A partir de maquetas de gran escala realizadas en colaboración con los locatarios del Edificio Plaza Merced 2000, el proyecto expone posibles estrategias e intervenciones con las cuales activar los espacios subutilizados de la plaza y mejorar aspectos sociales, ambientales y espaciales del edificio.

La pieza se compone de seis módulos de maquetas escala 1:50 de dos niveles ambientadas con objetos del mercado de Sonora, un cartel neón y tres bases hechas con anafres soldados entre ellos iluminados con tubos fluorescentes. Ninguno de los módulos representa un espacio en particular del edificio sinó cuadrantes genéricos permitiendo a los usuarios hacer vínculos con el estado actual de la plaza sin limitarse a los detalles y complejidades de cada espacio en particular.

Para la elaboración de las maquetas se realizaron entrevistas y actividades con las cuales entender las necesidades de la plaza, invitar a las distintas comunidades que trabajan dentro de ella a participar y generar sesiones de trabajo en el sitio. Dos de las maquetas fueron llevadas a cabo con los niños de la guardería que gestiona la maestra Amanda, una maqueta que representa una arena de boxeo se realizó con Israel Bustos profesor de boxeo del Gym maromas ubicado en la plaza, un skate park fue elaborado por Moises Aguilar Ramirez, un auditorio de usos múltiples se diseñó en conjunto con Gerardo Aguilar Alcantara, el módulo de escaleras eléctricas y escaleras auditorio se realizó con la idea de Jesús Martínez del restaurante la Tortuga, la arquitecta Sharon Vega propuso un área de comida y de descanso y finalmente junto con Ivonne Colonia se propuso un huerto en la azotea y un sistema de paneles solares y captación pluvial. La manufactura de las bases se realizó en la plaza con los herreros Moises Aguilar Ramírez y los hermanos Alberto, Gerardo y Mario Aguilar Alcantara. Si bien las maquetas no se realizaron de manera simultánea, se pueden leer ecos de unas propuestas en las otras entendiendo el manejo del agua, el esparcimiento y las áreas de descanso y de aprendizaje como una necesidad general en el imaginario colectivo del edificio.

El proyecto “ VIVA PLAZA MERCED 2000 POR SIEMPRE”, es parte de la continuación de la tesis de licenciatura en arquitectura “La Merced: Ilusión, Fracaso y Redención” ganadora del premio Abraham Zabludovsky y el Holcim Next Generation Latinoamérica. Los espacios comerciales subutilizados alrededor del mundo representan una oportunidad urbana tanto como un foco de conflicto. La pieza presentada en el Fonca, ahonda en el complejo proceso de participación y organización necesario en proyectos donde convergen múltiples autores y visiones articulando proyectos puntuales con visiones a largo plazo y distintas escalas e intereses.

El cargo “Viva Plaza Merced 2000 Por siempre” apareció primero en Arquine.

Este año el número de becarios superó los doscientos, por lo que se conformaron dos grupos independientes con los correspondientes encuentros trimestrales intercalados. En arquitectura, Isaac Broid y Derek Dellekamp tutorizan un grupo y yo el otro. Las propuestas abordan temas tan dispares como una granja piloto de semillas, un prototipo de escuela rural que contextualiza la arquitectura con mayor sensibilidad que los modelos universales que el CAPFCE sembró por toda la República cincuenta años atrás, o unos observatorios aéreos sobre la ciudad de México que permitan dibujar unos dioramas contemporáneos de la urbe más grande del continente. Otros, proponen la transformación creativa de las ciudades a partir de mapeos para comprender y actuar. Si Lucia Villers parte del plano de 1,900 de la ciudad de México para seguir el perímetro reconociendo áreas de oportunidad y abandono, que clasifica como lotes de materia finita, tiempo circular, eternidad y olvido, para proponer acciones y estrategias de gestión que detonen su reactivación, Sol Camacho analiza las megacentralidades a partir de estudios paramétricos de los CETRAM que vertebraran la estructura urbana de la metrópolis mexicana. A su vez, en la periferia informal de Monterrey, Roberto Nuñez parte de un fragmento de ciudad para analizar las estructuras, los objetos y los sujetos: unas definen lo construido, lo permanente; los objetos componen las secuencias temporales; y los sujetos las habitan, construyendo lo que denomina Arqu(i)ologías de lo cotidiano.

Cada loco con su tema, parafraseando a Serrat. Y un encuentro con tanto ingenio sometido al acelerador de neuronas colectivo, es un goce intelectual donde todo cabe: tratar de entender el lenguaje hermético de los músicos contemporáneos (tan parecido al de los arquitectos!), escuchar con incredulidad a los poetas, quedar atrapado por las bandas dibujadas de comiqueros o perplejo ante los resultados de un viaje virtual que permite cruzar todo el territorio nacional en Google y estupefacto con las explosiones que reproducen artísticamente algunas escenas de la sangrienta actualidad nacional, son algunos de los estímulos que rebotaron por las paredes y albercas de un hotel en Taxco. Este programa que dirige actualmente Moisés Rosas -y hasta el pasado año Mini Caire-, cuenta con un equipo exigente de profesionales que dan continuidad aseguran el cumplimiento de los trabajos prometidos por los creadores que pronto dejarán de ser jóvenes.

Lucía Villers

Sol Camacho

Roberto Núñez

El cargo Los jóvenes creadores apareció primero en Arquine.