Resultados de búsqueda para la etiqueta [Boa Mistura ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 08 Jul 2022 07:21:18 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Hacer comunidad https://arquine.com/hacer-comunidad/ Thu, 12 Sep 2013 15:48:03 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/hacer-comunidad/ Ayer comenzó la primera sesión del sexto Congreso de Querétaro | Ciclos. Quizás sobre la idea de comunidad sea el mejor punto de unión para explicar el trabajo de los arquitectos que expusieron el primer día. Todos, a su manera, buscan construirla en torno a sus proyectos, donde el diálogo, el intercambio de ideas se convierte en la herramienta más importante para la construcción de cualquier trabajo.

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Ayer comenzó la primera sesión del sexto Congreso de Querétaro | Ciclos. El evento se inició con una sentencia que marcaría un objetivo del mismo: “un congreso es una oportunidad de intercambiar ideas”, aconsejando posteriormente a los participantes del público que “se sentaran con quien no se sientan tradicionalmente para construir un mayor cruce  y diálogo”.

Puede que la mayor crítica de cualquier tipo congreso sea siempre una cierta endogamia. En nuestro caso, un “hablar sólo por y para arquitectos”, que parece olvidar otras muchas voces en el proceso. Y es muy posible que sea verdad, pero ello no debiera quitarle valor a este tipo de eventos, aunque requiere una actitud crítica por parte de quien explica y quien escucha. Después de todo, un congreso es una oportunidad única para establecer el debate y la discusión en torno al trabajo y la experiencia de lo que otros han aprendido y vivido, poniéndolo sobre la mesa y cuestionándolo hasta sacar aunque sólo una pequeña idea, pero una idea al fin de al cabo. Así, un congreso es una oportunidad de acelerar las neuronas y los pensamientos, de establecer un debate y, sobre todo, de crear una comunidad en torno a estas ideas, trabajando con el conocimiento del otro –un otro que no es necesariamente el que explica, sino el que pueda tener algo que aportar– dando a conocer lo aprendido y construyendo visiones distintas. La arquitectura puede ser entendida como discusión.

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La primera conferencia fue a cargo de Filipe Balestra, arquitecto brasileño que forma parte del estudio Urban Nouveau, que estructuró su plática en dos partes. Comenzó explicando como, pese a haber trabajado en grandes estudios y firmas renombradas, un día decidió abandonarlo para centrarse en ayudar, con su conocimiento, a comunidades más pobres en lugares como la India, Portugal o Brasil. Ahí, tuvo que aprender de nuevo, donde él, arquitecto, se convertía de nuevo en aprendiz. Se dedico entonces a analizar como vivía la gente en el Slum o en las favelas, hablando y trabajando mano a mano con la comunidad con el objeto de llegar a un acuerdo común que permita la mejorar la condición. Trabajando entre lo formal y lo informal y constituyéndose en lo que él denominaba un “dirty architect”. La suya es una visión incluyente donde la arquitectura se negocia entre los afectados: los habitantes, el arquitecto y los gobiernos. La segunda parte consistió en explicar como cuestionar la docencia y la pedagogía de la arquitectura. Balestra se dio cuenta que lo que él había aprendido en esos entornos no era transmitido en las escuelas de arquitectura, que mantienen una relación jerárquica entre el profesor y el alumno. Para ello, tomando la cita de Buckminster Fuller en la que “para cambiar algo construye un modelo nuevo que haga el anterior obsoleto”, decidió fundar TISA, una universidad con una visión horizontal, donde todos son estudiantes y donde la experiencia con la gente es parte fundamental del trabajo. Filipe Balestra cuestiona así el papel del arquitecto y su formación, muchas veces aislado en la burbuja que supone el estudio, para enfrentarlo a la realidad de forma directa.

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Por su parte, BOA MISTURA, arrancó contando sus primeras experiencias en la calle con el arte urbano en Madrid donde aprendieron la importancia que supone en el espacio público. De ahí, aprendieron una de sus  máximas: no actuar nunca si lo que hacen no supone una mejora en el espacio. Esa idea les llevo a reparar lugares olvidados y degradados y a llenar la ciudad con mensajes positivos, que buscan “dejar el muro mejor de lo que estaba” porque para ellos el trabajo en el espacio público “afecta a la ciudad, está ahí para siempre y se ancla al contexto”, por eso es importante dar algo más que un mero diseño. Estas primeras experiencias desembocaron en el proyecto Crossroads, un trabajo que les ha llevado a las partes más desfavorecidas de Sudáfrica, Panamá, Brasil o Argelia. Un trabajo que usa el arte como herramienta de cambio y que se apoya en cuatro puntos: “para actuar en una comunidad hay que vivir en ella, buscando enlaces y líderes que les permitan trabajar con ellos; realizar pequeñas intervenciones que sirvan de altavoz a la población; consensuar la propuesta artística con la comunidad; e integrarla en el proceso de realización”. Estos puntos buscan un construir entre todos, donde el arte, aunque sea en forma una finísima capa de pintura, ayuda a resignificar y modificar la percepción de los espacios que habitan: “cualquier cosa, por pequeña que sea, puede inspirar a alguien en el futuro”.

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Para acabar Keith Kaseman, de KBAS, contó el proceso de construcción del Memorial del 11S en Washington, un evento que ayer cumplía 12 años y que se ha convertido en un lugar simbólico para la sociedad que lo vivió. Un proyecto donde cada pieza, cada forma tiene un significado especial y donde el arquitecto debe atender y consensuar cada detalle por mínimo que fuera. Tras esto, narró su experiencia como profesor en la Universidad de Columbia, donde alumnos y profesores no sólo proyectan y diseñan, sino que se encarga de comunicar sus progresos a modo de exposiciones o fiestas que crean una pequeña comunidad.

Quizás sobre la idea de comunidad sea el mejor punto de unión para explicar el trabajo de los arquitectos que expusieron el primer día. Todos, a su manera, buscan construirla en torno a sus proyectos, donde el diálogo, el intercambio de ideas se convierte en la herramienta más importante para la construcción de cualquier trabajo. Desde Filipe Balestra, con las comunidades más pobres de la India, al colectivo BOA MISTURA, que usa el arte como medio de revitalizar a una población desfavorecida,  o los trabajos de KBAS con los estudiantes de la Universidad de Columbia, todos los conferencistas buscaban crear esta idea de colectividad, de trabajo común y de intercambio como experiencia.

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(Sobre)escrituras colectivas https://arquine.com/sobreescrituras-colectivas/ Thu, 22 Aug 2013 16:00:16 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/sobreescrituras-colectivas/ Convirtiendo el acto de la (sobre)escritura en un aspecto creativo, el colectivo español BOA MISTURA reivindica el papel del arte en el espacio público sin renunciar, con sus obras, a una mejora del lugar.

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Escribir un texto con aerosol sobre un muro lleva asociada una pregunta: ¿tiene cualquiera permiso para escribir sobre una fachada? O, dicho de otro modo, ¿a quién pertenece la fachada de un edificio? Pese a ser generalmente propiedad privada, la fachada, como la piel en el cuerpo, está expuesta —más que ninguna otra— a la acción del paso del tiempo, del clima o de previsibles daños que pueda ocasionar a la gente que pasa junto a ella.

Una de las acciones más comunes, que suelen ser vistas como un mal sobre la ciudad, es el grafiti, que usa la fachada como soporte de mensajes u otro arte urbano. Si nos centramos en el primero, la escritura urbana mediante mensajes, la ciudad —sus fachadas— se convierte en un enorme papel “en blanco”. Se trata de una apropiación del espacio urbano, sea un edificio o un monumento, por parte de un individuo o sus ideas. Los motivos detrás de una acción de escritura son diversos y responden a distintos deseos; desde lo político que se ha de marcar en el territorio o desde la poesía hasta ser mera agresión. Toda la ciudad es entonces susceptible de verse afectada y esta situación pone sobre la mesa una serie de cuestiones sobre el uso del espacio público y su naturaleza, además de manifestarse, de manera clara, como espacio para el disenso y la discusión. Así es, un mensaje —de cualquier tipo— superpone determinadas ideas sobre la propiedad privada; luego, a fin de darle una solución, muchas veces se eliminará al pintar directamente sobre el grafiti anterior con pintura gris, que se aplica cuidado alguno por reproducir el color original del muro. El tachado de las brigadas de limpieza sobre la signatura o frase ilustra la tensión entre la libertad de expresión y la censura. Un ejercicio de lucha de poderes manifestado en un espacio de tan sólo unas micras de espesor. Pero ¿y si sobrescribir se puede convertir en una elemento creativo?

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Al menos así lo manifiesta el trabajo del colectivo BOA MISTURA. Formado en 2001 en Madrid por Javier Serrano “Pahg”, Rubén Martín “rDick”, Pablo Purón “Purone”, Pablo Ferreiro “Arkoh” y Juan Jaume “Derko”, personas procedentes de distintas disciplinas como son el arte, la arquitectura, el diseño y la ingeniería. Su obra reivindica el papel del arte en el espacio público sin renunciar a una mejora estética del lugar. Así, estos artistas combinan ambas situaciones comentadas:el mensaje —en este caso reivindicativo— y el “tachado”, a fin de crear un nuevo proceso donde la intención de limpieza y mejora urbana se combina con textos cargados de inspiración. Frases sencillas que buscan transmitir ideas positivas a todo lector urbano. Amor por el arte pero, especialmente, por la ciudad y que ellos defienden con una breve frase pero cargada de intenciones: “Si nuestra obra no mejora el soporte, no actuamos sobre él”. Bajo esta premisa, decoraron las calles de Madrid con retratos de distintos artistas urbanos pintando de blanco y en negativo sobre soportes dañados. O escribieron frases que reclamaban mayor color en la ciudad ejecutadas con el mismo gris que utilizan las brigadas de limpieza para ocultar mensajes indeseables —que no hacen sino otorgar uniformidad al espacio. Con acciones como estas, BOA MISTURA transforma la ciudad en un soporte ideal para su trabajo eliminando intermediarios propios de galerías, permitiéndoles acceder a un público mayor.

Pero quizás sean sus dos proyectos en América los más ricos en esa combinación de mejora del espacio urbano, el arte y la participación del público. Ambos proyectos intervienen directamente en zonas residenciales de bajo nivel económico: la favela Vila Brasilândia, en Brasil, y el edificio Begonia I, en El Chorrillo de Panamá. Allí actúan no sólo embellecer el espacio valiéndose del arte, sino que se meten hasta el fondo para descubrir a la gente que habita ese lugar e la integra en el proceso. El hecho de que sean todos ellos, y no sólo los artistas los que mejoren y pinten la zona, genera un empoderamiento del lugar que, a la larga, otorga un valor mayor que la estética; logra modificar la manera en que la gente se relaciona con su entorno. Así, en Brasil, artistas y vecinos se implicaran en la limpieza del lugar para preparar el soporte sobre el que pintar, mediante la técnica de la anamorfosis, palabras como “beleza”, o “firmeza”; unas palabras que, para BOA MISTURA definen el lugar y a sus habitantes. En Panamá en cambio no sólo se recupera el color de las viviendas originales, sino que el edificio se convierte en un enorme cartel urbano con el texto “SOMOS LUZ”, que reivindica la presencia de los vecinos al darles visibilidad (“aquí estamos”) pero, sobre todo, resignificando a los que ahí viven.

El cuidado en el uso de la tipografía y el color del colectivo BOA MISTURA no hacen sino enriquecer el conjunto de su trabajo; mejora la imagen urbana. Así, el mensaje, al combinarse con un trabajo comunitario, en contraste con la idea de mensaje individual antes mencionado, se postula de forma colectiva e implica a la gente en la construcción de su propio hogar. Las frases se convertirán, finalmente, en un recordatorio de ese proceso comunitario, de ese momento en el que todos juntos se lanzaron al cuidado de su ciudad. Arte urbano como herramienta de cambio, como dinamizador, re-significador de la comunidad, la vivienda y su colectividad.

*Texto publicado en Arquine No.64 | Vivienda colectiva

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