Resultados de búsqueda para la etiqueta [Augusto H. Álvarez ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 08 Jul 2022 07:21:56 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Arquitectura moderna y arquitectura mexicana https://arquine.com/arquitectura-moderna-y-arquitectura-mexicana/ Thu, 24 Dec 2015 23:42:57 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/arquitectura-moderna-y-arquitectura-mexicana/ “Si vivimos en un mundo en el que las distancias se acortan cada vez más, en donde los medios de comunicación son cada día más fáciles, haciendo que las influencias de otros pueblos y culturas se entremezclen, ello permite que los logros de las ciencias, la tecnología y la industria no sean el patrimonio de una sola nación sino que forman un bine común" —Augusto H. Álvarez, 1967

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“No creo que exista una arquitectura mexicana característica y diferenciada, pero sí creo que hay una arquitectura mexicana que revela lo que somos y cómo vivimos actualmente.” Eso fue lo que respondió Augusto Álvarez en un cuestionario que realizó la revista Arquitectura México en su número 100, publicado en abril de 1968. Augusto Harold ÁlvarezGarcía nació el 24 de diciembre de 1914, en la ciudad de Mérida, Yucatán. Estudió en la Escuela Nacional de Arquitectura, de la Academia de San Carlos. Entre otros, tuvo como compañeros de generación a Alberto T. Arai, Mauricio Gómez Mayorga, Carlos Lazo y Ramón Marcos. Trabajó en las oficinas de Carlos Contreras y Mauricio M. Campos y recibió su título de arquitecto el 24 de enero de 1940. Durante su carrera profesional trabajó asociándose con Enrique Carral, Juan Sordo Madaleno, Hector Meza, Jose Adolfo Wiechers, Ricardo Flores y Jose Luis Creixell. En su etapa de madurez, su arquitectura de líneas puras y modulada con obsesiva precisión, reflejó la clara influencia del Estilo Internacional.

En el número 100 de la revista Arquitectura México se hicieron las mismas preguntas a otros trece arquitectos, además de Álvarez. A la misma pregunta —¿existe una arquitectura mexicana contemporánea característica y diferenciada?— Enrique Carral, que frecuentemente se asoció con Álvarez en distintos proyectos, y autor, entre otros edificios, del desaparecido Conjunto Manacar, respondió: “en la actualidad todos los países y en particular los que están en pleno desarrollo, están tratando de encontrarse a sí mismos para poder manifestarse. La arquitectura moderna en México —agregó— tiene como característica principal esa inquietud: la búsqueda de sus propias raíces.” A la misma pregunta, Juan Sordo Madaleno, también socio ocasional de Álvarez, dijo: “la arquitectura mexicana, podemos asegurarlo, tiene un claro sentido internacional. Sin embargo, dentro de ese sentido internacional se diferencia.” Mario Pani, categórico, empezó diciendo que “la verdadera arquitectura debe ser la imagen indirecta de un pueblo,” para luego afirmar que, en México, “la arquitectura tendrá más color, será más encerrada; como se vive más hacia adentro y existe un menor sentido de la comunidad, que se expresa en las separaciones de nuestras casas y en las bardas que las encierran.” Trece años mayor que Álvarez y maestro de varias generaciones, incluida la del yucateco, José Villagrán dijo que, “queriendo o no, lo que se hace en México, bueno, mediocre o malo, tiene sello propio,” algo así como darle la vuelta a la pregunta definiendo lo mexicano como una condición casi geopolítica. Juan O’Gorman, nacido en 1905, en vez de responder a cada pregunta, entregó a la revista un largo ensayo en el que, entre otras cosas, decía que la arquitectura profesional en México había seguido “los lineamientos trazados originalmente por los grandes arquitectos europeos” y luego la influencia de los Estados Unidos, pero que “la mayoría del pueblo mexicano, es decir la masa popular o la gente del pueblo, no encuentra expresados en esa arquitectura sus anhelos y en gneral siguen considerando a los edificios modernos como «cajas o cajones» sin belleza.” En 1968, O’Gorman pensaba que la arquitectura moderna se había vuelto ya una nueva academia y que cualquier arquitecto, de cualquier escuela, en cualquier parte del país y para cualquier tipo de edificio, proyectaba “siguiendo los recetarios perfectamente conocidos que no son otra cosa más que aplicaciones del paralelepípedo y del paralelogramo como base de toda forma arquitectónica, logrando alcanzar como objetivo estético el total aburrimiento.” Ricardo Legorreta dijo:

Aunque el desarrollo de los sistemas de comunicación y transporte ha modificado el concepto de arquitectura local haciendo dudar a algunos arquitectos de sus posibilidades y conveniencias, creo que pocos países han tenido circunstancias tan favorables para un movimiento arquitectónico nacional como México en los últimos años. Sin embargo, la mayoría de los arquitectos mexiandos no sólo no la fomentamos, alejándonos de los principios morales, cultuales y profesionales básicos para lograrla, sino que vamos cayendo en el absurdo de pretender que “tipismos”, malas copias de arquitecturas pasadas o conceptos superficiales son la base de una arquitectura mexicana.

Tal vez la primera persona del plural que usó Legorreta en su respuesta era sólo una muestra de humildad, siendo el más joven de los entrevistados —en el 68 tenía 37 años— al mismo tiempo que estaba terminando el Hotel Camino Real, un ejemplo de nueva arquitectura moderna mexicana. La respuesta de Luis Barragán también es larga y compleja. ¿Existe una arquitectura mexicana contemporánea y diferenciada? No, dice y agrega: “hay obras que se han hecho en México bien diferenciadas de las que existen en todo el mundo” pero que “no pueden considerarse que forman parte de la arquitectura mexicana creando un estilo.” Barragán menciona como un caso de arquitectura que se distingue como mexicana pero, al mismo tiempo, resulta una creación genial y asilada, a la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria, de Juan O’Gorman. El segundo arquitecto mexicano en apropiarse de los muros de color —el primero sería el mismo O’Gorman, en las casas de Diego y Frida, por ejemplo— parece ponerle algunos peros a los muros de colores: a los murales de la integración plástica. Según Barragán “no puede lograrse la integración plástica sin religiosidad, de hecho sin un tema religioso.” Y si desconfía del mural también lo hace de su contraparte moderna: el ventanal, que genera espacios inhabitables, aunque entiende que no se trata sólo de un problema de transparencia literal, para usar el término de Collin Rowe: “la vida privada, dice, esta siendo relevada y ya no es cosa de nuestra época. La intimidad de una recámara no existe más con la televisión y el radio: uno está viviendo el exterior todo el tiempo.”

Un año antes de responder al cuestionario de Arquitectura México Augusto Álvarez había escrito: “si vivimos en un mundo en el que las distancias se acortan cada vez más, en donde los medios de comunicación son cada día más fáciles, haciendo que las influencias de otros pueblos y culturas se entremezclen, ello permite que los logros de las ciencias, la tecnología y la industria no sean el patrimonio de una sola nación sino que forman un bine común.”

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La mudanza de Bancomer https://arquine.com/la-mudanza-de-bancomer/ Tue, 15 Oct 2013 15:29:31 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/la-mudanza-de-bancomer/ La relocalización del edificio sede de BBVA Bancomer en México ha despertado la voracidad por el sur de la ciudad. El banco español cambiará su ubicación actual en el Centro Operativo Bancomer construido en 1976 por los arquitectos Augusto H. Álvarez, Juan Sordo Madaleno y José A. Wiechers, para colocarse en el creciente sector comercial y de oficinas en Paseo de la Reforma con una nueva torre diseñada por Legorreta + Legorreta y Rogers Stirk Harbour + Partners

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La relocalización del edificio sede de BBVA Bancomer en México ha despertado la voracidad por el sur de la ciudad. El banco español cambiará su ubicación actual en el Centro Operativo Bancomer construido en 1976 por los arquitectos Augusto H. Álvarez, Juan Sordo Madaleno y José A. Wiechers, para colocarse en el creciente sector comercial y de oficinas en Paseo de la Reforma (frente a la Torre Mayor y a la Estela de Luz) con una nueva torre de 60 pisos, 235 metros de altura y 185,000 metros cuadrados para oficinas, diseñado por Legorreta + Legorreta y Rogers Stirk Harbour + Partners.

Mientras la construcción de la nueva sede avanza –se espera que la mudanza se concrete a finales del próximo año–, el antiguo centro bancario acaba de cerrar contrato de venta. A través de la Bolsa Mexicana de Valores, Fibra UNO anunció la compra del edificio por 125 millones de dólares con la finalidad de ser el principal motor para la inversión en bienes raíces en una zona que está por explotar una nueva centralidad sureña. Fibra Uno (cuyos activos están puesto para renta en conjuntos como Reforma 222 y los Corporativo Santa Fe, Insurgentes y Polanco, entre otros), tiene planeado construir 3,000 lugares de estacionamiento y un área de 20,000 metros cuadrados de área rentable de uso comercial que se sumará a los 100 mil metros cuadrados ya construidos.

La superficie total del centro es de 65 mil metros cuadrados con numerosas áreas libres interiores y grandes plazas, cumple un objetivo esencial: hacer el interior funcional, amable y acogedor para sus ocupantes con oficinas ejecutivas y áreas de servicio al público, así como comedores para el personal, cafetería, centro de capacitación y dormitorios para ejecutivos y funcionarios. Este moderno edificio ‘ejecutiva-oficinista’ se los años setenta pasará a ser un centro comercial (se ha mencionado la posibilidad de un centro de convenciones) que se unirá a la escasa oferta de plazas comerciales en fila sobre Av. Universidad (Centro Coyoacán, Plaza Universidad, Pabellón Universidad, y uno más, apenas terminado, Patio Universidad). La nueva vida del Centro Operativo Bancomer convivirá con el mítico Mítikah (proyecto diseñado por César Pelli con edificios de Richard Meier, RTKL, Juan José Sánchez Aedo, Mario Schjetnan y Grupo Ideurban), cuyo concepto inmobiliario ‘inspirado’ en el trazo de Teotihuacán se une a los proyectos de la Cineteca Nacional del Siglo XXI y la Sociedad de Autores y Compositores de México.

Más allá de los 10 mil cajones de estacionamiento del plan maestro de Mítikah, los ahora 3,000 anunciados por Fibra UNO, los problemas de movilidad por la confluencia de las avenidas Río Churubusco y Universidad por donde circulan entre 4 mil y 5 mil autos al día en horas pico o el ahora extinto pueblo de Xoco, este tipo de ‘explotaciones urbanas’ exige estudios viales, pertinencia y consideraciones urbanísticas, sociales y ambientales que se ven rebasadas ante la permisividad de las autoridades. Éste es un buen momento para analizar, proyectar y controlar el futuro desmedido de una zona en plena transformación, en plena reforma urbana, sin que exista una que norme el proceso de cambio como tal.

Centro Operativo Bancomer 4 copia

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