Resultados de búsqueda para la etiqueta [domesticidad ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Mon, 17 Feb 2025 18:52:34 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.2 Filosofía de la casa https://arquine.com/filosofia-de-la-casa/ Mon, 17 Feb 2025 18:52:34 +0000 https://arquine.com/?p=96825 La casa es el acontecimiento moral por excelencia.  Antes de ser un artefacto arquitectónico es un artefacto psíquico  que nos hace vivir mejor de lo que la naturaleza nos permitiría. Emanuele Coccia Hace unos meses salió la traducción del italiano al español del libro de Emanuelle Coccia Filosofía de la casa, espacio doméstico y felicidad. […]

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La casa es el acontecimiento moral por excelencia. 

Antes de ser un artefacto arquitectónico es un artefacto psíquico 

que nos hace vivir mejor de lo que la naturaleza nos permitiría.

Emanuele Coccia

Hace unos meses salió la traducción del italiano al español del libro de Emanuelle Coccia Filosofía de la casa, espacio doméstico y felicidad. Coccia es un filósofo italiano adscrito a la Escuela de Altos Estudios de París que ha centrado sus investigaciones recientes en los campos de la ecología, la publicidad, las plantas, la imaginación y, recientemente, la moda.(1) Es un filósofo con argumentos siempre frescos que toman por sorpresa a cualquier lector. 

Es cierto que la filosofía surgió en un contexto urbano, pero es cierto que nadie escribe en abstracto, sino que habitamos, pensamos y escribimos en la ciudad (casi) siempre a través de la mediación de una casa. Esto tiene poco que ver con la arquitectura, la biología o la estética, sino con que “Toda casa es una realidad puramente moral: construimos casas para acoger en una forma de intimidad la porción de mundo -compuesta por cosas, personas, animales, plantas, atmósferas, acontecimientos, imágenes y recuerdos- que hace posible nuestra propia felicidad”(2). Coccia piensa a la tradición filosófica como un “olvido de la casa”, como una negligencia asociada a la identidad masculina de la disciplina que ha querido vincularse más bien con el espacio público de la polis en vez de con la domesticidad, más relacionada históricamente hacia lo femenino. Este olvido ha tenido repercusiones importantes, porque es en la casa donde suceden opresiones, injusticias y desigualdades que se han ocultado y que no se han pensado con suficiencia.

La casa es el espacio de cuidado más fundamental y, a su vez, es la unidad básica de la propiedad privada con la que se han construido desigualdades económicas, además de que por la mediación de la casa, hemos construido las oposiciones binarias más radicales entre lo humano y lo no humano, o entre lo civilizado y lo salvaje.  

Este olvido no existe, por ejemplo, en las instituciones públicas o en los organismos internacionales como ONU-habitat. La vivienda se considera el punto de partida de la urbanización y el mayor articulador del espacio urbano; por ello, el suelo en donde se construye es la principal condicionante para el desarrollo social y financiero. Para el desarrollo urbano, la casa es el núcleo de acción cívica. Para la arquitectura moderna, la casa-habitación es el espacio protagónico en su teoría y de su historia, aunque no siempre fuera así; la historia de la arquitectura, anterior al siglo XIX, está más bien orientada a la construcción de palacios, torres, cárceles y templos, pero la arquitectura moderna viró sus intereses y prioridades hacia el pensamiento doméstico: la vivienda de masas, la vivienda mínima, el diseño de interiores, etcétera. De hecho, los hitos arquitectónicos más importantes del siglo XX son casas. Sin embargo, denuncia Coccia, para la filosofía no fue así. 

La casa no solamente es un espacio urbano y arquitectónico, ni siquiera es solamente un espacio, sino que es una dimensión moral y psíquica que se vincula a la teoría de la felicidad. Para Coccia, la casa es “un orden material que involucra objetos y personas, de una economía que entrelaza las cosas y los afectos, a uno mismo y a los demás, en la unidad espacial mínima de lo que llamamos “cuidado” en el sentido más amplio”. Al olvidar la casa, la filosofía olvidó la felicidad y el amor como conceptos serios de exploración y análisis. Es el espacio urbano el encargado, históricamente, de ofrecer experiencias significativas para la vida y el pensamiento; esto, por supuesto, es un problema porque pasamos más de la mitad de nuestra vida en casas y lo que ahí sucede importa: “La modernidad filosófica se lo ha jugado todo a la ciudad: el futuro del globo, sin embargo, solo podrá ser doméstico. Necesitamos pensar la casa: vivimos en la urgencia de hacer de este planeta un verdadero hogar, o más bien de hacer de nuestra vivienda un verdadero planeta, un espacio capaz de acoger a todos y a todas”.(3)

El ensayo ofrece una extensa lista de referencias de las más diversas disciplinas como la taxonomía, la botánica, la arquitectura, la psicología, la filosofía medieval o la teología. De ese modo, evidencia que ninguna de esas disciplinas abarca por sí sola el fenómeno del habitar doméstico, sino que una reflexión sobre la casa tendría que incorporar todas esas perspectivas. Así, Coccia logra plantear una serie de temas diversos como el género, el cuidado, las tipologías arquitectónicas, la escritura o la migración.

  La escritura de Coccia es audaz, intrépida, fuera de serie. Este libro en particular me parece incluso antiacademicista. A diferencia de otros libros del autor, Filosofía de la casa es un ensayo autobiográfico. Este tipo de escritura emplea recursos poco usados en la filosofía académica o en las formas escriturales de la filosofía actual; en cambio, recupera una tradición de hacer y pensar el mundo, a la manera de Michel de Montaigne, que vincula la experiencia individual con fenómenos filosóficos planetarios. Así, por ejemplo, en uno de los capítulos del libro toma como punto de partida sus más de treinta mudanzas para cuestionar qué hace de una casa un espacio habitable. En otro capítulo, explora cómo el vínculo familiar marcó su experiencia doméstica al crecer con un hermano gemelo quien, tras su fallecimiento, dejó fotografías a su paso que continúan colgadas en el mismo lugar de la casa familiar. A partir de ello y tomando como hilo conductor las preguntas de su hija pequeña, Coccia interroga la identidad y la imagen de sí mismo en el espacio doméstico de su infancia. 

Filosofía de la casa es una propuesta de libro programático porque al final de cada capítulo, así como al final del libro, ofrece a manera de conclusiones (parciales y finales) formas nuevas de pensar o imaginar el espacio doméstico. Incluso afirma cómo debería ser “una casa” después de pensar e imaginar formas alternativas de amar, de coexistir, de cocinar, de dormir, de vestirnos, de ir al baño, de producir relaciones afectivas con los objetos, y de vincularnos con nosotros mismos y con absolutamente todo lo demás. 

Las tipologías espaciales de la vivienda son “máquinas de distinciones”: cocina, baño, armario, pasillo, dormitorio, sala, patio, sugieren siempre maneras de habitar la casa, estructuras psíquicas, prioridades morales, jerarquías de poder y formas de entender el mundo y todo lo que hacemos en él. Todo esto es una casa y no tiene nada que ver con su diseño ni con los materiales, sino más bien, con la configuración cósmica de cómo hemos organizado la forma de estar en la Tierra.   

En los últimos tres capítulos trata el tema de los animales domésticos, las plantas y los jardines que habitan nuestras casas, y de la relación humana y no humana que existe en nuestra forma de alimentarnos, así como de la condición metamórfica que tienen nuestras cocinas. La conclusión del libro, que fue escrita claramente durante la pandemia, reflexiona sobre la casa-planeta y cuestiona el problemático desequilibrio que existe en la forma de concebir este mundo como “nuestra casa”, en donde sólo nosotros ponemos las reglas. “La ecología fue la primera en imaginar el planeta en términos de un único espacio doméstico global”.(4)

Si el planeta fuera nuestra casa, entonces sería urgente reflexionar y transformar la idea de casa que tenemos antes de acabar con la casa-mundo. La Tierra, la naturaleza, no es una madre ni somos su familia, sino que “Somos carne de su carne. Nuestra vida está íntimamente ligada a su cuerpo: vivimos en su cuerpo y de su cuerpo”. Somos lo mismo. 

¿Cuál es el papel de la filosofía y de la arquitectura en este ¨inmenso desequilibrio¨? Uno relacionado a la alquimia y a la química, actividades que se propusieron cambiar materialmente al mundo. Como recuerda Coccia, el objetivo de la alquimia era la síntesis de la piedra filosofal: ¨no otra estructura de las piedras, sino el principio que permite que cada piedra se transforme en cualquier otra forma y, por lo tanto, afirmar la unidad y la equivalencia de cada centímetro de la carne del planeta¨. Por ello, la casa del futuro debería parecerse a esta piedra filosofal, ¨ser el principio que permite que todas las cosas se transformen entre sí y que cada vida se conciba como equivalente a cualquier otra vida”. (5)

Referencias: 

  1. La publicación más reciente de Coccia se llama La vita delle forme. Filosofia del reincanto, que escribió en coautoría con el  ex director creativo de Gucci, Alessandro Michele.
  2. Emanuele Coccia, Filosofía de la casa, el espacio doméstico y la felicidad. Traducido por Carlos Gumpert. (Madrid: Siruela, 2024), 8.
  3. Coccia, Filosofía de la casa, 12.
  4.  Coccia, Filosofía de la casa, 123.
  5.  Coccia, Filosofía de la casa, 123.

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Selva Aparicio y la memoria doméstica https://arquine.com/selva-aparicio-y-la-memoria-domestica/ Thu, 18 Apr 2024 16:48:04 +0000 https://arquine.com/?p=89225 Nunca antes había visto tanta expresión en una cosa inanimada, ¡y todos sabemos cuánta expresión tienen! De niña, solía quedarme despierta y obtener más entretenimiento y terror de las paredes vacías y los muebles sencillos que lo que la mayoría de los niños podrían encontrar en una tienda de juguetes.Charlotte Perkins Gilman, El tapiz amarillo. […]

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Nunca antes había visto tanta expresión en una cosa inanimada, ¡y todos sabemos cuánta expresión tienen! De niña, solía quedarme despierta y obtener más entretenimiento y terror de las paredes vacías y los muebles sencillos que lo que la mayoría de los niños podrían encontrar en una tienda de juguetes.
Charlotte Perkins Gilman, El tapiz amarillo.

Tradicionalmente el espacio doméstico ha sido invisibilizado. Lo cotidiano, así como el polvo que se acumula bajo la alfombra, sirve con frecuencia para encubrir agresiones, confinamientos y manipulaciones. Es este espacio el que la artista española Selva Aparicio desarrolla como tema principal de su primera exposición individual In Memory Of, inaugurada el 14 de marzo en el DePaul Art Museum (Chicago, Illinois), un escenario cargado de violencia histórica contra las mujeres. ¿Qué tanto tiene que ver una casa con nosotras? ¿Cómo se puede transformar un espacio seguro en una pesadilla para quienes lo habitan? 

El trabajo de Selva Aparicio se ha desenvuelto alrededor de la memoria, el cuerpo y espacio. Con el arte interdisciplinario de fondo, Aparicio explora la intersección entre la naturaleza y la humanidad, a menudo infundiendo sus obras con elementos orgánicos que narran historias profundas y personales. Esta primera exposición individual se presenta como una introspección crítica, que revela las capas de violencia y represión que con frecuencia se ocultan dentro de los entornos domésticos —tan complejos y resonantes para muchas—, y que explora y expone las dinámicas de poder que perpetúan el silencio y la invisibilidad. La muestra puede leerse como una casa distópica en la que la artista nos cuenta la historia que muchas mujeres no pueden contar, recapitulando sus propias memorias que va entrelazando de manera magistral con elementos como lechugas, cabellos o textiles; dando paso a lecturas simultáneas alrededor de los duelos, la familia, lo cotidiano y la muerte. 

Aparicio nos da la bienvenida a la exposición con “Remains” (2023-24), un rosetón de lechuga deshidratada recolectada desde 2013, que evoca el de la fachada de la Catedral de Santa María del Pi, en Barcelona. Este elemento establece un umbral que trasciende lo público para adentrarnos en una esfera más íntima. 

La pieza que le da nombre a la exposición, “In Memory Of” (2024), consta de un banco con una placa de bronce desde donde nos convertimos en espectadores de las escenas dispuestas a lo largo de la exposición. Esta pieza explora la dicotomía del afuera y el adentro y el flujo continuo entre estos espacios. 

Desde este banco, podemos observar “Saudade” (2023), una reinterpretación a escala real de la ventana en la casa española donde Aparicio vivió su infancia, realizada por completo en vidrio. Este material no sólo sugiere la fragilidad de las barreras domésticas, sino que también invita a reflexionar sobre la posibilidad de romper estas divisiones en caso de violencia, ofreciendo una salida simbólica a las víctimas. Es formidable que nos plantee tantas posibilidades y escenas en un solo lugar, ¿qué podría ver y hacer el espectador desde esa ventana de cristal? 

En primer plano de la exposición se encuentra “Solace” (2023-24), una manta con más de 10 mil pinchos cosidos, que subvierte la noción de confort al introducir un elemento de defensa contra las intrusiones dolorosas. Esta obra está colocada sobre una mecedora, y emplea la figura de interlocutoras fantasmas que podrían estar defendiéndose de las miradas invasivas.  

“Childhood Memories” (2023-24) es una alfombra de madera tallada en suelo de roble (de aproximadamente 3 m ×5 m) que hace visible los traumas y violencias ocultos, una manifestación literal del dicho sobre “esconder debajo de la alfombra” los problemas domésticos. Esta pieza enfatiza las cicatrices indelebles que deja la violencia en las infancias, transformando estos recuerdos en un duelo constante. 

“Velo de luto” (2020) es una pieza que reinterpreta la indumentaria de las viudas, combinando cabello de tres generaciones de mujeres (el de la artista, su madre y su sobrina) con alas de cigarras, que evocan la idea de reencarnación y destacan la decadencia simbólica de las estructuras patriarcales. 

“Momo” (2000-18) y “Echoes of Resilience” (2023-24) son dos de las piezas más entrañables y quizás, más oscuras de la exposición. La primera pieza es el gato disecado que Aparicio tuvo en su infancia, un testigo escultórico de su entorno doméstico; mientras que la segunda rinde homenaje al doloroso proceso de extirpación de sus orejas, recreándolas con materiales naturales como pelos felinos. 

La exposición concluye con “My Bed” (2023-24), una cama individual para una niña que es testigo de la violencia familiar. Sobre la cama se encuentra un dibujo realizado durante la infancia de la artista, a una escala mayor, bordado directamente sobre el lecho que transmite la intensidad y la locura de corporalizar la violencia doméstica.  

Por medio de las obras de In Memory Of, Selva Aparicio no sólo narra historias de mujeres, niñas y niños que no pueden contarlas por sí mismas, sino que también plantea una reflexión profunda sobre la memoria, el trauma y la resiliencia. Esta exposición desafía al espectador a reconsiderar el espacio doméstico no como un refugio de paz, sino como un campo de batalla cargado de historias ocultas y memorias dolorosas.  

In Memory Of, de Selva Aparicio, se exhibe en el DePaul Art Musem de Chicago, y será posible visitarla desde el 14 de marzo hasta el 4 de agosto de 2024. 

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Triplex https://arquine.com/obra/triplex/ Tue, 10 Oct 2023 18:46:05 +0000 https://arquine.com/?post_type=obra&p=83742 Con el objetivo de desarrollar un patrimonio inmobiliario para una joven familia del barrio Rosemont de Montreal, el proyecto NMBHD propone investigaciones espaciales que remodelan la tipología del tríplex montrealés.

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Con el objetivo de desarrollar un patrimonio inmobiliario para una joven familia del barrio Rosemont de Montreal, el proyecto NMBHD propone investigaciones espaciales que remodelan la tipología del tríplex montrealés. El enfoque lúdico propuesto por el arquitecto permitió a Nancy-Marie, Hugo y el pequeño Jules cuestionar su relación con la funcionalidad así como con la compacidad dentro de sus espacios domésticos.

1 plexo 3 narices

Soy una combinación de realidades familiares, un ensamblaje de fragmentos de mi barrio \

Soy un ciudadano animado, una narrativa compartida para desafiar la individualidad \

Soy un plexo reventado, probado y aprobado por su compacidad \

Soy uno, dos, tres jardines, arriba, abajo, delante, detrás \

Soy un estudio, el más joven del trío, una conversación con mi vecino atigrado \

Soy un apartamento en una terraza elevada, un peinado brotado \

Soy una casa en el lado del patio, una torre en cuatro niveles \

Soy una túnica de ladrillo perforado, una guirnalda de guiños dorados \

Soy un paseo de sombras, una escapada para el jardinero \

Soy un nido familiar desinhibido, un castillo para niños, jóvenes y mayores \

Soy un edificio vivo…

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