Resultados de búsqueda para la etiqueta [arquitecto ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Mon, 04 Mar 2024 01:30:03 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.3 Arquitectxs de todos los días: números para analizar el oficio https://arquine.com/arquitectxs-de-todos-los-dias-numeros-para-analizar-el-oficio/ Sun, 01 Oct 2023 01:54:07 +0000 https://arquine.com/?p=83402 Como profesión y práctica, la arquitectura está en plena transformación e incluso efervescencia, pero el mundo de los grandes despachos, autores y teóricos es muy distinto al de las arquitectas y arquitectos de todos los días, profesionistas que experimentan la precariedad, la brecha salarial de género y la inmovilidad social.

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Instituido en México en 2004, el día del arquitecto se conmemora cada 1 de octubre, sumado a la lista de efemérides nacionales. La profesión y sus conversaciones que, pese a su gran impacto social y omnipresencia, siguen estando reservadas a los especialistas y profesionales —así como algunos historiadores o aficionados—. Como profesión y práctica, la arquitectura está en plena transformación e incluso efervescencia, pero el mundo de los grandes despachos, autores y teóricos es muy distinto al de las arquitectas y arquitectos de todos los días, profesionistas que experimentan la precariedad, la brecha salarial de género y la inmovilidad social.

Todo esto viene a propósito de la información que recabó el despacho Levy Holding en un documento que compartió el 27 de septiembre: “Día del Arquitecto. ¿Cómo se vive la profesión en México?” Esta organización, que se presenta como un “un grupo empresarial integral y autónomo enfocado al desarrollo inmobiliario”, retoma sobre todo información de Data México, portal de la Secretaría de Economía del gobierno de México, para el segundo trimestre de 2023.

De esa numeralia, bajo el rubro de “Arquitectos, Planificadores Urbanos y del Transporte”, se puede entresacar el siguiente perfil: la persona arquitecta tiene en promedio 38.9 años de edad y gana un salario mensual de $7,260 pesos. En este sentido, la cifra apenas y supera en 20% el monto del salario mínimo mensual, que en 2023 fue de $312.41 diarios en la Zona libre de la Frontera Norte ($9,000 pesos) y, en el resto del país, $207.44 (algo más de $6,000 pesos mensuales).

Sumado a esto, el profesionista arquitectónico trabaja 40.3 horas por semana (lo que equivale a 5.08 días), no muy lejos del promedio que puntúan los trabajadores mexicanos en la medición de la OCDE (41.15 horas), por cierto, la peor. Con un promedio de 16.6 años de escolaridad, y 23.1% de informalidad (es decir, freelanceo o trabajos sin prestaciones), podría decirse que la arquitectura como profesión comparte con muchas otras la vulnerabilidad e inestabilidad (también se reporta que 3.83% de los ocupados tienen un segundo trabajo).

Otros datos relevantes se refieren así en el comunicado: la fuerza laboral “fue de 147 mil personas en México, mientras que el salario promedio mensual registrado ascendió a $7,260 pesos.” El comunicado añade también que los mejores salarios se registraron en el norte del país (en estados como Baja California Sur, Durango y Sinaloa), mientras que el mayor número de profesionistas se concentró en la Ciudad de México, Jalisco y el Estado de México. También es notable la informalidad, que es de casi un cuarto de la fuerza laboral desde los 25 hasta los 54 años; y la mitad entre los menores de 24 años.

Estas cifras pueden matizarse desde la propia Data México, que incluye a los arquitectos en otro rubro, agrupados junto a “Ingenieros civiles, topógrafos y arquitectos” (en vez de planificadores urbanos y del transporte) con algunas variaciones importantes: 39.4 años de edad promedio (frente a 38.9), 248 mil ocupados (frente a 147 mil), $7.79 mil pesos de salario promedio (frente a $7.26 mil), y un incremento ligero en los días y horas laboradas (5.12 días y 41.4 horas semanales).

En la página “Compara Carreras” del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) se reúnen datos bajo el rubro de “Arquitectura y urbanismo”, con la licenciatura como límite principal para el nivel de estudios. Su información es la siguiente: 343,058 estudiantes (la decimotercera carrera con mayor demanda), con una mayoría de hombres (69%) y de mayores de 30 años de edad (77%). Tanto si se estudió en una universidad pública como privada, el IMCO mide el nivel de “inseguridad” en la inversión de manera muy similar. Sin embargo, las cifras de salarios promedio son algo más altas: entre mujeres, un salario de $21,661, y para hombres $22,974; y también cabe destacar la diferencia entre trabajadores formales ($24,419) e informales ($17,807). Por su lado, el Observatorio Laboral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, en el primer trimestre de 2023, reporta las siguientes cifras: 266,090 profesionistas ocupados, con una proporción de 28% de mujeres y 72% de hombres; y un ingreso promedio mensual de $15,409 pesos, casi el doble de lo que reporta el gobierno mexicano.

Aunque la construcción y gestión de proyectos sigue siendo el sector mayoritario de ocupación (IMCO: 35.4%; Data Mexico: 54.43%), también es llamativa la presencia de arquitectos en servicios legales (Data México: 33.2%), y servicios diversos (IMCO: 26,3%), que incluyen trabajos en docencia e investigación, comercio o actividades políticas. Si esto indica una diversidad de quehaceres, no implica que en el futuro el trabajo del arquitecto se irá reduciendo en su tradicional práctica constructiva e infraestructural.

Como fuere, estas cifras indican menos una mejora de condiciones que su hermanamiento con la precariedad de otras profesiones. La opacidad de los salarios en las empresas, un problema estructural en México que ahonda la brecha de género, también es uno de los silencios que necesitan romperse en este oficio tan caracterizado por su diálogo entre interior y exterior, todo ello a la espera de otro día del arquitecto.

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La muerte del arquitecto https://arquine.com/la-muerte-del-arquitecto/ Thu, 30 Aug 2018 15:00:42 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/la-muerte-del-arquitecto/ ¿Qué es un arquitecto? Aquél que diseña edificios. Pero, ¿podemos pensar que la arquitectura también diseña al propio arquitecto?

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Durante meses la araña hiló su tela. No llegó a atrapar moscas:

sirvió para que destruyeran juntas a la obra y a su autora.

José Emilio Pacheco

 

¿Qué es un arquitecto? Aquel que diseña edificios, ¿cierto? La arquitectura es un oficio devenido profesión que, a grandes rasgos, se encarga de diseñar los edificios dentro de los cuales nos desenvolvemos a lo largo de nuestras vidas. Consecuentemente, se podría considerar a la arquitectura como una forma de expresión cultural y, por lo tanto, conformada por una serie de obras, cada una con su respectiva autoría. Dicho esto, se puede anunciar que un arquitecto es el autor de una obra de arquitectura, de la misma forma en la cual un autor literario es aquel que escribe una obra literaria: el arquitecto es, entonces, una especie de autor. Lo que proponemos aquí es una revaluación jerárquica de la mencionada relación que existe entre la obra arquitectónica con respecto a su arquitecto-autor.

Foto cortesía de Fundación Barragán.

 

A lo largo de la historia, hasta antes de la modernidad, la figura del autor como el individuo imaginativo que concebía y manufacturaba alguna obra, no existía. Una obra, sea esta arquitectónica o de cualquier otra naturaleza, no era sino un elemento dentro del esquema general de las cosas, dentro del orden simbólico de la representación del mundo. En las religiones monoteístas, por ejemplo, se creía que un edificio era diseñado por el respectivo dios; los arquitectos solo eran los artificios a través de los cuales dicho dios manifestaba su voluntad. En aquellos tiempos premodernos, el diseño de alguna casa, templo, mercado, etc. estaba fijado por el hecho de que no podía ser de ninguna otra manera y a la vez debía mantener su relevancia dentro de la cosmovisión cultural. El diseño de estas obras arquitectónicas surgía poéticamente, es decir, provenía de aquello que le antecedía: la cultura y su respectiva cosmovisión y campo de representación. La figura del autor en estos casos es prescindible y así lo fue hasta los inicios la modernidad.

Una de las características propias de la modernidad es la aparente exaltación del individuo y la razón, de la cual se podría decir que surge la creatividad, y de esta, a su vez, la figura moderna del autor. Al no tener todos los individuos la misma creatividad, solo aquellos con las mentes más agudas podrían considerarse como autores, y sus obras son exclusivamente suyas, productos de su invención. Esta es —explicada aquí de manera extremadamente burda— la premisa moderna de la autoría. No puede ser coincidencia que los autores más prominentes de obras arquitectónicas hasta su momento, Le Corbusier, Barragán, Mies van der Rohe, y un amplio etcétera, hayan sido parte del llamado movimiento moderno.        

¿Cuál es el panorama actual de esta estructura de obras arquitectónicas con relación a sus autores? Se podría decir que no es sino la continuidad del esquema moderno. Instituciones de todo tipo (la academia, los premios internacionales, etc.) refuerzan esta noción que, de maneras distintas, mantiene a la arquitectura sujetada bajo un monopolio interpretativo. La noción actual del arquitecto como autor implica que él y sus obras están sobre una misma línea discursiva y que él es el pasado y origen de sus creaciones arquitectónicas. El arquitecto nutre a su arquitectura, piensa en y se entrega a ella, y su relación con sus diseños es similar a la de paternidad. Esta concepción mantiene a la arquitectura congelada bajo una sola interpretación, dentro de una concepción unilateral que sólo tiene validez si se piensa a la misma desde y con respecto a su arquitecto. La apuesta hacia una emancipación de la arquitectura, como contenedor de nuestras vidas, podría ser en sentido contrario a estas ideas, es decir, olvidar al autor —al arquitecto— y dedicarle la atención exclusivamente a la obra: la arquitectura.

¿Cómo se podría pensar esta reevaluación subvertida de arquitecto y la arquitectura? Un influyente filósofo francés del siglo pasado, dedicó un capitulo (La muerte del autor) de una de sus obras para exponer la razón por la cual “el nacimiento del lector se paga con la muerte del autor.”[1] Matar al arquitecto, en este caso —siguiendo los criterios del filósofo francés— implica asumir que las obras arquitectónicas no son virtud de su autor grandilocuente en tanto que lo son de la arquitectura misma, de sus posibilidades y de todos los focos culturales que en ella convergen. La muerte del arquitecto se paga con la experiencia del habitante, es decir, al dejar relegado al arquitecto con respecto de sus obras implica que se puede explorar la arquitectura de una manera distinta, una en la cual se puedan visitar los edificios sin la figura de su autor como intermediaria y, por lo tanto, se revelan muchas otras maneras de interpretarla. Las virtudes de las grandes obras de arquitectura no hablan tanto de la genialidad de sus autores, sino más bien de las multiplicidad de capacidades y posibilidades de la arquitectura en sí. 

 Quizás el ejemplo de la arquitectura de Luis Barragán ayude a poner en perspectiva nuestro argumento. En México, su legado es considerado importante y se le rinde homenaje por sus aportaciones. En nuestra experiencia, un problema es que en la discusión pública se tiende a hablar mucho más del autor, aunque sea de manera anecdótica, que lo que se reflexiona entorno a su arquitectura. ¿Qué porción de la obra de Barragán devino de la influencia de la arquitectura mexicana de épocas pasadas? ¿Qué tanta otra surge de la influencia de otros autores que lo inspiraron (Mathias Goeritz, Jesús Reyes Ferreira, Max Cetto, Clara Porset, etc., ante los cuales se podría a su vez hacer las mismas preguntas)? ¿Qué otro tanto es la arquitectura de Barragán una crítica o posicionamiento divergente a la arquitectura característica del modernismo mexicano (Mario Pani, Enrique Del Moral, José Villagrán, etc.)? ¿Qué influencia mantiene la concepción moderna del hombre con respecto a la naturaleza y qué otra tanta la concepción moderna de lo que representa la mexicanidad? Estas y otras preguntas similares se revelan al momento de asumir que el trabajo del arquitecto es aquel de reducir gestos anteriores, de traducir, nunca de crear trazos originales. La arquitectura de Barragán, como la de cualquier otro arquitecto, es una virtud de la arquitectura misma y un traslape de líneas de fuga que se ven materializadas en la experiencia del habitante que la visita. Bajo estos criterios, lo que valida a la arquitectura no es su autor, sino aquel que la experimenta. Es decir, la figura de Luis Barragán es prescindible, más nunca lo será la experiencia de visitar sus obras. 

Anotaremos otros dos ejemplos de obras de Barragán, para adentrarnos más en este caso de estudio. Recientemente fue restaurado uno de los jardines de Barragán que se encuentra cruzando la calle de su casa-estudio en la colonia de Tacubaya, en la Ciudad de México. En la restauración, que corrió por parte de un arquitecto afamado actual, se colocó un nuevo espejo de agua que antes no estaba. Al cuestionar al arquitecto al respecto, este comentó que a él no se le podía atribuir su autoría, pues aunque él lo había decido colocar ahí fue por haber contado con la sensibilidad de ver que estaba muy sugerido por el espacio existente. Entonces, ¿quién es el autor de aquel espejo de agua? ¿Barragán o el arquitecto responsable de la restauración? La respuesta: ninguno de los dos, uno puso las condiciones favorables para que el otro posteriormente lo ejecutara. Abre más puertas pensar que la arquitectura, sus distintas condiciones y experiencias son la razón por la cual está ahí el espejo de agua. Aunque este último ejemplo parezca ambiguo, deja mucho más espacio para mantener al jardín de Barragán en un estado de apertura a la interpretación, libre de autorías. El segundo ejemplo es un tanto más intimo; la obra de Barragán que más disfruto personalmente son las Islas de Ciudad Universitaria, a las cuales me aproximo sin retener en la mente a su supuesto autor y consciente de que serían habitadas indistintamente sin importar quien sea el responsable de su diseño.

En realidad Barragán, con todo el respeto que se le guarda desde el gremio de los arquitectos, es solo un caso entre otros que podrían ejemplificar el fetiche entorno al la figura del autor que se tiene en la arquitectura y demás manifestaciones artísticas. Tomando en consideración todo lo anterior, podría ser que la llamada ‘arquitectura de autor’, sea en realidad menos arquitectura que la que no se asume así, por estar fijada bajo un solo esquema discursivo. No quisiéramos decir que los arquitectos no sean importantes, o que sus servicios no ayuden a mejorar sustancialmente el entorno humano. Al contrario: son muy necesarios. Sin embargo nunca lo serán más de lo que lo es la arquitectura que ellos dicen diseñar. Dicho esto, podríamos invertir el juego, ¿no será, más bien, que es la arquitectura la que nos diseña a nosotros? La arquitectura es, tal vez, la autora original, como una araña que diseña su tela.


  1. Roland Barthes. (1984). El susurro del lenguaje. Más allá de la palabra y de la escritura. Cap: La muerte del autor. Barcelona: Editorial Paidós. Pp. 65-72 . Para fines de nuestro argumento, lo mejor sería no poner el nombre de ningun autor en particular. Desafortunadamente, esto resultaría una falta de concideración. 

 

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Los trabajos y los días del arquitecto https://arquine.com/los-trabajos-y-los-dias-del-arquitecto/ Sat, 04 Oct 2014 16:27:42 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/los-trabajos-y-los-dias-del-arquitecto/ En el día nacional del arquitecto, más allá de consignas autocelebratorias en las redes sociales, tal vez habría que preguntarse cuáles son las condiciones de trabajo de los arquitectos, a quiénes sirven, para quiénes trabajan y, también, quiénes los representan

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Según el “portal del empleo” del Gobierno de México, en el segundo trimestre de este año había 187 mil profesionistas de la arquitectura, el urbanismo y el diseño, ocupados, de los cuales el 76.1% son hombres y sólo el 23.9% mujeres. De esos 187 mil profesionistas, 35.1% tienen más de 45 años, 24.5 están entre los 35 y los 44 años, 32.2% tienen de 25 a 34 años y el 8% son menores de 24 años. De los 187 mil, 18.7 % trabajan por su cuenta, 17.3 son empleadores y el 64.1% son empleados. El promedio de ingresos mensuales de los profesionistas de la arquitectura, el urbanismo y el diseño es de 12,414 pesos mensuales —el más alto comparado con otras profesiones. De los 187 mil, el 81.4% trabaja en “actividades afines” a aquellas para las que estudiaron. Grosso modo, en México hay un profesional de la arquitectura, el urbanismo y el diseño por cada 640 habitantes —o, en promedio, por cada 150 familias.

Según la página de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana, en México hay 74 colegios de arquitectos divididos en siete regiones. La región VII, que sólo comprende a Baja California Norte, tiene cinco colegios: Ensenada, Mexicali, Tijuana, Rosario y Tecate. En la ciudad de México, de la región I, sólo hay un colegio. En el sitio web de la FCARM no dice cuántos de los 187 mil profesionistas de la arquitectura, el urbanismo y el diseño que registra el Gobierno Federal son arquitectos ni tampoco cuántos están colegiados en alguno de los 74 colegios. Por supuesto tampoco dice cuántos son hombres y cuántos mujeres ni los rangos de edad de la mayoría de sus afiliados. Mucho menos un promedio de ingresos mensuales ni cuántos trabajan por su cuenta, son empleados o empleadores. El sitio web del Colegio de Arquitectos de la ciudad de México y de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos tampoco incluye ningún dato que se pueda contrastar con la información oficial. No dice cuántos de los 187 mil profesionistas de la arquitectura, el urbanismo y el diseño son arquitectos que residan y trabajen en la ciudad de México ni cuántos de esos son sus agremiados.

¿Cuántos de esos arquitectos estarán representados por alguno de los 74 colegios en las siete regiones en que la FCARM divide al país? Cuando Guillermo Martín Marrufo Ruiz, presidente del CEN de la FCARM, dice, por ejemplo, que “los arquitectos mexicanos estamos convencidos que a través de nuestro quehacer profesional transformamos la conducta, la salud y el bienestar de la sociedad”, ¿a nombre de quién habla? O cuando en el Colegio de Arquitectos de la ciudad de México celebra el “10º aniversario del día nacional del arquitecto” con un “magno desayuno” teniendo como invitado a Miguel Ángel Mancera, el Jefe de Gobierno de la ciudad de México cuya gestión no ha sido particularmente propositiva ni mucho menos inteligente en materia de urbanismo y arquitectura, ¿a nombre de quién se organiza el evento con valet parking no incluido? De los más de 121 mil profesionistas de la arquitectura, el urbanismo y el diseño menores de 45 años y de los más de 119 mil que son empleados por otra persona o empresa, ¿cuántos asistieron al magno desayuno en compañía de tan ilustre personaje?

Sea Obama, Peña o Mancera, el líder de un sindicato o el de un movimiento estudiantil, la representación o, más bien, la posibilidad de que uno o unos cuantos representen a un grupo del que se supone cierta unidad, está en crisis si no es que rota. La desconfianza en los políticos y cualquier tipo de representante lleva rápido al descrédito de las políticas y, finalmente, de lo político. Los organismos que pretenden representar a los profesionales de la arquitectura parecen seguir atrapados, como la mayoría de los modelos de representación política, en esquemas que ya han sido rebasados, muchos de ellos derivados, en el caso mexicano, de formas y formulismos que se consolidaron junto con el clientelismo priista que, además, se dio en una época de relativo crecimiento económico. En el día nacional del arquitecto, más allá de magnos desayunos, brindis y consignas autocelebratorias en las redes sociales, tal vez habría que preguntarse cuáles son las condiciones —las nuevas condiciones— de trabajo de los arquitectos, a quiénes sirven, para quiénes trabajan y, también, quiénes los representan. Esperemos al próximo año.

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Premio Imperial a Ricardo Legorreta https://arquine.com/premio-imperial-a-ricardo-legorreta/ Tue, 12 Jul 2011 04:24:19 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/premio-imperial-a-ricardo-legorreta/ Con motivo de su centenario, la Asociación de Arte de Japón crea el Praemium Imperiale en 1988, galardón que hoy se constituye como el más prestigioso e importante premio de arte otorgado en el mundo en cinco categorías: Pintura, Escultura, Arquitectura, Música y Teatro/Cine.

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Con motivo de su centenario, la Asociación de Arte de Japón crea el Praemium Imperiale en 1988, galardón que hoy se constituye como el más prestigioso e importante premio de arte otorgado en el mundo en cinco categorías: Pintura, Escultura, Arquitectura, Música y Teatro/Cine. Los premiados son reconocidos por sus logros, su impacto internacional y aportes al crecimiento del mundo de las artes y la comunidad global.

Este año, en su 23° edición, por primera vez un mexicano figura en la lista de los premiados, el arquitecto Ricardo Legorreta ganador de éste premio en el reglón de arquitectura, comparte honores con Judi Dench (Gran Bretaña) por Teatro/Cine, Seiji Ozawa (Japón) por Música, Bill Viola (Estado Unidos) por Pintura y Anish Kapoor (Gran Bretaña) en la categoría de Escultura.

El premio será entregado en Tokio el 19 de octubre por el Príncipe Hitachi, hermano del Emperador Akihito. Entre el listado de artistas que han sido premiados en anteriores ediciones encontramos a Ingmar Bergman, Leonard Bernstein, Peter Brook, Anthony Caro, Christo y Jeanne-Claude, Dietrich Fisher-Dieskau, Jean-Luc Godard, David Hockney, Willem de Kooning, Akira Kurokawua y los arquitectos Norman Foster, Frank Ghery, y Renzo Piano.

A sus 80 años, Ricardo Legorreta es uno de los arquitectos vivos más significativos de México, en 1999 recibió la Medalla de Oro de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) y en el año 2000 la prestigiosa Medalla de Oro del Instituto Americano de Arquitectos (AIA). Hoy, comparte despacho con su hijo Víctor, y continúa activo trabajando en importantes proyectos públicos y privados, destacando este año la Escuela de Diplomacia de la Universidad de Georgetown en Doha, Qatar.


The American University in Cairo. Foto: Yona Schley


Texas A&M University in Qatar. Foto: Yona Schley


Televisa. Foto: Lourdes Legorreta


Casa Kona. Foto: Lourdes Legorreta


Museo Laberinto. Foto: Allen Vallejo


Hotel Camino Real – Ciudad de México. Foto: Armando Salas Portugal


Museo Fort Worth. Foto: Lourdes Legorreta


Hacienda Matao. Foto: Cristiano Mascaro


Edificio Postgrado Fac. Economía, UNAM. Foto: Allen Vallejo


Casa Reno. Foto: Lourdes Legorreta


Casa Japón. Foto: Katsuhisa Kida


Carnegie Mellon University, Qatar. Foto: Yona Schley

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