Resultados de búsqueda para la etiqueta [Caos ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 08 Jul 2022 07:22:45 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Arquitecturas del caos https://arquine.com/arquitecturas-del-caos/ Thu, 15 Jun 2017 15:23:40 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/arquitecturas-del-caos/ En las últimas décadas ha ido aumentando la conciencia del caos, interpretado éste como impredictibilidad de los sistemas. El caos se manifiesta en la evidencia de que los sistemas físicos estables se desestabilizan y desobedecen a su propio orden. El caos sería la forma extrema del desorden que se da en la naturaleza: un caos que está más allá de lo cognoscible y conceptualizable y, en el cerebro, más allá de la aspiración de establecer continuamente órdenes.

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Fragmento del texto publicado en el número 10 de la Revista Arquine, invierno del 2000 | #Arquine20Años

 

En las últimas décadas ha ido aumentando la conciencia del caos, interpretado éste como impredictibilidad de los sistemas. El caos se manifiesta en la evidencia de que los sistemas físicos estables explicables según las leyes de Newton se desestabilizan y desobedecen a su propio orden. El caos sería la forma extrema del desorden que se da en la naturaleza: un caos que está más allá de lo cognoscible y conceptualizable y, en el cerebro, más allá de la aspiración de establecer continuamente órdenes. El caos se opone al orden y está radicado en aquél inmenso espacio de lo indecible, inexpresable y enigmático; lo que según Ludwig Wittgenstein en su Tractatus Logico Philosopicus, no puede ser formulado: “lo que siquiera puede ser dicho, puede ser dicho claramente, y de lo que no se puede hablar, hay que callar”. El caos está más allá de los límites del lenguaje, es decir, de los límites de nuestro propio mundo.

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De todas formas, la idea del caos se ha recorrido todo el siglo, desde los dadaístas hasta la filosofía postestructuralista. Incluso se pueden rastrear dichos filamentos en las mismas formas generadas; los experimentos dadaístas y surrealistas se reflejan en las formas avivas y gestares de los expresionistas abstractos, y entre dichas formas encontramos los “clusters” propuestos por los arquitectos Alison y Peter Smithson, y así como a los teorizados de las geometría fracases de la ciencia contemporánea. Ha sido precisamente el mismo pensamiento estructuralismo el que ha generado en sus discípulos del postestructuralismo y la reconstrucción este acercamiento a la ausencia de estructuras, a la impredictibilidad de los sistemas, al desorden y al caos. En este contexto, Gilles Deleuze y Félix Guattari han señalado que la filosofía, el arte y la ciencia deben medirse y luchar contra el caos y lo imprevisible, extrayendo de esta atracción turbulenta sus posibilidades de regeneración. La ciencia no ha podido evitar experimentar una profunda atracción hacia el caos que combate, así Deleuze y Guattari apuntan que “la ciencia daría toda la unidad racional a la que aspira a cambio de poder explorar un trocito de caos.”

La posibilidad del caos se produce en un mundo en el que predomina la indeterminación, en un universo en el que, tal como lo han definido autores como René Thom, Ilya Prygogine, Benoît Mandelbrot o Ramón Margalef, el futuro no está escrito. También se produce en un mundo que acepta el vértigo de lo impredecible, lo inmensurable y lo infinito. El nuevo paradigma científico del caos sería el Segundo Principio de la termodinámica; principio hemorrágico según el cual en la evolución del universo hacia el desequilibrio predominan la degradación y el desorden. Se trata de un caos que para algunos posee un carácter seductor, un camino arriesgado de aproximación. Por otra parte, y al mismo tiempo, en arquitectura el uso de la computadora aplicada al proyecto arquitectónico ha reducido el terreno de lo inmensurable y lo inimaginable. Nuevas concepciones y formas más complejas y difíciles pueden representarse gráficamente y llegar a crearse y a construirse. Empiezan a hacerse evidentes formas arquitectónicas dinámicas, fluidas, cinemática, estructuradas en las triangulaciones y geometrizaciones de la computadora, que han potenciado los nuevos métodos de representación y de creación, tal como los viajes  aéreos potenciaron nuevas perspectivas de ciudades y el territorio. En síntesis, los nuevo sistemas de representación virtual están influyendo en la creación de formas reales.

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Las teorías y los proyectos de Peter Eisenman (1932) son los que de manera más sistemática han encarnado a la destrucción de las certezas y las reglas del sistema clásico, así como de los prototipos modernos de la arquitectura, afrontando el desafío del caos, de la explicación más manifiesta de una condición de crisis y de problematicidad. El antifuncionalismo, el antihumanismo y la atopía están en la base del pensamiento de Eisenman, cuyos referentes son los prototipos y modelos de Le Corbusier, Mies y Terragni para que, mediante procesos de transformación, se vayan destruyendo, reconstruyendo y pervirtieindo. Peter Eisenman propone lo hiper-analítico como superación de lo analítico formal y de lo analítico funcional. Las influencias iniciales predominantes en Eisenman fueron las del conceptualismo plástico de Robert Morris y Joseph Kosuth y de la gramática generativa de Noam Chomsky. La obra inicial de Eisenman se produce en total sintonía con los principios procesales y con el rechazo por parte del arte conceptual de la bella obra acabada. La filosofía del lenguaje de Chomsky, basada en la existencia de estructuras básicas y profundas del lenguaje, y en el desecamiento de un sistema de adición sintagmática de forma arborescente que se desarrolla desde el emisor, sirve de punto de p partida a las ideas de Eisenman. Todo ello se va sedimentando con la secuencia de influencias del pensamiento de la decosntrucción, posthumanista y postestructuralista: consecutivamente la influencia de Michel Foucault, Jean Baudrillard, Jacques Derrida y Gilles Deleuze.

Al mismo tiempo, la obra de Eisenman no se hubiera producido sin dos influencias arquitectónicas trascendentales. Por una parte el mecanismo formalista de la obra de Los Kahn, y por la otra, las certezas del brillante y vistoso formalismo analítico de su maestro Colin Rowe, basado en la expresión de invariables geométricas. Mediante la serie de casas unifamiliares conceptuales iniciada con la Casa I, Eisenman plantea una sistemática destrucción del espacio doméstico tradicional. Culminando este proceso, la Casa X se plantea como perversión y crítica radical al esquema de la casa Dom-ino de Le Corbusier. Si la casa de Le Corbusier es antropocéntrica, diáfana, de manera optimista abierta hacia el horizonte, la Casa X de Eisenman está fragmentada en formas laberínticas y pone en duda el mundo antropocéntrico. Si la casa Dom-ino tiene una estructura espacial horizontal y un carácter central, la Casa X tiene una estructura de visión vertical y un carácter suburbial. La casa Dom-ino es para un sujeto ideal, libre y feliz, que pretende controlar el territorio; la Casa X es para un sujeto pos moderno y problemático, prisionero en un mundo irremediablemente escindido y caótico.






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¿Por qué es indispensable ordenar la ciudad? https://arquine.com/por-que-es-indispensable-ordenar-la-ciudad/ Sat, 12 Dec 2015 02:47:45 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/por-que-es-indispensable-ordenar-la-ciudad/ Sin la higiene el cuerpo se enferma y el espíritu se corrompe. Y cuando esto sucede, el organismo decae, se acerca a su extinción. Esto pasa con el organismo que es cada individuo, con el organismo que es cada ciudad. El desorden urbano es la siempre creciente derrota de la razón de ser de las urbes.

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Publicado originalmente en El Informador

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Por elemental higiene. Del cuerpo y del espíritu. Sin la higiene el cuerpo se enferma y el espíritu se corrompe. Y cuando esto sucede, el organismo decae, se acerca a su extinción. Esto pasa con el organismo que es cada individuo, con el organismo que es cada ciudad.

El desorden es un ataque directo a la viabilidad de la vida. Como el cáncer, como las dolencias degenerativas. El desarreglo de los espacios públicos, de esta manera, es mucho más que un asunto administrativo. Es una invitación a continuar la inercia de la confusión, un vital asunto estético, un retroceso cotidiano para la gobernanza que las ciudades –y sus habitantes- requieren como principio esencial de convivencia. Es todo esto y mucho más: el desorden urbano es la siempre creciente derrota de la razón de ser de las urbes.

Por demasiados años se ha tolerado el desorden. Motivos clientelares, falsas ideas de subsistencia, corrupción pura, facilismo de muchos actores, dejadez de las autoridades… y de la propia ciudadanía.

Y no se habla aquí de un solo fenómeno de los que concurren al desorden de la ciudad. Éstos son múltiples. Los “espectaculares” ocupan en esta lista un lugar destacado: proclaman desde lo alto, con toda prepotencia, la imposición del interés mercantil particular sobre el derecho inalienable de la comunidad por contar con un medio ambiente sano. El incontrolado comercio ambulante proclama expresamente que el espacio público es de quien lo arrebate primero, y que la informalidad es una vía “legítima” para lucrar de la ciudad sin devolverle (impuestos) la mínima retribución.

La proliferación de gasolineras y de edificios en altura, determinada por las arbitrariedades del TAE o de la corrupción es, también, un gravísimo cáncer en el tejido urbano: lo descompone y degrada, establece la ley de la selva, cuya inercia amenaza acabar con cualquier convivencia civilizada. Por ejemplo: un edificio que por “arte de magia” pasa de tener seis niveles a tener ocho, representa una agresión permanente a todo un contexto urbano, una afectación directa a los vecinos, un atentado a la capacidad de los servicios públicos, una invitación a que se siga su ejemplo. “¿Si ellos lo pudieron hacer, por qué yo no?”. El “arte de magia” representa, también, obviamente, un ilegítimo aumento del 25% en las ganancias de los insaciables “promotores”. A costillas de la ciudad, a costillas de sus habitantes y de su derecho por tener una ciudad ordenada.

El orden legítimo, lejos de limitar a una comunidad, la hace más libre. El desorden conduce a la permanente conculcación de los derechos de la comunidad, de los derechos de cada habitante. Mediante el orden es posible contar con un ámbito público integrado y racional, dentro del que la colectividad pueda tener una vida más plena.

Es alentador percibir, de parte de las actuales autoridades de la Zona Conurbada de Guadalajara, una serie de iniciativas que buscan recuperar el orden perdido. Pero no se trata simplemente de aplaudir medidas aisladas o específicas: se trata de sentar las bases permanentes para contar con una mejor y más justa ciudad. De buscar el orden no por el orden en sí mismo, sino por la libertad y la plenitud que su correcta aplicación deberán devolver a todo el ámbito metropolitano.

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Caos, el orden urbano https://arquine.com/caos-el-orden-urbano/ Wed, 09 Dec 2015 02:27:42 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/caos-el-orden-urbano/ La ciudad ha llegado hasta nuestros días recogiendo las diversas fases por las que ha transcurrido y se ha marcado. La ciudad es caótica porque es diversa, porque es compleja, porque es mutante, porque es inestable y enérgica, porque está viva y en ella transcurre la vida.

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Existe una percepción –mayoritaria de la cultura occidental– que las grandes ciudades en países en vías de desarrollo son caóticas e imposibles de descifrar. Si bien es verdad que existen algunas con dinámicas y procesos complejos y desordenados, que requieren de un estudio más profundo para lograr un grado de entendimiento mayor, la verdad es que el ser humano tiende a calificar lo inexplicable y lo desconocido como caótico o desordenado, cuando la mayoría de las veces simplemente no está entendiendo lo que realmente ocurre. Quizá lo que pasa es que muchas veces se olvida que el orden es una condición necesaria de todo lo que la mente humana construye y tiene un origen sensitivo.

El caos se puede entender como todo aquello que existe en un estado indiferenciado, asociado con lo informe, lo impensado, lo vacío y desordenado. Es la ausencia de forma y, también, el medio donde tiene lugar la creación de ésta. Posee dentro de sí profundas estructuras donde las zonas de simetría se mezclan con las de asimetría, recorriendo todas las escalas y magnitudes, creando así formas y sistemas complejos. En cierto sentido, el caos hace posible el orden siendo su precursor y socio, y no necesariamente su opuesto.

El orden y el caos están interrelacionados. Se puede pensar que el caos es resultado de una complejidad que se puede desnudar hasta sus ordenados orígenes y, paralelamente, encontrar dentro del caos y la irregularidad elementos que tienen leyes propias. Como señalaba Wallace Stevens: “Un orden violento es el desorden. Un gran desorden es orden. Ambas cosas son una.” El segundo principio de la termodinámica habla de la entropía, la cual se pudiera definir como el “progreso para la destrucción” o un “desorden inherente a un sistema”. El azar, el destino, la suerte y el caos son los elementos de estudio principales de la entropía. En ese sentido, también existe entropía en las ciudades.

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Todas las ciudades tienen un grado de entropía y, por definición, son hasta cierto punto “ciudades caóticas”. Las ciudades o territorios son sistemas complejos de lugares, dinámicas y patrones, articulados entre sí, continuamente en procesos de transformación que, si bien alcanzan ciertos equilibrios, ninguno es estático.

La ciudad es, intrínsecamente, caótica. Es parte de su esencia, de su configuración. Es su manera o instinto natural de sobrevivencia ante procesos de transformación provocados por fuerzas externas. El caos es su manera de transformar su propia organización, orden o estructura urbana. Por lo mismo, resulta incluso irónico el insistir en concebirlas desde el orden, buscando su entendimiento únicamente a través de lecturas urbanas estructuradas y sistematizadas.

En otras palabras, las ciudades o centros urbanos, se pueden entender como establecimientos de un orden distinto, creadoras de un sub-sistema dentro del universo, de un orden propio dentro del desorden. El caos es lo que define y da identidad a cada una; es lo que hace de la experiencia urbana algo distinto, otorgando un valor distinto. Diferencia a Bangkok de Londres, a Buenos Aires de Estambul o a ciudad de México de Nueva York.

La crónica mediática de ciudad de México esta llena de relatos que muestran la proliferación generalizada de desacuerdos y conflictos. El desorden y caos urbanos es, aparentemente, identificable a simple vista. Las alteraciones respecto de lo que debería de ser el funcionamiento “normal” del sistema son tan frecuentes que han pasado a formar parte de la rutina diaria de sus habitantes. El escenario del desorden metropolitano es tan amplio y diversificado que pareciera que la ciudad esta a puto de colapsar.

Al experimentar la vida urbana de ciudad de México, su inmenso nudo en crecimiento de coches, gente, perros, edificios, calles, bicicletas, transporte público, contaminación o informalidad, la percepción del caos es ineludible y, a pesar de ello, la ciudad se mueve y mantiene sus funciones; hay un orden detrás de nuestra “caótica” ciudad. El aparente desorden que observamos no nos impide vivir en la metrópoli, disfrutar de ella y querer seguir viviendo de ella. Entre todo lo que ciudad de México refleja, puede percibirse que el caos, extrañamente, encuentra un ritmo natural. Pareciera que todos los sistemas, redes o piezas desorganizadas, siguieran un orden que solo ellas conocen. La ciudad es resiliente pero también vulnerable. Está lejos de ser una ciudad perfecta o idílica, pero tiene su encanto, difícil de percibir, puesto que tampoco es abiertamente amable.

Siempre vista como la materialización del caos humano, en el que el ciudadano no es más que un débil eslabón, la ciudad ha llegado hasta nuestros días recogiendo las diversas fases por las que ha transcurrido y se ha marcado. La ciudad es caótica porque es diversa, porque es compleja, porque es mutante, porque es inestable y enérgica, porque está viva y en ella transcurre la vida. Aldo Rossi menciona que “el proceso dinámico de la ciudad tiende mas a la evolución que a la conservación”.

Se puede decir que, al hablar de las ciudades, el caos es un tipo de orden que permite la evolución de las mismas, a pesar de que muchas veces nosotros no lo podamos entender.

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