Resultados de búsqueda para la etiqueta [Carlos Contreras ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Wed, 24 Jul 2024 17:42:56 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.3 El nacimiento del urbanismo en una capital del siglo XX. Conversación con Alejandrina Escudero https://arquine.com/el-nacimiento-del-urbanismo-en-una-capital-del-siglo-xx-conversacion-con-alejandrina-escudero/ Wed, 24 Jul 2024 17:42:56 +0000 https://arquine.com/?p=91951 El arquitecto Carlos Contreras Elizondo (1892–1970) fue uno de los primeros profesionales del diseño urbano en México, y uno de los principales responsables en la planificación de la capital del país durante el periodo posrevolucionario. La historiadora del arte y el urbanismo Alejandrina Escudero le dedicó a ese anhelo el libro Una ciudad noble y lógica. En esta oportunidad, la autora conversa con dos jóvenes urbanistas: Ximena Ocampo y Francisco Paillie, miembros del laboratorio multidisciplinario de diseño arquitectónico y urbano dérive lab.

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El arquitecto Carlos Contreras Elizondo (1892–1970) fue uno de los primeros profesionales del diseño urbano en México, y uno de los principales responsables en la planificación de la capital del país durante el periodo posrevolucionario. Su sueño de conseguir el desarrollo armonioso y duradero del entonces Distrito Federal sigue resonando en quienes diseñan y piensan la ciudad en el siglo XXI. La historiadora del arte y el urbanismo Alejandrina Escudero le dedicó a ese anhelo el libro Una ciudad noble y lógica. Las propuestas de Carlos Contreras Elizondo para la Ciudad de México (Facultad de Arquitectura-UNAM / UAG, 2018), retrato de un personaje fascinante cuyo anhelo aún no se ha cumplido. En esta oportunidad, la autora conversa con dos jóvenes urbanistas: Ximena Ocampo y Francisco Paillie, miembros del laboratorio multidisciplinario de diseño arquitectónico y urbano dérive lab, ubicado en Querétaro.

DÉRIVE LAB: ¿Cuál es la vigencia de recuperar el legado de Carlos Contreras justo en el momento actual? ¿Hay algunos paralelismos entre la Ciudad de México, el antiguo Distrito Federal (DF) y el resto del país que valga la pena resaltar?

ALEJANDRINA ESCUDERO: Ciertamente, el próximo año se cumplen cien años del regreso de Carlos Contreras a nuestro país, después de que él concluyó la carrera de arquitecto en la Universidad de Columbia, e integrarse a un medio posrevolucionario en efervescencia. La vigencia de su legado se relaciona sobre todo con estos logros. Primero, por ser un arquitecto que intentó profesionalizar el urbanismo o la planificación, como se le llamaba. Este movimiento se nutría del city planning estadounidense que, a su vez, reunía discursos de movimientos europeos para la “era del motor”. El segundo se relaciona con su aspiración de planificar el país en su totalidad, que podría pensarse como una utopía. No obstante, a su parecer, el país contaba con las condiciones ideales para su reorganización. Por ello preparó y desarrolló, valga la redundancia, el Plan Nacional para la Planificación de la República Mexicana. Un tercer logro tiene que ver con los proyectos concretos, en particular, los pla- nos realizados entre 1927 y 1938 para el Distrito Federal, los cuales definieron el futuro de su territorio. En cuarto lugar, el movimiento que lideraba Contreras logró involucrar tanto a la sociedad civil como a los gobernantes, y consiguió así que la inversión de muchos millones de pesos se pusiera en manos de personas o grupos que no contemplaban la posibilidad de lucrar en los proyectos y obras.

DL: Las dinámicas políticas, sociales y económicas han cambiado notoriamente, pero, quizá, si Contreras volviera hoy a México, encontraría de igual manera un país en efervescencia, con unas influencias políticas determinantes, y unas dinámicas sociales y económicas con brechas. ¿Sería él un gran vocero del siglo de las ciudades?

AE: Es cierto que México tiene, en mayor medida, esas características, pero Carlos Contreras no sería hoy un vocero de las ciudades, porque vivió en un tiempo y unas condiciones concretas. Hace cien años esta nación, a decir del urbanista, todavía era una materia informe que podía ser moldeada, esculpida con técnica e imaginación. En cambio, prevaleció la “imprevisión revolucionaria”. La caracterización de “noble y lógica”, atribuida por Contreras a la Ciudad de México, se refería a su traza, es decir, a la representación gráfica de las pro puestas que preparó entre 1927 y 1938. Él propuso en estos planos la solución de los proble- mas más urgentes que eran la fragmentación, el desorden y la incomunicación. Y lo hizo tomando en cuenta la traza antigua, incluida en una nueva estructura que, además de brindarle cierta armonía a la mancha urbana, preveía y regulaba expansiones futuras. Las cualidades de noble y lógica fueron heredadas de Daniel H. Burnham, quien decía: “Haced proyectos grandes, elevad vuestras miras en esperanza y en trabajo, recordando que un diagrama noble y lógico, una vez grabado, no morirá nunca…” Una sentencia que anunciaba un programa ambicioso, representado en un diagrama capaz de regular y transformar la ciudad.

Aunque el arquitecto nunca fue explícito acerca de lo que significaba una ciudad “noble”, tomó este calificativo de las crónicas de Hernán Cortés a su llegada a Tenochtitlan en 1519, lo que nos lleva a especular que su nobleza se debe a que, detrás de ella, había un diseño con un valor histórico y simbólico. Sin embargo, nunca pretendió convertir la ciudad que encontró —fragmentada, desordenada y enferma— a la forma ortogonal antigua, sino que la incluyó de manera orgánica en un nuevo diseño, y proporcionó a todo el espacio urbano un orden y una lógica, cualidades que tienen que ver con lo “racional”, el pragmatismo y la eficacia urbana. En resumen, los trazos básicos de sus estudios de conjunto se apoyan en diseños tradicionales y novedosos: de la ciudad prehispánica seguirá el esquema de calzadas norte-sur y oriente-poniente, que deberá ser repetido en el área urbanizada. De la colonial, conservará y acentuará la forma ortogonal. Lo novedoso serán las circunvalaciones: las dos principales, espaciosas vías-parque; y las secundarias, muy en la periferia, regularán las ulteriores expansiones. Así, en la estructura urbana conviven —y se confrontan— pasado y presente, tradición y modernidad.

DL: ¿Cómo fue la relación entre el momento histórico y la representación de la arquitectura, el urbanismo y las ciudades?
AE: Entre los avances tecnológicos de la década de 1920 estaba la fotografía aérea, que permitió el conocimiento del territorio desde arriba. Todo esto lo expresó el urbanista en un diagrama que llamó “plano de ciudad”, en donde quedó grabado, en forma de ley, el desarrollo ordenado y armonioso que habría de seguir la ciudad de acuerdo con su topografía, clima, vida funcional social y económica; de acuerdo con su historia y tradición; y de acuerdo con todas sus necesidades presentes y futuras.

 

DL: Varios escritos se refieren al “don de gentes” de Contreras, su dominio de varios idiomas y su voluntad de entablar conversaciones con casi todas las personas con las que se encontraba. ¿Qué otras virtudes podrían ayudar a desmitificar la figura del planeador silencioso y vigoroso que logra su cometido únicamente a punta de energía y potencia?

AE: Cuando Contreras regresó a México en 1925, “todo era posibilidades”, todo estaba por hacerse o mejorarse. Con su tenacidad y sentido de liderazgo, hizo un llamado a la sociedad civil y a las mismas autoridades para iniciar un movimiento de planificación único en su momento. Tenía un gran don de gentes y dotes de líder, también era un profesional pragmático e idealista. Al paso de los años se volvió muy crítico, tanto de sus colegas como de las autoridades cuyos gobiernos fueron tímidos y conservadores. Del mismo modo, Contreras señalaba los privilegios y favoritismos, ya que otros se lucieron con sus proyectos, es decir, los plagiaron. Sin embargo, continuaba actualizando sus planos y los presentaba cada vez que tenía la oportunidad.

 

DL: Finalmente, son de gran interés para nosotros (pues se ve reflejado en nuestro trabajo) dos atributos: el idealismo y la desilusión. ¿Cómo se refleja, tanto en su historia, como en sus proyectos, la tensión entre 1) el conocimiento, la planeación, la conceptualización, la capacidad técnica; y 2) la falta de atención, el poco interés de continuidad y la alternancia política que dejan los proyectos en “veremos”, engavetados o sin completar?

AE: Estas dos cuestiones se complementan. Carlos Contreras fue el primer profesional del urbanismo en nuestro país que contaba con las bases teóricas, metodológicas y técnicas para iniciar el movimiento de planificación que se propuso. En su momento se dieron las circunstancias para que fuera el gran líder, las cuales aprovechó de manera inteligente. La falta de atención fue posterior. Pero sus proyectos no fueron archivados ni los dejó sin completar, sino que fueron aprovechados, incluso la traza actual de la Ciudad de México heredó esas propues- tas. Al final, Carlos Contreras se sentía receloso: por un lado, logró la promulgación de leyes, la creación de dependencias e implantó un plano regulador —un diagrama noble y lógico— como herramienta para organizar y controlar la ciudad. Por el otro, muchas obras en las siguientes décadas se basaron en su Plano Regulador para el Distrito Federal. Estudio Preliminar (1932), sin que este hecho haya sido reconocido.

 

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El Pedregal https://arquine.com/el-pedregal/ Fri, 03 Jul 2015 17:07:22 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/el-pedregal/ "El Pedregal, como lugar de una posible ciudad nueva, no tiene ninguno de los inconvenientes climatológicos ni económicos para la construcción de habitaciones que sufre la ciudad de México en su antigua ubicación" —Diego Rivera

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En su libro Luis Barragan’s Gardens of El Pedregal, Keith L. Eggener dice que el 3 de julio de 1949 el periódico Novedades publicó un texto de Diego Rivera titulado Requisitos para la organización de El Pedregal:

El Pedregal, como lugar de una posible ciudad nueva, no tiene ninguno de los inconvenientes climatológicos ni económicos para la construcción de habitaciones que sufre la ciudad de México en su antigua ubicación. Debido a su constitución volcánica y su colocación en las laderas sur del Valle de México, El Pedregal posee clima marítimo. Toda construcción hecha en él no necesita ningún gasto para su cimentación, no sucede así en el centro de la ciudad actual y más aun en colonias como  la del Valle, Guadalupe Insurgentes, en las del sur, este y noroeste de la ciudad, en donde la construcción tiene enormes gastos que soportar de cimentación que, por lo demás, no aseguran de ninguna manera la perfecta estabilidad de los edificios y están sujetas a toda clase de accidentes, que tienen que aumentar a medida que crezca la desecación del subsuelo del Valle. El Pedregal está enteramente a salvo del peligro de inundación a que está sujeta la mayor parte de la ciudad actual.
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Tras señalar esas ventajas climáticas y geológicas, Rivera enumera los requisitos para las construcciones en esa nueva parte de la ciudad. Primero habría que señalar una extensión mínima para los terrenos —él no lo hace— y un área libre obligatoria: 5/6 del terreno si son menores a una hectárea. Se debería preservar la belleza del lugar, prohibiendo “destruir más que parcialmente una de las tres capas de lava que constituyen el manto basáltico” y utilizando ese material para la misma construcción. No excluye el uso de concreto, hierro, vidrio y madera, pero sí los techos de teja, prefiriendo “el techo en terraza y en caso de necesidad y para determinadas partes de la sobre-estructura de los de los edificios, el techo tradicional de paja, pero ningún techo emergente de material sólido.” Para la vegetación recomienda cactáceas, arbustos de la región y orquídeas. También recomienda la formación de un consejo estético con representantes del Departamento Central, la Secretaría de Educación Pública, la Universidad Nacional, El Colegio Nacional y las sociedades de arquitectos e ingenieros, para “fijar con límites amplios el estilo” de las construcciones del lugar. En las propuestas de Rivera se puede ver el rastro de algunas ideas de quien él mismo calificó como el más grande arquitecto de América y su maestro: Frank Lloyd Wright. Podríamos imaginar una Broadacre City local.

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Desde principios de los años 40, Barragán, como Rivera, visitaba El Pedregal, acompañado muchas veces, dice Eggener, por Armando Salas Portugal y el Dr. Atl. También dice que, aunque el texto de Rivera se publicó en el 49, lo había escrito antes y que Barragán lo conocía, pues en una carta a Ignacio Díaz Morales de 1945 lo menciona —y que lo volverá a comentar en una carta a Mathias Goeritz de 1950. Barragán había empezado a comprar terrenos en esa zona y ya en 1944 dibujaba los primeros planos del fraccionamiento. Un año antes, en 1943, Rodulfo Brito Foucher, entonces rector de la Universidad Nacional, había anunciado que en terrenos del Pedregal de San Angel se construiría la nueva Ciudad Universitaria, a penas una idea.

En octubre de 1952, cuando los proyectos de Barragán y Ciudad Universitaria eran una realidad, Rivera volvió a publicar su texto en un número de la revista Universidades de Latinoamérica. También se publicaron textos de Carlos Contreras, arquitecto y urbanista, Carlos Lazo, el responsable de la ejecución del proyecto de la Ciudad Universitaria, y Richard Neutra. El de Contreras, Jardines del Pedregal de San Angel: una obra extraordinaria, es un elogio a Barragán que olvida tanto a Rivera como a Salas Portugal, el Dr. Atl y otros más en el papel de descubridores del potencial de la zona. “El descubrimiento del Pedregal y de su valor potencial como zona residencial de primera se debe a Luis Barragán y no le antepongo ningún título porque no lo necesita.” Con “su talento y con el sudor de su frente,” sigue, Barragán —con su colaboración, aclara— creó “unos jardines simplemente maravillosos en los campos áridos cubiertos de lava volcánica.” También dice que se proyectaron “calzadas con camellones sin biznagas y sin órganos cactáceos,” lo que contravenía en algo la visión de Rivera y anunciaba una auténtica plaga de El Pedregal: el pasto. “Los residentes harán el recorrido del fraccionamiento en automóvil y el tránsito de peatones será fácil y agradable,” aunque para “conservar el paisaje desde un punto de vista plástico.” también dice que “se han suprimido las aceras y las guarniciones.”  Finaliza su texto diciendo que el nuevo fraccionamiento, junto con la Ciudad Universitaria, constituirán esa zona en “el CENTRO de la capital de la República.” El texto de Neutra merece un comentario aparte, pero cabe citar aquí que, tras visitar por tercera vez el país y por primera la Ciudad Universitaria, afirma que “México no es tan sólo un país de hoy sino el país del mañana.” Sin ni siquiera detenerse en cuestiones políticas, económicas o sociales, habría que preguntarse si hoy, a más de sesenta años de aquellas ideas y propuestas, El Pedregal se convirtió en aquella ciudad soñada o si el sueño de la razón produjo algunos monstruos.

 

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