Resultados de búsqueda para la etiqueta [derivas urbanas ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 13 Sep 2024 17:22:56 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Infinitas derivadas https://arquine.com/infinitas-derivadas/ Fri, 13 Sep 2024 17:22:56 +0000 https://arquine.com/?p=92923 Manifestación de intenciones: Infinitas derivadas es un proyecto ensayístico que tiene como objetivo plasmar una visión (en este caso personal) de situaciones cotidianas que suceden en el contexto urbano. La serie propone una mirada del quehacer y tránsito de quienes vivimos y sobrevivimos en la llamada selva de asfalto. Sin embargo, la intención de la […]

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Manifestación de intenciones:

Infinitas derivadas es un proyecto ensayístico que tiene como objetivo plasmar una visión (en este caso personal) de situaciones cotidianas que suceden en el contexto urbano. La serie propone una mirada del quehacer y tránsito de quienes vivimos y sobrevivimos en la llamada selva de asfalto. Sin embargo, la intención de la columna, a manera de fotoensayo, no radica en contagiar una mirada particular; únicamente pretende mostrar imágenes que motiven a cuestionar lo que muchas veces se normaliza, invisibiliza o parece irrelevante.

Árbol custodio. Sistema de aseguramiento de material desconocido, con el fin de no ser transferido a otro lugar. Calle Adolfo Prieto (CDMX).

Sería fantástico que, mediante el contraste de diversas maneras de observar y percibir, pudiéramos construir puentes para dialogar de manera crítica sobre la forma individual y colectiva de habitar; así como del rumbo que querríamos seguir o redefinir en favor de la producción, rehabilitación o trasformación, no sólo espacial, sino también de un modelo normativo, social y económico, para vivir en mejores entornos urbanos y más equilibrados.

La diversión está por empezar. Sostenido por block gris, un pedacito de juegos de feria espera, bajo el amparo de Cristo, a su próxima instalación. Canal Nacional a la altura de Xochimilco (CDMX).

Para esta serie de crónica urbana se utiliza la fotografía como hilo conductor de una realidad o de la utopía construida a través del lente del observador y de un texto que no es más que un actor secundario. En conclusión, esta columna motiva a la curiosidad de observar; capturar lo cotidiano, lo habitual, lo diferente, aquello que aparece sin previo aviso y que dibuja o redibuja trozos de ciudad y de quienes la ocupamos.

Solo el dueño sabe lo que habrá dentro. Tras el abrazo firme de 2 vueltas de cadena al poste, sin estorbar, esperaré por ti. Ubicación olvidada (CDMX).

Lo público del espacio y el límite de lo privado

Mucho se ha hablado del significado del espacio público y su importancia como elemento, no sólo rector y ordenador de la ciudad, sino como el mayor democratizador y amalgamador social. La Organización de las Naciones Unidas y su programa Hábitat lo consideran como “un componente clave de una ciudad sostenible” que, sin duda, tiene un impacto directo en la economía urbana, la salud de las personas, la convivencia entre grupos etarios, la mitigación de cambio climático y la percepción de seguridad que se puede tener de la ciudad o una zona determinada. Bajo esta perspectiva, el espacio público debe estar bien diseñado” y “administrado” para proveer los beneficios antes mencionados. Existe una infinidad de manuales que se han elaborado con dicho fin, y aunque marcar directrices no asegure su correcta ejecución, establecen al menos un punto de partida.

Nido vacío. El requisito de un hogar acogedor y minimalista se logra con grandes ventanales y lo esencial para vivir. Ubicación olvidada, Madrid (España).

Al realizar una arqueología documental y revisar el origen de las palabras y su significado, tanto espacio como público —que vienen del latín spatium y publicus respectivamente—, tienen significados limitados que no reflejan la complejidad del concepto de espacio público actualmente. Si bien, en el ágora griega, o el foro romano o fórum, tenían lugar actividades comunes y propias del pueblo, este espacio urbano del nosotros en ocasiones pierde su “uso y propiedad colectiva” en favor de “algunos otros”.

La nueva Haití. Ocupación migratoria a golpe de auto. Tláhuac (CDMX).

A raíz de lo anterior, es legítimo poner sobre la mesa de discusión esta cualidad polisémica del espacio público en la actualidad y, por tanto, lograr un consenso sobre el éxito del mismo. Dicho éxito puede o no estar ligado a la localización, la diversidad de sus usuarios, al diseño en sí y su materialidad, a la inclusión de mobiliario, amenidades y vegetación o a su ausencia, así como a la existencia de las barreras físicas o sociales a consecuencia de directrices, ocurrencias administrativas o resultado del imaginario cultural.

La flor más bella del ejido. Capilla abierta, un árbol transformado en templo, con flores inmortales. Canal Nacional, a la altura de Xochimilco (CDMX).

A final de cuentas, si el espacio público nace o se hace, y si se utiliza consciente o inconscientemente por una necesidad cotidiana o con fines lúdicos, la flexibilidad de uso que tiene es casi infinita, a pesar de que algunas veces pueda cuestionarse la pertinencia o legalidad de este. Lo anterior es resultado de la fragilidad entre la ocupación de lo público y su facilidad mutante por causa de la privatización.

Y la fiesta terminó. Metáfora de una borrachera. Tláhuac (CDMX).

Desde lo público y lo compartido se gesta el sentido de pertenencia e identidad espacial y colectiva. Se promueve la salud y el bienestar social, y se ponen en valor los activos ambientales y culturales de un lugar, de un territorio. Esto no quiere decir que lo público y lo privado no puedan convivir a pesar del antagonismo que ambos conceptos tienen a primera vista.

Los corredores comerciales son un ejemplo de lo anterior, pues funcionan como conectores urbanos de lo público en suelo privado. Sin embargo, el diseño o transformación del espacio público tocan dimensiones no sólo territoriales, sino también sociales, políticas, ambientales, económicas, culturales y sanitarias. Es ahí en donde se producen grandes concentraciones de colectivos que reclaman derechos e inconformidades: son espacios de lucha, escucha, reflexión, amor, desamor, lugar de soledades y celebración; son piezas clave que encaminan el uso y disfrute de la ciudad y sus ciudadanos; son elementos que vertebran la traza urbana y las conductas; son espacios que curan o enferman, otorgan valor o devalúan.

Sosteniendo el descanso. Cuando un bien personal se convierte en público. Ubicación olvidada, barrio de Tetuán (Madrid, España).

La mezcla de mundos más diversos y complejos, como la crónica y la fotografía, como la narrativa visual, son una constante que enriquece un mosaico de infinitas derivadas de ocupación del espacio público para poner en la mira las reglas no escritas para la convivencia y construcción de un espacio que es de todos y de nadie.

 

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21 epifanías de experiencias errantes y de hospitalidad: sobre “Hospedar/se”, de Francesco Careri https://arquine.com/21-epifanias-de-experiencias-errantes-y-de-hospitalidad-sobre-hospedar-se-de-francesco-careri/ Fri, 03 May 2024 19:07:28 +0000 https://arquine.com/?p=89760 Ha pasado casi una veintena de años desde que Francesco Careri escribiera Walkscapes (2002), libro en el que, entreverando sus propios pasos con los recuentos de andares y viajes de Bruce Chatwin, desarrolló la propuesta de caminar como una práctica estética y confirmó que es en el movimiento, la trashumancia, el trayecto nómada, en donde […]

El cargo 21 epifanías de experiencias errantes y de hospitalidad: sobre “Hospedar/se”, de Francesco Careri apareció primero en Arquine.

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Ha pasado casi una veintena de años desde que Francesco Careri escribiera Walkscapes (2002), libro en el que, entreverando sus propios pasos con los recuentos de andares y viajes de Bruce Chatwin, desarrolló la propuesta de caminar como una práctica estética y confirmó que es en el movimiento, la trashumancia, el trayecto nómada, en donde se cifra el pensamiento antiarquitectónico —o prearquitectónico—. Luego, a mediados de la década pasada, en Pasear, detenerse (2016), confirmó que la arquitectura “no nació siendo sedentaria, sino nómada”, y que es en la pausa —después de que el caminar ha consolidado todo un aparato cognitivo de relaciones, símbolos y lenguajes con el lugar— que el encuentro con el otro es posible y la acción creativa es capaz de transformar un lugar. Al detenerse, el cuerpo puede tomar posición” en el espacio y, desde allí, plantear la hipótesis de “un proyecto puesto en discusión al momento que se ha formulado”, no para representar el espacio, sino para intervenir la ciudad, para producir “espacios nuevos a escala real”. Con estos dos libros Careri reafirma su metáfora sobre cómo aprender y hacer investigación, pero también del “hacer arquitectura con los pies y con el cuerpo”; sobre cómo construir espacios de interacción. 

Caminar y detenerse son dos partes de un mismo proceso: ir y estar. Bajo este precepto, el proyecto arquitectónico es un devenir y nunca un producto finito o determinado. Y entonces, la arquitectura es, a la vez, método y medio para la transformación material del espacio en la búsqueda de las hipótesis, la activación de procesos y la indeterminación; pertenece “indiscutiblemente al andar y se va construyendo a lo largo de la vía”. Y en dado caso de que existiera un fin ulterior a ella, sería el de existir para empujarnos a tropezar con los demás.

Es este tropezar con el otro lo que invita a Careri a escribir su más reciente entrega de lo que podría considerarse una trilogía: Hospedar/se (2023). Este libro trata de ese doble rol que desempeñamos: a veces somos huéspedes y otras veces, hospederos; la doble responsabilidad de construir un espacio de convivencia y paz, una intimidad entre desconocidos. Es en la hospitalidad donde “se intercambian valores materiales e inmateriales, se comparten intimidad, comida e historias, pero también aquella porción de espacio que permite compartir”. Una cuestión que compete entonces no sólo a la antropología, la política o el arte, sino al urbanismo y la arquitectura. Hay un eco que resuena con fuerza en un mundo a la deriva, como el nuestro: para reconstruir las ruinas de lo contemporáneo debemos pensar en espacios de intercambio entre anfitriones y huéspedes, lugares de paso y lugares de encuentro para personas distintas entre sí, espacios para la hospitalidad.

Careri nos pide aceptar de antemano una propuesta: la hospitalidad necesita, sobre todo, espacio donde accionar. Pero no de mucho, puede ser suficiente con el espacio mínimo del intercambio o el de un cuerpo en reposo, por ejemplo. Suele pasar que, en un inicio, ni siquiera imagináramos o supiéramos que teníamos todo ese lugar de sobra, pero es la hospitalidad la que permite extender las cualidades de esos espacios a una escala doméstica o urbana. En sus palabras, “hospedar es el habitar que estamos dispuestos a compartir con el otro y hospedamos porque siempre tenemos disponible ese espacio físico que compartir […] No sólo puede brindar hospitalidad quien puede permitírselo, sino todos sin distinción.”

En ese sentido, la hospitalidad es también una suerte de umbral, un espacio que transforma lo externo en íntimo, lo desconocido en habitual, lo foráneo en amigo. Y entonces, quien se hospeda, el extranjero, es recíproco a quien le hospeda, pues este y el espacio se transforman por su mera presencia, existencia, modos, conocimiento e historias. “La arquitectura de la hospitalidad es una máquina teatral que invierte, confunde, suspende y desdibuja los límites de propiedades y papeles”; la hospitalidad y la acogida se fusionan. En una ciudad refundada en la hospitalidad, la agencia de dar y recibir es dialógica y todas las personas podrían disfrutar de los dones que esta otorga.

Para llegar a estos apuntes sobre el espacio de la hospitalidad, Careri nos invita a un errabundeo por 21 relatos autobiográficos que atesoran las claves de su pensamiento. Estas revelaciones cuentan de parajes y paisajes, de travesías y senderos, pero también de una red de personajes y acciones lúdicas que han servido para construir ese puente entre el nomadismo y el sedentarismo, la “danza eterna” de la humanidad. Las epifanías van desde la pasión de Careri por el andar en tribu, hasta perseguir cabras, bailar en grupo, alzar los brazos, dormir en hamacas, tocar una puerta y ser un regalo, comer con desconocidos, lanzar un cohete, comprar una carpa o refundar Roma.

Una de esas epifanías me sobrecoge. Después de haber visto innumerables veces las conferencias de Francesco sobre el andar como práctica estética —y quedar marcado por la idea de que después del caos universal apareció la figura del ka, símbolo del errar eterno—, tuvimos la oportunidad de invitarlo a caminar por Ciudad Juárez y desarrollar en conjunto el proyecto DERIVAS. Junto con él y otras personas caminamos por los Médanos de Samalayuca, también en Chihuahua, y encontramos figuras rupestres de brazos alzados —que pueden verse también al otro lado del Río Bravo, en el Hueco Tanks (El Paso, Texas)—. Durante tres días caminamos a lo largo del muro infranqueable que divide el norte y el sur para finalmente atravesarlo como acción performática. A nuestro paso, Careri insistió en saludar de mano a todos los elementos de la Guardia Nacional para, además, contarles con lujo de detalle la historia de Caín y Abel: la creación bíblica de la propiedad privada, los muros y los homicidios. Al finalizar, Careri dibujó el ka y escribió sobre las láminas fronterizas “aquí Caín mató a Abel”. 

Si la frontera es la revelación de una pelea entre hermanos, el muro es un proyecto espacial que repite una y otra vez el fratricidio. Todos los días miles de personas intentan cruzar el infranqueable muro, levantan las manos y claman hospitalidad.

Referencias:

  • Careri, F. (2023). Hospedar/se. Puente Editores: Barcelona.
  • Careri, F. (2016). Pasear, detenerse. Gustavo Gili: Barcelona. 
  • Careri, F.(2002). Walkscapes. Gustavo Gili: Barcelona.
  • Careri, F. (2015). “El andar como práctica estética”, conferencia en el festival Mextrópoli: Arquine. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=DrudO_31Yxo.
  • Hernández Martínez, P. (12 de febrero de 2015). “El andar como práctica urbana”. Arquine: México.

El cargo 21 epifanías de experiencias errantes y de hospitalidad: sobre “Hospedar/se”, de Francesco Careri apareció primero en Arquine.

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