Resultados de búsqueda para la etiqueta [Carlos Jiménez ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Tue, 27 May 2025 14:03:44 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 25 obras 25 voces https://arquine.com/product/25-obras-25-voces/ Mon, 08 Apr 2024 15:41:19 +0000 https://arquine.com/?post_type=product&p=69367 Editor: Arquine
Textos:  Alejandro Echeverri, Alejandro Guerrero G., Andrea Griborio, Andrea Soto Morfín, Camilo Restrepo Ochoa, Carlos Jiménez, Cristóbal Molina Baeza, Elisa Silva, Ernesto Betancourt, Francisco Díaz, Francisco Pardo, Giancarlo Mazzanti, Guillermo Hevia García, Hernán Díaz Alonso, Jean Pierre Crousse, José Luis Uribe, Mathias Klotz, Miquel Adrià, Salvador Macías Corona, Sol Camacho, Tatiana Bilbao, Víctor Alcérreca, Wonne Ickx, Zaida Muxí Martínez y Josep Maria Montaner.
Cubierta: Pasta Blanda
Tamaño: 16 x 22 cm
Páginas:  408
Edición: Español & Inglés
ISBN: 9 786079 489984

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Arquine, como plataforma que ha sido un testigo activo del desarrollo arquitectónico global desde México en las últimas décadas, presenta en esta selección 25 obras extraordinarias construidas en Latinoamérica durante los últimos 25 años. Estas obras destacadas son puntos de referencia en la disciplina, resistiendo con elegancia el paso del tiempo.

Para esta recopilación, veinticinco arquitectos de renombre fueron invitados a elegir un proyecto y a compartir sus reflexiones sobre el mismo. Entre los participantes se encuentran figuras destacadas como Alejandro Guerrero G, Andrea Griborio, Andrea Soto Morfín, Camilo Restrepo Ochoa, Carlos Jiménez, Cristóbal Molina Baeza, Elisa Silva, Ernesto Betancourt, Francisco Díaz, Francisco Pardo, Giancarlo Mazzanti, Guillermo Hevia García, Hernán Díaz Alonso, Jean Pierre Crousse, José Luis Uribe, Mathias Klotz, Miquel Adrià, Salvador Macías Corona, Sol Camacho, Tatiana Bilbao, Víctor Alcérreca, Wonne Ickx, Zaida Muxí Martínez y Josep Maria Montaner, quienes han dejado su huella en el panorama arquitectónico latinoamericano y mundial.

Este compendio no solo celebra la excelencia arquitectónica, sino que también busca enriquecer la narrativa histórica de la arquitectura contemporánea, ofreciendo una mirada diversa y profunda sobre las distintas condiciones y contextos que influyen en la creación arquitectónica en la región. Se espera que esta selección no solo inspire a futuros arquitectos, sino que también impulse una reflexión más amplia sobre el papel de la arquitectura en la sociedad actual.

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Miró Rivera Architects: construyendo una nueva Arcadia https://arquine.com/miro-rivera-architects-construyendo-una-nueva-arcadia/ Mon, 11 Jan 2021 15:50:41 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/miro-rivera-architects-construyendo-una-nueva-arcadia/ Publicado por University of Texas Press en las postrimerías del contagioso 2020, Miró Rivera Architects. Building a New Arcadia condensa, en 20 obras, 20 años de labor de un despacho estadounidense fundado por dos arquitectos hispanos en una ciudad tan peculiar como Austin, Texas, la “nueva Arcadia” del título.

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Publicado por University of Texas Press en las postrimerías del contagioso 2020, Miró Rivera Architects. Building a New Arcadia condensa, en 20 obras, 20 años de labor de un despacho estadounidense fundado por dos arquitectos hispanos en una ciudad tan peculiar como Austin, Texas, la “nueva Arcadia” del título. Es un gran libro, tanto por su elegante formato de art book como por su jugoso contenido que reúne textos de Michael Sorkin (antes de que nos lo arrancara el Covid), Juan Luis de las Rivas, Juan Miró y Nina Rappaport, así como un evocador ensayo fotográfico con dos docenas de obras captadas por Sebastian Schutyser con una cámara estenopeica (“pinhole camera”, sin lente) y una sabrosa entrevista de Carlos Jiménez a los socios del estudio: el español Juan Miró y el puertorriqueño Miguel Rivera. Ambos nacieron en el verano de 1964, con tres semanas de diferencia y a 7,000 kilómetros de distancia (los que separan Barcelona de San Juan), se conocieron en 1991 en Nueva York trabajando para Gwathmey Siegel Architects, trabaron amistad y acabaron emparentando pues Juan se casó con Rosa, la hermana de Miguel, especialista en arte latinoamericano que ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de la exitosa sociedad.

Aunque nació en Barcelona, Juan vivió desde pequeño en Madrid donde hizo la carrera mientras trabajaba con su padre, el arquitecto Antonio Miró quien hizo algunas obras icónicas en la España de la segunda mitad del siglo XX, en sociedad con Fernando Higueras. Recién titulado, Juan ganó una beca Fullbright para cursar un posgrado en Yale donde tuvo como profesor a Charles Gwathmey, uno de los famosos “Five Architects” neoyorquinos (la quinteta la completaban Peter Eisenman, Michael Graves, John Hedjuk y Richard Meier). El maestro invitó al alumno a colaborar en su despacho, donde ya trabajaba Miguel tras haber estudiado en la Universidad de Puerto Rico y en Columbia. Al poco tiempo de conocerse, el boricua fichó por otro estudio de las “grandes ligas” (Mitchell Giurgola Architects, donde llegó a ser asociado) mientras que el español quedó a cargo del proyecto para la residencia de Michael Dell, el flamante dueño de Dell Computer Corporation, que se construiría en Austin. Juan y Rosa quedaron prendados con esa “ciudad paisaje” (landscape city) y decidieron cambiar la jungla de asfalto y el skyline de la gran manzana por los suaves horizontes boscosos de la bucólica capital texana. Juan se independizó y formó su propio estudio con el apoyo de Rosa, para lo que compraron una vieja casona que ya funcionaba como oficina en uno de los suburbios históricos de la ciudad y la adaptaron para su nuevo uso. No la tuvieron fácil, pero lograron convencer a Miguel de que dejara Manhattan por Austin para asociarse y fundar Miró Rivera Architects (MRA).

LifeWorks, Austin, Texas

 

“Keeping it weird” (conservémosla rara —o peculiar) es el grito de batalla de los residentes de Austin que intentan mantener la identidad de su ciudad frente a las grandes metrópolis texanas que la circundan: San Antonio, Houston y Dallas. Es la capital del vastísimo territorio de Texas —segundo estado más grande de la Unión Americana— que fue novohispano hasta 1821 y después mexicano hasta 1836 cuando logró su independencia, solo una década antes de convertirse en la 28ª estrella de la bandera estadounidense. Stephen Austin, líder de la independencia texana, da nombre a esa “nueva Arcadia” (el mítico paraíso terrenal de la antigua Grecia) a la que hace referencia el título del libro. Es una rara avis que choca con el estereotipo kitsch y extravagante de Texas: culta y sofisticada, ha crecido mucho en lo que va de siglo y está calificada como una de las ciudades con mejor nivel de vida en Estados Unidos. Centro de innovación tecnológica, sus famosos festivales —como el Austin City Limits Music Festival— la convierten en la capital mundial de la música en vivo (“Live Music Capital of the World” es otro de sus slogans junto al famoso “Keep Austin Weird”). 

Además, es sede del campus más importante de la Universidad de Texas, lo que hace que la población estudiantil le inyecte a la ciudad una efervescencia juvenil impagable. Su Escuela de Arquitectura (UTSoA) es una de las “top ten” del país, y Juan Miró forma parte de su claustro de profesores desde hace más de veinte años (antes incluso de asociarse con Miguel). Su veta académica se deja sentir en esta publicación con el ensayo “The Landscape City” en el que explica este concepto aplicado a Austin y la relación de sus habitantes con su rico entorno natural (boscoso y fluvial), apoyado en magníficas vistas aéreas de la zona metropolitana captadas por el fotógrafo Iwan Baan. Su análisis se completa con una especie de taxonomía urbana que toma como referencia diez residencias diseñadas o remodeladas por MRA (incluidas las de los dos socios); cada una de ellas es presentada con una fotografía y dos planos: uno de conjunto que abarca 10 acres (4 hectáreas) para entender el contexto y la densidad del barrio en que están insertas, y una planta arquitectónica a mayor escala para apreciar la distribución de los espacios interiores y exteriores de la casa. 

Residence 1446, Autin, Texas. Plano de conjunto y planta arquitectónica.

 

El foco del libro con el que MRA celebra sus dos primeras décadas de actividad se centra en veinte proyectos seleccionados que van desde un baño público o un pequeño puente peatonal hasta un circuito de Fórmula Uno, pasando por casas-habitación (sus encargos más frecuentes), muelles recreativos (Lake Austin Boat Dock), centros culturales o religiosos (Performing Art Center para las escuelas públicas, Chinmaya Mission para la comunidad hindú), ranchos texanos (no podían faltar en tierra de agricultores y vaqueros) y edificios de usos mixtos (LifeWorks para una ONG texana, Citica para un grupo regiomontano). Están presentados sin un orden particular (ni cronológico, ni tipológico, ni de escala) y con un apoyo gráfico de excelente calidad: un centenar de dibujos (croquis, planos, cortes constructivos axonométricos) reproducidos a una escala generosa para poder analizarlos detalladamente, y más de 200 fotografías a todo color. Casi todas las obras se ubican en el área metropolitana de Austin o sus alrededores, excepto un puñado que está en las ciudades circunvecinas (una parada de autobús en San Antonio, la “casa vertical” en Dallas, dos residencias en Houston) y dos que se construyeron en Monterrey, al otro lado del Río Bravo (o Río Grande, según el punto de vista de acá o de allá) que divide Texas y Nuevo León. Estos ejemplos mexicanos, realizados en colaboración con el despacho regiomontano Ibarra Aragón Arquitectura, representan el principio de la internacionalización de un estudio que pretende seguir manteniendo su escala doméstica más allá de las fronteras y de la dimensión de los encargos.

Casa vertical, Dallas, Texas. Axonométrico y detalle.

 

Curiosamente fueron sus proyectos de menor escala los que dieron visibilidad internacional a MRA, ambos concebidos como piezas de land art: un baño público (Trail Restroom) en el parque urbano Lady Bird Lake que recuerda las esculturas de Richard Serra, y el puente peatonal que une la casa principal y la de invitados en una propiedad a las afueras de Austin (Residence 1446), realizado con una sencilla estructura metálica y varillas que, doblándose hacia arriba o hacia abajo, forman el tablero y el barandal del puente recordando los juncos que abundan en esa zona de humedales. En el otro extremo de la balanza está la obra más mediática de MRA: el espectacular Circuito de las Américas con el que Austin recibe el Gran Premio de Fórmula Uno de los Estados Unidos desde 2012. El mérito de los arquitectos fue diseñar un sistema modular que permitiera construir y ampliar en breve tiempo las instalaciones necesarias según los requerimientos que se fueran presentando (gradas, locales comerciales, baños y servicios), pero además propusieron aprovechar la oportunidad para convertir en parque público un espacio enorme que se usaría solo en contadas ocasiones, por lo que diseñaron un foro abierto para realizar conciertos y actos masivos rematado por una torre-mirador de 250 pies de altura (poco más de 75 metros) que permite tener estupendas vistas tanto del circuito como del paisaje que lo rodea, y que se ha convertido en un hito para Austin.

Foro y torre mirador. Circuito de las Américas, Austin, Texas.

 

La publicación recoge reflexiones sobre la labor de Miró Rivera Architects de dos grandes figuras que ha perdido la arquitectura estadounidense: Charles Gwathmey (1938-2008) y Michel Sorkin (1948-2020). En su ensayo “Monks and Cowboys” (monjes y vaqueros), Sorkin sostiene que “cualquiera que sea la intensidad o complejidad del proyecto, los recursos nunca se desperdician; se utilizan de forma precisa y económica (la suntuosidad también implica economía). Sus formas evolucionan, pero siempre dentro de un rango natural que se expande gradualmente con nuevos conocimientos y experiencias”. Por su parte, Gwathmey escribió hace años: “el trabajo de MRA es poético, reflexivo, riguroso y variado. No se trata de tamaño sino de contenido, y explota la idea de que las limitantes brindan oportunidades de diseño y creación”. Este libro permite constatar ambas afirmaciones.

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Arquine Jams No.17 | 20 años https://arquine.com/arquine-jams-arquine-20-anos/ Mon, 26 Jun 2017 21:35:00 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/arquine-jams-arquine-20-anos/ El pasado miércoles 21 de junio se celebró en la Biblioteca Vasconcelos el Arquine Jams No.17 | 20 años, una nueva sesión abierta al público en torno a qué ha cambiado en la arquitectura en las últimas dos décadas, tema central de la Revista Arquine No.80 y que acompaña al 20 aniversario de Arquine.

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El pasado miércoles 21 de junio se celebró en la Biblioteca Vasconcelos el Arquine Jams No.17 | 20 años, una nueva sesión abierta al público en torno a qué ha cambiado en la arquitectura en las últimas dos décadas, tema central de la Revista Arquine No.80 y que acompaña al 20 aniversario de Arquine.

En esta discusión participaron Carlos Jiménez, Alberto Kalach, Sofía von Ellrichshausen, Mauricio Pezo y Miquel Adrià, con Alejandro Hernández y Andrea Griborio como moderadores.






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Lo más bello de la arquitectura reside en entender el tiempo. Conversación con Carlos Jiménez https://arquine.com/lo-mas-bello-de-la-arquitectura-reside-en-entender-el-tiempo-conversacion-con-carlos-jimenez/ Tue, 20 Jun 2017 13:45:20 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/lo-mas-bello-de-la-arquitectura-reside-en-entender-el-tiempo-conversacion-con-carlos-jimenez/ "Uno de los problemas de la arquitectura actual es que nunca envejece, porque se queda petrificada en la imagen, cuando en realidad la arquitectura es cada vez más bella a través de ese enriquecimiento en el tiempo"

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El proceso como experiencia

Javier Barreiro: Uno tiende a pensar, sobre todo los que no son arquitectos, a ver la arquitectura como un objeto, como un objeto estático que interesa en la medida en la que está construido y terminado. Y, en realidad, viendo una revista, una publicación, un libro, ese estatismo se acentúa todavía más, porque una foto es un instante congelado, y lo que pasó antes o después no se ve.

Bernardo Gómez Pimienta: A mí me interesa muchísimo más el proceso de la arquitectura, que sienta un tiempo de reflexión, el poder imaginarse, el poder diseñar cualquier tipo de edificio, desde algo muy pequeño, empiezas con una idea, empiezas a hacer esbozos, a probar, a responder al contexto y sus necesidades y poco a poco va surgiendo un proyecto que necesita tiempo de maduración. Es algo que muchas veces se nos olvida. Muchos desarrolladores o clientes te dicen que quieren tener una casa en dos meses. Y no es una cosa de meter muchísima más gente, es una cosa como una fruta: necesita madurar, necesita que las cosas encuentren su lugar y que vayan cayendo los excesos, que empiece a quedar el elemento que conocemos.

Carlos Jiménez: ‘Proceso’ se puede definir también como las huellas digitales del transcurso o la evolución de un proyecto, pero también, para entender la arquitectura más allá de su glamour de objeto, hay que entenderla en sí como un proceso que nos va alimentando a través del tiempo. Es muy importante para los estudiantes, y para todos nosotros, entender que vivimos en un mundo de suma velocidad donde muchas veces esa velocidad nos da a entender el tiempo como si fuera algo muy fugaz, pero yo estoy completamente de acuerdo en que lo más bello de la arquitectura, su placer más intenso y más evocador, reside precisamente en entender el tiempo.

Hoy, uno de los problemas que tenemos en la arquitectura es que los procesos se quedan congelados en el autor. Esto hace que la arquitectura tenga una vida muy corta, como si una canción no pudiera tener más interpretes, porque el único que la puede interpretar es el propio autor.

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Sobre los procesos de diseño

CJ: Para mí, el proceso arquitectónico empieza en una relación casi literaria con el cliente. Preguntas y respuestas que me permiten entender qué es lo que quieren, cómo podemos trabajar en una complicidad que pueda durar mucho tiempo, aproximar el propio proceso del cliente, cómo piensan de su proyecto. Una vez que te dan una agenda, un programa, tú tienes los instrumentos para negociarlo. Un cliente generalmente no tiene esos instrumentos. Es esencial que te digan qué es lo que quieren realizar, no lo que yo les voy a dar. ¿De qué es ese lugar?

JB: ¿Son preguntas que van más relacionadas al tipo de experiencia y de función, que no de forma?

CJ: Precisamente. Cuando me vienen con imágenes de una revista y me dicen “mira que bello” les pregunto: “¿por qué es bello?” Y me dicen: “mira como entra la luz” o me dicen algo de la experiencia. Entonces sí me interesa.

BGP: También hay que leer entre líneas ya que muchas veces te dicen cosas que al final no acaban siendo exactamente lo que quieren. Hay que desgranar las ideas. Otra parte fundamental es el contexto donde esté ubicada la construcción y, poco a poco, vas llegando a una solución. Es una cosa de buscar, de encontrar. No es una imagen que te llega completa, es una cosa de ponerte a trabajar, a veces en un trabajo personal, a veces en colaboración. Finalmente, la arquitectura es un trabajo de colaboración.

Sobre la música

Hablando del efecto que tiene una canción para capturar un espacio en el tiempo, no sólo capturarlo sino pintarlo, un gran artista puede pintar cosas que nosotros no nos imaginamos a través de la lírica o de la música propia. El gran don de un autor es darnos este mundo completo y cohesivo. Por ejemplo, Abalancha es una canción extraordinaria, porque es Leonard Cohen quien nos guía a través de su ansiedad existencial, de su propia condición de ser humano, de sus sentimientos y sus reflexiones sobre el amor. Es extraordinaria por cómo el compone su propia ansiedad. Me encanta la construcción. Estoy hablando de canciones realmente no sólo por su lírica, sino como construcciones. Es un proceso de construir un mundo que se nos aparece y se nos sigue apareciendo.

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La obra terminada

CJ: Es curiosa la idea de la inauguración de una obra. Es una doble felicidad. Tú terminas un proyecto y hay una cierta tristeza, porque entregas la llave y esa llave ya le pertenece a alguien más, pero también empiezas a ver que tu labor apenas empieza. Es importante entender el proceso de la arquitectura como un desenlace de la vida propia de la obra, eso para mí es lo más bello: cuando uno entrega un proyecto. Te das cuenta de que pudiste hacer lo que pudiste hacer, que hay errores. Tú los ves. Nunca hay una obra infalible, siempre es una obra humana, una obra llena de deseos y aspiraciones, también de pequeñas cosas que pudieron ser distintas y, de pronto, te das cuenta que la obra ya empieza su propio proceso, se abre a su vida. Eso es muy fortalecedor. Te da mucho ánimo para emprender otro proyecto que va a empezar esa misma vida.

BGP: Esa vida a veces son las intervenciones del cliente, que a veces empieza a cambiar cosas, a cambiar colores, a poner materiales…

CJ: ¿Sabes que eso a mí me molestaba antes? Cuando era más joven, lo sentía como un insulto, pero me di cuenta que cada vez más me gustaba hacer arquitectura que tuviera buenos huesos para que resistiera al final. Eventualmente, toda la arquitectura pasa por una serie de transformaciones que nunca nos podremos imaginar, pero, si la has hecho bien, perdura. Uno de los problemas que yo veo en nuestro conocimiento actual de la arquitectura es que nunca envejece, porque se queda petrificada en la imagen, cuando en realidad la arquitectura es cada vez más bella a través de ese enriquecimiento en el tiempo, incluso cuando envejece por razones de mala construcción o mal cuidado. Tú ves la obra de Barragán, por ejemplo su casa, con sus grietas y es como ver al ser humano enriqueciéndose a través de estos matices que son tan esenciales para la arquitectura. La arquitectura no se puede entender tan sintéticamente o tan paradójicamente abstracta a la vida propia. Yo así no lo entiendo.

¿Existe un estilo global en la arquitectura?

BGP: El mundo es cada vez más pequeño, y tenemos muchos temas similares en diferentes lugares, pero yo creo que el color de cada ciudad, de cada región, tiene una influencia importante. La arquitectura tiene algunas ideas que sí son cada vez más globales, pero, al final, acaba siendo lo local lo más importante y lo que hace interesante la arquitectura.

CJ: Hoy confundimos globalización con un estilo permisible, a todo dar, en cualquier país del planeta y no es así, porque realmente nuestro entendimiento global son los problemas que compartimos como humanidad, del medio ambiente, de la población, de la pobreza. Esos son problemas globales. La arquitectura no puede ser exiliada a este mundo en formas e imágenes que no tienen mucho que ver con el lugar donde se resuelve, que es en lo local. Ése es realmente el intercambio universal, ésa lucha con lo local, porque todo se vierte en esa condición. Eso es lo que hace que la arquitectura sea tan rica.

JB: Las obras notables no tienen pasaporte pero, al mismo tiempo, no hay ninguna obra que valga la pena que sea un genérico como en los medicamentos. Todas las grandes cosas están arraigadas.

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NOTA AL PIE: Esta entrevista fue realizada en febrero de 2011.






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