Resultados de búsqueda para la etiqueta [departamento del distrito ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 04 Nov 2022 23:27:54 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Que se pierda en el paisaje https://arquine.com/que-se-pierda-en-el-paisaje/ Wed, 02 Nov 2022 17:06:09 +0000 https://arquine.com/?p=71220 Nathan Friedman y Francisco Quiñones, ganadores del League Prize 2022, han estado interesados en las complejidades de la preservación histórica desde hace mucho tiempo. Departamento del Distrito, fue invitada a diseñar dos apartamentos de alquiler de corto plazo en un pueblo minero del siglo diecinueve en el norte de México.

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Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo.

Una colaboración con:

 

 

Una comisión de diseño en un pueblo fantasma convertido en destino turístico permitió a Departamento del Distrito explorar ideas de preservación histórica.

Departamento del Distrito es un ganador del League Prize 2022. Nathan Friedman y Francisco Quiñones, ganadores del League Prize, han estado interesados en las complejidades de la preservación histórica desde hace mucho tiempo. Es así que cuando su oficina, Departamento del Distrito, fue invitada a diseñar dos apartamentos de alquiler de corto plazo en un pueblo minero del siglo diecinueve en el norte de México, lo vieron como una oportunidad para involucrarse con las capas de material y significado latentes en el lugar. Construido sobre las ruinas que se erigen sobre el paisaje local, el proyecto abre una conversación sobre la historia de auge y declive de la comunidad y su larga trayectoria de intercambio global.

Rafi Lehmann de The League habló con Nathan Friedman y Francisco Quiñones acerca del proyecto.

La conversación de hoy va a estar enfocada en su proyecto Casa Georgina. ¿Podrían contarnos del sitio en el que se encuentra el proyecto? 

Nathan Friedman: Claro. El proyecto se encuentra en un pequeño pueblo, Real de Catorce, en el estado de San Luís de Potosí, en el norte de México. Es un área extremadamente remota, aproximadamente a 2,700 metros sobre el nivel del mar, en la cordillera de la Sierra Madre Oriental.

Francisco Quiñones: La primera vez que nos invitaron a ver el sitio fue toda una expedición—fue increíble, realmente mágico. Está a ocho horas en coche de Ciudad de México. En los últimos 27 kilómetros del recorrido se toma un camino empedrado por el desierto, y luego un túnel que corta a través de una montaña. El túnel se utilizaba para acceder a una mina de plata, que ya no opera, y tiene solo un carril; las personas que salen del pueblo tienen que esperar a que uno entre para poder usar el túnel. Al final de este llegas a una meseta en la mitad del desierto. Y la primera cosa que ves—porque es aún lo que compone al pueblo en su mayoría—son muros de piedra, muros en ruinas.

El valle en sí es un lugar sagrado para la población indígena local, los Huicholes. Entonces este territorio ha sido habitado continuamente desde hace mucho tiempo. Pero el pueblo adquirió importancia después de mediados del siglo dieciocho cuando se descubrió plata en la zona. Terminó siendo una de las minas de plata más grandes e importantes en la Nueva España.

La mitad del siglo dieciocho fue un momento interesante en México. La Guerra de Independencia de México [1810–1821] estaba en el horizonte y España lo sabía. Comenzaron a extraer tantos recursos como les fue posible y había mucho interés en pueblos como este. En este periodo se podían encontrar bienes europeos en Real de Catorce que probablemente no era posible obtener ni en la capital del estado. Hoy en día hablamos del turismo como si fuera un fenómeno de mediados del siglo veinte pero esta zona, a pesar de ser extremadamente remota, ha estado conectada globalmente desde hace cientos de años.

En el sentido de las manecillas del reloj, comenzando con la esquina superior izquierda: Real de Catorce en 1893; el pueblo en 1910; la mina local de San Agustín en 1900. Imágenes cortesía de Fototeca Nacional INAH

En su apogeo, cuando las minas estaban operando, hay reportes indicando que el pueblo tenía unos 40,000 habitantes. Sin embargo, después de la caída del precio de la plata a principios del siglo veinte y las revueltas de la Revolución Mexicana [1910–20], la mayor parte de este fue abandonado. Se convirtió en un pueblo fantasma. No había trabajo así que la gente se fue, abandonando los edificios que fueron convirtiéndose en ruinas.

Friedman: Más recientemente, en los últimos treinta años, se ha convertido en un destino turístico.

Quiñones: Así es. Real de Catorce es un pueblo que actualmente subsiste básicamente del turismo. Según el último censo nacional, tiene apenas unos 1,000 habitantes permanentes; el resto son visitantes temporales.

En los sesenta y setenta algunos extranjeros, principalmente europeos, visitaron el pueblo por su historia única y el increíble paisaje en el que está situado. Algunos de ellos se quedaron. Era extremadamente barato; en aquel momento se podía comprar una estructura entera y reconstruirla. Hoy en día muchos de los negocios turísticos locales son propiedad de europeos: gente de Suiza, España y Alemania.

También hay turismo doméstico. Es un pueblo que visitan los fines de semana personas de Monterrey y Saltillo, grandes ciudades industriales en el norte de México. Hay también una iglesia en el pueblo, la Parroquia de San Francisco, que es un sitio de peregrinación. Entonces durante parte del año cuando se llevan a cabo las fiestas de San Francisco, el pueblo está tan lleno de gente que hay quienes terminan durmiendo en la calle porque todos los hoteles están llenos.

En el 2001 el pueblo fue declarado un Pueblo Mágico. Esta es una designación que el gobierno federal creó para apoyar y preservar pueblos históricos en México. Para cuando nosotros llegamos a Real de Catorce en el 2017 ya había sido un destino turístico por un par de décadas.

Friedman: El pueblo se ha ido reinventando, en cierta medida, para servir y dar alojamiento a una audiencia contemporánea. A algunas personas les preocupa que actualmente hay demasiado desarrollo pues, aunque haya leyes y reglamentaciones de preservación, es posible eludirlas. Existen varios ejemplos en el pueblo de desarrollo que no es sensible a su contexto y que está dramáticamente fuera de escala.

Cuando comenzamos el proyecto nos enfrentamos con esta tensión interesante de cuándo y cómo sumarle al tejido físico existente: ¿Qué retienes?, ¿cómo evolucionará lo que retuviste?

Fachada de Casa Georgina al inicio del proyecto. Crédito: Departamento del Distrito

¿Cómo surgió este proyecto particular?, ¿quién fue el cliente?

Quiñones: Georgina Landa es la madre de una amiga mía. Ella y su exesposo, un hombre de origen francés, visitaron Real de Catorce y se enamoraron del lugar. Compraron una propiedad y construyeron una casa, utilizando en parte una ruina que se encontraba en la misma.

La clienta es también dueña de un pequeño hotel a un par de cuadras de su casa, pero en un momento se dio cuenta que el mercado estaba cambiando. La gente ahora está más interesada en rentar a través de Airbnb, y eso fue una de las motivaciones detrás de nuestro proyecto. Nos comisionaron para diseñar dos pequeños departamentos, cada uno con su propia cocina y terraza privada, que los visitantes pudieran rentar en estadías más largas. El proyecto está ubicado dentro del jardín amurallado de la casa privada de la clienta y es, esencialmente, una extensión de esta.

Planta de sitio de Casa Georgina. Los departamentos diseñados por Departamento del Distrito se ubican dentro de la línea roja punteada; la casa de la clienta está inmediatamente arriba del recuadro. Crédito: Departamento del Distrito

Friedman: Ella tiene la idea de algún día mudarse de la casa principal a uno de los departamentos. Por ello, tuvimos conversaciones de cómo el proyecto podría evolucionar en el tiempo.

Para nosotros un punto de partida claro para el diseño fue trabajar con los muros de piedra existentes en el sitio—estudiar el muro como elemento arquitectónico y también como una condición interesante, tanto del pueblo en general como de la propiedad de Georgina en particular. Hay muros de piedra por todo Real de Catorce. Muchos de los que aún están en pie alguna vez fueron parte de estructuras más grandes que se han ido deteriorando a través del tiempo, dejando caer sus techos y pisos, los cuales se estructuraban tradicionalmente con vigas de madera. Y estos son muros gruesos—tienen entre 45 y 90 centímetros de ancho—y están todos hechos de piedra de las montañas locales. Esta es la norma.

El lote en el que estábamos trabajando estaba rodeado por uno de estos muros perimetrales tan comunes. Incluía también un jardín de maleza y una ruina, localizada sobre el lado sureste del terreno.

Estado original del lote. Crédito: Departamento del Distrito

Quiñones: Queríamos jugar con la idea de que la casa se perdiera en el paisaje. Cuando miras estos muros en ruinas sobre la montaña, debido a que están hechos del mismo material sobre el cual están parados, se genera un juego interesante de pixelación y camuflaje. La primera vez que visitamos el pueblo hicimos algunas caminatas por las montañas circundantes para ver el lote desde distintos puntos de vista. Fue así que nos dimos cuenta que, en ciertos momentos del día, los muros en ruinas parecían desaparecer en el paisaje.

Friedman: Todo depende de la posición del sol porque lo que te permite leer el muro desde lejos es la sombra que proyecta. Si no la hay todo se vuelve bastante plano.

Quiñones: Muchas de las estructuras nuevas en Real de Catorce que han sido diseñadas por otros arquitectos son cajas de líneas rectas. Entonces pensamos, “¿qué podemos hacer para romper con la línea recta?”

Friedman: Esos volúmenes puros, cúbicos, son las formas más legibles en el paisaje. A pesar de que muchos de estos proyectos están bien construidos, es fácil distinguirlos desde lejos. Para nosotros ese acercamiento era problemático en este contexto.

Quiñones: Entonces rompimos la línea recta del muro y creamos un borde irregular. Es una pixelación del volumen total. Y como las piedras que forman las paredes externas de este proyecto son piezas pequeñas de la montaña, este concepto básico está presente también en el material—opera en distintas escalas.

De arriba a abajo: Secciones de Casa Georgina (longitudinales), modelo, y secciones (transversales). Crédito: Departamento del Distrito

¿Visitaron en algún punto los archivos para entender el lugar del proyecto? 

Quiñones: Los archivos en México funcionan de una forma particular. Puedo decir por experiencia que no hay una cultura de archivado comparable a la de Estados Unidos, donde a menudo existen protocolos claros para el manejo, catalogación y acceso al material que se está archivando. En México hay archivos grandes dedicados a sitios importantes de la época prehispánica, colonial y moderna. Sin embargo, para sitios como Real de Catorce no existe un archivo histórico robusto. Los documentos están dispersos e incompletos.

Hemos logrado encontrar una pequeña colección de mapas, fotografías y documentos históricos a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia [INAH], El Colegio de San Luis A.C. y un centro cultural local en Real de Catorce.

Mapa de Real de Catorce en el año 1885. Crédito: CEDOC de El Colegio de San Luis A.C.

Para la investigación general también usamos como referentes a historiadores y escritores que han estudiado el pueblo, como Fernando Benítez y Rafael Solana, así como también un estudio más reciente sobre el turismo hecho por Irene Álvarez.

Y en cuanto a la casa en sí, visitar los archivos consistió literalmente en recorrer el pueblo y juntar las piezas. Nuestro proceso de diseño se vio informado tanto por las ruinas físicas que se encontraban en el sitio, como también por conceptos del tema de las ruinas en general—cómo estos fragmentos se forman, qué significan culturalmente para un lugar como Real de Catorce y cómo podrían informar una estrategia de adición en lugar de substracción. Esencialmente invertimos el proceso mediante el cual un edificio se convierte en una ruina, manteniendo a la vez las cualidades más importantes de los muros deteriorados del pueblo.

Para nosotros, esto significó la aplicación de una estrategia formal de volúmenes rotos o interrumpidos, borrando así la línea entre el proyecto arquitectónico y el paisaje circundante, y exponiendo también las cualidades latentes en los procesos de construcción vernácula.

De esta forma, el proyecto funciona como un altavoz que reverbera la historia del pueblo. Es nuestra manera de hablar del estado contemporáneo del lugar y del proceso histórico mediante el cual el sitio se convirtió en una ruina.

Casa Georgina. Crédito: Departamento del Distrito.

Friedman:​​ Trabajamos con un equipo de construcción local, liderado por Rafael Ibarra, con una cantidad increíble de conocimiento en cuanto a métodos y técnicas tradicionales de construcción del lugar. Un detalle único que puede encontrarse en todo Real de Catorce, para dar un ejemplo, es la forma en la que piezas más pequeñas de piedra laja se utilizan para rellenar las juntas entre las piedras más grandes de los muros. Nos dimos cuenta de que la forma más efectiva de comunicar el diseño era literalmente caminar por el pueblo con el equipo de construcción, seleccionando detalles presentes en estructuras históricas y discutiendo cómo estos podían ser adaptados al proyecto.

Parte de la complejidad de Casa Georgina fue que decidimos aprovechar la preexistencia en el sitio, trabajar con los muros originales de este, los cuales fueron selectivamente demolidos, reparados y extendidos para cumplir con los requisitos programáticos de la clienta. Tuvimos que trabajar con una suerte de collage de métodos de construcción. Algunos de los espacios interiores de los departamentos tienen protuberancias inesperadas—rastros de los muros o de los cimientos originales que han quedado incrustados en un nuevo tipo de pared. Pensamos que uno tiene que aceptar estos momentos, sin importar lo extraños que puedan ser, pues son parte de la identidad del proyecto.

En el sentido de las manecillas del reloj, empezando por la esquina superior izquierda, créditos: Adriana Hamui, Departamento del Distrito, Adriana Hamui, Departamento del Distrito.

Relacionado con este tema, me pregunto si ven alguna relación entre este proyecto construido y el interés general de su práctica en temas de preservación histórica.

Quiñones: Nuestro interés en la preservación surge del deseo por entender cómo se les asigna valor a las distintas partes que componen el entorno construido. Cuando ciertas estructuras son preservadas, ¿para quiénes se mantienen? y ¿qué revelan estas decisiones sobre una cultura o sociedad particular? Es así que nuestro interés en la preservación es bastante más amplio que el del entendimiento más tradicional de la disciplina, en el que una figura con autoridad decide cómo una pieza de arquitectura debe mantenerse y cuál debe ser su narrativa histórica.

No hay obra de arquitectura estática y nos gustaría profundizar en formas de preservación más experimentales, en que las condiciones futuras sean múltiples y estén abiertas al cambio. Esta posición está respaldada por la continua investigación que llevamos a cabo en nuestra oficina y que influye en el rango de proyectos en los que decidimos involucrarnos, los cuales incluyen desde exhibiciones y publicaciones hasta proyectos construidos. Esta perspectiva nos ha ayudado a aproximarnos a proyectos como En-medio, una publicación impresa gratuita acerca del legado del modernismo en Ciudad de México, de la misma forma en que abordamos un proyecto de arquitectura como Casa Georgina.

Friedman: En Casa Georgina procuramos traducir este interés, esta investigación, a través de una visión contemporánea de diseño, sin romantizar el contexto o hacer que la estructura fuera percibida de una manera particular. Nos aproximamos al proyecto jugando con el concepto de, “¿cuándo es la forma legible?, ¿desde qué ángulos? y ¿qué vistas produce?”

Créditos: Adriana Hamui.

Realmente se trata simplemente de trabajar con el sitio, aunque decir eso sea todo un cliché. Pero esta estructura está literalmente construida en el costado de la montaña. Excavar esta piedra es un proceso tan exhaustivo que lo más lógico era trabajar con la inclinación natural del terreno y con los fragmentos de muros preexistentes, los cuales simplemente continuamos construyendo.

Siendo una oficina cuyo trabajo se interesa en la teoría, la crítica y la historia, siempre estamos en la búsqueda de esos momentos en los que podamos expandir esa parte teórica de nuestra práctica a través de proyectos construidos. A veces podemos hacerlo, a veces no. Este caso específico, un proyecto ubicado en un lugar como Real de Catorce en el que hay una historia tan profunda y en el que la clienta estuvo dispuesta a trabajar con nosotros, es una oportunidad que nos sentimos muy afortunados de haber tenido.

Esta entrevista fue parte del 2022 Architectural League Prize, un concurso para jóvenes arquitectos diez o menos años después de graduados, organizado anualmente alrededor de un tema.
Ha sido editada y condensada. Texto original aquí

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Casa Georgina https://arquine.com/obra/casa-georgina/ Sat, 13 Feb 2021 09:00:39 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/casa-georgina/ Casa Georgina, finalizada en el otoño del 2020, está compuesta por dos departamentos construidos en la ladera de las escarpadas montañas de la Sierra de Catorce.

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Casa Georgina, finalizada en el otoño del 2020, está compuesta por dos departamentos construidos en la ladera de las escarpadas montañas de la Sierra de Catorce.

El proyecto se sitúa dentro de un jardín contenido por una barda perimetral y sobre una serie de ruinas de antiguas construcciones en piedra, con las cuales se establece un diálogo a través del juego de la adición y la sustracción. Tres muros escalonados organizan el esquema: el primer muro contiene la circulación exterior; el segundo muro enmarca los espacios habitables interiores; y el tercer muro separa al proyecto de la propiedad vecina.

Localizado en Real de Catorce, un antiguo pueblo minero fundado durante el siglo XVIII para llevar a cabo la sustracción de plata, el proyecto cumple con las estrictas regulaciones de construcción locales y fue revisado públicamente por una junta supervisora. Además de temas de altura y restricciones de líneas de visión, las regulaciones de construcción especifican que todos los muros exteriores deben ser construidos con piedra local por medio de un sistema constructivo tradicional representativo del pueblo.

En paralelo al desarrollo esquemático del proyecto, dichas regulaciones de construcción iniciaron consideraciones de diseño inmediatas que lo impactaron hasta la escala del detalle. Esto incluyó la reparación, reforzamiento y expansión de muros sólidos de piedra existentes en el sitio, así como también la construcción de nuevos muros utilizando un método de construcción modificado y más económico, el cual utiliza piedra, cemento colado y bloques de cemento. El proyecto resultante es un producto de la mediación entre agentes humanos (el cliente, el arquitecto, los oficiales de gobierno, y la población local), estructura y contexto, condición existente y proyecto futuro, así como también de técnicas de construcción tradicionales e innovación.


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El Pabellón Eco 2020. Entrevista a Departamento del Distrito + Villalobos https://arquine.com/el-pabellon-eco-2020-entrevista-a-departamento-del-distrito-villalobos/ Wed, 29 Jan 2020 14:00:17 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/el-pabellon-eco-2020-entrevista-a-departamento-del-distrito-villalobos/ El Pabellón Eco es una comisión bianual del Museo Experimental El Eco, un concurso que funciona como plataforma experimental para promover el intercambio, la exploración y la activación pública a partir del binomio arte-arquitectura. Entrevistamos a los cinco concursantes seleccionados en esta convocatoria, quienes presentaron un proyecto y una maqueta que serán evaluados por el jurado del concurso.

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El Pabellón Eco es una comisión bianual del Museo Experimental El Eco, un concurso que funciona como plataforma experimental para promover el intercambio, la exploración y la activación pública a partir del binomio arte-arquitectura. En su 8va edición, el Pabellón Eco se centra en la reconsideración del espacio arquitectónico como una posibilidad de conciliación entre el medio ambiente y lo simbólico-cultural, a partir del tema de la serpiente propuesto por el curador invitado a esta edición: el arquitecto Javier Senosiain.

El Pabellón Eco 2020 busca fomentar el pensamiento ambiental en la producción arquitectónica contemporánea, que puede estar vinculado a lo mitológico, lo poético y lo socialmente afectivo. Tiene el propósito de animar a reflexionar sobre el lugar que nuestra especie elige ocupar en relación con la naturaleza: la intención no es apelar a una nostalgia por el origen, por el contrario, la arquitectura es un campo idóneo para replantear nuestra relación con el mundo natural.

Entrevistamos a los cinco concursantes seleccionados en esta convocatoria, quienes presentaron un proyecto y una maqueta que serán evaluados por el jurado del concurso. Éstas son sus respuestas:

Departamento del Distrito + Villalobos 

1.- ¿Podrían mencionar cuatro elementos que consideren fundamentales para la conceptualización de cualquier proyecto arquitectónico?

Actores que tienen alguna injerencia en la arquitectura, y que pueden ser humanos o no humanos. Dentro de los actores humanos identificamos agentes como los arquitectos, los habitantes o usuarios, las autoridades, los inversionistas, entre otros. Dentro de los actores no humanos podemos identificar agentes como el sol, la gravedad o el viento.

Sistemas que organizan las relaciones entre dichos actores. Estas relaciones pueden ser políticas, económicas, biológicas, etc., y alcanzar altos grados de complejidad.

Contextos, pues dichos sistemas siempre tienen una ubicación y una escala en el espacio y el tiempo. Es imposible aproximarse a la complejidad de un sistema si no se considera su contexto en múltiples dimensiones.

Efectos, o las implicaciones sensoriales, simbólicas y afectivas de los elementos anteriores en la experiencia humana de la arquitectura.

 

Si partimos del concepto de pabellón como una tipología arquitectónica que se puede re-interpretar bajo las necesidades sociales, urbanas y ambientales del momento:

2.- ¿Cómo consideran la relación entre ambiente natural y desarrollo arquitectónico en su propuesta?

Siguiendo las perspectivas teóricas actuales sobre el Antropoceno, nuestro proyecto pretende desdibujar la falsa distinción entre lo natural y lo humano. La propuesta se materializa en un dispositivo arquitectónico que se inserta dentro de sistemas híbridos, que son al mismo tiempo naturales y artificiales, como el de la energía.

3.- ¿Qué cualidades arquitectónicas les interesa subrayar para el Pabellón Eco 2020?

Nos interesa explorar la noción de la arquitectura como infraestructura; como un dispositivo que puede generar un producto. Nuestra propuesta es un prototipo experimental, que establece una relación productiva y lúdica con el museo y sus visitantes.

4.- ¿Qué tipo de experiencia desean para los visitantes a su proyecto?

Buscamos —a través del enfoque infraestructural, tecnológico y sistémico de la propuesta— hacer patente que la interconexión entre naturaleza y entorno construido es ya una condición inherente a la arquitectura.

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