Resultados de búsqueda para la etiqueta [Alejandro Hernández ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 08 Jul 2022 07:22:49 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Arquine Jams No.17 | 20 años https://arquine.com/arquine-jams-arquine-20-anos/ Mon, 26 Jun 2017 21:35:00 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/arquine-jams-arquine-20-anos/ El pasado miércoles 21 de junio se celebró en la Biblioteca Vasconcelos el Arquine Jams No.17 | 20 años, una nueva sesión abierta al público en torno a qué ha cambiado en la arquitectura en las últimas dos décadas, tema central de la Revista Arquine No.80 y que acompaña al 20 aniversario de Arquine.

El cargo Arquine Jams No.17 | 20 años apareció primero en Arquine.

]]>

El pasado miércoles 21 de junio se celebró en la Biblioteca Vasconcelos el Arquine Jams No.17 | 20 años, una nueva sesión abierta al público en torno a qué ha cambiado en la arquitectura en las últimas dos décadas, tema central de la Revista Arquine No.80 y que acompaña al 20 aniversario de Arquine.

En esta discusión participaron Carlos Jiménez, Alberto Kalach, Sofía von Ellrichshausen, Mauricio Pezo y Miquel Adrià, con Alejandro Hernández y Andrea Griborio como moderadores.






El cargo Arquine Jams No.17 | 20 años apareció primero en Arquine.

]]>
Manifiesto para rehabitar https://arquine.com/manifiesto-para-rehabitar/ Wed, 19 Dec 2012 15:15:20 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/manifiesto-para-rehabitar/ Rehabitar para rehabilitar viviendas que en su momento se pensaron para otra estructura social y que hoy podrían mejorar sus posibilidades.

El cargo Manifiesto para rehabitar apareció primero en Arquine.

]]>
*El Concurso Arquine No.15 busca la generación de nuevas tipologías para la vivienda del siglo XXI a partir de la revisión de los modelos habitacionales de la modernidad, con base en criterios de redensificación, sostenibilidad, flexibilidad y cohesión con la ciudad.

Rehabitar es pensar en un uso nuevo, distinto, o simplemente prolongar el de lo viejo. Proyecto REHABITAR es una plataforma de investigación, difusión, divulgación y comunicación de los modos de habitar la vivienda contemporánea. “Hoy con miles de viviendas vacías y otras tantas segundas residencias, con edificios industriales y de servicios desocupados y en buen estado, seguir pensando en hacer nuevas viviendas o en su eventual prefabricación, nos parece una cuestión perfectamente aplazable. Hace ya más de un siglo de la publicación de El Practicón. En él, su autor Ángel Muro, elevó a la categoría culinaria el aprovechamiento de las sobras. Ésta podría ser una manera de definir el objetivo del proyecto rehabitar: aprovechar las sobras. El resultado debería abrir algunos interrogantes sobre cuestiones relativas a la vivienda”.

El proyecto a cargo de Xavier Monteys (conferencista del Congreso Duetos con Alejandro Hernández Gálvez) en colaboración con Magda Mària, Pere Fuertes, Anna Puigjaner, Roger Sauquet, Carles Marcos, Eduard Callís, Óscar Linares, postula que la casa, su concepción, su equipamiento y su forma, quedan a menudo sepultados bajo un alud de premisas que tratan de dar siempre con la vivienda ideal, como una búsqueda imposible. De esta forma se plantean cómo rehabitarlas, como la forma más honesta de aproximarse a la vivienda actual, como algo mejorable pero con un final abierto.

Rehabitar supone, en cierto modo, orientar la forma de acometer reformas en el parque de viviendas de una manera razonada. Supone dejar de pensar en las reformas de las viviendas como algo perteneciente a la economía sumergida o, en cualquier caso, como un hecho individual, sino como algo susceptible de objetivarse. No se trata de customizar viviendas, sino de hacer posible mediante la intervención materializar la crítica al parque de viviendas en nuestro país. Rehabitar implica pues un cambio de actitud respecto al uso de la casa y la necesidad y naturaleza de las reformas.

El proyecto postula que pensamos en pequeños cambios que logren grandes resultados en cuanto a las posibilidades de uso de las viviendas. Rehabitar significa volver a habitar algo alterando su uso. Para rehabitar deben abordarse algunas propuestas que permitan dotar a las viviendas de servicios que ahora no tienen o mejorar la accesibilidad, la dotación y, en general, las posibilidades de uso, cambiando la jerarquía de las piezas. Como parte del Grupo Habitar (UPC), el proyecto plantea distintas directrices discursivas, algunas suponen cambios sustanciales de la casa a la calle para intervenir el espacio público y domesticar la calle desde su relación con la casa. Como parte de estas intervenciones, el proyecto Rehabitar plantea nueve episodios que vinculan publicaciones, exposiciones y documentales. El último capítulo reúne Mudanzas, un cortometraje no sólo sobre los cambios de uso, sino del espacio habitable.

https://vimeo.com/33279630

Tenemos muchas plantas bajas, hoy infrautilizadas, tenemos edificios de oficinas o industriales que pueden convertirse en viviendas, tal vez dentro de poco (de hecho, ya ha empezado) tendremos incluso hoteles que deberán reconvertirse y, por supuesto, tenemos viviendas, vacías o no, cuyo programa no encaja con el uso que se le quiere dar realmente. Pero, sobretodo, tenemos viviendas que en su momento se pensaron para otra estructura social y que hoy podrían mejorar sus posibilidades. No debemos olvidar que una parte substancial de casas en las que vivimos han sobrevivido a las normativas y a las convenciones sociales que les dieron forma y que, en cambio, el conocimiento que tenemos de su condición actual es limitado y, por tanto, nuestra capacidad de intervención también lo es.

Los excesos edificatorios de los últimos años han vuelto las miradas hacia el interior de las ciudades, en la seguridad de que, antes de seguir consumiendo nuevos suelos que precisan a su vez nuevos equipamientos, transportes y servicios para sus futuros habitantes, es necesario optimizar el uso de todo lo que ya hemos construido en pueblos y ciudades en los cuales los tejidos urbanos presentan aún notables diferencias en su habitabilidad, accesibilidad y capacidad de ahorro energético.

Rehabitar es también utilizar lo que ha quedado obsoleto, en el campo de la edificación, que parece adquirir una relevancia innegable en un momento como el actual, en el que las voces autorizadas proponen una reflexión sobre los usos de la ciudad opuesto al excesivo desarrollo del suelo urbano que hemos visto en amplias zonas de nuestro país.

 Antes de hacer algo nuevo, pensemos si hemos utilizado adecuadamente lo que ya está hecho; en definitiva, se trata de aprovechar mejor lo que tenemos. ¿No sería más sensato reciclar – es decir rehabitar – las viviendas ya hechas en lugar de construir nuevas viviendas a partir de materiales reciclados? Rehabitar supone reconsiderar nuestro punto de vista sobre lo viejo o sobre lo que ya existe, habitualmente contemplados de forma negativa.

Rehabitar supone un abordaje distinto del proyecto de arquitectura. Por lo menos siempre que consideremos, claro está, el proyecto como la herramienta por excelencia para la formalización de una nueva propuesta. Rehabitar no es rehabilitar y, en cualquier caso, no nos referimos a reformas o intervenciones que persigan la puesta al día de un edificio, estilísticamente hablando, sino a proponer modificaciones en el uso de los edificios. Rehabitar es volver a usar un edificio, pero modificando la forma de hacerlo. No se trata de intervenciones plásticas, demasiado frecuentes, sino de una modificación del cómo.

Rehabitar, al compararlo con lo que Richard Sennett en El artesano denomina reparación dinámica; en el sentido de completar, de realizar una corrección en toda regla de un objeto cualquiera. Hacer y reparar forman parte de una única cosa. En cierta medida, la reparación corrige y aquí esta corrección viene producida por el nuevo uso que damos.

 Rehabitar significa el predominio del interior sobre el aspecto exterior. De hecho, este predominio se traduce algunas veces en una intervención mínima – o aparentemente nula – que, en cambio, tiene repercusiones muy importantes en el edificio sobre el que operamos y, por extensión, en la ciudad. Rahabitar supone una de las cosas más atractivas desde el punto de vista de la arquitectura: conseguir un cambio radical en un espacio con la simple alteración de su uso, sin intervenciones estructurales; por decirlo de forma radical, solo con nuestra presencia.

La cuestión de la presencia es presencial, como nos recuerda un comentario de Bruno Taut: “lo más importante en las fotografías de arquitectura no es el aspecto de los espacios con gente sino el aspecto de la gente en dichos espacios”. Son las personas quienes tienen esa capacidad de transformar un espacio y, por tanto, son esenciales para rehabilitarlos. De hecho, la expresión alude precisamente a esto. Mientras rehabilitar hace referencia al objeto, rehabitar hace referencia a la acción, al sujeto que la produce.


El cargo Manifiesto para rehabitar apareció primero en Arquine.

]]>
Otras formas de hacer arquitecturaOtras formas de hacer arquitectura https://arquine.com/otras-formas-de-hacer-arquitectura/ Thu, 01 Nov 2012 15:47:50 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/otras-formas-de-hacer-arquitectura/ La construcción de nuestras ciudades, de nuestras casas, escuelas, hospitales y calles no puede seguir dependiendo de las decisiones del gobernante o administrador en turno.

El cargo <!--:es-->Otras formas de hacer arquitectura<!--:--><!--:en-->Otras formas de hacer arquitectura<!--:--> apareció primero en Arquine.

]]>

por Alejandro Hernández | @otrootroblog + Fernanda Canales | @fernandacanale + Eduardo Cadaval | @ecadavaln

En México se deberán construir en los próximos 12 años cerca de 18 millones de viviendas, además de escuelas, hospitales, carreteras y toda la infraestructura de soporte. ¿Quiénes planearán y construirán estas obras? ¿Qué beneficios tendría hacerlo bien? ¿Cuáles las repercusiones de hacerlo mal? El potencial de la obra pública como detonador de urbanidad ha transformado ciudades y sociedades. Sitios como Medellín y Bogotá cambiaron tanto su fisonomía como su historia al vincular arquitectura -como bibliotecas de barrio, escuelas y guarderías- con infraestructura de transporte colectivo y espacio público. Entender la continuidad entre la casa, la banqueta, la calle y el parque transformó la vida de miles de personas.

Durante los últimos 50 años las ciudades de México han crecido sin planeación. Tampoco existe una democratización ni transparencia en la asignación de los proyectos públicos. El acceso a proyectos a través de concursos abiertos no es un problema de arquitectura, sino de cultura democrática, de igualdad de oportunidades laborales y de lucha contra la corrupción. Un concurso favorece el surgimiento de nuevas ideas y ofrece múltiples soluciones a un mismo problema. Más que concursos monumentales, quizá los que necesitamos son aquellos de nivel básico, desde el centro deportivo de un pequeño pueblo a la clínica regional o la nueva guardería. En uno de los países con más escuelas de arquitectura en el mundo -más de 100- y con uno de los mayores índices de construcciones informales y de falta de credibilidad institucional, los concursos también pueden ayudar a mejorar la calidad de la educación al abrir oportunidades para que tanto alumnos como profesores se enfrenten a problemas concretos donde la arquitectura podría volverse algo más útil.

En los años cincuenta, para la creación de Ciudad Universitaria, hubo un concurso interno y más de 100 arquitectos participaron en el proyecto. En los años noventa, para el Centro Nacional de las Artes, el concurso fue por invitación y sólo participaron ocho grupos. La construcción de nuestras ciudades, de nuestras casas, escuelas, hospitales y calles no puede seguir dependiendo de las decisiones del gobernante o administrador en turno. Se requiere de una ley que obligue a que haya concursos de proyectos para cualquier tipo de obra pública, algunos abiertos y otros por invitación, algunos locales, otros regionales, unos nacionales e incluso, los menos, internacionales. Con una normatividad clara tanto para convocar los concursos como para seleccionar al jurado.

¿Vamos a confiar en que las instituciones funcionen sin una participación enérgica y colectiva? ¿Seguiremos esperando a que los legisladores vislumbren la necesidad de dicha ley o, movilizándonos, seremos capaces de proponerla? Se requieren poco más de un millón 300 mil firmas para que una iniciativa ciudadana llegue al poder legislativo, ¿cuántos estudiantes de arquitectura y arquitectos somos en el país? ¿Cuántos queremos un juego con reglas claras en el que todos podamos participar? ¿Cuántos ciudadanos querrán sumarse y saber a quién pueden exigir mejores servicios? Los ciudadanos son los que pagan las obras que muy pocos eligen y reparten. Es su dinero el que se gasta pero no sus espacios los que se construyen. Es tiempo de buscar otras formas de hacer arquitectura.

El cargo <!--:es-->Otras formas de hacer arquitectura<!--:--><!--:en-->Otras formas de hacer arquitectura<!--:--> apareció primero en Arquine.

]]>