Resultados de búsqueda para la etiqueta [Concéntrico: Festival Internacional de Arquitectura y Diseño de Logroño ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Thu, 11 May 2023 21:15:54 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Festejar la ciudad para inventar lugares propios https://arquine.com/festejar-la-ciudad-para-inventar-lugares-propios/ Thu, 11 May 2023 20:26:31 +0000 https://arquine.com/?p=78519 Fotografías: Diego Ortega Álvarez / @dieg_ortega Bienales, trienales, exposiciones y ferias son algunas de las categorías que reciben los medios físicos de difusión de la cultura arquitectónica en los que, de una u otra manera, se basan las evoluciones de los modelos, no solo de comunicar, sino también de entender, producir y hacer desde la […]

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Fotografías: Diego Ortega Álvarez / @dieg_ortega

Bienales, trienales, exposiciones y ferias son algunas de las categorías que reciben los medios físicos de difusión de la cultura arquitectónica en los que, de una u otra manera, se basan las evoluciones de los modelos, no solo de comunicar, sino también de entender, producir y hacer desde la disciplina de la arquitectura. A estos, en su mayoría de veces, acceden y promueven únicamente los grupos más allegados o apegados a los roles tradicionales de la disciplina. Si miramos hacia atrás, podríamos comenzar diciendo que hablar de todo ello implica una profunda reflexión sobre la construcción cultural de la disciplina. No sin dejar de mencionar que, desde sus orígenes, es posible detectar que estos acontecimientos han estado hechos de arquitectos para arquitectos, por decirlo de la manera más sencilla posible. Lugares en donde el apego por la autorreferencia, la auto celebración y la impecable oda a su propio trabajo, y no dejemos de decir que a sí mismos, está siempre presente. En una amplia y riesgosa generalización, es eso quizá lo que define muchos de estos acontecimientos culturales-arquitectónicos, a los que se suman premios, medallas, reconocimientos, congresos y publicaciones.

Pero y entonces, ¿De qué hablamos cuando hablamos de festivales? ¿De qué hablamos cuando hablamos de festejar la ciudad? Desde hace algunos años, casi una década en ejemplos particulares, han surgido iniciativas iberoamericanas que buscan destacarse de las demás promoviendo posturas y visiones más críticas, plurales y abiertas. Los festivales de arquitectura, urbanismo y ciudad son quizás la necesaria evolución de estas grandes plataformas de comunicación arquitectónica, son lugares nuevos en plena disposición de saberse apropiables, que se alejan de un enclaustramiento académico o disciplinar, de un aula o auditorio, y salen a la superficie, a las calles y plazas de una ciudad con el fin de festejar lo físico, pero también lo intangible que construye una identidad local.

Desde ese lugar ocurre Concéntrico, el festival de arquitectura y urbanismo de la ciudad de Logroño, España, y que asume su rol celebrativo, no solo desde su nombre —un festival, una fiesta—, sino en sus contenidos, siendo un evento que rompe con la tradicional visión egocéntrica de la disciplina de la arquitectura, para enfocarse en la interacción y apropiación de la ciudad por parte de la ciudadanía. A diferencia de muchos otros eventos arquitectónicos, Concéntrico como festival, que se llevó a cabo del 27 de abril al 2 de mayo de 2023, y que en esta ocasión celebró su novena edición, no se trata de una exhibición de obras y proyectos de arquitectos para arquitectos, ni de discursos escritos, conferencias o premios. En su lugar, se enfoca en la creación de instalaciones urbanas y pabellones,  elementos efímeros, que se integran en el tejido urbano y se convierten en un artefacto de apropiación pública.

En palabras de sus organizadores y aliados locales, Concéntrico tiene dos objetivos principales —los cuales se podrían compartir con cualquier otro evento de este tipo—, activar la ciudad, sus espacios y su gente, y poner a Logroño en el mapa de la arquitectura y el diseño urbano global. Una intención desde lo local, siempre apuntando a lo global. Una oportunidad de inventar un lugar propio desde nuestra habilidad de festejarnos como ciudadanas y ciudadanos. En ese sentido, esta edición de Concéntrico planteó una veintena de intervenciones de autoras y autores nacionales e internacionales, de distintas edades, generaciones y aproximaciones dotando de una valiosa diversidad a la línea curatorial de esta edición; en Concéntrico 09 me ha quedado claro uno de los principios más importantes que este tipo de intervenciones —al mero estilo de una acupuntura urbana— debería tener: fomentar la interacción y el juego de la gente. La ciudad se convierte entonces en un gran playground, como los planteados por Aldo van Eyck en la posguerra europea que tenían como fin convertir las plazas y parques públicos en espacios para fomentar lo lúdico y la creatividad en las niñas y niños, o en un gran Fun Palace destechado con aquellas ideas de Cedric Price en los inicios de los sesenta que buscaban generar un laboratorio para la diversión, para la libertad humana y para lo incierto que esto debía construir. 

Desde ahí, desde van Eyck y Price, ocurren las dos líneas de desarrollo crítico que más quiero destacar. Desde el juego, la libertad y lo experimental; y es que, por un lado, el éxito del festival radica en la capacidad de las instalaciones presentadas para despojarse del ego arquitectónico y convertirse en un juguete público de interacción que se puede tocar y apropiar. Los artefactos o pabellones de interacción inmediata y fácil sentido de apropiación, se alejan la mayoría de veces de lo contemplativo, y se transforman en un punto catalizador. De formas, colores y dimensiones distintas, no importó si fue una alberca en una plaza abierta, un arenero contenido, formas y colores primarios, una mesa en el paisaje o una fuente alambrada, el sentido base fue el mismo: no construir edificios, no saberse permanentes, alejarse de lo inmóvil y lejano de una escultura tradicional, y por el contrario ser plenamente conscientes de generar un cambio drástico, temporal pero drástico, en el sentido completo del espacio público.

Por el otro lado, y en una reflexión disciplinar, considero que para las oficinas de arquitectura y diseño —gráfico, editorial, urbano y hasta de marketing—, Concéntrico se convierte en un ejercicio experimental, en un gran laboratorio al norte de España donde se práctica con prueba y error, sin temor al segundo, y por el contrario, aprovechándose como una oportunidad para el aprendizaje. Las y los diseñadores participantes pueden probar sus ideas in situ y casi de manera inmediata; el proceso de conceptualización y diseño se materializa en un artefacto o pieza que encuentra diferentes dimensiones de experimentación: el material, lo constructivo, las acciones, el público, para finalmente, doblarse, guardarse, y en algunos casos, llegar a otro lugar para seguir a prueba. Desde ahí, Concéntrico y sus acupunturas, representan proyectos de experimentación, quizás inacabados, que justamente se terminan hasta que pasaron —o no— las pruebas de laboratorio; el festival se convierte en un espacio de exploración, donde la creatividad y la innovación se ven impulsadas por la interacción y apropiación de la ciudadanía.

No quisiera decir que este mundo necesite más festivales de arquitectura y diseño, no quisiera porque en la realidad no estoy seguro. Pero de lo que sí estoy seguro es que sí es necesario aprovechar estos espacios, que dan un paso fuera de la tradición disciplinar, para no dejar de caminar hacia allá. Construir —artefactos, objetos, pensamiento— desde lo experimental, desde la prueba y el error. Si bien la academia debe representar un amplio y abierto espacio a la pregunta, a la no respuesta certera y a la contradicción, creo que desde lo disciplinar hay que buscar seguir generando estas situaciones, no festivales como tal, sino escenarios de cualquier índole que nos permitan seguir festejando la ciudad para cada quien, en lo individual y colectivo, inventar nuestros lugares propios. 

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Una cúpula, un pabellón efímero https://arquine.com/obra/una-cupula-un-pabellon-efimero/ Thu, 14 Apr 2022 06:00:24 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/una-cupula-un-pabellon-efimero/ Con Una cúpula se intenta producir un monumento a través de un uso mínimo de materiales. La estructura es "temporalmente monumental" e inestable. Ocupa la ciudad como el fantasma de una arquitectura posible. Sujeto a la acción del viento, el volúmen de la cúpula es fluctante y precario. Según las condiciones climáticas, la luz enfatiza o desmaterializa su superficie.

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Una cúpula es un pabellón temporal diseñado para la séptima edición del festival Concéntrico en Logroño, España. El pabellón está situado en la plaza principal del centro de la ciudad, frente a la fachada de la Concatedral de Santa María de La Redonda. El proyecto pretende establecer un diálogo con la arquitectura de la iglesia: el volumen del pabellón se moldea a partir de la monumental hornacina central de la fachada. Más que inventarse, las proporciones se encuentran.

Una cúpula es una envolvente cilíndrica de tejido técnico de color plateado que se corona con una parte superior semiesférica. Dentro de la envolvente se atrapa un globo y se cosen 12 cables de anclaje a la tela, los cuales se fijan a lastres de concreto colocados en la base a lo largo del perímetro circular. El globo, de 7 metros de diámetro, se llenan con 179.21 metros cúbicos de helio, desarrollando una fuerza ascendente de unos 180 kg que mantiene la estructura erguida. La altura total del pabellón es de 16.60 metros y su circunferencia es de unos 22 metros.

La envolvente de tela se detiene a 2 metros del suelo, lo que permite el acceso al espacio cubierto por la cúpula, Con Una cúpula se intenta producir un monumento a través de un uso mínimo de materiales. La estructura es “temporalmente monumental” e inestable. Ocupa la ciudad como el fantasma de una arquitectura posible. Sujeto a la acción del viento, el volúmen de la cúpula es fluctante y precario. Según las condiciones climáticas, la luz enfatiza o desmaterializa su superficie. Una cúpula activa una porción de 40 metros cuadrados de espacio público. El lugar diminuto está poblado por objetos concretos: un banco, una fuente, el soporte de una lámpara…

Los objetos son pesados, fragmentos de una arqueología inventada. El globo gravita sobre ellos como una pálida luna blanca, proporcionando un poco de sombra y una sensación de asombro. Una cúpula está abierta para albergar rituales cívicos impredecibles.

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Concéntrico crece https://arquine.com/concentrico-crece/ Mon, 04 Oct 2021 14:32:04 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/concentrico-crece/ El festival internacional de arquitectura y diseño Concéntrico crece y evoluciona con la ciudad, no sólo con el número de intervenciones en el espacio público, sino también en actividades destinadas a afianzar la experiencia propia del evento. Concéntrico no se limita en cada edición, cambia y cuestiona su propio funcionamiento.

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La antigua Fábrica de Tabacos de la Rioja, ubicada entre las calles Portales y Marqués de San Nicolás en Logroño, ha colapsado. De sus detritus se han colmatado una serie de estancias de una escala menor —como de andar por casa— con respecto a los edificios circundantes. El choque entre la ciudad y las habitaciones no da tiempo a la compresión, es un descuido, un golpe. El suelo es el sedimento de la cerámica, inestable y ruidoso, es caminar sobre cristales rotos, la ruina bajo nuestros pies. Todo del mismo material, todo del mismo color, arriba el cielo azul.

Un solo módulo, simple y sencillo, articula una serie de estancias de las mismas dimensiones. El recorrido, lineal, conecta dos calles a través de la experiencia del ladrillo repetido hasta la saciedad. Inspiración, un poco equivocada quizás, en el libro Especies de espacios de Georges Perec, que nos recuerda:

Los apartamentos están construidos por arquitectos que tienen ideas muy precisas sobre qué debe ser una entrada, una sala de estar (living-room, recepción), una habitación de los papás, una habitación del niño, una habitación de la criada, un pasillo, una cocina o un cuarto de baño. Sin embargo, al principio todas las piezas se parecen poco o mucho, no vale la pena tratar de impresionarnos con historias de módulos y otras pamplinas: sólo son una especie de cubos, digamos son unos paralelepípedos rectangulares (…)

“Tipos de espacios” de Hanghar + Palma, en el Pasaje Chimenea. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

 

Con la cerámica se marca el espacio, se delimita, se expande y se contrae, nos separa y nos junta. Tres bancos circulares se posan sobre una plaza triangular con soportales en sus lados cortos: es la plaza del Ayuntamiento. El ladrillo, mampuesto sin argamasa, lo invade todo, se cuela y discurre sobre la piedra, dura y desoladora de la plaza. Tres circunferencias, indeterminadas, aparentemente aleatorias, son banco, juego y valla, separan y obligan al encuentro. La plaza, ese espacio público en el que la gente se encuentra, ha sido colonizada por el ladrillo.

“1973-2021” de Lanza Atelier, en la Plaza del Ayuntamiento. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

 

Lo mejor del colapso y la ausencia de argamasa es la dispersión del material. El ladrillo se reutilizará y será como si estas intervenciones continuasen existiendo, desmembradas y dispersas. Todo es efímero, la ciudad se deshace y se vuelve a hacer con su propia materia. La escala temporal queda en entredicho. ¿Cuánto dura un momento? 

Recorrer Logroño y encontrar reflexiones sobre el espacio es un regalo para todos. Que además del recorrido y la sorpresa, haya diálogo entre quienes pensaron las intervenciones y los vecinos, es necesario. ¿Cómo podemos acercar la experimentación espacial a la gente?

El festival internacional de arquitectura y diseño Concéntrico crece y evoluciona con la ciudad, no sólo con el número de intervenciones en el espacio público, sino también en actividades destinadas a afianzar la experiencia propia del evento. Concéntrico no se limita en cada edición, cambia y cuestiona su propio funcionamiento. El festival se difumina, encontraremos trozos de él diseminados por la ciudad, ya no solo como reflexiones que quedan en los vecinos, sino también como trozos físicos que por un momento formaron parte de las intervenciones realizadas. De esta manera se alcanzan múltiples dimensiones, temporales, físicas e incluso emocionales. Bancos de madera fabricados por los mismos vecinos acercan el oficio de carpintero a los participantes, los niños juegan con los módulos, sencillos y dinámicos. Este hacer con las propias manos dota de valor la pieza creada, hay una conexión a través de la experiencia. ¿Cuánto cuesta hacer un mueble? ¿Y tirarlo luego?

“Lea” de Hermann & Coufal, en la Biblioteca de La Rioja. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

La ciudad tendrá mobiliario, nuevos espacios de juego, menos estacionamiento y más vegetación que harán crecer las viviendas de Logroño gracias al festival. Han ganado verde y experiencia, soporte y vivencias. La experiencia del espacio ha ganado al ser desintelectualizada a través de su acercamiento, de recorrerla y cuestionarla.

 

“Arbre” de Laurent Martin, en la Gran Vía. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

 

“39186 Habitaciones vacías” de VAPAA Collective, en la Casa Farias. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

 

“Soucoupe Populaire” de École Supérieure de Design de Troyes, en la Chimenea Parque del Ebro. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

 

“Paisaje topográfico pintado” de 44 Flavours, en la Villanueva. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

 

“Pabellón Concéntrico” de Sauer Martins + Mauricio Méndez, en la Plaza Escuelas Trevijano. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

 

“Support your local landscape” de Vivian Roti – Pablo Saiz del Río, en Viña Lanciano Bodegas LAN. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

 

“La vida después” de Hori-Zonte, en el patio del Museo de la Rioja. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

 

“Intermedio” de ESDIR / Nerea Illana + Guillermo Botella, en los Jardines ESDIR. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

 

“Eclipse” de SpY, en la Cúpula de la Estación Intermodal. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

 

“La cúpula” de Matteo Ghidoni – Enrico Dusi, en la Plaza del Mercado. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

 

“Conversación sin palabras” de Radu Abraham, en la Plaza del Revellín. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

 

“La contemplación de un límite” de Chávarri Estudio, en el Paseo del Ebro. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

 

“Monumento a las Hermanas de la Revolución” de Aleksandra Wasilkowska, en el Patio del COAR. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

“Circum” de P + S Estudio de Arquitectura, en el Parque del Ebro. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

 

“Cabaña de San Bartolomé” de Paradigma Ariadné, en la Plaza de San Bartolomé. Fotografía: Concéntrico 07 / Josema Cutillas.

 

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Festival Concéntrico: reflexiones sobre la ciudad https://arquine.com/festival-concentrico-2020/ Mon, 14 Sep 2020 02:27:31 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/festival-concentrico-2020/ circunstancias que, como mínimo, impedían la ejecución completa de un festival que exige la participación física para tener sentido. Se realizaron catorce intervenciones efímeras en el espacio que dialogaban con la ciudad.

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“Prismarium” de Ignacio Hornillos y Javier Fernández, en la Plaza Escuelas Trevijano. Fotografía: Concéntrico 06 / Josema Cutillas.

 

Probablemente ahora más que nunca, para una gran parte de la población a la que le ha tocado vivir un confinamiento estricto debido a la pandemia, el espacio público ha adquirido una importancia y significado sin precedentes. Del 3 al 6 de septiembre se ha celebrado Concéntrico: Festival Internacional de Arquitectura y Diseño de Logroño, un evento que, a través de instalaciones efímeras, ocupa el espacio público para repensarlo como un lugar de fricción entre lo colectivo y lo público.

En su sexta edición Concéntrico se ha llevado a cabo a pesar de circunstancias que, como mínimo, impedían la ejecución completa de un festival que exige la participación física para tener sentido. Se realizaron catorce intervenciones efímeras en el espacio —que se suman a otras 59 de ediciones anteriores— que dialogaban con la ciudad. Estas intervenciones ponen el foco, sobre todo, en lo público: la plaza, el parking y la calle. Las piezas ponen en cuestión aspectos críticos sobre la ciudad que de otra manera pasarían desapercibidos: la ocupación del coche del espacio público, los vacíos urbanos subutilizados en el centro histórico o los monumentos como símbolos de un pasado que se debe revisar.

“Kreuzweg” de Gregor Schneider, en la Plaza del Mercado. Fotografía: Concéntrico 06 / Josema Cutillas.

Instalaciones como “Kreuzweg” (el camino de la cruz), de Gregor Schneider, una cruz completamente negra que descansaba en la Plaza del Mercado y transitable a través de un laberinto en su interior, apelan al mundo sensorial, espacial y poético del símbolo: entrar en aquello con lo cual se identifica una religión para perderse en la incertidumbre, desorientados, hasta encontrar la luz. En este caso, es destacable la capacidad de la intervención de generar metáforas a partir de operaciones aparentemente sencillas que, además, establecen un diálogo con la obra anterior del artista. Otra intervención realizada fue “Banquín”, de Mecanismo,  una pieza de mobiliario urbano deformado, alargado hasta la exageración que se balancea y sirve como elemento de interacción entre los vecinos. O “Circo Aéreo”, de KOGAA, una estructura hinchable, transportable y ligera que hace de “teatro” a la vez que lámpara urbana para redimensionar un espacio que funciona como parking en pleno centro histórico.

“Banquin” de Mecanismo, en Avenida Gran Vía (con C/Daniel Trevijano). Fotografía: Concéntrico 06 / Josema Cutillas.

“Circo aéreo” de KOGAA Studio, en aparcamiento en el centro histórico. Fotografía: Concéntrico 06 / Josema Cutillas.

 

En algunos casos, se echa en falta más atrevimiento en el desarrollo físico de las mismas, a pesar de que su discurso se pueda circunscribir al debate actual sobre cuestiones como los monumentos en el espacio público; además, convendría plantear la necesidad de salir del artificio cosmético —eso sí, capaz de generar imágenes potentes— de otras, pero que no profundizan en aspectos más importantes a nivel político o social, y que se vuelven exploraciones espaciales que interesan más a los arquitectos que al visitante en potencia.

En todo caso, el festival se percibe como un caleidoscopio de voces que hacen resonar no sólo la ciudad como espacio físico, sino también los relatos que se pueden generar alrededor. Como en el caso de la exposición de CENTRALA, llamada “Pabellón de Reverberaciones”, en el ayuntamiento de la ciudad, capaz de generar un diálogo entre Logroño y Varsovia. Este caleidoscopio se nutre de voces nacionales e internacionales que logran trascender el contexto europeo también gracias a los concursos para diseñar tres piezas: el pabellón del festival, Viña Lanciano y el aparcamiento del Espolón.

El primero es “Prismarium”, proyectado por Ignacio Hornillos y Javier Fernández, que explora la idea del pabellón como elemento que se recorre en su perímetro, “mudo” en su materialidad pero que genera diálogos en el contexto inmediato, y de manera más abstracta con el resto de las intervenciones del festival, al apuntar en diferentes direcciones a través de prismas al resto de piezas. Viña Lanciano, a cargo de OE Architect, de México, con una intervención poética en viñas muy próximas a la ciudad, un tótem revestido de espejos que apela al paso del tiempo, reflejo de su contexto que crea un efecto óptico según la posición relativa del observador. Y “Arch-play”, de Silvia Bachetti y Agnese Casadio, que sustituye el espacio del coche por un artefacto que de manera formal replica el lenguaje de los soportales del Paseo del Espolón y que sirve como elemento lúdico para apropiarse del espacio público.

“LAN-4” de OE Architect, en Viña Lanciano. Fotografía: Concéntrico 06 / Josema Cutillas.

“Arch-Play” de Silvia Bachetti & Agnese Casadio, en el Paseo del Espolón. Fotografía: Concéntrico 06 / Josema Cutillas.

 

Concéntrico logra generar una serie de sinergias que se ven explicitadas en su desarrollo, es un festival colectivo, fruto de la colaboración entre entidades públicas y privadas, del esfuerzo de su director y comisario, Javier Peña, y de la visión de un equipo que logra trasladar reflexiones y cuestionamientos sobre la arquitectura en Logroño. Además, es un relato continuo de lo que ha pasado, de lo que está pasando y de lo que podría pasar en la ciudad.

Este tipo de festival tiene mucho potencial, además de transmitir mucha emoción, podría transitar nuevos caminos de maneras más intensas y desde otras aristas sin abandonar las actuales, incorporando discusiones sobre feminismo, racismo o cambio climático, por mencionar algunas. Probablemente hace falta cargar de más contenidos estos espacios en los que la arquitectura sirve de soporte. Estos debates no serán provocados solamente por las piezas y las reflexiones sobre sí mismas, tendrán que ser potenciados por voces que se sirvan de estas estructuras para repensar la manera cómo vivimos.

“Patio de las reflexiones” de Storey Studio, en la Plaza de San Bartolomé. Fotografía: Concéntrico 06 / Josema Cutillas.

“Sticks & Stones” de Anna & Eugeni Bach, en el calado de San Gregorio. Fotografía: Concéntrico 06 / Josema Cutillas.

 

El festival, además, apuesta por ser una “biblioteca” de recursos destinados a la utilización del espacio público. En cada edición se proyectan escenarios, mesas, bancos, espacios de reunión, jardines, entre otros elementos, que pueden ser reutilizados en otros eventos. De esta manera se mejoran aspectos estéticos sin tener que invertir recursos para repensar otros nuevos, y se aporta más calidad a la vivencia del espacio público.

“Arcos” de Jordi Galí con Jérémy Paon y Julien Quartier, en la plataforma Iglesia de Santiago. Fotografía: Concéntrico 06 / Josema Cutillas.

“Estatua Ecuestre” de Iza Rutkowska, en el Paseo del Espolón (monumento a Espartero). Fotografía: Concéntrico 06 / Josema Cutillas.

 

Es magnífico encontrar nuevas voces que se escapan de la polaridad de grandes ciudades, como Madrid y Barcelona, para marcar nuevas directrices. Por un momento son estas grandes ciudades, a veces ancladas en dinámicas incapaces de proponer vivencias similares a pesar de su poder, quienes miran ahora hacia Logroño. Es una lección sobre la potencia del evento saber que algunas de estas piezas serán trasladadas a la capital, invirtiendo una dinámica centralista y estableciendo un diálogo más complejo al incorporar temas de reciclaje —no sólo del material físico sino también discursivo. 

 

“Fiesta” de Attila Kim & Bogdan Ciocodeica, en la Plaza de la Muralla del Revellín. Fotografía: Concéntrico 06 / Josema Cutillas.

“Hex.Pansiva” de la Escuela de Arquitectura de Toledo, en la Biblioteca de la Rioja. Fotografía: Concéntrico 06 / Josema Cutillas.

“A través de los límites” de Taneli Mansikkamäki, en el patio del COAR. Fotografía: Concéntrico 06 / Josema Cutillas.

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