Resultados de búsqueda para la etiqueta [El Colegio Nacional ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Tue, 14 Jan 2025 19:48:27 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Charlar con creadores de una época https://arquine.com/charlar-con-creadores-de-una-epoca/ Tue, 07 Jan 2025 17:40:51 +0000 https://arquine.com/?p=96121 De los reconocidos nombres de arquitectos mexicanos del siglo XX suele haber interés por conocer más allá del profesional. Se quiere conocer al personaje que hay detrás y de alguna manera comprender e interpretar la personalidad e ideas de quien formuló tan impresionantes obras. Es ahí donde han aparecido recientemente un par de pequeños libros, […]

El cargo Charlar con creadores de una época apareció primero en Arquine.

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De los reconocidos nombres de arquitectos mexicanos del siglo XX suele haber interés por conocer más allá del profesional. Se quiere conocer al personaje que hay detrás y de alguna manera comprender e interpretar la personalidad e ideas de quien formuló tan impresionantes obras.

Es ahí donde han aparecido recientemente un par de pequeños libros, específicamente opúsculos, realizados por el arquitecto Felipe Leal y publicados por El Colegio Nacional, en los que aborda y compendia una selección de charlas personales casuales que mantuvo con dos relevantes arquitectos del siglo pasado y quienes siguen vigentes; Teodoro González de León y Fernando González Gortázar.

Pocas veces este tipo de conversaciones casuales suceden fuera de espacios controlados como foros o conferencias, donde un público acude a escuchar a los arquitectos exponer sus ideas. Y otras pocas veces más, estos contenidos llegan a ser publicados, transcendiendo lo efímero, y permitiéndonos conocer aspectos que usualmente no se llegan a abordar en los foros.

El primero de estos opúsculos, con González de León, se publicó en invierno del 2023, mientras que el de González Gortázar recién se presentó en diciembre del 2024. El factor común entre ambos libros, Felipe Leal, es alguien con gran capacidad de comunicación quien ha propiciado diversos espacios para la difusión de la arquitectura, manteniendo conversaciones con diferentes arquitectos a lo largo de su vida. Conversaciones casuales en las que, no por ello, se deja de sentir pasión por la profesión y lo que hay en torno a ella.

En realidad, lo que vemos en esas publicaciones, más allá de conversaciones son más bien entrevistas, ya que no se desarrollan contraargumentaciones o intercambio de ideas entre los implicados, sino que es más un interés por lo que el invitado pueda decir, con preguntas provocadoras de ideas, dándose por buena sus posturas, que siempre resultan interesantes, aunque sin dejar algunas de ellas, de estar envueltas en subjetividad.

Mientras que, para Teodoro, no existen las musas o la inspiración, y por tanto no ve a las ciudades como generadoras de ellas. Para él la creatividad es un proceso que sucede dentro de nuestros cerebros siempre que se sea constante en el trabajo. Por otro lado, Fernando González Gortazar abrazó la idea y comentó que se puede  intentar erotizar nuestra relación con la ciudad, en el sentido de obtener placer a partir del bienestar ajeno, esto pensando en que la arquitectura debería ser sobre todo humanista, y menos una ciencia y un negocio.

Los dos textos se desarrollan, cada uno, a partir de cuatro conversaciones distintas con cada entrevistado en diferentes momentos desde 1996 y años posteriores ya entrados en el siglo XXI. En el primer libro, podemos dar cuenta de la personalidad de Teodoro, alguien pragmático, realista, que no apela a la metáfora para comprender el mundo ni para representarlo. Las ciudades entonces, al igual que nuestras vidas, son fruto del azar, que nos nutre de imágenes, de problemas, lugares y sorpresas.

Admite que se formó con una visión de la arquitectura moderna que pretendía salvar al mundo a partir del diseño y de los espacios, algo que aprendió desde México pero también con Le Corbusier, con quien trabajó unos meses y de quien nos comparte algunas experiencias y comentarios que muestran el aprecio que tuvo por esa etapa de su vida. En algún momento se dio cuenta que la arquitectura no es una salvadora, y que el mundo cambia más bien por azar, y no por las voluntades humanas.

Por su parte, Fernando se lee como una persona más soñadora e idealista, aunque no por eso menos realista y consciente de la crudeza de la realidad humana y lo que ello implica en la naturaleza, así como en la vida urbana. La arquitectura debería disfrutarse, y por tanto, las ciudades ser una promesa de felicidad aunque la cultura y la sociedad en la que vivimos no se enseñe ni propicie a vivir en felicidad, sino todo lo contrario.

Desde su perspectiva, la arquitectura con la que se le educó podía llegar a ser cruel, por su rigidez formal o incluso por una pretendida solemnidad. Aunque tiene admiración por su escuela, él necesitaba ir por otro camino, que no olvidaría lo aprendido, pero que encontraría otra manera de expresarse, sin ser una arquitectura perfecta. Fue su acercamiento a la naturaleza y al arte, lo que le permitió tomar riesgos con su obra, al ser menos racional y más expresivo.

Ambos libros no solo están compartiendo a su autor, sino que se comunican a través de los comentarios de sus entrevistados, teniendo a González de León comentando que su obra fue referida por Fernando en una mesa redonda, expresando que está permeada de ciudad, de modo que lo arquitectónico y lo urbano se integran, comentario que le dejó gran agrado. Mientras que González Gortázar al hablar del caos y azar expresado de manera exitosa en las artes, pero no así en la arquitectura mexicana, alude a Teodoro al expresar que el azar es uno de los hechos clave de la ciudad, a lo que coincide totalmente.

Poder dar lectura a cada uno de estos opúsculos publicados por Felipe Leal de manera oportuna, para seguir recordando a dos grandes arquitectos que no hace tanto dejaron de existir, nos permite darnos cuenta de sus mentes tan vigentes y coincidentes en temas de arte, de arquitectura, de ciudad y la vida, que nos deberían hacer reflexionar sobre nuestra labor como individuos y como gremio, que como también ellos refieren, está viéndose cada vez más afectado por intereses alejados de lo que debería ser el centro, la humanidad.

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Felipe Leal, nuevo miembro de El Colegio Nacional https://arquine.com/felipe-leal-nuevo-miembro-de-el-colegio-nacional/ Tue, 27 Apr 2021 16:43:10 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/felipe-leal-nuevo-miembro-de-el-colegio-nacional/ El año pasado, Felipe Leal fue designado como nuevo miembro del Colegio Nacional. Saludado por Julio Frenk, y con respuesta del cronista y novelista Juan Villoro, Leal pronunció una lección titulada “Las huellas de la memoria y los pasos al devenir.”

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En 1969, José Villagrán García impartió su lección de bienvenida a El Colegio Nacional, con salutación de Eduardo García Máynez y respuesta de Manuel Sandoval Vallarta. En su discurso, Villagrá puso énfasis entre la relación, a veces inexistente, entre la teoría y la práctica de la arquitectura y en cómo esa ausencia debía subsanarse. Para Villagrán, el ejercicio creativo del arquitecto no debía adolecer del pensamiento. Así lo expresó: “Los arquitectos teorizantes, por vivir en carne propia los problemas de la creación, orientan sus doctrinas preferentemente hacia este campo, ocasionando semejante propósito un perjudicial alejamiento de las conquistas de la filosofía y en particular de la estética filosófica, que en todo tiempo están al alcance del investigador.” También diagnosticó desde entonces que “a partir de hace unos quince años, la arquitectura entre nosotros, al igual que en el mundo occidental, ha abandonado su ritmo progresista y su espíritu combativo, refugiándose increíblemente en nueva rutina, convertida ya en positivo academismo.”

Tras la muerte de Villagrán García en 1982, el arquitecto Teodoro González de León ocupó su cátedra en 1989, pronunciando un discurso titulado “Arquitectura y ciudad”, con salutación de Marcos Moskinsky y respuesta de Octavio Paz, quien sería galardonado un año después con el Premio Nobel de Literatura. En su lección inaugural, González de León buscó responder qué era lo que formaba a las ciudades, proponiendo un cuarteto de elementos: el azar, el diseño, el tiempo y la memoria: “Las buenas ciudades resultan de un equilibrio entre esos cuatro factores: en ellas, el orden del diseño propicia la libertad, y la memoria urbana de sus habitantes actúa para corregir y, llegado el caso, aprovechar los efectos del tiempo.” 

Teodoro González de León murió en 2016. El año pasado, Felipe Leal fue designado como nuevo miembro del Colegio Nacional. Saludado por Julio Frenk, y con respuesta del cronista y novelista Juan Villoro, Leal pronunció una lección titulada “Las huellas de la memoria y los pasos al devenir.” Para Leal, reconocido por intervenciones en espacios públicos, como la restauración de la Alameda Central y la peatonalización de la Calle Madero en el Centro Histórico, la memoria tiene que ver con la historia personal y con la historia colectiva que se construye en las ciudades. Apuntó que “la ciudad no es obra de uno, sino de muchos. La construimos no sólo en su expresión física, sino en su infinita gama de relaciones humanas.” Para que los arquitectos entiendan ese entramado, es importante “entender la ciudad desde la literatura, la vida cotidiana, el cine y la academia”. Con este espíritu, Leal comentó el influjo del Movimiento Moderno en la proyección de las ciudades y de cómo las circunstancias contemporáneas pueden aprender de las lecciones de la modernidad. Además, aventuró algunas respuestas sobre las ciudades y su vida post-pandemia. Para Leal, es necesario volver a las ideas sobre el espacio público, la ventilación y el asoleamiento de la primera modernidad arquitectónica.

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