Resultados de búsqueda para la etiqueta [Comunidad ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 08 Jul 2022 07:35:55 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Estación Tapachula https://arquine.com/obra/estacion-tapachula/ Wed, 10 Nov 2021 07:00:47 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/estacion-tapachula/ El proyecto, a cargo del colectivo C733, busca rescatar su carácter de conector urbano y parque público acompañado de espacios flexibles para canchas techadas, comedores comunitarios y espacios recreativos.

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La Estación de Ferrocarril Tapachula fue inaugurada a principios del siglo XX. En octubre de 2005, el huracán Stan colapsó el sistema ferroviario en varios tramos, haciendo imposible el paso del tren. Ante la magnitud del desastre no resultaba redituable reconstruir, así que este lugar que fue durante mucho tiempo la puerta de entrada a México, así como el corazón de Tapachula, se convirtió en depósito de basura y dormitorio para personas indigentes.

De la mano de acciones fundamentales de parte de la comunidad, se rescató el pequeño espacio para actividades culturales, deportivas y de memoria local, logrando a través del gobierno municipal la intervención del Programa de Mejoramiento Urbano. El proyecto, a cargo del colectivo C733, busca rescatar su carácter de conector urbano y parque público acompañado de espacios flexibles para canchas techadas, comedores comunitarios y espacios recreativos.

Conceptualmente, surge de la naturaleza de la repetición y se resuelve en una sola sección, capaz de albergar espacios de pequeño formato en sus costados, que fungen como cimientos expuestos para soportar una cubierta ligera de 19 metros de altura y 24 de claro. Una intervención de paisaje conforma taludes, plazas y huertos comunitarios, aprovechando la extraordinaria paleta vegetal local. La estrategia estructural y su paleta cromática surgen del lugar, siendo Tapachula el mayor productor de bambú en México, además del acero y el concreto como elementos de refuerzo que promueven la ventilación cruzada e iluminación natural de todos los espacios.

Los elementos de tensión permiten la esbeltez en el claro mayor, a pesar de las consideraciones sísmicas y de viento. En la antigua estación se rescató su carácter original, así como el espíritu, ya recuperado por la comunidad, de espacio cultural y de memoria para el corazón de Tapachula.


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Autoconstrucción como transformación colectiva https://arquine.com/autoconstruccion-transformacion-colectiva/ Tue, 28 Sep 2021 06:22:33 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/autoconstruccion-transformacion-colectiva/ La autoproducción y la autoconstrucción no funcionan en un mundo que favorece la estética perfecta antes que el aprendizaje, que enaltece lo individual/autoral antes que lo colectivo, que busca el enriquecimiento de unos cuantos sobre la redistribución del poder y el bienestar integral.

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Cuando dicen que la autoproducción y la autoconstrucción no funcionan, a mi me da por reír. Tanto aprendizaje, tanta reflexión crítica y tanta creatividad colectiva presente en estos procesos colaborativos, es inimaginable e impredecible. La incertidumbre del rumbo nos hace volcarnos al presente y al proceso. Nos lleva, además, a ejercitar la ternura (propia y colectiva) y a abrazar los caminos alternos que van surgiendo, aunque no fueran el sueño inicial. Vemos, pues, que tenemos la capacidad de reinventarnos juntes, una y otra vez. Que las utopías son dinámicas y que tenemos muchas alternativas si trabajamos de forma colectiva.

Aprendemos a soltar de muchas maneras: soltar el ego del protagonismo, soltar el ego y la carga de la responsabilidad absoluta e individual, soltar la pretensión de conocerlo todo y soltar la inseguridad/angustia que provoca todo lo anterior. Pero cuando soltamos también abrazamos cosas nuevas: abrazar la vulnerabilidad, abrazar la posibilidad de que sabemos muy poco pero si juntamos esos saberes entre todes, sabemos un montón colectivamente. Soltar el control y el poder individual que limita para ver surgir el “nosotres”.

Y pues claro, la autoproducción y la autoconstrucción no funcionan en un mundo que favorece la estética perfecta antes que el aprendizaje, que enaltece lo individual/autoral antes que lo colectivo, que busca el enriquecimiento de unos cuantos sobre la redistribución del poder y el bienestar integral. La autoproducción y la autoconstrucción sólo funcionan para un mundo en donde se valora la diversidad, el intercambio de conocimientos, la ternura y la posibilidad de transformarnos a nosotres en el proceso de acompañamiento social.

Con cada proceso social, muere y nace una creencia, trastoca todo el sistema del sentipensar. Entonces, la autoproducción y la autoconstrucción no sirven para lo estático y lo vertical, pero son procesos maravillosos para la transformación colectiva.


Mariana Ordóñez Grajales junto con Jesica Amescua conforman Comunal, taller de arquitectura.

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Un mundo que se curva: geometría de la proximidad afectiva https://arquine.com/un-mundo-que-se-curva-geometria-de-la-proximidad-afectiva/ Tue, 10 Aug 2021 13:34:30 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/un-mundo-que-se-curva-geometria-de-la-proximidad-afectiva/ Mientras que la línea recta contiene una fuerza única que desplaza al punto de forma continua e indiferente, la línea curva ha sido desviada de su camino a través de una presión lateral constante. La arquitectura debe curvarse hacia la sensibilidad y lo común, y no solo llenar de nuevos discursos el quehacer acostumbrado. La geometría que se utiliza debe curvar ante todo los conceptos, no los objetos; y usar esa línea para el ayuntamiento, es decir, para unir lo que es de todos.

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Tercer artículo definitivo de la paz perpetua:

El derecho de ciudadanía mundial debe limitarse a las condiciones de una universal hospitalidad:

Fúndase este derecho en la común posesión de la superficie de la tierra; los hombres no pueden diseminarse hasta el infinito por el globo, cuya superficie sea limitada, y, por tanto, deben aceptarse mutuamente su presencia, ya que originalmente nadie tiene mejor derecho que otro a estar en determinado lugar del planeta.

Hacia la paz perpetua, Immanuel Kant 1

 

Breve introducción a las líneas:

En su análisis a los elementos básicos compositivos, Wassily Kandinsky define la línea geométrica como la traza que deja un punto al moverse. Es su clasificación, diferencia entre la línea recta y la curva a través de la cantidad tensiones que definen su trayectoria:

 

Mientras que la línea recta contiene una fuerza única que desplaza al punto de forma continua e indiferente, la línea curva ha sido desviada de su camino a través de una presión lateral constante. Y aunque ambas son definidas como líneas básicas, es el propio Kandinsky quien las cataloga como antagónicas: la primera es un elemento básico con una sola dirección; la segunda, con su tensión lateral, tiene la oportunidad de generar concavidades, espacios y formas que contienen y protegen.2

Esta definición básica, me sirve para describir el principio de lo que llamaré: una geometría básica de la proximidad, llamaré tensiones: a los agentes y valores que tuercen y generan formas afectivas. Es decir, que tiene el don de generar entrega, cuidado, atención y protección.

Mientras que la línea recta es indiferente y prosigue su propia y única lógica, la curvatura se tuerce para generar huecos o estructuras que posibilitan. 

Las manos, que siempre han sido símbolo y distinción de lo humano, son un gran ejemplo de esta geometría afectiva, suelen curvarse al dar, al recibir, al cubrir y al proteger, como lo describe de forma inigualable el filósofo Josep María Esquirol en su libro La resistencia Intima:

“El tejado que protege se parece a la figura de las manos juntas mirando hacia abajo; las palmas serian el techo. El cuenco se hace con las manos juntas hacia arriba. Con el cuenco se da y se ofrece: con el techo se guarda y se ampara.” 3

 

Primeros trazos afectivos:

Físicamente, vivimos en una perpetúa línea que se curva, hasta su cierre. Habitarla, seria entender que toda proyección se inclina, que todo arrojar tiene un declive, que nada avanza hacia el infinito, sino hacia el centro por gravedad; de donde todo surge y hacia donde todo va. 

El mundo que nos toca soportar, en cambio, es el que Kant advierte que no puede existir en un mundo que busque paz: un lugar donde los hombres se diseminan y expanden sin límites; línea recta que ignora las leyes establecidas por lo viviente, como la representación de la muerte en una máquina de signos vitales.

El llamado progreso ha sido una línea recta que atraviesa sin sensibilidad los tiempos y espacios naturales: montañas y andes se perforan para “acortar distancias” (aunque cada vez crezca más la del entendimiento y la comprensión), líneas que atraviesan bosques y selvas con indiferencia y que  hieren de muerte con la urbanización que surge a sus alrededores. Especulación inmobiliaria y acaparamiento de tierras son los nombres de algunos de estos fenómenos contemporáneos. La misma línea recta direcciona y oculta ríos y causes en tubos, y los llena de desechos hasta su negrura. Cicatrices sin atención que pudre de a poco al planeta. 

Una cicatriz suele ser una línea recta porque su causa es cuando menos la distracción o la indiferencia de lo existente. Es la expresión gráfica de la fuerza que sobrepasa nuestra resistencia, que nos abre sin reparo ni consideración, porque ignora la unidad existente con la que se encuentra. 

Lo contrario a ese golpe que nos abre, sería recibir una caricia: curva y línea informe que dialoga indefinidamente la superficie que toca, sin por qué ni para qué definido. Ocioso vagar. Hace sentir no invadido, sino atendido y contemplado.

La línea recta es la de las balas en lugar de la escucha: atraviesan pechos e ideas, estudiantes y comunidades enteras. La escucha en cambio, comprende y protege, rodea y sabe retirarse.

Cómo lo dice Esquirol en su más reciente libro Humano, más humano:

“(Lo) que se curva se hace cercano, de modo que la curvatura es, también, proximidad y cercanía.

No es casual que los símbolos fascistas suelan ser rectos y rígidos. La curvatura que cuida —o el cuidado que se curva— no es ni invasiva ni evasiva. No pretende aplastar, ni alejarse en la indiferencia. Se aplasta de arriba abajo. Se mantiene la indiferencia yendo recto, sin mirar atrás. En cambio, el gesto más básico suele flexionarse enseguida. (…)

También el abrazo es curvo. Todo abrigo es una curva. La mejor respuesta nunca es la más directa: es franca, si, pero con tacto. El tacto flexiona la respuesta y no deja que sea ni directa ni indirecta. El tacto es la suave curvatura de la franqueza.” 4

La curva tiene tacto porque vincula; sus tensiones extremas se atan a la tierra (oscuridad fecunda de donde todo brota y a donde todo regresa), y se alza al centro hacia el cielo para crear espacio. Fuerza que se asemeja a la del árbol: crece, no para conquistar, sino para abarcar y generar; sea sombra, alimento o casa; a humanos, animales, insectos, plantas, hongos o a diminutos organismos. 

 

Una arquitectura que se curva

Es consensuado el origen de la arquitectura en dos formas básicas: la curva de la cueva que protege piel y fuego,  o rudimentarias estructuras de madera con ejes perpendiculares. Sea cual fuere el primer trazo, ambos provenían de una geometría afectiva del mundo: generar para dar. En cambio, la arquitectura que impera se ha alejado de esta geometría, y se sirve de la línea del progreso para continuar la herida y la separación. 

A menudo, las y los arquitectxs ponderan en sus discursos contemporáneos palabras cálidas, conceptos curvados del afecto; agregando a sus descripciones e intenciones palabras como: atención, calma, escucha, lentitud, fraternidad, dignidad, hospitalidad, contemplación, conexión, resistencia y resiliencia, pero su tensión afectiva sigue sirviendo al esquema lineal desarrollista, productivo, extractivista, explotador y burgués. Se curvan los techos y los muros en grandes arquitecturas para resguardar la acumulación de bienes privados, mientras la intemperie impera en los desposeídos. Se rodean árboles y se albergan animales para algo que nombran como autosuficiencia; pero es desde el privilegio que se vive el glamur de la ruralidad: invadiendo territorios y paisajes a través del despojo y, en nombre del empleo, acaparar la vida de otros para cuidar al huerto o las vacas. Personas que no inclinan su espalda para ordeñar la vaca, y consumen el tomate fresco sin cuidar su madurez ni mirar e hidratar la tierra de donde brota. 

Que la arquitectura comience a utilizar a las palabras de forma profunda es imperante. A la par, que las escuelas (entendidas como instituciones y como ejemplos morales) despojen a las palabras de su linaje superfluo: que se alejen de entender el cuidado desde el ensamble y deslumbre de los materiales, y cuidar en cambio, a quien amparamos con un techo y a quien excluimos con un muro.

Que la dignidad no sea una cuestión medible y cuantificable; absurda formula que se reduce a la expansión de metros cuadrados o el aumento del tamaño de una ventana para las empleadas domésticas, conservado el sistema de explotación con salarios mínimos y horarios esclavistas. Que se ponga en cambio a la escucha real de lo que es digno para los otros, que se haga hincapié en la etimología de la palabra dignus: merecedor de respeto. 

Que no se hable de fraternidad y hospitalidad en un mundo donde el gremio reproduce con sus líneas fronteras, parcelas y propiedad individual. Donde las líneas rectas hieren, dividen, atraviesan. Como lo escribe oportunamente Marina Otero Verzier en un reciente artículo para este medio:

“Los arquitectos han sido entrenados históricamente para trazar líneas; líneas nítidas, abstractas y asertivas. Líneas que definen adentro, afuera, altibajos, líneas que sostienen y materializan condiciones diferenciales y, por tanto, todo el sistema de divisiones, formas históricas de exclusión y discriminación.” 5

La arquitectura debe curvarse hacia la sensibilidad y lo común, y no solo llenar de nuevos discursos el quehacer acostumbrado. La geometría que se utiliza debe curvar ante todo los conceptos, no los objetos; y usar esa línea para el ayuntamiento, es decir, para unir lo que es de todos. Contrario al esquema separatista del progreso lineal, llega el tiempo de pensar nuevas envolturas para un mundo común. Cómo se lo pregunta Peter Sloterdijk:

¿Quién va a ser capaz todavía de crear envolturas protésicas en torno a los que han quedado a la intemperie? 6

Mi respuesta, ingenua y balbuceante, recae en todos, en la capacidad de cada uno de nosotros de atender el mundo para curvarlo de a poco. Ni grandes proyectos ni a través de sistemas partidistas o totalitarios. Y como argumentó Bauman hace casi más de una década:

“Tarde o temprano, ante la evidencia diaria de nuestra dependencia mutua tendremos que darnos cuenta de que nadie puede reclamar su propiedad indivisible sobre el planeta.” 7

Que nos envuelva nuevamente la conciencia de nuestra fragilidad y temporalidad sobre esta esfera amplia y aún fecunda, que seamos capaces de ver, reconocer y repetir la curvatura que nos con-forma, que no permitamos más el oscurecimiento del cielo: que se borre para siempre la línea gris que nos impide ver la curva que es de todos.


Notas:

  1. Kant, Immanuel (2018). Hacia la paz perpetua. Fondo de Cultura Económica 
  2. Kandinsky, Wassily (1993). Punto y línea sobre el plano. Quinto Centenario Colombia
  3. Esquirol, Josep María (2018). La resistencia intima. Acantilado  
  4. Esquirol, Josep María (2021). Humano, más humano. Acantilado  
  5. Otero Verzier, Marina (2021). Volteando las mesas: la arquitectura después de la arquitectura, Rescatado de: https://www.arquine.com/volteando-las-mesas-la-arquitectura-despues-de-la-arquitectura/
  6. Sloterdijk, Peter (2004). Esferas III, Espumas. Siruela 
  7. Bauman, Zygmunt (2008). La sociedad sitiada. Fondo de Cultura Económica

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Cooperativa de vivienda La Borda https://arquine.com/obra/cooperativa-de-vivienda-la-borda/ Tue, 01 Dec 2020 15:28:41 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/cooperativa-de-vivienda-la-borda/ El proceso de La Borda inicia el año 2012 en el marco de la recuperación comunitaria de Can Batlló. Un grupo de vecinos y vecinas decidieron auto-organizarse para resolver, de manera colectiva, la necesidad de acceso a la vivienda a partir de la implementación de una cooperativa de vivienda en cesión de uso.

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El proceso de La Borda inicia el año 2012 en el marco de la recuperación comunitaria de Can Batlló. Un grupo de vecinos y vecinas decidieron auto-organizarse para resolver, de manera colectiva, la necesidad de acceso a la vivienda a partir de la implementación de una cooperativa de vivienda en cesión de uso. La cooperativa de arquitectos Lacol se involucró desde el inicio, empujados por la motivación de construir una alternativa en un contexto de grave crisis habitacional en Barcelona.


Esta implicación se convierte en una oportunidad para repensar la producción de la vivienda popular que sea desde abajo y con la participación de las futuras usuarias. La innovación del proceso de promoción ha sido clave para poder trabajar la arquitectura más allá de su formalización. Se identificaron cinco características del modelo que tienen una respuesta directa en el proyecto: autopromoción, cesión de uso, vida comunitaria, sostenibilidad y asequibilidad.

La cooperativa es la propietaria del edificio, el cual está construido sobre un solar de titularidad pública, y cede el derecho de uso de la vivienda a sus socias, agrupadas en unidades de convivencia. Mediante este modelo de tenencia alternativo a la propiedad privada se pone el valor únicamente en el uso de la vivienda y no en su valor de cambio en el mercado, con lo que se evitan usos especulativos.

La infraestructura común (soporte) se define a partir de una matriz homogénea de unidades habitacionales (16 m²) que genera una tipología de vivienda no jerarquizada y apropiable para cada usuario mediante decisiones libremente adoptadas (componentes). La cooperativa priorizó realizar un edificio con el mínimo impacto ambiental, tanto en su construcción como en su vida útil.

Otro objetivo básico fue eliminar la posibilidad de pobreza energética entre sus usuarias, situación que sufrían algunas de ellas debido al elevado coste de la energía y falta de recursos económicos. La estrategia inicial del proyecto para reducir la demanda energética ha sido la optimización del programa, con la renuncia al aparcamiento de coches subterráneo, la colectivización de servicios y la reducción de la superficie de las viviendas.

 


Puedes encontrar este proyecto en nuestra Revista Arquine No.94 vivienda colectiva.

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La Comuna https://arquine.com/obra/la-comuna/ Thu, 29 Oct 2020 13:00:57 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/la-comuna/ El proyecto nace del pedido de una fundación y empresa privada de cómo mejorar el hábitat de una familia que se dedica al reciclaje en condiciones de insalubridad y sin el espacio adecuado para realizar las operaciones que el proceso conlleva

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La comuna busca mantener un dialogo constante con el desarrollo de la ciudad a través de las distintas actividades que se desarrollan en el interior y exterior de la propuesta, generando ser un intermediador para facilitar procesos de encadenamiento productivo e impulsar el emprendimiento de los usuarios (propietarios). 

El proyecto cuenta con un área en planta baja que funciona como espacio de almacenamiento y clasificación para mejorar las condiciones de productividad de la familia. Complementando con el diseño de contenedores para poder facilitar el proceso de reciclaje, se diferencian por el color aplicado a cada estructura. Estos artefactos son ubicados en sitios estratégicos de la ciudad.

Huaquillas forma parte de la frontera sur del Ecuador, su vecino Aguas Verdes (Perú) tienen algunas características como; son Ciudades que no presentan continuidad territorial, se han consolidado como “ciudades espejo”. En estas ciudades que están separadas por un canal artificial, producto de los conflictos armados que han existido entre Ecuador y Perú, el intercambio comercial es constante. 

El sistema estructural es un contenedor de los seis módulos que configuran al volumen. La madera es utilizada por la tradición de las edificaciones existentes en el sector, la aplicación de chazas o celosías aportan en la construcción del edificio.  

Se incorpora una vivienda adaptable que se fusione con el espacio de producción de acuerdo a las necesidades de la familia. 

La vivienda parte desde la contraposición entre experimento vs proyecto, planteando estrategias de intervención con la de permeabilidad espacial y autogestión del espacio. La primera estrategia se desarrolla en el sistema de aberturas que posee la elevación, en la cual se diferencian los seis módulos de 12 mtrs2 que tienen cada uno. La segunda estrategia busca plantear una habitabilidad flexible en la que el usuario a través de paneles giratorios pueda auto gestionar su espacio de vida cotidiana. 

Se configura a partir de un módulo de 3m x 4m, con el propósito de establecer un sistema progresivo que le permita al usuario crecer a partir de distintas adaptaciones al sistema estructural. Cada módulo posee una función específica; en planta baja existen tres módulos para que la familia pueda tener un espacio de producción e intercambio comunitario. En planta alta se generan tres módulos con espacios flexibles en los que además el mobiliario responde a ser un configurador del espacio, esto debido a que cuenta con ruedas que permiten su fácil deslizamiento en el espacio. 

La comuna se convierte en un hito para la ciudad, debido al proceso de transformación que tuvo, con antecedentes de insalubridad y contaminación. El proyecto comunica un discurso de concientizacion a través de su fachada con un mensaje, generando reflexión entre lo privado y lo público a través de la arquitectura y del reciclaje.


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