Asterisms, instalación compuesta de piezas escultóricas y fotográficas que comprende miles de artículos que reunió de un campo de un juego cerca de su casa en Nueva York, y de una biosfera costera protegida en Baja California Sur. La muestra evoca temas recurrentes en la obra de Orozco, como huellas de erosión, poética en materiales mundanos y continua tensión entre naturaleza y cultura.

Sandstars, pieza clave dentro de la exhibición, responde al entorno de la Isla Arena en México,  una reserva de vida silvestre, que a la vez funciona como zona de apareamiento de ballenas, cementerio y  área de residuos industriales. En 2006, Orozco extrajo de este mismo lugar el esqueleto de ballena que conforma la escultura Mobile Matrix (2006) instalada en la Biblioteca México José Vasconcelos de la ciudad de México. Orozco regresa a la isla para crear una instalación escultórica con basura, depositada en el lugar debido a las corrientes oceánicas. La pieza está colocada en el suelo de la galería y se compone de botellas de vidrio, bombillas incandescentes, remos de madera, tornillos, bisagras, boyas de plástico, pelotas, cascos de construcción, rollos de papel higiénico, entre otros objetos. Esta alfombra monumental de casi 1,200 objetos está acompañada por fotografías de gran formato que exponen los objetos individualmente, organizados por material, color y tamaño.

El segundo componente, Astroturf Constellation, explora de manera similar la clasificación taxonómica, pero en una escala completamente diferente. Se forma con una colección de piezas abandonadas por los atletas y espectadores en el campo de juego de Pier 40 en Nueva York. En una gran plataforma se extienden miles de monedas, tenis, pelotas de futbol, envolturas de dulces y chicles. Al igual que en Sandstars, los objetos se exhiben junto a trece fotografías documentales. Ambos componentes dialogan mediante una oscilación provocativa entre lo macro y lo micro, como una ampliación revelada de la sutil práctica de Orozco con sistemas personales e idiosincrásicos de una cotidianidad significada.

Sandstars (2012), Isla Arena, Baja California Sur | © Gabriel Orozco

Sandstars (2012) | © Gabriel Orozco | Foto: Mathias Schormann

Gabriel Orozco: Asterisms | © Gabriel Orozco

Astroturf Constellations | © Gabriel Orozco

Gabriel Orozco: Asterisms | © Gabriel Orozco Foto: Mathias Schormann

Gabriel Orozco: Asterisms | © Gabriel Orozco Foto: Mathias Schormann

Astroturf Constellations | © Gabriel Orozco

Fotos: Museo Solomon R. Guggenheim Nueva York

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