Resultados de búsqueda para la etiqueta [Arne Jacobsen ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Sun, 12 Feb 2023 15:53:16 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Gasolinera, arquitectura y ciudad https://arquine.com/gasolinera-arquitectura-y-ciudad/ Tue, 21 Dec 2021 07:23:52 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/gasolinera-arquitectura-y-ciudad/ Un breve estudio nos haría conscientes del desastre que los automóviles y la infraestructura que requieren han generado en el diseño urbano, de cara a las personas que caminan, y eso sin importar si se trata de un diseño genérico o de la obra de un autor prestigiado. Algo querrá decir sobre el sometimiento de ya más de un siglo de nuestras ciudades al automóvil.

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Entre muchas otras cosas, debo a mi hermano mayor el hacerme ver el trabajo de Edward Hopper (1882–1967), artista estadounidense conocido por retratar de la vida en su país. Años más tarde, en una retrospectiva en el Museo Whitney de Nueva York en el 2006, me sorprendió ver sus anotaciones sobre los colores que veía en los bosquejos que antecedían a una pintura. Ya con el catálogo en casa, me llaman la atención un par de pinturas que muestran, casi de reojo, gasolineras en las afueras de la ciudad. En el cine hemos visto infinidad de escenas de esa vida suburbana de los Estados Unidos, donde el automóvil es la base y el ejemplo de las aspiraciones de una familia moderna.

 

Como pasa muchas veces, la curiosidad sin rumbo me llevó a encontrarme con el trabajo fotográfico de Matt Barnes, que retrata gasolineras mostrando su iluminación como un hecho estético, más allá de las implicaciones de estos edificios en las ciudades.

Algunas gasolineras han sido diseñadas por personajes reconocidos en la arquitectura. Arne Jacobsen, por ejemplo, diseñó una que fue fotografiada por Martin Liebscher. Frank Lloyd Wright, Willem M. Dudok, Albert Frey y hasta Ludwig Mies van der Rohe también diseñaron gasolineras. En la de Mies, en Montreal, llenábamos el tanque durante un viaje, cuando estaba en los primeros años de la carrera y ni siquiera sabía quién era el famoso arquitecto.

Hace pocos años, mientras estaba dando un curso en la ciudad de Chihuahua, me llevaron a una gasolinera hecha por el arquitecto Luis Aguilera Marín (1936–2014). Un techo en catenaria, que hace pensar en el trabajo de Félix Candela.

Decidí dibujar junto con las alumnas y los alumnos de la universidad diversas gasolineras y su relación con la ciudad, mediante diagramas de movilidad, al tiempo que dibujábamos algunas de aquellas diseñadas por arquitectos reconocidos. Sorprende —o quizá no tanto— que ni en las de diseño anónimo ni en las de autor hay atención alguna a las personas que caminan, como si sólo el movimiento del automóvil fuera importante. El breve estudio nos hizo más conscientes del desastre que los automóviles y la infraestructura que requieren han generado en el diseño urbano, de cara a las personas que caminan, y eso sin importar si se trata de un diseño genérico o de la obra de un autor prestigiado. Algo querrá decir sobre el sometimiento de ya más de un siglo de nuestras ciudades al automóvil.

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Habitación 606 https://arquine.com/habitacion-606/ Fri, 12 Feb 2016 05:42:05 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/habitacion-606/ La habitación 606 del SAS Hotel, diseñado por Arne Jacobsen, es la única de las 275 del hotel que se conserva en su estado original. Una prueba más —si hacía falta— de la fragilidad de toda obra de arte total cuya integridad, como en cualquier ecosistema, depende de un equilibrio que resulta más aparente una vez que se ha perdido.

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En el centro de Copenhague, en el sexto piso del SAS Royal Hotel, una sola habitación preserva en un microcosmos la obra maestra definitiva de Arne Jacobsen. La habitación 606 es el último interior que sobrevive de la SAS House, un mundo perdido de formas abstractas y experiencias naturales, ejemplo sin paralelo de la arquitectura y el diseño escandinavos en el siglo XX.

Así empieza el libro dedicado a la habitación 606 pero también a todo el hotel y, más aun, a la obra en general de Jacobsen. Arne Jacobsen nació el 11 de febrero de 1902 en Copenhague, donde estudió arquitectura en la Real Academia Danesa de Bellas Artes. Antes de graduarse en 1927, Jacobsen ganó una medalla de plata con una silla que diseñó y presentó en la Exposición Internacional de Artes Decorativas de París, en 1925. Rod Hackney dice que al poco tiempo de graduarse, en 1929, llamó la atención de los círculos de diseño daneses al ganar el concurso para la casa del futuro. “El diseño, trabajado junto con su amigo de escuela Flemming Lassen, se basó en un plano en espiral con un helipuerto en el techo. Aunque para algunos su propuesta resultó una extravagancia, otros vieron una promesa en este joven arquitecto confiándole el diseño de otros proyectos.”

En 1955, Jacobsen fue seleccionado por la SAS —fundada nueve años antes— para diseñar su terminal aérea en Copenhague, que estaría acompañada por un lujoso hotel: 275 habitaciones, cada una con baño, teléfono y televisión. Durante cinco años el despacho de Jacobsen trabajó para diseñar absolutamente todo, no sólo el edificio sino los interiores hasta el mínimo detalle:: mobiliario, tapices, vasos, platos y cubiertos. “Las formas abstractas de Jacobsen —dice Michael Sheridan en el libro Room 606— estaban basadas en una profunda apreciación del mundo natural, y la síntesis entre arquitectura y horticultura era el fundamento de todo su trabajo.” Se trababa, agrega, como en general toda la obra de Jacobsen, de un paisaje artificial. No sólo por que Jacobsen derivaba buena parte de su diseño, como los colores y formas redondeadas en el mobiliario —que no en la arquitectura—, de su pasión por la jardinería sino por la relación entre todas las partes, casi como en un ecosistema.

Sheridan dice que desde 1963, a los pocos años de haber sido inaugurado, el ecosistema decorativo empezó a sufrir “un lento proceso de desmembramiento.” Y ya en 1978, siete años después de la muerte de Jacobsen, muchas habitaciones empezaron a ser “renovadas.” Cuando la SAS dejó de ser copropietaria del hotel, los interiores fueron cambiados totalmente, siguiendo los lineamientos corporativos de hotel. Sólo la habitación 606 fue recuperada tal y como la diseñó Jacobsen, gracias a Kersi Porbunderwalla, gerente del hotel entre 1983 y 1988. Aaron Betsky escribió que ese cuarto “es una oportunidad de ser parte de un mundo mítico en el que cada superficie, cada objeto y cada cosa que veas es moderna. Todo limpio y abstracto, sin decoración excesiva, haciendo evidente qué y cómo se hizo algo mecánicamente y calibrado para responder a la manera como la gente moderna vive, trabaja, viste e incluso duerme.” Bestky agrega que no se trata de un tema decorativo sino que “cada objeto y cada función” fue considerada no sólo para crear un todo armonioso, sino para responder al cuerpo en reposo:” el ojo y la mano pueden encontrar fácilmente lo que buscan. Betsky también dice que, pese al cuidadoso diseño de Jacobsen para el edificio, más allá de la estructura y el muro cortina y de la habitación 606, el hotel se ha convertido en uno genérico para el viajero de negocios global. Una prueba más —si hacía falta— de la fragilidad de toda obra de arte total cuya integridad, como en cualquier ecosistema, depende de un equilibrio que resulta más aparente una vez que se ha perdido.

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