Resultados de búsqueda para la etiqueta [Anne Lacaton ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 04 Oct 2024 22:23:01 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Undécima llamada en el Metropólitan: las conferencias de Mextrópoli 2024 https://arquine.com/undecima-llamada-en-el-metropolitan-las-conferencias-de-mextropoli-2024/ Fri, 04 Oct 2024 16:31:11 +0000 https://arquine.com/?p=93146 Hasta hace poco, no más de una década, todavía era aceptable pensar, desde la experiencia inmediata, que el “contexto natural” era eso atemporal, que sólo se mueve a escala geológica o en eones. Y la arquitectura sería esa mediación que, con cierta lentitud con respecto a otros asuntos humanos, podría crear cosas perdurables: casas, monumentos, […]

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Hasta hace poco, no más de una década, todavía era aceptable pensar, desde la experiencia inmediata, que el “contexto natural” era eso atemporal, que sólo se mueve a escala geológica o en eones. Y la arquitectura sería esa mediación que, con cierta lentitud con respecto a otros asuntos humanos, podría crear cosas perdurables: casas, monumentos, ciudades enteras. Ahora, como en pocos años antes, la naturaleza se ha revelado como un todo que cambia a una velocidad inalcanzable para una disciplina que, en gran medida, sigue habitando bajo la sombra de su espléndido pero ya casi infructuoso siglo XX: la figura centralizante del arquitecto, los proyectos construidos como único legado de los despachos y sus numerosos colaboradores, y una lucha no tanto por insertarse en el ya mencionado contexto, tanto natural como humano, sino diferenciarse de él cuanto antes.

En frente: huracanes cada vez más frecuentes y mortíferos; domos de calor alimentados por el concreto y el asfalto que cubren las ciudades; extinción masiva de especies, lenguas y culturas; estratos geológicos marcados por la extracción de materiales necesarios para la construcción incesante de edificios que, en la mayor parte de los casos, sólo servirán a la especulación financiera y no a los habitantes. Es un momento en el que la nave espacial Tierra se ha rehusado ya no a su simulacro de despegue, sino a admitir las reparaciones, esta edición de Mextrópoli trató de desmarcarse de la habitual etiqueta de los discursos y ponencias dirigidos por arquitectos, y en casi todos los casos tuvo que dar entrada, por voluntad propia o por fuerza, a este contexto en el que hay mucho que reparar en poco tiempo.

Para no ir más lejos, en casi todas las presentaciones todavía era notoria la huella de la pandemia de covid-19 (2020-2023), por mucho que cuatro años después de su inicio no haya habido cubrebocas mandatorios, o que las causas de una u otra ausencia no fueran los cierres sanitarios en los aeropuertos: así, casi todos los conferencistas traían noticias de proyectos demorados o cancelados, o que combatieron esa crisis de la que todavía no hemos salido, por mucho que se militara la vuelta a la normalidad (Leonor Silvestri dixit).

Como esa emergencia sanitaria, otras crisis han alcanzado a reflejarse en un festival en el que se animaba a reparar la ciudad global, pese a los muchos estragos en curso: guerras y operaciones genocidas en casi todos los continentes en las que perecen inocentes y patrimonio tangible e intangible; una crisis de vivienda y salarios que, sin embargo, no ha sonado aún la alarma de nadie, a pesar de los rumores de una próxima recesión (gran eufemismo para depresión económica) en 2025; y un giro a la derecha en el mundo, en plena tensión con gobiernos de izquierda, progresistas y liberales surgidos durante los dosmildieces y que ya han empezado a ser contrarrestados por el fascismo, brazo armado del libre mercado, en su nuevo traje libertario.

Como respuestas a la omnicrisis, los conferenciantes —además de sus mejores proyectos—, presentaron, no sin cierto escepticismo, algunas de las posibles rutas para reparar la megalópolis mundial: el revival de la madera; la recuperación de áreas urbanas para la vivienda y la habitación comunitaria; la construcción sobre estructuras y programas ya existentes; el credo de hacer más con cada vez mucho menos que, sin embargo (y como lo decía uno de los ausentes de este ciclo de conferencias, Pier Vittorio Aureli, en su opúsculo Less is enough [2023]) no se ha orientado hacia la optimización de recursos tanto como al lucro para unos cuantos. También había rasgos comunes entre conferencias, como una cifra que ya casi es un lugar común: la de que las industrias de la edificación y construcción producen más o menos el 40 % de las emisiones de dióxido de carbono, lo que ha llevado a una de las tendencias que podrían marcar lo que le queda de década a estos dosmilveintes: ponerle freno al imperio de cemento y concreto. 

Para cuando el lunes 23 de septiembre sonó la tercera llamada en el Teatro Metropólitan, la undécima edición de Mextrópoli estaba por probar qué tanto el eje del festival, reparar la ciudad, podía en verdad romper los ciclos de consumo y adoptar nuevas visiones de la ciudad, la sociedad y la arquitectura.

Foto: Axel Palacios

Ada Colau | Barcelona

“Donna Haraway hablaba del conocimiento situado, no todos ni todas hablamos desde el mismo lugar. Sé qué es que te corten el teléfono o pagar el alquiler, lo que ha condicionado mi visión del mundo.” En pleno día internacional de la bisexualidad, así se situaba Colau frente al auditorio del Teatro Metropólitan. Quien fuera alcaldesa de Barcelona durante dos mandatos (2015-2019 y 2019-2023), y en tanto representante de la plataforma política Barcelona en Comú, llegó a México tan sólo unas semanas después de despedirse del Ayuntamiento de esa ciudad y concluir una intensa etapa en la que puso la vivienda popular en el centro de su política pública en un contexto de especulación inmobiliaria y deshaucios. Con una presentación sencilla, limitada a algunas fotos de proyectos como APROP o del model superilla (supermanzana), la política catalana dio un balance de sus casi 10 años de política en funciones. 

“Necesitábamos vivienda asequible y aunque vivamos en un sistema de mercado, no es lo mismo especular con yates o relojes de lujo que con la vivienda que es un derecho esencial, que debe tener una protección y reglas distintas a las del libre mercado. Estamos hablando de corresponsabilidad: si la iniciativa privada quiere especular con vivienda, debe reconocer que no es cualquier tipo de servicio o mercancía, por lo que debe respetar otras reglas que las del mercado. Es una ciudad que prioriza la vida. La mejor imagen de seguridad no es una ciudad con presencia de policías, sino una imagen de niños que juegan en libertad y sin miedo a ser atropellados.”

Con una amplia experiencia, que la llevó desde el activismo callejero hasta el máximo puesto de responsabilidad en Barcelona, lugar desde el que tuvo que llevar a la realidad estas ideas sobre la vida situada (cosa que no sucedió sin resistencia), Colau señaló la importancia de que “la ciudad tenga buenas calles, equipamientos y escuelas, pero nada de eso existe como ciudad si no hay vida, y la vida la dan los habitantes”. No sin resistencias, y pese a la derrota electoral del año pasado, la gestión de esta política sentó precedentes como el cierre de filas contra Airbnb, los incentivos para cooperativas de vivienda y la actualización de la traza de Barcelona, ciudad que en sí misma sigue siendo uno de los laboratorios preferidos para el urbanismo internacional. Colau, quien ahora está en una pausa política y no descarta volver a presentarse como candidata, piensa que el siguiente paso no es, como se concebiría desde la política clásica del siglo XX, llegar al nivel país para seguir con esta política, sino por medio de un “municipalismo” o “internacional municipalista”. En pleno intercambio con otras alcaldesas del mundo, este concepto está por ponerse a prueba ya en el cénit de una década en la que otro espectro secular, el de la caída de la bolsa de 1929, empieza a flotar, comandada por la crisis inmobiliaria y de vivienda.

Foto: Axel Palacios

Eduardo Castillo-Vinuesa | Madrid

Como bajo el filtro azul de una cámara cinematográfica, este arquitecto interdisciplinario —como él mismo se nombra— y cuya obra discurre “en la intersección de la academia y el sector cultural”, dio una visita guiada por Foodscapes, proyecto que investiga los procesos de alimentación en entornos urbanos, y que fue parte del Pabellón de España en la Bienal de Arquitectura de Venecia en 2023 (con la curaduría conjunta de Manuel Ocaña). Dividido en 5 capítulos (digestión, consumo, distribución, producción y fundación), la porción de este proyecto internacional se centró en “los procesos metabólicos de la logística alimentaria mueve todo tipo de cuerpos y arquitecturas productivas, que siempre vuelven a la tierra. Hay que pensar en fotosíntesis y otros procesos químicos y orgánicos que hacen posible la alimentación en las ciudades.”

En pantalla: montajes de grandes horizontes de piedra caliza y campos de siembra, transportes marítimos y terrestres, jaulas con animales, fábricas y líneas de ensamblaje, trabajadores que mueven cajas y contenedores con innumerables cajas; de fondo, “Both of you, Dance Like You Want to Win!”, una de las piezas musicales más icónicas de Neon Genesis Evangelion (compuesta por Shiro Sagisu), que se acompasaba con frases como “al comer, digerimos territorios, y esto es de manera casi literal. Desde los paisajes instrumentalizados hasta los laboratorios domésticos de nuestras cocinas. Foodscapes no va de comida, sino que es un proyecto sobre el sistema alimentario, intenta entenderlo como una gran arquitectura, una arquitectura metabólica de cocinas, campos, mataderos y restaurantes que conforma la vida en la tierra.”

Foto: Axel Palacios

Ana Elvira Vélez | Medellín

Con la conferencia “Entre espacios”, Vélez hizo un recorrido por una larga experiencia en torno a la vivienda colectiva en Medellín y Antioquia, especialmente junto a la Caja de Compensación Familiar de Antioquia (Comfama), empresa que ha dirigido múltiples proyectos de vivienda colectiva junto al gobierno colombiano. Por casi tres décadas de experimentación continúa en las escalas de vivienda individual, habitacional y urbana, Vélez explicó que la línea de pensamiento de sus proyectos se ha articulado por “la huella (la creación de un lugar), la observación (las formas de habitar que definen una identidad) […] Diseño, naturaleza y comunidad son parte de una misma cosa, por lo que hay un trabajo de correlación en estos proyectos de vivienda.” Añadió además que toda esta línea de pensamiento se podrá explorar de manera más profunda en un libro que está en proceso de conexión junto a Arquine.

Foto: Axel Palacios

Iñaqui Carnicero | Madrid

El segundo conferencista con experiencia en un gobierno español fue Iñaqui Carnicero, Secretario General del Ministerio de Agenda Urbana, Vivienda y Arquitectura, situado en Madrid. Su participación se dirigió a un público joven en un momento en que las tecnologías digitales han acrecentado la pericia técnica de la profesión del arquitecto, pero en el que muchos programas de estudio siguen obedeciendo a parámetros estéticos y no tanto sociales o comunitarios.

“En estos años hemos aprendido a utilizar las herramientas proyectuales y de vivienda experimental y asequible. Por el otro lado el reúso de distintas tipologías, como patrimonio industrial y el cambio de usos. Renuncié a mi labor como proyectista y arquitecto para participar en un puesto político que me ha permitido a mí y mi equipo llevar a cabo proyectos de arquitectura de alta calidad y sustentable. Hemos impulsado la ley de calidad y arquitectura, pensando en la sociedad y la multidisciplina. Se trata de una ley que aspira a acercar los valores de la arquitectura a la ciudad.” Carnicero también profundizó en su labor como divulgador del patrimonio arquitectónico con iniciativas el Museo de la Arquitectura, cuya intención es abordar los grandes retos de la disciplina, o el programa Propuestas sobre el Entorno Construido y la Arquitectura (PECA!), que tienen la intención de proteger el legado arquitectónico y dieron pie a un borrador de ley que busca que la arquitectura es sea un bien de interés general por su impacto en la eficiencia energética, la flexibilidad y la inclusión.

Foto: Axel Palacios

Benedetta Tagliabue | Barcelona

A contracorriente de las reglas no dictadas de la etiqueta arquitectónica, Benedetta Tagliabue subió al escenario con una vestimenta de colores, collares y anillos para dar una conferencia que se sintió como un greatest hits de proyectos como el Edificio del Parlamento Escocés en Edimburgo, el Ayuntamiento de Utrecht, el Mercado de Santa Caterina en Barcelona y el Pabellón Español para la Expo Shanghái, la Iglesia de San Giacomo Apostolo de Ferrara y el Centro Kálida Sant Pau. La cofundadora de EMBT Architects englobó estas obras dentro de la idea eje del festival con afirmaciones como que “reparar la ciudad comienza por la casa, el mundo de la arquitectura doméstica. Por ejemplo, capas y capas de otras vidas. Fue la lección de entender que otras generaciones habían habitado este espacio. Y la conversación era que aceptamos algunos de estos dibujos y pinturas.” En pantalla, fotos de los proyectos, los conocidos collages y maquetas hechas con bloques de madera, la peculiar fuente tipográfica utilizada por EMBT, todo lo cual en sí mismos conforma una obra plástica sólida en la que se conjunta lo público con lo artístico: “Estos collages se convierten en arquitectura y, a partir de ellos, se han hecho todo tipo de proyectos. Me gusta ver la relación entre el proyecto y la realidad. Casi todo lo que hacemos ahora tratamos de hacerlo como una casa, por el sentimiento de pertenencia y para que el espacio te haga sentir único.”

Foto: Axel Palacios

Vicente Guallart | Barcelona

El tercer conferencista con experiencia como funcionario en un gobierno español fue Vicente Guallart, quien comenzó por recordar su presencia en uno de los primeros Congresos Arquine, eventos precursores de los actuales Mextrópoli. “Cada 30 y 25 años ha habido un cambio en los estilos arquitectónicos y en la ordenación urbana. La segregación urbana, las estructuras de concreto y los autos privados son los principales causantes del cambio climático. Hay un grave problema si uno no sabe lo que quiere hacer dentro 30 y definir los nuevos retos de la arquitectura. Ahora tendríamos que pensar en ciudades capaces de absorber el dióxido de carbono. Tenemos muchos retos delante de nosotros.” 

Veinte años después de esa primera conferencia, este pionero en la divulgación de la arquitectura (en su momento dirigió uno de los primeros sitios webs dedicados a la disciplina, así como colecciones con programas educativos en CD-ROM), contó  sus experiencias con dos prácticas contemporáneas: la arquitectura en países de África y la innovación tecnológica y sustentable con un proyecto como Terrazas para la Vida (Barcelona), que ha sido uno de los edificios de madera más altos de España:  “Hay que pensar en edificios que produzcan su propia energía, construidos en madera, y que promuevan la eficiencia energética, como si tuviera su metabolismo propio. La idea es que el precio de construir con todas estas tecnologías sea más barato, lo importante es producir edificios que sean sumideros de madera y poder hacer que los bosques vayan creciendo y se renueven. La mejor manera de presentar el futuro es aumentarlo y generar patrimonio para las nuevas generaciones. Los países que tienen mucha historia tienen mucho futuro. Y la arquitectura tiene mucho futuro: siempre va a hacer falta quien haga un proyecto, pero el mejor olor del mundo es el de una buena soldadura en la obra por la mañana.”

Barbara Buser | Zúrich

En la primera conferencia dictada en inglés de la jornada, Barbara Buser presentó su conferencia sobre cómo construir en tiempos de crisis climática. La suiza, con amplia experiencia también en el continente africano, y a la vanguardia en el reúso de materiales de construcción (con iniciativas de las cuales fue una auténtica inventora, como la primera Bauteilbörse [bolsa de materiales de construcción], que hizo junto a Klara Kläusler), ahora trabaja con el despacho baubüro in situ en torno de ideas como reducir, reparar, reusar, rediseñar y reciclar, justamente los cuatro temas que articularon su conferencia. Formada como ingeniera y no como arquitecta, construyendo pozos para pueblos en Tanzania, cuando regresó a Basilea no se entendía con nuestra civilización: “todo mundo dice que reúsar elementos y materiales de construcción es una buena idea, pero de todos modos la gente compra cosas nuevas. La experiencia de los últimos 25 años nos enseña que reúsar edificios ya existentes puede reducir las emisiones de carbono. Por eso hemos desarrollado un proceso para construir sin tantas emisiones. Lo más importante es reúsar y hacer el menor número de intervenciones posibles.” 

De esa manera, Buser presentó a detalle el proceso de construcción de Kopfbau 118 (K.118), proyecto que, como dice su nombre en alemán, agregó como tercer piso de un edificio ya existente una cabeza construida con materiales hallados en el sitio de construcción. Muy acorde a las ideas de reparar la ciudad de Mextrópoli, este proyecto mostró las posibilidades de construir con lo existente y llegó a algunas preguntas a modo de conclusión: “¿Cómo podemos construir con una huella neutral de carbono? Nunca demoler, prohibir la construcción de nuevos edificios y volver más cerrados los ciclos de producción.”

Foto: Axel Palacios

Caroline Bos | Ámsterdam

La neerlandesa Caroline Bos presentó también una retrospectiva de su trabajo con Unstudio, que se ha desempeñado sobre todo en Países Bajos, una de las naciones con mayor densidad urbana de Europa: “Todo lo que un arquitecto hace va a ser contrafactual. Por ejemplo, el Erasmus Bridge en Róterdam, más que una maravilla arquitectónica, era un lugar para propiciar relaciones. Nosotros no solo estamos en casa o trabajamos, sino que constantemente estamos a mitad de camino entre esos dos espacios. De ahí la importancia de desarrollar espacios que permitan una buena movilidad. ¿Cómo puede el diseño urbano propiciar el sentimiento de pertenencia? ¿Cómo podemos iniciar un cambio tangible en nuestras circunstancias? Está en nuestras manos acabar con la contaminación en las calles y reducir las emisiones de carbono. No solo se trata de reparar sino de crear herramientas propias, atender a las tradiciones, de hacer cada vez mejor las cosas.”

Foto: Axel Palacios

Arine Aprahamian | Beirut – Róterdam

Arine Aprahamian llegó a México justo en el mismo día en que sonaban las noticias de una ofensiva del ejército israelí contra el Líbano, bajo el supuesto de bombardear blancos militares escondidos en inmuebles civiles. El resultado de este ataque ha sido analizado en días recientes como la apertura casi oficial de un nuevo frente en Oriente Medio, en el marco del genocidio ejercido contra la población de la Franja de Gaza, en Palestina, iniciada hace casi un año. Arine estaba conmovida por los sucesos y estuvo a punto de no subir al escenario, justo en el día en que también se habían anunciado las ausencias de Pier Vittorio Aureli y Elizabeth Añaños.

Pese a todo, Aprahamian pronunció su ponencia “Home is where the Earth is” [“El hogar está en donde la Tierra”], caracterizada por ideas y proyectos a futuro de una arquitecta todavía joven, quien ha sido parte del programa de mentorías de Rolex —y apadrinada por Anne Lacaton—.  Aprahamian ha trabajado con propuestas arquitectónicas para viviendas para trabajadores y climas extremos, así como visiones del ciberespacio para los inmuebles virtuales. Su despacho ha adoptado, en sus propias palabras, un enfoque transescalar, antidisciplinar y preparado para el futuro de los materiales, la experiencia y el espacio: “En Müller-Aprahamian hemos tenido la oportunidad de trabajar con arquitectura especulativa”. 

Un ejemplo claro de esto fue un proyecto como Bourj Hammoud, intervención que consistió en rehabilitar varios edificios, y que requirió de procedimientos muy cercanos a la arqueología. “De cierta manera, los problemas que hay en nuestro mundo se mueven con mayor rapidez que las soluciones que podemos dar. Los proyectos de este estudio se mueven por metodologías como usar la inventiva, adaptabilidad, intencionalidad y trabajar con lo existente.” Después de mostrar diapositivas de renders futuristas, visualizaciones entre lo arqueológico y lo teórico, Aprahamian cerró con una reflexión sobre el karshif, material conglomerado de sal, arcilla y otros minerales usado en el oasis de Siwa (Egipto) desde hace más de diez siglos en fortalezas y edificaciones cuya visión tenía que ver “con trabajar con lo que hay.” Una propuesta a futuro desde un país con una larga experiencia en la reconstrucción y reparación de un legado patrimonial contemporáneo puesto en peligro.

Foto: Axel Palacios

Paulo Tavares | Brasilia

“Disculpen por no hablar en español y tener que optar por el inglés en México, en América Latina.” Con ese recordatorio sobre las amplias distancias que todavía existen entre el mundo hispanoamericano y el subcontinente brasileño, Paulo Tavares inició una conferencia que, en gran medida, fue una recitación de su ensayo-manifiesto-silabario “Arquitectura de reparación” (disponible de manera integral y en versión prosificada en A109), acompañada por un estudio de caso: la resistencia y restitución de la aldea de Sõrepré, que fue destruida durante las obras de la carretera BR-08 entre 2021 y 2022. Este sitio sagrado del pueblo xavante, originario de la región amazónica de Mato Grosso, fue la culminación del proyecto nacional-brasileño, que Tavares calificó de “autoimperialista” y que ha sido encarnado durante generaciones tanto por un urbanista como Lúcio Costa, como por el expresidente ecofascista y etnocida Jair Bolsonaro.

Entonces, ¿qué es la arquitectura de reparación? Tavares hilaba, a partir de las frases breves pero concentradas de su manifiesto, algunas ideas: “Educamos a los estudiantes de arquitectura, pero no en los problemas sociales que rodean a los proyectos arquitectónicos. Consideramos que la arquitectura, su política y ética, es buena, pero muchas veces la arquitectura se trata de separar, segregar. La arquitectura de reparación tiene que ver con tratar de reparar esas desigualdades sociales derivadas de la arquitectura. Es una posición política, que puede asumir muchas formas desde la acción, el manifiesto, el diseño gráfico o la historia.”

Como parte del Pavilhão Terra, que Tavares curó junto a Gabriela de Matos en la Bienal de Arquitectura de Venecia de 2023, esta lectura fue un intento de reflexionar sobre la descolonización y la historia oculta de la ciudad modernista brasileña, dedicada a la extracción cultural y del hábitat, así como resultado de un modo de producción esclavista sobre territorios de las que fueron expulsadas, sobre todo, poblaciones originarias y negras; o de donde fueron borradas ordenaciones espaciales como los quilombos y otros tipos de legado arquitectónico vernacular y afrodescendiente. “La arquitectura de reparación, pues, también es una forma de defensoría (advocacy), tanto legal como cultural. Otra forma de defensoría ha sido la denuncia y, lo que necesita que se consideren como monumentos arquitectónicos a los árboles y la vegetación. Mantenimiento, reconstrucción, rehabilitación, la arquitectura de reparación es una nueva ecología.”

Foto: Axel Palacios

Manuel Cervantes | Ciudad de México

El único mexicano del programa también hizo una retrospectiva por el trabajo de las obras dirigidas por el despacho que lleva su nombre: “La arquitectura no es un proceso lineal, más bien es circular, son conversaciones que van y vienen y conforman un proceso imaginario que lleva a la construcción, que no siempre son en lo físico, sino en lo teórico, la educación, las ideas. ¿Qué conversaciones deben priorizarse? Uno inicia con una, dos o cuatro conversaciones simultáneamente y va entendiendo qué conversación debe priorizarse. Para entender algo de estas conversaciones, hablaré de proyectos diversos en escala, tipología y recursos, pero que muestran el interés de nuestra oficina para no sentirnos cómodos con una sola cosa.”

De ese modo, su labor ha emprendido proyectos que van desde viviendas unitarias hasta obras de carácter infraestructural, como el Centro y Estación de Transferencia Modal (CETRAM) de Cuatro Caminos, por la que diariamente circula un flujo de 250 mil personas: “Este proyecto es un ejemplo para reflexionar la responsabilidad pública del arquitecto, de ese arquitecto que todos tenemos dentro, que se centra en ideas y cuestiones. Nos gusta diseñar para construir, porque cada trazo nos lleva a pensar en las consecuencias que puede tener una obra.”

Otro de los puntos importantes de su intervención fue el proyecto Kon-Tigo, que se llevó a cabo a raíz del paso del Huracán Otis en Acapulco en 2023, y que siguió una lógica terapéutica que el despacho ha usado en otros proyectos: atender al desastre (accidente) emergencia (operación) y largo plazo (terapia), así como ecotecnias obvias con mano de obra local.

Foto: Axel Palacios

Anne Lacaton | París

La ponencia “Transform to repair” fue, como en otras ediciones de Mextrópoli, el punto climático de esta serie. En representación del despacho que comparte con Jean-Philippe Vassal, Anne comenzó por hablar de una práctica caracterizada por la transformación de lo existente, y no sólo de monumentos y patrimonio, en un proceso para reparar la ciudad. “Transformar significa hacer con lo que ya existe, para inventar y hacer más con menos. Construir con lo existente, como la naturaleza.”

La correceptora del premio Pritzker 2021 siguió una línea convencional en cuanto a su presentación, y mediante diapositivas de sus proyectos más conocidos, habló de que “construir con lo existente tiene que ver con transformar, reúsar mejorar, extender la vida de uso, reinventar y hacer más con menos. Demoler no es la solución, es un gran desperdicio en todos los sentidos. En los casos de estudio que hemos llevado a cabo hemos visto que la demolición y reconstrucción puede costar más del triple que transformar viviendas ya existentes.” El credo de esta oficina de nunca demoler, nunca sustraer, remover ni reemplazar; y siempre reúsar, transformar, dar nueva vida con y para los habitantes, se vio sobre todo en proyectos de transformación de viviendas ya existentes. Con la ventaja de poder cerrar la noche, Lacaton pudo extenderse mucho más allá de los 40 minutos habituales y dio un recorrido pormenorizado por tres de sus proyectos más icónicos: las transformaciones el FRAC de Dunkerque (2013-2015) y La Chesnaie (2016), así como el proyecto Kampagnel, complejo cultural con 900 eventos al año y la torre parisina de Bois-le-Prêtre.

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El rol de la arquitectura, reflexiones tras el Pritzker https://arquine.com/el-rol-de-la-arquitectura-reflexiones-tras-el-pritzker/ Wed, 24 May 2023 12:00:04 +0000 https://arquine.com/?p=78910 Alejandro Aravena, presidente del jurado y galardonado en 2016 con el Premio Pritzker, presentó al actual arquitecto galardonado David Chipperfield en el escenario de la Universidad Politécnica Nacional de Atenas, donde además de impartir una conferencia entabló una conversación con Francis Kéré (Pritzker 2022), Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal (Pritzkers 2021) en la que cada […]

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Alejandro Aravena, presidente del jurado y galardonado en 2016 con el Premio Pritzker, presentó al actual arquitecto galardonado David Chipperfield en el escenario de la Universidad Politécnica Nacional de Atenas, donde además de impartir una conferencia entabló una conversación con Francis Kéré (Pritzker 2022), Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal (Pritzkers 2021) en la que cada uno de ellos habló de los éxitos y fracasos de sus carrera, qué influencias tienen sus filosofías y obras arquitectónicas y cómo es que llegaron al desarrollo que les caracteriza actualmente.

La conferencia de David Chipperfield se dividió en cuatro partes, en la cual organizó “ideas, actitudes y preocupaciones desarrolladas a través de una experiencia empírica”. Dijo: “Una conferencia es una oportunidad para reflexionar el rol que tiene la disciplina, así como en los aspectos de las responsabilidades profesionales. Para hacerle frente a las preocupaciones conflictivas, podríamos hacer referencia a la vida y al entorno, ya que nuestros trabajos jugarán un papel más importante en cómo lidiamos con los desafíos existenciales del cambio climático.”

Para ello, Chipperfield buscó organizar una serie de “proyectos físicos bajo una intención de mirarlos bajo una perspectiva coherente. Realmente he intentado establecer un diálogo. Como práctica, hemos desarrollado ideas interesantes sobre cómo manejar la sustancia de la arquitectura, al mismo tiempo que hemos intentado establecer, sumariamente, las responsabilidades de la disciplina, en particular, ante la situación contemporánea. Realmente, en la discusión social, debemos confrontar la degradación medioambiental y cómo nuestra disciplina ha sido cómplice pero también puede funcionar como una ayuda”.

Ante eso, Chipperfiel, quien recientemente fue condecorado con el Premio Pritzker,  declaró que “la arquitectura no puede quedar satisfecha resolviendo problemas que también provocó o con profesionistas que innoven su propio campo. Debemos creer que podemos hacer un mundo más justo (y más hermoso)”. Sobre la época en la que empezó a ejercer, el arquitecto narró que “las aspiraciones profesionales de mi generación eran bastante limitadas; emergimos de una educación arquitectónica que se encontraba en una recesión que no sólo era financiera sino que también involucraba al modernismo”. Esto acarreó algunas lecciones para la práctica de Chipperfield: “El gobierno nos demandaba diseñar proyectos como zonas comerciales y estaciones de bomberos. No entendimos, a través de estos pequeños proyectos, encontrar las cualidades de la materia. Pero descubrimos que la mayor parte de nuestro oficio estaba centrada en el gusto y en las imágenes, por lo que encontramos en cada encargo un lenguaje común que tenía como punto de partida las cualidades materiales y físicas”.

Sin embargo, para Chipperfield, estas experiencias, limitadas por las realidades comerciales establecieron una perspectiva centrada en la materialidad de la arquitectura. “No debemos subestimar la importancia del potencial físico y espacial de la arquitectura: es nuestra evidencia. Cuando perdemos confianza en la experiencia y en la sustancia, tendemos a sustituir la arquitectura con imágenes y sensaciones”, aquello de lo que la generación del Pritzker tuvo que alejarse para poder ejercer su carrera.

Por eso mismo, Chipperfield afirma: “Tenemos que crear nuevas formas para nuestra práctica que trabajen más allá de las estructuras profesionales para poder enfocarnos en el bien común. Como arquitectos, tenemos una posición de privilegio y también de responsabilidad para cuestionar cómo nuestros proyectos son una contribución, más allá de las tareas cumplidas. Cada proyecto es una oportunidad para que nuestros clientes se comprometan con nosotros en esta responsabilidad.”

La ceremonia de entrega del Premio Pritzker 2023 se celebra en Atenas, Grecia.

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Pritzker 2021, premio al reciclaje https://arquine.com/pritzker-2021-premio-al-reciclaje/ Tue, 16 Mar 2021 17:11:26 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/pritzker-2021-premio-al-reciclaje/ Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal han recibido el premio Pritzker de 2021. Este reconocimiento culmina una trayectoria impecable de la que empezamos a saber con el Palais de Tokio parisino.

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Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal han recibido el Premio Pritzker de 2021. Este reconocimiento culmina una trayectoria impecable de la que empezamos a saber con el Palais de Tokio parisino. Lacaton y Vassal —a diferencia de todos sus contrincantes al concurso— optaron por no demoler, por conservar, por no incorporar un proyecto propio al ecléctico edificio frente al Trocadero sino por desnudarlo de plafones y capas que el tiempo le añadió. Fue el más barato y el más radical. Con el tiempo han aportado propuestas contundentes basadas en el reciclaje y el sentido común.

La estrategia de Lacaton y Vassal destaca especialmente cuando reciclan edificios de vivienda colectiva para que sigan siendo lo mismo pero con mejores cualidades y más esenciales. Anne Lacaton no entiende lo esencial como lo mínimo. Lo esencial puede ser algo que no es una necesidad. Así dice: “Lo esencial y el lujo no son lo mismo, sino que uno es la consecuencia del otro.” Con Frédéric Druot y Christophe Hutin, Lacaton y Vassal ganaron el Premio Mies van der Rohe 2019, con el Gran Park de Burdeos. Se trataba de tres grandes bloques con 530 viviendas construidos en los años sesenta que rehabilitaron sin tener que desalojar a ninguna familia, con el objetivo de hacerse más sostenibles y energéticamente eficientes, así como más luminosos, amplios y accesibles y, a la vez, con el compromiso por parte de la promotora de no subir las rentas. “La intervención, que modifica estos bloques lineales dedicados a vivienda social, renuncia a actuar sobre la estructura original de los inmuebles. La filosofía de conservar todos los elementos aprovechables se vincula con cierto sentido de la sostenibilidad, pero también permite adaptar un proyecto de alcance ambicioso a un presupuesto reducido. Así, mediante dos operaciones simultáneas de ampliación y adición, la superficie útil de cada apartamento se incrementó con una pantalla de balcones ajardinados habitables que hicieron posible que cada vivienda se completara con una zona exterior de carácter privado y orientada al sur. Estas galerías exteriores que configuran la nueva imagen de las fachadas son lo bastante amplias como para generar espacios útiles y confortables en las viviendas reformadas.” Una propuesta que alinea el buen diseño con un proyecto socialmente responsable, desarrollado con un presupuesto justo y que ha antepuesto la transformación y la reutilización a la demolición. Con este proyecto y otros tantos, Lacaton y Vassal demuestran que la buena arquitectura no tiene por qué ser solo obra nueva, con un diseño icónico y un gran presupuesto, sino que ahora, más que nunca, el reciclaje tiene más sentido.

El Premio Pritzker es uno de los reconocimientos más destacados de la arquitectura. Creado por la familia Pritzker a través de su Fundación Hyatt en 1979, se otorga anualmente a un “arquitecto, arquitecta o arquitectos cuya obra construida demuestre una combinación de talento, visión y compromiso, que haya producido consistentes y significativas contribuciones a la humanidad a través del arte de la arquitectura”, según explica la fundación, dueños de la multinacional hotelera homónima que, por cierto, no tiene hoteles dignos de mención arquitectónica.

Durante la primera década de su historia, los premios tuvieron una marcada componente estadounidense, con premios para Philip Johnson, Kevin Roche, I.M. Pei, Richard Meier, Gordon Bunshaft y Frank Gehry, a los que se sumaría Robert Venturi en 1991 y Thom Mayne en 2005. A la lista global hay que sumar a Luis Barragán, Oscar Niemeyer, Rem Koolhaas, Herzog & de Meuron, Norman Foster, Richard Rogers, Rafale Moneo, Peter Zumthor por sus obras todavía de pequeña escala, austeras y precisas, Paulo Mendes da Rocha, Zaha Hadid antes de que realmente empezara a construir su prolífica obra, Kazuyo Sejima con Ryue Nishizawa en 2010 y tres años después Toyo Ito –quien fuera su maestro– por su obra evanescente, Wang Shu y RCR por su trabajo poético e intimista, Shigeru Ban y Alejandro Aravena, en su condición de activistas, Balkrishna Doshi en un homenaje quizá a la arquitectura tardomoderna heredera de Le Corbusier, el posmoderno Arata Isozaki con veinticinco años de retraso y recientemente, Yvonne Farrell y Shelley McNamara, quienes se convirtieron en la primera dupla femenina en recibir el galardón. A Lacaton y Vassal le antecedieron los franceses Christian de Portzamparc y el iconoclasta Jean Nouvel.

Tras una reciente renovación el jurado de este año, presidido por Alejandro Aravena, está compuesto por Wang Shu, el curador del MoMA Barry Bergdoll, las arquitectas Deborah Berke (decana de la Escuela de Arquitectura de Yale), Kazuyo Sejima y Benedetta Tagliabue, el juez de la Corte Suprema de Estados Unidos (y amigo de la familia Pritzker) Stephen Breyer, André Aranha Corrêa do Lago, crítico arquitectónico, curador y embajador de Brasil en India. Y Martha Thorne en su último año como directora ejectutiva, quien será reemplazada por Manuela Lucá-Dazio. Con este merecido premio a Anne Lacaton y a Jean-Philippe Vassal no sólo se compensa la abalancha de estadounidenses, británicos y japoneses, sino que se privilegia el reciclaje y la responsabilidad social.


Fotografías cortesia del Premio Pritzker 

©Philippe Ruault

©Laurent Chalet

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¿A qué llamamos vivienda colectiva? | Conversación con Anne Lacaton ganadora del Premio Pritzker 2021 https://arquine.com/a-que-llamamos-vivienda-colectiva-conversacion-con-anna-lacaton-ganadora-del-premio-pritzker-2021/ Tue, 16 Mar 2021 14:54:01 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/a-que-llamamos-vivienda-colectiva-conversacion-con-anna-lacaton-ganadora-del-premio-pritzker-2021/ ¿A qué llamamos vivienda colectiva? ¿Es cuestión de tipología, de densidad, de altura? ¿Es un fenómeno solamente urbano? ¿Qué papel puede jugar hoy la vivienda colectiva de cara a las múltiples crisis que enfrentamos? Son preguntas que planteamos en esta serie de conversaciones publicadas en la Revista Arquine No.94 Vivienda colectiva y acá compartimos la realizada a Anne Lacaton ganadora del Premio Pritzker 2021 junto a Jean-Philippe Vassal.

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¿A qué llamamos vivienda colectiva? ¿Es cuestión de tipología, de densidad, de altura? ¿Es un fenómeno solamente urbano? ¿Qué papel puede jugar hoy la vivienda colectiva de cara a las múltiples crisis que enfrentamos? Son preguntas que planteamos en esta serie de conversaciones publicadas en la Revista Arquine No.94 Vivienda colectiva y acá compartimos la realizada a Anne Lacaton ganadora del Premio Pritzker 2021 junto a Jean-Philippe Vassal.

Miquel Adrià: La primera pregunta sería ¿Qué entendemos por vivienda colectiva? No me refiero necesariamente el complejo habitacional o a proyectos mas pequeños, sino el concepto. ¿Es una cuestión de proyectos urbanos, de densidad, de niveles?¿A partir de qué punto una vivienda es colectiva?

Anne Lacaton: Creo que la cuestión al hablar de vivienda es la vivienda misma, es decir, las condiciones para habitar. De ahí debemos partir, y no al revés. No hay que partir de lo urbano, de la densidad, de la forma, y después, al interior de eso, trabajar cuantitativamente. Hay que empezar preguntándose cómo quisiéramos habitar o, siendo arquitectos, qué queremos construir para que la gente habite bien. Esa es la prioridad. Nosotros siempre nos planteamos al inicio de un proyecto eso: qué es lo que nos hace sentir bien, de qué tenemos ganas. Es cierto que el modelo que viene primero a la cabeza es el de la villa, el de la casa, porque representa una manera de ser en un lugar que permite cierta libertad aunque sean muchas personas la libertad de salir al exterior, de rodear la vivienda. Al mismo tiempo, sabemos que ese modelo de la villa aislada no es razonable en la ciudad porque ocupa mucho espacio y es exclusivo. La pregunta entonces es cómo podemos trabajar con ese modelo y al mismo tiempo con la densidad, porque hoy es importante economizar el suelo y que vivan mas personas en el mismo terreno. Empero, la densidad no debe servir como criterio para reducir el espacio individual, del que todos tenemos necesidad. Entonces, la vivienda colectiva es, antes que nada, una buena vivienda, donde nos den ganas de vivir, que sea generosa, bien iluminada, económica —que todo mundo pueda tener acceso a ese tipo de vivienda. También es algo que podemos combinar con muchas otras de la misma calidad para producir vivienda colectiva y fabricar la ciudad. Por tanto hay que plantearse también la cuestión de las relaciones entre vecinos, los accesos, las circulaciones, las cubiertas. Además, para nosotros resulta evidente que hay que entender que todos habitamos en alguna parte y lo que importa es la calidad de la vivienda, lo que hoy es un asunto de mayor actualidad para muchos en el mundo que estamos obligados a quedarnos en casa —y entendimos que la vivienda es mucho más que el espacio mínimo al que regresamos en la noche a dormir, debemos poder trabajar, estudiar. Es muy importante considerar estoy y hacer hoy lo contrario de lo que sucedió en los años sesenta, en los que se construyó mucho pero sin pensar lo suficiente en la calidad de la vivienda, aprendiendo la lección y sabiendo que hay que economizar el uso del suelo natural. Hay que empezar, pues, con la calidad de la vivienda y preguntarnos cómo podemos conseguir densidad sin comprometer esa calidad.

MA: Ustedes ya han trabajado estrategias para aportar a la vivienda más espacio. Si hablamos hoy de las crisis que nos aquejan: la pandemia, el Covid, pero mas importante la crisis climática ¿Qué podemos reflexionar para los proyectos de vivienda de ahora y sobretodo los del futuro en vista de esta crisis que ha transformado nuestra realidad actual?

AL: Creo que la crisis climática es evidentemente muy importante y tiene un gran impacto en la vivienda pero también creo que no podemos pensar que vamos a cambiar la tecnología de los edificios porque la tecnología también tiene límites. Por ejemplo en Europa la reglamentación de cara al cambio climático consiste en utilizar más materiales de aislamiento, reducir la dimensión de las ventanas porque se considera una pequeña porción del otoño y del invierno y en todo eso el habitante no es un agente pro activo. Sabemos bien qué la respuesta a la crisis ecológica de hoy requiere de la responsabilidad de la gente, es decir que cada uno, cada persona adopte una actitud consciente y consuma menos energía, consuma menos materia, desperdicie menos alimentos… Entonces no es a través de viviendas extremadamente tecnológicas que llegaremos a eso porque cuando no estamos bien en nuestra vivienda de todas formas no tenemos ganas de hacer el esfuerzo de consumir menos. Por ejemplo si tenemos más calor en el verano utilizaremos el aire acondicionado, si tenemos frío en el invierno la calefacción. Por eso es que para alcanzar ese espíritu de responsabilidad no hace falta contrarrestar ni que el espacio sea limitante. Nosotros pensamos que la cuestión del extra-space –de dar más– posibilita construir una arquitectura que a su vez permite crear espacios filtros –bien para el invierno o para el verano, grandes balcones que generen sombra en los países calientes o jardines de invierno que proporcionan espacios térmicos en los países más fríos. Esto no se trata de una técnica sino de una gestión del espacio que controle mejor el clima al interior de la vivienda pero también podría ser de oficinas u otros equipamientos. Todo eso es absolutamente pasivo, lo que quiere decir que es el habitante quien debe gestionar todo él mismo y por tanto quien ve inmediatamente las consecuencia de su consumo. Nosotros estamos convencidos de que no podemos diseñar edificios que funcionen por sí mismos excluyendo al habitante porque eso no funciona, el habitante cuando tiene ganas de abrir la ventana debe tener la posibilidad de abrir la ventana sin desperdiciar energía. Entonces si reaccionamos de manera diferente creo que es mejor, que cada uno de nosotros tome conciencia sobre la importancia de economizar todo, los materiales y todo pero junto con economizar debe venir un beneficio en alguna otra parte, un beneficio de bienestar. Entonces nosotros nos oponemos completamente a hacer estas cajas cada vez más pequeñas y cada vez más tecnológicas. 

El problema de estos proyectos de transformación como el de Bordeaux es que son vistos frecuentemente como un proyecto de fachada. Pero no debemos verlo así sino en principio como una atención que se ha prestado a eso que ya tenemos a la mano, como los edificios y la naturaleza que son de gran valor y preguntarnos que podemos hacer con eso y luego cuando ya tenemos eso y ya hemos economizado por que no vamos a demoler ni a deconstruir hay que hacerse la pregunta sobre que es lo que hace falta para que sean un poco mejor y es ahí que empezamos a trabajar en la mejora de la vivienda, el espacio adicional y en como hacerlos económicos. La economía es sumamente importante porque hace falta que todo eso sea de acceso a todo mundo, es importante que no sean exclusivos y que normalicemos que los arquitectos trabajemos con menos, y que no por eso hagamos menos. 

MA: Aquí tenemos muchos edificios de vivienda colectiva de cuatro, cinco niveles sin ascensores, son de los años 90. Entonces una estrategia como esa que ustedes han propuesto, que es cierto no es una cuestión de renovación de fachada sino de transformación, podría ir junto con la implementación de un elevador que permitiría accesibilidad a las personas de la 3era edad.

AL: Hace falta buscar soluciones, y tomar en cuenta la situación existente porque es muy fácil decir que no podemos hacer nada y que vamos a desplazar a las personas, a demoler y a recomenzar. Pienso que hay una contradicción considerable en hacer eso y además pedir que un edificio nuevo sea absolutamente ejemplar sobre la economía en sus materiales. Hay que considerar las cosas muchas antes, y preguntarnos que tanto hemos economizado en ese concepto en materia global porque pienso que la sustentabilidad está muy sectorizada y no toma en consideración todos lo que existen, los que ya están allí y que ya son un enorme soporte para hacer ciudad.


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Fotografías cortesia del Premio Pritzker 

©Philippe Ruault

©Laurent Chalet

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Ejemplos ejemplares | Palais de Tokyo https://arquine.com/ejemplos-ejemplares-palais-de-tokyo/ Wed, 01 Jan 2014 21:17:52 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/ejemplos-ejemplares-palais-de-tokyo/ Acompañando al nuevo número Revista Arquine No.66 | Exceso de capacidad, ofrecemos una nuevo caso para la serie de “Ejemplos ejemplares” que revisa arquitecturas en relación a la temática y que acompañan a los proyectos publicados en el interior de la revista. Para este primer acercamiento nos aproximamos a los arquitectos franceses Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal y su mínima "intervención" en el Palais de Tokyo.

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Construido en 1937 fue diseñado para la Exposición Internacional de Arte y Técnica y posteriormente fue utilizado como extensión del Museo de Arte Moderno de París. Ubicado sobre la entonces llamada Avenida de Tokio, paralela al Río Sena, fue rápidamente rebautizado como Palais de Tokyo. En 1977, el Museo Nacional de Arte Moderno se trasladó al Centro Georges Pompidou. El viejo “palacio” quedó abandonado varias décadas.

Reabierto en 2002 y ampliado en 2009, el proyecto de los arquitectos franceses Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal propusieron una radical estrategia. Los arquitectos se habían encontrado una edificación a medio demoler, resultado de un intento del gobierno francés de convertirlo en el Palais du Cinéma que no llego a materializarse y que se abandonó en 1998Las demoliciones habían dejado el edificio desnudo, sin decoraciones, con la estructura original de concreto armado completamente expuesta. Los arquitectos asumieron está condición como punto de partida. Como ha apuntado Pilar Echezarreta, los arquitectos trabajaron con un reducido coste y margen de maniobra “tumbando muros divisorios, rescatando las fachada principal que da al Río Sena y abriendo el casco del edificio para permitir la entrada de luz natural a las nuevas galerías. Este ambiente desenfadado permite al visitante un acercamiento espontáneo al arte, lo que lo distingue de otros museos y galerías. En tiempos donde el discurso sobre la arquitectura autosustentable, durable, ecológica y social permea la opinión pública internacional, probablemente este proyecto-manifiesto sea uno de los pocos fieles al desarrollo sustentable. Sin artilugios, la obra de los arquitectos se resume a la recuperación con honor de un espacio con potencial único en el corazón de París; liberar el edificio de su potencial y belleza, integrar la luz natural en su máximo esplendor y generar un espacio-laboratorio de apropiación para artistas y público visitante”.

Lacaton y Vassal demostraron el potencial oculto del edificio, a través de operaciones directas y sencillas como la demolición. Adecuando un espacio, casi a modo de espacio industrial, con materiales baratos, colocados de forma sencilla, sin alardes que dieron lugar a un caso ejemplar y que ha supuesto ejemplo en muchos museos de arte contemporáneo actuales.

*La revista Arquine No.66 | Exceso de capacidad reflexiona sobre la capacidad de uso de los edificios, más allá del reciclaje o del reuso sustentable, y tiene que canalizar los nuevos potenciales de excedentes construidos, cuestionando el derroche de los últimos años. El exceso de capacidad es una patología contemporánea, es la fase final de un crecimiento sin límites cuya lógica está basada en el crecimiento mismo. Es un estado de paroxismo sostenido. En tiempos en que desde la economía y la ecología se insiste en la importancia de “reducir, reutilizar y reciclar”, el diseño y la arquitectura deben buscar la manera de insertarse en los modos de producción con proyectos que permitan y alienten el aprovechamiento máximo de lo que pueden ofrecer.

© Lacaton & Vassal

 

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Palacio de luzPalacio de luz https://arquine.com/palacio-de-luz/ Wed, 05 Sep 2012 17:37:52 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/palacio-de-luz/ A casi cinco meses de su reapertura, bajo la dirección de Jean de Loisy, este anti-museo por excelencia se ha convertido en un Palacio de luz.

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por Pilar Echezarreta

El Palacio de Tokio, centro de arte contemporáneo de París, reabrió sus puertas al público este verano. A casi cinco meses de su reapertura, bajo la dirección de  Jean de Loisy, este anti-museo por excelencia se ha convertido en un Palacio de luz. El edificio construido en 1937 fue diseñado para la Exposición Internacional de Arte y Técnica y posteriormente fue utilizado como extensión del Museo de Arte Moderno de París. Ubicado sobre la entonces llamada Avenida de Tokio, paralela al Río Sena, fue rápidamente rebautizado como Palais de Tokyo. En 1977, el Museo Nacional de Arte Moderno que ocupaba el ala oeste del conjunto se trasladó al Centro Georges Pompidou. Quedando esta parte cerrada y abandonada durante varias décadas.

En 2002, el Palacio de Tokio, bajo un proyecto de rehabilitación de los arquitectos Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal, abrió como un “lugar de arte contemporáneo”. Durante estos años, el palacio se convirtió en la vitrina más efervescente del arte europeo actual. En 2009 se cierran nuevamente las puertas de centro, y este año reabre en su segunda versión. Sería fácil pensar que a causa de la recesión económica en la que está sumergida Europa, la arquitectura en el viejo continente –institucional para este caso– tiene un restringidísimo espacio de maniobra o simplemente debe de esperar. Contrario a esta visión, Lacaton & Vassal dieron muestra de que las peores crisis son cuna de las mejores acciones.

La pareja de arquitectos franceses trabajó en un ejercicio de economía de medios, esta vez, tumbando muros divisorios, rescatando las fachada principal que da al Río Sena y abriendo el casco del edificio para permitir la entrada de luz natural a las nuevas galerías. Este ambiente desenfadado permite al visitante un acercamiento espontáneo al arte, lo que lo distingue de otros museos y galerías. En tiempos donde el discurso sobre la arquitectura autosustentable, durable, ecológica y social permea la opinión pública internacional, probablemente este proyecto-manifiesto sea uno de los pocos fieles al desarrollo sustentable. Sin artilugios, la obra de los arquitectos se resume a la recuperación con honor de un espacio con potencial único en el corazón de París; liberar el edificio de su potencial y belleza, integrar la luz natural en su máximo esplendor y generar un espacio-laboratorio de apropiación para artistas y público visitante.  *Artículo completo en Arquine 60

© Lacaton & Vassal

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