Resultados de búsqueda para la etiqueta [Abraham Zabludovsky ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Tue, 27 May 2025 14:01:54 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Zabludovsky en Chapultepec: mamparas para conocer su obra https://arquine.com/zabludovsky-en-chapultepec-mamparas-para-conocer-su-obra/ Tue, 08 Oct 2024 20:43:28 +0000 https://arquine.com/?p=93232 La exposición "Centenario Arquitecto Abraham Zabludovsky" rinde homenaje al arquitecto con 86 mamparas que muestran sus icónicas obras en México.

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La exposición Centenario Arquitecto Abraham Zabludovsky (1924-2004) se inauguró en la Galería Abierta Reforma Acuario del Bosque de Chapultepec. La muestra está diseñada para homenajear Zabludovsky en el ámbito arquitectónico en México, especialmente en la capital, donde desarrolló muchos de sus proyectos más famosos. En ella se presentan 86 mamparas con imágenes de gran formato de sus proyectos, cada una acompañada de un cedulario que ofrece información detallada sobre las obras expuestas.

El curador de la exposición, el arquitecto Miquel Adrià, ha estructurado este recorrido por la carrera de Zabludovsky en cuatro periodos significativos, desde sus inicios en la Colonia Condesa, donde se enfocó en edificios de vivienda; el emprendimiento por proyectos de mayor envergadura en zonas como Polanco y Tecamachalco; y, por supuesto, una parte esencial de su legado incluye su colaboración con el arquitecto Teodoro González de León, con quien diseñó edificios emblemáticos como el Auditorio Nacional y el Museo Tamayo.

Para lograr las imágenes (que contaron con la colaboración de la empresa Epson), se utilizó tecnología de alta resolución para imprimir las imágenes de gran formato, asegurando que cada detalle de las obras de Zabludovsky se capturen con precisión los proyectos arquitectónicos, que incluyen tanto viviendas como edificios públicos y culturales. Su carrera se extendió durante más de 40 años, desde sus primeros diseños en la década de 1950 hasta sus colaboraciones en los años 90. La exposición no solo muestra su evolución estilística, sino que también permite al público apreciar más de diez de sus edificios emblemáticos, que incluyen, entre otros, el Centro Cultural Emilio O. Rabasa y la Biblioteca de México.

La muestra estará abierta al público desde octubre hasta diciembre en la Galería Abierta Reforma Acuario, situada en el Bosque de Chapultepec, es un lugar emblemático que atrae anualmente a millones de visitantes, lo que hace de este espacio un escenario perfecto para la exposición y brindará una oportunidad única para que las personas conozcan y celebren la obra de Zabludovsky.

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Guía Abraham Zabludovsky https://arquine.com/product/guia-abraham-zabludovsky/ Wed, 28 Aug 2024 18:29:50 +0000 https://arquine.com/?post_type=product&p=92667 Título Guía Abraham Zabludovsky
Autor Miquel Adrià

12 × 17cm / 144 páginas
Encuadernación de tapa dura
Español
ISBN 978-607-8880-32-4

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Esta guía es la brújula para orientar un viaje a través de la obra de Abraham Zabludovsky, una de las figuras más importantes de la arquitectura en México desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad. La publicación, una cuidadosa selección de 48 proyectos, coincide y celebra los 100 años de su natalicio.

La propuesta es que se recorra y reconozca su obra desde la experiencia física del lugar y del espacio, al poner en práctica el paseo arquitectónico corbusiano, para ilustrar un camino arquitectónico de constante crecimiento y evolución al identificar sus diferentes etapas: desde sus primeras obras habitacionales, hasta sus obras institucionales construidas con concreto aparente cincelado como único material, que provee de una imagen sólida y atemporal al conjunto de su obra, en la que todo es singular.

• Es la primera guía para conocer la obra construida más representativa de Abraham Zabludovsky en México.

• Cuenta con fotografías y descripciones de los proyectos del arquitecto, además de mapas de diferentes zonas del área metropolitana que detallan la ubicación de sus obras.

• Incluye información útil para visitar las obras, como las estaciones de transporte público más cercanas y, en algunos casos, horarios de atención y números de teléfono.

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Cien años de Abraham Zabludovsky en la Facultad de Arquitectura de la UNAM https://arquine.com/cien-anos-de-abraham-zabludovsky-en-la-facultad-de-arquitectura-de-la-unam/ Wed, 24 Apr 2024 22:46:50 +0000 https://arquine.com/?p=89456 En plena celebración por el día internacional del libro y los derechos de autor, se inauguró la exposición Abraham Zabludovsky. Cien años, una retrospectiva en fotografías, maquetas y publicaciones del arquitecto mexicano, que se exhibe desde el 23 de abril en la Galería María Luisa Dehesa Gómez Farías de la Facultad de Arquitectura de la […]

El cargo Cien años de Abraham Zabludovsky en la Facultad de Arquitectura de la UNAM apareció primero en Arquine.

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En plena celebración por el día internacional del libro y los derechos de autor, se inauguró la exposición Abraham Zabludovsky. Cien años, una retrospectiva en fotografías, maquetas y publicaciones del arquitecto mexicano, que se exhibe desde el 23 de abril en la Galería María Luisa Dehesa Gómez Farías de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Con esta muestra se celebra el centenario de Abraham Zabludovsky (14 de junio de 1924, Białystok, Polonia – 10 de abril de 2003, Ciudad de México), arquitecto conocido por sus casas, conjuntos de vivienda colectiva y obra pública, muchas de ellas representativas por lo innovador de sus procesos constructivos y por expresar muchos de los postulados funcionalistas que se dirimieron en la arquitectura internacional durante la centuria pasada.

Arquine, por su lado, publicará en próximas fechas la Guía Abraham Zabludovsky, libro conmemorativo que reúne la selección más representativa de la obra del arquitecto en la Ciudad de México, y otras ciudades de la república mexicana, para su apreciación por parte de estudiosos y aficionados de la arquitectura.

Compartimos ahora el texto que inaugura la exposición, de Gina Zabludovsky Kuper, reconocida socióloga e hija del arquitecto:

Abraham Zabludovsky. Cien años

 

“Abraham Zabludovsky [AZ] logra en lo arquitectónico una fecunda reiteración compositiva, semejante a la que ofrecen en la música las fugas de Johann Sebastian Bach”, señaló Manuel Larrosa en un artículo publicado en 1999.

Para este cronista arquitectónico, a pesar de la obligada limitación del espacio y el presupuesto, en la primera etapa de desarrollo profesional centrada en la vivienda, AZ muestra “un esmerado y abundante ejercicio de composición espacial” ofreciendo a los usuarios una arquitectura que no caduca pues “sus residencias o departamentos, contemporáneos al avión de hélice, siguen formando parte de la ciudad y son tan modernos como las más avanzadas cosmonaves.” Como lo explica Juan Ignacio del Cueto, mientras estudiaba, AZ “trabajó como constructor y contratista, lo que le permitió formarse de una manera más completa… y ver el quehacer arquitectónico con un enfoque pragmático, la preocupación por los procesos constructivos sería, a partir de entonces, una constante en su obra.”

En el segundo periodo de su vida, sin estar ausente, la vivienda deja lugar al teatro y la “novela familiar de los departamentos y casas aisladas se convierte en el ‘gran teatro del mundo’”. Al respecto, Larrosa opina que desde los años sesenta la arquitectura teatral no se había visto tan enriquecida en nuestro país como con los teatros concebidos por AZ, que lo mismo resuelven los grandes teatros de la ciudad que las unidades de usos múltiples en las ciudades de Celaya y Dolores Hidalgo, en las cuales la monumentalidad radica en colaborar desde la arquitectura con una tarea democrática, pues lo mismo sirven para una pelea de box que para una fiesta de quince años, una conferencia, una obra de teatro, un concierto o un mitin político. Como lo ha señalado del Cueto, estas obras tuvieron el precedente del Centro Cívico Centenario 5 de Mayo, construido en 1962 en puebla, en colaboración con Guillermo Rosell. A partir de 1980 también se construyeron sus proyectos de colegios, universidades, la Central de Abastos, sinagogas y museos.

Al referirse a esta segunda etapa, Miquel Adrià afirma que Zabludovsky construye un nuevo lenguaje, masivo y monumental, basado en el uso exclusivo del concreto cincelado, que vistió buena parte de los edificios emblemáticos de la sociedad mexicana. “Este material único permitió cierto sincretismo entre la modernidad y la arquitectura prehispánica y dotó al poder civil con signos de identidad colectiva”, como lo muestran los proyectos realizados en colaboración con Teodoro González de León, entre ellos: el edificio del Infonavit, el Colegio de México, el Auditorio Nacional y el Museo Tamayo. Como lo explica Fernando González Gortázar, en estas obras los arquitectos investigan las cualidades específicas del concreto cincelado y “rescatan el portal de transición entre el espacio público y privado y la tradición de las grandes escalinatas, los patios y las pérgolas, dotándola de una escala inédita.”

En cuanto a la intervención de obras históricas, destaca el proyecto de la Ciudadela de 1987. Al respecto el ex director del comité internacional de críticos de arquitectura, Jorge Glusberg, considera que AZ alcanza una significación colectiva en relación con la arquitectura pre y post hispánica logrando una bellísima combinación entre lo antiguo y lo moderno. Como también lo apunta Louise Noelle, incluyendo comentarios a otras obras, el discurso plástico de AZ logra entrecruzar las enseñanzas del movimiento moderno con una lectura personal de las culturas autóctonas.

Sus últimos años los dedicó al diseño de auditorios, museos y centros de convenciones que se terminaron después de su muerte gracias al impulso y compromiso de mi madre. Como lo ha señalado Felipe Leal, “si alguien sabía de composición arquitectónica era Abraham Zabludovsky y Alinka Kuper era una arquitecta honoraria.”

Entre estos espacios destacan el Museo del Niño de Villahermosa y el Auditorio y Centro de Convenciones de Coatzacoalcos, inaugurado en el 2004 con un concierto memorable de Luciano Pavarotti, quien se expresó sorprendido por encontrar una de las mejores acústicas del mundo.

En estos proyectos, mi padre se muestra especialmente jovial y lúdico, lo cual quizá se deba a que, como lo señala Adrià, AZ se desprende de la contención geométrica que rigió sus edificaciones anteriores, para realizar proyectos que revelan intuición, gestualidad y una arquitectura que, con soltura y desenfado formal, explota el impacto seductor de sus formas libres. Sin embargo, lo anterior no implica una ruptura con sus obras anteriores, sino que constituye una continuidad con su propia arquitectura que, a juicio del propio Adrià, monumentalizó varias partes del paisaje urbano del siglo XX, por lo cual, como también apuntara Noelle, la historia de la arquitectura mexicana del siglo pasado no puede ser narrada sin entrar de lleno en la obra de Abraham Zabludovsky.

Más allá de los comentarios de la obra de AZ por parte de especialistas, yo lo recuerdo como un obsesivo y apasionado arquitecto de tiempo completo con la vehemencia que lo caracterizaba. En los viajes nos despertaba en la madrugada para recorrer a ritmos acelerados las ciudades y visitar los edificios icónicos antes de las horas de tráfico. En nuestras comidas familiares —ya sea en casa o en restaurantes— siempre traía un lápiz para poder dibujar sus croquis en servilletas de papel. A 100 años de su natalicio, y 21 de su partida, sigo viendo a mi padre como un perpetuo creador de grandes proyectos.

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Teodoro en el trópico https://arquine.com/teodoro-en-el-tropico/ Wed, 22 Sep 2021 14:43:50 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/teodoro-en-el-tropico/ En el trópico el concreto envejece de manera diferente: los bordes y aristas adquieren un tono verde, que después oscurece a pardo y negro, la vegetación comienza a reclamar los pequeños intersticios, abriéndose paso dentro del concreto, fracturándolo de a poco, sin demasiada prisa.

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I. Villahermosa

Aquí el concreto envejece de manera diferente: los bordes y aristas adquieren un tono verde, que después oscurece a pardo y negro, la vegetación comienza a reclamar los pequeños intersticios, abriéndose paso dentro del concreto, fracturándolo de a poco, sin demasiada prisa, de igual manera las raíces de los amates abrazan las trabes y columnas de las largas pérgolas, su fuerza constrictora, como la de una boa sobre su presa, las va asfixiando aún más lentamente, en otras partes los visitantes son tomados por asalto por las bandas de coatís que deambulan libremente por todo el parque en busca de comida de oportunidad.

No es posible respetar el recorrido que trazó el arquitecto en el parque Garrido Canabal sin mojarse los pies: el agua cubre  grandes tramos del recorrido, no es posible cruzar el puente que conecta con una estructura piramidal que recuerda un poco los ejercicios de Aldo Rossi, combinando esto con una torre que funciona como mirador, hitos que salpican el parque.

Y es que aquí el lenguaje formal del arquitecto abandona un poco su rigor cartesiano y se entrega a tentaciones formales, con la complicidad de Francisco Serrano y Aurelio Nuño: a medio camino de un claro entre la vegetación se levanta un arco de concreto que emula la solución del medio punto, junto a otro, que se desdobla haciendo lo propio con la solución constructiva  del arco falso, ambos  unidos por una trabe, sincretismo visual, metáfora formal del mestizaje irreversible, al menos en el discurso oficial.

En Villahermosa las ideas de Teodoro germinaron no sólo con la presencia de varias obras, sino con el surgimiento de seguidores en el manejo del concreto martelinado que se prodiga en todo tipo de obras por la ciudad: luminarias, fuentes, bancas, pavimentos, y hasta bases para canasta de básquetbol

Los encuadres rectangulares horizontales del pergolado del parque, se contrastan con los del Palacio de Gobierno: que no nos engañe la desmesurada horizontalidad de su fachada, ya que al superar el vestíbulo comienza una especie de templo con dos grandes alas y en medio un gran pasaje pergolado, el conjunto semeja una gran sala hipóstila donde transitan burócratas, ciudadanos en busca de algún trámite y vendedores ambulantes, las palmeras al interior dan aun más la idea de un antiguo conjunto faraónico a la manera de las ruinas de Karnak, donde las personas buscan descanso del ajetreo, a un lado de las grandes columnas de concreto martelinado, en estos pasajes en descenso, los encuadres se invierten en vertical. En este espacio el concreto queda  a salvo del feroz clima tropical, que sin embargo se cuela a través de las losas, ennegreciendo con negros lamparones de humedad los plafones.

 

II. Tapachula

Se trata de un edificio genérico, nada especial al parecer, como todo en esta ciudad fronteriza —se realizaron veintiún unidades en toda la república—: oficinas y bodegas estatales de la entonces Conasupo, que González de León proyectó con Abraham Zabludovsky en 1973. A diferencia de su obra tabasqueña, esta edificación carece de pesado simbolismo, aunque el cliente sea el mismo: ese que encontraba en el uso del concreto su mejor vehículo para manifestar su vocación monolítica.

Pero el concreto que se encuentra aquí es diferente: el martelinado de concreto pardo, aquí es gris, vulgar, estriado desde el proceso de cimbra, bien ejecutado en su construcción, pensado más en la funcionalidad burocrática que en la ceremonia del poder. Sin embargo a pesar  de los escasos márgenes que el programa permite, se atisba el lenguaje común: líneas horizontales, uso de fachada en talud y un discreto pero magistral juego entre el basamento de concreto y el movimiento que confiere a las cubiertas de lámina y estructura que parecen flotar sobre este.

El edificio sortea con dignidad sus líneas originales, a pesar de lidiar con agregados poco afortunados: una máquina expendedora de refrescos en el vestíbulo, la costumbre de pintar los muros aparentes con “colores institucionales,” pintura que en este caso, se remonta a hace dos sexenios, por último, la vegetación tropical que crece a su alrededor y que literalmente hace que el edificio pase aún más inadvertido.

Teodoro González de León se fue hace cinco años, sus edificios nos acompañarán por mucho tiempo más.

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El museo y el bosque https://arquine.com/obra/pabellon-museo-tamayo/ Wed, 30 Oct 2013 15:26:50 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/pabellon-museo-tamayo/ Esta intervención busca un diálogo entre museo y bosque; entre materialidades naturales y sus lenguajes propios que no busca unir ambos mundos, pero sí generar que la experiencia del espacio permita observar y respirar el uno desde el otro. Se busca la oposición, y al mismo tiempo el encuentro entre la masividad y la calidez del Museo Tamayo y la ligereza de la intervención.

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Pabellón Museo Tamayo, ciudad de México, 2013

Arquitectura: Tatiana Bilbao, David, Vaner, Catia Bilbao
Diseño: Paola Toriz, Alba Cortes, Alec Perkins
Cliente: Design Week Mexico Society
Diseño estructural e ingeniería: Ingeniero Ricardo Gavira
Superficie: 168 M2

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El proyecto comienza con la invitación por parte de la organización de Design Week México para construir su primera intervención en uno de los edificios más representativos de la arquitectura mexicana del siglo XX: el Museo Tamayo de Arte Contemporáneo, construido entre 1979 y 1981, por Teodoro Gonzalez de León y Abraham Zabludovsky.

El Museo Tamayo es un claro ejemplo del ejercicio de integración con el lugar, por medio de la construcción de volúmenes ciegos en forma de paralepípedos escalonados , que emplean como referencia las pirámides prehispánicas (materialidad, luz y entorno). Encontramos que la separación entre el Museo Tamayo y el Bosque de Chapultepec no era ni demasiado estrecha como para que uno fuera la prolongación del otro ni demasiado amplia como para que existiera un espacio “entre” con un carácter propio. Éste hubo que leerlo, respirarlo y ponerlo en valor. Con esta intervención buscamos un diálogo entre museo y bosque; entre materialidades naturales y sus lenguajes propios. No quisimos llegar a unir ambos mundos, pero sí generar que la experiencia del espacio permita observar y respirar el uno desde el otro. Buscamos la oposición, y al mismo tiempo el encuentro entre la masividad y la calidez del Museo Tamayo y la ligereza de la intervención.

Creamos una estructura y la resolvimos en madera por ser un material con el que logramos todos los retos que el proyecto tenía: temporalidad, ligereza, presupuesto y tiempo de contrucción. Consideramos que la madera utilizada como cimbra tradicional mexicana nos daba todo ello. Es entonces una estructura que se materializó de acuerdo con los requisitos de diseño.

El ventanal original del museo, cerca del patio de esculturas, posibilitaba la vista a distancia de la vegetación, pero sin llegar a tocarla o a vivirla. Era un espacio estático de contemplación que impedía el diálogo y la aproximación entre el entorno y el edificio. Quisimos poner en valor la fachada posterior del museo y sus taludes, apenas reconocidos en la memoria del visitante. De esta forma la ventana se abre y el espacio se prolonga dando inicio a la experiencia espacial del visitante (recorrido, encuentro y contemplación dinámica).

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Ubíquense https://arquine.com/ubiquense/ Mon, 17 Jun 2013 15:00:59 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/ubiquense/ Retomando el argot jazzístico denominado Jams, el jueves pasado se apostó un tanto por la improvisación y el acuerdo que de ella surge. El tema fue: La Vivienda Social

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El jueves pasado se realizó el sexto Arquine Jams —reuniones que no se quieren mesas redondas ni exhibición de ponencias sino que, como los palomazos musicales, o jams,en el argot jazzístico, apuestan un tanto por la improvisación y el acuerdo que de ella pueda surgir. El tema fue la vivienda social y participaron Ernesto Alva, Félix Sánchez, Francisco Pardo, Paloma Vera y Armando Hashimoto a nombre de Carlos Zedillo, subdirector general de sustentabilidad social del INFONAVIT, quien no pudo asistir; todo conducido por Axel Arañó. El lugar de la discusión fue el patio central del edificio que en 1975 terminaron Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky para el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los trabajadores —el INFONAVIT, pues— fundado en 1972 por decreto de Luis Echeverría.

La razón para el tema es doble. Primero el nuevo número de la revista dedicado a la vivienda y segundo, sin duda más importante y urgente, la situación crítica de la vivienda social en el país: un déficit de millones de viviendas y, al mismo tiempo, millones de viviendas abandonadas y millones viviendo en casas de mala calidad en lugares que difícilmente podrían considerarse urbanos. Resumo lo que se dijo esa noche: Armando Hashimoto empezó planteando que el principal problema no era la vivienda en sí sino su ubicación. Pero la ubicación, resulta por lo que se planteó después, no es sólo cuestión de distancia —sí: tener que invertir una, dos o tres horas para desplazarse de donde uno vive a donde uno trabaja es un problema, pero no el único y acaso no el mayor— sino de relacionesPaloma Vera planteó entonces que la vivienda no es simplemente una casa sino un tejido de relaciones y luego Ernesto Alva, tras una breve pero ilustrativa historia de la vivienda social en México en el siglo pasado y lo que va de este, dijo que realmente no ha habido políticas urbanas, sino políticas financieras para las que la vivienda se reduce a un problema de crédito —y la capacidad de obtenerlo o no. También, tras leer los 11 puntos que entre 1990 y 1994 se plantearon para el programa nacional que atiende el problema de la vivienda, apuntó que hoy, 20 años después, la nueva administración federal vuelve a plantear algunos de ellos —como la densificación de las zonas urbanas— sin cuestionarse las razones para que no se alcanzara el éxito esperado ni por qué muchas de las estrategias de vivienda de las últimas décadas han terminado produciendo más pobres y consolidando la pobreza en vez de lo contrario, que se supone es su objetivo. Félix Sánchez de algún modo remató al afirmar que el problema no es la vivienda en sí, sino la ciudad, poniendo como ejemplo Neza, donde, pese a lo precario de las condiciones iniciales en que surgió, se ha dado un desarrollo, mitad informal y mitad formal, que las colecciones de minúsculas casitas amontonadas en lo que antes fue un ejido no pueden igualar.

A lo anterior habría que agregar otros dos temas. Francisco Pardo habló de la necesidad de pensar la vivienda en relación no sólo a distintas opciones de ocupación espacial sino también temporal: distintas formas de propiedad y arrendamiento. Más radical, quizás, Yuri Zagorin, entre el público, afirmó que el problema real era el suelo y su valor, que no su costo. El valor del suelo, dijo, lo da la infraestructura —vialidades y servicios, pero también la infraestructura educativa, de salud, cultural, etc. Y agregó que dicho valor no depende de los desarrolladores pero, sin agregar prácticamente nada, especulan con él, por lo que la solución estaría en algo que parece tabú: la expropiación del suelo. Rodrigo Díaz explicó que las vivienderas, pese a todo lo que se les critica, habían logrado hacer casas por un costo mínimo y que sólo ofreciendo más por ese mismo costo se podría competir, lo que implicará sin duda otras maneras de concebir la vivienda que incluyan también otros modelos financieros —para quienes no pueden alcanzar ningún crédito— y, sobre todo, otras formas de producción —donde la arquitectura mal llamada informal sea tomada en cuenta.

Finalmente, entre el público hubo quien reparó en un aparente olvido: se mencionaron la ausencia de políticas que pensaran la vivienda más allá del problema financiero, la avidez sin control de los desarrolladores y la poca calidad de lo que ofrecen, la pobreza, la marginación y la falta de servicios, pero siempre como si el arquitecto fuera no sólo ajeno a esos temas sino inocente. Hay que asumir, también, la responsabilidad del arquitecto y entender que, además de la ubicación de las casas, nuestra toma de posición, particular y como gremio, tiene también su peso.

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La ciudad de los libros como imagen https://arquine.com/la-ciudad-de-los-libros-como-imagen/ Tue, 04 Dec 2012 21:54:59 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/la-ciudad-de-los-libros-como-imagen/ Además de ser una obra asignada a arquitectos por la voluntad personal de una funcionaria, planeada y construida en un tiempo ridículamente menor al que se necesitaba, se trata de una ocurrencia que hace de los libros y la lectura un gusto privado.

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Hace poco discutía con algunos amigos sobre los proyectos arquitectónicos de Conaculta en este sexenio. Les decía que, resumido en una palabra, pensaba que estaban mal. Les di tres razones. Primero, una que ya he comentado [La arquitectura del sexenio, Arquitectura y democracia: no sin concursos y Que doce años no es nada], la manera como fueron asignados los proyectos: directamente y sin que mediara ningún concurso real, esas licitaciones entre tres firmas para ver cuál cobra menos honorarios no son, lo sabemos, concursos. La segunda razón, el tiempo, o más bien, su carencia. Se trata de obras proyectadas y construidas en un tiempo menor al que requieren lo que tiene consecuencias visibles y negativas: fallas en la planeación, una construcción nada cuidadosa cuando no francamente mala, un sobreprecio en la misma construcción a causa de las prisas y, muy frecuentemente, la inauguración de obras no terminadas y que muchas veces no lo serán como estaba planeado, menos cuando no se garantiza una continuidad institucional. La última razón, me parecen ocurrencias. La mayoría de esas obras fueron pimpeos de instituciones ya existentes, lo que pareciera ser una afirmación de la efectiva distribución de la oferta cultural en el país, algo que es totalmente falso.

Visité lo que bautizaron como La ciudad de los libros y la imagen en La Ciudadela. Confieso que iba predispuesto a encontrar todo medianamente mal. Cuando entré, una sinfónica ofrecía un concierto en uno de los patios. Había gente entrando, sentándose a oír la música y recorriendo las distintas bibliotecas. Pensé que lo correcto sería escribir que no, que me había equivocado y eso no estaba mal, al contrario. Pero me tomé el tiempo de recorrerla con calma y cambiar de opinión. Arquitectónicamente, el proyecto general de La Ciudadela, de Bernardo Gómez-Pimienta y Alejandro Sánchez, es bueno, hace que el viejo edificio –una fábrica de tabaco construida en 1807– recupere cierta presencia que había perdido con la mala intervención de Abraham Zabludovsky en 1988. Dentro de La Ciudadela se conservan por ahora las bibliotecas privadas de Carlos Monsiváis, José Luis Martínez, Jaime García Terrés, Alí Chumacero y Antonio Castro Leal. Cada biblioteca ha sido diseñada por un grupo de arquitectos distinto, aunque las diferencias entre cada una son sutiles: todas son una organización más bien clásica de libreros y algunas sillas y mesas. La factura de la construcción, tanto en los patios como en los fondos reservados es buena, aunque lo que inauguraron Calderón y Sáizar el pasado 21 de noviembre es la mitad del edificio completo: la otra parte sigue en obra.

Que el estado decida resguardar íntegras las bibliotecas personales de destacados escritores e intelectuales mexicanos es, sin duda, una idea necesaria y buena. ¿Por qué digo entonces que lo de La Ciudadela está mal? Cualquiera que haya ido a la Biblioteca México antes de su renovación sabe que funcionaba como una gran biblioteca de barrio. Con sus 450 mil ejemplares del Fondo México y el Reservado, era una gran sala para que estudiantes, principalmente de secundaria y preparatoria, hicieran sus tareas. Cuando, durante el gobierno de Fox, se hizo la Biblioteca José Vasconcelos –un concurso en el que participamos más de 500 oficinas de arquitectos y siete en la segunda fase, calificada por un jurado internacional de una docena de arquitectos y especialistas– la idea era construir “el cerebro” de un sistema nacional de bibliotecas que contaría con un acervo de más de 2 millones de libros. En la actualidad sigue sin pasar el medio millón con que se inauguró y, como pasaba en la Biblioteca México, funciona principalmente como un espacio para que jóvenes estudiantes hagan sus tareas –lo que, finalmente, no está mal. Pese a no ser la gran biblioteca que el gobierno de Fox prometió, es uno de los mejores edificios públicos que se hayan construido en México en las últimas décadas.

La nueva Ciudad de los libros y la imagen –al menos como la inauguraron Calderón y Sáizar– ya no es nada de eso. Es una elegante colección de colecciones de libros, ni siquiera de bibliotecas, en el sentido literal. Cuando se entra a cada uno de los fondos reservados, nos encontramos con una idealización casi fetichista de la biblioteca de sus viejos propietarios. Los libros están organizados, supongo que siguiendo la manera personalísima como lo hacían sus dueños, aunque al ser espacios distintos a aquellos que originalmente los albergaban, la exactitud de la reconstrucción es dudosa. Si uno quiere buscar un libro debe hacerlo en el catálogo en alguna de las escasas computadoras que hay en cada biblioteca o intentar que el espíritu de Monsiváis o García Terrés nos guíe hasta la obra que deseamos. También se puede tomar un libro al azar y sentarse en alguna de las 15 o 20 sillas que hay en cada biblioteca, sí: 15 o 20. Y si los encargados del fondo salen, el fondo se cierra, me pasó.

La experiencia debe ser invaluable para las decenas o acaso cientos de investigadores de la vida y obra de Monsiváis, García Terrés, Castro Leal o Martínez, y es interesante para los que nos gusta husmear en bibliotecas ajenas. Yo abrí varios libros de la de Monsiváis, tratando de encontrar lo que subrayaba pero, de siete libros que vi, sólo uno –sobre la vida de Fidel Velázquez– tenía algunas marcas: líneas verticales hechas con pluma al margen del párrafo que le interesó. También descubrí que Monsiváis compartía conmigo la afición por comprar colecciones de libros baratos en puestos de periódicos. Tiene, como yo, la biblioteca Borges, la de grandes pensadores de editorial Sarpe y la biblioteca de divulgación científica “Muy interesante” de ediciones Orbis. Son libros impresos en un muy mal papel que hoy, a menos de 30 años de haber salido a la venta, ya tienen las hojas amarillas y quebradizas. Imagino los esfuerzos que en pocos años habrá que hacer para conservar tales tesoros bibliográficos.

En la biblioteca de Alí Chumacero están, entre otros, varios ejemplares de los breviarios, de la colección popular y de las lecturas mexicanas del Fondo de Cultura Económica –pensándolo bien, creo que debo decidir a quién donaré mi biblioteca. ¿Exagero?, sí. También hay muchas obras valiosas y claro que lo más valioso son las colecciones completas y lo que nos revelan de quienes las atesoraron. Pero, pese a la belleza de los patios restaurados y de las bibliotecas recién adecuadas, ¿era ese el lugar para esa nueva institución? ¿a dónde se irán a sentar a hacer la tarea los cientos, si no es que miles de adolescentes que cada tarde llenaban la Biblioteca México, además de las exposiciones y el cineclub que ya funcionaban ahí? ¿se trataba de hacer elegantes bibliotecas de libros inalcanzables para sustituir otra siempre llena de jóvenes que seguramente no leían más que lo que la tarea les exigía, pero algo es algo? Eso, miles de jóvenes atareados, contrasta, por supuesto, con la idea de un fondo reservado para conservar bibliotecas de personajes notables.

Hace poco leía un largo texto de Paul Goldberger en Vanity fair sobre la Biblioteca Pública de Nueva York, su renovación a cargo de Sir Norman Foster, y la oposición de los usuarios a que sus más de 2 millones de libros fueran llevados a Nueva Jersey, y sustituidos por versiones electrónicas y la promesa de poderlos consultar dos días después en la biblioteca niuyorquina. En la ciudad de méxico, si quiere ir a la Biblioteca Nacional, hay que llegar al Centro Cultural Universitario, en Ciudad Universitaria, siempre que no sean vacaciones, cuando el sindicato la cierra. La Vasconcelos, como ya dije, nunca rebasó los 500 mil libros con que fue inaugurada, aunque cumple bien aquella función que también tenía La Ciudadela: una gran sala para hacer la tarea. Hoy ésta última, renovada, se llama ciudad de los libros y la imagen, aunque el nombre debiera ser La ciudad de los libros como imagen –lo que se demuestra en la exposición del gran fotógrafo y productor de telebasura Pedro Torres, con la que se adorna uno de los patios–. Muchos libros están a tres o cuatro metros de altura y aunque hay escaleras, no es fácil verlos o alcanzarlos. El colmo es la librería Alejandro Rossi donde también los libros, que uno debiera poder ver y hojear para decidirse a comprarlos, están allá arriba, a cuatro metros de altura, o bajo un suelo de vidrio, como hallazgo arqueológico, guardados cual objetos preciosos e inalcanzables.

En fin, lo confirmo, además de ser una obra asignada a arquitectos por la voluntad personal de una funcionaria, planeada y construida en un tiempo ridículamente menor al que se necesitaba, se trata de una ocurrencia que hace de los libros y la lectura un gusto privado, entre elegante y fetichista, cancelando así un espacio que, aunque feo y descuidado, era utilísimo –y no se por qué supongo que eso a Jaime García Terrés, director de la Biblioteca México, no le hubiera gustado mucho. Resumiendo, como le decía a mis amigos, La ciudad de los libros –como otros proyectos arquitectónicos encargados por Consuelo Sáizar este sexenio– está mal.

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Abraham Zabludovsky 1924-2003Abraham Zabludovsky 1924-2003 https://arquine.com/abraham-zabludovsky-1924-2003/ Fri, 30 Nov 2012 18:58:21 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/abraham-zabludovsky-1924-2003/ El Museo Nacional de Arquitectura ​reúne fotografías y maquetas de algunas obras relevantes del arquitecto polaco alojado en México. Hasta el 3 de marzo del próximo año, en el tercer nivel del Palacio de Bellas Artes, esta exposición es un homenaje a Zabludovsky, a nueve años de su muerte.

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Abraham Zabludovsky, 1924-2003 se inauguró ayer por la noche en el Museo Nacional de Arquitectura del Instituto Nacional de Bellas Artes. La muestra reúne fotografías y maquetas de algunas obras relevantes del arquitecto polaco alojado en México. Hasta el 3 de marzo del próximo año, en el tercer nivel del Palacio de Bellas Artes, esta exposición es un homenaje a Zabludovsky, a nueve años de su muerte (Recordando a Abraham Zabludovsky). A pesar de la museografía y secuencia de proyectos inconexa, la exhibición relata sus primeros estudios en la Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM, en la antigua Academia de San Carlos; su primera etapa de producción sobre proyectos de vivienda (Tipologías de vivienda): residencias particulares y edificios de departamentos con notable funcionalidad y aprovechamiento máximo del espacio; y una segunda muy prolífica, en colaboración con Teodoro González de León, con obras monumentales como centros de convenciones, teatros, auditorios, oficinas públicas administrativas y embajadas de nuestro país.

Es a partir de la construcción de su propia casa, en 1969, cuando el arquitecto evoluciona en el diseño de sus inmuebles y comienza a experimentar con nuevos materiales, como el concreto aparente y el cristal, dando énfasis a la volumetría, adentrándose en algunos valores y tradiciones de nuestra arquitectura, incluso prehispánica, logrando trasladar a nuestro tiempo la monumentalidad de algunas de las principales obras de esa época.

Bruno Zevi | Abraham Zabludovsky

Abraham Zabludosvky | Oscar Niemeyer

Alberto Kalach, Zaha Hadid, Jean Nouvel, Enrique Norten, Rem Koolhaas, Abraham Zabludosvky

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Tipologías de viviendaTipologías de vivienda https://arquine.com/tipologias-de-vivienda/ Tue, 30 Oct 2012 15:08:54 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/tipologias-de-vivienda/ Un proyecto de vivienda concentra una capacidad integradora de conceptos y promotora de ideas de vanguardia; un examen de los ámbitos domésticos incide por fuerza en el terreno de los patrones culturales dominantes.

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Hace 12 años, Arquine publicó Abraham Zabludovsky y la vivienda; un análisis tipológico de las plantas arquitectónicas y configuración espacial de las viviendas creadas por Abraham Zabludovsky (1924-2003), quien se recibió con Mención Honorífica con un estudio sobre la “Unidad de Habitación Colonia Hipódromo”. El libro resume la extensa labor profesional del arquitecto mexicano, enfocado en la vivienda desde sus múltiples variantes: residencia, condominio, apartamento citadino, vivienda social y unidad habitacional.

Esta publicación determinó las premisas para entender la importancia de la vivienda comunitaria como base del tejido urbano metropolitano con base en una tectónica plástica: porticados, ventanerías corridas, viaje continuo de entrepisos, transparencias rítmicas, contraste entre vano y macizo, y sobre todo dinámica espacial. Más allá de la monumentalidad de los proyectos realizados con Teodoro González de León, la obra de Zabludovsky, estudiada desde la vivienda, ayuda a seguir con más rigor las vicisitudes de su pensamiento.

“La densa corporeidad y la composición axial de Mario Pani; el funcionalismo medido y voluntariamente sobrio de Augusto H. Álvarez; las plantas estrictas y las fachadas unifilares de Ramón Marcos; la voluntad de síntesis entre metales, vidrios y pórticos de Juan Sordo Madaleno; y más adelante, la diáfana, etérea, casi ausente, corporeidad de los edificios de Ramón Torres y Francisco Artigas” escribió Humberto Ricalde como preámbulo para leer la arquitectura viviendista de Zabludovsky, y a la vez se preguntaba: ¿cómo las edificaciones de estos arquitectos sobreviven y dialogan con la intricada trama de la metrópoli?

Un lenguaje edificado, significación social, vida doméstica moderna, densidad espacial, transparencias, profundidades, sombras densas y ventanería cortina serían los elementos identitarios de su arquitectura. Louise Noelle escribió que Zabludovsky se acercó “al tema del diseño arquitectónico en el ámbito de la vivienda, consciente de los requerimientos de los diversos niveles económicos, sin descuidar los aspectos de inserción urbana y resultado formal, a la vez que privilegia el contexto cultural particular de su lugar y su tiempo”.

Esto, porque “a través del tiempo, el género habitacional ha sido promotor de estudios y especulaciones por parte de quienes se interesan en la arquitectura; además, se puede decir que un proyecto de vivienda concentra una capacidad integradora de conceptos y promotora de ideas de vanguardia. Por ello, un examen de los ámbitos domésticos incide por fuerza en el terreno de los patrones culturales dominantes y su nexo con las condicionantes de entorno, economía y clima, entre otros”. Al final, para Miquel Adrià, “la vivienda residencial aislada se considera generalmente como la forma de alojamiento más deseable: un terreno privado, una entrada privada, estacionamiento propio y distribución a medida de los propietarios, por lo que es en sí bastante intransferible y poco comparable con otras tipologías”.

*El Concurso Arquine No.15 busca la generación de nuevas tipologías para la vivienda del siglo XXI a partir de la revisión de los modelos habitacionales de la modernidad, con base en criterios de redensificación, sostenibilidad, flexibilidad y cohesión con la ciudad.

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La ciudad de los libros y la imagenLa ciudad de los libros y la imagen https://arquine.com/la-ciudad-de-los-libros-y-la-imagen/ Tue, 31 Jul 2012 16:46:06 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/la-ciudad-de-los-libros-y-la-imagen/ El plan maestro del proyecto a cargo de Taller 6A (Alejandro Sánchez + Bernardo Gómez-Pimienta) rescata el carácter del edificio original con un esquema de patios y circulaciones continuas.

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El edificio de la La Ciudadela fue construido entre 1793 y 1807 para albergar la Real Fábrica de Tabacos de la Nueva España. La construcción estuvo a cargo del arquitecto español Antonio González Velázquez, director de arquitectura de la Academia Mexicana de San Carlos. Utilizado posteriormente como cuartel militar, cárcel, fábrica de armas y escuela, el inmueble fue declarado monumento histórico en 1931 y rescatado en 1944 por José Vasconcelos, quien inauguró la Biblioteca de México dos años después. Vasconcelos visualizó la creación de la biblioteca como un “faro” en su plan educativo y cultural que buscaba hacer extensivo en el país.

Desde entonces, la biblioteca alberga los fondos Reservado y México que abarcan aproximadamente 450 mil volúmenes y atiende a cerca de 2 mil personas al día. La construcción original, cuya planta cuadrada mide 168 m por lado, contiene un distribución del espacio a partir de cuatro patios principales de 40 x 40 m y otros dos más pequeños. En 1988, el edificio tuvo una intervención importante por parte del arquitecto Abraham Zabludovsky, quien cubrió estos cuatro patios con paraguas metálicos. En 2011, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes dio a conocer el proyecto de La ciudad de los libros y la imagen para recuperar y acondicionar el edificio cuya propuesta cuenta con una serie de bibliotecas personales, una librería más amplia, salas de lectura, salas digitales, bibliotecas para niños, bebeteca, área para personas con discapacidad visual, galería para exposiciones, centro de la imagen, teatro, cafetería, nuevas oficinas y un aprovechamiento integral del espacio.

El plan maestro del proyecto a cargo de Taller 6A (Alejandro Sánchez + Bernardo Gómez-Pimienta) rescata el carácter del edificio en torno al esquema de patios con base en circulaciones continuas a través del edificio, tanto perimetrales como el eje norte-sur. A su vez, la propuesta mejora las condiciones de iluminación y ventilación natural; atiende los requerimientos de accesibilidad mediante el empleo de guías táctiles y el uso rampas en topografías; y moderniza las instalaciones y equipamientos. Entre los componentes principales del plan maestro destaca el Teatro Antonieta Rivas Mercado –con un mural del artista Dr. Lakra–, la librería Educal Alejandro Rossi, y la de sala de consulta abierta que ocupa cuatro crujías. Además de ser una propuesta que reúne libros, arquitectura y arte, este espacio para la cultura –en construcción– mantiene un sistema de bajo consumo energético e innovaciones de sistema bioclimático para la preservación de las colecciones y la conservación del inmueble.

Fotos: Jaime Navarro

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