Se situa en el corazón de Shenzhen, una ciudad floreciente con un crecimiento asombroso, la ciudad de Nantou ha evolucionado desde una antigua capital adinerada hasta el centro superpoblado que ahora es. Los visitantes de hoy se sumergen de inmediato en los callejones, plazas y calles sin salida, donde los residentes, los vendedores ambulantes, los niños sin supervisión y nómadas deambulan de la misma manera.

Es inspirado en un entorno vibrante de los callejones de la ciudad de Nantou, el proyecto busca reflexionar sobre el patrimonio cultural de lo mundano —las escenas de la vida cotidiana (personas, objetos y sus escenarios)—, son el material de origen principal para el diseño. Para celebrar la vida en el pueblo urbano, la estructura existente se cortó como una estrategia de masa, lo que permitió que tales “incisiones ubanas” fomentaran un nuevo ámbito público en el interior del bloque de apartamentos anteriormente privado. Al mismo tiempo, la excavación reveló las muchas capas de materiales y estructuras de construcción como si se tratara de un sitio arqueológico, solo para permitir nuevas intervenciones para instigar diálogos inesperados entre el pasado y el presente.

A lo largo del proceso de investigación y diseño de la casa de huéspedes de la ciudad de Nantou, los escritos de Svetlana Boym sobre el tema de la nostalgia reflexiva han guiado el pensamiento detrás del proyecto. En lugar de simplemente imitar el pasado por sus efectos materiales superficiales, el proyecto ha buscado descubrir las posibilidades de ciertos tipos de pasado que podrían vigorizar nuestra cultura contemporánea. Se desarrolló un lenguaje tectónico para articular dos tratamientos divergentes que prueban la noción de estratificación urbana y el abrazo de fragmentos: el de un revestimiento ligero, similar a una pantalla, como el elemento principal de la fachada, y el otro, un ensamblaje expresivo más pesado para contrastar como un horizonte “coronando” en la parte superior.

Al igual que las escenas bulliciosas en los callejones de abajo, el paisaje del techo en el pueblo urbano de Nantou tiene vida propia, con jardines improvisados ​​y granjas de vegetales que aparecen a lo largo del horizonte irregular. Para reformular las vistas de este pueblo en constante evolución, se instaló un techo flotante plano para crear un panorama dramático de la vida en la calle debajo y un nuevo terreno público arriba. Albergando espacios públicos y funciones de servicio, los monolitos metálicos de la azotea juegan con complementos vernáculos, que son muy buscados por los residentes del ático hambrientos de espacio.

Para interactuar con la circulación orgánica única que es la quintaesencia del tejido urbano de Nantou, el acceso a la casa de huéspedes y los espacios públicos están diseñados para entrelazarse con la red de intrincados callejones que se encuentran en el sitio. La nueva entrada a la casa de huéspedes se crea al extender una calle lateral directamente al corazón del edificio, como para invitar a vecinos y amigos a la casa privada.

Lo antiguo y lo nuevo se yuxtaponen en todo el edificio para celebrar las ruinas. Una vez que el visitante llega al edificio, el gesto público de abrir el edificio a lo largo del eje urbano se vuelve hacia arriba. Una escalera existente que anteriormente había conectado los nueve pisos de la vivienda ahora se abrió y se expandió para crear un nuevo patio vertical. Se permite el paso de elementos naturales desde las fachadas abiertas hacia un lado y un pozo de luz arriba. Una nueva escalera de metal suspendida dentro del patio vertical lleva al visitante en un viaje a las habitaciones de huéspedes en los niveles medios y, finalmente, a los jardines públicos de la azotea.

Cortar no connota simplemente destrucción, sino también creación, en este caso, de espacios y significados. Al absorber la urbanidad en el edificio, Nantou City Guesthouse a su vez hace legible su historia privada y se arraiga completamente en el flujo y reflujo de la ciudad. En esa transformación, la incisión autocurativa abre un nuevo portal hacia el pasado, como el presente mundano pero singular.

El cargo Nanthou City Ghesthouse apareció primero en Arquine.

A diferencia de muchas casas tradicionales que esconden el barro detrás de las fachadas falsas, este proyecto celebra la belleza de los materiales naturales, el uso de ellos en la localidad conducirá a una mayor diversidad de posibilidades constructivas en las regiones urbanas y rurales, así como a una economía justa, a través de la creación de empleos y preservación del ecosistema de nuestro planeta.

Este proyecto formó parte de la Bienal Internacional de Longquan que buscaba construir con bambú, para cual invitaron 12 arquitectos a construir estructuras permanentes, siendo el estudio de Anna H; los encargados de construir 2 albergues y 1 casa para huéspedes.

La estructura de los albergues está formada por un núcleo de piedra y tapiales, donde contienen todas las unidades de instalaciones y escaleras, adjunto a esto está el espacio de dormir, estos últimos están diseñados como pantallas de lámparas chinas que se oscurecen en la noche y alrededor de ellos hay una estructura expresiva de bambú tejido.

El estudio de Anna Heringer considera que en la sociedad se tiende a pensar que la sostenibilidad se trata de escasez, pero la naturaleza de la la naturaleza no es limitación. Estos grandes materiales de construcción, el bambú y el barro, se encuentran en abundancia en esta zona, y tiene sentido desde un punto de vista económico como ecológico, son saludables para las personas y el planeta, por lo tanto estos edificios son una declaración de que la sostenibilidad tiene que ver con la calidad de vida y la celebración de los vastos recursos de la naturaleza.

Las técnicas aplicadas de tejido de bambú y tierra apisonada requieren mucha mano de obra, por lo tanto desafían las habilidades de los artesanos locales y dejan la mayor parte de las ganancias en la comunidad. El proyecto quiere volver a conectarse con los bienes culturales formados a partir de características materiales inmanentes, como la resistencia a la flexión del bambú y con la tradición artesanal de China —como las vasijas de cerámica que forman parte de la identidad de la zona y son la inspiración detrás de estas formas, así como la técnica de tejido de cestas—.

El sistema energético se basa en fuentes directas y “arcaicas” entre comillas, como el fuego, el sol, así como el viento y la sombra, con plantas y el concepto de minimización de los espacios con clima en el interior. En lugar de gastar recurso en controlar el clima interno, sólo el núcleo, que alberga los cuartos de servicios, y los capullos se controlan térmicamente. Están protegidos con la lluvia y tienen opciones de calefacción o lo contrario con un nivel tecnológico muy bajo.

El uso de materiales naturales es vital para permitir un desarrollo sostenible y justo. Este proyecto puede actuar como modelo de construcción simple pero con sentido y creyendo en el “poder encantador” que reside en la autenticidad de los materiales naturales.

El cargo Hostales de bambú en China apareció primero en Arquine.