Resultados de búsqueda para la etiqueta [Estudio MMX ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Tue, 27 May 2025 14:05:24 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Arquitecturas mexicanas. Lo mejor del siglo XXI. 2021 – 2022 https://arquine.com/product/preventa-arquitecturas-mexicanas-lo-mejor-del-siglo-xxi-2021-2022/ Thu, 02 Nov 2023 17:40:07 +0000 https://arquine.com/?post_type=product&p=84650 Cubierta: blanda
Edición: bilingüe
Medidas: 21.6 × 29 cm 224 pp.

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Esta publicación da continuidad a un proyecto editorial bianual que evalúa y selecciona lo mejor de la arquitectura construida en México. La selección resulta de una convocatoria abierta a la que responden tanto oficinas de arquitectura con una trayectoria consolidada, como ofici- nas emergentes. Los proyectos, presentados en escala progresiva, exponen mediante planos arquitectónicos, fotografías y un breve texto su propuesta arquitectónica. En términos generales, el libro da muestra de la escena arquitectónica en México, calibrando los cambios de los años recientes y presentando las nuevas propuestas a las que vale la pena prestar atención.

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Museo de Geología https://arquine.com/obra/museo-de-geologia/ Fri, 27 Jan 2023 17:58:52 +0000 https://arquine.com/?post_type=obra&p=74619 El proyecto del nuevo Museo de Geología en la playa de Progreso en Yucatán, está planteado como un elemento cultural y de espacio público, desarrollados como un único proyecto. Las distintas partes del programa se relacionan de manera consciente entre sí y con el contexto, a través de diferentes ambientes en el espacio abierto.

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El proyecto del nuevo Museo de Geología en la playa de Progreso en Yucatán, está planteado como un elemento cultural y de espacio público, desarrollados como un único proyecto. Las distintas partes del programa se relacionan de manera consciente entre sí y con el contexto, a través de diferentes ambientes en el espacio abierto.

La plaza que genera el proyecto se organiza a los lados de un corredor central, por el cual se puede acceder tanto a los espacios interiores como cruzar la plaza hacia el malecón. Dos grandes jardines elevados flanquean las esquinas de la plaza, permitiendo recorrer los desniveles para disfrutar de nuevas vistas a diferentes alturas. Una plaza contenida genera un recorrido ajardinado frente a los servicios públicos, los cuales ahora gozan de un área verde y sombreada. La cafetería y talleres del museo se separan de él para darle servicio a toda la plaza, permitiendo así conectar las distintas actividades que permite el proyecto y vincular la vida diaria del edificio con las dinámicas urbanas de la ciudad.

El museo, que ocupa la esquina sureste de la plaza, consiste en ocho volúmenes de exhibición los cuales se pueden subdividir en dos volúmenes de mayor tamaño para permitir un espacio de exhibición permanente y otro espacio multiusos para realizar eventos o bien una exposición temporal, ambos servidos por un volumen de oficinas, un volumen de espacios de investigación y catálogo y uno destinado a bodega. Los volúmenes de diferentes alturas se disponen en una retícula que cubre la plaza, permitiendo crear espacios habitables al interior y una cubierta que puede ser recorrida de esquina a esquina, con elementos de paisaje.

La materialidad del museo, cubierto en su totalidad en chukum (un acabado natural de origen maya) asegura su durabilidad y bajo coste de mantenimiento. El diseño de los volúmenes y su disposición en el espacio público genera recorridos acompañados de luz, sombra y vegetación que dan a la plaza un nuevo carácter rico en experiencias que evocan ideas de la arquitectura maya junto con la herencia de colonial de la traza urbana. El museo sintetiza de forma consciente los aprendizajes locales mayas con planteamientos de arquitectura contemporánea, generando así un nuevo espacio público identificable y apropiable para la gente de Progreso.

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Conectando el pasado con el futuro en un pequeño pueblo de México https://arquine.com/conectando-el-pasado-con-el-futuro-en-un-pequeno-pueblo-de-mexico/ Thu, 19 Jan 2023 17:53:33 +0000 https://arquine.com/?p=74322 Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista hizo parte del premio Emerging Voices 2022, un concurso anual que premia individuos y oficinas de Norte America con voces de diseño […]

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Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista hizo parte del premio Emerging Voices 2022, un concurso anual que premia individuos y oficinas de Norte America con voces de diseño distintivas y una cantidad significativa de trabajo realizado.

Una colaboración con:

 

Estudio MMX incorporó tradiciones de diseño local en un proyecto creado para acercar a los jóvenes al arte y así prevenir su vinculación a bandas criminales.

Aproximadamente 30,000 niños han sido reclutados por el crimen organizado en México, según la fundación Reinserta. Se piensa que este problema, que ha venido creciendo en los últimos años, está íntimamente ligado a estadísticas de violencia juvenil: entre el 2000 y el 2020, más de 20,000 niños y adolescentes mexicanos fueron asesinados, otros 7,000 desaparecieron.

Estudio MMX, una firma de arquitectura de Ciudad de México, ha diseñado varios proyectos para proteger a niños en comunidades de alto riesgo. Alicia Botero y Sarah Wesseler de The League hablaron con Jorge Arvizu, Ignacio del Río, Emmanuel Ramírez y Diego Ricalde, los directores de MMX, acerca de uno de estos proyectos: un ambicioso programa de educación artística en el pueblo Canalejas, en el municipio Jilotepec, al noreste de la Ciudad de México.

¿Cómo surgió el diseño para la villa de arte Tepozán? ¿Cuál ha sido la trayectoria del proyecto?

Jorge Arvizu: Bueno, el proyecto lleva mucho más tiempo que este edificio que ven en las fotos. Comenzó cuando nos contactó una organización llamada Architecture for Humanity. Empezamos a conversar al principio del proyecto—cuando no tenían un terreno, ni una escuela de arte operando, sino simplemente la inquietud de ayudar a esta comunidad. Hay una fuerte tradición de arte y cultura en el pueblo de Canalejas y Architecture for Humanity vio en esto una oportunidad para mejorar las condiciones sociales de la zona.

Entonces durante las primeras reuniones visitamos diferentes terrenos en conjunto con ellos; querían saber qué terreno nos parecía mejor para el proyecto. En ese proceso decidieron que, en vez de aventurarse a comprar un terreno grande y construir una escuela sin saber si esta sería utilizada, empezarían rentando una casa ya construida e invitando a los niños del pueblo a hacer manualidades y acercarse al arte a través de cursos básicos. Consiguieron diferentes maestros para enseñarles a tocar instrumentos, pintar, y hacer cerámicas y grabados. La intención también era rescatar la práctica local de esculpir. En la zona hay una tradición muy grande de una magnífica talla en piedra.

Ya cuando el cliente vio que este modelo sí funcionaba, compraron un terreno bastante grande, de cuatro hectáreas. Ya en ese entonces el plan de hacer una escuela se había hecho mucho más grande. Con base en sus ideas y algunas aportaciones nuestras, diseñamos el plan maestro para un campus con residencias, museos, una cafetería, una biblioteca, un jardín de esculturas, etc.

Documentación de la visita de campo. Crédito: Estudio MMX

Ignacio del Río: Entonces abordamos el proyecto en conjunto con esta organización—un proyecto muy ambicioso, muy grande. El plan maestro tenía también un área dedicada a la promoción y difusión de lo que se estaba haciendo en el campus—un auditorio y tienda—y también un área que posiblemente sería utilizada para residencias artísticas.

Pero como el plan maestro, es tan amplio y tan ambicioso, las estructuras están planteadas por fases y de forma que puedan funcionar autónomamente, en cierta medida. Sobre todo en esta primera etapa, en la que el primer edificio debe cubrir todos los diferentes usos que eventualmente tendrá el conjunto.

Dibujo conceptual del plan maestro para El Tepozán. En la parte inferior central, un diseño temprano para el edificio principal. En la parte superior de la imagen están las fases futuras del plan maestro, incluyendo cafetería, museo, residencias y otras amenidades. Un auditorio y una serie de talleres están planeados para el área central. Crédito: Estudio MMX

Arvizu: El cliente quiere tomar el proyecto paso a paso. Las siguientes etapas del plan maestro se irán construyendo conforme vaya creciendo la escuela. Quieren estar seguros de que el programa funciona y que el resultado no va a ser un edificio enorme que quede vacío.

Botero: ¿Había ya facilidades parecidas en la comunidad o es este tipo de programa algo completamente nuevo para la zona?

Emmanuel Ramírez: Hay muchas escuelas por ahí, pero no tenía mucho caso hacerla a esta escala, porque estamos hablando de un pueblo . . . nosotros en México les decimos pueblos carreteros. Es un pueblo que literalmente está sobre una vía principal y en menos de cinco minutos ya entraste y saliste de él.

Canalejas. Crédito: Google Maps

Nosotros al principio pensábamos que no tiene caso construir una escuela si no hay gente que pueda usarla. Hicimos algunos estudios regionales para entender de dónde podrían venir los estudiantes y a cuántas personas podría servir la escuela, poniendo como distancia máxima un viaje de media hora en transporte público. Encontramos que es una zona de muchos, muchos pueblos así y hay un par de pueblos un poquito más grandes. Entonces nos dimos cuenta que sí, que un programa como este sería una gran oportunidad para la región.

Ramírez: Cuando comenzamos a trabajar en el diseño, entendimos que lo importante sería crear un edificio que pudiera albergar el programa que estaba pensado inicialmente. Pero, al mismo tiempo, que la realidad era que este programa nunca se había probado. Entonces necesitábamos una visión de programa y de edificio que pudiera sobrevivir a una evolución incierta. Era importante diseñar espacios flexibles, porque no sabíamos, no sabemos, si el programa va a moverse más hacia la música o más hacia las artes o más hacía otra cosa.

Botero: ¿Cuáles fueron los retos o problemas a los que se enfrentaron desarrollando el diseño y cómo los resolvieron? ¿Qué soluciones espaciales desarrollaron para proveer flexibilidad?

Diego Ricalde: Como con cualquier proyecto, los problemas empezaron desde el minuto uno. Fuimos a ver el sitio una vez fue comprado por la fundación Tierra Adentro, creada por Architecture for Humanity para realizar el proyecto. A diferencia de muchos de los terrenos que habíamos visto con ellos inicialmente, era enorme. Empezamos a trabajar en el plan maestro localizando cada uno de los componentes sin saber muy bien cuáles serían las fases del proyecto.

Los clientes iban avanzando en paralelo, investigando diferentes posibilidades. Ellos habían contratado gente que les ayudara a entender cómo ir financiando el proyecto. En este aspecto, de nuevo, como en cualquier otro proyecto grande, la línea de tiempo ha sido tan ambigua como el programa.

Otra parte interesante del proyecto fue que dentro del terreno había un edificio ya existente. Era la casa del dueño original. Y cuando el hijo, creo, vendió el lote a la fundación, pidió que esa casa no fuera demolida, por un tema de memoria. Y aunque a nosotros nos pareció una noción romántica estuvimos de acuerdo en que esta casa vieja, con un esquema muy sencillo, con un pequeño muro de piedra que rodea el patio de entrada, podría integrarse a todo el conjunto.

Estado del edificio existente en el terreno al principio del proyecto. Crédito: Estudio MMX

Entonces ahorita las dos piezas del campus que existen son esa pieza antigua remodelada, que es la administración, y después estos otros espacios, como ya se dijo, abiertos y flexibles, que hoy alojan todo el programa de la escuela.

Arvizu: Otro problema o reto al que nos enfrentamos fue que estábamos diseñando un edificio complicado en términos de identidad. Esta comunidad está en un área muy rural, pero el frente del lote es de los típicos lugares que hay junto a la carretera. Hay construcciones, construcciones, construcciones, pero unos 30 metros hacía atrás, pasando ese primer bloque de construcción, ya no hay nada. Teníamos que enfrentarnos a esa dualidad.

Y luego estaba el problema del lenguaje arquitectónico. Parte de nuestro reto fue hacer un edificio con el que la gente se pudiera identificar, no solo llegar con un ejercicio abstracto o una pieza de la ciudad contemporánea y meterla en medio del pueblo. Entonces decidimos emplear estos muros de piedra y techos de teja, que son la manera tradicional de hacer arquitectura en esa zona.

Edificio principal de El Tepozán, junto a la vía principal de Canalejas. Crédito: Eduardo Pesado

del Río: En la zona hay mucha piedra y la gente está acostumbrada a trabajar con ella. Los muros que dividen las parcelas son muy bonitos. En la piedra acomodada casi no dejan ningún huequito—está perfecto. Entonces intentamos aprovechar esto lo más posible.

El otro material primario usado en el edificio, la teja, también se utiliza mucho en esa zona. Y a la vez es una idea que tomamos de la casita que existía en el terreno. Esta casa es un ejemplo de cómo viven los campesinos de la zona desde hace muchísimos años. Se tiene un área por debajo, una especie de almacén, que funciona como granero y demás, y la gente vive encima.

Ramírez: Un beneficio claro de usar este material fue que, como mencionaba Ignacio, no necesitábamos capacitar a nadie porque los trabajadores del lugar saben perfectamente cómo armar techos de teja y trabajar esta piedra.

Ricalde: Así es—un contratista general manejó el proyecto, pero empleando a locales para trabajar en él.

Ramírez: Parte de la estructura es metálica, esa sí obviamente venía del taller y luego se montaba en el sitio. Pero el resto del edificio fue construido a partir de técnicas tradicionales.

Ricalde: Es interesante el proyecto de este edificio porque de alguna forma revela la transformación del lugar. El lugar se está transformando y el edificio es como un testigo de esa transformación. La estructura de acero llega al pueblo porque los espacios que hay que cubrir para este programa son muy distintos a los de la casita de hace 100 años. Entonces ahí hay una incorporación de los materiales locales, tradicionales, vernaculares, pero también de un material nuevo que responde a este nuevo programa, que está a su vez transformando el uso del terreno y la vocación del pueblo.

Crédito: Sandra Pereznieto

Ramírez: Para complementar, estos sistemas de alguna manera condicionaron nuestra arquitectura. En el momento en el que adoptamos la teja, supimos que no la podíamos poner plana; teníamos que hacer techos inclinados. Y en el momento en que decidimos usar piedra, supimos que íbamos a tener muros sólidos, capaces de llevar carga, de dividir. Pero a la vez queríamos que entrara mucha luz, lo cual iba un poco en contra de usar muros de piedra.

Entonces la escuela tiene sus contrastes interesantes, que en parte nacen de querer usar esos materiales. Hay unas zonas que son muy cerradas, pero hacia el otro lado tenemos patios abiertos, muy transparentes.

Y no sólo los materiales de los muros y la teja los pensamos en términos locales. Esto también fue importante en el paisaje. Hicimos un trabajo de entender las plantas y los ambientes de la zona para diseñar los paisajes de los patios y jardines.

Estos microecosistemas fueron muy interesantes para nosotros, porque además la carretera es una un ambiente muy poco pintoresco. Normalmente el comercio que hay es un comercio muy agresivo, de lugares para arreglar coches y cosas por el estilo; hay también ferreterías, mercados y restaurantes. Entonces el edificio tenía que hacer esa transición, que ayudar a estudiantes y visitantes a entender que ya no estaban en la carretera. Decidimos que teníamos que hacer el cambio no solo en la piedra y la teja, sino también usando el paisaje local.

Y entonces el esquema son dos patios que funcionan como dos transiciones. Hay un primer patio vegetal que tiene una especie de jardín domesticado—que es como una maqueta del paisaje natural de la zona—y luego hay otro patio que se vuelve a relacionar con el paisaje de manera más abierta y luego ya pasas al terreno en donde las próximas fases del colegio se van a construir.

Crédito: Eduardo Pesado

Sarah Wesseler: ¿Pueden hablarnos más de cómo incorporaron flexibilidad en el diseño?

Arvizu: La flexibilidad surgió de que teníamos que hacer una primera etapa que tuviera todo el plan maestro en versión pequeña: auditorios, comedores, galerías, talleres. Entonces el proyecto tenía que tener una variedad de espacios abiertos y cerrados de diferentes escalas. Y los espacios cerrados tenían que poder albergar desde una oficina o una cafetería hasta un taller especializado de pintura.

Para nosotros, los temas de luz y clima fueron importantes para que esto pudiera funcionar. Todos los espacios tienen luz indirecta—estaba claro que para que un espacio sirviera como taller de grabado, por ejemplo, no podía tener luz directa. Y ciertas situaciones requerían condiciones de luz que se pudieran ajustar. Pero al mismo tiempo necesitábamos regular la temperatura, porque en el lugar hay un clima muy extremo. En el día puede hacer mucho calor, pero en la noche y durante el invierno hace mucho frío.

El diseño del techo permite siempre tener luz indirecta, sin importar la orientación. El techo también nos ayudó a resolver el problema de la temperatura, mediante la ventilación cruzada.

Crédito: Sandra Pereznieto

Y tras esto los espacios los desarrollamos a través de un ejercicio muy sencillo—prácticamente a través del diseño de una sola sección. La sección nos permitió generar pasillos con un espacio cerrado y mucha altura, que podrían incluso tener tapancos. Y entonces a través de un ejercicio modular, creamos espacios que el cliente puede subdividir en secciones que pueden funcionar tanto para espacios muy pequeños como para espacios medianos o grandes.

Para lograr esta flexibilidad, diseñamos largas naves en incrementos de tres metros. La idea fue que la escuela pudiera simplemente agregar particiones—estas son fáciles de poner y remover—en cualquiera de los espacios cerrados para crear clases con distintas dimensiones. Es casi como un museo o galería donde puedes agregar elementos no estructurales para modificar el espacio según distintas exhibiciones.

Y la mayoría de las salas largas van acompañadas de patios traseros que son más privados. Pensamos que sería útil, porque si uno tiene un salón de clases no puede tenerlo abierto a zonas muy activas, pero algunos elementos del programa, como los talleres de escultura, necesitan de espacios exteriores.

Crédito: Estudio MMX

En realidad nosotros no inventamos nada, usamos como modelo la flexibilidad que tienen las construcciones coloniales en Latinoamérica en general. Es el esquema típico de un edificio cuadrado con un patio central, donde el patio ayuda a controlar el clima y las alas alrededor están subdivididas en distintos espacios que se conectan internamente o por medio del patio, permitiendo mucha flexibilidad.

Ricalde: Y ahí creo que juega un papel muy importante algo que trabajamos mucho en nuestros proyectos, que es la repetición y la modularidad: elementos que se repiten, aunque a veces cambian. Eso funciona bien para proveer las posibilidades de evolución que necesitamos para este proyecto.

Los proyectos de Estudio MMX están marcados por modularidad y repetición. Izquierda a derecha: Museo Regional, Plaza de Tamulté y Jardines Centrales de Jojutla. Créditos: Dane Alonso

Botero: ¿Pueden contarnos más sobre el vínculo entre la modularidad y la flexibilidad?

Ramírez: Los elementos modulares en un plano ayudan a acomodar las distintas partes de un proyecto. Buscamos módulos que puedan ser un punto de partida—donde una unidad pueda ser un baño, o una cocina, digamos, pero luego puedas repetir este módulo para otros elementos del programa, lo que ayuda a organizar el proyecto entero. Entonces puede que un módulo sea una bodega, pero dos módulos ya son un salón y tres módulos ya todo el edificio.

La modularidad ayuda mucho con la ejecución del proyecto, a que todo esté ordenado y tenga las mismas medidas en el taller. Es mucho más fácil construir cuando la fabricación puede estandarizarse.

Ricalde: Yo agregaría que el módulo no es en nuestras cabezas únicamente una distancia—no es una decisión de cirujano, de tener un eje de construcción cada tres metros o algo por el estilo. La modularidad también se da en los elementos constructivos.

Por ejemplo, en este caso las armaduras son un módulo que se repite y que se transforma y que cuando llega la esquina gira y entonces hace que cambie el techo, pero siempre siguiendo la misma lógica.

Entonces está el módulo espacial, el módulo de distancia, por así decirlo. Después está el módulo de los elementos que componen el espacio. El módulo recorre también los propios espacios. Entonces esa idea de modularidad y de repetición cambia de escala conforme recorres el proyecto, conforme lo conoces.

Celebración del Día de los Muertos en la Escuela de Arte el Tepozán. Crédito: Estudio MMX

Esto crea en el edificio una legibilidad y accesibilidad que tiene una función pedagógica. Siendo esta una escuela, también creo que es muy importante que el espacio de alguna manera provoque, eduque y hable; que transmita ideas como la de la evolución del pueblo a través del tiempo. Entonces todas estas cosas de las que hemos hablado van construyendo el discurso de la escuela como mecanismo de transformación de las personas, del lugar, etc. Creo que esta escuela, a través de las estrategias espaciales, de diseño y materiales de las que hemos estado hablando, expresa la voluntad de transformación nuestra y de la fundación para la que trabajamos.

Ha sido editada y condensada. Texto original aquí

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Escuela de Artes MCT https://arquine.com/obra/escuela-de-artes-mct/ Mon, 17 Jan 2022 07:00:44 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/escuela-de-artes-mct/ Los espacios de la Escuela de Arte MCT son sencillos, continuos y de fácil integración debido a la flexibilidad que requiere un programa que cambiará con el tiempo. Con materiales propios de la región y con el conocimiento constructivo de los trabajadores locales, las estructuras articulan, a través de los espacios contenidos, corredores y patios, así como las experiencias y atmósferas en los que los menores de esta comunidad rural realizarán su iniciación artística.

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Las estructuras cubiertas y espacios que conforman la primera fase de la Misión Cultural alojarán la totalidad del programa cultural y educativo durante el tiempo en el que se construya el resto del conjunto. Los espacios son sencillos, continuos y de fácil integración debido a la flexibilidad que requiere un programa que cambiará con el tiempo.

Con materiales propios de la región y con el conocimiento constructivo de los trabajadores locales, las estructuras articulan, a través de los espacios contenidos, corredores y patios, así como las experiencias y atmósferas en los que los menores de esta comunidad rural realizarán su iniciación artística. La escuela de artes funciona como un centro reconocible que atraerá a la juventud local debido a su proximidad a diferentes comunidades, ofreciendo una educación adicional enfocada en programas artísticos que se centrarán en la identidad y las tradiciones locales.

La arquitectura del entorno construido funciona como una herramienta para el aprendizaje, ya que promueve una búsqueda continua de creatividad y curiosidad y utiliza sus elementos como un fondo para la tradición y la historia, todo moldeado por el paisaje circundante. La escuela de artes se convierte en un espacio que recibirá amablemente a visitantes y estudiantes, permitiéndoles crear y consolidar la identidad de su propia comunidad.


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Plaza Agua Verde | Estudio MMX https://arquine.com/obra/plaza-agua-verde-estudio-mmx/ Sat, 20 Nov 2021 07:00:58 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/plaza-agua-verde-estudio-mmx/ Una pequeña plaza que formaliza el pavimento a los pies del acceso de la iglesia y que forma la primera de las múltiples plataformas que se elevan en la plaza para crear una topografía habitable.

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El poblado de Agua Verde, pequeño, de fuerte vocación agrícola y rodeado de extensas áreas de cultivo, se encuentra a un costado de la via carretera que comunica la cabecera municipal de Tecuala, con Acaponeta (el centro poblacional más importante de la región). La iglesia principal del Agua Verde se encuentra a escasos metros de la vía principal y no cuenta, como muchas otras construcciones religiosas, con un espacio abierto al frente de la puerta principal. En cambio, el espacio que la comunidad utiliza para reunirse y congregarse, queda desplazado y en posición oblicua al eje principal de la iglesia.

La comisión es una nueva plaza que debe integrarse con la iglesia. El objetivo del proyecto es articular el espacio abierto y la iglesia, reconociendo los diversos bordes que conforman el sitio (borde del poblado, andadores peatonales y vehiculares y la carretera) y conservando la vegetación existente. A través de un gesto diagonal, se hacen coincidir los ejes de ambos espacios y se crea la articulación entre ellos: Una pequeña plaza que formaliza el pavimento a los pies del acceso de la iglesia y que forma la primera de las múltiples plataformas que se elevan en la plaza para crear una topografía habitable.

En el perímetro la topografía crea, naturalmente, un talud que define el espacio de los dos andadores perimetrales a la plaza. De este modo la iglesia se integra, en la medida de lo posible a las dinámicas del poblado, se relaciona con el paisaje y se protege de la carretera, visual y acústicamente, con el espacio público de un foro ascendente.


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Deportivo Agua Verde | Estudio MMX https://arquine.com/obra/deportivo-agua-verde-estudio-mmx/ Wed, 17 Nov 2021 07:00:03 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/deportivo-agua-verde-estudio-mmx/ La estrategia proyectual consiste en subdividir la manzana a través de diversas densidades de vegetación, cambios de texturas y pavimento, la integración de cambios de nivel que delimitan los espacios, al tiempo que crean gradas y la incorporación de una cubierta ligera.

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Los espacios más representativos del poblado Agua Verde en Nayarit son aquellos de vocación pública: la iglesia, las escuelas y las áreas deportivas y de encuentro. El gran espacio abierto en el que se ubica la propuesta contaba con construcciones abandonadas y con severos daños estructurales, así como espacios deportivos informales y poco adecuados. Aunque dicho espacio articulaba escasamente diversas actividades de los habitantes, no contaba con jerarquías espaciales, orden, una estructura espacial que fomentara mejores usos y mejores relaciones ni con un espacio techado requerido por la comunidad.

El proyecto contempla la conformación de diversos espacios, diversos usos, condiciones de luz y sombra y un espacio techado para alojar fiestas y eventos de la comunidad. La estrategia proyectual consiste en subdividir la manzana a través de diversas densidades de vegetación, cambios de texturas y pavimento, la integración de cambios de nivel que delimitan los espacios, al tiempo que crean gradas y la incorporación de una cubierta ligera, diseñada bajo los principios de la tensegridad, que ofrece el espacio central, sombreado y protegido, solicitado en el programa. Las canchas de futbol y sus graderías así como los jardines de infantes y jóvenes giran y se disponen alrededor del espacio central y se relacionan directamente con el espacio público del poblado.


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Plaza Monumento a la Madre | Estudio MMX https://arquine.com/obra/plaza-monumento-a-la-madre-estudio-mmx/ Sat, 13 Nov 2021 07:00:29 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/plaza-monumento-a-la-madre-estudio-mmx/ El proyecto complementa la leve topografía existente con taludes y vegetación, conformando un gran espacio público central y cuatro espacios menores perimetrales, que responden y corresponden a la posición y la escala de los programas de los frentes construidos que limitan la plaza.

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El Programa de Mejoramiento Urbano tiene como propósito el mejoramiento del entorno construido del territorio mexicano y  la reconstrucción de la riqueza pública perdida o gravemente afectada por el paso del huracán Wila. En octubre de 2018, Wila fue causante de grandes estragos e inundaciones a lo largo de las costas de Sinaloa y Nayarit afectando múltiples municipios entre ellos, el municipio de Tecuala.

Tecuala, la cabecera municipal de la zona, se organiza a través de dos grandes corredores paralelos (Calle México y Calle Guanajuato) que cruzan el poblado de un lado al otro, conectan el resto de las calles y contienen los principales equipamientos. Entre los dos corredores se encuentran también la mayoría de los espacios y construcciones representativas del lugar (mercado, iglesias, etc) y los principales espacios abiertos, entre los que se encuentra la plaza del monumento a la madre.

La plaza del monumento a la madre, tiene la condición y el potencial de conectar ambos corredores en un sitio por demás importante, dada la condición de yuxtaposicion con la iglesia de Corazón de Jesús y la Virgen de Guadalupe. De modo tal que la plaza del monumeto a la madre resulta el principal espacio de flujo y de encuentro en el lugar; el corazón urbano de Tecuala.

El proyecto complementa la leve topografía existente con taludes y vegetación, conformando un gran espacio público central y cuatro espacios menores perimetrales, que responden y corresponden a la posición y la escala de los programas de los frentes construidos que limitan la plaza (comercios, escuela e iglesia). En los espacios perimetrales y los taludes que los conforman, la integración de vegetación es fundamental para la creación de sombra en los espacios de permanencia, mientras la temperatura y la condición de luz sugiere, los flujos y el tránsito cotidiano de personas en los perímetros de la plaza y frente a los comercios o los accesos a la iglesia. En el centro de la plaza conserva un carácter más simbólico, cívico y formal, ofreciendo un foro a la comunidad.


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Casa CRA | Estudio MMX https://arquine.com/obra/casa-cra-estudio-mmx/ Sat, 06 Jun 2020 12:00:47 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/casa-cra-estudio-mmx/ La Casa CRA se encuentra dentro de un fraccionamiento residencial en Avándaro, Estado de México. El frac- cionamiento, como muchos otros en México establece criterios de diseño generales y sugiere, con énfasis, el uso de formas y materiales específicos.

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La Casa CRA se encuentra dentro de un fraccionamiento residencial en Avándaro, Estado de México. El frac- cionamiento, como muchos otros en México establece criterios de diseño generales y sugiere, con énfasis, el uso de formas y materiales específicos. Dado el carácter de montaña del sitio, de la reglamentación se infiere la necesidad de conservar el carácter rústico del lugar a través de la arquitectura. En la mayoría de las ocasiones las limitantes normativas son realmente retos que se resuelven a través del análisis y el diseño. En este caso el diseño de la casa prueba una estrategia de hibridación estilística, con el doble propósito de dar continuidad al carácter del conjunto, al tiempo que se articulan, de modo alternativo, los diversos espacios y el programa de la casa.

En lugar de disponerse perpendicular al acceso, todo el desplante de la casa gira para buscar las mejores orientaciones y las mejores y más amplias vistas hacia el campo deportivo. Al girar los límites y los muros perimetrales de la casa, establecen relaciones alternativas hacia el perímetro; En lugar de una barda infranque- able, se abren espacios ajardinados diagonales, que corrigen la relación de borde convencional entre el terreno y la casa. El mismo giro, permite articular los espacios cerrados y semicerrados, siempre en relación con el espacio abierto (tanto el jardín, como el campo de golf).

En la planta superior, las habitaciones se disponen girando alrededor de un espacio central de distribución y de captación de energía solar (calor) y, convertidas en plataformas de observación, tienen tiros visuales hacia las diversas vistas del bosque. Los cuatro espacios contenidos bajo la techumbre y estructura de madera, permiten alojar a una familia entera en cada una de las habitaciones, aprovechando las generosas alturas, con tapancos.

En todo momento el paisaje inmediato, mediato y lejano fue respetado; de hecho, la casa es un homenaje al paisaje existente y toca de la forma menos invasiva posible el paisaje encontrado. La casa establece un prece- dente y una forma alternativa de cumplir con la normatividad, proteger la imagen arquitectónica del conjunto y del entorno natural, estableciendo un diálogo material inteligente con la tradición y la contemporaneidad.

El sistema constructivo valora los métodos y los artesanos y constructores locales, al tiempo que crea espacios de alcance internacional. A través de la observación y el pensamiento se pueden lograr construcciones que ofre- cen resultados espaciales, estructurales y formales diferentes, a través del uso racional de los recursos materia- les y humanos “de siempre”, logrando además un desempeño espacial, formal y energético integral.

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Jardines Centrales de Jojutla https://arquine.com/obra/jardines-centrales-de-jojutla/ Thu, 12 Sep 2019 15:00:10 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/jardines-centrales-de-jojutla/ Conseguir reconstruir la identidad a través de los espacios urbanos, y que el proyecto fuera aprobado por la comunidad, fueron los principales retos del proyecto para los nuevos Jardines centrales de Jojutla.

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Tras los sismos de septiembre de 2017 en México, Jojutla fue una de las comunidades más afectadas en el estado de Morelos, sufriendo daños en múltiples construcciones y espacios públicos. Conseguir reconstruir la identidad a través de los espacios urbanos, y que el proyecto fuera aprobado por la comunidad, fueron los principales retos del proyecto para los nuevos Jardines centrales de Jojutla.

La interacción con los habitantes de Jojutla fue cercana en todo momento, ya que su participación fue fundamental en el desarrollo y concepción del proyecto. Líderes de la comunidad, historiadores, arquitectos, gobierno y ciudadanos en general, fueron integrantes de un ejercicio participativo y abierto, que Estudio MMX materializó a través de un proceso de diseño.

La idea inicial fue tomada de los árboles, únicos elementos que, tras los fuertes sismos quedaron de pie y sin daños. Por ello, y de forma simbólica, se plantea convertir el corazón cívico de Jojutla en los “Jardines Centrales de Jojutla”, evocando con la vegetación la idea de resiliencia.

Acompañando a los jardines, las estructuras de arcos que reinterpretan la arquitectura tradicional de la región alojan los programas cívicos y comunitarios que exigía la ciudad de Jojutla. Como materiales se escogieron: ladrillo artesanal color ocre, piedra basáltica gris para los pavimentos y una paleta vegetal de especies locales.
Tres ideas generales destacan en el proyecto:

-Generar una nueva identidad en la plaza cívica a través de entender y ordenar el espacio que anteriormente estaba desarticulado, dando a cada uno de los elementos que componen el proyecto un papel en la nueva configuración, pero manteniendo las relaciones entre ellos.

-Crear diferentes zonas en el proyecto para contar con espacios de estar, zonas de encuentro de la comunidad, una plaza cívica y foro al aire libre y en general espacios para el tránsito, la pausa, el encuentro y el gozo de las personas.

-Generar espacios de sombra en una plaza abierta a través del diseño de paisaje y crear diversas atmósferas en los diferentes espacios de los jardines: pasando de una zona con densa vegetación y espacios para sentarse a cubierto, hasta una plaza cívica con pavimentos duros que aloja otro tipo de eventos.


Puedes encontrar este proyecto en nuestra Revista Arquine No.89 lo que falta.

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Architetture del buon senso https://arquine.com/arquitecturas-mexicanas-ma/ Wed, 22 May 2019 09:00:11 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/arquitecturas-mexicanas-ma/ Las arquitecturas recientes mexicanas están saturadas de cordura. Quizá nunca los extremos estuvieron tan próximos y las corrientes mexicanistas e internacionalistas -aparentemente opuestas- que oscilaron a lo largo del pasado siglo, están cada vez más difuminadas.

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Las arquitecturas recientes mexicanas están saturadas de cordura. Quizá nunca los extremos estuvieron tan próximos y las corrientes mexicanistas e internacionalistas -aparentemente opuestas- que oscilaron a lo largo del pasado siglo, están cada vez más difuminadas. Cierta homogenización se cuadra alrededor del trabajo iniciado por Alberto Kalach y eventualmente seguido por otros arquitectos más jóvenes, en la búsqueda del tino más que del riesgo, de la precisión más que en el alarde y de la contención más que de la investigación. Una mesura -como virtud- acomodada en el presente, cuya atemporalidad rechaza cualquier vínculo con el pasado o guiño futurista.

A lo largo del pasado siglo la arquitectura mexicana osciló desde actitudes claramente internacionalistas, acríticas y de notable factura, hasta posiciones periféricas en busca de una identidad nacional. En la exploración de rasgos propios los arquitectos de la primera mitad de siglo XX hallaron en el estilo colonial el código semántico que debía impregnar la arquitectura mexicana, mientras que los nuevos funcionalistas –Juan O`Gorman, Juan Legarreta- liderados por José Villagrán, radicalizaban sus posturas desde el rigor técnico al servicio de la sociedad. Años más tarde, el Estilo Internacional se vio como una opción domesticada del funcionalismo que a todos convenía, adaptándose a las exigencias particulares de cada usuario y en respuesta a la imagen de progreso y modernidad, sin ignorar sus virtudes económicas. Con Barragán, la preferencia por la forma, incluso vacía de contenido, estuvo presente en las distintas tendencias, enfatizando la preeminencia de lo cerrado frente a lo abierto, lo representativo frente a lo funcional y lo estético frente a lo ético. Al finalizar el pasado siglo, el panorama oscilaba entre la masividad expresionista de Teodoro González de León, los escenográficos paisajes cromáticos de Legorreta y las propuestas tecno-internacionalistas de de TEN Arquitectos. Tras unos primeros años años del siglo XXI en que la arquitectura icónica pre-crisis hizo mella en los proyectos de algunos jóvenes más regidos por la urgencia de pertenecer al formalismo globalizado que por encontrar una expresión propia, emergió la obra de Alberto Kalach como la más original y escultórica del reciente panorama nacional.

Tras él, destacan algunos despachos como Rocha-Carrillo, Tatiana Bilbao, Productora, Derek Dellekamp, Pancho Pardo, Frida Escobedo, Ambrosi / Etchegaray, Rozana Montiel, MMX, Fernanda Canales, Manuel Cervantes –todos ellos de la Ciudad de México- Macías Peredo, Luís Aldrete y Atelier ARS –de Guadalajara-, Jorge Gracia de Tijuana o S-AR de Monterrey, que destilan con sensibilidad los signos de sus tiempos en clave local y responden al contexto y a las necesidades del mercado inmobiliario desde cierto pragmatismo. De este rico panorama de arquitectura emergente se subrayan ocho despachos bien sea por la singularidad de sus propuestas como por la calidad de su factura.

Así, el trabajo de Mauricio Rocha y Gabriela Carrillo se decanta hacia la conceptualización desde los potenciales de lo preexistente con tecnología al alcance. La obra de Mauricio Rocha (Ciudad de México 1965) es el desenlace de un discurso que da continuidad entre proyectos y obras, entre instalaciones y edificios, entre lo efímero y lo atemporal. La obra de Rocha permea cierta esencialidad formal y conceptual desde la expresión del material y desde la geometría como respuesta al contexto. Para él el uso comedido de los silencios −arquitectónicos−, es la antesala de frases esenciales, a veces lapidarias. Mauricio Rocha comparte ese espíritu con Gabriela Carrillo (Ciudad de México 1978), construyendo con ideas precisas y pocos recursos, ante un panorama contaminado por el exceso de forma y el delirio por el detalle virtuoso, al que reaccionan con una gramática básica y arcaica, sustentada en la materialidad, las texturas y la luz. La economía, tanto de recursos como de elementos, forma parte de su método y de su práctica de trabajo, donde el módulo pauta y el esqueleto y la piel no se confunden. La estrategia está por encima de la composición. La expresión del material, a medio camino entre el rescate de técnicas autóctonas y el experimento, muestra el paso del tiempo. Mauricio Rocha y Gabriela Carrillo no están interesados por lo espectacular, por la arquitectura-imagen, sino por el espacio como contenedor de emociones. Entienden la arquitectura como una experiencia, un diálogo entre lo existente y lo nuevo. El Centro Cultural Los Chocolates, en Cuernavaca, está ubicado donde anteriormente hubo una terminal de autobuses pintado de color marrón “chocolate” del qué hereda el nombre. El nuevo Centro utiliza el perímetro del predio como borde sólido para delimitar dos espacios abiertos al interior: el jardín y la cancha, sobre la cual flotan tres volúmenes qué funcionan como puentes habitables. El edificio esta construido con sillares de tepetate color chocolate como revestimiento de una estructura de acero y concreto. La cancha bajo los puentes paradojicamente es casi triangular y remite a la ironía de la mesa de billar circular que diseñó Gabriel Orozco.

Ambrosi y Etchegaray depuran cierto esencialismo que podría etiquetarse como “menos es suficiente”, parafraseando el menos es más de Mies van der Rohe, desde muros de block y losas de concreto que remiten a una obra inacabada para el ojo poco atento. En el trazo de Jorge Ambrosi (Ciudad de México, 1977) y en el valor que le da al dibujo, está un modo de pensar y construir que acoge tiempo y espacio a la vez. Con Gabriela Etchegaray (Ciudad de México, 1984) cultiva una arquitectura austera que hace sencilla la complejidad y al mismo tiempo huye del minimalismo de supermercado. Ellos usan la modernidad como referente, donde encuentran antecedentes útiles en la historia. Su obra está plagada de intervenciones sutiles pero precisas, refinadas aunque modestas, lejos de la obviedad, donde las nociones de tipo y permanencia fungen de pentagrama para las notas de la forma. No son imágenes preconcebidas sino composiciones holísticas. De ese desprendimiento de lo anecdótico procede su gusto por lo elemental, por lo mínimo, donde la idea debe estar implícita en la materia. Bloques, losas y columnas, viguetas y bovedillas aparentes expresan una sinceridad casi didáctica. Muros y ventanas, huecos, aberturas y terrazas, aluden a una ruina o a una construcción inacabada, a medio ocupar, como la mitad de lo que se construye en México. Pareciera que en el Vivero Guayacán, más que recurrir a la arquitectura prehispánica remiten a las excavaciones de los sitios arqueológicos, reconociendo en cierto modo que las construcciones de Ambrosi y Etchegaray piden pasar inadvertidas para mostrar otras previas.

El trabajo de Fernanda Canales (Ciudad de México 1974) compagina investigación y práctica. Sus ensayos sobre la modernidad mexicana del pasado siglo o sus estudios sobre vivienda colectiva han alimentado el rigor proyectual de sus propuestas construidas. La tarea del arquitecto es transformar la realidad, mejorarla si cabe, desde el oficio de construir sin perder la fidelidad de las primeras intuiciones, ni la memoria histórica y tipológica. Asi, la casa Bruma y la casa Terreno, ambas en Valle de Bravo, están pensadas en función de un mismo tema: el patio, desde usos distintos. Ubicadas en terrenos muy grandes, se abren a las vistas sobre los espectaculares paisajes que por la noche desaparecen. Ahí, el patio ofrece un espacio exterior acotado, que enfatiza el paso del tiempo. Canales reinterpreta la arquitectura vernácula en estas casas de lujo, atendiendo condiciones particulares de terrenos con pendiente y respetando los árboles existentes. En la Casa Bruma, dos patios –uno alto con mucha vegetación y otro bajo y vacio- articulan el programa repartido en nueve volúmenes sobre plataformas a distintos niveles y vistas que se abren a orientaciones distintas, desde cierta ambigüedad entre interior y exterior. En la Casa Terreno, que iba a ser de piedra, resultó muy difícil llevarla al terreno y se optó por tabique troceado, exaltando su superficie rugosa. Son casas de vacaciones que se proyectaron, no tanto desde las necesidades primarias, sino desde los deseos.(1)

La obra de Manuel Cervantes (Ciudad de México 1977) también pertenece a la (pen)última generación y forma parte de una constelación de arquitectos mexicanos que dialogan de diversas maneras con la herencia de la modernidad mexicana. Durante el prolífico pasado siglo XX hubo una corriente de primerísimo nivel que evitaba los focos de la primera página, que de cierta manera retoma Cervantes en este siglo. La continuidad con ese racionalismo moderno no implica nostalgia alguna, por el contrario, ha sabido adecuarse sin recurrir a dogmatismos ni estilos. “La corrección y neutralidad de la obra de Manuel Cervantes llevan a una arquitectura que pasa desapercibida estando en sintonía con su lugar y su tiempo, y se distingue desde la sutileza.”(2) Desde su breve trayectoria, muestra una madurez insólita, con coherencia y claridad, que obedece a la precisión del lenguaje. Un ejercicio de diseño que más que un despliegue de originalidad es un acto de control en el que se marcan ciertas fronteras. Estas pautas se repiten en cada proyecto sin importar la escala: el orden y rigor en el proceso constructivo, la modulación, el uso de materiales adecuados para cada caso, la adaptación a la topografía o a las circunstancias urbanas. No se trata de encontrar un estilo. Así, Cervantes despoja los proyectos de elementos innecesarios y desde los primeros croquis deja evidencia de los procesos constructivos que anticipan el resultado final. Objetividad, honestidad estructural, ausencia de revestimientos, son algunas de las herramientas de este arquitecto que dibuja a mano cualquiera de los detalles para tener el dominio del proyecto. El autor desaparece para que la neutralidad radical de la arquitectura muestre la contundencia de lo sutil.(3)

En el CETRAM Cuatro Caminos, los mínimos elementos constructivos no dejan lugar para revestimientos, sabiendo que sólo “prescindiendo de todo lo superfluo el arquitecto puede garantizar la supervivencia del proyecto sometido a las rebajas sistemáticas de las constructoras.”(4)

La nave industrial en Zapopan de Atelier ARS / Alejandro Guerrero (Guadalajara 1977) y Andrea Soto (Guadalajara 1987), no solo responde al programa sino que apela a la forma industrial universal y al trabajo artesanal local. Retoma la estrategia estructural y formal de la arquitectura industrial utilizando el diente de sierra como cubierta, con el fin de obtener altura e iluminación natural entre columnas. Construido con estructura metálica se utilizó block aparente como cerramiento, paneles de cemento prefabricados y láminas de zinc para fachas y cubiertas. Una arquitectura que muestra la destreza tectónica para hilvanar historia, tradición, materiales y sistemas de producción a partir de una forma representativa de su tipología.

Si, como hemos visto, en arquitecturas de mínimos el regreso a la esencia moderna funciona, también aparecen obras más adjetivadas como la Casa Roble de Macias Peredo o el Pabellón Hercones de S-AR. Éste es un taller colaborativo de arquitectura alternativa con base en Monterrey, conformado por Cesar Guerrero (Durango, 1980), Ana Cecilia Garza (Monterrey 1980), Carlos Flores (Tapachula 1980) y María Sevila (Ciudad de México 1984). Su trabajo parte de reconocer y apropiarse del lenguaje canónico de la modernidad para conformar sus proyectos a partir de prismas sólidos y precisos. Así fue el Pabellón que reintepretaba la casa Fanrsworth en madera forrada de cristal que en cierta medida retoma en el Pabellón Hercones y en los Miradores de Monterrey.

Salvador Macias (Guadalajara 1977) y Magui Peredo (Guadalajara 1979), son sin duda, los arquitectos tapatíos más interesantes (junto Luis Aldrete y Atelier ARS) desde Luis Barragán. Como él, parten de lo vernáculo, sin idealizarlo; como fuente primaria para interpretarla, evitando siempre las soluciones obvias de diseño. Macias Peredo “muestran un interés imparcial en las casas sencillas, las estructuras anónimas y la cotidianidad de las culturas. Más que cautivarse por lo extraordinario crean su poesía constructiva a partir de lo ordinario, a partir de la sutileza radical”(5)

En la casa Roble, cuatro torres que corresponden a las cuatro recámaras, dan forma y fragmentan la residencia que se somete al espacio que define el hermoso roble existente. Una fachada de tabique ocre perforado por ventanas a distintas profundidades, se monta sobre el basamento de concreto. La construcción no concluye con los muros ni las ventanas sino que la segunda capa endodérmica del mobiliario define los interiores.(6)

Por último -en esta selección- cabe destacar a los miembros de MMX quienes no sólo aportan ideas nuevas si no que buscan fórmulas que les permitan aproximarse de manera más congruente a cada encargo. Su trabajo se define precisamente en ese espacio intermedio que sucede entre lo nuevo y lo sistemático; entre la reformulación constante y el método eficiente. “Objetivar las decisiones y consensuar las voluntades les ha llevado no sólo a convertir el proceso creativo en un método, sino a manifestar en los proyectos una fuerza legible.”(7) “Para MMX el valor de estar juntos radica en discutir los proyectos en grupo y lograr una densidad de ideas que quepa dentro de formas sencillas; que la solución aparezca simple en el más complejo de los ejercicios y emplazamientos.”(8)

En este sentido, MMX construye un mundo en orden, razonado. La dimensión geométrica que dan a sus proyectos es una manera de domesticar la arquitectura. Su trabajo consiste en articular y fundamentar. Es decir, hacen coincidir formas, espacios e ideas, que conecten con entornos y personas. La experiencia en obra es parte fundamental del trabajo de MMX y se refleja en su interés por los materiales, la estructura y la relación con el ámbito exterior. Prestan mucha atención en la parte constructiva, las articulaciones espaciales, en las secuencias y en los recorridos. Su visión se centra en el engranaje de las partes. En el trabajo de MMX se usa la geometría como una operación casi estructural que sustenta todo y establece un orden. En los departamentos DGB se reconoce una clara voluntad de hacer ciudad. Un patio central es el elemento articulador que integra el vacío como jardín al que se vuelcan las terrazas y las áreas públicas de los departamentos.

Con esta selección se da cuenta del trabajo de algunos de los despachos más destacados de las últimas generaciones que trabajan desde el confort de la razón, sustentado en el conocimiento de la modernidad y de la cultura local -tradición, materiales, tectónica-. Un cierto manierismo tardo-moderno qué trabaja con rigor en el presente, quizá por que el futuro mexicano es una materia demasiado incierta.

 

Publicado originalmente en la revista Casabella Nro.897, Mayo 2019.


Notas:

1. Conversación con Fernanda Canales, Arquine 86, página 24

2. Juan Carlos Cano. Elogio de la neutralidad : la arquitectura de Manuel Cervantes, Manuel Cervantes Céspedes, Arquine, México 2015, página 11

3. ib. id. página 14

4. La mano invisible, conversación entre Manuel Cervantes, Javier Sánchez y Miquel Adrià, Manuel Cervantes Céspedes, Arquine, México 2015, página 17

5. Wonne Ickx, una vara sobre una viga. Macias Peredo Calmar el ruido. Arquine. México 2017, página 44

6. Víctor Alcérreca. Macias Peredo Calmar el ruido. Arquine. México 2017, página 83

7. Fernanda Canales, MMX, Arquine, México 2019, página 250

8. ibid. página 250

 

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