Resultados de búsqueda para la etiqueta [Beirut ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Mon, 24 Oct 2022 15:48:44 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Vivir en un espacio diseñado por un Pritzker, pero sin ventanas. O de la ceguera selectiva del arquitecto https://arquine.com/vivir-en-un-espacio-disenado-por-un-pritzker-pero-sin-ventanas-o-de-la-ceguera-selectiva-del-arquitecto/ Mon, 24 Oct 2022 02:51:11 +0000 https://arquine.com/?p=70735 Recientemente varios medios suizos han señalado el proyecto Beirut Terraces, diseñado por la oficina de Jacques Herzog y Pierre de Meuron, donde las habitaciones destinadas al servicio doméstico miden menos de 4 metros cuadrados y no tienen ventanas. Los arquitectos han tratado de excusar su ceguera selectiva, por usar ese eufemismo para nombrar una manera racista y excluyente de hacer arquitectura.

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Hace casi un mes, el medio suizo 20 Minutos publicó una noticia cuyo titular era “Arquitectos suizos hacen dormir a las empleadas domésticas en el armario de las escobas”. La breve nota, que acompaña un video de poco más de dos minutos, agrega que esas piezas de apenas cuatro metros cuadrados no tienen ventanas y que se encuentran en el edificio llamado Beirut Terraces, diseñado por la oficina de los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron, ganadores, entre otros premios, del Pritzker en el 2001, el Praemium Imperiale y la Medalla de Oro del Instituto Real de Arquitectos Británicos (RIBA), ambos en el 2007.

El video —preparado por Désirée Pomper y Simona Ritter— habla del edificio de lujo, con 130 departamentos, en el centro de Beirut y de la publicación en Twitter, el 23 de julio, de los planos señalando los cuartos de servicio, sin ventanas, de apenas 3.9 metros cuadrados. La nota también menciona el reclamo de antiguas trabajadoras domésticas en la cuenta de Instagram @dowanunited, en una publicación del 1º de agosto. Después, una periodista visita un apartamento y comprueba que las habitaciones para empleadas domésticas no tienen ventanas. Cuando se lo hace notar al agente inmobiliario, éste responde: “pero sólo duermen aquí, el resto del día están en el apartamento”. Una empleada doméstica entrevistada se pregunta cómo puede la gente vivir sin ventanas. En el video también se dice que los arquitectos fueron contactados y que afirmaron “haber recomendado al cliente otros conceptos para el proyecto”, pero que fueron “incapaces de imponer propuestas alternativas”. Roula Seghaier, de la Federación Internacional de Trabajadoras Domésticas, entrevistada en el mismo video, afirma: “Los arquitectos definitivamente tienen otras opciones. Conozco arquitectos que han rechazado encargos semejantes por razones de conciencia.” 

La cuenta de Instagram @dowanunited pertenece a la organización Domestic Workers Advocacy Network. En la entrada sobre el edificio Beirut Terraces, sobre la imagen puede leerse la frase “Queridos Herzog y de Meuron, sus departamentos de lujo son nuestras prisiones. Su diseño nos niega luz natural, dignidad y libertad.” En el texto que acompaña a la imagen dice:

La firma de arquitectos suizos Herzog y de Meuron saca provecho de la esclavitud moderna en Líbano. Su diseño para el proyecto Beirut Terraces, va más allá de normalizar el sistema kafala*. La neoliberal ley de construcción libanesa es voluntariamente laxa al favorecer el beneficio económico sobre la gente, a favor de empresas de arquitectura y a costa de trabajadoras domésticas migrantes. Como resultado, esta legislación racista confina a las trabajadoras domésticas en espacios pequeños que sirven para las “necesidades” de las clases media y alta libanesas. Esos espacios son extremadamente opresivos y violan los derechos humanos.

[*Sistema de explotación utilizado para monitorear trabajadores migrantes, principalmente dedicados a la industria de la construcción o tareas domésticas en algunos países islámicos, según Wikipedia.]

En una nota publicada por el Basler Zeitung el 3 de octubre, con el título “Así defienden Herzog & de Meuron las ‘habitaciones de esclavos’ (sklavenzimmer) en Líbano”, Isabel Thommen da cuenta de que la oficina de Herzog & de Meuron rechazó en principio una entrevista y después la condicionó a que fuera realizada por el editor en jefe, Marcel Rohr. Respondieron con vaguedad por lo que se hizo una segunda ronda de preguntas.

A la pregunta de si sabían para qué se utilizarían esas habitaciones sin ventana, responden que sí: “Los planos, en los que está escrito ‘habitación de servicio’ en espacios sin ventanas fueron elaborados por Herzog & de Meuron”, “a pedido expreso del cliente” y se excusan: “No tenemos ninguna influencia sobre cómo las utilizan los propietarios”.

Cuando se les pregunta por qué no rechazaron el proyecto, responden que están obligados por contratos y que no cumplirlos tendría consecuencias legales imprevisibles —lo que podría interpretarse como que eligieron ganar dinero a perderlo. A otra pregunta repiten que “un arquitecto sólo tiene una influencia limitada en el uso posterior por parte del propietario”, lo cual podría entenderse tanto si la Tate en Londres decide mostrar una obra polémica en el museo diseñado por los suizos, como si alguien comete un crimen en una de las terrazas de su edificio en Beirut, pero no cuando admiten haber diseñado las habitaciones para el personal de servicio sin ninguna ventana.

Pero la peor respuesta quizá sea cuando les preguntan por qué decidieron detener la mayoría de sus proyectos en Rusia pero no el edificio Beirut Terraces: “No se puede comparar la situación con Rusia. La invasión de Ucrania y la violenta represión de Putin y el gobierno ruso van en contra de todos los valores que representamos como oficina internacional.” Dicho de otro modo, hay formas de opresión y violencia dirigidas a ciertos seres humanos que parecen más visibles —e intolerables— para la oficina de Herzog y de Meuron mientras que otras formas de opresión y violencia dirigidas a seres humanos con distintas características —de otra región, de otra cultura, de otro tono de piel quizá— parece que no sólo no les resultan visibles, sino hasta cierto punto tolerables e incluso ayudan con sus diseños a ejercerlas.

Pero la ceguera —por llamarle así a algo que es más bien una mezcla de desinterés por ciertos grupos de personas, ignorancia, avaricia y falta de ética— no sólo está del lado de los arquitectos. El proyecto fue publicado desde hace seis años. Varios medios reprodujimos sin mayor reflexión el comunicado de la oficina suiza:

“La estructura y apariencia del edificio parten de una conciencia y respeto por el pasado de Beirut. Son cinco los principios que definen el proyecto: capas y terrazas, interior y exterior, vegetación, vistas y privacidad, luz e identidad.”

El prestigio de los galardonados arquitectos suizos y las bellas imágenes de Iwan Baan parecían no exigir mayor atención. En este sitio no publicamos las plantas. En Arquitectura Viva se publicaron unas plantas con poca definición que no muestran claramente las habitaciones para esclavas. Pero en otros sitios, como en afasiaarchizine se puede ver sin hacer mucho esfuerzo dos espacios, uno con una cama, con la leyenda “MAID” y la medida, 3.7 metros cuadrados, y otro con un pequeño lavabo, un escusado y una regadera, “MAID BATH”, 3.1 metros cuadrados. Los dos espacios sin ventanas y ni siquiera, de creerle a los planos, ningún tipo de ducto de ventilación artificial, encajonados entre una cocina de 23 metros cuadrados —con un gran ventanal—, una lavandería de 6.4 y una bodega de 6.6. Ahí tuvimos esos planos desde el 2017 y no los vimos con atención. Nótese, además, que maid es una palabra con género definido: una mujer.

En un texto que escribí hace un par de años —y retomado aquí recientemente—, comentaba un curso del filósofo Gilles Deleuze sobre el pensamiento de Michel Foucault en el que afirmaba: “hay un orden del decir y otro del dibujo”. Esa frase —cuyo contexto e implicaciones son más amplias, pero tocan lo aquí tratado— queda bien para lo que vemos en el caso de Herzog y de Meuron y que podemos ver en el trabajo muchos otros arquitectos —como en la Torre Mitikah o en la mítica casa de Luis Barragán—: una diferencia radical entre lo que se dice y lo que se dibuja.

En libros, revistas, conferencias y coloquios, el gremio arquitectónico no se cansa de promulgar las bondades de su arte, las posibilidades que tiene la arquitectura para propiciar el bien común al generar espacios colectivos, abiertos, y para mejorar la manera como todas vivimos, o para, finalmente, embellecer nuestro entorno. Y esas posibilidades no están en duda, pero los dibujos muchos veces muestran otra cosa: el mismo arquitecto que afirma lo anterior en sus dichos, puede usar el mismo lápiz para dibujar un museo o una escuela o una habitación con una vista magnífica que un armario para escobas destinado, no por accidente sino con toda consciencia, a seres humanos.

Lo sabemos: el compromiso social de buena parte de los arquitectos que más celebramos se acaba donde el contrato se pone en riesgo y las pérdidas económicas amenazan. Ese mismo compromiso se diluye, también, con la distancia social y la diferencia económica, cultural o de origen. Quienes nos sumamos a la celebración —otorgando premios, con publicaciones, con estudios e investigaciones académicas, o con aplausos— debiéramos asumir críticamente una posición o, en su defecto, aceptar cínicamente esa brecha entre lo dicho y lo dibujado, entre lo dicho y lo hecho, entre lo que podría ser y lo que realmente se hace. Por supuesto, me parece que es tiempo de lo primero: de una crítica radical a nuestra ceguera cómplice en muchos asuntos graves —opresión, racialización, sexismo, marginación, extractivismo, etc. Pero no puedo evitar, al terminar este texto, recordar la sabia afirmación de Audre Lorde: Las herramientas del amo nunca desmantelarán la casa del amo.

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Stone Garden https://arquine.com/obra/stone-garden/ Fri, 10 Jul 2020 11:00:01 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/stone-garden/ Beirut es una arqueología permanente. Enterrada siete veces a través de los tiempos, la ciudad cuenta la historia de nuestros antepasados. En la actualidad, su paisaje construido refleja su historia reciente. Las ruinas de edificios invadidos por la naturaleza se yuxtaponen con los azulejos rojos de las casas tradicionales techadas que aún son testigos de la arquitectura de esta ciudad mediterránea.

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Beirut es una arqueología permanente. Enterrada siete veces a través de los tiempos, la ciudad cuenta la historia de nuestros antepasados. En la actualidad, su paisaje construido refleja su historia reciente. Las ruinas de edificios invadidos por la naturaleza se yuxtaponen con los azulejos rojos de las casas tradicionales techadas que aún son testigos de la arquitectura de esta ciudad mediterránea.

Situado en la zona portuaria, el Stone Garden materializa la percepción del arquitecto sobre su lugar de nacimiento. El proyecto surge con una nueva forma arquitectónica que traduce una lectura espacial sensible de la ciudad. Tomando sus raíces del contexto, retrata la capacidad de la arquitectura para actuar como una herramienta de curación y un actor activo en la construcción de la resistencia en tiempos de crisis.

La torre aparece como una escultura dibujada a escala urbana que transforma eventos tumultuosos en una oportunidad creativa y traduce la forma generada por las regulaciones urbanas. Sus aberturas, de varios tamaños, mantienen la memoria de la ciudad y ofrecen múltiples marcos del mar desde el dentro. Habitado por árboles y jardines, las ventanas invitan a la naturaleza para subir al cielo de Beirut. La variedad de sus tamaños individualiza cada piso residencial generando nuevas formas de espacios comunes. El proyecto aparece en la ciudad como un proyecto terrenal de emergencia, su piel está diseñada a la medida. El edifico fue todo trabajado y elaborado por las manos de los muchos trabajadores que huyen de las guerras vecinas. La tierra proyectada, el cemento y las fibras, el la piel del edificio se peina, y su proceso de fabricación es el resultado de la experimentación incremental. El proyecto invita a los artesanos a participar del reino emocional de la arquitectura, transformando la arquitectura en una herramienta de curación que une a la gente.

Hoy en día, la torre sigue en construcción y se eleva como una arqueología viviente, reuniendo una gran cantidad de vida, la memoria, y la naturaleza. También alberga algunos espacios vitales como El Centro de Imagen Mina, que es una plataforma de arte dedicada a la imagen, la fotografía, debates y reflexiones sobre el Medio Oriente.


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“Holidays in the Sun”, Security Barriers https://arquine.com/obra/holidays-in-the-sun-security-barriers/ Thu, 12 Dec 2019 16:00:08 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/holidays-in-the-sun-security-barriers/ El estudio de arquitectura y diseño multidisciplinario T SAKHI, cuyas obras híbridas a menudo son juguetonamente subversivas y provocan nuevos modos de interacción humana, presenta dos nuevas intervenciones urbanas experimentales en Beirut en junio de 2019.

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El estudio de arquitectura y diseño multidisciplinario T SAKHI, cuyas obras híbridas a menudo son juguetonamente subversivas y provocan nuevos modos de interacción humana, presenta dos nuevas intervenciones urbanas experimentales en Beirut en junio de 2019. En Holidays in the Sun las hermanas fundadoras Tessa y Tara Sakhi adaptan las barreras de seguridad existentes para que funcionen como taburetes y lugar para plantas. Al readaptar bloques prefabricados, malla de alambre de metal y barreras de seguridad que comprometen su topografía cotidiana, T SAKHI otorga a los objetos una nueva función como materiales sostenibles. Como nuevas estructuras híbridas, Holidays in the Sun presentan una nueva solución para mejorar el entorno urbano existente en Beirut. Las dos iteraciones, ambas de color azul pálido, abordan la falta de vegetación en los entornos de la ciudad y la falta de lugares públicos para conversar o descansar. Las hermanas adaptan las cavidades huecas como espacio para plantas, e introducen una superficie envolvente sobre bloques de metal entrelazados para crear un asiento, yuxtaponiendo la seguridad con la comodidad.

 

Con sede en Beirut y Milán, T SAKHI es un estudio multidisciplinario de arquitectura y diseño fundado en 2016 por las hermanas libanesas-polacas Tessa y Tara Sakhi. El estudio coloca la interacción humana en el centro de su práctica, aprovechando la experiencia emocional y psicológica del espacio.

 


Puedes encontrar este proyecto en la Revista Arquine No.90 

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Habla ciudad: Beirut https://arquine.com/habla-ciudad-beirut/ Wed, 05 Sep 2018 14:00:07 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/habla-ciudad-beirut/ Beirut es una ciudad de muchas caras, muchas voces —tantas que buscar la cara original tras de tanta máscara no llegaría a nada; tantas que escoger la “verdadera” voz entre el ruido ensordecedor de la multitud de voces nos llevaría sólo a la locura.

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Presentado por:

Beirut es una ciudad de muchas caras, muchas voces —tantas que buscar la cara original tras de tanta máscara no llegaría a nada; tantas que escoger la “verdadera” voz entre el ruido ensordecedor de la multitud de voces nos llevaría sólo a la locura, y eso pasa a diario, a mi, a todos nosotros: camino sus calles para calmar los dolores de mi cuello y mi espalda, y un día leo la frase escrita en un muro — “A toda la escoria siria : lárguense”; me disgusto y me vuelvo paranoico, pues esa horrible sentencia podría haber sido escrita por cualquiera que camine a mi lado, cualquiera que pueda estar parado ahí, y quiero abofetearlos y sacudirlos y decirles que se coman su mierda y se callen, pero continuo caminando como si nada hubiera pasado, como si no hubiera visto nada —nada debe transpirar y es imperativo mantenerse tras el perfecto disfraz social— y al día siguiente camino de nuevo en la misma calle, y veo que en la noche alguien ha tenido más valor que yo: la palabra “sirio” en la frase ha sido tachada y la palabra “racista” aparece sobre ella —“A toda la escoria racista: lárguense,” y por un breve momento recobré la confianza en la ciudad donde nací, y donde probablemente moriré —contra mi voluntad— y la tensión en mis hombros se disipó por un breve momento, especialmente tras de darme cuenta de que mis pies me llevaban a una pequeña calle con casas que tenían jardines donde la gente había plantado, invariablemente, algunos arbustos de jazmín que dejaban escapar su adorable aroma —es temprano en la tarde y el azul del cielo no podría haber sido más azul ese día, y puedo ver alguna gente en sus casas por las ventanas preparando con calma el fin de su día, entonces me vuelvo para tomar la calle más grande que me lleva a mi lugar; de pronto una extraña idea se apodera de mí, una idea de la que no me puedo deshacer: entre el lugar donde me encuentro ahora y mi apartamento, hay una escuela, un centro para las fuerzas de Seguridad Interna, un hospital y un puesto militar, y todos son blancos ideales para una explosión de coche-bomba, y han habido bastantes últimamente —tal vez no en este barrio, pero ¿realmente podemos confiar en la racionalidad de un suicida?— y empiezo a sospechar de todos los autos estacionados al lado del camino, y la tensión en mi cuello y en mis hombros vuele y el dolor empieza a instalarse, así que trato de concentrarme en mi respiración como me dijeron que debía hacerlo para desviar mi atención, pero sin ninguna utilidad; todo lo que veo son autos, y empiezo a pensar en los modelos de autos usados en esas operaciones —la última fue un Kia, pero ¿cuál fue antes?— y no puedo recordarlo; en cualquier caso, sería mejor evitar caminar al lado de cualquier Kia, así que empiezo a caminar de un lado a otro de la calle, apurando mis pasos para llegar a casa a salvo, sabiendo que lo que hago no es más que un procedimiento absurdo y ridículo, que la gente muere al azar, y que el resto sobrevivimos sólo por nuestra estúpida suerte, tan simple como eso: ninguna plegaria, ningún cálculo, ningún escenario alocado puede salvarnos; morimos o vivimos, eso es todo —y mientras esas ideas finales atraviesan mi cabeza, me di cuenta de que al pasar el puesto militar estaría en casa, a tiempo para la cena, que yo sabía sería Arnabiyyeh, y si Beirut supiera a algo, podría ser a ese plato: arroz, carne, cebollas, garbanzos y salsa hecha de tahina y jugo de siete tipos de limón: agrio, naranja, clementina, etc. —pero el ingrediente más importante es un tipo de limón amargo que crece por todas partes en esta ciudad, y que forma el telón de fondo para la puesta en escena de toda su comida, desde los estofados a los mezes a los dulces; y comía y pensaba en ese tipo de plato y cuántas generaciones tomó perfeccionarlo y cuánta gente en el pasado se sentó a la mesa y probó ese limón amargo e incluso si podrían entender la ciudad en la que vivían —¿quién puede entender una ciudad?— cuando su significado les era comunicado mediante el sabor amargo y perfumado de todas las generaciones que vivieron y murieron en esta tierra, y me di cuenta de que últimamente todo estará bien, sí, todo estará bien.

Una vez soñé y en mi sueño yo era Jesús y le pregunté a Beirut “¿cuál es tu nombre?” y ella replicó “mi nombre es legión pues somos muchos.”


Este texto se publicó en Arquine No. 67 | Habla Ciudad, con motivo de la primera edición del Festival de Arquitectura y Ciudad MEXTRÓPOLI. Aparta la fecha y acompáñanos a vivir la ciudad extraordinaria en su próxima edición que tendrá lugar del 09 al 12 de marzo de 2019. 

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