Este proyecto tiene lugar en el barrio de Vilgénis, situado en la parte noroeste de la ciudad de Massy. El lugar incluye un parque natural de más de 20 hectáreas, así como un castillo y otros monumentos clasificados. El sector, antes propiedad de Air France, se rehabilitó íntegramente durante diez años gracias a la creación de una nueva zona residencial y de un espacio accesible al público en el bosque. Todo el sitio es accesible y compartido con los habitantes para promover la “convivencia”, honrando al mismo tiempo el respeto de la biodiversidad y el patrimonio natural del lugar.

El proyecto del estudio comprende un programa de 76 unidades, dividido en dos volúmenes separados. El complejo se articula en torno al jardín, preservando varios árboles notables, y propone dos identidades arquitectónicas diferentes. El primer edificio de las Secuoyas es cúbico y monolítico, y ofrece apartamentos dúplex superpuestos. En el lado Norte, la fachada de ladrillo perforada por discretas ventanas permite la intimidad de las viviendas. En el lado del jardín, los generosos balcones de concreto en bruto aparecen como un exoesqueleto. El segundo edificio se compone de apartamentos dispuestos en capas organizadas según la topografía, lo que les permite beneficiarse de una buena orientación solar. Cada apartamento dispone también de una generosa terraza.

El cargo 76 viviendas en Massy apareció primero en Arquine.

El proyecto, diseñado por PietriArchitectes, fue concebido en un terreno triangular en la zona central del distrito. Por su proximidad a las futuras ramblas a lo largo de la fachada norte, el proyecto servirá de eje urbano distribuidor, convirtiéndose en algo esencial para la organización del distrito. El edificio se beneficia de un espacio verde adyacente que ofrece al barrio una plaza y un estadio urbano, pero también un lugar de encuentro para los residentes.

El reto del proyecto era integrar perfectamente el edificio en el barrio y su contexto, manteniendo el vocabulario arquitectónico que caracteriza los proyectos de PietriArchitectes. Así, la forma del edificio, curvo en una de sus caras, aporta suavidad al contexto urbano.

La moldura de la fachada está hecha de ladrillos con tonos de piedra que alternan una superficie lisa y otra en relieve que atrae la luz. El juego de luces y sombras ha sido posible gracias a la selección de ladrillos puntiagudos de arcilla ligera. Este efecto revela la presencia de apartamentos de dos plantas, la principal tipología de apartamentos del proyecto.

En el corazón del proyecto hay un juego entre el interior y el exterior. El edificio ofrece 37 apartamentos, incluidos los de dos plantas que se benefician de una zona exterior.

Los balcones sur tallan el edificio como una gran escalera que conduce lentamente hacia los jardines. Ofrecen una vista abierta y un entorno de vida agradable para los futuros residentes. Estos balcones también aportan un ritmo a la forma del edificio, ya que dan un respiro a las curvas del otro lado de la construcción. La azotea del edificio ofrece una terraza accesible a todos los residentes. Este espacio vital adicional está plantado con diversas plantas y los residentes pueden disfrutar de una vista panorámica hacia el barrio y el parque Sapinière.

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