Resultados de búsqueda para la etiqueta [Arquine 102 ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 27 Jan 2023 13:47:26 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Cascarones sin Candela https://arquine.com/cascarones-sin-candela/ Fri, 27 Jan 2023 13:47:26 +0000 https://arquine.com/?p=74612 En el libro La estela de Félix Candela. Cascarones de concreto armado en México y el mundo (2021), cuya premisa fue que no figurara ni una obra construida por él, aparecen decenas de ejemplos diseñados bajo su influjo en varios países a ambos lados del Atlántico, pero quedaron fuera de la publicación otros que merecen atención. A continuación, se presentan tres de ellos: la cubierta de la terraza de visitantes de Bacardí Puerto Rico, Miami; una en Ciudad de México y otra más en el Paraguay.

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Este ensayo es parte del contenido del número 102 de la revista Arquine: Estructuras.

 

Hace 25 años, Miquel Adrià me invitó a escribir para una nueva revista que estaba por salir y que se llamaría Arquine. En su segundo número se publicó el artículo “Félix Candela, el mago de los cascarones de concreto”, y su aparición a finales de 1997 coincidió, tristemente, con la muerte del arquitecto español exiliado en México. Desde entonces ha corrido mucha tinta sobre este genio del diseño estructural. “¿Hay algo nuevo que decir sobre Candela?”, me preguntó Miquel cuando me invitó a colaborar en esta Arquine 102, dedicada a las estructuras arquitectónicas. Claro que sí: aún nos seguimos sorprendiendo con nuevos hallazgos sobre su vida y su obra, pero sobre todo por la influencia que tuvo en otros autores que quedaron a la sombra del maestro en aquella “época de oro” de las estructuras laminares resistentes por forma.

En el libro La estela de Félix Candela. Cascarones de concreto armado en México y el mundo (2021), cuya premisa fue que no figurara ni una obra construida por él, aparecen decenas de ejemplos diseñados bajo su influjo en varios países a ambos lados del Atlántico, pero quedaron fuera de la publicación otros que merecen atención. A continuación, se presentan tres de ellos: la cubierta de la terraza de visitantes de Bacardí Puerto Rico, Miami; una en Ciudad de México y otra más en el Paraguay.

Una palapa pétrea en Puerto Rico

El grupo cubano SACMAG (Sáenz, Álvarez, Cancio, Martínez y Gutiérrez) coordinó desde La Habana, en 1958, el proyecto de la planta embotelladora Bacardí-México en el que Mies van der Rohe y Félix Candela levantaron dos de sus obras maestras. El socio más joven de aquel consorcio era el arquitecto Enrique “Henry” Gutiérrez (La Habana, 1931-Miami, 2017), a quien le tocó viajar a México para supervisar los trabajos, y quedó fascinado con los cascarones de concreto que vio construir.

Tras la Revolución Cubana, “Henry” Gutiérrez emigró a Puerto Rico y recibió el encargo de proyectar la nueva sede de Bacardí en el municipio de Cataño, en la ribera de la Bahía de San Juan. El conjunto incluía una terraza para visitantes que cubrió con un espectacular cascarón de concreto posado en cuatro apoyos, el cual brinda una generosa sombra a los usuarios a modo de “palapa pétrea”. 

La solución sigue el principio geométrico de la capilla de San Vicente de Paul en Coyoacán (Enrique de la Mora y Félix Candela, 1959), aunque ésta se resuelve con tres cascarones de borde recto que no se tocan hacia el interior. La otra diferencia es que la cubierta boricua elimina los cerramientos exteriores para conseguir ventilación cruzada, como sucedía en el bar La Jacaranda que Candela construyó a orillas de la playa en el Hotel Presidente de Acapulco (Juan Sordo Madaleno, 1957), protegido por una grácil bóveda por arista con bordes curvos que fue demolida cuando se amplió el hotel.

Henry Gutiérrez diseñó también el edificio corporativo de Bacardí en Miami, inaugurado en 1963 y declarado monumento histórico de la ciudad en 2009. 

 

Miami Marine Stadium, tribuna diseñada por Hilario Candela. Cortesía: José Ignacio del Cueto Ruiz-Funes.

El otro Candela

El arquitecto Hilario Candela (La Habana, 1934- Miami, 2022) estudió la carrera en el Georgia Institute of Technology (Georgia Tech) y regresó a Cuba en 1958 para trabajar en SACMAG, donde se contagió del entusiasmo de “Henry” Gutiérrez por los cascarones de Félix Candela (con quien, por cierto, no tenía lazos familiares cercanos), lo que influyó en el diseño para el Miami Marine Stadium (1963), una tribuna frente a la bahía desde la que siete mil espectadores podían admirar las carreras de lanchas rápidas y otros espectáculos acuáticos protegidos del sol por una gran cubierta en voladizo.

Con una estética brutalista, la tercera parte de la estructura de concreto del Miami Marine Stadium está asentada en el agua, a modo de palafito, sobre pilotes que se hincan en el fondo de la bahía para sostener la parte baja del graderío, mientras que la parte alta y la gran cubierta se asientan en tierra firme por medio de un ingenioso sistema de apoyos inclinadas dispuestos en grupos de tres, a modo de trípode invertido. 

Tras los destrozos que causó el huracán Andrew en Miami (1992), las autoridades decidieron cerrar el estadio pese a que su estructura no había sufrido mayores daños, por lo que grafiteros se apropiaron del inmueble, quienes utilizaron sus superficies como paños pictóricos, mientras que skaters gozaron de la superficie alabeada de la cubierta para realizar sus suertes acrobáticas. El estadio estuvo al borde de la demolición, pero se salvó gracias a la opinión pública y el propio Hilario Candela participó en el proyecto de remodelación que hace unos años se vio beneficiado con una beca del programa Mantelo Moderno de la Fundación Getty.

El otro Candela falleció a principios de este año a causa del COVID, sin haber podido ver el inicio de los trabajos de restauración de su obra más famosa, la primera y única con este tipo de estructura entre las muchas que hizo en su prolongada carrera profesional en Florida.

 

Restaurante del Lago, con una estructura diseñada por Alfonso Ramírez Ponce. Cortesía: LagoAlgo.

Un cascarón junto al lago

En los años sesenta del siglo pasado, el arquitecto mexicano Leónides Guadarrama proyectó varios edificios culturales, recreativos y de servicio para la segunda sección del Bosque de Chapultepec, entre los que destaca el elegante Restaurante del Lago. En su diseño colaboró Alfonso Ramírez Ponce, que había sido alumno de Félix Candela en la Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM (ENA, hoy Facultad). El concepto estaba claro desde el principio: aprovechando la pendiente del terreno a orillas del lago, el comedor se concebía como un auditorio en el que los comensales serían los espectadores con vistas al cuerpo de agua, el cual fue entendido como escenario, con el bosque como telón de fondo.

El joven arquitecto diseñó una cubierta de grandes claros con dos paraboloides hiperbólicos asimétricos, que refería metafóricamente a un ave posada en la ribera del lago desplegando sus alas para alzar el vuelo. La propuesta del joven arquitecto fue aceptada por Guadarrama, quien encomendó el cálculo de la compleja estructura a la prestigiosa firma DIRAC (Diseño Racional, S.A.). El reto fue resuelto por el ingeniero paraguayo Luis Fernando Meyer, quien trabajaba en la firma de calculistas tras haber pasado por Cubiertas Ala, la empresa de Candela.

La experiencia en el proyecto de este cascarón junto al lago marcó el inicio de la brillante carrera de Alfonso Ramírez Ponce en el campo de las estructuras laminares, aunque las haría de ladrillo y no de concreto. Su pasión por la geometría y la construcción lo llevó a convertirse en un maestro en el diseño y construcción de bóvedas tabicadas, siguiendo la escuela de constructores de este tipo de cubiertas como Rafael Guastavino o Eladio Dieste. 

Durante muchos años, el Restaurante del Lago fue el lugar más exclusivo de la Ciudad de México. Con el paso del tiempo sufrió diversas remodelaciones que alteraron su fisonomía interior, y fue perdiendo su glamour hasta entrar en crisis. Durante la pandemia fue reconvertido en un centro cultural de altos vuelos rebautizado como LagoAlgo. Una afortunada intervención recuperó el protagonismo original del primer cascarón. 

Cruz monumental en Paraguay, diseñada por Meyer&Meyer. Cortesía: José Ignacio del Cueto Ruiz-Funes.

Una cruz monumental en el paisaje

El ingeniero Luis Fernando Meyer Canillas inició su carrera en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Asunción (FIUNA) y en el transcurso obtuvo la beca Fulbright para proseguir sus estudios en la Universidad Tecnológica de Texas (Texas Tech University), donde egresó como ingeniero civil. Posteriormente estudió en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign el Master of Science en ingeniería estructural con énfasis en el comportamiento del concreto en estructuras laminares. Allí quedó admirado con las estructuras que se hacían en México y solicitó trabajo a Cubiertas Ala. 

A su regreso al Paraguay fundó la empresa Meyer&Meyer, dedicada al diseño y construcción de estructuras de concreto armado, y a la fecha sigue construyendo cascarones, siendo el más una cruz monumental en Villa Florida, departamento de Misiones. Su fuste rebasa los 30 metros de altura y sus brazos están realizados con delgadas láminas de paraboloides hiperbólicos en cantilever, perforadas para disminuir el empuje del viento. El diseño está inspirado en la cruz que Candela construyó en la Capilla de Palmira en Cuernavaca (Guillermo Rossell de la Lama y Manuel Larrosa, 1959), pero sus dimensiones son colosales.

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Palacio Pereira https://arquine.com/obra/palacio-pereira/ Sun, 18 Dec 2022 15:14:59 +0000 https://arquine.com/?post_type=obra&p=73547 Para el Palacio Pereira, se elegió una estructura isotrópica: ruidosa, porosa, lineal. Una estructura que hace alarde de cómo se traslada la fuerza desde arriba hasta abajo. Se va deformando según los requerimientos de cada nivel. Es una especie de trama muy flexible que, mientras resuelve aspectos complejos, opera de manera muy eficiente.

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En el caso del Palacio Pereira, se elegió una estructura isotrópica: ruidosa, porosa, lineal. Es una estructura que hace alarde de cómo se traslada la fuerza desde arriba hasta abajo. De hecho, se va deformando según los requerimientos de cada nivel. Es una especie de trama muy flexible que, mientras resuelve aspectos complejos, opera de manera muy eficiente. La estructura que se añade es la que da carácter al edificio. Esto tiene que ver con que vivimos en un país en el que las normativas nos permiten trabajar con una estructura expuesta. No estamos obligados a cubrir con múltiples capas al proyecto.

Tenemos el privilegio de poder trabajar las estructuras en un código, digamos, más modernista. La ventaja que tiene esto es que la estructura puede ser directamente partícipe de la experiencia de la arquitectura. Creemos en una arquitectura que no solamente opera en ámbitos simbólicos y, por supuesto, culturales, sino también en términos tecnológicos. La separación entre estructura y arquitectura es un dilema que no existe en nuestro trabajo. Siempre pensamos, desde el primer día del proyecto, cómo lo vamos a construir.

Pero lo que nos interesa mucho es partir desde el ambiente, no desde el sistema material. Partimos de cuál es la cualidad del espacio que queremos construir y, de esa cualidad, definimos cuál será la estructura. En el caso del Palacio Pereira teníamos que producir un diálogo entre el siglo XIX y el siglo XXI, tiempos que iban a estar colapsados en un espacio acotado y en proximidades muy críticas.

¿Cuál era la textura, cuál era el ambiente que tenía que aportar esta nueva entidad que los unía?

Una vez que el edificio se construye ya no estamos hablando de dos edificios que tienen una conversación en dos tiempos. Otro aspecto que influyó en el por qué llegamos a esta estructura tiene que ver con que ese patio tenía galería y, por lo tanto, esas fachadas no eran planos donde el sol rebotaba, sino que, al ser fachadas profundas, había un juego de sombras. El sol dibujaba líneas, dependiendo de las horas del día.

Nos interesaba mucho que el edificio nuevo pudiera recuperar aquella densidad de la fachada. En general, ése fue un poco el proceso: pensamos en una imagen, en una experiencia. A partir de esto, decidimos qué sistema material usaríamos. No hablamos de materia ni de sistemas constructivos, sino de un sistema material. Entendemos la materialidad como una articulación de todos los aspectos que tienen que ver con la parte física, háptica, de la arquitectura. Esto ha sido muy importante para nosotras, ya que tiene que ver con permitir, de manera estructural y espacial, las posibilidades de que un proyecto sea ocupado de maneras muy distintas a las que hoy imaginamos. La estructura del espacio material debe permitir esas transformaciones y esas apropiaciones futuras. Para eso, hay ciertos conceptos que nos interesan que tienen que ver con la neutralidad, con las plantas genéricas, con tratar de alejarse lo más posible de la respuesta ergonómica. 

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Ensamble Fábrica
 https://arquine.com/obra/ensamble-fabrica/ Sat, 17 Dec 2022 15:02:07 +0000 https://arquine.com/?post_type=obra&p=73531 Ensamble Fábrica es la instalación de prototipos y el laboratorio de fabricación de Ensamble Studio en Madrid. Es un lugar de trabajo y la puesta a prueba de una tecnología de construcción híbrida que la firma ha desarrollado en los últimos años, con el fin de innovar la manera en la que se construyen estructuras de gran altura utilizando la prefabricación.

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Ensamble Fábrica es la instalación de prototipos y el laboratorio de fabricación de Ensamble Studio en Madrid. Es un lugar de trabajo y la puesta a prueba de una tecnología de construcción híbrida que nuestra firma ha desarrollado en los últimos años, con el fin de innovar la manera en la que se construyen estructuras de gran altura utilizando la prefabricación. El edificio está compuesto por 12 pórticos idénticos y tiene un volumen de 58 x 18 x 12 metros de alto. Incluye un hangar abierto de cuatro pisos de altura, así como oficinas y espacios de apoyo.

El encofrado de acero galvanizado que se usa en cerchas y columnas es liviano, fácil de fabricar y montar en su posición final, donde se llena con concreto para convertirse en una estructura monolítica. La envolvente sigue la forma y modulación de la estructura para albergar un espacio interior monumental, inundándolo de luz y ventilación natural. Los componentes prefabricados que componen Ensamble Fábrica fueron diseñados en un entorno BIM que integraba todas las etapas y disciplinas: desde el diseño y la ingeniería hasta la construcción y la operación. El diseño adoptado y los métodos de fabricación facilitaron el control de tiempo y costo, produciendo el encuentro entre calidad y economía. Este edificio, como contenedor y contenido, está destinado a transformar la forma en que los edificios suelen diseñarse, desde su ingeniería hasta su construcción.

Hoy en día la industria de la construcción es una de las más obsoletas y reacias a innovar. Seguimos derrochando recursos en transportar materiales, herramientas y personas al lugar donde se levanta el edificio; el trabajo se realiza localmente, muchas veces en condiciones climáticas y laboralmente adversas; y todo el proceso es altamente ineficiente. El edificio está sujeto a la disponibilidad y mercado del lugar donde se asienta. Todo esto significa que muchas de las tecnologías de vanguardia (es decir, fabricación digital, automatización y robótica) aún no han sido introducidas en los procesos constructivos más redundantes y repetitivos. Algo que en otras industrias garantiza calidad, eficiencia, seguridad y economía, en la construcción todavía parece un sueño lejano.

Tras años trabajando como arquitectos, constructores y, más recientemente, fabricantes de nuestras propias obras, Ensamble Fábrica estará equipada para apoyar nuestros esfuerzos y proyectos, desarrollar los espacios con los que soñamos y, así, entregar piezas de construcción que sean rápidas y seguras mediante su ensamblado in situ, en cualquier parte del mundo.

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Casa B https://arquine.com/obra/casa-b/ Fri, 16 Dec 2022 14:33:34 +0000 https://arquine.com/?post_type=obra&p=73494 El cliente contaba con una casa con un techo a dos aguas y de un solo piso, pero la estructura tenía bastantes problemas de diseño. Pide diseñar solamente un sótano, se le convence de poder dejar la planta libre y colgar del techo una habitación, teniendo en mente la Casa en Leiria de Aires Mateus. A nivel conceptual, ésta casa se escondiera de sí misma. Por eso, comenzamos planteando el volumen que cuelga del techo, primero con un techo de madera, lo que causaría que toda la estructura, de abajo hacia arriba, fuera de concreto.

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Proyecto publicado en Arquine No. 102 | Estructuras. Invierno 2022

El cliente contaba con una casa con un techo a dos aguas y de un solo piso, pero la estructura tenía bastantes problemas de diseño. Nos pide diseñar solamente un sótano, pero lo convencemos de poder dejar la planta libre y colgar del techo una habitación, teniendo en mente la Casa en Leiria de Aires Mateus. A nivel conceptual, queríamos lograr una casa que se escondiera a sí misma. Por eso, comenzamos planteando el volumen que cuelga del techo, primero con un techo de madera, lo que causaría que toda la estructura, de abajo hacia arriba, fuera de concreto.

Lo primero que hicimos fue cavar un huevo grande de 16 x 16 metros para hacer una cimentación que permitiera colocar las columnas donde fuera para, después, colocar los muros de contención. Compramos el concreto, pero estafaron al cliente y sólo llevaron la mitad de lo que se adquirió. Si no construíamos las cuatro paredes de contención de este hueco se crearía una gruta fría y tendríamos que demoler. A las diez de la noche, el contratista llevó a muchísimos albañiles para fabricar la otra mitad del concreto. Eso creó una especie de ola: del piso a una altura aproximadamente de 1.20 metros, el concreto tiene un matiz que tiende a lo rojo. De ese punto hacia arriba, el concreto es gris. Sin embargo, dos materiales distintos se fundieron uno al unísono de otro. De manera general, el proyecto tiene una estructura muy particular, ya que el techo tiene once metros de altura, la más larga a nivel residencial que existe en Cuba. Además, la habitación que sostiene el techo crea problemas estructurales que debemos resolver, porque toda la planta queda libre y vuelve necesario instalar una viga invertida de 14 metros. 

La aparte de debajo de la casa mira hacia sí misma. La parte pública del proyecto no tiene paredes: son ocho columnas. Lo que buscábamos es que la estructura fuera lo más liviana posible para que las dos fachadas pudieran funcionar. Hay una fachada exterior, hecha con tabla de palma que, además de la cuestión estética, responde a su contexto. La casa está frente al mar y los huracanes en Cuba son bastantes fuertes. La manera de luchar contra este fenómeno es con fricción. Si separamos las tablas de palma, el aire entrará, pero con menos velocidad. Dentro de esta primera fachada, hay un cubo de 10 x 10 metros, donde se encuentra la casa y se puede poner el aire acondicionado. 

El albañil que construyó esta casa nunca había hecho una obra así. Su experiencia era con los enchapes, techos con alturas de 3 metros, etc. Asimismo, nuestro ingeniero estructural acudía todo el tiempo a la obra para resolver día con día cómo hacer este trabajo. El cliente tomó un riesgo grande. En Cuba, no se había hecho antes una viga invertida de estas dimensiones. Todo el mundo nos dijo que la casa no podía realizarse, sobre todo ingenieros. Nosotros no tenemos ninguna experiencia en la construcción, y los ingenieros y albañiles sí, pero nunca habían tenido un encargo para el sector privado. Sin embargo, el calculo estructural nos decía que todo se podía llevar a cabo. Otros ingenieros nos decían que no iban a calcular más de cinco metros de altura para el techo. Pero encontramos quien pudiera asumir el reto. Nosotros le entregamos nuestra propuesta ideal y él fue quien calculó. El resultado es que la casa funciona de manera sistémica, todas sus partes se relacionan entre sí, aspecto que ayuda mucho a la estructura. Pero nuestro trabajo está ligado mucho a las ideas.

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Lago|Algo https://arquine.com/obra/lagoalgo/ Thu, 15 Dec 2022 21:01:20 +0000 https://arquine.com/?post_type=obra&p=73465 Lago|Algo es un centro cultural creado y administrado por CMR y OMR, ubicado en el Bosque de Chapultepec, Ciudad de México. El proyecto arquitectónico consistió en la reprogramación del edificio existente que fue originalmente diseñado por Leónides Guadarrama y Alfonso Ramírez Ponce en 1964 y posteriormente renovado por Javier Sordo Madaleno en 1998.

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Lago|Algo es un centro cultural creado y administrado por CMR y OMR, ubicado en el Bosque de Chapultepec, Ciudad de México. El proyecto arquitectónico consistió en la reprogramación del edificio existente que fue originalmente diseñado por Leónides Guadarrama y Alfonso Ramírez Ponce en 1964 y posteriormente renovado por Javier Sordo Madaleno en 1998.

El objetivo urbano del proyecto es regenerar la segunda sección del Bosque de Chapultepec ofreciendo un nuevo programa público que enfatiza el arte contemporáneo y la comida sostenible, forjando así nuevas tensiones dentro de la infraestructura recreativa y cultural existente del parque.

Notamos que a lo largo de la historia arqueológica del edificio, el objetivo arquitectónico del proyecto original de 1964 era la contención de diferentes espacios contiguos – que juntos formaban un restaurante – mediante un techo de paraboloide hiperboloide. El propósito principal de la renovación espacial de los años 90 fue ofrecer diferentes posibilidades espaciales para la producción de eventos privados, primero agregando nuevos espacios adyacentes a la estructura original y segundo dividiendo el espacio del restaurante existente en dos, lo que espacialmente significó que los visitantes no pudieran apreciar el techo paraboloide hiperboloide completo.

El objetivo principal de nuestro diseño arquitectónico fue comprender el proyecto original y sus diferentes modificaciones y así transformar el edificio en un espacio público de galería y restaurante. Nuestro enfoque fue desarrollar un plan que exhibiera la estructura original del edificio para integrar distintos espacios abiertos que pudieran proporcionar la flexibilidad requerida para que el edificio albergará distintos tipos de exposiciones.

Durante nuestra búsqueda para recuperar el techo previamente fragmentado, decidimos reformular los límites espaciales entre los diferentes espacios a través de la integración de distintos desniveles y muros bajos. Fue así, que decidimos integrar distintos umbrales para separar los diferentes programas y al mismo tiempo conectarlos visualmente. De esta manera, siempre se mantiene la interacción visual con el techo de paraboloide hiperboloide continuo que se considera la principal característica arquitectónica de todo el espacio.

El lenguaje estético de nuestra intervención muestra la estructura original y la crudeza con la que esta fue afectada a lo largo del paso del tiempo. Desnuda y enseña todos sus elementos con la intención de generar un espacio pedagógico en donde es posible apreciar la lógica constructiva del edificio y su techumbre. Al mismo tiempo, la techumbre muestra de forma cruda las distintas cicatrices que exponen los trazos invisibles de las múltiples particiones espaciales que se generaron por cuestiones económicas, políticas y sociales a lo largo de la historia del edificio.

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El Jardín Anatole https://arquine.com/obra/el-jardin-anatole/ Thu, 15 Dec 2022 17:20:40 +0000 https://arquine.com/?post_type=obra&p=73443 El Jardín Anatole surge de un vacío residual en la Ciudad de México con potencial de densidad, donde el patio de una casa con valor histórico se convirtió en un edificio de usos mixtos. Debido a la plusvalía de la zona, pocos inmuebles cuentan con áreas libres de construcción, por lo que una de las premisas del diseño fue difuminar los limites entre lo público y lo privado creando un espacio público de conexión con la ciudad.

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Proyecto publicado en Arquine No. 102 | Estructuras. Invierno 2022

El Jardín Anatole surge de un vacío residual en la Ciudad de México con potencial de densidad, donde el patio de una casa con valor histórico se convirtió en un edificio de usos mixtos. 

Debido a la plusvalía de la zona, pocos inmuebles cuentan con áreas libres de construcción, por lo que una de las premisas del diseño fue difuminar los limites entre lo público y lo privado creando un espacio público de conexión con la ciudad.

Como resultado de nuestra continua investigación por encontrar materiales y sistemas constructivos alternativos de bajo impacto, surge el uso de la madera como elemento principal para la construcción de El Jardín Anatole, el primer edificio con estructura de madera en México. De esta forma la expresión arquitectónica se basa en el sistema estructural para crear una caja de madera sostenida por una única columna en “V” de acero que flota sobre una plaza pública, llena de vegetación endémica.

El programa responde a la condición del lugar con un local comercial en planta baja, que libera la estructura para componer un espacio continuo con la plaza. Posteriormente se desarrollan tres niveles de oficinas regidos por la modulación de la madera estructural con la finalidad de generar espacios flexibles, libres de columnas intermedias.

El uso de pocos materiales, la orientación y la eficiencia estructural permitieron crear un edificio que resalta por su simplicidad para convertirse en un oasis en medio de la urbe.

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Arriba y abajo. Las posibilidades de la arquitectura del viaducto de la calle seis de Maltzan https://arquine.com/obra/arriba-y-abajo-las-posibilidades-de-la-arquitectura-del-viaducto-de-la-calle-seis-de-maltzan/ Wed, 14 Dec 2022 17:26:23 +0000 https://arquine.com/?post_type=obra&p=73387 Tras una década en desarrollo, el viaducto de la Calle Sexta de Los Ángeles abrió al público a principios de julio de 2022 entre fanfarria y caos. Diez pares de arcos de concreto, cada uno inclinado expresivamente hacia afuera 9 grados, se iluminaron con luces LED azules y rojas. Un proyecto del arquitecto Micheal Maltzan junto con la firma de ingeniería HNTB, del expresivo puente en forma de cinta enmarca su diseño como uno de equidad y accesibilidad.

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Proyecto publicado en Arquine No. 102 | Estructuras. Invierno 2022

Un texto por Mimi Zeiger | @loudpaper

Tras una década en desarrollo, el viaducto de la Calle Sexta de Los Ángeles abrió al público a principios de julio de 2022 entre fanfarria y caos. Diez pares de arcos de concreto, cada uno inclinado expresivamente hacia afuera 9 grados, se iluminaron con luces LED azules y rojas. El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, se unió a políticos locales y al arquitecto del puente, Michael Maltzan, para el corte de listón y los eventos de apertura que dieron la bienvenida a los residentes de Los Ángeles para ocupar la carretera de poco más de 1 kilómetro de largo antes de que se llenara de tráfico de automóviles.

Construido en 1932, el puente art déco original fue demolido en 2016 debido al deterioro de su integridad estructural, causado por reacciones de álcali-sílice, o “cáncer del concreto”. Su reemplazo es un viaducto atirantado con un costo de $588 millones que cruza el río L.A., uniendo el canal de concreto que se hizo famoso en películas como Terminator 2: Judgment Day y Repo Man. A medida que la carretera conecta el vecindario de Boyle Heights con el Arts District, anteriormente industrial y ahora gentrificado, sus arcos saltan sobre 18 pares de vías férreas y la autopista US 101. Durante el fin de semana inaugural, un desfile de relucientes lowriders avanzó lentamente por la plataforma, una representación de la cultura chicana de Boyle Heights.

Vistos desde el lado este, esos arcos enmarcan monumentalmente el creciente horizonte del centro de Los Ángeles. En la orilla oeste opuesta, la rampa de la calzada se desliza sin incidentes en el tejido urbano (eventualmente, una Plaza de las Artes se esconderá, como un troll, debajo de este extremo del puente). Los arcos espectaculares quedan empequeñecidos ópticamente por los almacenes convertidos en oficinas de tecnología y lofts de alta gama, y ​​el complejo de gran altura de uso mixto pendiente: 670 Mesquit de BIG.

El arquitecto Michael Maltzan, diseñador junto con la firma de ingeniería HNTB, del expresivo puente en forma de cinta enmarca su diseño como uno de equidad y accesibilidad. Creo que debemos exigir más de la infraestructura: qué puede ser, qué puede hacer y cómo puede participar en la ciudad”, dice Maltzan. Como mínimo, debemos pasar de ser una línea que a menudo divide la ciudad a una que tenga la ambición de conectar verdaderamente y unir a la ciudad”.

El esquema de Maltzan y HNTB enfatiza la multimodalidad: aceras para peatones y carriles exclusivos para bicicletas de 3 metros de ancho flanquean la calzada. Hay cinco conjuntos de escaleras y dos rampas; una de las rampas es una estructura helicoidal de 14 metros de alto y 240 de largo que permite el acceso al nivel del suelo. Allí está en construcción el Proyecto del mejoras de la conectividad y las artes del Parque de la Calle Sexta (PARC), de $30 millones, diseñado por Hargraves Jones. Programado para abrir en dos años, proporcionará casi 5 hectáreas —gran parte de ellas con sombra— de espacio recreativo debajo del puente.

En la conversación, Maltzan considera los posibles usos futuros de la infraestructura y ve la calzada del viaducto y las rampas de conexión como un nuevo tipo de espacio cívico, que podría ser un lugar no sólo para automóviles, sino también para el activismo, la cultura y la celebración. Pero si las festividades estaban destinadas a demostrar cómo el puente podría presentar una conexión optimista entre vecindarios, lo que sucedió después del anochecer afirmó que no siempre es posible predecir, y mucho menos prescribir o regular, cómo las personas pueden ocupar una parte de la infraestructura urbana.

A los pocos días del corte de la cinta, las redes sociales se llenaron de videos: un corte de cabello en el camellón central, personas trepando por los arcos, peatones deteniendo el tráfico. Un usuario de Reddit publicó un video de un automóvil haciendo piruetas a mitad de camino, lo que llevó a otros a hacer lo mismo y provocó que la policía de Los Ángeles cerrara el puente durante varias noches seguidas. El diseño de Maltzan no incluye una barrera en el camellón central, por lo que más tarde se agregaron topes de velocidad para reducir la velocidad de los conductores arriesgados y se instaló una valla temporal de malla de alambre para evitar que la gente escale.

Pero tratar de controlar cómo se usa la infraestructura parece contrario a la misión del diseño. Su éxito no depende de cómo se desempeñe como cruce para automóviles y autobuses, sino de cómo une a las personas. Y esto no depende de los vehículos que funcionan con combustibles fósiles o los puntos de control de la policía.

Hay un plan para que la rampa para bicicletas del puente se conecte con un carril para bicicletas que se extenderá por toda la orilla occidental del canal —desde el valle hasta el puerto— como parte del plan maestro del río L.A. Y la Ciudad está en conversaciones con Metro sobre una parada de tren ligero en el Arts District, al pie del viaducto. Estas conexiones son tan esenciales como las vigas de concreto y los robustos arcos para lograr hacer una pieza arquitectónica de infraestructura que apoye a la gente de Los Ángeles.

 

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Mirador Barranca de San Marcos https://arquine.com/obra/mirador-barranca-de-san-marcos/ Tue, 13 Dec 2022 14:10:45 +0000 https://arquine.com/?post_type=obra&p=73330 Emplazado en una cañada, lo cual obligó a plantear una intervención a nivel topográfico, y diseñado por Miguel Montor. Una conversación entre la topografía y las estructuras, que se acondicionaron en el terreno para establecer un programa de talleres, con un edificio horizontal, y la vigilancia, con una especie de faro en vertical.

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Proyecto publicado en Arquine No. 102 | Estructuras. Invierno 2022

Este proyecto tuvo dos estrategias. Por un lado, está emplazado en una cañada, lo cual obligó a plantear una intervención a nivel topográfico. Por otro, la topografía debía tener una seguridad operativa: el suelo debía poderse adecuar para que las estructuras pudieran asentarse. A su vez, vislumbramos dos posibilidades de leer las estructuras. Si ya acondicionamos el terreno, todo se trataba, simplemente, de poner unas losas que pudieran asentarse en la topografía para establecer el programa de talleres y vigilancia.

La otra parte importante del proyecto era conectar las calles circundantes para obtener un flujo constante de personas, por lo que intervenimos con escalinatas. No era posible gestionar estructuras independientes al terreno, pensando que es un lugar con nulo mantenimiento. Decidimos que las escaleras estuvieran integradas a la topografía y formaran parte de su adecuación. No queríamos instalar una estructura sólo por hacerlo.

Por esto, le dimos una función: abastecer de agua. Buscamos que la pieza vertical, el faro del proyecto, nos sirviera como una torre de agua pequeña y que, por pura gravedad, suministrara el agua al programa de servicios. Asimismo, no solamente es una pieza que destaca visualmente ya que opera como un mirador. La estructura es una torre de agua, un mirador y un punto de referencia vertical. La misma estructura de la pieza debía implicar su economía. Lo que hicimos fue diseñar un núcleo, la torre de concreto rodeada por una especie de armadura: las escaleras que, a su vez, son su fachada. El concreto permitió anclar la pieza y la armadura proveyó la estabilidad necesaria. Por eso, pudimos generar en poco volumen un elemento alto y estilizado.

Nos parecía lógico que el elemento debía parecer estructural: debía verse no como un edificio a habitar, sino como una pieza que perteneciera al lugar. En la oficina siempre creemos que la estructura debe leerse como tal. Intentamos no colocar piezas de más. Todos los elementos verticales cargan y, simplemente, alargamos las cartelas. Dentro de cada cartela hay una armadura que baja y que es el punto de apoyo que contribuye a la misma cara. Es un elemento eficiente y rígido. Entendemos la estructura como algo habitable.

El cargo Mirador Barranca de San Marcos apareció primero en Arquine.

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