Resultados de búsqueda para la etiqueta [Architectural League of New York ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Thu, 04 May 2023 21:11:51 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Ganadores del Premio Architectural League para jóvenes arquitectos y diseñadores https://arquine.com/ganadores-del-premio-architectural-league-para-jovenes-arquitectos-y-disenadores/ Thu, 04 May 2023 20:54:32 +0000 https://arquine.com/?p=78303 La Architectural League anunció a los ganadores de su 42ª edición del Premio Architectural League para jóvenes arquitectos y diseñadores, una convocatoria abierta a arquitectos y diseñadores que ya hayan finalizado sus estudios de licenciatura o maestría hace diez años o menos. Éste es uno de los premios más prestigiosos de Norteamérica para jóvenes arquitectos […]

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La Architectural League anunció a los ganadores de su 42ª edición del Premio Architectural League para jóvenes arquitectos y diseñadores, una convocatoria abierta a arquitectos y diseñadores que ya hayan finalizado sus estudios de licenciatura o maestría hace diez años o menos. Éste es uno de los premios más prestigiosos de Norteamérica para jóvenes arquitectos y diseñadores. Es uno de los premios más prestigiosos de Norteamérica para jóvenes profesionales.

Los ganadores del premio en 2023 son:

Katie MacDonald and Kyle Schumann | After Architecture | Charlottesville, VA

Miles Gertler | Common Accounts | Toronto, Canada and Madrid, Spain

Joseph Altshuler and Zack Morrison | Could Be Design | Chicago and Urbana, IL

Sarah Aziz and Lindsey Krug  | Albuquerque, NM; Chicago, IL; and Milwaukee, WI

Daisy Ames | Studio Ames | New York, NY

Sean Canty | Studio Sean Canty | Boston, MA

Los ganadores crearán instalaciones de sus obras in situ en en sus respectivas ubicaciones o en formatos totalmente digitales, que se presentarán en una exposición en línea en archleague.org.

Para saber más sobre los ganadores anteriores, visite archleague.org/leagueprize

La convocatoria está bajo la dirección de Anne Rieselbach, el director del programa Rafi Lehmann y el Comité de Jóvenes Arquitectos y Diseñadores. El comité, es un grupo seleccionado cada año que se encarga de desarrollar el tema del programa y de seleccionar a los jurados del concurso. Los miembros del comité de 2023 son Jose Amozurrutia, Germane Barnes y Jennifer Bonner. El jurado está compuesto por Barbara Bestor, Wonne Ickx, Kyle Miller y Tya Winn, además del Comité de Jóvenes Arquitectos y Diseñadores de este año.

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La vivienda tradicional mexicana está desapareciendo y con ella, una forma de vida https://arquine.com/la-vivienda-tradicional-mexicana-esta-desapareciendo-y-con-ella-una-forma-de-vida/ Wed, 22 Feb 2023 16:55:21 +0000 https://arquine.com/?p=75683 Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista hizo parte del premio Emerging Voices 2018, un concurso anual que premia individuos y oficinas de Norte America con voces de diseño […]

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Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista hizo parte del premio Emerging Voices 2018, un concurso anual que premia individuos y oficinas de Norte America con voces de diseño distintivas y una cantidad significativa de trabajo realizado.

Una colaboración con:

 

A medida que las fuerzas políticas, sociales y económicas amenazan la arquitectura vernácula de la nación, la firma de arquitectura COMUNAL defiende su valor.

Durante los últimos dos años, la firma de arquitectura de la Ciudad de México, COMUNAL, ha colaborado con el fotógrafo Onnis Luque para documentar la desaparición de la vivienda tradicional vernácula mexicana. La editora digital de the Architectural League, Sarah Wesseler, habló con Luque y con la fundadora de COMUNAL, Mariana Ordóñez Grajales.


¿Cómo inició este proyecto?

Onnis: Inició en Yucatán. Fui con COMUNAL a hacer un trabajo de investigación sobre la vivienda maya, y quedamos sorprendidos y maravillados con la sabiduría que existe en su proceso de producción: cómo se relaciona con el medio y el territorio; cómo entienden perfectamente los ciclos vitales del entorno, las temporadas, las maderas que existen en los cerros cercanos.

La tierra y la vivienda forman parte de una sola cosa. La vivienda tradicional vernácula se vuelve un elemento más del mismo territorio.

Mariana: Hoy en día, el tema de la migración, y la expansión urbana hace que se pierdan estas tipologías tradicionales, y con ello toda nuestra cultura ancestral constructiva.

Y, aunado a eso, las políticas públicas que tiene nuestro país para la vivienda están reforzando esta pérdida. La política actual considera que la vivienda vernácula no es segura. Es cierto que algunas particularidades de esta pueden mejorarse, pero esto no significa que debemos desechar todos los saberes constructivos y arquitectónicos de nuestros pueblos originarios.

Es difícil encontrar información sobre el tema. Valeria Prieto publicó un libro [Vivienda Campesina en México] sobre la vivienda vernácula mexicana en 1985, pero yo ni siquiera había nacido cuando se realizó dicha publicación.

Entonces, queríamos proveer información más actual y llevar a cabo una investigación más rigurosa con estas tipologías. Empezamos a visitar estas comunidades en las que nos ha tocado trabajar, intentando entender los métodos constructivos tradicionales.

Diseños sobre las tipologías vernáculas y contemporáneas de la comunidad maya en Motul, Yucatan. Credit: COMUNAL

Onnis: Nuestra idea será cubrir el territorio. Ahorita tenemos material del sur, algo del norte y del centro, pero eventualmente quisiéramos hacer un trabajo exhaustivo respecto a la vivienda tradicional.

Han escrito que la oposición a la vivienda tradicional del gobierno tiene que ver con el deseo de apoyar la industria de la construcción. ¿Pueden elaborar al respecto?

Mariana: Creemos que hay una tendencia a beneficiar las desarrolladoras y las constructoras.

Por otro lado, existe mucha ignorancia frente a cómo funciona la vivienda tradicional. Se considera precaria por los materiales biodegradables que usan, pero la verdad es que los materiales como el concreto y el acero se degradan más rápido en algunas regiones.

Casa Tzeltal. Foto: Onnis Luque.

Es muy complicado. El gobierno tiene la tendencia de solo entender estos temas en términos cuantitativos. Te dicen, por ejemplo, que tienes que tener una sala, un comedor y dos cuartos en la vivienda rural. Sin embargo, la realidad es que no se puede dividir la sala del comedor en una vivienda rural porque estos espacios grandes se usan como espacio único donde se pone la cosecha. Es donde desgranan el maíz y ponen a secar el café. Hay una relación indivisible entre el territorio, la producción alimentaria y la vivienda.

Existe mucho trabajo político deficiente respecto a esto. Estuvimos trabajando con la CONAVI, que es la Comisión Nacional de Vivienda, y nos decían “Bueno, pero es que nosotros no podemos actualizar las encuestas que utilizamos para medir la pobreza o para medir una vivienda digna. Actualizarla nos costaría millones de pesos”.

Nosotros les respondíamos, “vayan a ver todos los programas de vivienda que se han impulsado en las zonas rurales. Están abandonados por que no les sirven a los habitantes y eso cuesta más millones de pesos, ¿o no?”

Onnis: Existe mucha perversión detrás de estas políticas públicas porque la producción de la vivienda en zonas rurales y vernáculas forma parte de todo un sistema de vida. Cuando llegan estas políticas publicas e imponen una forma de construir que no se integra al medio donde se vive, rompen también el tejido social, las dinámicas económicas, la producción de alimentos, y finalmente terminan generando más pobreza.

Consideramos que todo eso sucede tras del deseo de mantener el control sobre estas comunidades. Estas comunidades siempre han trabajado en conjunto, y cuando llegan los apoyos gubernamentales, tienden a la individualización de la producción no solo de la vivienda sino económica de toda la zona.

Mariana: Por ejemplo, ahorita estamos trabajando en una zona que fue dañado por los terremotos, en colaboración con Fundación Haciendas del Mundo Maya. La mayoría de los lugares afectados son los estados con mayor número de indígenas. Toda la política de reconstrucción está enfocada al uso de unas tarjetas, y en esas tarjetas lo único que puedes hacer es comprar materiales industrializados en centros autorizados por el gobierno.

Estamos trabajando en una comunidad en Oaxaca donde están a 5 horas de viaje al centro urbano más cercano. Comprar el block para construir sus viviendas son 5 horas de transporte. Evidentemente, hay muchísima gente beneficiándose con la compra de estos materiales—pero no la comunidad misma.

Si ellos fueran a producir su vivienda con los materiales tradicionales como lo han hecho hasta ahora, tendrían una calidad de espacio superior a si lo hicieran con estos materiales industrializados. Estos llevan a que se reduzcan los metros cuadrados y la comodidad.

Casa maya en construcción. Foto: Onnis Luque.

¿Como han respondido a su proyecto en México y en el extranjero?

Mariana: Ha habido interés en publicarlo y demás, pero creo que más bien ha habido interés hacia afuera que hacia adentro del país.

Onnis: En México, creo que ha habido una respuesta positiva porque, por lo menos en el medio de la arquitectura, se reconoce el valor de la vivienda vernácula, aunque no se lleva a la práctica.

Existe muchas investigaciones previas a la nuestra de este mismo tema, pero han sido muy enfocadas a la vivienda maya, por ejemplo, o a temas muy particulares. La diferencia igual de este proyecto es que pretende englobar toda la vivienda tradicional, y también mostrar sus modificaciones porque en el paso del tiempo se han transformado las dinámicas sociales en las comunidades, y eso ha impactado la forma en la que se produce la vivienda hoy en día.

Casa Tzeltal. Foto: Onnis Luque.

Por ejemplo, la migración de hombres sobre todo de los pueblos a los Estados Unidos ha hecho que se pierda el conocimiento: la transmisión del conocimiento de padres, abuelos, a hijos. Y eso es algo de lo que pretendemos rescatar antes de que se pierda completamente.

Cuéntame sobre algunas de las casas en sus fotos. 

Mariana: Una de las tipologías mosaicas, como las llamamos, muestra puramente la vivienda tradicional maya. La que se ha logrado conservar al 100%. El otro mosaico muestra justo estas transformaciones que están surgiendo ahora.

Existen muchos temas involucrados en estas transformaciones, desde sociales y económicos hasta políticos. Todas estas modificaciones, como mencionaba Onnis, tienen como distintas aristas. Una de ellas es que se está perdiendo el conocimiento y la transición de él a través de generaciones.

Otra es la desaparición de una de las palmas usadas para la elaboración de los techos. Por un lado, se prohíbe la construcción de vivienda con este material, pero, por otro lado, por la zona hotelera de Cancún, todas las palapas en hoteles 5 estrellas están hechos con este. Esto ha puesto en peligro la construcción arquitectónica rural.

Otra foto muestra una casa con su dueño. Él se fue a los Estados Unidos y desde ahí mandó el dinero para que reemplazaran toda la piedra por block.

Casa maya modificada. Foto: Onnis Luque.

Existe un tema social aspiracional ya que hoy en día los materiales industrializados denotan que uno ya no es pobre. Entonces, también estas políticas van permeando en la concepción que tienen las mismas comunidades de su producción. Te dicen a ti, como poblador, que lo que tú haces no sirve.

Onnis: Aunque es un poco irónico porque cuando les preguntamos directamente a los pobladores en cuál casa viven con mayor comodidad, ellos siempre nos respondieron que, en la vernácula, en la tradicional. Pero las nuevas generaciones prefieren vivir en una casa de block por una cuestión de estatus.

Mariana: Un señor nos decía, “Bueno, pues a mí me gusta más esa, pero si en mi pueblo te quieres casar tienes que tener una casa de block”. Ahora ninguna mujer se quiere casar contigo si eres pobre, si tienes esta casa.

Casa maya. Foto: Onnis Luque.

Onnis: Pero muchos vecinos están muy orgullosos de su propia casa y de su propio conocimiento, aunque existen estas cuestiones de estatus, siempre que llegamos terminan ellos hablando con mucho orgullo y sintiéndose muy contentos de que alguien se interese en lo que, para ellos, es forma de vida.

No queremos hablar de una manera abstracta de la vivienda vernácula. Nos interesa decir que hay gente que hace eso, que hay una persona que vive ahí, que hay una persona que pone mucho amor y pone toda su vida, prácticamente en su vivienda, como para que una política pública llegue y se convierta en un crédito hipotecario más allá de la casa y la vida de una persona. Por eso se nos hace relevante estos retratos del dueño de la casa, o de la familia.

Foto: Onnis Luque.

Mariana: También tenemos fotos de un proyecto de reconstrucción que estamos haciendo en Oaxaca. Estas muestran la tipología tradicional, hecha con bloques de adobe. El terremoto afectó gravemente estas estructuras.

Si observas en las imágenes no hay cimientos—los bloques de adobe están puestos directamente sobre el suelo. Antes, sus abuelos sí ponían cimiento de piedra, pero extraer la piedra toma mucho tiempo, y es tiempo que le quitan a la producción de la milpa, del maíz, del frijol, y de todos los temas alimenticios. Entonces decidieron omitir eso para tener más tiempo libre para las actividades productivas. Y debido a esto han comenzado a tener problemas con los sismos.

Casa mixe en Oaxaca. Credit: Onnis Luque.

Lo que estamos haciendo nosotros es trabajar únicamente para mejorar el sistema estructural, sin modificar las viviendas en términos ni de proporciones, ni de composición, ni de organización de elementos.

Esta comunidad rechazó la construcción con los materiales que propuso el gobierno para reconstruir. Dijeron que quieren conservar su cultura, sus costumbres, sus tradiciones, y van a reconstruir bajo sus propios términos. Entonces con ellos vamos a estar desarrollando 150 casas de adobe, pero ahora serán resistentes.

Eso es lo que principalmente queremos hacer: llegar a una visión sistémica del territorio, entendiendo una vivienda vernácula junto a qué clima hay, qué tipo de fenómenos naturales hay, qué tipo de suelo…o sea, absolutamente todo.

Esta es la maravilla, la visión sistémica que logran estos pueblos originarios para plasmar todo ese conocimiento.

Ha sido editada y condensada. Texto original aquí

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Una perspectiva de Guadalajara sobre el futuro de la arquitectura mexicana https://arquine.com/una-perspectiva-de-guadalajara-sobre-el-futuro-de-la-arquitectura-mexicana/ Wed, 15 Feb 2023 16:59:45 +0000 https://arquine.com/?p=75371 Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista hizo parte del premio Emerging Voices 2018, un concurso anual que premia individuos y oficinas de Norte America con voces de diseño […]

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Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista hizo parte del premio Emerging Voices 2018, un concurso anual que premia individuos y oficinas de Norte America con voces de diseño distintivas y una cantidad significativa de trabajo realizado.

Una colaboración con:

 

Una entrevista con Luis Aldrete, uno de los ocho homenajeados del concurso Emerging Voices (Voces Emergentes) de la Architectural League 2018, y Sunil Bald, una de las voces emergentes galardonadas en el pasado y uno de los jueces de este año.

El diseño regional mexicano está teniendo su momento, comenta Luis Aldrete, pero los cambios rápidos hacen que sea difícil predecir los próximos pasos.

Los arquitectos mexicanos, una vez fuertemente concentrados en la capital, cada vez eligen más vivir y trabajar en otras partes del país. El diseñador con sede en Guadalajara, Luis Aldrete, habló con el arquitecto Sunil Bald y la editora de Architectural League, Sarah Wesseler, sobre las diferencias regionales y el futuro nacional en cuanto al diseño mexicano.


Bald: ¿Existen diferencias claras en la cultura arquitectónica entre Guadalajara y la Ciudad de México?

Aldrete: Comenzaré hablando de la situación actual y después regresaré a la parte histórica.

Hoy en día creo que la práctica de la arquitectura es diferente en las dos ciudades debido a su tamaño. La Ciudad de México es tan grande que resulta difícil ir al sitio con frecuencia. En Guadalajara, por otro lado, podemos ir al sitio casi todos los días, y muchos arquitectos están muy involucrados en la construcción. Me gusta hacer cosas que de otro modo no podría hacer en la Ciudad de México: hablar con los carpinteros, las personas que elaboran el yeso para las paredes, los artesanos que modelan los adoquines.

Además, por lo general, estando fuera de la Ciudad de México podemos estar más cerca de los artesanos. Por ejemplo, uno puede ir a una pequeña ciudad y encontrar a alguien que trabaja con la piedra. Es increíble lo que uno puede hacer con personas con ese talento.

Bald: Me recuerda a Lina Bo Bardi en Brasil. Ella trabajó principalmente en Sao Paolo haciendo construcciones brutalistas, pero después se mudó a Bahía en Salvador y trabajó directamente con los artesanos durante varios años, y eso cambió por completo su arquitectura.

Aldrete: Así es.

Y en términos históricos, otra gran diferencia entre Guadalajara y la Ciudad de México es que Luis Barragán es de Guadalajara. Comenzó su vida profesional allí con un movimiento llamado Escuela Tapatía; Tapatío se refiere a una persona de Guadalajara.

Cuadra San Cristóbal de Luis Barragán, Ciudad de México. Crédito: Steve Silverman vía Creative Commons ND SA 2.

Bald: ¿Se mantuvo fuerte la influencia de Barragán en la ciudad durante mucho tiempo?

Aldrete: Probablemente fue más fuerte en los años 80 y 90. Cuando estaba en la escuela en Guadalajara, él era una figura bastante importante. También estudié en la Ciudad de México por más de un año, y las influencias allí fueron completamente distintas. En Guadalajara, la gente diseñaba y construía con ladrillos, bloques, yeso, pero en la Ciudad de México todo era de acero y vidrio.

Wesseler: ¿Crees que las diferencias regionales persistirán con el tiempo, o consideras que actualmente existe más convergencia? ¿Existen tendencias generales que consideres que le darán forma a la conversación nacional en cuanto a la arquitectura en las próximas décadas?

Aldrete: Esa es una buena pregunta. Estaba hablando con Manuel Cervantes [un ex Voz Emergente], quien es un muy buen arquitecto de la Ciudad de México, y dijo: “No sé qué pasará porque hoy en día, la arquitectura mexicana está tan estrechamente ligada a los estilos globales.” Hoy, por ejemplo, en lugar de centrarse en la arquitectura tecnológica, los diseñadores puede que piensen que deben trabajar con las comunidades, pero después otra idea podría tornarse más popular a nivel mundial, y así surge otra idea.

Otra cosa que hace que sea difícil predecir lo que sucederá es que en México por lo general existe mucho cambio: la economía, la demografía, la cultura.

Las diferencias regionales son las que le dan cierta personalidad a la arquitectura mexicana.

Por ejemplo, hoy resulta difícil encontrar personas que sean muy hábiles en la herrería. Uno los puede encontrar, pero es más difícil de lo que solía ser. En 10 años puede que esto sea imposible, ya que uno no puede ganar mucho dinero con ello. Las generaciones más jóvenes no aprenderán las habilidades que sus padres y abuelos hacían porque simplemente quieren ganar más dinero.

Sin embargo, muchos diseñadores quieren resistirse a estos cambios. Las diferencias regionales son las que le dan cierta personalidad a la arquitectura mexicana. Por ejemplo, en Yucatán, uno puede encontrar este acabado conocido como chukum, es fantástico, fantástico. El chukum es un árbol. Cortas la corteza, la colocas en agua caliente y empieza a desprender una resina. Después mezclas esto con algo de cemento y arena y elaboras un acabado que puede usarse en paredes, pisos, techo, en lo que desea. Ya es resistente al agua y tiene un color muy, muy agradable. Pero uno no puede encontrar esto en otras partes del país.

Así que esas diferencias moldean mucho de lo que sucede hoy en la arquitectura mexicana. Pero una vez que desaparezca … la verdad no lo sé.

Refugio de la ruta de peregrinos de Luis Aldrete, Jalisco, México. Crédito: Francisco Pérez.

Wesseler: ¿Te preocupa que los materiales tradicionales pasen de moda o que los cambios medioambientales los desaparezcan?

Aldrete: Ambos.

Bald: ¿Te resulta difícil convencer a clientes para que utilicen estos materiales?

Aldrete: Los clientes que vienen a nuestra oficina para casas privadas saben que trabajamos de esa manera, por lo que generalmente no resulta difícil.

La Residencia BF de Aldrete, ubicado en Guadalajara. Crédito: Onnis Luque.

Aunque hemos estado trabajando con un cliente que llegó con nosotros a través de una recomendación, y no porque él conozca nuestro trabajo. Él quería algo moderno: algo blanco con mucho vidrio y cosas de ese estilo. Cuando le presentamos nuestra propuesta de diseño estaba muy nervioso porque habíamos desarrollado algo que seguramente él no esperaba.

Cuando apareció la primera imagen de la casa, hubo un silencio total. Mi equipo se miró unos a otros como, “Oh, esto no esta bien”. Pero de repente se puso de pie y dijo: “¡Eso es exactamente lo que quería!”

Así que los clientes particulares son receptivos. Sin embargo, lo que resulta difícil es convencer a un desarrollador para que haga algo distinto. Pero me siento afortunado porque ahora estoy trabajando con desarrolladores que escuchan y que quieren hacer algo mejor para la ciudad.

El complejo residencial RM diseñado por Aldrete en Guadalajara. Crédito: Onnis Luque.

Bald: ¿Guadalajara es más conservadora que, por ejemplo, la Ciudad de México?

Aldrete: No. Creo que la gran diferencia entre ambas ciudades es toda la parte cosmopolita que existe en la Ciudad de México. Es como un Nueva York mexicano, ¿o no? Es una ciudad global.

Gran parte de nuestra práctica se basa en reaccionar a lo que vemos a nuestro alrededor en Guadalajara. Ponemos mucho énfasis en el espacio común porque hace falta. Las personas no tienen muchos lugares para ir y divertirse afuera, salir a caminar, tener encuentros sociales. Esto normalmente sucede en un centro comercial.

Wesseler: Solo pasé unos días en la Ciudad de México, pero me impresionaron mucho los parques, así que me sorprende que la situación en Guadalajara sea muy distinta.

Aldrete: La Ciudad de México también tiene problemas con el espacio público. Algunas colonias cuentan con parques fantásticos, pero muchas otras ni siquiera cuentan con muchas.

Existen muchas razones para la falta de espacios verdes en Guadalajara. Uno de ellos puede sonar algo ridículo. Nuestras líneas eléctricas funcionan sobre la superficie, por lo que el gobierno simplemente corta los árboles para que no se interpongan en el camino. Eso es terrible porque tenemos árboles muy hermosos. Estamos perdiendo este patrimonio paisajístico.

El Centro histórico de la ciudad de Guadalajara. Crédito: Alejandro Castro vía Creative Commons NC SA 2.

Otra razón es que hubo un período de inseguridad y la gente comenzó a comprar casas en comunidades cerradas en los límites de la ciudad. Actualmente, la ciudad ha estado haciendo esfuerzos para que la gente regrese. Pero en aquel momento perdimos muchos espacios públicos. La gente simplemente decidió quedarse dentro de las comunidades cerradas.

Además, los nuevos desarrollos y los nuevos barrios que se están construyendo en la ciudad simplemente no tienen buenas conexiones con las colonias circundantes, por lo que incluso cruzar la calle resulta muy complicado. Son como algunas ciudades en los Estados Unidos. Si vas a San Diego, por ejemplo, es imposible cruzar la calle a pie. Si no cuentas con coche estarás completamente perdido.

Creo que las ciudades de California son modelos para los desarrolladores en Guadalajara. La ciudad histórica de Guadalajara construida por los españoles es fantástica. En lugar de hacer crecer la ciudad bajo esos modelos, los desarrolladores quieren convertirla en un Los Ángeles.

Pero tengo la esperanza que la situación mejore. Existe aquí un programa muy bueno que comenzó probablemente hace 10 años. La ciudad cierra muchas calles los domingos y la gente sale a pasear.

Guadalajara’s Via RecreActiva – The World’s Most Transformative Ciclovia from STREETFILMS on Vimeo.

Mucha gente aún no sabe realmente qué hacer con el espacio público, por lo que si sales un domingo podrás ver muchas cosas divertidas: bicicletas personalizadas que producen mucho ruido y personas haciendo cosas para ser vistos.

Pero esto esta cambiando. La generación más joven que ha crecido con este programa está construyendo terrazas, abriendo restaurantes, recuperando casas antiguas. Creo que es una oportunidad.

Ha sido editada y condensada. Texto original aquí

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La ciudad como zona fronteriza https://arquine.com/la-ciudad-como-zona-fronteriza/ Thu, 09 Feb 2023 17:30:02 +0000 https://arquine.com/?p=75180 Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista hizo parte del premio Emerging Voices 2018, un concurso anual que premia individuos y oficinas de Norte America con voces de diseño […]

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Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista hizo parte del premio Emerging Voices 2018, un concurso anual que premia individuos y oficinas de Norte America con voces de diseño distintivas y una cantidad significativa de trabajo realizado.

Una colaboración con:

 

Los arquitectos Ersela Kripa y Stephen Mueller, fundadores de la firma AGENCY de El Paso, hablan sobre la realidad y la retórica de la frontera entre los Estados Unidos y México.

En 2015, los arquitectos Ersela Kripa y Stephen Mueller viajaron por el suroeste de los Estados Unidos estudiando los espacios urbanos militarizados para su próximo libro. Mientras se dirigían a un pueblo fantasma de Nuevo México que ahora funciona como un complejo de entrenamiento de seguridad (simulando completamente un pueblo afgano), se detuvieron en El Paso y se encontraron fascinados por la cultura binacional de la ciudad. Un año más tarde se mudaron a dicha ciudad.

Sarah Wesseler, editora digital de The Architectural League, habló con ellos sobre El Paso y sus implicaciones referente a su trabajo.


¿Cómo sus experiencias en El Paso han afectado su opinión sobre las discusiones políticas en cuanto a la construcción del muro en los Estados Unidos actualmente?

Ersela Kripa: La verdad es que la vida en este lugar ha sido reducida a una sola realidad para el resto de la nación. La gente habla de un muro fronterizo, pero ignora el hecho de que la cultura mexicana ha existido aquí por siglos.

Existen 2.2 millones de habitantes en Ciudad Juárez y alrededor de 800,000 en El Paso, y la verdad es que somos una sola ciudad, con una sola cultura. Existen familias que viven en ambos lados de la frontera. La valla fronteriza resulta muy prominente, atraviesa ambos centros urbanos que de otro modo estarían conectados, pero la mayoría de la gente aquí viaja diariamente de un país a otro.

Por lo que resulta frustrante que la conversación política se centre en la seguridad nacional o en un muro fronterizo. Nuestro trabajo analiza otros temas que construyen o disuelven los límites entre las dos ciudades y las dos naciones, sin pensar realmente sobre lo absurdo de un muro divisorio.

El Paso y Ciudad Juárez. Crédito: Jasperdo vía CC ND 2

Stephen Mueller: Nosotros intentamos identificar los factores que limitan la comunicación entre los dos países para poder abrir las compuertas de alguna manera.

Por ejemplo, no existen muchas bases de datos que compartan información geoespacial o ambiental entre las jurisdicciones de cada nación. Así que algunos de nuestros proyectos brindan diferentes formas de compartir recursos como los antes mencionados.

En el pasado has hablado de tener estudiantes que viajan desde México para asistir a tus clases. ¿Me puedes comentar más sobre la escuela?

Kripa: Enseñamos en un campus satélite de Texas Tech. Tiene cerca de 10 años. El campus principal está a seis horas de distancia en Lubbock, y ellos reconocieron la necesidad de tener una escuela de arquitectura en esta región.

Nuestra escuela está exactamente en la frontera: la valla fronteriza está a unos 46 metros de distancia. La escuela se encuentra dentro de una estación de tren en el centro de la ciudad, un edificio de Daniel Burnham.

La Estación Central de El Paso, sede del programa de arquitectura local de Texas Tech. Dominio público.

Mueller: Nuestro cuerpo estudiantil es casi 100% hispano. También existe un alto nivel de profesores hispanos. Es único entre las escuelas de arquitectura en los Estados Unidos y refleja la singularidad de la región y su demografía dentro de los Estados Unidos.

Kripa: Algo así como 30% de nuestros estudiantes son de Ciudad Juárez. Ellos cruzan la frontera todos los días para ir a la escuela. Su desafío por obtener una educación es muy diferente a la de un estudiante estándar. Situaciones como quedarse hasta tarde en el estudio toman una forma diferente. Simplemente, por ejemplo, no puedes manejar a Ciudad Juárez a las 3 AM.

Sin embargo, existen cosas muy graciosas, como cuando los estudiantes necesitan materiales para elaborar una maqueta, ellos simplemente cruzan a Ciudad Juárez y consiguen su plexiglás o lo que sea porque es más barato.

Cuéntame sobre el actual trabajo de AGENCY relacionado con la frontera.

Mueller: Uno de los proyectos que hemos estado trabajando observa el polvo y las partículas aerotransportadas como un vector que ignora las fronteras, pero que define el espacio de la frontera.

Aquí en El Paso y Ciudad Juárez, el desierto chihuahuense realmente caracteriza el paisaje y la atmósfera.

El desierto de Chihuahua. Crédito: Dave Hensley vía CC por NC ND 2

Las tormentas y migración de polvo son un problema en términos de visibilidad, pero también de salud pública. El polvo es un vector para alérgenos y patógenos, especialmente el polvo fino que viaja a través de la frontera. Ingerirlo puede afectar la salud de las personas terriblemente.

Nosotros estamos proponiendo medir y visualizar algunos de los eventos de polvo en el área. En este momento existen estaciones de monitoreo de la calidad del aire que informan sobre las transmisiones regionales y la calidad del aire diariamente y mensualmente; las imágenes satelitales a veces se utilizan para rastrear tormentas de polvo. Pero nuestra investigación se encuentra descubriendo la necesidad de una visualización a mayor escala y, quizá, un mecanismo de respuesta.

Así que nos encontramos trabajando en el prototipo. Es una infraestructura desplegable de muy bajo costo que se puede instalar en propiedades individuales en ambos lados de la frontera. Actualmente estamos observando dos comunidades, ambas con recursos relativamente bajos, una en México y otra en Nuevo México.

Muro fronterizo que divide Anapra, México de Nuevo México. AGENCY planea desplegar sensores de polvo en esta área, el cual se encuentra en las afueras de El Paso. Crédito: AGENCY Architecture LLC

Esperamos implementar una serie de estos sensores no solo para crear esta nueva fuente de datos, sino también crear una campaña de promoción y concientización sobre los problemas de salud pública. Queremos enfatizar que están vinculados directamente con nuestro tratamiento del entorno construido. Muchas de las partículas suspendidas en el aire se producen por la demolición y construcción. Como resultado, se produce la desertificación en la región y deforestación en la cuenca, que ha introducido mucho de lo que nosotros conocemos como “continente en el cielo”.

Kripa: Otro proyecto en el que estamos trabajando: mis alumnos se encuentran observando un sitio que solía ser una fundición de cobre. Este tipo de infraestructuras prevalecen en la frontera, en burbujas jurisdiccionales. Mis estudiantes se encuentran observando la contaminación del aire y la contaminación del acuífero como resultado de estar ubicado exactamente en la frontera.

Estamos realizando esta investigación en conjunto con Kathy Velikov en la Universidad de Michigan. Sus estudiantes se encuentran observando la política binacional del agua aquí en El Paso y Ciudad Juárez. Yo me encuentro observando la contaminación de la tierra y del suelo, y el estudio de Stephen observa la contaminación del aire y el polvo. Así que nos encontramos imaginando el construir de un estudio seccional de la frontera.

Esto forma parte de una colaboración más amplia que inició Tatiana Bilbao en la GSAPP de la Universidad de Columbia, que involucra programas de arquitectura a través de los Estados Unidos y México. Uno de los objetivos es reenfocar la conversación fronteriza en cuestiones de infraestructura, diseño y relaciones culturales duraderas. Es, sin duda, una clara refutación al actual discurso político.

Cruce fronterizo entre El Paso-Ciudad Juárez. Dominio público

Mueller: Esto es representativo de la condición en la que nos encontramos. Estamos participando en conversaciones continentales más amplias que conciben el espacio fronterizo como algo transformador en la cultura de la actualidad, y somos una de las pocas voces en la frontera. El Paso es la única área metropolitana grande que se extiende literalmente por toda la frontera; nuestra escuela de arquitectura es la única que literalmente y físicamente se ubica al margen.

Ersela, pasaste varios años como refugiada durante tu infancia. ¿Cómo afecta eso a tu trabajo en la actualidad?

Kripa: Crecí en Albania y huí en 1990, en la caída del comunismo. Terminé siendo una inmigrante indocumentada en Grecia durante aproximadamente cuatro años. Fui a la escuela con documentos falsos. Así que entiendo completamente la psicología de tener que encontrar un espacio en la valla fronteriza.

En mi trabajo, siempre me encuentro en busca de quién se ha quedado fuera de la conversación, quiénes no están dentro de la mesa de toma de decisiones y cómo las personas sin voz se ven afectadas. Esa era la persona quien yo era. Incluso antes de salir de Albania, crecí en una familia perseguida políticamente; fuimos relegados a viviendas de menores dimensiones, con menos raciones de comida, realmente no podíamos aspirar a una educación superior.

Así que siempre me encuentro observando a los que salen más perjudicados.

Ha sido editada y condensada. Texto original aquí

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La Architectural League de New York anuncia los ganadores del Emerging Voices 2023 https://arquine.com/la-architectural-league-de-new-york-anuncia-los-ganadores-de-emerging-voices-2023/ Wed, 08 Feb 2023 16:07:26 +0000 https://arquine.com/?p=75110 La Architectural League de Nueva York ha anunciado los ganadores de su concurso anual Emerging Voices. Como cada año, la Architectural League selecciona ocho prácticas emergentes a través de una convocatoria internacional. El premio destaca a personas o estudios con sede en Estados Unidos, Canadá y México con una voz propia en el diseño y […]

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La Architectural League de Nueva York ha anunciado los ganadores de su concurso anual Emerging Voices. Como cada año, la Architectural League selecciona ocho prácticas emergentes a través de una convocatoria internacional. El premio destaca a personas o estudios con sede en Estados Unidos, Canadá y México con una voz propia en el diseño y con potencial para influir en las disciplinas de la arquitectura, el paisajismo y el urbanismo.

El jurado examina las obras realizadas por los estudios y toma en cuenta los logros que tienen dentro de las comunidades académicas y de diseño, así como en el ámbito público. El trabajo de cada una de estas voces emergentes representa lo mejor del gremio y aborda cuestiones mas amplias de la arquitectura, el paisajismo y el entorno construido.

Las oficinas mexicanas premiadas en este año son: LANZA Atelier y ORU – Oficina de Resiliencia Urbana

Emerging Voices 2023

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Campos de posibilidad https://arquine.com/campos-de-posibilidad/ Thu, 02 Feb 2023 20:00:45 +0000 https://arquine.com/?p=74886 Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista hizo parte del premio Emerging Voices 2019, un concurso anual que premia individuos y oficinas de Norte America con voces de diseño […]

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Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista hizo parte del premio Emerging Voices 2019, un concurso anual que premia individuos y oficinas de Norte America con voces de diseño distintivas y una cantidad significativa de trabajo realizado.

Una colaboración con:

 

Los arquitectos mexicanos Bernardo Quinzaños y Ignacio Urquiza discuten el moverse entre comisiones de alta gama y proyectos de diseño social.

En la última década los arquitectos Bernardo Quinzaños e Ignacio Urquiza han estado a la cabeza de la firma Centro de Colaboración Arquitectónica (CCA), basada en Ciudad de México. (Urquiza recientemente lanzó su propia firma). Una parte substancial de su trabajo consiste en proyectos residenciales, que van desde viviendas de alta gama hasta viviendas de interés social. La mayor parte de las segundas han sido comisionadas por el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT).

La editora digital de the Architectural League, Sarah Wesseler, habló con Urquiza y Quinzaños en febrero acerca de su colaboración con INFONAVIT, la experiencia de trabajar tanto en viviendas de lujo como viviendas para trabajadores, y la búsqueda por formas de traer valor al mundo a través del diseño.


¿Pueden contarme más acerca del trabajo que INFONATIV ha realizado con arquitectos, y su rol en el programa?  

Bernardo: INFONAVIT es una institución financiera mexicana muy grande que ha dado crédito a más de 10 millones de trabajadores para construir sus casas.

En los último seis años, durante el periodo presidencial de Enrique Peña Nieto, hubo un programa muy interesante dentro del INFONAVIT, liderado por el arquitecto Carlos Zedillo, en el cual estuvieron haciendo una serie de trabajos alrededor de la vivienda social y la sostenibilidad. Inclusive se fundó un nuevo centro de investigación, el Centro de Investigaciones para el Desarrollo Sostenible, y dentro de esta nueva área del INFONAVIT se llevaron a cabo varios programas enfocados en arquitectura.

En sus primeros años el INFONAVIT, fundado en 1972, trabajó con muchos arquitectos mexicanos de renombre y mucho prestigio, creando unidades habitacionales muy exitosas. Pero, con el tiempo fueron cambiando las cosas. Los arquitectos diseñadores dejaron de participar en la producción de vivienda social y esta se convirtió en un negocio de repetición, haciendo miles de unidades con el mismo diseño sin análisis frente a las implicaciones de este en cuestiones de sostenibilidad, calidad de vida, medio ambiente, urbanismo y conectividad.

Entonces, durante el sexenio anterior, INFONAVIT quiso trabajar con arquitectos jóvenes y no tan jóvenes en programas para dar mejores soluciones a los problemas actuales de vivienda social en México. Nosotros tuvimos la suerte de que nos invitaran a participar en varios de estos proyectos.

El primero fue un programa que se llamó Vivienda Unifamiliar Regional, en donde invitaron a 32 oficinas del país a proponer un modelo de vivienda que fuera específico a uno de los estados de la república: que tuviera que ver con su contexto urbano, su contexto climatológico, con sus aspectos sociales, etc. Nosotros hicimos nuestro prototipo para el Estado de Puebla.

Modelo para INFONAVIT de vivienda en Puebla. Créditos: CCA

Luego hicimos algunos proyectos de rehabilitación de unidades habitacionales antiguas. También diseñamos vivienda rural en Tlaltizapán, en el Estado de Morelos.

Al final del sexenio, en el 2017, hubo un temblor muy importante en México y estuvimos participando en el tema de la reconstrucción. Hicimos el proyecto Ocuilan, en donde le diseñamos una pequeña casa a una familia de un municipio muy afectado por el temblor.

Finalmente, hicimos un proyecto en colaboración con la oficina de Nueva York de la firma OMA, liderada por Shohei Shigematsu, en donde diseñamos un puente peatonal en el municipio de Jojutla, que fue el lugar del epicentro del temblor. Ese proyecto no se ha podido construir aún.

Ahora que acabó el termino presidencial de Peña Nieto vamos a ver qué es lo que el nuevo gobierno tiene planeado para el INFONAVIT.

¿Pueden describir uno de los proyectos del INFONAVIT que consideran haya sido particularmente exitoso en términos de diseño? 

Bernardo: Debido a lo olvidado que estaba el tema del diseño en la arquitectura social prácticamente cualquier esfuerzo serio de investigación y de desarrollo arquitectónico trae consigo grandes beneficios.

Facilidades recreacionales diseñadas como parte de un esfuerzo de INFONAVIT por mejorar la calidad de vida en un conjunto de vivienda social en la ciudad de Mexico. Créditos: CCA

Para nosotros fue muy interesante el podernos involucrar desde un punto de vista académico y de investigación porque anteriormente habíamos hecho algunos proyectos de interés social, pero trabajando para desarrolladores. Y hay una gran diferencia entre la óptica que tiene un desarrollador, quien entiende estos proyectos como operaciones financieras, y el punto de vista de quien los comprende desde el ámbito social, desde el ámbito comunitario, y desde el ámbito ambiental. Esto ha creado un contraste importante en la forma en la que nos acercamos a los proyectos.

También fue interesante descubrir que nuestro trabajo con viviendas de lujo nos ayudo a incorporar el aspecto de la experiencia humana en el diseño de estas residencias, aunque el presupuesto fuera limitado. Esto nos demostró que el diseño puede generar valor en diferentes contextos y rangos sociales—no es exclusivo a quien tiene los recursos económicos para hacer un gran proyecto.

Ignacio: Sí así es, el poder enfocar nuestra atención en el usuario o en el habitante nos ha permitido desarrollar arquitectura con un impacto positivo sin importar el uso y la escala. Todo proyecto arquitectónico puede generar valor. El acercarse a un proyecto social con su uso en mente abre muchas posibilidades. Los años anteriores se han enfocado en la producción masiva. Y a lo mejor aquí el enfoque es entender quién la habita, cómo la habita, y qué necesita, ¿no?

Esto es algo que siempre ha estado presente en nuestro trabajo: Cuestionar nuestras prioridades y entender por qué y para quién estamos diseñando. No dibujamos una línea estricta entre proyectos pequeños, medianos y grandes, o entre proyectos sociales y de alta gama. Darles la misma importancia a todas las escalas y los usos es algo que hemos priorizado.

Creo que todos los proyectos tienen un impacto positivo, si los entendemos desde el ángulo indicado, ya que abren un espectro de posibilidades de acción.

Casa diseñada por Ignacio Urquiza y Bernardo Quinzaños para un cliente privado. Créditos: Ignacio Urquiza.

¿Se construyeron los proyectos que diseñaron para INFONAVIT? ¿Fue la intención de todos llegar a ser realizados o fueron algunos pensados con fines únicamente investigativos? 

Bernardo: Algunos de los programas tenían un enfoque más académico y algunos tenían un enfoque más de una solución a una problemática real. Todos los proyectos estaban realizados desde una óptica realista en donde pudieran ser construidos; ninguno es puramente académico o conceptual. Sin embargo, no todos han encontrado el camino, las circunstancias y los recursos para poder llevarse a cabo. Algunos ya son realidad, como el de Ocuilan, y algunos todavía estamos luchando porque se logren en construir.

A final de cuentas eso también es un factor que hay en común en los diferentes escalones o estratos sociales: la lucha por ver el proyecto construido. Es difícil tanto construir la casa rural como construir el gran edificio en la ciudad. Ambos requieren de cumplir con retos, desde el punto de vista del financiamiento, de la gestoría, de la voluntad política.

Ignacio: El proyecto de Ocuilan, es parte de una organización que se llama PienZa Sostenible, que también está dirigida por el arquitecto Carlos Zedillo. A menudo, cuando se trabaja con una institución política, se presentan obstáculos en el camino que se alejan mucho del campo de acción personal que pueda tener una oficina. Pero, cuando la persona liderando una de esas organizaciones sabe cómo manejar los proyectos, qué caminos tomar, a quién invitar, podemos ver resultados como el de Ocuilan. Esta es una casa que se acaba de entregar hace un par de semanas a sus usuarios tras el proceso de 3, 6 meses de trabajo, de ir a conocer a la familia, entender sus necesidades, de diseñar específicamente para esa familia y no para una repetición. Es un resultado muy satisfactorio para nosotros como arquitectos.

Rendering de 194 Ocuilan. Creditos: CCA

¿Hay muchos programas en México que reconocen el poder que puede tener la arquitectura en el ámbito de problemas sociales, o son estos esfuerzos bastante únicos? 

Bernardo: INFONAVIT es único en cuanto al tipo de organización que es, su poder económico que tiene, y su alcance. En el aspecto de vivienda social y rural son el jugador más fuerte.

Sin embargo, hay muchas organizaciones como PienZa Sostenible, que han estado involucradas en la mejora y la construcción de vivienda social y rural. Tradicionalmente hay muchos esfuerzos en el país, de privados y de organizaciones no gubernamentales, que han luchado por beneficiar la sociedad y han utilizado la arquitectura como herramienta de cambio. Entonces digamos que hay muchos esfuerzos de ese tipo en el país—y se necesitan muchos más. Aunque son muchos, no están ni siquiera cercanos a ser suficientes.

Ignacio: El Club de Niños y Niñas es un gran ejemplo en el que la participación del arquitecto no solo fue recibir un brief y diseñarlo, sino enrolarse en todos los aspectos del proyecto, desde su conceptualización no arquitectónica. Ha sido un proceso muy bonito en el que ha participado Bernardo desde hace . . . ¿cuántos años?

Bernardo: Cinco.

Ignacio: Y fue inaugurado este viernes que acaba de pasar.

El Club de Niños y Niñas durante su construcción. Crédito: Onnis Luque.

Bernardo: Tiene un alcance y un impacto muy impresionante porque vamos a poder dar atención a dos mil niños en situación de riesgo. Les vamos a poder dar atención en el espacio después o antes de clases, fuera de la escuela, en donde van a poder transformar sus vidas de manera positiva a través de las artes, a través del deporte, a través del desarrollo humano, de la vida saludable. Les va a dar la oportunidad de estar alejados de las calles, alejados de los vicios, de las adicciones, y va a cambiar de manera muy relevante a toda la comunidad.

¿Pueden contarme más acerca de la organización y su rol dentro del proyecto?

Bernardo: El Club de Niños y Niñas, o el Boys and Girls Club, tiene más de 150 años. Es una organización muy grande fundada en los Estados Unidos y que tiene más de cuatro mil clubs en 120 países, principalmente en los Estados Unidos. Todos los clubs tienen su propio patronato o fundación que esta encargada de la creación del campus, el financiamiento del campus y la operación del campus. Entonces, con un grupo de personas aquí en México se hizo un gran esfuerzo en la consolidación de la organización nacional del Club de Niños y Niñas y este campus es el número diez. Es el décimo campus de México, y el primero que tiene una arquitectura de firma, además de es el más grande del mundo en cuanto a metros cuadrados de construcción.

El Club de Niños y Niñas durante su construcción. Crédito: Onnis Luque.

Entonces, es un ejemplo de cómo la arquitectura no necesita tener grandes recursos para poder hacerse realidad. Este edificio lo hicimos enteramente con donaciones. Solamente participaron empresas, filántropos, familias, y amigos que nos quisieron ayudar en su realización. Fue un esfuerzo que tuvo una integración comunitaria muy importante. Nos acercamos a la comunidad a expresarles las intenciones del club, cuáles eran los objetivos, y los involucramos en la realización del proyecto para hacerlo bien y que nos pudieran brindar la confianza de confiar sus niños a la organización del Club de Niños y Niñas.

Y bueno, ahora que ya lo hemos visto construido, el ya ver a los primeros niños beneficiados de un proyecto tan único como este, pues es un proyecto que realmente nos entusiasma mucho y nos da mucha alegría el poderlo haber hecho.

Ha sido editada y condensada. Texto original aquí

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La imagen del agua https://arquine.com/la-imagen-del-agua/ Thu, 26 Jan 2023 18:55:00 +0000 https://arquine.com/?p=74590 Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista hizo parte del premio Emerging Voices 2021, un concurso anual que premia individuos y oficinas de Norte America con voces de diseño […]

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Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista hizo parte del premio Emerging Voices 2021, un concurso anual que premia individuos y oficinas de Norte America con voces de diseño distintivas y una cantidad significativa de trabajo realizado.

Una colaboración con:

 

Las comunidades en ciudad de México afrontan grandes retos relacionados con el manejo del agua. Para Taller Capital, enfrentarse a estos problemas requiere tanto intervenciones culturales como físicas.

En Ciudad de México las inundaciones y la escasez de agua van de la mano, creando dificultades severas para los 22 millones de habitantes de la capital. Los arquitectos Loreta Castro-Reguera y José Pablo Ambrosi han pasado años pensando en la situación del agua tanto de la ciudad como de otras partes del país. Además de crear espacios públicos marcados por la atención al manejo del agua, su firma, Taller Capital, busca oportunidades para cambiar la percepción popular de los sistemas hidráulicos urbanos.

Catarina Flaksman y Sarah Wesseler de The League hablaron con ellos acerca de su trabajo.


Sarah Wesseler: ¿Porqué es la conciencia pública alrededor de la infraestructura hidráulica una prioridad para ustedes?

Loreta Castro-Reguera: El motivo principal es la intención de transformar la manera en la que las personas se relacionan con el agua.

Ciudad de México, donde vivimos, solía ser un lago. Durante cinco siglos, paulatinamente, se ha ido transformando el territorio, pero aún así hay una permanencia de esa agua que no se ve. Las condiciones del subsuelo y del clima hablan de ella. Tenemos una temporada de lluvias muy larga, que dura medio año, en donde a menudo hay lluvias torrenciales. Y además tenemos un suelo muy suave, que está impregnado de agua porque era el lecho de un lago.

Al mismo tiempo, dada la manera en la que nos hemos provisto de agua potable—que es a través de pozos que succionan agua del subsuelo—con el rápido crecimiento de la ciudad el agua del subsuelo se ha vuelto insuficiente. Hay una paradoja entre ese exceso de agua en época de lluvias y la gran escasez que vivimos todo el año. Antes era solamente la época de secas, pero ahora todo el año tenemos escasez de agua.

Nosotros nos propusimos indagar cómo podemos empezar a generar un cambio o, por lo menos, hacer a la gente reflexionar sobre esta condición. Y nos dimos cuenta que en realidad el agua ha desaparecido completamente de la imagen de la vida cotidiana de la ciudad para convertirse en una imagen europea, de agua ornamental—de agua en fuentes o en espejos de agua.

José Pablo Ambrosi: Un problema relacionado es que hay partes de la ciudad que se han hundido más de 10 metros durante los últimos 100 años debido a la succión de agua potable del subsuelo. Entonces eso también es algo por rescatar en el ámbito de la arquitectura; todos los edificios deben considerar ese problema.

Y también tenemos nosotros, como arquitectos, que plantear soluciones a nuestros problemas de manejo de aguas un poquito innovadoras para no recaer solamente en la solución de los ingenieros. Por ejemplo, un problema muy grave en la ciudad es que los drenajes, debido al proceso de subsidencia, dejan de tener la pendiente para sacar el agua residual, dejan de ser útiles. Nosotros como arquitectos de espacios públicos siempre planteamos que la solución vaya no a través de infraestructura de tubos, sino a través de una infraestructura integrada al paisaje, integrada al diseño urbano.

Catarina Flaksman: ¿Pueden contarnos más acerca de la historia del manejo de aguas en ciudad de México, y cómo ha cambiado a través de los siglos?

Castro-Reguera: Lo más importante sucede a partir de la conquista española de Tenochtitlán, la metrópolis azteca localizada donde Ciudad de México se encuentra hoy, en el siglo dieciséis. Solía ser una ciudad de islotes y canales, pero cuando llegan los españoles hay toda una intención política, económica y religiosa de conquista manifestada también en el ámbito del espacio.

Mapa del siglo dieciséis representando la capital Azteca Tenochtitlán, lugar donde queda hoy Ciudad de México. Muestra el lago Texcoco y los canelas de la ciudad. Cortesía de The Newberry

En 1680, el Rey Carlos II hace la ordenanza que luego se convirtió en las Leyes de las Indias: un código de la monarquía Española que sentaba las bases para construir las nuevas ciudades en América. El código recopilaba documentos urbanos elaborados desde el S. XVI. Y era, pues, todo basado en una retícula donde la ciudad partía de una plaza dura, donde tenías, al poniente, la iglesia, al oriente, el palacio de Gobierno. Daba igual si se construía arriba de un lago o en un desierto o en un bosque—había que seguir esa ordenanza. Entonces, en esta forma de hacer, la ciudad completamente se antepone a lo que existía.

En Ciudad de México este estilo de planeación no encajaba con las condiciones naturales locales. Como la Ciudad de México está en una cuenca cerrada, el lago de la cuenca cambiaba de nivel todo el tiempo. En época de lluvias subía de nivel y en época de secas bajaba de nivel. Antes de que llegaran los españoles había canales que dispersaban el agua cuando era necesario. Pero, una vez que estos fueron rellenados para crear calles y plazas, el agua dejó de tener a donde ir. Entonces la ciudad empezó a inundarse con mucha mayor frecuencia.

En 1628, hubo una precipitación muy importante y durante cuatro años estuvo inundada la Ciudad de México. En ese momento el gobierno decidió hacer el Tajo de Nochistongo, la primer gran infraestructura para drenar los lagos que se forman en la Cuenca de México.

Fotografía de finales del siglo diecinueve, o comienzos del siglo veinte, de turistas Estadounidenses visitando el Tajo de Nochistongo, construido en el siglo diecisiete para drenar agua de la laguna de Ciudad de México. Cortesía de DeGolyer Library, Southern Methodist University

A partir de la inundación fue difícil que la gente regresara a vivir en la ciudad, pero finalmente lo hicieron, por ser la capital de la Nueva España. En 1870 regresan los problemas por estas inundaciones, que eran frecuentes, y con el presidente Mexicano Porfirio Díaz, el gobierno empieza a tomar decisiones más enfocadas para resolver el problema. Emprende Porfirio Díaz una gran obra de infraestructura, el Gran Canal del Desagüe—en ese momento el sistema de drenaje más grande del mundo. A los 30 años vuelven a haber problemas y se empiezan a necesitar sistemas de drenaje adicionales.

En 1960 los problemas empezaron a empeorar y las autoridades construyeron el sistema de drenaje profundo: un sistema de tuberías subterráneas profundas e inclinadas. Entonces, finalmente se logra desecar todos los lagos. Ya no había cuerpos de agua; quedó un poco en Xochimilco y algo en Texcoco. Aunado a esto, la ciudad se empieza a hundir con mayor intensidad. La consecuencia directa recae sobre la pérdida de pendiente del drenaje profundo, que no es capaz de sacar el agua por gravedad, sino que empieza a ser necesario implementar un importante sistema de bombeo.

En el año 2006 empieza la construcción del último gran drenaje, que también fue la obra más grande del mundo en esta especialidad en su momento: el Túnel Emisor Oriente.

Enrique Peña Nieto (centro), ex-presidente de Mexico, da un tour por el túnel TEO durante su construcción. Crédito: Wikimedia account of Presidency of Mexico (2012–2018)

Entonces es una historia cíclica de grandes infraestructuras de ingeniería hidráulica. No las condenamos, ya que funcionan en cierta medida—hay una ciudad de más de 20 millones de habitantes sobre el lago. Pero en realidad estas obras no solucionan el problema, porque las inundaciones regresan siempre y entonces hay que hacer un tubo más grande, porque el agua en realidad está ahí. Lo que hacemos es sacar el agua del lago, pero el lago todo el tiempo se está llenando con la lluvia.

Flaksman: ¿Pueden contarme acerca de sus proyectos de espacio público en relación a temas de manejo de aguas?

Ambrosi: Tenemos varias obras relacionadas con este tema. Una, El Pabellón del Eco, fue un concurso que se ganó en el Museo del Eco para colocar un pabellón de verano en el patio del museo. Nosotros planteamos al mismo tiempo que creábamos un espacio, generar discusión relacionada con el problema del agua en la Ciudad de México. Lo que hicimos fue colocar una sección del tubo de drenaje profundo—un anillo de siete metros de diámetro que se hace a base de prefabricados de concreto—en el patio.

Para crear el espacio para los tubos de drenaje, los ingenieros insertan una máquina enorme, de aproximadamente cien metros de largo, en la tierra; tiene en frente un disco que taladra un hueco y luego estas secciones prefabricadas de concreto se insertan a lo largo del túnel y dan forma al tubo.

Entonces lo que hicimos fue traer a la vista uno de estos anillos y ponerlo en un contexto de museo de tal manera que el público percibiera esta fricción: ¿Qué son estas piezas de prefabricado de concreto y para qué sirven? Queríamos generar una discusión alrededor de todas estas grandes obras que el gobierno paga para resolver los problemas del agua, pero que no se ven.

Representación y fotografía del Pabellón Eco, 2015. Crédito: Taller Capital

A partir de ese pabellón y de nuestra investigación del agua en la universidad, nos buscaron desde la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA) para hacer un proyecto de cultura del agua. La intención de SEDEMA era solamente poder constatar que a través de una serie de información que se le daba a la población acerca de maneras de ahorrar agua se podía lograr un consumo más consiente—ellos buscaban algo así. Pero nosotros en ese momento estábamos empezando la obra de un proyecto que hicimos con la UNAM, la Quebradora, y necesitábamos comunicar a la población cuáles iban a ser los beneficios de ese parque. Entonces queríamos empezar a transformar el espacio público para que la gente entendiera que podría funcionar como infraestructura.

Dibujo de La Quebradora, un innovador parque en Ciudad de México centrado alrededor de prácticas sostenibles de manejo de aguas, diseñado por Manuel Perló, Taller Capital, y un equipo multi disciplinario de la UNAM. Crédito: Taller Capital

El tipo de campaña que el cliente proponía hubiera involucrado hablar directamente con habitantes en un barrio de escasos recursos y en uno de clase alta para comunicarles hábitos sobre cómo ducharse o lavarse los dientes en menos tiempo y usando menos agua. En cambio, lo que hicimos fue enfocarnos en dos plazas públicas, una en Polanco y otra en Iztapalapa, que son barrios con condiciones socioeconómicas diferentes en partes diferentes de la ciudad. Activamos estos sitios para hablar sobre la capacidad que tiene el espacio público de vincular una comunidad y de funcionar como una infraestructura para el mejor manejo del agua.

Hicimos el diseño de un pabellón itinerante, montable y desmontable, con piezas de madera de las que se usan para hacer cimbra de concreto. Armamos un pabellón de 60 metros cuadrados en ambos barrios. Ahí dentro se instaló una exhibición, primero contando la historia del agua en la cuenca de México, luego mostrando maneras de ahorrar agua en casa, y después enseñando una serie de proyectos de espacio público que funcionan como infraestructura para mejorar el manejo del agua. E incluimos un elemento para captación de agua: a través de la cubierta y un “tlaloque,” la lluvia se conducía a un galón de agua filtrada donde la gente podía ir, servirse y tomarse un vaso.

Fue muy interesante ver como la gente respondió al pabellón. En Polanco, que es un barrio afluente, a la gente le interesaba mucho entender bien como funcionaba el filtro y como abastecerse de la misma manera en sus casas. Veían toda la exposición y se tomaban su vaso de agua como una experiencia. En cambio, en Iztapalapa, que es una zona de bajos recursos y altamente poblada, la gente llevaba su galón para llenarlo con el agua fresca porque no tenían agua en sus casas. Las complejidades del sistemas de aguan pasaron a un segundo plano—en cambio, los habitantes se interesaron por el hecho de que fuera posible tomar agua de lluvia y emplearla como agua potable.

Represo, otro proyecto que desarrollamos con la Facultad de Arquitectura de la UNAM, esta localizado en Nogales, en la frontera entre México y los Estados Unidos. Este está dentro de la cuenca de un cuerpo de agua artificial que controla escurrimientos de lluvia en temporada, reteniendo parte del agua que cae sobre esta cuenca para evitar inundaciones río abajo. Sin embargo, las condiciones en que lo encontramos eran deplorables, con la cortina del represo dañada y la capacidad de almacenamiento de agua muy reducida.

Lo que nosotros hicimos fue mejorar las condiciones de esta infraestructura y el espacio circundante—que tenía todas las posibilidades de funcionar como área de mitigación de inundaciones—y agregarle el programa del parque. Cuando se requiere el represo totalmente lleno de agua se inunda el parque, y cuando el represo está vacío el parque se puede usar.

No es una cosa fácil porque la gente piensa intuitivamente que cuando un espacio es el lugar de infraestructura hidráulica no se puede utilizar para recreación o deporte. A decir verdad, la cultura del agua en México está tan dañada que los cuerpos de agua se entienden como parte del sistema de aguas residuales, transformándose en lugares contaminados por la calidad de agua y la basura que los habitantes arrojan. Pero si es un parque que además funciona como infraestructura, tienes la ventaja adicional de que la comunidad se lo puede apropiar y cuidar.

Castro-Reguera: Esos lugares de captación y retención de agua, como era el caso del represo antes de la intervención, generalmente están rodeados de un crecimiento urbano irregular. Varias de estas construcciones precarias se encontraban en una condición muy vulnerable, construídas sobre la cortina del represo o a los bordes del agua.

Lo que queríamos hacer no era sacar el agua—sino en vez aprovechar el agua y volverla parte de la vida de la comunidad. Entonces una de las cosas más interesantes fue cómo voltear a toda esa comunidad al agua. En vez de que el cuerpo de agua se percibiera como el patio trasero y sitio de basura, el proyecto lo convierte en el centro, el sitio que amalgama a toda la comunidad a través de una serie de corredores, de andadores, de pistas, juegos infantiles y el propio cuerpo de agua.

Diseñamos un espacio cubierto, pero abierto por los lados, donde se pueden hacer sesiones de baile, donde se puede hacer deporte, pero que además tiene un pórtico que es el umbral y enmarca con un pórtico al cuerpo de agua. Entonces de alguna manera es cómo devolverle la dignidad al cuerpo de agua y a las personas a través del agua—es un elemento que les da identidad.

Wesseler: ¿Cómo ven el futuro del agua y de su propio trabajo en México?

Ambrosi: Es difícil esa pregunta, porque se requiere el esfuerzo de muchas personas para cambiar la cultura del agua.

Pero lo que nosotros vemos como de buenas noticias es que los gobiernos—particularmente en Ciudad de México, pero no solamente—se han empezado a interesar por estos proyectos que se enfocan en mitigar más de un problema. O sea, han comenzado a entender que pueden invertir en un espacio público para generar comunidad y espacios de recreación, pero que estos espacios pueden además resolver problemas de agua u otros retos de infraestructura.

También hay para nosotros un gran campo de acción en volver a ver los sitios donde nunca hace nada el gobierno: esta ciudad informal que necesita de todos los servicios de la ciudad formal, pero donde es muy difícil invertir. Este, desafortunadamente, es el caso en la gran mayoría del mundo urbanizado. Es un tema que se tiene que ir desarrollando. De hecho, ya comienza a suceder, obviamente. Yo lo planteo como la necesidad desde la arquitectura de adquirir un papel más activo, donde no estemos solamente esperando que un cliente venga y diga “hazme este parque o aquel,” sino donde también podamos ir identificando oportunidades para intervenir con proyectos.  Esta aproximación plantea la posibilidad de crear intervenciones que actúen tejiendo diversos ámbitos en vertical y adquieran sentido en términos de infraestructura, cultura, ciudad, medio ambiente y hasta economía.

Ha sido editada y condensada. Texto original aquí

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Conectando el pasado con el futuro en un pequeño pueblo de México https://arquine.com/conectando-el-pasado-con-el-futuro-en-un-pequeno-pueblo-de-mexico/ Thu, 19 Jan 2023 17:53:33 +0000 https://arquine.com/?p=74322 Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista hizo parte del premio Emerging Voices 2022, un concurso anual que premia individuos y oficinas de Norte America con voces de diseño […]

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Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista hizo parte del premio Emerging Voices 2022, un concurso anual que premia individuos y oficinas de Norte America con voces de diseño distintivas y una cantidad significativa de trabajo realizado.

Una colaboración con:

 

Estudio MMX incorporó tradiciones de diseño local en un proyecto creado para acercar a los jóvenes al arte y así prevenir su vinculación a bandas criminales.

Aproximadamente 30,000 niños han sido reclutados por el crimen organizado en México, según la fundación Reinserta. Se piensa que este problema, que ha venido creciendo en los últimos años, está íntimamente ligado a estadísticas de violencia juvenil: entre el 2000 y el 2020, más de 20,000 niños y adolescentes mexicanos fueron asesinados, otros 7,000 desaparecieron.

Estudio MMX, una firma de arquitectura de Ciudad de México, ha diseñado varios proyectos para proteger a niños en comunidades de alto riesgo. Alicia Botero y Sarah Wesseler de The League hablaron con Jorge Arvizu, Ignacio del Río, Emmanuel Ramírez y Diego Ricalde, los directores de MMX, acerca de uno de estos proyectos: un ambicioso programa de educación artística en el pueblo Canalejas, en el municipio Jilotepec, al noreste de la Ciudad de México.

¿Cómo surgió el diseño para la villa de arte Tepozán? ¿Cuál ha sido la trayectoria del proyecto?

Jorge Arvizu: Bueno, el proyecto lleva mucho más tiempo que este edificio que ven en las fotos. Comenzó cuando nos contactó una organización llamada Architecture for Humanity. Empezamos a conversar al principio del proyecto—cuando no tenían un terreno, ni una escuela de arte operando, sino simplemente la inquietud de ayudar a esta comunidad. Hay una fuerte tradición de arte y cultura en el pueblo de Canalejas y Architecture for Humanity vio en esto una oportunidad para mejorar las condiciones sociales de la zona.

Entonces durante las primeras reuniones visitamos diferentes terrenos en conjunto con ellos; querían saber qué terreno nos parecía mejor para el proyecto. En ese proceso decidieron que, en vez de aventurarse a comprar un terreno grande y construir una escuela sin saber si esta sería utilizada, empezarían rentando una casa ya construida e invitando a los niños del pueblo a hacer manualidades y acercarse al arte a través de cursos básicos. Consiguieron diferentes maestros para enseñarles a tocar instrumentos, pintar, y hacer cerámicas y grabados. La intención también era rescatar la práctica local de esculpir. En la zona hay una tradición muy grande de una magnífica talla en piedra.

Ya cuando el cliente vio que este modelo sí funcionaba, compraron un terreno bastante grande, de cuatro hectáreas. Ya en ese entonces el plan de hacer una escuela se había hecho mucho más grande. Con base en sus ideas y algunas aportaciones nuestras, diseñamos el plan maestro para un campus con residencias, museos, una cafetería, una biblioteca, un jardín de esculturas, etc.

Documentación de la visita de campo. Crédito: Estudio MMX

Ignacio del Río: Entonces abordamos el proyecto en conjunto con esta organización—un proyecto muy ambicioso, muy grande. El plan maestro tenía también un área dedicada a la promoción y difusión de lo que se estaba haciendo en el campus—un auditorio y tienda—y también un área que posiblemente sería utilizada para residencias artísticas.

Pero como el plan maestro, es tan amplio y tan ambicioso, las estructuras están planteadas por fases y de forma que puedan funcionar autónomamente, en cierta medida. Sobre todo en esta primera etapa, en la que el primer edificio debe cubrir todos los diferentes usos que eventualmente tendrá el conjunto.

Dibujo conceptual del plan maestro para El Tepozán. En la parte inferior central, un diseño temprano para el edificio principal. En la parte superior de la imagen están las fases futuras del plan maestro, incluyendo cafetería, museo, residencias y otras amenidades. Un auditorio y una serie de talleres están planeados para el área central. Crédito: Estudio MMX

Arvizu: El cliente quiere tomar el proyecto paso a paso. Las siguientes etapas del plan maestro se irán construyendo conforme vaya creciendo la escuela. Quieren estar seguros de que el programa funciona y que el resultado no va a ser un edificio enorme que quede vacío.

Botero: ¿Había ya facilidades parecidas en la comunidad o es este tipo de programa algo completamente nuevo para la zona?

Emmanuel Ramírez: Hay muchas escuelas por ahí, pero no tenía mucho caso hacerla a esta escala, porque estamos hablando de un pueblo . . . nosotros en México les decimos pueblos carreteros. Es un pueblo que literalmente está sobre una vía principal y en menos de cinco minutos ya entraste y saliste de él.

Canalejas. Crédito: Google Maps

Nosotros al principio pensábamos que no tiene caso construir una escuela si no hay gente que pueda usarla. Hicimos algunos estudios regionales para entender de dónde podrían venir los estudiantes y a cuántas personas podría servir la escuela, poniendo como distancia máxima un viaje de media hora en transporte público. Encontramos que es una zona de muchos, muchos pueblos así y hay un par de pueblos un poquito más grandes. Entonces nos dimos cuenta que sí, que un programa como este sería una gran oportunidad para la región.

Ramírez: Cuando comenzamos a trabajar en el diseño, entendimos que lo importante sería crear un edificio que pudiera albergar el programa que estaba pensado inicialmente. Pero, al mismo tiempo, que la realidad era que este programa nunca se había probado. Entonces necesitábamos una visión de programa y de edificio que pudiera sobrevivir a una evolución incierta. Era importante diseñar espacios flexibles, porque no sabíamos, no sabemos, si el programa va a moverse más hacia la música o más hacia las artes o más hacía otra cosa.

Botero: ¿Cuáles fueron los retos o problemas a los que se enfrentaron desarrollando el diseño y cómo los resolvieron? ¿Qué soluciones espaciales desarrollaron para proveer flexibilidad?

Diego Ricalde: Como con cualquier proyecto, los problemas empezaron desde el minuto uno. Fuimos a ver el sitio una vez fue comprado por la fundación Tierra Adentro, creada por Architecture for Humanity para realizar el proyecto. A diferencia de muchos de los terrenos que habíamos visto con ellos inicialmente, era enorme. Empezamos a trabajar en el plan maestro localizando cada uno de los componentes sin saber muy bien cuáles serían las fases del proyecto.

Los clientes iban avanzando en paralelo, investigando diferentes posibilidades. Ellos habían contratado gente que les ayudara a entender cómo ir financiando el proyecto. En este aspecto, de nuevo, como en cualquier otro proyecto grande, la línea de tiempo ha sido tan ambigua como el programa.

Otra parte interesante del proyecto fue que dentro del terreno había un edificio ya existente. Era la casa del dueño original. Y cuando el hijo, creo, vendió el lote a la fundación, pidió que esa casa no fuera demolida, por un tema de memoria. Y aunque a nosotros nos pareció una noción romántica estuvimos de acuerdo en que esta casa vieja, con un esquema muy sencillo, con un pequeño muro de piedra que rodea el patio de entrada, podría integrarse a todo el conjunto.

Estado del edificio existente en el terreno al principio del proyecto. Crédito: Estudio MMX

Entonces ahorita las dos piezas del campus que existen son esa pieza antigua remodelada, que es la administración, y después estos otros espacios, como ya se dijo, abiertos y flexibles, que hoy alojan todo el programa de la escuela.

Arvizu: Otro problema o reto al que nos enfrentamos fue que estábamos diseñando un edificio complicado en términos de identidad. Esta comunidad está en un área muy rural, pero el frente del lote es de los típicos lugares que hay junto a la carretera. Hay construcciones, construcciones, construcciones, pero unos 30 metros hacía atrás, pasando ese primer bloque de construcción, ya no hay nada. Teníamos que enfrentarnos a esa dualidad.

Y luego estaba el problema del lenguaje arquitectónico. Parte de nuestro reto fue hacer un edificio con el que la gente se pudiera identificar, no solo llegar con un ejercicio abstracto o una pieza de la ciudad contemporánea y meterla en medio del pueblo. Entonces decidimos emplear estos muros de piedra y techos de teja, que son la manera tradicional de hacer arquitectura en esa zona.

Edificio principal de El Tepozán, junto a la vía principal de Canalejas. Crédito: Eduardo Pesado

del Río: En la zona hay mucha piedra y la gente está acostumbrada a trabajar con ella. Los muros que dividen las parcelas son muy bonitos. En la piedra acomodada casi no dejan ningún huequito—está perfecto. Entonces intentamos aprovechar esto lo más posible.

El otro material primario usado en el edificio, la teja, también se utiliza mucho en esa zona. Y a la vez es una idea que tomamos de la casita que existía en el terreno. Esta casa es un ejemplo de cómo viven los campesinos de la zona desde hace muchísimos años. Se tiene un área por debajo, una especie de almacén, que funciona como granero y demás, y la gente vive encima.

Ramírez: Un beneficio claro de usar este material fue que, como mencionaba Ignacio, no necesitábamos capacitar a nadie porque los trabajadores del lugar saben perfectamente cómo armar techos de teja y trabajar esta piedra.

Ricalde: Así es—un contratista general manejó el proyecto, pero empleando a locales para trabajar en él.

Ramírez: Parte de la estructura es metálica, esa sí obviamente venía del taller y luego se montaba en el sitio. Pero el resto del edificio fue construido a partir de técnicas tradicionales.

Ricalde: Es interesante el proyecto de este edificio porque de alguna forma revela la transformación del lugar. El lugar se está transformando y el edificio es como un testigo de esa transformación. La estructura de acero llega al pueblo porque los espacios que hay que cubrir para este programa son muy distintos a los de la casita de hace 100 años. Entonces ahí hay una incorporación de los materiales locales, tradicionales, vernaculares, pero también de un material nuevo que responde a este nuevo programa, que está a su vez transformando el uso del terreno y la vocación del pueblo.

Crédito: Sandra Pereznieto

Ramírez: Para complementar, estos sistemas de alguna manera condicionaron nuestra arquitectura. En el momento en el que adoptamos la teja, supimos que no la podíamos poner plana; teníamos que hacer techos inclinados. Y en el momento en que decidimos usar piedra, supimos que íbamos a tener muros sólidos, capaces de llevar carga, de dividir. Pero a la vez queríamos que entrara mucha luz, lo cual iba un poco en contra de usar muros de piedra.

Entonces la escuela tiene sus contrastes interesantes, que en parte nacen de querer usar esos materiales. Hay unas zonas que son muy cerradas, pero hacia el otro lado tenemos patios abiertos, muy transparentes.

Y no sólo los materiales de los muros y la teja los pensamos en términos locales. Esto también fue importante en el paisaje. Hicimos un trabajo de entender las plantas y los ambientes de la zona para diseñar los paisajes de los patios y jardines.

Estos microecosistemas fueron muy interesantes para nosotros, porque además la carretera es una un ambiente muy poco pintoresco. Normalmente el comercio que hay es un comercio muy agresivo, de lugares para arreglar coches y cosas por el estilo; hay también ferreterías, mercados y restaurantes. Entonces el edificio tenía que hacer esa transición, que ayudar a estudiantes y visitantes a entender que ya no estaban en la carretera. Decidimos que teníamos que hacer el cambio no solo en la piedra y la teja, sino también usando el paisaje local.

Y entonces el esquema son dos patios que funcionan como dos transiciones. Hay un primer patio vegetal que tiene una especie de jardín domesticado—que es como una maqueta del paisaje natural de la zona—y luego hay otro patio que se vuelve a relacionar con el paisaje de manera más abierta y luego ya pasas al terreno en donde las próximas fases del colegio se van a construir.

Crédito: Eduardo Pesado

Sarah Wesseler: ¿Pueden hablarnos más de cómo incorporaron flexibilidad en el diseño?

Arvizu: La flexibilidad surgió de que teníamos que hacer una primera etapa que tuviera todo el plan maestro en versión pequeña: auditorios, comedores, galerías, talleres. Entonces el proyecto tenía que tener una variedad de espacios abiertos y cerrados de diferentes escalas. Y los espacios cerrados tenían que poder albergar desde una oficina o una cafetería hasta un taller especializado de pintura.

Para nosotros, los temas de luz y clima fueron importantes para que esto pudiera funcionar. Todos los espacios tienen luz indirecta—estaba claro que para que un espacio sirviera como taller de grabado, por ejemplo, no podía tener luz directa. Y ciertas situaciones requerían condiciones de luz que se pudieran ajustar. Pero al mismo tiempo necesitábamos regular la temperatura, porque en el lugar hay un clima muy extremo. En el día puede hacer mucho calor, pero en la noche y durante el invierno hace mucho frío.

El diseño del techo permite siempre tener luz indirecta, sin importar la orientación. El techo también nos ayudó a resolver el problema de la temperatura, mediante la ventilación cruzada.

Crédito: Sandra Pereznieto

Y tras esto los espacios los desarrollamos a través de un ejercicio muy sencillo—prácticamente a través del diseño de una sola sección. La sección nos permitió generar pasillos con un espacio cerrado y mucha altura, que podrían incluso tener tapancos. Y entonces a través de un ejercicio modular, creamos espacios que el cliente puede subdividir en secciones que pueden funcionar tanto para espacios muy pequeños como para espacios medianos o grandes.

Para lograr esta flexibilidad, diseñamos largas naves en incrementos de tres metros. La idea fue que la escuela pudiera simplemente agregar particiones—estas son fáciles de poner y remover—en cualquiera de los espacios cerrados para crear clases con distintas dimensiones. Es casi como un museo o galería donde puedes agregar elementos no estructurales para modificar el espacio según distintas exhibiciones.

Y la mayoría de las salas largas van acompañadas de patios traseros que son más privados. Pensamos que sería útil, porque si uno tiene un salón de clases no puede tenerlo abierto a zonas muy activas, pero algunos elementos del programa, como los talleres de escultura, necesitan de espacios exteriores.

Crédito: Estudio MMX

En realidad nosotros no inventamos nada, usamos como modelo la flexibilidad que tienen las construcciones coloniales en Latinoamérica en general. Es el esquema típico de un edificio cuadrado con un patio central, donde el patio ayuda a controlar el clima y las alas alrededor están subdivididas en distintos espacios que se conectan internamente o por medio del patio, permitiendo mucha flexibilidad.

Ricalde: Y ahí creo que juega un papel muy importante algo que trabajamos mucho en nuestros proyectos, que es la repetición y la modularidad: elementos que se repiten, aunque a veces cambian. Eso funciona bien para proveer las posibilidades de evolución que necesitamos para este proyecto.

Los proyectos de Estudio MMX están marcados por modularidad y repetición. Izquierda a derecha: Museo Regional, Plaza de Tamulté y Jardines Centrales de Jojutla. Créditos: Dane Alonso

Botero: ¿Pueden contarnos más sobre el vínculo entre la modularidad y la flexibilidad?

Ramírez: Los elementos modulares en un plano ayudan a acomodar las distintas partes de un proyecto. Buscamos módulos que puedan ser un punto de partida—donde una unidad pueda ser un baño, o una cocina, digamos, pero luego puedas repetir este módulo para otros elementos del programa, lo que ayuda a organizar el proyecto entero. Entonces puede que un módulo sea una bodega, pero dos módulos ya son un salón y tres módulos ya todo el edificio.

La modularidad ayuda mucho con la ejecución del proyecto, a que todo esté ordenado y tenga las mismas medidas en el taller. Es mucho más fácil construir cuando la fabricación puede estandarizarse.

Ricalde: Yo agregaría que el módulo no es en nuestras cabezas únicamente una distancia—no es una decisión de cirujano, de tener un eje de construcción cada tres metros o algo por el estilo. La modularidad también se da en los elementos constructivos.

Por ejemplo, en este caso las armaduras son un módulo que se repite y que se transforma y que cuando llega la esquina gira y entonces hace que cambie el techo, pero siempre siguiendo la misma lógica.

Entonces está el módulo espacial, el módulo de distancia, por así decirlo. Después está el módulo de los elementos que componen el espacio. El módulo recorre también los propios espacios. Entonces esa idea de modularidad y de repetición cambia de escala conforme recorres el proyecto, conforme lo conoces.

Celebración del Día de los Muertos en la Escuela de Arte el Tepozán. Crédito: Estudio MMX

Esto crea en el edificio una legibilidad y accesibilidad que tiene una función pedagógica. Siendo esta una escuela, también creo que es muy importante que el espacio de alguna manera provoque, eduque y hable; que transmita ideas como la de la evolución del pueblo a través del tiempo. Entonces todas estas cosas de las que hemos hablado van construyendo el discurso de la escuela como mecanismo de transformación de las personas, del lugar, etc. Creo que esta escuela, a través de las estrategias espaciales, de diseño y materiales de las que hemos estado hablando, expresa la voluntad de transformación nuestra y de la fundación para la que trabajamos.

Ha sido editada y condensada. Texto original aquí

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Salir y hacer https://arquine.com/salir-y-hacer/ Wed, 23 Nov 2022 14:07:48 +0000 https://arquine.com/?p=72346 Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista fue parte del 2019 Architectural League Prize, un concurso para jóvenes arquitectos diez o menos años después de graduados, organizado anualmente alrededor de […]

El cargo Salir y hacer apareció primero en Arquine.

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Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista fue parte del 2019 Architectural League Prize, un concurso para jóvenes arquitectos diez o menos años después de graduados, organizado anualmente alrededor de un tema.

Una colaboración con:

 

El programa de diseño y construcción de Taller KEN lleva arquitectos jóvenes a ciudades latinoamericanas.

Gregory Melitonov vive en nueva York pero Taller KEN, la firma que cofundó en el 2013, también tiene oficinas en Guatemala y Costa Rica. Ines Guzman, la co-directora de la firma, vivió en ambos países mientras crecía. Melitonov y Guzman han dirigido un programa de diseño y construcción que trae jóvenes de alrededor del mundo a Latinoamérica en busca de oportunidades para crear infraestructura social en ambientes urbanos complejos.

Catarina Flaksman de The Architectural League habló con Melitonov acerca de esta iniciativa.

¿Cómo comenzó el proyecto de construcción y diseño?

En el 2016 recibimos un premio AIANY New Practices Award y de repente nos vimos bombardeados por aplicaciones de trabajo viniendo desde todas partes del mundo. Nos encontramos con el problema de no tener suficientes proyectos para emplear tanto talento y nos dimos cuenta que leer las 10 a 20 aplicaciones que nos estaban llegando a diario sería un esfuerzo enorme. Entonces decidimos poner este problema de cabeza ¿Qué pasaría si aceptáramos a todos los aplicantes?

Decidimos convertirlo en una convocatoria abierta: todos aquellos dispuestos a venir a la Ciudad de Guatemala durante tres meses podrían unirse a nosotros y construiriamos algo. Sabíamos que si reunimos toda esa energía y ese talento en un mismo lugar se podrían hacer cosas interesantes.

El programa opera mediante donaciones y compañías patrocinadoras que proveen los bienes y servicios. En los tres meses llevamos un proyecto desde su concepción hasta su fin y los participantes ven todos los aspectos del mismo, incluyendo las presentaciones a los patrocinadores y la creación de material publicitario. La parte central siento el diseño y la construcción del proyecto, de la mano de expertos locales.

Una de las grandes metas del programa es el conocimiento de construcción. A menudo las escuelas de arquitectura se enfocan en la teoría o el campo digital y no le enseñan a sus estudiantes los componentes básicos de la construcción. Tenemos participantes que nunca antes han usado un taladro o un martillo. Aportarles este conocimiento es muy importante.

¿Están trabajando en algún proyecto para este verano?

Estamos planeando la tercera versión en San José, Costa Rica. El lugar que escogimos es la intersección entre una vía de agua y un ferrocarril. Queremos estudiar cómo diferentes capas de infraestructura urbana, ya sean construidas o naturales, se juntan. Debido a que Costa Rica tiene la economía más fuerte y estable de la región hay muchos inmigrantes de Nicaragua que vienen a trabajar aquí, lo cual ha creado muchas tensiones sociales. En estas zonas al borde de la infraestructura de la ciudad se encuentran barrios informales. Entonces vamos a lidiar con temas de infraestructura, ecología y dinámicas sociales.

Estamos reuniendo a un grupo de participantes de gran diversidad. Vienen de India, Haití, Tunisia, Turquía, Canadá, Italia, Francia y los Estados Unidos. Costa Rica es un destino turístico por sus atractivos naturales. Nosotros estamos trayendo a los participantes a la ciudad capital, que tiende a ser visitada solo de paso. Entonces, traer a este grupo de estudiantes de universidades prestigiosas alrededor del mundo a un lugar ignorado es en sí una manera de combatir los estereotipos de Centro América.

El grupo central de 10 a 12 participantes desarrolla el proyecto, pero, en su construcción participan también estudiantes de arquitectura de universidades locales. Terminamos teniendo alrededor de 30 personas en el lugar y se convierte en un ciclo de retroalimentación entre lo local y extranjero. Los estudiantes de afuera pueden creer que saben más que los locales y los locales más que los extranjeros pero apenas comienza el proyecto estos prejuicios se desmienten. Todos se dan cuenta de que sus habilidades se ven complementadas por otros conocimientos.

El equipo de diseño del proyecto Playa Chomo. Crédito: Taller KEN

¿Son los proyectos siempre intervenciones temporales?

No. Los dos programas que hemos dirigido hasta ahora se encuentran en lugares opuestos del espectro.

El programa de Playa Chomo fue un pabellón en el centro histórico de Guatemala, en la base del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias (CCMAA), un edificio que forma parte del legado de arquitectura moderna en la ciudad. Efraín Recinos, seguidor de Le Corbusier, diseñó este teatro nacional. Pero pertenece a una zona donde se encuentra también el museo militar, controlado por la Junta Militar de Guatemala. Hay sin duda muchas áreas grises frente a cómo se utilizan los fondos destinados al mantenimiento de este parque, zona verde y teatro.

La idea de la instalación fue traer atención a una zona verde subutilizada en la mitad de una ciudad caótica. Queríamos también llamar la atención a este tesoro arquitectónico que está comenzando a caer en el abandono. Situamos el proyecto en un parqueadero que no se estaba utilizando, pero una de las condiciones para realizarlo fue que fuera temporal.

Playa Chomo. Crédito: Marcelo Gutierrez.

Por encima de generar conocimiento sobre el CCMAA, el proyecto no tenía un propósito diferente a ser un vehículo para el programa de pasantías. Pero, alguien que conocimos mientras realizamos el proyecto terminó utilizando el espacio para realizar actividades con un grupo de huérfanos cada sábado. Venían malabaristas, músicos y demás. Realmente se convirtió en un lugar que creaba comunidad, pero después de algunos meses fue desmontado.

Crédito: Taller KEN

Al año siguiente pensamos que toda esta inversión y energía debía ser reconsiderada: ¿No sería mejor poner el esfuerzo en un proyecto permanent?

Comenzamos a trabajar con el Barrio Gerona, considerado uno de los más peligrosos de la Ciudad de Guatemala. Se encuentra muy cerca a una zona rosa que está adjunta a una vía de tren en desuso, que ahora frecuentan los peatones de manera informal. Entonces, de nuevo, identificamos una pieza de infraestructura urbana que no estaba siendo utilizada. Esta línea de tren atraviesa el centro de la ciudad y se ha convertido casi en una zona verde.

En un área encontramos un depósito ferroviario con un espacio verde que estaba siendo utilizado como un parqueadero durante el día, con mucho movimiento y ruido. Durante la noche quedaba en desuso, convirtiéndose en un lugar sin ojos peligroso.

También había problemas financieros delicados. Esta tierra le pertenece a la compañía de tren, que le pertenece al gobierno, pero el espacio estaba siendo usado como un parqueadero privado.

Terminamos haciendo un plan maestro para el área y comenzando con la primera fase, que involucraba la excavación de las vías del tren, llenarlas de gravilla para preservarlas, y luego hacer paisajismo para un barrio adjunto a este espacio abierto.

Rendering del proyecto en El Barrio Gerona. Crédito: Taller KEN.

La primera fase del proyecto involucró mucho paisajismo e hicimos un gran esfuerzo por involucrar a los residentes del barrio. Trabajamos para conseguir su colaboración en la ejecución de la primera fase del desarrollo, trayendo a la mesa la mayor cantidad posible de participantes para evaluar qué estaba sucediendo con esta tierra. ¿A quién pertenece en realidad? ¿A la persona del parqueadero que ha logrado llevar a cabo este negocio en ella? ¿A los residentes del barrio? ¿O es sólo tierra pública? y de ser así ¿Qué significa esto?

En términos de la construcción concreta del Barrio Gerona, toda la tierra que fue excavada para descubrir los rieles se utilizó en la construcción de bancas y lechos de plantas utilizando la táctica de superadobe. Realizamos construcciones con la tierra y luego las recubrimos de concreto para hacerlo realmente permanente.

Barrio Gerona. Crédito: Taller KEN.

Este proyecto fue muy diferente a Playa Chomo en cuestiones de su duración. El impacto visual que tenía era muy pequeño pero más duradero, y esperamos que lleve a más integración de la comunidad.

Además, en este caso, un grupo de jóvenes Guatemalenses de una colaborativa de arte llamada Happy People tomó el lugar como propio. Los residentes del barrio y estos artistas terminaron heredando el espacio y haciendo trabajos de murales y otras intervenciones para empujar el plan maestro hacia adelante.

Crédito: Marcelo Gutierrez.

Su oficina se basa en Nueva York, Ciudad de Guatemala y San José. ¿Puede explicarnos cómo funciona esto?  

Mi pareja Inés y yo trabajamos para Renzo Piano en Genova, Italia. Sin embargo, al estar allí trabajamos, casi exclusivamente, en el nuevo edificio del museo Whitney en Nueva York. Entonces, inclusive antes de abrir nuestra propia oficina, hemos cultivado la habilidad de trabajar a distancia, separados del contexto espacial del proyecto. Esto ha sido una ventaja enorme ya que nos ha permitido ver el proyecto desde un punto de vista externo.

Estamos siempre muy interesados en entender cómo se hacen las cosas localmente. Entendemos que en realidad no hay substituto para este tipo de conocimiento. Como resultado de esto nuestros proyectos siempre ven el conocimiento local desde un punto de vista externo. No damos nada por hecho en la manera en la que alguien que está trabajando en su propio patio puede llegar a hacer.

Somos capaces de llegar a un lugar y trabajar de la mano de artesanos, arquitectos, estudiantes y diseñadores locales, entrando en un diálogo abierto con todas estas personas en busca de las mejores soluciones. Pienso que esto contribuye mucho a nuestra estética como estudio, a la que se le refiere a menudo como trabajo de retazos. Nos encanta esto, tratamos de implementarlo en la mayor medida posible por que creemos que nos permite incluir más voces. Queremos poner la arquitectura en tantas manos como nos sea posible.

Equipo de diseño Barrio Gerona. Crédito: Taller KEN.

¿Tienen un proceso particular para trabajar en contextos con los que no están familiarizados?

Hemos pensado mucho en lo que identificamos como las tres fases de trabajar de manera local. La primera es el enfoque de principiante, en el que al llegar a un lugar nuevo uno se ve de inmediato atraído a alguna característica que parece muy fresca y nueva pero para los locales es un truco viejo. Por ejemplo, la tradición textil en Guatemala es instantáneamente llamativa. Entonces, el instinto natural de un diseñador es tomar únicamente este aspecto y exagerarlo. Lo que lleva a mucho trabajo de diseño contemporáneo que destaca algún aspecto de artesanía tradicional. Eso, pienso yo, es una representación inauténtica del lugar que puede inclusive ser vista como una instancia de apropiación cultural.

Al madurar hemos llegado a lo que creo es un reflejo más completo del lugar. Ningún lugar está definido por únicamente una o dos corrientes de artesanía local o arquitectura vernacular. Nuestro proyecto del restaurante Madero, por ejemplo, trata de tomar el desorden de los países en desarrollo, en donde hay mucho desarrollo comercial y simultáneamente la pérdida de estilos de vida tradicionales.

Interior del restaurante Madero diseñado por Taller KEN en Ciudad de Guatemala. Crédito: Marcelo Gutierrez.

Una vez logrado esto se comienza a entrar en la tercera fase de trabajar localmente que es comenzar a moldear la cultura. Es así como conceptualizamos la iniciativa de diseño y construcción, que tiene la posibilidad de unir un número ilimitado de participantes debido a que no hay clientes o presupuesto y en mucho casos los lugares del proyecto son zonas grises. Identificamos un espacio abierto en desuso, especulamos que podría estar allí y tomamos el acercamiento guerrilla: tocar puertas hasta conseguir resultados. Esto trae a muchas personas a las mesa.

¿Cómo describiría usted la escena arquitectónica en la Ciudad de Guatemala, y cómo piensa que su trabajo encaja dentro de este contexto?

Es sin duda una escena llena de talento en cuestiones de diseño, culinaria y arte. Solía haber un fenómeno grande de “brain-drain”: todo el mundo iba a la universidad en los Estados Unidos y trataba de quedarse allí. Ahora hay más posibilidades de que el talento retorne, debido a que hay menos obstáculos para que las personas hagan lo que les interesa.

City Fabra Façade, un proyecto de Taller KEN. Crédito: Marcelo Gutierrez.

Uno de los grandes problemas que nos llevaron a la iniciativa de diseño y construcción fue ver tantos jóvenes que no estaban encontrando maneras de sacarle provecho a lo que aprendían en la universidad. Muchas personas terminan trabajando en dibujos para el diseño de baños o en hacer modelos. Vemos esto como una pérdida de potencial enorme. En Guatemala, esas mismas personas pueden salir y hacer!

Ha sido editada y condensada. Texto original aquí

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Una pieza en el conjunto https://arquine.com/una-pieza-en-el-conjunto/ Wed, 16 Nov 2022 18:10:29 +0000 https://arquine.com/?p=71970 Como parte de un ambicioso programa social, enfocado en un municipio en el estado de México, Palma diseño una casa para Axel, un niño de ocho años.

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Esta entrevista fue conducida e inicialmente publicada por The Architectural League of New York. The League es un foro independiente que promueve la excelencia en la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Esta entrevista fue parte del 2021 Architectural League Prize, un concurso para jóvenes arquitectos diez o menos años después de graduados, organizado anualmente alrededor de un tema.

Una colaboración con:

 

Como parte de un ambicioso programa social, enfocado en un municipio en el estado de México, Palma diseño una casa para Axel, un niño de ocho años.

En los último años, Ocuilan, un municipio al sur del Estado de México, ha sido el foco de una iniciativa de gran escala intentando mejorar las condiciones de vida de habitantes de bajos recursos. Como parte de este programa, una serie de firmas de arquitectura fueron invitadas a diseñar casas para familias en condiciones precarias.

Comisionados con diseñar un hogar para un niño de 8 años y sus abuelos, Palma, una oficina basada en Ciudad de México y el pueblo de Sayulita, trabajó para entender las necesidades de la familia, continuando con el extenso trabajo social conducido como parte de la iniciativa. Alicia Botero y Sarah Wesseler de The Architectural League of New York, hablaron con los socios Ilse Cárdenas, Regina de Hoyos y Diego Escamilla sobre este proyecto.

Sarah Wesseler: ¿Cómo llegó a ustedes este este proyecto?

Diego Escamilla: Comenzó con el tema de los sismos del 2017. Tras los temblores, muchas oficinas de arquitectura y diferentes colaboradores de México y otras partes del mundo se unieron a un proyecto llamado ReConstruir Mexico. La recaudación de fondos fue muy exitosa, con todo el dinero que se juntó los organizadores pudieron expandir el programa para incluir comunidades fuera del área más afectada, de Ciudad de México y Oaxaca. La idea era mejorar la calidad de vida de personas en condiciones de vulnerabilidad y precariedad por una variedad de razones, no sólo los sismos.

Ciudad de México sufrió de destrucciones severa por los sismos del 2017. Créditos: ProtoplasmaKid via CC SA 4.0

Se empezaron a canalizar esfuerzos para la localidad de Ocuilan, un municipio a dos horas de distancia de la Ciudad de México, para diseñarle casas nuevas a personas que lo necesitaran. La organización que lideró la iniciativa fue PienZa Sostenible, invitaron alrededor de 50 despachos de arquitectura, la mayoría mexicanos.

Así fue que entramos en contacto con Axel y sus abuelos. No se vieron directamente impactados por los sismos pero fueron seleccionados por el programa con base en sus necesidades económicas.

Nuestro proyecto tenía las mismas especificaciones que todos los otros comisionados por PienZa Sostenible para el municipio. El presupuesto era alrededor de 240 mil pesos—12 mil dólares. La casa tenía que ser de 45 metros cuadrados: ni un metro más, ni un metro menos. En términos del material, debía ser construida con block aparente.

Ilse Cárdenas: Desde antes de la llegada de los arquitectos ya había un trabajo muy profundo en la zona. Una organización llamada  Fundación Origen llevaba alrededor de un año trabajando con diferentes familias en esta localidad. Como parte de la iniciativa tras el sismo, ellos habían identificado familias con ciertas características para ser beneficiarios de nuevas viviendas. Por ejemplo mujeres víctimas de violencia, o familias que no tenían forma de reconstruir su vivienda después del desastre.

Esto lo digo porque es importante entender que no fue que llamaron arquitectos y todo fue fácil y magia—no, había ya un trabajo social de fondo que acompañó a las familias para luego poder acceder a este tema de vivienda.

La gente quiere muchas veces hacer parecer que el arquitecto fue el que hizo todo ese trabajo comunitario y todo ese trabajo de investigación con la familia. Y en unos casos así sucede, pero en este caso ese trabajo lo hizo Fundación Origen.

Regina de Hoyos: Claro que una vez que nos asignaron a la familia, sí trabajamos de cerca con ellos para llegar a entender mejor cómo estaban viviendo y qué tipo de espacios necesitaban.

Lugar para la casa previo a construcción. créditos: Palma.

Encontramos que ellos tienen un terreno bastante estrecho, pero muy largo, y va subiendo un poco hacia el cerro. Tiene diferentes niveles de construcción en el terreno; hay una zona donde tienen animales y otra donde están construyendo una casa para una de las hermanas, etcétera. Entonces nosotros entramos en esa parte de relacionarnos un poco más con Axel y con sus abuelos para entender qué es lo que necesitaban ellos para esta última parte del terreno en la que nosotros íbamos a situar en su casa.

Cárdenas: La familia ya tenía una relación muy cercana con este pedazo de tierra; los abuelos compraron ese terreno hace años. Tenían ya ciertas casas de la familia, unas en mal estado y otras en buen estado. Tenían una cocina abierta que usaban mucho. Tenían plantados los cactus, nopales, con los que trabajaban.

de Hoyos: Sí, fue importante entender sus vidas diarias y como estas afectaban los espacios que necesitaban. El abuelo es taxista y la abuela se dedica a limpiar nopales para vender en el mercado local. Esto se refleja muy bien en cómo han ido configurando sus espacios: tienen una cocina, junto a esa cocina está la parte de limpiar los nopales, etcétera. Entonces nuestro trabajo era entender qué es lo que necesitaban en cuanto al espacio, más allá de lo que ya tenían.

Además, había un tema importante de privacidad, porque hay tres familias involucradas en ese terreno, y como en todas las familias, las relaciones a veces no son muy fáciles. Entonces queríamos darle a Axel y a sus abuelos la suficiente privacidad de estar en la parte alta del terreno sin que se sintieran desconectados de todo lo que ya había.

Foto aérea con el proyecto (en el centro) en su contexto. Créditos: Luis Young

Nuestro trabajo fue también intentar reconocer la situación, un poco más difícil, que sufría en particular Axel, porque inicialmente la casa iba a ser para su mamá, pero luego, desafortunadamente, ella murió. Entonces el beneficiario terminó siendo Axel, custodiado por sus abuelos. Entonces trabajamos para entender estas relaciones familiares y cual sería su configuración en este nuevo espacio, que iba a representar muchas cosas para ellos personalmente.

Cárdenas: Fue difícil, porque al final el cliente era un niño de 8 años. Cuando fuimos estaba muy emocionado con el tema de boxear y lo único que le interesaba era donde iba a colgar su saco para jugar y todas esas cosas. Y era una situación un poco delicada porque el beneficiario sí, era él; la casa sí, iba a ser para él en un futuro. Pero ahora tenía que funcionar para los abuelos. Entonces había que tener cierta privacidad y flexibilidad.

Izquierda: Axel en el lugar del Proyecto. Derecha: Palma presentándole los diseños a los abuelos de Axel. Créditos: Palma

Más que una casa principal, la casa se convirtió en una especie de bungaló que venía a completar lo que ellos ya habían construido en su tierra por muchísimos años. Fue muy importante para nosotros darnos cuenta que el proyecto iba a ser una pieza más de toda esta cosa comunal y este conjunto, que no estábamos intentando hacer ahí la obra de arquitectura o nuestra propia casa.

EscamillaHablando un poco más específicamente acerca del diseño, el reto fue trabajar con solo 45 metros para crear una casa en la que 4 personas pudieran vivir cómodamente. 45 metros para una casa de 4 personas, 3 recamaras, es chico.

Generamos dos estrategias. La primera fue crear un patio central que no nos contará en metros cuadrados—es aire. El patio funcionaba también como el espacio para que la abuela de Axel pudiera limpiar nopales.

La otra estrategia fue hacer un juego con los planos verticales para tener privacidad y permitirle al habitante ir descubriendo los espacios lentamente. Tú llegas y desde afuera ves un bloque bastante solido y plano. Pero, conforme te vas acercando empiezan a aparecerte planos verticales que te abren o te cierran ciertas vistas: te enfocan a ciertos árboles, te tapan visuales para que no veas hacia las recamaras de adentro. Esto genera un poco una sensación de amplitud; sientes que el proyecto es mucho más grande de lo que realmente es.

Créditos: Luis Young

Alicia Botero: Han hecho varios proyectos residenciales, muchos de los cuales son casas vacacionales. ¿Cómo se relaciona ese trabajo a este proyecto?

de Hoyos: Pues, juegas con las mismas reglas para todos, ¿no? Tienes un programa que cumplir, un presupuesto, y lo que quieres es maximizar el área y los espacios que sean amenos, iluminados y ventilados. Entonces, esas características realmente no cambian de proyecto a proyecto.

Casa Litbú, de Palma, una vivienda vacacional en un pueblo costero de México. Créditos: Luis Young

Cárdenas: Sin embargo, con este proyecto en particular, nos dimos cuenta de lo positivo que es cuando hay dos o más actores que se juntan con una misma voluntad y donde entonces los diseñadores entran como una parte más para contribuir a alcanzar las metas establecidas. En este caso el acceso a la vivienda sale de un trabajo ya previo con las comunidades, un trabajo serio. No es cuestión de nada más buscar, crear e intentar imponer lo que tú crees que puede funcionar para dar vivienda a ciertas comunidades. Con este proyecto el trabajo que hubo duró muchísimo tiempo— más que nuestro proyecto. Nosotros fuimos sólo un engranaje de toda esa maquinaria, no era para nada que nosotros fuéramos los protagonistas.

Créditos: Luis Young

Wesseler: En los últimos años hemos entrevistado a varias firmas que han trabajado en esfuerzos post-sismo en México. ¿Pueden contarnos del rol que han tenido estas iniciativas en la comunidad de arquitectura en México? ¿Continúan hoy existiendo estas u otras iniciativas similares?

Ilse Cárdenas: El sismo fue un momento de transición y de quiebre para muchas cosas. Movió a las generaciones, tanto a la nuestra como a las dos que siguen. Han salido muchos encuentros a partir de eso, se encontraron muchas sintonías entre ciertas oficinas, y entre ciertos organismos. Fue a partir de eso que surgieron dos o tres iniciativas que ahora siguen. No son precisamente la misma gente o las mismas intenciones, pero los grupos creados tras el sismo brindaron pie para que estas empezaran. Por ejemplo, PienZa o algunos proyectos de INFONAVIT, o el trabajo que están haciendo en la Secretaria de Desarrollo Urbano, donde invitan estos grupos de arquitectos con intereses similares y con portafolios de trabajo de muy alta calidad a trabajar en proyectos para el beneficio de diferentes poblaciones.

Y estas poblaciones no son solamente de la Ciudad de México. México es muy centralista, y muchas veces todas estas iniciativas están en la Ciudad de México. A partir del momento del sismo se empezó a abrir mucho más la perspectiva a todo el país.

Ha sido editada y condensada. Texto original aquí

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